Carta de Néstor, rey de Pilos, a Rosa Díez

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EL MUNDO. DOMINGO 21 DE SEPTIEMBRE DE 2014
OTRAS VOCES
CARTAS
DE UN ARPONERO
INGENUO
OPINIÓN
PEDRO J. RAMÍREZ
lo Espejo Jáimez. Prohibida su reproducción.
Carta de Néstor, rey de Pilos, a Rosa Díez
Querida Rosa:
Permíteme que me presente. No
me conoces pero tal vez mi nombre te suene. Aunque han pasado
nada menos que 28 siglos, Homero
me hizo famoso en la Ilíada. Si tienes una edición por casa me encontrarás ya desde el Canto I cuando intervengo para intentar zanjar
la disputa entre Agamenón y Aquiles: «He aquí que se levanta el armonioso Néstor, excelente agoreta
de los pilios. Y de su lengua fluía la
palabra, dulce como la miel».
No puedo quejarme de cómo
me trató el sublime ciego de
Quíos. Algunos eruditos me presentan como un vanidoso megalómano, contando siempre batallitas. La verdad es que cuando uno
ha navegado con los argonautas,
luchado contra los centauros, participado en la caza del jabalí de
Calidón y entrado en los establos
de Augías con el ejército de Hércules, tiene mucho para recordar.
Pero no te preocupes, que no me
voy a remontar tan lejos. Los dioses me dieron el don de la longevidad y por eso lo he visto y vivido
casi todo desde mi amurallado reino en la bahía de Pilos. Digo «vivido», no «bebido», je, je, je… Pongo
la venda antes que la herida porque a lo mejor te ha llegado también mi fama de borrachín. No te
la creas. Todo fue culpa de la arqueología. Sí, de esas excavaciones
que un inglés hizo entre los restos
de mi palacio. Una cosa es que la
estancia más grande resultara ser
una bodega capaz de albergar
5.000 litros de vino, y otra que yo
me los hubiera bebido todos.
Las noches son dulces en esta
zona del sur del Peloponeso, y en
aquellos tiempos en que por cualquier agravio se desenvainaba la
espada, un rey tenía que tener
contentos a sus vecinos e invitados. Pero también se encontraron
cientos de tablillas en micénico y
por Zeus que nadie me asocia a
la cultura.
Bueno, corto el rollo. Si visitas
Grecia, avísame y me ocuparé de
que te atiendan con todos los honores. Vayamos al motivo de mi
carta. Resulta que el otro día el capullo de Poseidón se puso estupendo y le dio por empujar, desde las
costas españolas hasta aquí, a una
canoa ballenera que a duras penas
logró refugiarse tras el espigón de
la bahía. Medio mareado un arponero que, dicho sea de paso, me
pareció bastante ingenuo, me contó los últimos acontecimientos de
su patria y cuando me explicó lo
que pasaba entre ese chico, el tal
Albert Rivera, y tú, dijo una cosa
que me recordó mucho el argumento que utilicé aquel día en el
campamento aqueo.
Concretamente me contó que
vuestros adversarios comunes se
frotan las manos ante vuestras desavenencias y dan palmas con las
orejas ante la perspectiva de que
vayáis desunidos al combate. Esa
era también la nefasta consecuencia que iba a tener el encono entre
el firme rey Agamenón y el impulsivo caudillo Aquiles, dos personajes de sangre aún más caliente que
la vuestra. Como aquello clamaba
al cielo, yo elevé mi voz con total
franqueza:
– «¡Oh Dioses, una inmensa
desgracia pesa sobre la tierra
aquea! He aquí que Príamo, sus
hijos y los demás troyanos se regocijarán cuando se enteren de
vuestras querellas».
Lee Rajoy donde pone Príamo e
incluye a Pedro Sánchez entre los
«demás troyanos» del bipartidismo.
La historia siempre se repite: mien-
tras la unión hace la fuerza, la división de los afines sólo ayuda al adversario común. Por eso mis palabras de entonces tienen pleno vigor ahora:
– «¡Oh vosotros que estáis por
encima de los dánaos en el ágora y
el combate, dejaos persuadir! Con
hombres más valientes que vosotros viví en otro tiempo y jamás
me creyeron inferior… Escuchaban y seguían mis consejos. Ha-
cedme caso también vosotros pues
será mejor».
Para que no se te escape nada,
aclaro que lo de los «dánaos» no
era sino una manera halagadora de
referirme a los propios griegos, hijos de Dánao, hermano gemelo de
Egipto, según la mitología que yo
ya manejaba. A lo mejor te parece
un poco rebuscado –también llamáis donostiarras a los de San Sebastián–, pero palabra de agoreta
que funcionaba.
Claro que mi principal fuente de
autoridad era mi edad. O, para ser
exactos, mi experiencia. Aún no se
decía eso de «más sabe el diablo
por viejo…», pero yo había sido testigo de al menos tantas frustraciones y decepciones como las que me
dicen que lleváis acumuladas los
representantes de la tercera España desde los tiempos de aquel
Adolfo Suárez al que, por cierto, recibieron el otro día con gran júbilo
y no menor pompa en el Olimpo.
Lo de menos es que Agamenón
y Aquiles estuvieran peleados por
una bella esclava y que vosotros
discrepéis sobre alianzas electorales. No hizo falta que el arponero
me diera muchos detalles. De sobra sé que son los celos o, mejor dicho, los recelos los que horadan el
corazón humano.
Agamenón y Aquiles tenían métodos distintos pero era mucho
más lo que les unía que lo que les
separaba, y entre ellos existía una
jerarquía que excluía disputar el liderazgo. Por lo que me dicen, Rosa, tú eres mandona y sabia como
Agamenón y Albert tiene la audacia de Aquiles el Pélida –hijo de Peleo– a quien por algo llamaban «el
de los pies ligeros». Por eso también sirve para vosotros el dictamen que emití para ellos:
– «No debe Agamenón, aunque
parece el más fuerte, raptar a la
virgen que se entregó al Pélida…,
pero tú tampoco, Pélida, debes resistir al rey porque no eres igual al
portador del cetro que Zeus ha glorificado. Si eres el más bravo y te
parió madre divina, él es más poderoso y manda en la mayoría».
Y me quedé tan ancho, viendo
como Agamenón me miraba con el
mismo escepticismo con que tú debes estar leyendo esta carta. De hecho, su primera reacción fue cerrarse en banda al pacto porque no
se fiaba de Aquiles como tú, Rosa,
no terminas de fiarte de Albert. Por
eso me mandó educadamente a tomar por saco y se quedó con la esclava. Y no veas el rebote que se
agarró Aquiles al ver desoídas sus
ofertas de concordia.
Parecería que como componedor o, como decís ahora, como broker había fracasado porque AquiSigue en página 22
RICARDO MARTÍNEZ
Impreso por Gonzalo Espejo Jáimez. Prohibida su reproducción.
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EL MUNDO. DOMINGO 21 DE SEPTIEMBRE DE 2014
OPINIÓN OTRAS VOCES OBITUARIOS
Viene de página 21
les se retiró al principado de su
nave anclada en el extremo derecho de la flota griega y Agamenón
se empeñó en seguir haciendo la
guerra por su cuenta. Pero el
tiempo demostró que era yo quien
estaba en lo cierto. Troya era mucho Troya y tenía a la mayor parte de los Dioses del Ibex de su lado. Los griegos sufrieron tantas
derrotas y tan dolorosos reveses
que estuvieron a punto de volver a
Ítaca con el rabo entre las piernas.
He seguido vuestras peripecias
de estos días en la tele y me temo
que la situación se parece bastante. Cuando te vi hace un par de semanas entrar en La Moncloa y
asentir a una coalición absurda,
mucho más heterogénea e inconsecuente que la que te uniría con
Albert, pensé que era como si
Agamenón hubiera traspasado la
muralla para visitar a Príamo y urdir una estrategia para mantener
a raya a Aquiles.
Lo peor en la guerra es equivocarte de adversario. Es cierto que
el PP, y en menor medida el PSOE,
también están contra el separatismo, pero, según me ha contado el
arponero, ha sido su usurpación
de los derechos de participación
política de los ciudadanos –el rapto de la bella Helena– y su negativa a devolverlos lo que en definitiva ha alimentado la infección que
padecéis. Tú no has llegado hasta
aquí, tras superar mil azares a bordo de las naves de UPyD, para
conformarte y transigir. Porque si
tratas de combatir el mal diluyéndote en su caldo de cultivo te ocurrirá lo mismo que, por lo que me
dicen, le pasó al CDS cuando en
un congreso celebrado en un lugar
llamado Torremolinos acordó convertirse en el perchero del felipismo gobernante.
Me ha parecido bastante bien
en líneas generales el documento
que aprobasteis en el Consejo Político al que convocaste a tus capitanes. No tratáis de un reparto de
honores sino de una suma de empeños. Cuando algún émulo de
Homero escriba vuestra epopeya,
apenas si encriptará en un par de
versos lo que Sosa Wagner dijo, lo
que contestaron Gorriarán o Irene
Lozano y lo que se escribió sobre
vosotros con buena voluntad o saña. En cambio, no ahorrará cuantos hexámetros sean precisos para describir el encuentro que celebrarás pasado mañana con Albert,
si al final resulta tan fructífero como el que induje a Agamenón a
mantener con Aquiles tras la
muerte de Patroclo.
De esa reunión depende que en
vuestro país pueda haber una esperanza de cambio frente a la oligarquía de la polis, distinta a la
oclocracia de Podemos. Perdona,
pero así se ha llamado toda la vida
al populismo. En cualquier otra situación vuestro acuerdo sería conveniente. Tal y como están las cosas en Europa es imprescindible.
Hemos salvado el match ball de
Escocia pese al ace de Murray en
el último juego –como no envejezco veo mucho deporte por la tele–
pero lo de Cataluña, bromitas como la de este fin de semana al
margen, va de mal en peor. Ahí
tienes a Marc Gasol o Xavi. Qué
chicos tan atolondrados. ¡Derecho
a decidir! Claro, ahora se entiende
lo que pasó con vuestras selecciones de baloncesto y fútbol: los
franceses y los chilenos lo tenían
todo decidido antes de empezar.
Dejo de darte la lata. Espero
que vuestra conversación se parezca lo más posible a la que escuché cuando Aquiles compareció
ante Agamenón:
– «Olvidemos el pasado, aunque
nos sea doloroso, y sometamos
nuestra alma a la necesidad que
nos aflige».
– «Puesto que te he ofendido
porque Zeus ofuscó mi espíritu,
deseo ahora apaciguarte… Ve al
combate y enardece a las tropas».
– «No pensemos más que en
combatir puesto que hay que llevar a cabo una ardua empresa. Es
preciso que se vea a Aquiles en las
primeras filas, rompiendo con su
lanza de bronce las falanges troyanas».
No entraré en detalles de lo
que sucedió luego, pero te animaré diciendo que vuestra alianza
política irrumpiría en escena,
«De vuestra reunión
depende que en
España pueda haber
una esperanza de...
...cambio frente a
la oligarquía de la
polis, distinta a
la oclocracia de...
...Podemos. Perdona,
pero así se ha
llamado toda la
vida al ‘populismo’»
igual que ocurrió con aquella
coalición militar, «como yunta de
bueyes mugidores que en redonda era trillasen la cebada, desgranándose bajo sus pezuñas las espigas». Y que lo que quedó al final fue aquel caballo de madera
que, tal y como ocurriría con el
potente grupo parlamentario que
juntos conseguiríais introducir en
la ciudad, cambió para siempre el
curso de la Historia. Pero eso ya
está en otro libro.
Hoy sólo te deseo que la fatal
Até, la diosa que separaba a los
hombres, no tenga pasado mañana asiento en vuestra mesa.
Siga a Pedro J. Ramirez en:
twitter.com/pedroj_ramirez
E-mail: pedroJ.ramirez@elmundo.es
KLAUS ZAPF
El millonario pobre
A pesar de su inmensa
fortuna, continuaba
viviendo en un piso de
30 metros cuadrados
ROSALÍA SÁNCHEZ
Se calcula su fortuna en cientos
de millones de euros, deja una
empresa con 600 empleados, 14
sucursales en toda Alemania y
60.000 clientes al año, pero vivía
en un apartamento de apenas 30
metros cuadrados y compraba su
ropa en tiendas de segunda mano. Klaus Zapf era millonario, pero de izquierdas, y a pesar de su
éxito empresarial mantuvo siempre un nivel de vida humilde,
convencido de que el consumo
no da la felicidad.
Zapf estaba de vacaciones en
su pueblo, Eppingen, en el sur de
Alemania, cuando le sorprendió
un infarto. En realidad se trataba
de una luna de miel, porque el
pasado 27 de junio se había casado en Treptow, Berlín, con la astróloga Ingrid Reimold, y esta era
su primera salida después del enlace. Habían optado por descansar en la casa de un solo dormitorio junto a la de sus padres, una
rutina que el millonario solía repetir cada verano.
Desde allí partió en los años 70
con rumbo a Berlín, la ciudad dividida por el Muro y en la que
abrió una pequeña empresa de
mudanzas que ofrecía los precios
más competitivos que puedan
imaginarse. Su concepto de la
mudanza es el responsable de
que, todavía hoy en día, en la capital alemana se disfrute de ese
farragoso acontecimiento como
de una especie de acto lúdico y
reunión social en la que amigos y
conocidos del sujeto que se muda
participan en el traslado de bultos
mientras corre la cerveza y humean las salchichas.
A pesar de regentar una empresa de este tipo, nunca tuvo
carné de conducir por lo que de-
EL MUNDO
legaba ese trabajo en sus empleados, mientras que él se centraba
en la carga y descarga de pesos,
la tarea más dura.
Tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y, sobre todo, con el
traslado de la capital alemana
desde Bonn, en 2000, la empresa
dio un pelotazo que nadie antes
podía haber calculado. En 2005,
las estadísticas apuntaban que
uno de cada 80 alemanes se había
mudado al menos en una ocasión
con Zafp Umzüge. Pero aunque
los millones comenzaron a entrar
en sus cuentas sin mesura, su vida no cambió. Mantuvo un sueldo
autoimpuesto de mileurista y siguió viviendo en su escuálido
apartamento, colándose a comer
en la Mensa, comedor universitario, comprando libros a un euro
en el mercadillo de su barrio, que
visitaba cada fin de semana, y dedicando los ratos libres a recoger
botellas de las papeleras que des-
DÑA. MARÍA PEREGRÍN
ARBIDE DE MUÑOZ
CALERO
FALLECIÓ EN MADRID
EL DÍA 30 DE JUNIO DE 2014
a los noventa y cuatro años de edad.
Habiendo recibido los Santos Sacramentos
D .E .P.
Se RUEGA una oración por su alma.
El funeral por su eterno descanso se celebrará (D.m.) el día 25 de septiembre,
a las veinte horas, en la Parroquia del Espíritu Santo (Calle Serrano, 125) Madrid.
pués vendía como cascos vacíos
en los puestos de reciclaje.
A lo largo de las décadas ha
mantenido un sostenido compromiso con partidos políticos de izquierda y a menudo participaba en
tertulias de cafetería en el barrio de
Kreuzberg. El alcalde de Berlín, el
socialdemócrata Klaus Wowereit,
ha lamentado su muerte señalando
que deja «un hueco» en la escena
socio-política de la ciudad.
En los últimos años, dejando en
un segundo plano su actividad
empresarial, había vendido el 50%
de la empresa para delegar su gestión y dedicar más tiempo a su hija, fruto de un anterior matrimonio y que ahora tiene 13 años.
En sus presentaciones a inversores explicaba sin pudor que necesitaba más tiempo para estar con
ella, cuando le preguntaban por los
motivos de la venta. A partir de ese
momento, la participación en la
propiedad de Zapf Umzüge se convirtió en un caramelo para depredadores financieros y Zapf, desde
la distancia, logró bloquear todos
los intentos de compras hostiles a
base de inundar los tribunales de
demandas sin contenido pero que
prolongaban en exceso el proceso
legal de la compra y tenían como
consecuencias que las operaciones
se convirtiesen en demasiado costosas. En 2007 Zapf fue una de las
20 firmas que más querellas interpusieron en los tribunales alemanes y fue amonestado por ello, pero consiguió salvar la integridad de
su empresa.
Klaus Zapf, empresario, nació el 17
de mayo de 1952 en Bad Rappenau
(Alemania) y murió el 20 de agosto
de 2014 en Eppingen (Alemania).
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