13/04/2009 Nº 94 ECONOMÍA LA AMENAZA DEL PROTECCIONISMO Francisco Cabrillo, catedrático de Economía Aplicada, Universidad Complutense de Madrid Gráfico 1. La espiral contractiva del comercio mundial Abril Mayo Marzo 9 192 1930 Febrero Junio 1931 1932 1933 2,739 Enero 2,998 1,206 Julio 1,839 992 Diciembre Agosto Noviembre Septiembre Octubre En millones de dólares Importaciones totales de 75 países, valores mensuales en millones de dólares-oro de los EEUU. Fuente: Charles P. Kindleberger, The World in Depression 1929-1939. University of California Press 1975. Las crisis producen siempre ideas económicas equivocadas y la recesión en la que vivimos en estos momentos no constituye una excepción. Como en otras ocasiones similares, la amenaza del proteccionismo crece con fuerza a uno y otro lado del Atlántico. En España, un ministro del actual Gobierno ha tenido la curiosa idea de recomendarnos que dejemos de comprar productos de importación y que no salgamos de vacaciones fuera del país. En sus peculiares cálculos, si cada español dejara de gastar 150 euros en bienes importados y los sustituyera por otros de producción nacional se salvarían en este país hasta 120.000 empleos. Y no me cabe duda de que no pocos compatriotas estarían en principio de acuerdo con esta idea… al menos hasta que, en un somero cálculo, observaran que hay una mejor relación precio/calidad en el bien importado. en su política de compras; así se pone de manifiesto el refuerzo de las cláusulas “Buy American” recientemente aprobadas por el Congreso de los Estados Unidos con un apoyo muy amplio de ambos partidos que, afortunadamente, tuvo que ser suavizado en algunos puntos ante la evidencia de que la propuesta inicial violaba algunos de los principios de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Y sólo son algunos ejemplos. El presidente Obama, ya en su campaña electoral, defendió abiertamente un aumento de la protección a la industria y a la agricultura norteamericanas. Y sus primeras semanas de mandato no parecen haberle hecho cambiar de idea. No es sorprendente que, en este ambiente, las esperanzas de sacar adelante las que, en principio, fueron propuestas ambiciosas de la Ronda Doha de la Organización Mundial de Comercio sean cada vez más débiles. La mayoría de los La propuesta se enmarca ciertamente en la más rancia tradición proteccionista española, desde Sancho de Moncada al general Franco. Pero sería un error limitarnos a ver el lado pintoresco de la historia. Propuestas similares a ésta –un poco más sofisticadas, generalmente– se escuchan tanto en Europa como en los Estados Unidos. Es cierto que algunos Gobiernos están transmitiendo a la opinión pública mensajes contrarios a un reforzamiento del proteccionismo. Pero, en la práctica, sus políticas no siempre coinciden con tal mensaje. Las ayudas públicas a empresas nacionales se han convertido en práctica habitual, sin que los Gobiernos se preocupen demasiado de las distorsiones que crean en el comercio internacional. Algo parecido ocurre con las presiones a las empresas para que no desplacen su producción a otros países. Y el sector público discrimina en contra de los productos importados “El presidente Obama, ya en su campaña electoral, defendió abiertamente un aumento de la protección a la industria y a la agricultura norteamericanas” 2 “Es un resultado bien conocido de la teoría económica que los aranceles resultan perjudiciales a la mayor parte de los consumidores y productores” economistas observamos la evolución nos rasgos particulares. No se trata, en de estos acontecimientos con una se- estos casos, tanto de apoyar a sectores ria preocupación. específicos como de desviar la demanda nacional de los bienes de proUno de los temas en los que ha exis- ducción exterior y orientarla hacia los de tido siempre mayor discrepancia entre producción nacional. Es el “Buy Amerilas opiniones del hombre de la calle y la can” de los programas de compras púteoría económica es la conveniencia o blicas norteamericanas o estrategias no de establecer medidas de protección similares aplicadas en muy diversos a las empresas nacionales frente a las países. El objetivo es, en esencia, tratar extranjeras. Mientras para el primero de frenar la caída de la demanda de las tiene mucho sentido restringir las impor- empresas nacionales a costa de “emtaciones para apoyar a los productores pobrecer al vecino”. El problema princilocales, es un resultado bien conocido pal que plantea una estrategia de este de la teoría económica que los arance- tipo es evidente. Si un país aplica meles, aunque favorecen a industrias es- didas proteccionistas para desviar depecíficas con centros de producción en manda hacia sus empresas y los deel interior del país, resultan perjudicia- más países no cambian su política, el les a la mayor parte de los consumido- primero obtiene algunas ventajas en el res y productores. Son perjudiciales por corto plazo (muchas menos en el medio un doble motivo. En primer lugar, porque y largo plazo). Pero ésta no es una soel número de perjudicados por el aran- lución de equilibrio. Lo que suele ocurrir cel es siempre mucho mayor que el de es que los demás países adoptan melos beneficiados. Pero también –y sobre didas de represalia para conseguir el todo– porque lo que ganan los benefi- mismo objetivo; y el resultado es que ciados es menos de lo que pierden los todos quedan, al final, en una situaperjudicados, ya que la eficiencia de la ción mucho peor que aquella en la que economía se ve seriamente perjudicada se encontraban al principio. –especialmente en el medio y largo plazo– por la pérdida de eficiencia que Mantener el libre comercio deriva de la reducción de competencia y de la falta de incentivos para innovar Se trata, por tanto, de un caso en el que y ofrecer nuevos y mejores productos la búsqueda del beneficio propio a costa del país vecino termina en el empobreen los mercados protegidos. cimiento de ambos. Pero existen fórmuEn situaciones de crisis y recesión las para llegar a la cooperación, incluso como la que vivimos en la actualidad, la en situaciones como ésta. Una podría política proteccionista adquiere algu- ser la prohibición, por parte de un orga- 3 nismo internacional, de establecer medidas proteccionistas. Si la Organización Mundial de Comercio pudiera actuar de forma coactiva y eficiente para obligar a mantener el libre comercio, la situación de ambos países mejoraría. Pero las cosas no son así; la OMC tiene un poder sancionador muy limitado, y no puede hacer mucho más que establecer y autorizar la imposición de sanciones al país que incumple los acuerdos. Su capacidad de actuación es, por tanto, pequeña. Son los acuerdos voluntarios entre naciones los que permiten avanzar a la OMC; y el problema es, por tanto, cómo conseguir que los países lleguen a un compromiso para mantener el libre comercio. Y aquí la experiencia puede ser de gran ayuda. Si se encontraran por primera vez ante el dilema de escoger una estrategia y no tuvieran claro el resultado final de su decisión, optarían seguramente por la protección. tos a sacrificar el crecimiento a largo plazo por unas ilusorias ganancias en el corto plazo. El deterioro de la economía de los Estados Unidos en la década de 1930 fue muy importante. El gráfico 2 presenta la evolución del PIB –medido en términos reales– y del nivel de paro en los Estados Unidos en los años de la Gran Depresión. El PIB llegó a caer un 27% en términos reales y hubo que esperar hasta 1936 para volver al nivel de 1929. Pero la realidad fue aún peor de lo que muestra un análisis superficial de los datos, ya que la población total creció en los Estados Unidos en este periodo en 8,7 millones de personas y la activa en 4,3 millones. Más impresionan aún las cifras del paro que, tras haberse mantenido a lo largo de toda la década de 1920 entre el 3% y el 3,5%, alcanzaron casi el 25% en 1933 y en 1940, año de la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, el número de desempleados suponía aún el 14,5% de la población activa. Fue la guerra, y no las políticas del New Deal, la que realmente puso en marcha de nuevo la economía norteamericana. Pero hoy las cosas no son así. Todos los Gobiernos del mundo disponen de información de lo que ha sucedido en el pasado cuando muchos países han restringido el comercio internacional. Saben que uno de los factores que agravaron la Gran Depresión fue precisamente el hundimiento del comercio internacional que produjo la adopción de medidas proteccionistas por los principales países y áreas comerciales del mundo. La cuestión es, por tanto, si en los próximos meses o en los próximos años estarían dispues- Para contribuir a evitar errores tan graves como los cometidos en el periodo de la Gran Depresión, conviene recordar lo que ocurrió en aquellos años. No cabe duda de que uno de los principales factores desencadenantes de los “La búsqueda del beneficio propio a costa del país vecino termina en el empobrecimiento de ambos” 4 “Uno de los factores que agravaron la Gran Depresión fue el hundimiento del comercio internacional que produjo la adopción de medidas proteccionistas” Gráfico 2. PIB real y tasa de paro en los Estados Unidos (1929-1936) 100 23,3 91 90 81 74 70 25 88 85 80 100 24,7 73 21,6 15,8 20 20,0 60 16,8 15 50 8,7 40 10 30 20 5 3,1 Trabajadores en paro (%) PIB real (Base 100 en 1929) 100 10 0 0 1929 1930 1931 1932 1933 1934 1935 1936 PIB real Trabajadores en paro FUENTE: US Bureau of Census “historical Statistics of the United States” ver en particular, era apoyar a la agricultura norteamericana elevando su nivel de protección frente a la competencia internacional. Pero, una vez iniciado el debate de la reforma en el Comité correspondiente del Congreso, entraron en escena numerosos grupos de interés con el objetivo de conseguir beneficios particulares para sus sectores. Y lo que iba a ser una “revisión limitada” del arancel centrada en el sector agrario, se convirtió en una ley que aumentó la protección a un gran número de productos de todo tipo. Las negociaciones internas en las cámaras y el porkbarrelling1 lograron, además un fuerte apoyo en las dos El objetivo inicial del partido republi- cámaras, ya que la ley fue aprobada por cano en el poder, y del presidente Hoo- una mayoría de 267 votos a favor y 147 problemas que afectaron al comercio internacional se encuentra en la reforma de los aranceles norteamericanos que se llevó a cabo en el año 1930. Pero, en contra de lo que a veces se afirma, esta reforma no fue una respuesta a una situación de crisis económica incipiente. La idea de reforzar la protección a determinados sectores de la economía norteamericana fue anterior al hundimiento de la bolsa y a la recesión, ya que en otoño de 1929 las características fundamentales del que sería conocido como Arancel Smoot–Hawley habían sido establecidas. 1 En la terminología del Congreso norteamericano la palabra porkbarrelling designa las prácticas utilizadas para conseguir la aprobación de normas que favorecen a determinados distritos mediante acuerdos de apoyo mutuo por parte de los congresistas que los representan. 5 Cuadro 1. Causas de la reducción del comercio mundial 1929-1932. (Análisis de 17 países) Caída de la renta de los consumidores Aumento discrecional de las barreras arancelarias Aumento de las barreras arancelarias causado por la deflación Aumento de las barreras no arancelarias Total reducción del comercio internacional 14% 8% 5% 6% 33% FUENTE: J. Madsen, “Trade Barriers and the Collapse of World Trade During the Great Depression”. Southern Economic Journal 2001, 67 (4), 848-868. cuáles fueron los efectos reales de este arancel y en qué grado afectó a la fuerte reducción posterior del comercio internacional. Lo que indican los datos es que el comercio exterior se redujo en los Estados Unidos de una forma espectacular. De acuerdo con las cifras del Historical Statistics of US la suma de las exportaciones y las importaciones de los EEUU cayeron de 11.500 millones de dólares en 1929 a sólo 3.900 millones en 1933, lo que en términos nominales supuso una reducción del 66%. Es cierto que esta cifra debe ser considerada teniendo en cuenta la fuerte deflación en los Estados Unidos en este periodo, que alcanzó el 30% medida por el índice de precios al por mayor. Pero, aun adapEn 1930 una petición al presidente tando estos datos a precios estables, Hoover para que vetara la ley del Aran- la reducción alcanzaría el 50%. cel Smoot-Hawley fue firmada por más En el conjunto del mundo la caída de mil economistas, entre los que se encontraban algunos de los profesio- fue también muy importante, aunque nales más brillantes de la época, como algo menor que en los Estados Unidos, Irving Fisher, Paul Douglas, Frank Gra- con una disminución que en términos ham o Frank Taussing. Pero el texto sa- nominales superó el 50% y alcanzó el lió adelante. Se ha discutido mucho 33% en términos reales. El cuadro 1 en contra en la Cámara de Representantes; y con 53 votos a favor y 31 en contra en el Senado. Entonces, como ahora, el Congreso norteamericano estaba sometido a fuertes presiones proteccionistas. Por ello el presidente desempeña un papel fundamental a la hora de impulsar cualquier proceso de liberalización comercial; o, al menos, de evitar un retroceso en este campo. Hoover no quiso en 1930 defender el libre comercio. Y hay serios indicios de que Obama tampoco está dispuesto a hacerlo en 2009, a pesar de su reciente advertencia al Congreso de que su plan de reactivación no debería convertirse en un instrumento de nacionalismo económico. “El PIB llegó a caer un 27% en términos reales y hubo que esperar hasta 1936 para volver al nivel de 1929” 6 “Uno de los principales factores desencadenantes de los problemas que afectaron al comercio internacional se encuentra en la reforma de los aranceles norteamericanos que se llevó a cabo en el año 1930” recoge las causas que pueden explicar El aumento de los aranceles fue esta fuerte reducción. complementado con el establecimiento de contingentes que, en muchos caDe acuerdo con estas cifras, la re- sos, desembocaron en acuerdos bilateducción del comercio internacional fue rales, que supusieron aún mayores disconsecuencia en un 42,4% de la caída torsiones al comercio. Por poner sólo experimentada por la renta de los con- un ejemplo, Italia decidió inmediatasumidores de todo el mundo. Pero el mente que sólo admitiría productos nor57, 6% se debió a la elevación de ba- teamericanos por un valor equivalente rreras –arancelarias y no arancelarias– al de las exportaciones italianas a los al comercio. Una parte del crecimiento Estados Unidos, por lo que se abrió así de la protección tuvo su origen en la una vía que se extendería con efectos propia deflación, ya que muchos aran- desastrosos en los años siguientes. celes no se fijaban ad valorem sino en cantidades fijas por unidad de imporY sería un error pensar que fueron tación. Lo fundamental fueron, en los países industriales los que expericambio, las barreras discrecionales mentaron mayores caídas en su comerde todo tipo que los diversos países cio exterior. La reducción de las exporfueron elevando, en parte como repre- taciones fue especialmente grave para salia y en parte para proteger a sus los productores de materias primas. productores. Por ello cuando se valo- Así, entre 1929 y 1933, Chile vio caer ran las consecuencias del arancel sus exportaciones en más de un 80%; Smoot-Hawley hay que tener en cuenta China en más de un 75%; y en países que uno de sus efectos más importan- tan diversos como España, Argentina, tes fue provocar comportamientos si- Canadá, la India o Brasil aquéllas dismimilares en muchos países. En muy nuyeron más de un 60%. Lo que muespoco tiempo 34 naciones protestaron tra cómo la depresión en los países formalmente ante el Departamento de avanzados afectó rápidamente a nacioEstado Norteamericano por esta ley. Y nes de menor nivel de desarrollo. en seguida empezaron a adoptar medidas en contra de los productos pro- Relanzar la Ronda Doha venientes de los Estados Unidos. En algunos casos se intentó la protec- El pasado mes de noviembre de 2008 ción de sectores concretos. Pero, en se reunieron en Washington los repreotros, el objetivo fue reducir las com- sentantes de los países con las econopras realizadas en los Estados Uni- mías más importantes del mundo, en dos, al margen de que el producto se el marco del denominado G-20. En el encuentro se reconoció que, a lo largo fabricara o no en el país. 7 “Hoover no quiso en 1930 defender el libre comercio. Y hay serios indicios de que Obama tampoco está dispuesto a hacerlo en 2009” El problema del proteccionismo y la crisis económica se entiende mejor si lo situamos en su contexto histórico. Cuando el libre comercio cobró fuerza en Europa en la segunda mitad del siglo XIX, lo hizo como parte de una forma global de entender la economía de la que formaban parte principios como la flexibilidad de los mercados, la reducción del peso del sector público, el equilibrio presupuestario y un sistema monetario de ajuste automático basado en un patrón metálico. Resulta llamativo, por tanto, el hecho de que, en el último medio siglo, haya coexistido, con bastante éxito, con políticas socialdemócratas muy alejadas de aquel modelo. Si la crisis refuerza este tipo de políticas en un marco de mayor peso del sector público e intervención estatal es muy probable que el retroceso del libre comercio sea visto como algo coherente con el resto de las medidas que se están poniendo en práctica. Las perspectivas no son, por tanto, optimistas. Pero estamos a tiempo de evitar que la situación empeore. Las enseñanzas de lo ocurrido en el pasado no deberían caer en saco roto. de los últimos 50 años, el crecimiento del comercio internacional ha constituido un factor fundamental para el progreso de la mayoría de los países del mundo. Pero los datos de la evolución reciente de las relaciones comerciales entre países son preocupantes. El hecho más conocido es la fuerte reducción que han experimentado las exportaciones de los países asiáticos, empezando por el más importante –Japón–, que ha visto cómo éstas disminuían, de acuerdo con los últimos datos trimestrales, en más de un 40%. Pero no es, desde luego, el único caso. De Washington salió un compromiso para evitar la generalización de políticas proteccionistas y para relanzar la Ronda Doha de la OMC. Transcurridos cuatro meses, resulta claro, sin embargo, no sólo que las negociaciones en el marco de la OMC no han experimentado avance alguno, sino también que la mayoría de los países que asistieron al encuentro han adoptado desde entonces medidas proteccionistas, especialmente en forma de ayudas públicas y otras barreras no arancelarias. papeles@fundacionfaes.org FAES Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales no se identifica necesariamente con las opiniones expresadas en los textos que publica. © FAES Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales y los autores. Depósito Legal: M-42391-2004 8