En busca del emir Abd El-Kader 26 03 abril 2010 Sala de proyecciones de Casa Árabe. c/ Alcalá, 62. 28009, Madrid. Película en V.O.S.E. Entrada libre hasta completar aforo. 19:30 h Retirada de entradas a partir de las 19:00 h. mayo 2010 19:30 h Rosa de Madariaga, historiadora y especialista en el Protectorado 71 En la sesión del día 26 tendrá lugar una presentación a cargo de María español de Marruecos. Ficha técnica Premios y festivales Título: En busca del emir Abd El-Kader Título original: A la recherche de l'emir Abd el-Kader Nacionalidad: Francia, Argelia Año de producción: 2004 Director: Mohamed Latreche Producción: Les Films d'Ici/Agathe Berman. Potlatch Production/Saïda Boukhemal Guión: Mohamed Latreche, Mohamed Kacimi Fotografía: Marc-André Batigne Montaje: Anne-Marie Leduc Sonido: Alberto Crespo Duración: 52 min. Encuentro cinematográfico de Gindou, "Panorama de África y del Mediterráneo", Francia, 2004. Festival international "Resistencias" de Foix, Francia, 2005. Festival international de cine de Amiens, Francia, 2005. Festival de cine de Douarnenez, Francia, 2007. Sinopsis La vida del emir Abd El-Kader, emblemática figura del nacimiento de la Argelia moderna, se caracterizó por su lucha contra la ocupación francesa. Acabó exiliado en Siria, donde murió. La Argelia independiente lo consideró el primer fundador de la nación. El documental incluye interesantes reflexiones de la mano del académico francés Bruno Etienne. Biografía y f ilmografía del director Nace en 1973 en Sidi-Bel-Abbès, ciudad del oeste de Argelia. En 1992 se traslada a Francia para estudiar Ciencias Políticas en Saint-Denis. Tras dirigir un cortometraje de ficción, Rumeur, etc., Mohamed Latrèche se embarca en la realización de su primer documental, En busca del emir Abd El-Kader. Actualmente es productor y distribuidor de SORA, organización que él mismo fundó en 2003. Filmografía: Rumor, etc. (2003), En busca del emir Abd El-Kader (2004), La ayuda en la vuelta (2009). Notas sobre el personaje Bruno Etienne quería, ante todo, corregir las falsas y odiosas representaciones recogidas por los medios de comunicación franceses que llevaban a ignorar completamente la civilización árabe, convertían el islam en una religión bárbara, concebían Oriente Medio como un lugar recóndito sin pasado histórico y ensalzaban la colonización francesa como una gran obra civilizadora. Bruno Etienne reveló, a modo de confidencia, cómo se despertó su interés por la historia y la personalidad de Abd El-Kader. En 1961, cerca de Mascara, contrajo matrimonio con una pied-noire, francesa de Argelia, cuya familia había comprado la propiedad del emir. Cinco años más tarde, cuando Argelia se reapropia de Abd El-Kader como fundador de la nación argelina y exige la devolución de sus cenizas, el entonces ministro de cultura del país, Malek Haddad, le pide a Etienne que escriba un texto para celebrar el acontecimiento. Poco después, en Damasco, un joven historiador sirio le descubre la existencia de centeneras de obras y cartas del emir que demuestran sus habilidades como filólogo y poeta. Finalmente, en 1990, Bruno Etienne toma consciencia de la importancia política y económica de Abd El-Kader gracias a unos documentos que reflejaban las relaciones entre el ministro de asuntos exteriores del gobierno francés de la época de Napoleón III y el emir. Para demostrar la importancia del papel político desempeñado por Abdl El-Kader y el lado pragmático de su personalidad, Bruno Etienne se refiere a varios episodios de la vida del emir. La influencia de Abd El-Kader en la construcción del canal de Suez fue decisiva. Paradójicamente, es a la vuelta de su peregrinaje a La Meca y a Medina (durante el que experimenta un repliegue místico de casi dos años) cuando demuestra un espíritu de modernidad excepcional. De hecho, logra convencer a las poblaciones locales de los beneficios de este proyecto, en el que veía un nexo de unión más entre la espiritualidad de Oriente y la modernidad de Occidente. Una concepción así no le impide, sin embargo, comprar acciones en 1869, con la apertura del canal, ni aceptar la propiedad de Bir Abou Ballah, ofrecida como muestra de agradecimiento por su ayuda. En 1856, con la modificación del estatus de sus habitan- tes, que suprime la gestión autónoma de las comunidades religiosas y se desencadena el debate entre los partidarios del arabismo y los del islamismo. Abd El-Kader opta sin duda por la postura de los arabistas antiotomanos y, lógicamente, guarda bajo su protección a los árabes cristianos amenazados durante los motines de Damasco en 1860. Logra incluso movilizar a una pequeña tropa ante la colonia de argelinos emigrados y residentes en Damasco para enfrentarlos a las milicias otomanas. Esta valiente posición le hará cosechar éxito, medallas, condecoraciones y la admiración de Europa. Tras la expedición francesa en Siria (1860-1861), Napoleón III le propone convertirse en el jefe del reino árabe que se extendía desde el Mediterráneo hasta el Golfo de Aqaba para oponerse a las pretensiones del Imperio Británico, pero Abd El-Kader se niega categórica y definitivamente. De igual manera, con el movimiento del Renacimiento Árabe, en los años 1870-1880, rechaza tomar las riendas de las revueltas contra los turcos. “Mi reino no es de este mundo”, declara para resumir su actitud. Notas sobre la conferencia “Abd El-Kader: mitos y realidad” ofrecida por Bruno Etienne. Martine Timsit. 2005. http://www.ldh-toulon.net/spip.php?article478 gran curiosidad intelectual, marcado por el pensamiento griego, que sumaba a su fe una profunda humanidad y una gran pasión por el conocimiento. Para él no existía ninguna contradicción entre la fe y la razón. Afirmaba que había que vivir de manera ortodoxa al tiempo que se aprendía de los diversos caminos de Dios. Por ello, este hombre puro, compasivo y respetuoso con las leyes musulmanas sabía reconocer las hazañas y logros de la cultura europea. ¿Qué tipo de nombre es Abd El-Kader? En 1846, tres abogados adquirieron una propiedad en el norte de Dubuque, un terreno en la ribera del río Turkey que era ideal para producir harina. Uno de ellos, Timothy Davis, tuvo el honor de poner nombre a la nueva ciudad. Davis había estado siguiendo en secreto las hazañas de Abd El-Kader en la revista semanal Littell’s Living Age. Este personaje, popular en la prensa británica y americana internacional, había encarnado la esperanza del pueblo árabe en la lucha contra la colonización francesa de Argelia. El recuerdo de la revolución americana contra el imperialismo británico fue lo suficientemente fuerte como para que Davis, un abogado respetado y emprendedor de la otra punta del mundo, se identificara con el emir y decidiera llamar al nuevo asentamiento “Abd El-Kader”, nombre que derivó con el tiempo en “Elkader”. Catorce años más tarde, otro americano lo honraría erigiéndolo como un gran musulmán y humanista. Esta vez fue el presidente Abraham Lincoln. Texto extraído de la web sobre el libro Commander of the faithful de John W. Kiser. www.truejihad.com Referencias bibliográficas EL-KADER, A. Poèmes métaphysiques. Charles-André Gilis (trad.). Paris : Éditions de l'oeuvre, 1983. ÉTIENNE, B. Abdelkader: Isthme des isthmes, Barzakh al-barazikh. Paris: Hachette, D.L.,1994. Pese a haber combatido contra él, los vencedores franceses homenajearon las cualidades morales, intelectuales y espirituales de Abd El-Kader y lo convirtieron en uno de los grandes del siglo XIX. El emir inspira respeto desde Misuri hasta Moscú. Su historia gira en torno a muchos temas interesantes, pero su esencia es la lucha: lucha contra los invasores franceses, lucha contra los árabes que se oponían a su liderazgo, lucha contra las depresiones y la desesperación en las prisiones, lucha, en definitiva, para vivir como un buen musulmán. Hoy en día habría sido calificado por Occidente de “fundamentalista” – retrógrada, intolerante y extremista-, pues para Abd El- Kader seguir el camino correcto significaba llevar a cabo el deseo de Dios de acuerdo con los preceptos del Corán y con las tradiciones del Profeta. Sin embargo, ante todo era un hombre de ciclo organizado por: EL-KADER, A. L’e/mir Abdelkader: autobiographie. Benmansour, H. (trad.). Paris: Dialogues eTditions, 1995. CHODKIEWICZ, M. The spiritual writings of Amir Abd al-Kader. James Chrestensen, J. y Manning, T. (trad.). Nueva York: State University of New York Press, 1995. LORY, P. L’e/mir Abd el-Kader, te/moin et visionnaire. Paris: Ibis Press, 2004. ABDELKADER, H. Correspondance de l’e/mir Abdelkader, 1833-1883. Oran : Dar el Gharb, 2004. BOUYERDENE, A. Abd El-Kader: l'harmonie des contraires. Geoffroy, É.(prol.). Paris : Seuil, 2008. www.casaarabe.es Casa Árabe e Instituto Internacional de Estudios Árabes y del Mundo Musulmán c/ Alcalá, 62. Madrid 28009 Tel: 91 563 30 66. Fax: 91 563 30 24