Curso Práctico de INTELIGENCIA EMOCIONAL en la Educación Primaria Módulo 4 Lectura Principal LAS FUENTES DE MOTIVACIÓN Existen cuatro fuentes de motivación: 1) Nosotros mismos 2) Comprensión de nuestros amigos, familiares y colegas. 3) Un ‘mentor emocional’. 4) Nuestro entorno. NOSOTROS MISMOS Nosotros mismos somos la más poderosa de las cuatro fuentes de motivación (y, a la inversa, de desaliento) porque somos el punto de partida. Un individuo (nuestro compañero más cercano), un mentor emocional o un ídolo en el campo en el que queremos trabajar, o bien nuestro entorno, pueden motivarnos, sin duda, pero son nuestros pensamientos, nuestro nivel de ansiedad y nuestro comportamiento los componentes de nuestro sistema emocional, los que en definitiva determinarán el uso que haremos de esas otras fuentes. Analicemos estos componentes y veamos cómo los podemos utilizar para motivarnos y mantenernos motivados. AMIGOS/COMPAÑEROS COMPRENSIVOS, FAMILIARES Y COLEGAS Somos seres de relación, y todos experimentamos el impulso natural de compartir nuestras experiencias positivas y negativas. De hecho, permanentemente nos apoyamos en otras personas –lo sepamos o no- para tomar referencia de nuestra autoestima y de nuestra motivación. Sería muy raro imaginar un logro –deportivo, académico o económico- en el que no nos interesara en absoluto la reacción de nuestros familiares, amigos y compañeros. Pero en relación específica con la motivación, a veces necesitamos ayuda del exterior. Sobre todo cuando estamos en dificultades o después de experimentar la adversidad. No hay nada más duro, difícil y desalentador que el encontrarnos solos ante una situación complicada o penosa. Es especialmente en estos momentos cuando, al compartir nuestros estados anímicos (y lo que sentimos acerca de nuestra situación), las personas que nos rodean pueden constituirse en una ayuda y una fuente de motivación directa, a través de la comprensión y de los estímulos que recibimos para seguir adelante. UN ‘MENTOR EMOCIONAL’ El componente del ‘mentor’ emocional no funciona para todas las personas, pero de hecho muchas veces es un interesante estímulo que impulsa hacia delante a muchos individuos que necesitan inspiración y motivación de una figura – generalmente real-. Un ‘mentor emocional’ es un referente vívido de aquellas cualidades, virtudes o habilidades que nosotros queremos alcanzar, a las que aspiramos, y que encontramos personificadas en tal o cual figura, que puede ir desde nuestro propio padre, o hermano, o amigo, hasta una figura histórica, que vivió en el pasado o que vive actualmente. Al identificarnos con esa figura obtenemos permanentemente energía de motivación, a la vez que, con seguridad, encontramos factores emocionales que también obran como elementos motivadores. NUESTRO ENTORNO Es evidente que existen entornos –tanto físicos como psicológicos- que se constituyen en factores de motivación positiva o negativa. Es muy importante que prestemos atención a todos los detalles de nuestro entorno, para descubrir y potenciar aquellos que obran como motivadores positivos en relación con nuestros objetivos, y para detectar también aquellos factores que pueden estar desalentando u obstaculizando las tareas que llevamos adelante en pos de nuestros objetivos.