Yaco Web http://www.pcyaco.es Categoría: Opiniones Publicado: 14/07/2016 No todo vale para defender ideas En estos últimos días he estado leyendo muchas noticias sobre el fallecimiento del torero Víctor Barrio, y la repercusión que ha tenido en todas las redes sociales. Defensores y detractores, se han enzarzado en un cruce de comentarios que, a mi juicio, sobrepasan la frontera de lo que se podría considerar libertad de expresión. Soy un anti-taurino convencido; rechazo cualquier festejo, costumbre, tradición (o como se le quiera denominar) que se base en el uso, abuso, tortura o muerte de un animal por deporte o entretenimiento. Considero que no tiene cabida, en una sociedad civilizada, y avanzada (en teoría lo somos aunque, en ocasiones, lo dudo), la existencia de un espectáculo donde se hace sufrir un animal hasta su muerte, con el único fin de distraer a un público que vitorean a los causantes de esta tortura, como si se tratara de un acto de valor heroico. Esto recuerda mucho al circo romano y a la sed de sangre de la sociedad de aquella época. Una vez aclarada mi postura ante la tauromaquia, entro al tema de las citadas declaraciones. Sinceramente me he llevado cierta decepción al leer algunas afirmaciones de personas que me parecían lo suficientemente inteligentes para defender ideas sin caer en radicalismos (inteligencia no es solo tener conocimientos sino saber usarlos). Manifestar alegría por la muerte de una persona por matar toros, no es nada ético. Por mucho asco que nos dé esta práctica, por mucho rechazo que sintamos hacia los practicantes y seguidores de este, mal llamado, festejo; nunca debemos caer en un descontrol y frialdad que nos impida ver lo que hay detrás de esta muerte. No solo muere un torero, muere un marido, un hijo, un hermano, un amigo… son muchas personas las que están sufriendo está pérdida, y no se puede, de ninguna manera, y bajo ningún pretexto, ser insensible a esto. Son en momentos como estos cuando debemos estar a la altura, demostrar empatía aunque se considere despreciable la práctica a la que se dedicaba. Nunca podemos perder la visión global, y caer en los peligrosos radicalismos que no nos llevan a nada, y flaco favor hacen a la hora de defender posturas e ideas. La batalla no se debe librar en estos enfrentamientos, sino con argumentos bien consolidados. El respeto se logra respetando, es la única forma de desarmar al contrario, y que cada vez más gente se dé cuenta de la realidad y, de esta forma, la tauromaquia sea visto como lo que es, una práctica del pasado de la que avergonzarnos, de la misma forma que hoy me avergüenzo de los que no han sabido defender nuestra postura sin caer tan bajo. Jacobo Pérez Hernánmez Powered by TCPDF (www.tcpdf.org)