TRASTORNOS FUNCIONALES. ESTREÑIMIENTO Y SÍNDROME DE INTESTINO IRRITABLE SIMPOSIO HISPANO-MEJICANO (SEPD-AMG) Dr. Jordi Serra Hospital Trias i Pujol · Badalona-Barcelona Distensión abdominal: mecanismos y abordaje L a distensión abdominal es el síntoma referido con mayor frecuencia por los pacientes con trastornos funcionales digestivos. Además de su frecuencia, la importancia de este síntoma está realzada por el hecho de que los pacientes con trastornos funcionales digestivos a menudo lo consideran como el más molesto de entre los diferentes síntomas que presentan. La distensión abdominal puede producirse por un incremento en el contenido intestinal. A menudo, los propios pacientes consideran que es un exceso de gas en el intestino el causante de la distensión abdominal. Sin embargo, diferentes estudios no han sido capaces de demostrar que los pacientes con trastornos funcionales digestivos tengan un incremento en el volumen de gas intestinal que justifique por sí solo la distensión abdominal. El volumen normal de gas intestinal en condiciones basales es muy pequeño (unos 200 ml) a pesar de la gran cantidad de gas que diariamente entra o es producida en el intestino. Uno de los mecanismos más eficaces para la eliminación del gas intestinal es el transporte y la eliminación del gas mediante flatos. Así, si se infunde gas en el yeyuno de sujetos sanos el gas es transportado y eliminado rápidamente por vía anal de manera que no queda retenido prácticamente nada del gas infundido. Por el contrario, los pacientes con trastornos funcionales digestivos presentan una alteración del tránsito de gas intestinal que favorece tanto la retención de gas en el intestino, como los síntomas abdominales. Esta alteración motora se asocia a una alteración de los mecanismos reflejos que modulan normalmente el tránsito intestinal de gas, tanto de origen mecánico como químico. Por ejemplo, en condiciones normales, estímulos mecánicos como la distensión del intestino producen un reflejo de aceleración del tránsito y evacuación de gas que previene la acumulación de gases en el intestino. Sin embargo, los pacientes con distensión abdominal presentan una alteración de este reflejo, que no consigue acelerar el tránsito intestinal y prevenir la retención de gas. Así mismo, los pacientes con síndrome del intestino irritable presentan respuestas reflejas anómalas a estímulos químicos, como los producidos por los lípidos intestinales. Así, concentraciones muy bajas de lípidos en el duodeno, concentraciones que no tienen ningún efecto sobre el tránsito de gas en sujetos sanos, producen un enlentecimiento del tránsito en estos pacientes, lo que favorece la retención de gas intestinal y la distensión abdominal postprandial. Además de una alteración en los reflejos intestino-intestinales, estos pacientes también tienen una alteración en los reflejos viscero-somáticos que modulan las respuestas de los músculos abdominales a cambios en el contenido intestinal. En condiciones normales, cuando se produce un incremento en el contenido intestinal, la musculatura del abdomen responde con una contracción de los músculos de la pared anterior del abdomen y una relajación del diafragma. Esta combinación permite adaptarnos al incremento del volumen abdominal sin que se produzca una distensión del abdomen. Los pacientes con distensión abdominal presentan una alteración en estas respuestas reflejas, de manera que los incrementos de volumen del abdomen producen una relajación paradójica de la musculatura de la pared abdominal y una contracción del diafragma. Como consecuencia de esta disfunción de las respuestas reflejas viscerosomáticas, pequeños cambios en el volumen intraabdominal, que no producen distensión alguna en condiciones normales, son suficientes para producir distensión abdominal objetiva en estos pacientes. Semana de las Enfermedades Digestivas 7 SED 2012 · Bilbao, 2 al 5 de junio de 2012 TRASTORNOS FUNCIONALES. ESTREÑIMIENTO Y SÍNDROME DE INTESTINO IRRITABLE Además de las alteraciones en las respuestas reflejas, los pacientes con trastornos funcionales digestivos presentan de forma característica una alteración de la sensibilidad visceral, con hipersensibilidad a estímulos viscerales que puede afectar a cualquier territorio del tracto digestivo. Este incremento de la sensibilidad visceral hace que estímulos que pasan completamente desapercibidos para sujetos sanos, sean percibidos como síntomas abdominales por estos pacientes. Esto implica que el simple tránsito de gas por el intestino, aún sin retención de gas ni incremento en el volumen total de gas presente en el intestino, puede inducir la sensación de hinchazón o plenitud abdominal en estos pacientes, una sensación que a menudo se refiere como distensión abdominal. El tratamiento de estos trastornos es sintomático, y se basa en una doble estrategia, por un lado se puede intentar disminuir la producción de gas intestinal ya que este parece claramente relacionado con el origen de estos síntomas, y por otro lado se puede actuar sobre la función motora y sensorial del intestino para facilitar el tránsito y la expulsión del contenido intestinal o mejorar la tolerancia al mismo. Una dieta pobre en fibras puede disminuir de forma efectiva la producción de gas intestinal y la distensión abdominal. Los fármacos reductores del gas intestinal, como las siliconas o el carbono activado, pueden disminuir el volumen de gas en el intestino al favorecer su absorción. Sin embargo, los datos sobre su eficacia para combatir estos síntomas son escasos y contradictorios. Para facilitar el tránsito y la evacuación de gas es recomendable evitar el sedentarismo. Los fármacos procinéticos también pueden ser efectivos. De entre estos fármacos los más estudiados han sido la cisaprida y el tegaserod. Ambos se han mostrado eficaces en el tratamiento de síntomas funcionales en general, y en especial el tegaserod se ha mostrado eficaz para reducir la plenitud y distensión abdominal. Desgraciadamente, la presencia de efectos secundarios graves obligaron a la retirada del mercado de ambos. No existen estudios de la eficacia de la prucaloprida, un agonista altamente selectivo de los receptores tipo 4 de la serotonina, sobre la distensión abdominal. Por último, algunos pacientes pueden favorecerse de la acción de los fármacos espasmolíticos, como los bromuros. Estos fármacos incrementan la “compliance” del intestino y mejoran la tolerancia al gas intestinal. En conclusión, los pacientes con trastornos funcionales digestivos presentan una alteración sensorial y motora del tracto digestivo, que favorece que pequeños incrementos en el volumen del contenido intestinal sean suficientes para producir síntomas abdominales subjetivos y distensión abdominal objetiva. El tratamiento de estos pacientes debe de ir orientado a disminuir el contenido intestinal, favorecer el tránsito y mejorar la tolerancia del intestino. Semana de las Enfermedades Digestivas 8 SED 2012 · Bilbao, 2 al 5 de junio de 2012