MISTERIO DE SALVACIÓN EN CRISTO

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“La misericordia es el
atributo más grande de Dios”
El contenido del Evangelio se ha escrito para que crean que Jesús
es el Mesías, el Hijo de Dios; y para que creyendo, tengan vida en
su nombre. Se canta solemnemente en la liturgia. Con este fin se ha
de participar en la Santa Eucaristía y escuchar la palabra de Dios o
leerla en los textos de la Sagrada Escritura, que ustedes tienen
consigo.
¡Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por la
resurrección de Cristo de entre los muertos nos ha hecho nacer de
nuevo para una esperanza viva!
Meditar la palabra de Dios los domingos no es una simple práctica
espiritual, pues, ese caminar concreto en la historia, en la vida de
cada familia, pueblo o nación, es el marco concreto del cristianismo.
Y es allí donde el cristiano tiene que ser sal de la tierra, luz del
mundo, con la certeza y esperanza viva que no dejará apagar su fe
en el Señor que es Vida y Resurrección.
Una persona que, en la primera mitad del siglo XX, meditaba de
esta forma el contenido del Evangelio tuvo una experiencia
maravillosa. El 8 de febrero de 1935, el Señor le habló a Santa
Faustina Kowalska: "Proclame que la misericordia es el atributo más
grande de Dios"... "Mi misericordia es más grande que sus pecados y
que los del mundo entero"... "Crean en mi bondad. Yo mismo soy la
Misericordia"... "Cuando un alma alaba mi bondad, Satanás tiembla
ante ella, y huye a lo más profundo del infierno.
Años más tarde, el Santo Padre Juan Pablo II, el 30 de abril de 2000
canonizó a santa Faustina.
A continuación vamos a presentar algunas frases del Señor que le
dijo a Santa Faustina y que ella dejó en sus escritos:
"Que el pecador no tenga miedo de acercarse a Mí. Yo les daré
un mar de gracias a estas almas"... Más grande el pecador, más
grande el derecho que tiene a recibir mi Misericordia"... "Aun no
puedo castigar al pecador más grande si apela a mi Compasión"...
"Que ninguna alma, ni la más miserable, se hunda en la duda;
porque, mientras viva, cada uno puede convertirse en un gran santo,
debido al poder tan grande de la gracia de Dios"... "Que ninguna
alma tenga miedo de acercarse a Mí, aunque sus pecados sean de
escarlata. Mi Misericordia es más grande que sus pecados y los del
mundo entero. Así, vengan a Mí con confianza. Nunca rechazo un
corazón arrepentido. No he excluido a nadie. Cielo y Tierra se
transformarían en la nada antes de que Mi Misericordia no abrazara
a una alma confiada"...
"Oh alma, hundida en la oscuridad, no desespere, todavía todo
no se ha echado a perder. Venga y confíe en su Dios, quien es
AMOR y MISERICORDIA. Mi hijo, escuche la voz de su Padre
Misericordioso... Porque usted anda tan débil, le recogeré en
mis brazos y lo llevaré a la casa de mi Padre. No se hunda en su
miseria... Más bien mire mi Corazón, lleno de BONDAD".
Jesús dijo a Sor Faustina: "Cuando un alma ve y se da cuenta de la
gravedad de sus pecados, cuando se le revela todo el abismo de la
miseria en que anda hundido, que no se desespere, pero con
confianza que se tire en los brazos de mi Misericordia, igual que un
niño que se tira en los brazos de su querida Madre. Estas almas
tienen todo el derecho a recibir la Compasión de mi Corazón. Ellos
son los primeros en tener acceso a mi Misericordia. Dígales que toda
alma que ha apelado a mi Misericordia nunca se ha quedado
decepcionada ni se ha sentido vergonzosa"...
Sí, Dios es Misericordioso, pero también El es Justo. Vivimos ahora
en un tiempo de misericordia, pero muy pronto vendrá el tiempo de la
justicia, y Jesús también nos advierte: "El que se niega a pasar por
la puerta de mi Misericordia, tiene que pasar por la puerta de mi
Justicia".
Jesús le dijo a Santa María Faustina: "No quiero castigar a la
humanidad sufrida, pero deseo curarla, estrechándola contra mi
Corazón Misericordioso. me valgo del castigo cuando ellos mismos
me obligan a hacerlo. Mi mano vacila en agarrar la Espada de la
Justicia. Antes del Día del Juicio, mando el Día de la Misericordia...
Dígale a la humanidad sufrida de acurrucarse (postrarse) junto a mi
Corazón Misericordioso y la llenaré de paz".
En 1933 Jesús le dio a Sor Faustina una corta pero poderosa
oración, con la promesa: "Cuando ustedes recitan esta oración con
fe y un corazón contrito por algún pecador, Yo le daré la gracia de la
conversión". esta es la oración; "OH SANGRE Y AGUA, QUE
SALIO A CHORROS DEL CORAZON DE JESUS COMO UNA
FUENTE DE MISERICORDIA PARA NOSOTROS, CONFIO EN TI".
Tal vez la más grande de las promesas que Jesús le dio a Sor
Faustina fue que un día especial de cada año, se nos puede dar la
gracia de un nuevo comienzo en la vida. Jesús dijo: "Yo deseo que
el primer domingo después de Pascua sea la fiesta de la
Misericordia divina. Este día, quien quiera que sea que se
acerque a la Fuente de la Vida, recibirá el completo perdón de
sus pecados y castigo".
Jesús nos pidió que confesáramos nuestros pecados, que
recibiéramos la Sagrada Comunión en ese día, y que nosotros
mismos prometiéramos ser misericordiosos. La misericordia es la
más bondadosa de los amores, porque no puede soportar la idea de
herirle al otro, aun cuando el otro le hiera. Jesús, mientras sufría la
crucifixión, rezó: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen"
(Lc 23,24). Jesús le dijo a Sor Faustina: "Cuando no confía en mi
Bondad, me duele muchísimo".
SI MI MUERTE NO TE HA CONVENCIDO DE MI AMOR, ¿QUÉ
MÁS ES NECESARIO?
Dios quiera, que el mensaje de esta Fiesta del Señor de la
Misericordia llegue a su mente y corazón y colme de fe, alegría y
esperanza su vida personal y familiar.
Francisco Sastoque, o.p.
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