Centro de Investigaciones White, UNADECA ¿TENEMOS QUE ARRODILLAMOS SIEMPRE CUANDO ORAMOS? Me pregunto si me puede ayudar al responder las siguientes preguntas. En los escritos de Elena G. de White, ¿hay detalles sobre la posición adecuada para orar?, ¿hay declaraciones que apoyen que se puede orar mientras se está de pie o sentado? Preguntas como la suya surgen porque la señora White dijo que arrodillarse es «siempre la posición correcta». Pero, ¿cómo entendemos ese «siempre»? Hay, en efecto, declaraciones de la señora White que hablan favorablemente de oraciones ofrecidas en otras posiciones, especialmente de pie. ¿Se está contradiciendo a sí misma? Creo que un vistazo más de cerca revela que no hay contradicción en absoluto. La situación que la señora White enfrentó cuando insistió en anodillarse fue la oración colectiva antes del sermón. He aquí lo que dijo: Centro de Investigaciones White, UNADECA A uno que se había educado durante cinco años en Battle Creek se le pidió que guiara en oración antes de que la Hna. White hablara al pueblo. Pero al verlo permanecer de pie cuando sus labios estaban por abrirse para orar a Dios, experimenté la viva necesidad de reprocharlo directamente. Lo llamé por su nombre y le dije: «Arrodíllese». Esta es siempre la posición correcta.— Mensajes selectos, t. 2, p. 359). No tratemos de hacer la declaración de la señora White sobre una situación particular, aplicable a todas las demás. Yo entiendo que aquí el «siempre» se aplica a la oración principal de la congregación durante el culto de adoración. No se aplica a otras situaciones, como lo indican otras declaraciones que hizo, situaciones tales como, «cuando andéis o estéis ocupados en vuestro trabajo cotidiano» (El ministerio de curación, p. 367). Cuando presentamos a la congregación ante aquel a quien la señora White llama «el Soberano del universo», o de hecho, en nuestras oraciones privadas, la posición de rodillas representa adecuadamente nuestra condición como sus súbditos; infunde en nosotros un sentido de nuestra propia pequeñez y debilidad, y muestra respeto por aquel que es mucho mayor que nosotros y es «alto y sublime». Reconoce nuestra dependencia de él. ¿Qué excusa tenemos para no arrodillarnos ante Dios en el culto de la iglesia, cuando venimos a presentar nuestras peticiones formalmente delante de él? Creo que este es el punto que la señora White quiso destacar. Pero otras oraciones, para otros fines y en otros lugares, se pueden ofrecer en otras posiciones. De este modo, la Biblia habla, por ejemplo, de Nehemías que ofreció una breve oración por dirección mientras estaba delante del rey de Persia, quien le había hecho una pregunta y esperaba su respuesta. Estas oraciones están bien a la vista de la señora White. Centro de Investigaciones White, UNADECA Por lo tanto, el hecho de que la señora White aceptara otras posturas en la oración en otras ocasiones, a mi entender, no presenta una contradicción con su afirmación de que arrodillarse «es siempre la posición correcta» para el que está representando a la congregación en la oración principal del culto. Obtenido de: 101 Preguntas Sobre Elena G. White y sus escritos Autor: William Fagal ISBN 978-1-61161-130-4 1era Edición: mayo 2013 Página: 150-151