Costa Diari de Tarragona Dijous, 10 de juny de 2004 El ‘puenting’ ya es historia en L'Hospitalet 13 LA SECUENCIA DEL DERRIBO Ayer se derribó la mítica torre de hierro de 58 metros, la segunda edificación local más alta tras la nuclear Dos operarios, junto a las máquinas que derribaron ayer la torre metálica (al fondo). La estructura metálica de 58 metros de altura, por la cual a principios de los años noventa se habían llegado a pagar 10.000 de las antiguas pesetas para tirarse al vacío practicando el entonces de moda puenting, ya ha pasado a la historia de L'Hospitalet de l'Infant. Y es que, siguiendo los pasos de la también mítica discoteca Torn, desaparecida del paisaje urbano hace 16 meses, esta emblemática torre de 50 toneladas de peso fue derribada ayer por la mañana. El municipio prescinde así, por razones urbanísticas, de la que otrora fue su segunda edificación más alta, sólo superada por los 63 metros del reactor de la desmantelada central nuclear Vandellòs I. Y. FERNÁNDEZ/L'HOSPITALET DE L'INFANT yfernandez@diaridetarragona.com La torre metálica, conocida en su tiempo como Bungy-fun y divisible desde varios kilómetros, se desplomó ayer al suelo en cuestión de segundos. Para ello, la empresa Hierros Altadilla de Corbera d'Ebre, especializada en derribos y desmantelamientos de grandes estructuras como el puente provisional de Esparraguera o barcos en el puerto de Sant Carles de la Ràpita, requirió de un trailer y una máquina giratoria que tiraron de un cable de acero sujeto a la estructura de la construcción. Los trabajos necesitaron del despliegue de medidas de seguridad extraordinarias debido al gran volumen de la estructura de hierro, que pesaba 50 toneladas. Así, tras retirar las pasarelas flotantes de la parte inferior de la torre, los operarios procedieron a acordonar 400 metros alrededor del Bungyfun. A partir de ahí, y tras sujetar los cables a la maquinaria, cortaron los pilares soldados a la base, dejando dos centímetros en los dos puntos de apoyo delanteros para que actuaran de bisagra. Así, a la ¿Y AHORA QUÉ? Zona residencial La demanda de suelo residencial en L'Hospitalet convirtieron ya hace años los terrenos que ocupaban la discoteca Torn y el puenting en la principal zona de expansión urbanística del municipio. Así, hace más de un año el Ayuntamiento inició la tramitación de este Plan Parcial, conocido como Els Corralets y situado entre la carretera C-44, el trazado del Corredor del Mediterráneo, el barranco del Riu Llastres y la urbanización Infant. El proyecto de urbanización, que dará continuidad a las calles de Infant, está pendiente de recibir el informe favorable de Carreteras y la Agència Catalana del Aigua para «adjudicar las obras y que éstas puedan empezar después del verano», dice el alcalde, Josep Castellnou. 10,4 de las 20 hectáreas de este polígono se destinarán a la construcción de entre 260 y 416 viviendas y el resto, a calles, zonas verdes y equipamientos. El derribo se inició a las 11.27 horas. PERE FERRÉ Dos cables de acero tiraron de la estructura. PERE FERRÉ Las 50 toneladas de hierro, viniéndose abajo. PERE FERRÉ La construcción metálica, ya en el suelo. PERE FERRÉ PERE FERRÉ que se tensaron los cables, la plataforma desde la que se en su día se practicó puenting se vino abajo, causando un gran estruendo y temblor en el suelo. Años esperando su derribo El derribo de esta construcción de L'Hospitalet no pasó desapercibido entre el vecindario, sobre todo en la urbanización Infant. Algunos de los que durante más de una década han vivido con el Bungy-fun delante de sus fachadas salieron a verlo expectantes, pues «son muchos años de espera», decía Pau González, recordando «el terrible ruido, como si se fuera a caer» que hacía la torre los días de viento. «¡Y mira que aquí soplan rachas de más de 100 kilómetros por hora!», exclamaba este vecino, que grabó el derribo desde su buhardilla con su cámara de video «como recuerdo». En sus palabras no faltaba un punto de nostalgia: «Hasta mi hija de cuatro años se ha ido al cole diciendo que quería hacer fiesta para verla caer; era una referencia para decir donde vivíamos», añade González. Y es que el Bungy-fun ha formado parte del paisaje urbano de L'Hospitalet desde 1991, cuando un empresario alemán de complejos deportivos lo levantó «por capricho de una de sus hijas, invirtiendo 125 millones de pesetas», explica Josep Sancho, dueño de la finca, que recuerda que «tras tirarte al vacío, caías en un lago que había en la base y podías elegir tocar el agua o no. Luego te venían a recoger en una zódiac». Tres años después, cerraba al público porque no era rentable. Y desde ayer es tan sólo chatarra. Al suelo en 4 segundos El derribo de la torre metálica se inició a las 11.27 horas y se completó en tan sólo 4 segundos. Para ello hicieron falta una máquina giratoria de 20 toneladas y un camión de 45.000 kilos, a los cuales se enganchó un cable de acero de 30 milímetros. El cable que hacía fuerza unía la máquina giratoria con la estructura central de la construcción, mientras que el camión se sujetó a las vigas centrales de la parte alta de la torre como medida de seguridad. Las 50 toneladas de hierro que conformaban la estructura causaron un gran estruendo al tocar al suelo.