Identificación de amenazas y propuesta de conservación para el Elefante Marino (Mirounga leonina) en la bahía Ainsworth, Tierra del Fuego, Región de Magallanes y Antártica Chilena. Patrocinante: Sr. Iván Díaz Romero Trabajo de titulación presentado como parte de los requisitos para optar al Título de Ingeniero en Conservación de Recursos Naturales DANIELA ANDREA VARGAS ICÓNOMOS VALDIVIA 2012 2 2.1 2.2 2.3 2.4 2.5 3 Índice de materias Calificación del Comité de Titulación Agradecimientos Dedicatoria Resumen PROTECCION DE ÁREAS SILVESTRES Y POBLACIONES EN PELIGRO EN CHILE HÁBITOS Y BIOLOGÍA DEL ELEFANTE MARINO (Mirounga leonina) Comportamiento general Alimentación Reproducción Estado de conservación Experiencias internacionales de manejo y conservación LOS ELEFANTES MARINOS DE LA BAHÍA AINSWORTH 3.1 Actividades humanas 3.2 3.3 3.4 3.5 3.6 3.7 Infraestructura existente y proyectada Flora Bosques Fauna de invertebrados dulceacuícolas Mamíferos terrestres Avifauna ESTRATEGIAS Y MEDIDAS PARA LA CONSERVACIÓN DEL ELEFANTE MARINO EN LA BAHÍA AINSWORTH DISCUSIÓN CONCLUSIONES REFERENCIAS i ii iii iv 1 4 5 6 7 Página i ii iii iv 1 3 4 5 6 7 7 9 11 12 12 13 13 13 14 14 16 18 20 Calificación del Comité de Titulación Nota Patrocinante: Sr. Iván Díaz Romero ______ Informante: Sr. Mauro González Cangas ______ Informante: Sr. Carlos Jara Senn ______ El Patrocinante acredita que el presente Trabajo de Titulación cumple con los requisitos de contenido y de forma contemplados en el Reglamento de Titulación de la Escuela. Del mismo modo, acredita que en el presente documento han sido consideradas las sugerencias y modificaciones propuestas por los demás integrantes del Comité de Titulación. _______________________________ Sr. Iván Díaz Romero i AGRADECIMIENTOS A los profesores Iván Díaz, Mauro González y Carlos Jara, por la paciencia, disposición y apoyo en la realización de este trabajo. A los profesionales Alejandra Silva (CONAF), Nelly Nuñez y Carlos Ojeda (Ministerio de Medio Ambiente), Anelio Aguayo (INACH) y Mauricio Alvarez (Cruceros Mares Australis) por la facilitación de información. Y por último, a todas las personas que contribuyeron a la realización de este trabajo. ii DEDICATORIA La vida universitaria no solo gira en el estudiante, existen familias y amigos que apoyan y hacen más amena la vida fuera de casa. Gracias mamá y papá por todo el amor y las oportunidades que me han entregado, sigo emprendiendo vuelo con las alas que me entregaron y anhelo llegar a ser un ser humano respetable y querido como son ustedes. A mis amistades del basquetbol y de la vida, gracias por las risas. Nunca se debe gatear cuando se tiene el impulso de volar (Hellen Keller) iii RESUMEN Los Parques y Reservas Marinas de Chile son un tema pendiente, donde el conocimiento actual de la flora y fauna de Chile es relativamente aceptable pero no se ven avaladas por una legislación coherente y centrada en estos recursos. En el año 2003, se crea la primera Área Marina Costera Protegida denominada Francisco Coloane, en la Región de Magallanes y Antártica Chilena, con la finalidad de establecer una gestión ambiental integrada de sus recursos y una modalidad de conservación con actividades de turismo para la utilización del recurso de manera sustentable. En esta misma región se encuentra bahía Ainsworth, la cual es un potencial sitio prioritario para la conservación, donde en sus costas en posible encontrar a la única colonia de Elefantes marinos (Mirounga leonina) en el área subantártica. Es por esto que se busca proponer un programa de estudio y monitoreo para la conservación de esta especie. Para poder lograr esto, se necesita comenzar con la generación de información propia, respaldada con estudios ya existentes en otras latitudes, con el fin de evaluar las verdaderas amenazas y las eventuales medidas de mitigación. iv 1. PROTECCION DE ÁREAS SILVESTRES Y POBLACIONES EN PELIGRO EN CHILE El aislamiento geográfico de Chile, la variedad de climas, el reducido tamaño del área continental y la historia del poblamiento faunístico ha dado como resultado a una gran cantidad especies endémicas de flora y fauna, algunas con parientes en zonas tan alejadas como Australia y Nueva Zelandia producto de su origen común durante el Terciario. Esta diversidad de especies ocurre a lo largo de una gran diversidad de ecosistemas, que incluye, entre otros, el desierto de Atacama, el altiplano, las islas oceánicas, el matorral esclerófilo de la zona central y centro-sur, hasta los bosques templados lluviosos del sur y la estepa patagónica austral. La presión sobre la biodiversidad y los recursos naturales de Chile han aumentado fuertemente en el último siglo, reflejándose en el extensivo reemplazo de bosques naturales por praderas, campos agrícolas y plantaciones forestales, la caza furtiva de fauna silvestre, el sobrepastoreo de praderas, la sobreexplotación de recursos pesqueros, la expansión de la frontera agrícola, y los incendios forestales, constituyen algunos ejemplos. Al igual que otros Estados, Chile ha creado un Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas, el cual juegan el importante rol de proteger ambientes naturales en condiciones lo menos antropogenizadas posible. Aunque estas áreas no son suficientes para permitir la conservación de la biodiversidad de los países, constituyen un aporte contundente en mantener recursos naturales representativos y únicos, muchas veces en directo beneficio de las poblaciones locales y del desarrollo rural. El criterio para el establecimiento de áreas silvestres protegidas inicialmente se basaba en sitios naturales de gran belleza escénica. Actualmente se persigue conservar la diversidad biológica y preservar muestras representativas de ecosistemas poco alterados, incluyendo las poblaciones locales en la conservación y manejo de las áreas silvestres, muchas de ellas con importantes valores culturales. Además de proveer los servicios ecosistémicos, la biodiversidad proporciona innumerables e irremplazables bienes para la humanidad, pero cada año disminuye la posibilidad de conservar muestras representativas de los ambientes naturales. Hacia el año 2032, el Programa de Naciones Unidas por el Medio Ambiente, estima que para Latinoamérica alrededor del 80% de los ecosistemas prístinos y su biodiversidad se encontrara fuertemente alterada. 1 El gobierno de Chile ha suscrito varios convenios internacionales para la protección y conservación de los recursos y ecosistemas, tales como los Tratados de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos o Canadá. El eje central de estos convenios es el intercambio económico entre naciones, donde la parte ambiental representa sólo uno de los componentes de los tratados de comercio. Debido a esto, no se ha dado el seguimiento a la totalidad de los convenios ambientales, donde en ciertos casos la legislación aun está pendiente, como es el caso de la relación entre la conservación y el manejo del ambiente marino costero. Según Castilla (1996), los Parques y Reservas Marinas deberían cumplir un rol importante, lo cual se ve obstruido debiéndose a que Chile aún no cuenta con una red de Parques y Reservas Marinas, establecidos en base a objetivos y criterios científicos y/o sociales. En este sentido, Ojeda (1998) señala que el conocimiento actual de la flora y fauna de Chile es relativamente aceptable, donde los estudios biológicos en la costa chilena se han concentrado numéricamente en las zonas más accesibles, cerca de los centros principales de población. Por ello aún existen segmentos de costa sin estudiar o escasamente estudiados debido a la extensión de la costa y baja accesibilidad de muchas zonas. Debido al aislamiento geográfico y biológico de muchas áreas protegidas y reservas, sumando las presiones humanas a las que están expuestos han experimentado un acelerado proceso de destrucción, por lo que el proceso de degradación de la biodiversidad, pese a los grandes esfuerzos por protegerla, ha seguido su curso. En el año 2003, se crea en Chile la primera Área Marina Costera Protegida denominada Francisco Coloane, en la Región de Magallanes y Antártica Chilena, con la finalidad de establecer una gestión ambiental integrada de sus recursos y una modalidad de conservación in situ de los ecosistemas y los hábitats naturales con actividades de turismo para la utilización del recurso de manera sustentable. Esta área se identificó como zona de alimentación de la ballena jorobada y un hábitat natural de diferentes especies de mamíferos marinos como orcas, lobos marinos y elefantes marinos, entre otras. Este tipo de iniciativas carecen de una legislación eficiente que permita reglamentar y regular la situación de conservación y manejo de los ecosistemas marinos. Las escasas leyes que hoy existen son ambiguas y su interpretación, por parte de las autoridades vinculadas al tema, es muy relativa, generando un incentivo negativo a la creación de futuras área marinas 2 costeras en Chile. Es así, como mediante la generación de información sobre los diferentes objetos de conservación se puede lograr mejoras en los proyectos e iniciativas vinculadas. Una de las especies carismáticas y objeto de conservación de la Región de Magallanes y Antártica Chilena es el Elefante Marino (Mirounga leonina). Esta especie llega a medir cinco metros y pesar más de cuatro toneladas, siendo un animal muy llamativo para gente local y para turistas. Esta especie ha llegado a tener un valor turístico tanto en la región subantártica de Chile como en Argentina y en la Península Antártica. El turismo es una de las actividades económicas más importante en la Región de Magallanes, movilizando alrededor de 300 mil visitantes al año. En la región subantártica de Chile existe sólo una colonia de Elefante Marino (Milounga leonina), ubicada en la Bahía Ainsworth, dentro del Parque Nacional Alberto de Agostini. Esta colonia es frecuentemente visitada por cruceros que han establecido una ruta permanente en esta bahía, incluyendo visitas terrestres a través de senderos en las turberas y desembarco en la colonia. Esta actividad es creciente y seguirá en aumento en los próximos años. Sin embargo, no existen antecedentes ni programas para la conservación de esta colonia, la cual puede ser fuertemente afectada por la actividad turística. En consecuencia, es necesario desarrollar un programa de estudio y monitoreo, con acciones específicas para la conservación de la colonia en la Bahía Ainsworth. En este trabajo de titulación se propone los lineamientos principales para definir una estrategia de conservación del Elefante Marino en bahía Ainsworth, basado en antecedentes bibliográficos de esta especie y en los escasos antecedentes disponibles para este lugar. Se desarrolló una caracterización detallada de la biología del Elefante Marino, mediante revisión bibliográfica, una caracterización del hábitat usado por el Elefante Marino, abarcando los componentes físicos, biológicos y culturales en el área. Por ultimo, se propone un programa de estudio, monitoreo y de acciones a realizar para la conservación de la única colonia de elefantes marinos en sector subantártico. 3 2. HÁBITOS Y BIOLOGIA DEL ELEFANTE MARINO (Mirounga leonina) En Chile existen escasos estudios dedicados al Elefante Marino, básicamente descripciones de sus colonias y distribución, categorizándose como insuficientemente conocida (Sielfeld 1997). Sin embargo, existen antecedentes sobre su dinámica poblacional, los recursos usados por esta especie, sus requerimientos de hábitat y posibles amenazas en otras colonias en los mares australes, como en la Península Valdés en Argentina, islas Georgias del Sur, Orcadas del Sur, Shetland del Sur, Sandwich, Gough, Bouvet e Islas Malvinas (Lewis y Campagna 2005). En particular, se enfocarán los análisis en los antecedentes disponibles para la Península Valdés, debido a que posee un número considerable de estudios y la cercanía a la bahía Ainswoth (Sapoznikow et al. 2008). 2.1 Características generales del Elefante Marino Esta especie presenta el mayor dimorfismo sexual en los mamíferos. El macho presenta un tamaño considerablemente mayor que la hembra, llegando a medir más de 5 m y pesando sobre los 4000 kg, mientras que la hembra mide sólo 3,5 m y pesa aproximadamente 800 kg. El macho además presenta una nariz alargada similar a una trompa corta, lo que le ha valido el nombre de elefante. En el caso de los elefantes marinos del sur, ambos sexos presentan una coloración grisácea, carecen de orejas, y en tierra se desplazan arrastrándose en forma ondulante, a diferencia de los lobos de mar, los cuales presentan orejas y pueden caminar sobre sus extremidades (Sapoznikow et al. 2008). La mayor parte de su vida transcurre en el mar. Apostándose en tierra para actividades puntuales y relevantes como reproducirse y mudar la piel. La temporada de reproducción, en base a estudios llevados a cabo en la Península Valdés, es entre los meses de septiembre y fines de noviembre y la temporada de muda es entre los meses de noviembre y marzo. Se estima una longevidad de 15 años en los machos y 23 años en las hembras (Campagna et al. 1996). 4 2.2 Distribución Esta especie se distribuye alrededor del continente Antártico en aguas circumpolares e islas subantártico. Una estimación indica que la población total de individuos mayores de un año bordearía los 700.000 ejemplares, con una producción anual de 189.000 crías (Lewis y Campagna 2005). Estos estarían concentrados en tres grupos poblacionales: Georgias del sur, Kerguelen y Macquarie. El primero estaría integrado por las agrupaciones localizadas en las islas Georgias del Sur, Orcadas del Sur, Shetland del Sur, Sandwich, Gough, Bouvet, Península Valdés e Islas Malvinas (Lewis y Campagna 2005) (Figura 1 y 2). 2.3 Alimentación El Elefante Marino se alimenta de peces y cefalópodos, consiguiéndolos con inmersiones hasta los 1600 m de profundidad, donde el promedio es entre 400 y 600 m y pudiendo permanecer sumergido hasta 2 horas. Sus inmersiones son las mayores entre los pinnípedos y sólo son superadas entre los mamíferos, por algunos cetáceos como el Cachalote (Sapoznikow et al. 2008). Los patrones de buceo del Elefante Marino son similares entre distintas poblaciones (Islas Macquarie, Islas Georgias del Sur y Península Valdés) pero las áreas de alimentación son diferentes. En algunos casos recorren más de 2.300 km de distancia en búsqueda de alimento alejándose del área continental (Lewis y Campagna 2005) (Figura 1). Los elefantes de las Islas Macquarie y de las Islas Georgias del Sur se alimentan al sur del Círculo Polar Antártico o en aguas de la costa Antártica, en cambio los Elefantes Marinos de la Península Valdés se alimentan en la zona del talud y el borde de la plataforma continental, donde serían abundantes los recursos, como especies de calamares y peces (Boyd et al. 1994). 5 Figura 1: Patrones de distribución del Elefante Marino (Mirounga leonina) en el continente Americano. Fuente: Lewis y Campagna (2005). 2.4 Reproducción Durante el mes de agosto en la Península Valdés los machos arriban a las playas provenientes de las zonas de alimentación, y posteriormente llegan las hembras (Lewis 1998). En esta etapa pueden observarse peleas entre machos que intentan formar su harem. Dependiendo de las colonias, el tamaño del harem varía desde unas pocas decenas hasta cientos de hembras. Las hembras arriban preñadas a la colonia y dan a luz un cachorro durante el mes de septiembre (Lewis y Campagna 2005). Los cachorros al nacer pesan de 30 a 40 kg. La madre los alimenta entre 23 y 25 días. En ese lapso de tiempo, las crías incrementan un 300% su peso inicial. Luego del destete las hembras son fecundadas y a los pocos días abandonan la colonia, gestando a la nueva cría durante 10 meses aproximadamente. Los cachorros pasan un período de ayuno en tierra de unos tres meses 6 durante el cual pierden alrededor del 30% de su peso. Luego de este tiempo se internan en el mar en busca de su primer alimento sólido. Durante la temporada de reproducción que puede alcanzar los 90 días, los machos no se alimentan y pierden hasta 12 kg diarios. Los machos dominantes tienen una gran actividad ya que deben aparearse con todas las hembras del harem y evitar que los machos periféricos (aquellos que no formaron harenes) copulen con sus hembras (Campagna et al. 1996). 2.5 Estado de conservación. Tanto en Chile como en Argentina, durante el siglo XIX y principios del XX el Elefante Marino fue explotado comercialmente por su grasa (utilizada como combustible de lámparas de aceite) y ocasionalmente como alimento. Como consecuencia, algunas poblaciones se redujeron y otras fueron exterminadas, como es el caso de los elefantes en la Isla Juan Fernández. Actualmente, entre las poblaciones de elefantes marinos del mundo, la colonia de Península Valdés es la única que presenta un marcado crecimiento. En el año 2008, la UICN coloca a esta especie dentro de la categoría Preocupación menor (LC). Para la Región de Magallanes el estado de conservación del Elefante Marino es Insuficientemente conocida (I) (Sielfeld 1997). 2.6 Experiencias internacionales de manejo y conservación Las experiencias internacionales para la conservación del Elefante Marino (Mirounga leonina) son escasas, pero es posible destacar algunos programas realizados en América del Sur. En Uruguay, en la Isla de Lobos, los entes gubernamentales, específicamente el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay (MGAP), pretende evitar que se produzcan alteraciones de importancia en el ecosistema de la isla, que provoquen un disturbio o el alejamiento del Elefante Marino y las otras especies que la habitan . El objetivo planteado se basa en establecer pautas que pueden ser de utilidad para llevar a cabo la planificación y la coordinación de estrategias que permitan desarrollar visitas turísticas. Asimismo, MGAP determino pautas en las que se establecen los circuitos de visita, el desarrollo y construcción del circuito de visitas, el espacio y tránsito de los visitantes, los guías y el control de los visitantes y por último la capacidad de carga. Determinándose que para una fluctuación entre 50 a 400 individuos la cantidad de turistas 7 no supera a las 25 personas a una distancia aproximada de 150 metros. Además se fijaron los horarios de las visitas, el uso de instalaciones, sanitarios y agua potable, zonas de exclusión acuática y de buceo y por último sobre los residuos y contaminación humana. Dichas medidas consisten en limitar el horario de visitas entre las 8:00 y las 12:00 horas, evitar que los visitantes hagan mal uso de las instalaciones o la eliminación de los residuos en lugares no autorizados Es así como establecieron que no todas las áreas de la Isla de Lobos son visitables, enfatizando en aquellas zonas donde los mamíferos marinos naturalmente descansan, reproducen y amamantan (INAPE, MGAP, PNUD 2000). Otro esfuerzo para la conservación del Elefante Marino, es el caso de la Península Valdés. Dicha bahía se encuentra emplazada al noreste de la provincia de Chubut, Argentina y fue declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por UNESCO en 1999 con la finalidad de proteger la naturaleza y con un mayor énfasis en la fauna marina. Es un destino turístico con relevancia internacional, incluye una serie de sitios donde es posible avistar fauna protegida, observar ecosistemas considerados singulares y realizar una serie de actividades tales como buceo, playa y senderismo (Kuper 2009). Actualmente, se encuentra bajo el resguardo de la Administración Área Natural Protegida Península Valdés, siendo una organización sin fines de lucro, creada específicamente para ejercer la administración y custodia de la Península Valdés. Al igual que en Uruguay, en la Península Valdés se ha compatibilizado el turismo con la protección de la especie. 8 Figura 2: Patrones de desplazamiento del Elefante Marino (Mirounga leonina) en Sudamérica. Fuente: Lewis y Campagna (2005). 3. LOS ELEFANTES MARINOS DE LA BAHIA AINSWORTH La bahía Ainsworth, en la Isla Tierra del Fuego, se localiza administrativamente en la región de Magallanes y Antártica Chilena (Figura 3 y 4). Sus coordenadas geográficas son 69° 00' y 72°05' longitud Oeste y los paralelos 54° 55' y 55° 15' Latitud Sur. Esta zona está inserta en el Seno Almirantazgo, donde se alza la Cordillera Darwin, perteneciente al Parque Nacional Alberto de Agostini. Las vías de acceso al área son solo mediante embarcaciones de envergadura, las cuales deben acceder al estrecho de Magallanes. La existencia de elefantes marinos constituye un gran atractivo para diversos visitantes. En general el sector se caracteriza por acantilados y rocas en la costa y bosques al interior. En dos expediciones realizadas en noviembre del año 2010 por el Instituto Antártico Chileno (INACH) y el Centro de Estudios del Cuaternario (CEQUA), se contabilizaron en la primera instancia cinco individuos, desglosándose en un macho, dos crías y dos hembras, en la segunda travesía se encontraron 11 ejemplares (1 macho, 3 crías, 3 hembras y 4 jóvenes no identificados). 9 Figura 3: Ubicación del territorio Bahía Ainsworth, Región de Magallanes. 10 Figura 4: Fotografía panorámica del sector de playas en Bahía Ainsworth, Tierra del Fuego, Región de Magallanes y Antártica Chilena. Fuente: Mauricio Alvarez Ruiz, Jefe de Expedición Cruceros Australis 3.1 Actividades humanas En este sector de Tierra del Fuego y alrededores, no existen registros de una fuerte presencia de actividad humana. Se reconocen tres pueblos originarios, los Selkman, Yamanas y Kaweskar, donde las actividades de subsistencia se basaban en caza y pesca (Rozzi 2007). En la zona norte del área de estudio, en el seno Almirantazgo, dominaban los canoeros Kaweskar, los cuales poseían contacto con los Selknam, en la orilla Norte del seno y con los Yamanas en los canales del Oeste. En años posterior a la colonización, específicamente en el siglo XX comenzaron actividades económicas de mayor envergadura como ganadería, forestal, minería (Sustentable S.A 2005). Actualmente, en el área de estudio o en sus alrededores no existen centros urbanos, siendo solo posible encontrar actividades puntuales en el ámbito del turismo. Esta actividad se lleva a cabo por la empresa COMAPA, la cual a través del crucero Mares Australis, navegar por los fiordos, canales y glaciares de la zona, con un promedio de 240 pasajeros por semana en 2 embarcaciones y a fines del año 2010 se incorporó una tercera embarcación, con capacidad de 210 turistas y 10 guías, el cual estará operativo para la temporada 2011. Históricamente hubo una gran explotación de mamíferos marinos en las costas atlánticas, islas subantárticas y continente antártico. La caza de Elefantes Marinos, 11 representó una importante actividad, dada la abundancia de estos animales y la gran demanda de pieles en Europa. Primeramente, fueron los canales patagónicos los que soportaron la explotación intensiva de loberos extranjeros, principalmente provenientes de Norteamérica. Años posteriores a la fundación de Punta Arenas, empresas nacionales comenzaron en 1865 la caza de estos mamíferos, faenas que se mantuvieron hasta 1892 cuando se suspendió la caza al disminuir notoriamente la abundancia de estos animales. En 1895, al ser reanudada las faenas, se observó que las poblaciones se encontraban en niveles de baja abundancia que hacía poco rentables las expediciones de caza (Arana 2003). 3.2 Infraestructura existente y proyectada En el área de estudio no existe una infraestructura de proporciones, solo es posible encontrar muelles y plataformas construidas por la agencia de turismo COMAPA para la comodidad de los pasajeros que desembarcan en el área para la observación de las zonas de interés. Esta empresa de turismo ha construido 215 metros lineales de pasarelas de madera sobre el terreno de turba y como proyecto para las siguientes temporadas se espera implementar 100 metros lineales más, con el fin de disminuir aun mas sus impactos sobre dicho terreno. 3.3 Flora La formación vegetal dominante es el Coigue de Magallanes (Nothofagus betuloides) y la Lenga (Nothofagus pumilio). Además, es posible encontrar canelo (Drimys winteri), notro (Embothrium coccineum) y el ñirre (Nothofagus antarctica). Las asociaciones mixtas existentes en el área se componen por lenga y leñadura (Maytenus magellanica). Entre las especies arbustivas se observa la Chaura (Gaultheria mucronata) y Empetrum rubrum, junquillo (Marsiposppermum grandiflorum), la nalca enana (Gunnera magellanica) y la compuesta (Iocenes acanthifolius). Debido a la topografía y el clima propio de latitudes extremas, la heterogeneidad se expresa por la riqueza de especies, donde bahía Ainsworth posee una riqueza mayor comparándose con sectores aledaños (Sustentable S.A 2005). 12 3.4 Bosques Los tipos forestales que dominan en el área de estudio son el Tipo Forestal Lenga (Donoso 1981) al término del Seno Almirantazgo, el subtipo Lenga-Coihue de Magallanes, Ñirre y como bosque puro en el límite arbóreo. Una de las características principales que los diferencia de aquellos ubicados en otras zonas del país y del mundo, son las condiciones de pristinidad en que se encuentran (Rozzi et al. 2007). 3.5 Fauna de invertebrados dulceacuícolas Por la difícil accesibilidad que presenta el área de estudio, se ve limitado el conocimiento de la fauna invertebrada dulceacuícola. En base a estudios realizados por Sustentable S.A (2005) en varias bahías colindantes y en la misma Bahía Ainsworth se identificaron a lo menos 29 morfo-especies pertenecientes a 10 órdenes. Entre los artrópodos, los insectos constituyen el grupo más diverso, abarcando a 13 familias. Además, este estudio fue capaz de identificar dos taxas como parásitos y filtradores: sanguijuelas (Hiruindae) y moscas “blackfly” (Gigantodax spp.), ocho taxas de los grupos funcionales detritívoros de hojarasca, herbívoros y depredadores, y el mayor número de especies pertenecían a colectores generalistas de materia orgánica fina. Cabe destacar que la fauna de invertebrados dulceacuícolas del archipiélago austral incluye crustáceos, lombrices, sanguijuelas, bivalvos, caracoles y ácaros. Este sistema, es el único en Sudamérica donde se encuentran cursos de agua de mayor tamaño pero de carácter ritrónico, es decir que los ríos de la zona austral están en baja elevación y presentan un mayor caudal. La fauna de este archipiélago es única por su alto nivel de endemismo y su relevancia taxonómica y evolutiva (Moreno y Fedel 2008). 3.6 Mamíferos terrestres Bahía Ainsworth, no se caracteriza por presentar una gran riqueza de mamíferos terrestres nativos. Cabe destacar que se observaron especies exóticas, como la rata almizclera (Ondatra zibethica) y el castor (Castor canadensis). Estas especies que se concentran en la parte este y sur-este de la isla de Tierra del Fuego, alteran la pristinidad del área (Baldini et al. 2008). 13 3.7 Avifauna La avifauna que presenta el área según Couve y Vidal (2003) está constituida por especies como el rayadito (Aphrastura spinicauda), fio-fio (Elaenia albiceps), churrin del sur (Scytalopus magellanicus), chercan (Troglodytes aedon) y el zorzal (Turdus falcklandii). En cuanto a las aves marinas, son la gaviota dominicana (Larus dominicanus) y petrel gigante (Macronectes giganteus). Los hábitos migratorios de las especies características del área, se clasifica en tres categorías: Residentes, Residentes Estivales (especies migratorias) y especies con carácter Parcialmente Migratorio (sólo migra una parte de la población durante el invierno). En sectores aledaños a la bahía Ainsworth se presentan varios sitios de nidificación de aves costeras y en la misma bahía se han registrado sitios de nidificación de la gaviota dominicana, los cuales deben protegerse (Imberti 2005). 4. ESTRATEGIAS Y MEDIDAS PARA LA CONSERVACIÓN DEL ELEFANTE MARINO EN LA BAHÍA AINSWORTH Esta es la única colonia de elefantes marinos en la zona sub antártica de Chile, de la cual existen solamente descripciones y algunos censos no publicados. Esta colonia está siendo utilizada para el turismo sin que exista un programa de resguardo sencillo y práctico que asegure su permanencia. Por ello se deben identificar cuales son las potenciales amenazas a esta población, y definir un protocolo de acción para enfrentar estas amenazas. Las principales amenazas son: a) La mortalidad accidental de los mamíferos marinos asociado a la pesca, siendo los más alterados aquellos que se distribuyen en la costa (Northridge 1984). A pesar de que este tipo de actividades no se desarrollan en la Bahia Aisworth, de todas formas pueden afectar al Elefante Marino en su desplazamiento a tierra para descansar transitoriamente o para establecer lugares de reproduccion. Ya que la mayor parte de su vida la realiza en el agua, se debe restringir (por parte de de los organismos competentes) las actividades pesqueras que generan un alto impacto, con el fin de evitar el enredo de los ejemplares de elefantes marinos en dichas redes y causar un potencial conflicto entre el ser humano y el medio natural. El ministerio de Economía, Fomento y Turismo, representado por SERNAPESCA, debería incrementar sus estudios sobre la cantidad de pescadores artesanales que frecuentan 14 la bahía Ainsworth y las bahías colindantes. Una medida factible de llevar a cabo en los fiordos y canales es realizar cursos y talleres de capacitación en las caletas, con el fin de enseñar a los principales actores involucrados que el Elefante Marino no es necesariamente una amenaza para su actividad, como también las características y costumbres de dicha especie. Como actualmente no se posee información específica de la colonia de Bahía Aisworth, se propone la implementación de radiocollares, con el fin de conocer si son una colonia estable o los individuos varían. Además de cuantificar el tamaño de la colonia, realizando un conteo simple, llevándose a cabo por la empresa turística, siendo los que pasan mayor tiempo en dicho sitio. b) El desarrollo turístico. Esta actividad es creciente y la colonia de Elefante Marino representa un gran valor turístico. Sin embargo, esta actividad debe tener ciertas regulaciones y se puede incluir a las empresas en la obtención de antecedentes que permitan conservar la colonia de elefantes, que es el recurso del cual depende la actividad. Por estas razones es necesario establecer una mesa de diálogo entre dicha empresa y los organismos públicos competentes en el área, con el fin de llegar a un mutuo acuerdo en base a la cantidad de visitantes y las frecuencias de visita. Con la información recabada es posible sugerir que la cantidad de visitantes debe ser inferior a 25 personas justificándose con las acciones tomadas en Uruguay, donde la colonia es de mayor envergadura. Además, basándose en antecedentes de la Península Valdés ( Lewis y Campagna 1996), es necesario regular la afluencia de público, restringiéndola en época reproductiva, pues su perturbación por visitantes podrían gatillar en una migración de esta pequeña población. Debido a que no es posible restringir el acceso al área, se sugiere que dichas visitas se concentren en la época de muda (entre noviembre y marzo) más que en el periodo de parición y fecundación (septiembre a octubre). Se propone diseñar un monitoreo de la población de elefantes de la bahía Ainsworth para definir las fechas de la reproducción, y los posibles efectos del turismo sobre sus actividades cotidianas. Este programa de monitoreo de adjunta en el anexo 1. Se sugiere que para la supervisión de dicho acuerdo actúe activamente la Armada de Chile, ya que ellos poseen conocimientos y embarcaciones capaces de atravesar los fiordos y canales de este archipiélago. 15 c) Contaminación de los fiordos, en base a los estudios realizados por Lewis y Campagna (2005) es posible conocer las rutas utilizadas por los elefantes marinos para el arribo a bahía Aisworth, siendo estas el estrecho de Magallanes y Cabo de Hornos, además de fiordos menores. Es por esto que se debe controlar la contaminación asociada a actividades de explotación, extracción, encallamiento y transporte marítimo por dichas áreas; y contener la potencial contaminación del agua mejorando la forma de ingreso a la bahía por parte del turismo. Con el fin de proteger el hábitat y la colonia, se sugiere el no desembarco de turistas, potenciando de esta forma la observación desde los zodiacs, justificado por la agresividad de la especie y la poca experiencia de los turistas al momento de enfrentarse a dicha especie. Además, se recomienda la observación en embarcaciones impulsadas por motores de cuatro tiempos, ya que dichos motores poseen mayor autonomía, consumen menos combustible y contaminan menos en comparación con un motor de dos tiempos. d) Adicionalmente, se sugiere crear vínculos con otras instituciones que manejen y conserven a dicha especie alrededor del mundo. Esta comunicación e intercambio de información entre los involucrados (centros académicos, instituciones gubernamentales y no gubernamentales) ayudará a una mejor evaluación del estado de la población, poniendo a disposición de la sociedad los elementos para la evaluación, las estrategias de conservación y recuperación, las políticas de manejo y aprovechamiento sustentable. Entre las instituciones que podrían formar parte son La Universidad de Magallanes (Chile), CONAMA (Chile), INACH (Chile), Fundación Patagonia Natural (Argentina), Fundación de Historia Natural (Argentina), Wildlife Conservation Society, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, Argentina). 5. DISCUSIÓN Proteger ecosistemas costeros y marinos es de gran importancia para la conservación de la biodiversidad. La región de Magallanes presenta una enorme biodiversidad y extensas áreas silvestres protegidas, sin embargo la fiscalización es escasa y los presupuestos necesarios para garantizar la protección de esas áreas son generalmente insuficientes. Actualmente más de la mitad del territorio de la región de Magallanes y Antártica Chilena presente algún tipo de resguardo. Es así como sectores con una amplia 16 historia de canoeros y navegantes, pero poco intervenido, se transforman en áreas de alto interés para la conservación y el turismo de sitios prístinos (Caicheo y González 2006). En la administración de las costas, fiordos y canales chilenos intervienen diversas instituciones, como la Armada, el Servicio Nacional de Pesca (SERNAPESCA), el Instituto Antártico de Chile (INACH), entre otros, siendo inexistente una coordinación entre estos organismos, generando proyectos similares pero con objetivos completamente contradictorios. Sin embargo, la Corporación Nacional Forestal (CONAF), ha logrado un acuerdo con la Armada para ejercer la vigilancia de ecosistemas situados en el mar o bien cercanos a la costa. Bahía Ainsworth al igual que las costas chilenas son de libres navegación para cualquier embarcación, pudiendo ser los sectores de playas posibles de concesionar por la Armada de Chile. En la actualidad, los estudios sobre el Elefante Marino y la bahía Ainsworth han ido proliferando, justificados por el creciente turismo y las intenciones del Ministerio de Medio Ambiente y el Instituto Antártico Chileno de nombrar dicha área como sitio prioritario para la conservación (Trujillo 2011). En este caso, debido a la difícil accesibilidad que presenta la zona, es primordial que los organismo públicos nombrados anteriormente trabajen en conjunto con la Armada, con el fin de hacer rendir eficientemente los escasos recursos que se asignan a este tipo de actividades y lograr así estudios más completos, reproduciendo los planes y conocimientos que se han generado en otras partes del mundo, como es el caso de la Península Valdés. Es necesario considerar que en dicha bahía el mayor número de individuos de elefantes marinos censados se estima en 30 individuos, siendo aun un número insuficiente, considerando que Franklin (1980), sugiere que 50 individuos reproductivos pueden ser un número mínimo necesario para evitar una depresión endogámica, intensificando por la diferente proporción de sexos, donde el sistema social produce que un sólo macho se aparee con un conjunto de hembras. Esta población no es aislada, y estaría teniendo flujo génico con otras poblaciones como la presente en la Península Valdés (Lewis y Campagna 2005). De este modo esta población sería viable, manteniendo una dinámica de fuente sumidero con otras poblaciones. Por ello, es necesario mantener y proteger las rutas de acceso y navegación de los elefantes entre una colonia y otra. El conocimiento existente sobre los elefantes marinos en bahía Aisworth es escaso, siendo necesario conocer las relaciones entre esta población y las poblaciones cercanas, las 17 rutas de navegación y las fuentes de alimentación. Justificando lo anterior, Gibbons y Miranda (2001) verificaron la ocurrencia de esta especie a lo largo de 10 años, señalando que es necesario realizar censos y discriminar clases de edad y sexo para determinar, si efectivamente los elefantes constituyen una colonia reproductiva, lo cual aun no se lleva completamente a cabo. También es necesario definir y cuantificar las amenazas mas exhaustamente, como la asociada a la pesca, a la acuicultura, al turismo y al tránsito de embarcaciones por los canales. Los mamíferos marinos también han mostrado ser sensibles frente a la presencia humana. El turismo dirigido a la observación de mamíferos marinos se concentra durante la temporada de cría y reproducción (Cerrutti et al 1993, Martínez Rivarola 1993, Martínez Rivarola et al 1993). La ballena franca austral (Eubalaena australis) altera la velocidad y el carácter errático de la natación en presencia de embarcaciones (Alvarez Colombo et al 1990, Arias et al 1992), y el Elefante Marino del Sur (Mirounga leonina) modifica sus patrones de actividad frente al acercamiento de visitantes (Martínez Rivarola 1993). 6. CONCLUSIONES La mayoría de las amenazas identificadas no son directas, pero estas sí pueden llegar a alterar el hábitat y la población de elefantes. Las especies introducidas como el castor y la rata almizclera alterar los bosques aledaños y generan represas (Wallem et al. 2007). Dichos impactos pueden cambiar la calidad del agua del mar al cambiar la dinámica del ecotono, exponiendo la playa donde se apostan los elefantes marinos. La acuicultura puede generar conflictos entre las empresas y los elefantes marinos, como ocurre con el Lobo Marino en Chiloé, significando un riesgo para esta especie (Fundación Terram 2002). La pesca y el paso natural del Estrecho de Magallanes crean un flujo permanente embarcaciones. Las alteraciones que genera la pesca, se basan en la forma de obtención del recurso y los riesgos de captura del Elefante Marino. Las redes fijas o la pesca de arrastre atraen al Elefante Marino, los cuales se acercan para la obtención de alimento, viéndose enredados y finalmente atacados por los pescadores (Northridge 1992). En cuanto al Estrecho de Magallanes, por siglos ha sido el paso natural que conecta el océano Pacífico con el océano Atlántico, por lo cual son indiscutibles los encallamientos y naufragios ocurridos en esta zona, donde los derrames y desperdicios generados de esta actividad han ido modificando el paisaje y creado un riesgo no solo para el Elefante 18 Marino, sino también para el futuro de la zona y las demás especies. Más en detalle, las alteraciones humanas en la bahía Ainsworth, se basan en el riesgo de encallamiento, el pisoteo de la turba y el incomodar al Elefante Marino, donde la afluencia de público no se ve restringido, ni instruido al momento de enfrentarse a una especie que actúa a la defensiva cuando se siente amenazado. A pesar que los estudios sobre el Elefante Marino son variados y abarcan varias interacciones y lugares, no se ha logrado conocer el por qué se apostan en bahía Ainsworth y las fechas de traslado desde Península Valdés. Por lo cual, se sugiere que en base a este estudio se incite a la búsqueda de dicha respuesta, aportando aun mas a la conservación del Elefante Marino, basados en los conocimientos de traslado y la razón de su búsqueda de un ambiente apartado. Es por esto, que se debe generar un mayor compromiso por parte de la industria privada, haciéndolos participes de las amenazas que ellos mismos han ido desencadenando. El sector público, posee la misión de resguardar los prácticamente inexistentes sitios prístinos o pocos alterados, pero el éxito de este tipo de proyectos se ven opacados y limitados por la de asignación de recursos. Para el caso de bahía Aisworth, es necesario generar una alianza entre las instituciones de investigación e instituciones que poseen los medios de accesibilidad, ya sea la Armada de Chile como el crucero Mares Australis. Por último, se debe destacar la necesidad de evaluar los reales impactos que está absorbiendo bahía Aisworth y específicamente el Elefante Marino, con el fin de adoptar estrategias y medidas apropiadas para su conservación, lo cual se corrobora con los datos obtenidos y consultados, donde se indica y ratifica la importancia del área como zona de concentración y apostadero del Elefante Marino. 19 7. REFERENCIAS Arana, P. 2003. Experiencia Chilena en faenas de pesca en aguas profundas y distantes: evolución y perspectiva. Actividad pesquera y de acuicultura en Chile. 57-79 p. Baldini, A., Oltremari, J., Ramírez, M. 2008. Impacto del castor (Castor Canadensis, Rodentia) en bosques de lenga (Nothofagus pumilio) de Tierra del Fuego, Chile Corporación Nacional Forestal, Programa Protección Fitosanitaria, Santiago, Chile. Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal, PUC, Santiago, Chile. CEDREM Consultores, Santiago, Chile. 8p. Boyd, L. T. Arnbom y M. Fedak. 1994. 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Identificación de los mecanismos subyacentes a la invasión de Castor canadensis (Rodentia) en el archipiélago de Tierra del Fuego, Chile. Revista Chilena de Historia Natural. 80. 309-325p. 23 ANEXO 1 Con la finalidad de cuantificar los efectos del turismo sobre la colonia de Elefantes Marinos de bahía Ainsworth, se propone desarrollar un trabajo práctico en terreno. Para llevar a esto a cabo, se requiere al personal y turistas del crucero Mares Australis. En primer lugar y previo al desembarco de los pasajeros se debe registrar la hora de arribo, fecha de visita, las condiciones climáticas y el tamaño de la población de Elefantes Marinos, identificando a los machos, hembras, juveniles y crías (cuadro 1). Cuadro 1: Tabla para la toma de datos previo al desembarco de turistas en bahía Ainsworth DATOS PREVIOS AL DESEMBARCO Condiciones climáticas Tamaño de la población(N°) Observaciones Despejado Nublado Lluvia Granizo/Nieve Hora Fecha Hembras Machos Juveniles Crías Posterior al desembarco se debe medir la distancia mínima de reacción del Elefante Marino frente al visitante, donde un grupo no mayor a tres personas se acercaran de forma paulatina hacia el apostadero de Elefantes Marinos, en dicho trayecto llegara un punto donde dicha especie entrara en estado de alerta, en ese momento se debe medir o estimar los metros de distancia y registrarla. Dicho experimento, se debe llevar a cabo cada vez que se realice un desembarco, con el fin disminuir los factores que pueden inducir a un error de medición (Cuadro 2). El primer registro se debe completar con los pasos explicados anteriormente al momento del desembarco. Posterior, los turistas podrán llevar a cabo las actividades 24 indicadas por el personal del crucero y al momento de retirarse del área se deberá realizar ambos pasos mencionados, es decir la medición de los metros en que el Elefante Marino queda en estado de alerta por la presencia de los visitantes, registro 2 (Cuadro 2), como además el conteo de las especies al momento de partir de la bahía (Cuadro 1). En el recuadro de observaciones, se debe apuntar datos que puedan explicar alguna conducta inusual del día de toma de datos, como además si algún individuo se aleja de las costas. Cuadro 2: Tabla para la toma de datos al momento de arribo y partida en terreno, registrando los metros en que el Elefante Marino reacciona al turista. DATOS EN TERRENO Registro N° Elefantes Marinos Distancia 1 2 Hora de arribo Hora de partida N° visitantes Observaciones Con esta información se logra generar dos tipos de resultados. En primer lugar, conocer cuál es la distancia donde el Elefante Marino queda en estado de alerta, como además cual es la distancia donde esta especie reacciona y se aleja de las costas. Es decir, en el primer caso el gráfico en el eje de las ordenadas los extremos se basan en que el Elefante Marino no se alerta y en el otro extremo que la especie si se alerta. En el eje de las abscisas se cuantifica la distancia. Es así como se presume que la especie generara una grafica exponencial, mientras más se acerca el visitante, la especie en algún punto estará en estado de alerta. Esto también se asume para el caso de la tabulación de los datos de la reacción de la especie al momento de quedarse en el apostadero o irse al mar, alejándose del potencial peligro. Se queda No se queda 25 Metros