5. Conclusiones. 5.1. Cronología. A lo largo de la Edad Media aparecen cuatro de los once que he estudiado: pues en el XII y por tanto, por consiguiente y así que en el XIII. Los tres primeros se van a convertir en conectores prototípicos del paradigma. Así que no va a tener un uso excesivo, pero se va a especializar como conector de “deducción personal” (con un fuerte contenido subjetivo). Desde mediados del XV hasta principios del XVII (poco más de siglo y medio), coincidiendo con el desarrollo de la edad de oro de la literatura española, se incorporan los otros siete conectores. Probablemente el aumento de posibilidades de la expresión consecutiva, tiene que ver con las numerosas traducciones latinas del XV y del XVI y con las necesidades estilísticas que los nuevos modelos literarios exigían. En primer lugar, aparece un adverbio con “pesantez”, consiguientemente, favorecido –sin duda- por la existencia desde hacía tiempo de por consiguiente (del cual se considera variante). En el XVII, va a estar acompañado por otro adverbio con “pesantez” también, consecuentemente que, a la larga, le va a hacer la competencia y lo va a desbancar como alternativa adverbial. La aparición de este último también se ve favorecida por la presencia en la lengua, desde hacía un siglo, de en consecuencia (del cual se considera variante). Luego adquiere su uso como conector a finales del XV (es el paso de la temporalidad a la consecuencia; como había ocurrido antes con pues). Va a mantener un uso no frecuente, pero sí sostenido. En la primera mitad de XVI, se incorporan en consecuencia 157 José L. Herrero Ingelmo y así pues. El primero se va a convertir en uno de los conectores del cuarteto prototípico. El segundo (quizás por su carácter compuesto) va a tener siempre un uso más restringido. A finales del XVI conque se suma al conjunto de conectores y, después de un uso notable en el XVIII, va a quedar relegado a la lengua hablada (quizás ayudado por su carácter polisémico). Finalmente, a principios del XVII, se cierra la incorporación de conectores consecutivos: de ahí que (producto de la elipsis de verbos “argumentativos”) se va a convertir en la última alternativa, en la lengua escrita sobre todo, y de un uso discreto pero mantenido. Podemos decir que, de los cuatro conectores prototípicos, tres son medievales (pues, por tanto, por consiguiente) y uno clásico (en consecuencia). Pues, primero documentado, con mucho uso, a pesar de su polisemia y de su frecuente valor causal. En diferentes momentos, se van añadiendo conectores alejados, en mayor o menor medida, del núcleo prototípico, más periféricos, que a veces se utilizan como meras variantes estilísticas de los fundamentales, pero que también aportan, en ocasiones, matices significativos interesantes (subjetividad –así que-), señales de marcación para la modalidad (hemos visto que no todos ni con la misma frecuencia encabezan mandatos, preguntas, etc.) y encuentran su acomodo en el sistema de la lengua dentro de la variación (lengua culta –consiguientemente, luego, así pues, consecuentemente, de ahí que-, lengua oral –conque-; mayor o menor presencia en los diferentes géneros...). En la siguiente tabla, anoto la primera documentación de cada uno de los conectores estudiados (hay que tener en cuenta que, en algunos casos, -como hemos visto- existen textos ambiguos anteriores y, por tanto, es discutible; en cualquier caso, la fecha es muy orientativa) 158 La formación del paradigma consecutivo CONECTOR pues por tanto así que por consiguiente consiguientemente luego en consecuencia así pues conque consecuentemente de ahí que PRIMERA DOCUMENTACIÓN XII (c 1140, P. de Mio Cid) XIII (c 1240-50, P. Fernán González) XIII (1245 Doc. catedral de León) XIII (1293, Castigos) XV (1440-1445, El Tostado, Libro del amor e amicicia) XV (1497, L. Ramírez, Repetición de amores) XVI (1523, A. Brito, Carta de A. Brito al rey de Portugal…) XVI (c 1530, F. Pérez de Oliva, Diálogos de la dignidad del hombre) XVI (1598, J. de Pineda, Diálogo de la agricultura cristiana) XVII (1617, F. Cascales, Tablas poéticas) XVII (1620, Bonet, Reducción de las letras...) 5.2. Frecuencia 1. Recojo la frecuencia de aparición de tres de los cuatro conectores más importantes y de aquellos que no tienen polisemia (que dificulta es estudio estadístico). En el caso de por (lo) tanto, solo he tenido en cuenta los datos de la variante por lo tanto, porque el número de apariciones de por tanto es elevadísimo 2. Aun así, solo con la variante con lo, a partir del siglo XX, es el conector más frecuente. Por razones evidentes, no planteo la frecuencia del frecuentísimo pues: en el CORDE tiene 250583 ocurrencias y 82322 en el CREA. 2 Es curioso que los conectores univerbales sean más polisémicos: pues, así, entonces, conque, luego), mientras que los pluriverbales (por tanto, por consiguiente, así pues, de ahí que, en consecuencia). 1 159 José L. Herrero Ingelmo hasta 1500 XVI XVII XVIII XIX XX (CORDE) XX (CREA) TOTAL por consiguiente 349 1413 543 949 2678 1841 2003 9776 consiguientemente 13 207 100 146 50 134 206 856 en consecuencia 0 47 102 256 557 1268 6379 8809 por lo tanto 0 13 3 33 1672 2771 7426 11908 así pues 0 5 7 3 67 52 178 312 consecuentemente 0 3 3 5 5 194 766 976 de ahí que 0 3 3 6 37 212 923 1184 Por consiguiente siempre ha tenido una frecuencia alta, aunque decrece en el siglo XX 3. En consecuencia, que entra más tarde en la lengua, aumenta progresivamente y tiene mucha presencia en el CREA. por consiguiente en consecuencia por lo tanto Hay que recordar que el volumen de textos que componen el CORDE es el siguiente: Edad Media, 21 %; Siglos de Oro, 28 %; Época Contemporánea, 51%). 3 160 La formación del paradigma consecutivo 9779 8809 11908 312 856 976 1184 Del resto de conectores, que tienen problemas de polisemia, he ido en cada uno de ellos haciendo muestreos que nos pueden dar un valor aproximado de su frecuencia y, sobre todo, del uso como conectores respecto de las demás valores. pues (p. 48): 12,57 % por tanto: (p.91): 77,1 % así que (p. 98): 13,88 % luego (p. 123): 21,3 % conque (p. 148): 58,4 % (10, 6 % en el CREA). García Izquierdo (1998) y García Medina (2001) nos ofrecen estadísticas de frecuencia en el siglo XX. Estos son los datos, en lo que a nuestros conectores atañe. García Izquierdo (1998: 176-177) presenta una tabla con las estadísticas: frecuencia (total, antepuesto, interpuesto y pospuesto): 1) por lo tanto: 41’86 (58’5; 40; 1’5) 2) pues: 34’74 (0; 98; 2) 3) por consiguiente: 7’03 (68’78; 31’74; 0) 161 José L. Herrero Ingelmo 4) 5) 6) 7) en consecuencia: 6’62 (76’40; 23’03; 0’56) así pues: 3’76 (99; 0’99; 0) luego: 0’52 (100; 0; 0) conque: 0’63 (100; 0; 0)4 García Medina (2001: 200) señala la siguiente frecuencia de uso en su corpus (recordemos que son los únicos conectores que estudia): 1) por tanto 38% 2) pues 31% 3) por consiguiente 14% 4) en consecuencia 11% 5) así pues 4% 6) consecuentemente 1% 7) consiguientemente 1% En su corpus oral, solo aparecen tres: 1) por tanto 82% 2) pues 9% 3) por consiguiente 9% 5.3. Cambio lingüístico: gramaticalización y elipsis. Parece que un diccionario histórico tiene como finalidad fundamental presentar de una manera sencilla cómo se van documentando los diferentes sentidos de las palabras o de las expresiones. En el caso de las palabras con sentido pleno, se trata de ver cómo funciona el cambio semántico (ampliación, restricción o desplazamiento del significado primitivo). En nuestro caso, el cambio afecta no solo al ámbito 6. y 7. Son entonces y por ende, que no he incluido en este estudio: entonces: 3’72 (47; 53; 0); por ende: 1’04 (78,57; 21,42; 0). 4 162 La formación del paradigma consecutivo sintáctico, sino también a la aparición de nuevos sentidos que tienen que ver, por una parte, con la organización del texto en el que se inserta la expresión (contenidos textuales) y, por otra, con la intervención del hablante en la intención del texto (contenidos pragmáticos). La peculiar naturaleza de los marcadores hace necesario contemplar y analizar, en nuestro caso los consecutivos, los siguientes cambios: creaciones romances mediante gramaticalización: de adjetivos: consiguientemente, consecuentemente; de adverbios: pues, luego, así que, así pues; de locuciones: por consiguiente, por tanto, conque. creaciones romances mediante elipsis: de ahí que (ya gramaticalizadas), en consecuencia (sin plena gramaticalización). También hemos visto cómo ergo ha tenido un cierto uso hasta nuestros días, como un préstamo culto. He citado mucha documentación que pone de manifiesto cómo funciona el cambio lingüístico. El proceso de gramaticalización es fundamental en la gestación de estos elementos. Como es bien conocido (Cuenca y Hilferty: 1990, 155 y ss.) fue el lingüista francés Antoine Meillet quien acuñó el término gramaticalización como uno de los medios fundamentales para la creación de formas gramaticales (junto con la analogía). Es la conversión de una unidad léxica (a veces, como en nuestro caso, también de una unidad gramatical) en una unidad gramatical (concepción clásica) y en una unidad textual y pragmática (concepción más moderna). Bybee (1993, apud Cuenca y Hilferty: 1990, p. 157) establece tres estadios de evolución en cada uno de los seis niveles de la lengua (morfológico, fonológico léxico, 163 José L. Herrero Ingelmo distribucional, de frecuencia y semántico) en los que se lleva a cabo el proceso: LÉXICO lexema polisilábico clase abierta posición libre relativamente infrecuente (vi) rico semántico (i) (ii) (iii) (iv) (v) auxiliar, partícula monosilábico clase cerrada amplia relativamente fija bastante frecuente GRAMÁTICA afijo segmento único clase cerrada reducida totalmente fija obligatoria más general reducido o vacío Traugott (1995) 5 respecto del último cambio (blanqueo) defiende que pierden capacidades sintácticas para adquirir funciones pragmáticas; es decir, una especie de pragmaticalización del significado. El resultado son elementos que marcan el texto, que indican la actitud del hablante en torno al texto y a lo que rodea al acto de comunicación. Quizás habría que utilizar (si no fueran tan “pesados”) textualización y pragmaticalización mejor en lugar de gramaticalización, que es ambiguo. Por su parte, Company (2004) 6 llama la atención no solo sobre los elementos léxicos que pasan a tener función oracional, sino también en los elementos de la oración que pasan a tener un papel en el ámbito del discurso. El origen de los conectores es muy variado. Garcés (2012: 185-186) organiza así los cambios de los marcadores: 1) un proceso de fijación por el que formas libres pasan a constituir locuciones fijas; 2) una mayor autonomía, ya que se convierten en expresiones independientes del resto del Traugott (1995b), “Subjectification in grammaticalization”, en: Stein, D. / Wright, S. (eds.): Subjectivity and subjectivisation: linguistic perspectives, Cambridge, Cambridge University Press, pp. 31-54. 5 6 164 La formación del paradigma consecutivo enunciado; 3) un cambio del comportamiento sintáctico, por lo que dejan de realizar una función dentro de la predicación y pasan a ejercer una función conectiva, periférica respecto de la oración en la que aparecen; 4) un alcance estructural distinto, ya que no ejercen una función en el marco oracional, sino en el plano discursivo; 5) un proceso de reanálisis por el que formas procedentes de categorías gramaticales diversas se convierten en marcadores del discurso con unas características específicas que no permiten incluirlos en las clases de palabras establecidas tradicionalmente; 6) un proceso de debilitamiento del significado referencial etimológico para desarrollar un significado relacional, aunque, en muchos casos, el valor léxico originario de los componentes del marcador propicia el desarrollo de determinadas funciones pragmáticas. Como hemos visto, adverbios que indican lugar o tiempo pasan a marcar relaciones lógico-semánticas de consecuencia. POST > pues LOCO > luego CONSEQUENS > consiguiente de ahí que tiempo > consecuencia lugar > tiempo > consecuencia lugar > tiempo > consecuencia lugar > consecuencia En ese proceso de gramaticalización tiene, también, un papel muy relevante la elipsis, sobre todo de verbos que hace que el elemento regido se desentienda de una función sintáctica y pase a ser un indicio de valor textual o pragmático. El Brocense (1562: IV, 440, 2-3) la definió como “defectus dictionis uel dictionum ad legitimam constructionem” 7. Es bien sabido que ese fenómeno lingüístico fue el núcleo de su teoría gramatical, que influyó decisivamente en la gramatica general y razonada francesa e incluso en el plantemiento de Chomsky. En nuestro caso, la desaparición de elementos afecta sobre todo a los verbos: de ahí que, procede de la elisión de los verbos que La elipsis explica las aparentes discrepancias entre la lógica del pensamiento y las reglas gramaticales que la desarrollan. 7 165 José L. Herrero Ingelmo expresan la operación mental de deducción; consecuentemente actúa como adverbio de modo con pensar, negar, proceder, tratar, preparar, obrar, actuar, aplicar… Cuando el verbo se elide, aparece el paso de la función sintáctica a la textual. 166