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Diari de Tarragona
Dijous, 10 de juny de 2004
El ‘puenting’ ya es
historia en L'Hospitalet
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LA SECUENCIA DEL DERRIBO
Ayer se derribó la mítica torre de hierro de 58 metros,
la segunda edificación local más alta tras la nuclear
Dos operarios, junto a las máquinas que derribaron ayer la torre metálica (al fondo).
La estructura metálica de 58
metros de altura, por la cual a
principios de los años noventa se
habían llegado a pagar 10.000 de
las antiguas pesetas para tirarse
al vacío practicando el entonces
de moda puenting, ya ha pasado a
la historia de L'Hospitalet de
l'Infant. Y es que, siguiendo los
pasos de la también mítica
discoteca Torn, desaparecida del
paisaje urbano hace 16 meses,
esta emblemática torre de 50
toneladas de peso fue derribada
ayer por la mañana. El municipio
prescinde así, por razones
urbanísticas, de la que otrora fue
su segunda edificación más alta,
sólo superada por los 63 metros
del reactor de la desmantelada
central nuclear Vandellòs I.
Y. FERNÁNDEZ/L'HOSPITALET DE L'INFANT
yfernandez@diaridetarragona.com
La torre metálica, conocida en su
tiempo como Bungy-fun y divisible desde varios kilómetros, se desplomó ayer al suelo en cuestión de
segundos. Para ello, la empresa Hierros Altadilla de Corbera d'Ebre,
especializada en derribos y desmantelamientos de grandes estructuras como el puente provisional de Esparraguera o barcos en
el puerto de Sant Carles de la Ràpita, requirió de un trailer y una máquina giratoria que tiraron de un
cable de acero sujeto a la estructura de la construcción.
Los trabajos necesitaron del despliegue de medidas de seguridad
extraordinarias debido al gran volumen de la estructura de hierro,
que pesaba 50 toneladas. Así,
tras retirar las pasarelas flotantes
de la parte inferior de la torre, los
operarios procedieron a acordonar
400 metros alrededor del Bungyfun. A partir de ahí, y tras sujetar
los cables a la maquinaria, cortaron los pilares soldados a la base,
dejando dos centímetros en los dos
puntos de apoyo delanteros para
que actuaran de bisagra. Así, a la
¿Y AHORA QUÉ?
Zona residencial
La demanda de suelo residencial en L'Hospitalet convirtieron ya hace años los terrenos
que ocupaban la discoteca
Torn y el puenting en la principal zona de expansión urbanística del municipio. Así, hace más de un año el Ayuntamiento inició la tramitación de
este Plan Parcial, conocido como Els Corralets y situado entre la carretera C-44, el trazado del Corredor del Mediterráneo, el barranco del Riu
Llastres y la urbanización Infant.
El proyecto de urbanización,
que dará continuidad a las calles de Infant, está pendiente de
recibir el informe favorable de
Carreteras y la Agència Catalana
del Aigua para «adjudicar las
obras y que éstas puedan empezar después del verano»,
dice el alcalde, Josep Castellnou. 10,4 de las 20 hectáreas de
este polígono se destinarán a la
construcción de entre 260 y 416
viviendas y el resto, a calles, zonas verdes y equipamientos.
El derribo se inició a las 11.27 horas.
PERE FERRÉ
Dos cables de acero tiraron de la estructura.
PERE FERRÉ
Las 50 toneladas de hierro, viniéndose abajo.
PERE FERRÉ
La construcción metálica, ya en el suelo.
PERE FERRÉ
PERE FERRÉ
que se tensaron los cables, la plataforma desde la que se en su día
se practicó puenting se vino abajo, causando un gran estruendo y
temblor en el suelo.
Años esperando su derribo
El derribo de esta construcción de
L'Hospitalet no pasó desapercibido
entre el vecindario, sobre todo en
la urbanización Infant. Algunos de
los que durante más de una década han vivido con el Bungy-fun delante de sus fachadas salieron a verlo expectantes, pues «son muchos
años de espera», decía Pau González, recordando «el terrible ruido, como si se fuera a caer» que hacía la torre los días de viento. «¡Y
mira que aquí soplan rachas de más
de 100 kilómetros por hora!», exclamaba este vecino, que grabó el
derribo desde su buhardilla con su
cámara de video «como recuerdo».
En sus palabras no faltaba un
punto de nostalgia: «Hasta mi hija de cuatro años se ha ido al cole diciendo que quería hacer fiesta para verla caer; era una referencia para decir donde
vivíamos», añade González. Y es que
el Bungy-fun ha formado parte del
paisaje urbano de L'Hospitalet desde 1991, cuando un empresario alemán de complejos deportivos lo levantó «por capricho de una de sus
hijas, invirtiendo 125 millones de
pesetas», explica Josep Sancho,
dueño de la finca, que recuerda que
«tras tirarte al vacío, caías en un
lago que había en la base y podías elegir tocar el agua o no. Luego te venían a recoger en una zódiac». Tres años después, cerraba
al público porque no era rentable.
Y desde ayer es tan sólo chatarra.
Al suelo en 4 segundos
El derribo de la torre metálica se inició a las 11.27 horas y se completó en tan sólo 4 segundos. Para ello hicieron falta una máquina giratoria de 20 toneladas y un camión de 45.000 kilos, a los cuales se enganchó un cable de acero de 30 milímetros. El cable que
hacía fuerza unía la máquina giratoria con la estructura central
de la construcción, mientras que el camión se sujetó a las vigas
centrales de la parte alta de la torre como medida de seguridad.
Las 50 toneladas de hierro que conformaban la estructura causaron
un gran estruendo al tocar al suelo.
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