Historia y Consubstancialidad por Santiago Grasso Detrás del estilo simple e improvisado de la homilía bergogliana, se esconde el doble sentido de un astuto comunicador panteísta. Historia y Consubstancialidad 1 Giorgio de Chirico Piazza d'Italia 1913 Historia y Consubstancialidad 2 QUILMES, 24 de enero de 2014. – No siempre las homilías del Obispo de Roma son una sorpresa, también constituyen una perplejidad, como lo ha sido su enseñanza en el día de su cumpleaños, donde en una interesante pieza oratoria 1, trató de unir varios temas, vayamos a ellos en orden de aparición: 1. La pura Historia: “Una vez escuché que alguien decía: ‘¡Este pasaje del Evangelio parece la guía telefónica!’ No, es otra cosa: este pasaje del Evangelio es pura historia y tiene un argumento importante. 2. Dios envió su Hijo a la Historia: Es pura historia, porque Dios, como decía San León Papa, Dios ha enviado a su Hijo. 3. El manejo de las dos consubstancialidades: Y Jesús es consustancial al Padre, Dios, pero también consustancial a la Madre, una mujer. 4. Dios es consubstancial con la Historia: Y ésta es aquella consustancialidad de la Madre. Dios se ha hecho historia. Dios ha querido hacerse historia. Está con nosotros. Ha hecho el camino con nosotros. 5. La Historia como camino: Después del primer pecado en el Paraíso, subrayó el Santo Padre, “Él tuvo esta idea: hacer el camino con nosotros”. Ha llamado a Abraham, “el primer nombrado en esta lista” y “lo ha invitado a caminar”. Y Abraham “ha comenzado aquel camino”. Y luego Isaac Jacob, Judas. “Y así va este camino en la historia”. Dios, 1 – Tomamos el texto de Radio Vaticana, 2013-12-17. Historia y Consubstancialidad 3 afirmó el Pontífice, “camina con su pueblo. Dios no ha querido venir a salvarnos sin historia. Él ha querido hacer historia con nosotros”. 6. Los pecadores también hacen la Historia de Dios: Una historia, reveló, “que va de la santidad al pecado. En esta lista hay santos”, “pero en esta lista hay también pecadores”: 7. Por la Historia somos consubstanciales con Dios: Y esto es lo hermoso, ¿no? Dios es consustancial a nosotros. Hace historia con nosotros. 8. Los nombres de Dios: Aún más: cuando Dios quiere decir quién es, dice ‘Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y Jacob’. Pero ¿cuál es el apellido de Dios? Somos nosotros, cada uno de nosotros. Él toma de nosotros nuestro nombre para hacerlo suyo. ‘Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, de Pedro, de Marietta, de Armony, de Marisa, de Simone, ¡de todos!’ De nosotros toma el apellido. El apellido de Dios es cada uno de nosotros”. 9. La Historia es de Gracia y de Pecado: “Nosotros – reflexionó– escribimos esta historia de gracia y pecado y Él va tras nosotros” 10. Dios nos escribe la Historia: ...si Él ha hecho su historia con nosotros, si Él ha tomado su nombre de nosotros, si Él ha dejado que nosotros escribiésemos su historia, al menos dejemos que Él nos escriba nuestra historia. Y aquella es la santidad: ‘Dejar que el Señor escriba nuestra historia’. 11. La ética relativizada por la Historia: “Los pecadores de alto nivel, que han cometido grandes pecados. Y Dios ha hecho Historia y Consubstancialidad 4 historia con ellos. Pecadores, que no han respondido a todo aquello que Dios pensaba para ellos. Pensemos en Salomón, tan grande, tan inteligente, y terminó, pobre, allí, ¡sin saber cómo se llamaba! Pero Dios estaba con él . ¿QUÉ TAL SON NUESTRAS HOMILÍAS? – Después de tantos temas diversos, donde cada uno puede constituir un exhaustivo capítulo o libro de argumentación, nos preguntamos cómo se pueden desarrollar todos estos temas en un puñado de minutos, a no ser que se digan generalidades y se comentan errores a granel, cosa que analizaremos a continuación. ¿Qué tal son nuestras homilías? Preguntaba El Obispo de Roma al Celam. ¿Qué tal son tus homilías, Bergoglio? LA HISTORIA, EL HILO DE ORO. – El hilo de oro de todo el enlace de estos temas, es la Historia. El ejemplo lo vemos en esta pintura metafísica del artista Giorgio de Chirico, quien ve en cada plaza de Italia, la síntesis histórica del tiempo transcurrido. Así en el cuadro observamos la construcción de un templo romano antiguo en el centro, una locomotora que cruza el horizonte como el dinamismo modernista, la quietud del arco medieval de medio punto y al centro de la obra, la estatua renacentista o neoclásica, como la síntesis de la antigüedad. Toda la historia concentrada en un espacio; y mientras dos personas a la izquierda parecen darse la mano en señal de confraternidad, pues esto simboliza una plaza, las sombras se alargan en la total soledad de esta historia humana agotada en sí misma. “HACER HISTORIA” – La frase hacer historia, es propia del marxismo, y aquí debo darle la razón a Rush Limbaugh. Para el marxismo la existencia de la hipóstasis humana fenece con la muerte corporal, por ello su única existencia posible es dejar escrita la historia, la cual, en sus creencias, pasó a ser la evolución humana. Este concepto, de existir en la memoria futura de la humanidad, fue expuesta en el paganismo por Cicerón en su discurso en defensa del poeta Licinio Arquías; y retomada en la era renacentista. Los marxistas no son ajenos a toda esta antigüedad pagana, agregando el esfuerzo humano aportado, para que la humanidad evolucione. ÉTICA RELATIVA. – Por esta concepción pagana, los hombres en particular no se justifican por la ética o la religión, sino Historia y Consubstancialidad 5 por la historia. Si fue malo y deshonesto, pero hizo historia, quedó justificado. Salomón fue, según la homilía, un gran pecador, pero hacía historia y Dios estaba con él. EL TIEMPO SEGÚN SAN AGUSTÍN. – ¿Pero qué es la Historia? Indudablemente está sujeta al tiempo, el cual es la obsesión bergogliana. Esto nos obliga a ver la ontología del tiempo. Afirmaba San Agustín que el pasado no existía como ser 2, como en este sentido tampoco existía el futuro 3. ¿Entonces existe el presente? ¿Cómo puede existir cuando se nos diluye como el agua que queremos atrapar con las manos? En otras palabras, el tiempo no es una substancia, sino que la presupone. El tiempo no es una naturaleza, pero la presupone. Por ello, junto con Plotino, San Agustín afirmaba que el tiempo, como una idea abstracta, requería el alma que tomara su concepto. Solo veía en el tiempo una cierta distensión. 4 EL TIEMPO, UNA PROCESIÓN. – Podríamos afirmar, que el cosmos ha generado un espacio donde se encuentran las distintas formas que lo componen. Desde este ángulo, el tiempo no es una forma substancial, sino una procesión que los distintos seres finitos producen por su misma finitud y en su ulterior devenir dentro de dicho espacio. Siendo el tiempo una procesión, la Historia es la procesión del devenir del género humano dentro de su geografía propia. LA HISTORIA COMO SUBSTANCIA. – Los autores de la modernidad han discutido sobre la realidad histórica, y muchos de ellos han afirmado que no se diferencia de la realidad de los seres naturales; por lo cual, la Historia es una substancia. De este modo, concluimos diciendo que si la Historia es la procesión del género humano, es un auténtico y verdadero disparate concebirla como substancia, y más disparate cuando se afirma que la Historia puede conllevar una cierta consubstancialidad, cuando ni siquiera es una naturaleza, sino que procede de una naturaleza. LA PROCESIÓN NO GENERA. – Acontece que la modernidad, ha invertido la realidad, concibiendo que las procesiones son las que generan los seres. Como católicos, afirmando 2 – Conf. XI, 15: Praeteritum enim iam non est. 3 – Ibídem: Futurum nondum est. 4 – Conf., Liber XI,30. «Video igitur quandam esse distentionem.» Historia y Consubstancialidad 6 esto estaríamos diciendo, que el Espíritu Santo, una procesión divina, ha generado al Hijo del Padre. Tema este que ya hemos desarrollado en nuestros artículos anteriores. LA MENTE DIABÓLICA. – A continuación vemos que el hilo de oro de la Historia como substancia, se ha roto, y procederemos a ver lo que diabólicamente se ha hecho con el resto de la homilía. Con la siguiente demostración, no pretendo decir que Bergoglio sea consciente de lo que dice, sino que detrás de sus palabras, es indudable que alguien se esconde: I. El tema de la consubstancialidad: La hipóstasis o la persona, no es una substancia o naturaleza, sino que la tiene. Entendemos por consubstancial la naturaleza que cada persona posee en orden a otra persona. Lo que pretende decir el Obispo de Roma, es que en Jesucristo, (él dice Jesús) existen dos naturalezas: la divina y la humana. Que Jesucristo es consubstancial al Padre, lo afirma el Credo de Nicea: Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, consustancial Padre, por quien todo fue hecho. 5 Que Jesucristo es consubstancial con la Madre, lo afirma el Papa León Magno al indicar que recibe de Ella la naturaleza humana: Porque… a la justificación de los hombres lo que principalmente contribuye es que el Unigénito de Dios se ha dignado ser también el Hijo del hombre, de tal manera que el mismo que es όμοούσιος al Padre, esto es, de la misma substancia del Padre, fuese también verdaderamente hombre y consubstancial a la madre según la carne,... 6 Bergoglio emplea el concepto de San León Magno, y habla 5 – Et in unum Dominum Iesum Christum, Filium Dei unigénitum et ex Patre natum ante ómnia sǽcula: Deum de Deo, Lumen de Lúmine, Deum verum de Deo vero, génitum, non factum, consubstantiálem Patri: per quem ómnia facta sunt. 6 – Citado por la Carta Encíclica Sempiternus Rex Christus de su santidad el Papa Pío XII. Historia y Consubstancialidad 7 de consubstancialidad, para indicar las naturalezas de Jesucristo. La primera naturaleza es la divina, por ello es consubstancial a Dios Padre. La segunda naturaleza, es la naturaleza humana que asume de su Madre, pues se vuelve a generar por segunda vez, desde este punto de vista es consubstancial a la Madre por la naturaleza humana; pero las palabras de Bergoglio hacen otra cosa. LAS DOS LECTURAS – Comparemos ambos textos: San León Magno J. Bergoglio [Jesús] ...esto es, de la misma substancia del Padre, fuese también verdaderamente hombre y consubstancial a la madre según la carne,... 7 Y Jesús es consustancial al Padre, Dios, pero también consustancial a la Madre, una mujer. A continuación observemos lo que se ha hecho: a. Mutila el texto para eliminar la naturaleza humana. Esto es lo que se eliminó: ...fuese verdaderamente y...según la carne,... hombre b. Genera una ambigüedad en el enlace de los dos períodos, agrega una preposición adversativa junto al adverbio afirmativo, donde no se sabe si afirma o si se opone; y en caso de oponer, no se sabe con qué términos lo hace: (Jesús es consustancial al Padre, Dios,) pero también (consustancial a la Madre, una mujer). EL ESTILO DE LAS DOS DOCTRINAS. – De este modo obtiene dos lecturas posibles: Quienes piensan que habla de las dos naturalezas están conformes y quienes creen que unifica las naturalezas exultan de gozo ante este profeta revolucionario. EL ESTILO DEL VATICANO II. – Bergoglio con este estilo no inventa nada, solo aplica el sistema utilizado para redactar 7 – Citado por la Carta Encíclica Sempiternus Rex Christus de su santidad el Papa Pío XII. Historia y Consubstancialidad 8 los documentos finales del Vaticano II, tomemos como ejemplo la redacción de la Sacrosactum Concilium. 8 LA LECTURA PANTEÍSTA. – Si alguien desea una explicación más profunda, digamos que primero afirma que es consubstancial al Padre, y en el mismo período, sin utilizar verbo, sin mediar explicación, unifica la misma consubstancialidad del Padre con la de la Madre. El pero también que usa en el texto une y diversifica no el período, sino los términos de Dios y madre, de este modo queda una misma consubstancialidad divina eliminando la humana. No puedo ser más claro. ¿CASUALIDAD? – Si esto es una casualidad momentánea, me alegraría por ello, pero soy un poco viejo para creer en prodigios de este tipo. Podemos decir, que en esto de inducir al error, Bergoglio o quien está detrás de él, es todo un experto, razón por la cual pedí el 24 de diciembre de 2013 que se rectificase, pues da pie al panteísmo. LA DOBLE LECTURA BERGOGLIANA. – En esto de las dos lecturas, las frases de Bergoglio son ya una epopeya, pues como Homero, han dado la vuelta al mundo. Tomemos algunas de ellas como simple ejemplo: ¿Quién soy yo para homosexual? juzgar a un O esta otra: Dios no es católico. Ahora de nada valen las aclaraciones, pues sostengo que es un texto cripto-panteísta. ¿Más pruebas? Las doy a continuación. II. La expresión de pura Historia, implica que existe una historia que es especial. Es de suponer que la pura, es donde interviene Jesucristo, pues afirma que Dios ha enviado a su Hijo. Con esto afirma que la Historia anterior no es pura o no es tan pura. Al no ser tan pura, ¿es porque Dios no actúa en ella o es porque en la pura historias acontece algo nuevo? ¿UN DOGMA NUEVO? – Todo indica que Dios al enviar a Jesucristo, ha asumido la Historia, la cual para Bergoglio lo mismo que para muchos autores de la modernidad, es una substancia, con lo 8 – Cfr. ¿Hermnéutica del Vaticano II? Parte I, y Parte II, El Caballo de Troya. Historia y Consubstancialidad 9 cual, aparece la tercera consubstancialidad, la histórica: Pero Dios estaba con él (Salomón) . Y esto es lo hermoso, ¿no? Dios es consustancial a nosotros. Hace historia con nosotros. LA TERCERA NATURALEZA. – En el período, (como siempre de doble lectura), habla de Dios, no de Jesucristo a quien distingue muy bien como Jesús. Este Dios hace historia, siendo esta historia una substancia; de este modo aparece la tercera naturaleza, la histórica, por la cual Dios también se hizo historia y por ella el Padre se hizo consubstancial con nosotros que también hacemos historia: Dios es consustancial a nosotros. Hace historia con nosotros. CRÍTICA TEXTUAL DEL PERÍODO. – No podemos reparar en los puntos del periodista redactor, indicando que son ideas distintas, pues esto se desarrolla en un lenguaje oral, donde los conceptos se unen por su cercanía. TRES NATURALEZAS. – Esto implica un antes y un después: Teníamos la naturaleza divina, con la naturaleza humana y ahora también tenemos la naturaleza histórica por la cual el Dios Padre se hace consubstancial con nosotros, pues la Historia es obra del Espíritu Santo, quien es el Camino. EL APELLIDO DE DIOS. – La confirmación de que nuestra lectura es correcta, lo da a entender con toda claridad la homilía al hablar del apellido de Dios. La pura historia ha logrado limar todas las diferencias entre lo humano y lo divino, y Dios Padre se hace generar por el hombre, pues toma nuestro apellido y esto es el apellido, un patronímico que indica quien es su origen genealógico, tal como lo hace la escritura de ese día al indicar el origen genealógico de la naturaleza humana de Jesús, según la ley. De este modo, la homilía se cierra indicando que por la Historia, Dios Padre fue generado por la humanidad que hace pura historia, más claro imposible: Aún más: cuando Dios quiere decir quién es, dice ‘Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y Jacob’. Pero ¿cuál es el apellido de Dios? Somos nosotros, cada uno de nosotros. Él toma Historia y Consubstancialidad 10 de nosotros nuestro nombre para hacerlo suyo. ¿ES PARA EL DIVÁN? – El laberinto de la mente bergogliana no es para el diván, como indicó un observador, es para el exorcismo o para el aplauso, como lo hace La Repubblica: Un Papa que ha cambiado la Iglesia, incluso una jerarquía de la Iglesia, en un asunto de esta radicalidad, nunca se había visto, al menos desde el siglo III en adelante, de la historia del cristianismo y lo hizo operando conjuntamente sobre la teología, sobre la doctrina, sobre la liturgia, sobre la organización. Sobretodo sobre la teología. 9 FRANCISCO, EL REVOLUCIONARIO. – Y Francisco es un revolucionario, así lo afirma el L'Osservatore Romano del día 1 de enero de 2014 en el titular de un artículo de Gian Guido Vecchi: Después del coraje de Benedicto, la revolución de Francisco. Si ahora bajar de la cruz es tener coraje, realmente ¿quién puede negar que esto no es revolucionario? Su enseñanza aparentemente simple, logra otro objetivo: limar las diferencias entre el santo y el pecador, pues la pura historia se compone esencialmente de gracia y de pecado. Esto lleva a lo que tituló Eugenio Scalfari en el diario la Repubblica: La Revolución de Francisco. Abolió el pecado. 10 EL QUIETISMO HISTÓRICO. – Su orden a los fieles, al concluir la homilía, revela que la Historia se basa en el quietismo, pues el ser humano solo tiene que dejar actuar a Dios, quien como el genio de la lámpara de Aladino, hace el resto: ¡Que el Señor te escriba la historia y 9 – Eugenio Scalfari. La Repubblica del 29 de diciembre de 2013: Un Papa che abbia modificato la Chiesa, anzi la gerarchia della Chiesa, su una questione di questa radicalità, non si era mai visto, almeno dal terzo secolo in poi della storia del cristianesimo e l'ha fatto operando contemporaneamente sulla teologia, sulla dottrina, sulla liturgia, sull'organizzazione. Soprattutto sulla teologia. 10 – Ibídem. Historia y Consubstancialidad 11 que tú dejes que Él te la escriba. Así sea!” Con este final, parece no existir sinergia alguna, el hombre solo se reduce a bajar los brazos y esperar a Dios para que haga todo, típica actitud de los iconoclastas protestantes que Bergoglio asimiló haciendo sus retiros. “NADA ES MEJOR”. – La pura historia y el católico bergogliano que hace historia, ha igualado a todos, santos y pecadores, hombres o dioses, todo es igual en este lodo bergogliano, simple, sencillo y siempre tan eficiente en la revolución teológica; realmente el profeta que el mundo esperaba, el hombre del año. Sin embargo conozco otro profeta de la misma tierra de Bergoglio, quien cantó estos versos dos años antes de su nacimiento: Vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos... ..¡da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón!... 11 ¡Todo es igual! ¡Nada es mejor!... ¿Qué tal son nuestras homilías? Preguntaba Bergoglio a los obispos del Celam. ¿Qué tal son tus homilías, Bergoglio? © Solo con autorización del autor. 11 – Enrique Santos Discepolo. Cambalache. Historia y Consubstancialidad 12