3 Vida de Pablo Iglesias Una casa de la rúa Nicolás, en barrio de Esteiro, en Ferrol, vio nacer, el 18 de octubre de 1850, a Pablo Iglesias Posse, hijo de Pedro de la Iglesia Expósito y de Juana Posse. El matrimonio había tenido una hija anterior, Elisa, que murió antes de que Paulino, como era llamado en su familia, naciera. Por ser su padre empleado del Ayuntamiento, Pablo asistirá a la escuela desde los seis hasta los nueve años para aprender lo básico. A esa temprana edad perderá a su padre. Con su madre y su hermano menor, Manuel, se trasladará a Madrid, haciendo el viaje a pie y tirando de un pequeño carro en el que llevan lo poco que poseen. Están ahogados por las dificultades económicas. Ya como figura del socialismo español, regresará a Ferrol en 1892, 1896 y 1899. En Madrid, su madre, que se pone a servir en casas, no tiene medios para sostener a la familia e ingresa a sus dos hijos en el Hospicio de San Fernando. Allí, Pablo hace numerosas escapadas del centro para visitar a su madre y acaba sus estudios primarios. Y allí es también donde aprende el oficio de tipógrafo. Pero ante todo, el hospicio le dejará una salud débil por el resto de sus días. A los 12 años, al salir del hospicio, empieza a trabajar en una imprenta, y con las propinas que recoge como repartidor, comienza su inclinación por la lectura, afición facilitada por su oficio y que él aplica al conocimiento del movimiento obrero mundial. Trabaja en diferentes imprentas, como la de la calle Manzana, con las “Minerva”, aquellas famosas máquinas de imprimir, mejorando poco a poco su sueldo. Es un tipógrafo muy “limpio”, comete pocas erratas. De su sueldo ahorra por si algún día se queda en paro. Paro que no tarda en llegar junto con miseria y desgracia, al morir su hermano de tuberculosis. La asistencia a clases nocturnas de francés y Aritmética le sirve para aumentar su formación, para comenzar una pasión por la lectura de teatro y obras clásicas de ciencia política y, más adelante, para traducir a los socialistas franceses y hacerse entender en los congresos internacionales a los que asiste. Aprovechando las libertades de la Constitución de 1869, la de la Revolución Gloriosa, la sección española de la Asociación Internacional 4 de Trabajadores (AIT) organiza una serie de actos públicos en Madrid a los que asiste Iglesias que, en 1870, solicita su ingreso en la sección de tipógrafos de la I Internacional. Es por aquel entonces cuando conoce a Paul Lafargue, el yerno de Marx, refugiado en España huyendo de la represión contra los participantes en la Comuna de París. Tras este contacto, Pablo Iglesias comienza a preparar la fundación en España de una organización marxista. Poco tiempo después sale elegido miembro del Consejo Federal de Madrid. La aparición de "La Solidaridad", portavoz de la Internacional, supone el inicio de una larga labor periodística que solamente acabará en el final de su vida. Tras la ruptura de los anarquistas, encabezados por Mijaíl Bakunin, con Marx, Iglesias solicita su ingreso, en 1873, en la Asociación del Arte de Imprimir y al año siguiente sale elegido como su presidente. Desde esta nueva plataforma preparará durante varios años de labor clandestina la creación del segundo partido obrero del mundo. El 2 de mayo de 1879, en un banquete de fraternidad internacional celebrado clandestinamente en la taberna Casa Labra, situada en la calle Tetuán en el centro de Madrid, 25 personas con Iglesias al frente -16 tipógrafos, cuatro médicos (Jaime Vera entre ellos), un doctor en Ciencias, dos plateros, un marmolista y un zapatero, van a tomar una decisión trascendental para la historia de España, con la fundación del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Jaime Vera, que es uno de los más eminentes médicos que ha dado España, será quien vele de la salud frágil de Pablo. A su vez, también en 1879, nacerá en Bilbao Tomás Meabe, fundador de las Juventudes Socialistas. Pablo Iglesias viajará a Valencia para curar su maltrecha salud y será allí donde conozca a Amparo Meliá, su futura compañera, entonces casada y con un hijo, que más tarde Pablo tomará como si fuera suyo. El PSOE experimentó un crecimiento muy lento y no consiguió alguna notoriedad hasta 1886. Su afiliación sufría altibajos relacionados con la actitud del PSOE, más revolucionaria o más colaboradora con el republicanismo burgués. 5 En varias ocasiones, Pablo Iglesias sufrirá cárcel, la primera por una huelga en 1882; en 1909, como consecuencia de la represión por la Semana Trágica de Barcelona; y la última vez cuando tiene sesenta años. En todas las ocasiones rechaza las peticiones de indulto. También será víctima de la represión particular de los patronos, que le niegan el trabajo “para evitar problemas”, dado que por sus ideas es un “indeseable”. Pablo Iglesias está en el paro tras haber pasado por la mejor imprenta de España: Ribadeneyra. La aparición, el 12 de marzo de 1886, de "El Socialista", salido de las planchas de la madrileña calle de Hernán Cortés, y el sueldo que recibe como impresor, redactor y director de este periódico, van a salvarlo de sus estrecheces económicas. Para ahorrar, Pablo traslada su cama y sus enseres a la imprenta del semanario, al que quedará ligado hasta el fin de sus días. El 12 de agosto de 1888, los socialistas se reúnen por primera vez en Barcelona, donde se acuerda la creación de la Unión General de Trabajadores (UGT), nombre propuesto por el propio Iglesias. El primer presidente del sindicato fue Antonio García Quejido, sustituido en el congreso de 1889 por el propio Pablo Iglesias, que estará en el cargo hasta su muerte. García Quejido será posteriormente biógrafo de su compañero. Desde ese mismo año, la actividad de Pablo Iglesias es incesante a pesar de su salud. Asiste en París al congreso fundacional de la II Internacional, organización que no sufrirá escisión hasta la Revolución rusa y la Primera Guerra Mundial. En 1890, el Primero de Mayo se celebra por vez primera en Madrid. Pablo Iglesias encabeza una impresionante manifestación en la que es el encargado de entregar al Gobierno, en un acto que se repetirá en los sucesivos años, las reclamaciones de la clase obrera, entre ellas, la reducción de la jornada laboral a ocho horas. Es el 8-8-8, 8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 de ocio, que hacen las 24 horas del día. Entre 1894 y 1895, Pablo Iglesias y Federico Engels, colaborador y mano derecha del ya entonces fallecido Marx, mantienen una intensa correspondencia sobre el ascenso del movimiento obrero en Europa y la adhesión de los socialistas de Europa a los congresos del PSOE. También Pablo, en una intensa actividad epistolar trata con Jules Guesde, Paul Lafargue, Karl Kaustky, W. Liebknecht o Albert Thomas. En 1903, el PSOE obtiene tres concejales en el Ayuntamiento de Madrid: Pablo Iglesias, Largo Caballero y García Ormaechea. 58 concejales socialistas más saldrán elegidos en otros ayuntamientos de 6 España, lo que supone un primer avance contra el sistema de caciques, que hasta ahora habían dominado la época de la Restauración. En 1908, el PSOE y la UGT plantan cara a los grandes capitales: la inauguración de la Casa del Pueblo de Madrid en un antiguo palacio ducal en la calle del Piamonte fue un acontecimiento de gran importancia. En ella se domiciliaron un gran número de sociedades y organizaciones obreras. La Casa del Pueblo será propiedad conjunta de los obreros de Madrid. Contra los patronos, el socialismo cuenta ahora con una gran sede, que tiene en lo alto una sola bandera, la roja. En el interior, despachos y más despachos, como bien nos recordará Arturo Barea, una sala de cine y teatro que también vale para mítines, una biblioteca y la sede del primer seguro médico gestionado por los obreros de Madrid, la conocida Mutualidad, que protege al trabajador y a su familia en una época sin Seguridad Social y que tiene un dispensario que ofrece al afiliado medicinas gratis. El ejemplo de la Casa del Pueblo de Madrid cunde por toda España, que pronto se ve plagada de estas “sucursales”, sobre todo en Asturias, País Vasco... Los obreros tiene así algo que es de sí mismos, donde además se les enseña a leer y a escribir, pero también se les da a los más avanzados enseñanzas propias de una universidad popular. La presencia de Pablo Iglesias en mítines atrae a numeroso público y provoca preocupación entre las fuerzas políticas del sistema bipartidista, que no pueden impedir el ascenso de la militancia socialista. En las elecciones de junio de 1910, gracias a la alianza republicano-socialista a la que en principio se opuso Iglesias, sale él mismo elegido, con el respaldo de 40.899 votos, como el primer diputado socialista que entra en el Congreso. Miembro también de la conjunción y diputado es Benito Pérez Galdós. Su intensa actividad parlamentaria va a verse limitada, ya que en 1914 el empeoramiento de su salud le impide asistir a la mayoría de las sesiones. La cárcel, el hambre, el trabajo han consumido lentamente a Pablo. Ese año trata de evitar, junto con otros socialistas de la II Internacional, que la Primera Guerra Mundial separe al movimiento obrero. 7 En 1915, Pablo Iglesias, completamente emocionado, apenas podrá pronunciar unas palabras en el entierro del aún joven Tomás Meabe, que muere víctima de la tuberculosis. En 1919 es su salud la que peligra, pues Iglesias contrae una grave pulmonía. En 1921, como consecuencia de la creación por Lenin de la III Internacional, el PSOE se escinde. El Partido designa a Fernando de los Ríos y a Daniel Anguiano para que estudien el problema de las dos Internacionales. De los Ríos se escandaliza ante la frase que le dice el propio Lenin en una entrevista: “Libertad, ¿para qué?”. Se decide con el apoyo de Iglesias la adopción de la línea socialdemócrata del SPD alemán en contra de la III Internacional. Este hecho conllevará la creación del Partido Comunista Obrero Español (PCOE, más tarde PCE al fusionarse con el PC). La división será mortal para la salud del viejo dirigente. En 1923 sale elegido diputado por última vez. El 9 de diciembre de 1925, Madrid se despierta con la noticia de su fallecimiento. En la Casa del Pueblo, en un cajón de su austero despacho había dejado un sobre con 1.000 pesetas para "El Socialista". Se había terminado la confección de "El Socialista " e iba a dar comienzo la tirada cuando el viejo amigo de Iglesias, Matías Gómez Latorre coincidieron en algunas de las primeras ejecutivas del PSOE- llegó a la redacción de la revista con la fatal noticia. El cadáver de Iglesias fue embalsamado y expuesto durante dos días en una capilla ardiente, instalada en la Casa del Pueblo, por la que desfiló un continuo río de gente. Cuando la comitiva llegaba al pie de su tumba todavía partían algunas Sociedades Obreras de la Casa del Pueblo. Mientras, la mayoría de los periódicos, con las colaboraciones de destacados intelectuales y políticos rindieron un unánime y cálido homenaje al dirigente socialista desaparecido. El homenaje póstumo resulta tan grande que es difícil recogerlo en palabras. El Gobierno se ve obligado a conceder autorización para celebrar una manifestación en la que más de 150.000 personas acompañan el cadáver al cementerio civil de la capital. 8 A pesar de que Pablo Iglesias tuvo una escasa formación, su producción intelectual tiene una envergadura y una amplitud de enorme repercusión en la vida del país. Desde su primer artículo, “La Guerra”, publicado el 5 de diciembre de 1870 en “La Solidaridad”, hasta el último, “El proletario vencerá”, aparecido en “La Libertad” el 5 de diciembre de 1925, escribe unas dos mil colaboraciones en periódicos y revistas de España y del extranjero. Libros que recopilan estos artículos suyos son entre otros: “El programa de nuestro partido”, “Discurso”, “Las organizaciones de resistencia”, “El programa socialista”, “Comentarios”, “Propaganda socialista”. Otros fueron publicados tras su muerte: “Exhortaciones a los trabajadores”, “Páginas escogidas”, “Reformismo social y lucha de clases”, “El Partido Socialista y las reformas sociales”, “Escritos”, “Artículos”, “Escritos y discursos”, “Antología crítica”. Pocos líderes obreros fueron tan fértiles en las letras como Pablo Iglesias, que tan sólo tuvo tres años de escuela. Su figura ha sido ensalzada por los suyos y rechazada por los privilegiados. Su integridad, su ética y su esperanza en el porvenir constituyen los puntos fundamentales de su vida y sus ideales.