UNIDAD 2. EL CRISTIANISMO UN MENSAJE UNIVERSAL BIOGRAFÍAS

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UNIDAD 2. EL CRISTIANISMO UN MENSAJE UNIVERSAL
BIOGRAFÍAS
Elige un dato significativo de cada biografía y añade un calificativo (por ejemplo, Mácrina, maestra
y asceta). Al igual que otras mujeres de la alta aristocracia del bajo Imperio romano, santa Macrina
y santa Olimpia conquistaron su espacio en un tiempo que ofrecía muy pocas oportunidades a las
mujeres.
Olimpia (366–408)
Por su origen aristocrático, fue educada con esmero en el cristianismo cuando su padre fue
ejecutado por el nuevo emperador Teodosio. A la muerte de su hermano, heredó una inmensa
fortuna. El emperador la casó a la fuerza con Nebridio pero duró poco el matrimonio y no tuvo
descendencia. Se opuso a un nuevo matrimonio y fue castigada. En el año 390, con permiso
imperial y con pleno derecho de administración sobre sus bienes, fue ordenada diaconisa. Desde
entonces se dedica en cuerpo y alma a la vida ascética en su casa y a dar múltiples donativos,
convirtiéndose en benefactora de los pobres y de la Iglesia. La llegada de Juan Crisóstomo en el año
397 cambia la vida de Olimpia, ayudándola a organizar su intensa actividad social. Sus bienes se
canalizan para sustentar las obras sociales de san Juan Crisóstomo: hospitales, hospicios y
comedores populares para los campesinos que acudían en masa a la capital en busca de sustento.
Además del control de los donativos, funda un pequeño “monasterio” en una de sus propiedades
que gobierna con gran autonomía por su condición de diaconisa y por estar bajo la dirección
espiritual de san Juan Crisóstomo. La envidia de la corte (sobre todo de la emperatriz Eudoxia), los
celos de buena parte del clero de Constantinopla y el estilo crítico, directo y políticamente poco
correcto de san Juan, provocó su destierro en el año 404. Su estrecha amistad con Olimpia aumentó
y también provocó el exilio de esta última a Cízico (Nicomedia) en el año 405. Allí debió morir
entre el 408-419. Considerada desde el principio una mártir de la fe por las penalidades sufridas, se
celebra su fiesta el 27 de noviembre por la Iglesia de Oriente (día de su muerte) y el 17 de
noviembre para los católicos (traslado de reliquias).
FERNANDO RIVAS, Desterradas, hijas de Eva. Protagonismo y marginación de la mujer en el cristianismo primitivo.
San Pablo, Madrid 2008 (adaptación)
Macrina (325/27–ca. 380)
La desaparición de las persecuciones hizo inútil el martirio como la opción de máxima
honorabilidad en el camino cristiano. La virginidad y el monacato adquirieron, entonces, un gran
prestigio social como forma de vida en la radicalidad evangélica, especialmente para las mujeres.
Pero también era un modelo muy transgresor porque suponía la ruptura de los vínculos familiares.
Macrina, la mayor de diez hermanos, entre ellos san Gregorio de Nisa y san Basilio, pertenece a una
aristocrática familia. Desde muy joven decide dedicarse a la vida ascética en su casa familiar al
nordeste de Asia Menor, convirtiéndola finalmente en un monasterio. Su fuerza radica en la
decisión libre con la que tomó las riendas de su vida. Su hondura espiritual la convirtió en maestra
de muchos, especialmente de sus hermanos, y en su aportación personal a la configuración del
monacato primitivo. Comprometida por sus padres, a la muerte de su novio, decidió “vivir por sí
misma” sin apartarse de su madre, dedicándose a la “vida filosófica”, es decir, al ascetismo. Su
vida, “llevada por Dios, inspirada por el Espíritu Santo”, según cuenta san Gregorio, la convierte en
una maestra de espíritu que ejerce su magisterio acompañando e instruyendo a otras mujeres como
Vaciana o Lampadión, que se sienten atraídas por ella.
CARME SOTO VARELA, Macrina, maestra y asceta del siglo IV. EVD, Estella 2007, 91-123 (adaptación)
1. En tu opinión, ¿qué papel desempeñaban las mujeres en el primer cristianismo? ¿Qué valores
descubres en ellas? ¿Encuentras algún paralelismo actual? Podéis organizar un debate en clase.
Las mujeres en las primeras comunidades
Las mujeres en las primeras comunidades ¿Tenían un papel en la Iglesia las mujeres de esas
comunidades? La elección de los apóstoles y determinados pasajes de Pablo presentan una Iglesia
primitiva puramente masculina. Sin embargo, en los cuatro evangelios las mujeres están presentes y
desarrollan una gran actividad. Las mujeres ejercen, en primer lugar, una función de acogida.
Cuando los primeros cristianos se reúnen en las casas particulares, las mujeres son muchas veces las
encargadas de recibirlos. En Filipos, la capital de Macedonia, el hogar de Lidia es el primer centro
misionero de Europa (Hch 16,14ss.). Las mujeres profetizan lo mismo que los hombres (en Cesarea
profetizaban las cuatro hijas de Felipe, Hch 21,9). Una pareja de artesanos, Priscila y Aquila
adoctrinan a Apolo, ese alejandrino culto, íntimo colaborador de Pablo. Priscila es mencionada
antes que su marido, tal vez porque era una dama de la nobleza o, sencillamente, la dueña de la
casa. Pablo saluda a numerosos amigos; entre ellos se mencionan mujeres que desempeñan un
papel importantísimo en las comunidades: Febe, diaconisa y responsable de la Iglesia de Cencres,
María, Trifena, Trifosa y Preside, que “han trabajado tanto por el Señor”. Esta expresión la reserva
el apóstol a quienes tienen grandes responsabilidades (1 Tes 5,12; 1 Cor 16).
ANNIE JAUBERT, La vida cotidiana de los primeros cristianos. Sedmay, Madrid 1979, 28
Olimpia, la diaconisa de Constantinopla
Vivió en medio de lágrimas sin medida [...] inclinándose ante los santos, venerando a los obispos,
honrando a los presbíteros, acogiendo a los ascetas, socorriendo a la viuda, alimentando al huérfano,
protegiendo al anciano, vigilando el enfermo, compadeciéndose de los pecadores, guiando a los
extraviados, teniendo piedad de todos, apiadándose con intensidad de los empobrecidos,
catequizando a muchas mujeres no creyentes y procurándoles lo necesario para vivir. Olimpia
soportó muchas tempestades de injustas acusaciones. Todos los que viven en Constantinopla la
juzgan confesora de la fe, pues se puso en peligro, estando muy cerca de la muerte, por Dios.
Vida anónima de Olimpia (s. V), XIV y XVI
Macrina, mujer entregada a los demás y maestra inspirada
[cuando murió su hermano Naucriano] oponiendo su reflexión al dolor, se mantuvo firme y se
convirtió en el apoyo de la debilidad de su madre; la hizo volver del abismo de su tristeza. Por su
actitud firme e inquebrantable aumentó el valor de su madre, que no se dejó arrastrar por el dolor.
Era maestra de vida, dotada para el estudio y aprendía con facilidad [leía y manejaba perfectamente
la Biblia]. Fue madre después de la madre para su hermano Pedro; lo tomó a su cargo, lo cuidó y lo
llevó a la más alta educación, ejercitándolo desde la niñez. Ella fue todo para el niño: padre,
maestro, pedagogo, madre, consejera de todo bien.
Vida de Macrina (ca. 380) 12, 2
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