líneas que con el tiempo moverían a la banda y los conectaron con bandas más “serias”, como OMD o Ultravox. “Dejando a un lado lo narcisista del título, “Dreaming of me” es un corte de sonido electrónico, tan dulce y sorprendente como cualquier tema de los primeros OMD. Voces estrictas, ritmos programados llenos de inventiva y una melodía de algodón de azúcar, hecha para proporcionar placer durante tres minutos. En directo, resultan fantásticos, construyen bases agradables, pero su trabajo no trasciende más allá”. (Chris Bohn, en el New Musical Express del 28–2–81). Los recuerdos que tiene el grupo sobre esa primera época están, como de costumbre, bastante relacionados con la impresión que le causaron a la crítica. “Me acuerdo perfectamente -declararía Dave Grahan diez años después de que el disco se editara- de la época en la que salió a la luz “Dreaming of me”. Recuerdo las críticas, algunas buenas y otras malas (nada ha cambiado). Nunca olvidaré una realmente magnífica en el Smash Hits, con una foto de Vince, en la que parecía totalmente un besugo... También recuerdo la sensación de ponérsete el pelo de gallina cuando oías la canción en la radio. En aquellos meses hicimos un concierto como teloneros de Ultravox, en el club Rainbow; lo tendré siempre en la cabeza, porque era el 14 de febrero, el día del cumpleaños de Daniel; le regalamos una bufanda del Chelsea F.C. y un jersey de Mark and Spencer. Jamás me habría imaginado que llegaríamos a ser tan famosos y mucho menos que seguiríamos juntos después de diez años”. Volviendo a las etiquetas, otro de los mitos que Depeche Mode se han empeñado en borrar ha sido el de su conexión con los popes del “techno”. A principios de los noventa, en plena explosión de la música “house”, muchos les señalaron a ellos como los auténticos padres de la “house music”, considerando a Kraftwerk los abuelos del movimiento. Pero Depeche, honestamente, siempre han reconocido que sus fuentes no son esas, sino músicos de su generación, que era lo que oían cuando empezaron. “Nosotros -declaró Andy Fletcher en el año 90, a la autora de este libro- no nos sentimos deudores de Kraftwerk. Su trabajo nos gusta muchísimo y tengo casi todos sus discos, pero los hemos comprado mucho después de empezar a hacer música. La única deuda que podemos tener con ellos es que utilizaran antes que casi nadie sintetizadores y ordenadores para hacer música, pero cuando comenzamos nosotros oíamos pop más o menos eléctrónico, como el de OMD o Human League”. “Respecto continúa- a la posibilidad de haber influido en el house, es posible, aunque en este momento (año 90) nos interesa más la Electronic Body Music y las cosas que se están haciendo en Bélgica o Alemania. ¿Nitzer Ebb han dicho que nosotros les habíamos influido? me parece muy bien, es un grupo que a mí me gusta mucho, de hecho tengo una camiseta de ellos y ahí sí que pienso que puede haber más influencia nuestra”. Depeche Mode, a los que ahora se considera padres o abuelos de movientos, al comenzar definían su música como “pop futurista”. Nada que ver con la ola “new romantic” o el siniestrismo entonces emergente, lo suyo era “pop futurista” que, en opinión de Dave Gahan, “es una extensión del punk rock”. Una vez definidas las líneas de la banda y después de haber tenido que rechazar una gira teloneando a Toyah y Classix Nouveau, porque Andy y Martin aún conservaban sus trabajos en un banco y una agencia de seguros, respectivamente, y no podían dejarlos durante tanto tiempo, “Dreaming of me”, el primer single de Depeche, comenzó a escalar en las listas de éxitos hasta llegar al número 57 (bastante más alto de lo que esperaba Daniel Miller, que afirmó antes de que saliera el single que si llegaba al puesto 70 merecería la pena continuar con el grupo). Después de otros dos singles de bastante éxito, “New Life” y “Just can't get enough”, que llegaría al número 8 y se convertiría en un éxito de discoteca, la convicción de que “aquello funcionaba” invadió la mente de los cuatro Depeches. La indumentaria de niño bien; los jerseys de cuello a la caja y los pantalones de franela fueron desgarrándose