LEYENDA MORISCA D E IBRAHIM " ¡ C u e r p o de Dios, que esto es cosa de moros]" fue la r e a c c i ó n de Baltasar Ortiz, posadero y "dezmero del puerto de la villa de Arcos" al leer por vez primera el texto que voy a estudiar. Los papeles en c u e s t i ó n los h a b í a encontrado en una alacena en la pared de una casa que pertenecía a una familia de moriscos de Arcos (provincia de Soria). E l d u e ñ o del p e q u e ñ o manuscrito era un tal J e r ó n i m o Pintor, y en el proceso inquisitorial que se le s i g u i ó (Archivo diocesano de Cuenca, leg. 237, n ú m . 3072) se relatan detalladamente las circunstancias del descubrimiento (ocurrido en 1568), y a d e m á s se nos conserva el peligroso librito (cada una de sus hojas lleva como prueba de su autenticidad las iniciales de tres de los que estaban presentes cuando se e n c o n t r ó ) . Este p e q u e ñ o par de cuadernillos de 10 X 14.3 cms, apenas merece llamarse manuscrito. Cirac, en su Registro de los documentos del Santo Oficio de Cuenca y de Sigüenza, Cuenca, 1965, los describe como unos " c a p í t u l o s del C o r á n en su romance" (idea sugerida, sin duda, por las acusaciones hechas por los inquisidores en el curso del proceso), pero, como veremos, la i d e n t i f i c a c i ó n del texto no es acertada. Los folios de los cuadernillos, sin numerar, son diecinueve en total; dieciocho de ellos están intactos, pero del ú l t i m o s ó l o se conserva menos de la mitad. Sin desencuardenar el manuscrito del proceso entero, resulta imposible saber exactamente de q u é manera se relacionan los folios entre sí, pero se ve claramente que hay dos cuadernillos diferentes, el primero de los cuales tiene diez hojas, el segundo nueve. Se sabe, por las pruebas que se presentaron durante el proceso, que en tal estado estaban los documentos cuando se descubrieron. Detalles del juicio indican que los cristianos viejos pudieron leer el primer cuadernillo con algo m á s de facilidad que el segundo, pero al examinarlos se puede ver que no fueron dos las manos que los escribieron, sino por lo menos tres. Tres t a m b i é n son los textos contenidos en los cuadernillos: a) un calendario abreviado, o mejor dicho, una lista de festividades correspondientes al a ñ o i s l á m i c o (fols. l-10v; el texto está completo y en el orden correcto); b) dos fragmentos de u n texto religioso en el estilo hadith ("dixu G a l i Y b i n u Abitali") y relacionado con el d í a del juicio (fols. l l r , 12vy 164-174); c) u n extenso fragmento de la leyenda a p ó c r i f a de Ibrahim que está 2 L. P. HARVEY NRFH, XXX desordenado (los textos empiezan al pie del fol. 17r y c o n t i n ú a n en el 17v, 18r-v, 134-v, 14r-v, 15r-v, 19r-v—este ú l t i m o folio maltratado). Una e x p o s i c i ó n completa de los problemas l i n g ü í s t i c o s que presentan estos textos no puede hacerse antes de que se publiquen las secciones que no están relacionadas con la leyenda de Ibrahim. (Espero publicar la sección del calendario con un manuscrito similar en caracteres árabes que se encuentra en la Biblioteca B r i t á n i c a ) . Sin embargo, es necesario mencionar a q u í un rasgo poco c o m ú n : la a p a r i c i ó n de u en vez de o en las palabras dixu, miedu y pluru. Puesto que el f e n ó m e n o se encuentra s ó l o en el fol. 19v del texto de la leyenda de Ibrahim, el lector p o d r í a suponer que ese rasgo es u n error de imprenta, o u n error m í o al hacer la t r a n s c r i p c i ó n , o inclusive un desliz cometido por el morisco del siglo X V I . N o es así: estas formas se encuentran t a m b i é n en los textos a yfe;la frecuencia de su a p a r i c i ó n v a r í a , de manera e s p o r á d i c a . Los pocos ejemplos que se encuentran en el folio 19 p o d r í a n explicarse aisladamente como representaciones gráficas de una o final muy cerrada (con pluru par la a r m o n í a v o c á l i c a ) , pero esa e x p l i c a c i ó n no es, sin duda, la correcta, porque en otros lugares u t a m b i é n se encuentra en m o n o s í l a b a s (como lus, sun, 4r, y yu, 12v), en donde la pronunciac i ó n con vocal cerrada es tan poco característica de cualquier dialecto h i s p á n i c o que es virtualmente imposible. E n m i o p i n i ó n , no se trata a q u í de un rasgo f o n é t i c o de origen dialectal, sino de u n rasgo g r a f é m i c o que se produjo a causa de la t r a n s l i t e r a c i ó n m e c á n i c a y poco inteligente del texto en caracteres árabes. E l escriba morisco debe haber tenido ante sus ojos un texto en a l j a m í a , y al transliterarlo, a veces t r a n s c r i b í a la u breve del á r a b e (damma) como u y otras como o, Esto e x p l i c a r í a la a p a r i c i ó n e s p o r á d i c a del rasgo. Es notable c ó m o la t r a n s l i t e r a c i ó n por u se encuentra m á s frecuentemente en palabras que tienen marcada c o n n o t a c i ó n i s l á m i c a , como dayunu. Si m i e x p l i c a c i ó n es correcta, el d o c u m e n t ó l a pesar de tener cierto tinte a r a g o n é s (por ejemplo, pluru, citado arriba), en general, ofrece un ejemplo normal del castellano arabizado que usaban los moriscos de Castilla y áreas l i m í t r o f e s . Esta es la historia de Ibrahim en el texto del manuscrito de Cuenca: C U E N C A , L E G A J O 237, N Ú M . 3072 Folio 17 recto/Bismi ylaharrahameni irrahimi fue recontado que Ybraen halizalen r o g ó ad Alia, y demandóle de grazia que le demostrase de sus milagros, y d í x o l e /17v/ bes ya Hibrahen por la orilla del mar, y demostrarte e partida de lo que me demandas. Laora t o m ó Hibrahen dos tortas de pan de ordio, y t o m ó una cayata en su mano, y fuese fasta que l l e g ó a la orilla de la mar. Y él, como iba su camino NRFH, X X X LA LEYENDA MORISCA D E L IBRAHIM 3 adelante, o y ó un lloro y fue Ybraen enta do o y ó aquel lloro, y f a l l ó , un alhabiz que fazía agala en su almihrabe, y p a r ó s e Ybraen delante del /18r/ y esperó hasta que se diese azalen, y dixo Hibraen: —Lazalem sea sobre t ú , ya onbre. Y dixo él: —Sobre tú sea el azala (sic) ya amigo del piadoso. Y dixo Hibraen: — Y a hermano ¿ q u i é n te ha hecho a saber que yo soy amigo del piadoso? Dixo: — A me benido r e b e l a z i ó n de parte de mi S e ñ o r que no me v e r í a en este lugar sino tú. /18v/ Y laora lebantose el alhabiz, y Ybrahen s i g u i ó l o fasta que llegaron el alhabiz a la mar, y lanero su caja /?/ en la mar, y e n t r ó y yba sobre el agua. Y laora p a r ó s e Ybraym pasmado de aquella marabilla. Y dixo el alhabiz: —Entra, ya Ybrahem. Y e n t r ó Ybrahem de zaga del alhabiz fasta que plegaron a una isla en medio de la mar. Laora lebantose /13r/ lalhabiz y hizo azala, y no f a b l ó a Ybrahem fasta que a m a n e c i ó , y Ybrahem de gaga del, y quando a m a n e s c i ó , posóse y Ybrahen y pensaba en su fecho, y algo sus ojos ental cielo, y bio un carnero que deballaba del cielo, y asentóse delante de las manos del alhabiz. Y laora t o m ó el alhabiz una piedra y q u e b r ó l a /13v/ y d e g o l l ó con ella el carnero,,y después firió en la piedra con otra piedra, y salla fuego, y p l e g ó llena, y e n c e n d i ó l a , y puso la carne ad asar, y p a r t i ó l a por medio, y t o m ó la mitad y dixo: —Ya Ybrahem, come tú esa carne. Laora sacó Ybrahem las dos tortas de pan de ordio y dixo el alhabiz: — ¿ Y a Ybrahem, /14r/ de q u é se haze ese pan? Dixo Ybrahem: —Que lo labran y lo siembran y lo siegan y lo muelen y lo masan y lo cuezen. Dixo el halhabiz: — C ó m e t e tu pan, que yo no lo e menester, ny lo conozco. Y comieron entramos fasta que acabaron el carnero. Laora t o m ó el alhabiz y a y u n t ó todos los güesos del carnero en su cuero delante de Ybrahen, y d e s p u é s dixo el alhabiz: —Lebantate con ligencia de 4JJI . Y lebantose el carnero sobre sus piedes y p i d i ó /?/ al gielo, y Ybrahem que los miraba, y dixo al alhabiz: — Q u á n t o s a ñ o s ha q u e s t á s en este lugar? Dixo: — A ciento quarenta a ñ o s , y no c o m í m á s de una bez en el a ñ o , y as te acaezido /15r/ en el d í a de mi pascua. Y marabillose mucho daquello que bio, y dixo Ybrahem: — Y a m i S e ñ o r , este es el milagro que me prometiste que me d e m o s t r a r í a s . Y e n b i ó a él y dixo: —Bes, ya Ybrahem, m á s adelante y berás otro milagro mayor que no ese. Y fue Ybraem su camino /15v/ Y andando o y ó una boz m u i triste, y un ploro mui fuerte, y fue hasta donde o y ó la boz, y h a l l ó una rana sobre una piedra de la mar, y degía: — ¡ T a n glorificado es eQJ | ! ¡ tan bendicho es « j j j ( I ¡y tan bendicho es quien no me olbida en este lugar! Y laora azercose Ybrahem enta la rana y dixo /19r/: —azalen alayka ya rana y dixo la rana: —sobre ti sea el azalen ya amigo del piadoso. Y laora dixo Ibrahem: —quien te a echo a saber que yo soy amigo del piadoso dixo la rana a me benido rebelación de partes de mi S e ñ o r que no me bería nenguno en aqueste lugar sino tú. /19v escrito por la mano de " A " / Dixo Ibrahim:—quanto tien [po ha] questas en este lugar Dixo la rana m i l a ñ o s dixo Ibrahim: 4 NRFH, X X X L. P. HARVEY —de que te probiendas. Dixo: —Cuando amanece Alia con la m a ñ a na, salle aquel cada día sobre aquesta piedra una foja amarilla, y probiendora^ de lia [cada] d í a dixu Ybra/n'm. Y porque lloras pues no abe sobre tú p^cadu dixu la rana: —Ye Ibrahim e miedu que no llegará mi obra con lo que a fecho Allah haza gua jala de gracia, y pluru por [ a q u í termina el manuscrito]. N o t a r á n los lectores que en el folio 19 se han llenado las lagunas. He cubierto estos v a c í o s , no a través de una r e c o n s t r u c c i ó n h i p o t é t i ca, sino a base de u n manuscrito aljamiado de la Biblioteca Nacional de Madrid, en el que se encuentra u n texto casi i d é n t i c o al de Cuenca (fue editado por F. Guillen de Robles en su libro Leyendas moriscas sacadas de varios manuscritos existentes en las Bibliotecas Nacional, Real y del P. Gayangos, Madrid, 1885-1886). Este manuscrito tiene el texto m á s completo que he encontrado hasta hoy, pero grande fue m i sorpresa y m i placer al encontrar, t a m b i é n en la Biblioteca Nacional, otro manuscrito, en á r a b e esta vez, con otra v e r s i ó n , casi completa, del texto. S e g ú n yo sepa, este texto á r a b e no ha sido publicado hasta hoy, aunque Guillen de Robles en su Catálogo de los manuscritos árabes existentes en la Biblioteca Nacional de Madrid, Madrid, 1889, lo identificó claramente en la entrada siguiente: " C L X X I X Leyenda de Abraham, 4 papel, falto al principio y fin, 19 fol. m a g r e b í , 2 fol. bl. al principio;3 al fin. Comprende a d e m á s varias p o e s í a s en loor de Mahoma. Procedente de la Biblioteca de Osuna". o E l lector h a b r á observado que Guillen de Robles no hace referencia al manuscrito aljamiado publicado por él unos pocos a ñ o s antes. Sospecho que el desorden de los folios en este p e q u e ñ o manuscrito á r a b e fue tal que no le p e r m i t i ó reconocer la identidad (la palabra no es exagerada) de los dos textos. Debido al gran interés de las dos versiones, los publico paralelamente para que pueda verse la manera de trabajar del traductor morisco. T é n g a s e en cuenta que m i e d i c i ó n del texto aljamiado no pretende ser una t r a n s l i t e r a c i ó n . Prefiero utilizar en la medida de lo posible los recursos del sistema o r t o g r á f i c o e s p a ñ o l de los siglos X V y X V I , a p a r t á n d o m e de él s ó l o cuando la necesidad de aclarar una posible a m b i g ü e d a d fonética me obliga a ello. A l l í donde el lector p o d r í a vacilar, procuro resolver sus dudas por conocidos s í m b o l o s m á s modernos. Me atrevo a decir que cualquiera que esté familiarizado con el e s p a ñ o l del p e r í o d o en c u e s t i ó n y con el aljamiado, p o d r í a reconstituir con bastante exactitud el texto en caracteres á r a b e s a partir de lo que presento en caracteres latinos (y a ñ a d i r í a , no hay sistema que nos permita una reversibilidad absoluta). Debo aclarar que no pretendo que mi sistema simplificado llene todas las necesidades de todos los especialistas; pero creo que para las finalidades que me propongo, a saber comparar el texto alja- NRFH, X X X LA LEYENDA MORISCA D E L IBRAHIM 5 miado con el árabe original, la t r a n s l i t e r a c i ó n que presento resulta m á s fácil de leer. E l que las ediciones modernas de los textos aljamiados los presenten disfrazados bajo un ropaje tan irreconocible h a b r á contribuido q u i z á a que casi nadie los lea (los textos publicados por m í hasta ahora han sido transliteraciones ortodoxas, así que soy co-responsable de este estado de cosas). Q u i z á , esta manera de presentar los textos pueda considerarse un experimento: espero las reacciones que se p r o d u c i r á n . Es posible que me critiquen por haber regresado a finales del siglo X I X , cuando los editores se s e n t í a n con la libertad de alterar las palabras y formas si se consideraban difíciles, pero una crítica como ésta no sería justa ya que no he alterado nada, y las formas difíciles y poco comunes no se han cambiado. 6 NRFH, XXX L. P. HARVEY M A D R I D , B. N . 5251 *¿J*j UM5 J * /9v/ AJJIC^U o ^ y J i J^U- 14 i u f ^ v J t J^» LM» J I J - * ^ ^yL>- ^ r ^ J C LJI c5 k^i*JL5 J-^J>J ^>uJI <y / 10 v / J^UJU ^ 1 ü"*^ fí"*!/*!? C3* c^ 8 C5*^ -^UJI^L> jb, ^^>v¿ «J JUcJU¿a¿ LA JUIÄJI ^ 1 4 Uac I JL>- lj 4 V e f ^ L ^ ' û b u ^ AijcS ^ /10 r / * AJ J l ü j j j ü 1 I OA a^. c5 i^>» d j ^ NRFH, X X X 7 LA LEYENDA MORISCA D E L IBRAHIM M A D R I D , B.N. 5313 Bismi illáhi irraljtmáni irrahimi: este es alhadit de Ibrahím alayhi iqqalem, fue recontado que Ibrahim, alayhi iccalem, rogó ada A l l a h que le demostrase de sus milagros y dixo Allah —Bes ye Ibrahim a la orilla de la mar, d e m o s t r á r t e l e ] partida de lo que demandas. Laora /133v/ t o m ó Ibrahim dos tortas de pan de ordio, y t o m ó una gayata en su mano y fuese fasta que l l e g ó a la orilla de la mar. Y él, como iba su camino adelante, o y ó u n lloro. Y laora fue Ibrahim en ta donde o y ó la bog, y f a l l ó u n al abid que fazía assala en un almaihrab, y p a r ó s e I b r a h í m delante del /114r/ y e s p e r ó fasta que dio assalem, y dixo Ibrahim: —Laggalem sea sobre tú, ye al abid, ye onbre. Y dixo él -Sobre t ú sea lagcalem, ye amigo del piadoso. Dixo I b r a h í m : —Ye ermano, ¿ q u i é n te a fecho a saber que yo soy amigo del piadoso? — A me benido r e b e l a c i ó n de parte de m i señor que no me b e r í a en aqueste /114v/ lugar nenguno sino tú, ell amigo de Allah. Después lebantose lal abid, y I b r a h í m sig[u]iolo fasta que l l e g ó lal abid a la mar, y l a n g ó , su capa en la mar, y e n t r ó lal abid en la mar. Y laora p a r ó s e I b r a h í m , pasmado de como iba sobrell agua, y marabillose mucho. Y dixo el a l abid: —Dentra ye I b r a h í m . Y e n t r ó I b r a h í m de gaga del al abid fasta que l l e g ó a una isla que estaba en medio de la mar. Y laora, lebantose el al abid y fizo assala, y no f a b l ó a I b r a h í m fasta que a m a n e c i ó , y Ibrahim de gaga del, y cuando a m a n e c i ó , p o s ó s e y pensaba en su fecho, y algo sus ojos al gielo y bio un carnero que d e b a l l ó /115v/ del gielo y posóse delante de las manos del al abid y laora t o m ó al al abid una piedra, y crebola y d e g o l l ó con ella el carnero, después firió en la piedra, y s a l i ó della fuego, y l l e g ó l e ñ a y engendiola, y puso la carne ad asar, y p a r t i ó l a por medio, y dixo —/116r/ come tú esa carne. Laora sacó Ibraim dos tortas de pan de ordio; y dixo lal abid: — ¿ D e q u é se fase, ye I b r a h í m , ese pan? Dixole I b r a h í m : —Que lo labran, y lo siembran, y lo siega, y lo muelen, y lo masan y lo cuezen, Dixo el a l abid —Come tu pan, que yo no lo e menester, n i lo conogco. /116v/ Y comieron entranbos fasta que acabaron el carnero. Laora t o m ó el al abid los g ü e s o s del carnero, y aj u n t ó l o s todos en su cuero delante de Ibrahim. D e s p u é s dixo el al abid: — L e b á n t a t e con ligencia de Allah. Y laora lebantose el carnero sobre sus piedes y p u y ó al gielo, y I b r a h í m /117r/ que lo miraba; y dixo Ibrahim el al abid: ( ( 1 c c c c c c c 1 c c c c c 8 NRFH, XXX L. P. HARVEY \ ¿ A J I J y jju L ¿ J L ^1^1 jiiJll^li^¿^JI O-JÍ^ Í£¿CF¿ ^ j l í Ijüc IJU e f I JLA <y £ ví' J ^ ü+j^^y^ 7 l r / L 3LJI J JIÍ^IJLÍ^JI J J l 5 d j l VI l i j a ^ u ^ * J c ^ J^* \y^' |¿-L¿ ^J^-¿»JL¿ ^y bl^*l ^JJaiLL OJI kilJb ^y l¿\ jj^ es" U ^ ^ - y ' L$J I JÓÍ^J-^V L C--AJU L^J l í L J e jj^- J Í . ! á u i j * ^yjJcj ^ J U t e - ^ J I y * IJLAC^ L JlSj AJJI ^ j l i ^ I^-wrfV 1 ¡ L J k L ^ ^ U J l Jü>^i JLLf JUJI <uJfc£¿ ¿j* J j * ¿ jJi^^aVL 'jjU O* / 1 V / LjJiac Lie L ^ J JL>»^i L4JfeT, I ¿£j J I JJJ*- IAJJ-^ Je NRFH, XXX LA LEYENDA MORISCA D E L IBRAHIM — ¿ C u a n t o s a ñ o s abe que estas a q u í en este lugar? Dixo: —Abe ciento y cuarenta a ñ o s , y no como m á s de una bec en el a ñ o , y aste acertado en el d í a de mi pascua. Y marabillose de aquello I b r a h í m , y dixo I b r a í m : /117v/ —Ye mi S e ñ o r , aqueste es el milagro que me prometiste que me d e m o s t r a r í a s . Y e n b i ó Allah a él donde dixo: —Bes ye I b r a h í m adelante, y demostrartefé] otro milagro mayor que no ese. Y fuese I b r a h í m su camino adelante, y andando c o y ó una boz muy triste y un lloro muy fuerte /118r/ y fue Ibrahim en ta donde o y ó la bog, y f a l l ó una rana sobre una piedra en la mar, y dezía la rana: — ¡ T a n bendito es Allah!, y ¡tan bendito es quien no me olbida en este lugar! Y Laora acercoce I b r a h í m enta la rana y dixo: —Aggalem alayku (sic) ye rana. Y dixo la rana: —Sobre ti sea lacgalem /118v/ ye amigo del piadoso. Y dixo I b r a h í m : — ¿ Q u i é n te a fecho a saber que yo soy amigo del piadoso? Dixo la rana: — A me benido r e b e l a c i ó n de partes de mi S e ñ o r que no me bería nenguno en aqueste lugar sino tú. Dixo Ibrahim: — ¿ C u á n t o abe questas en este lugar? Dixo la rana: —Abe mil a ñ o s /119r/ Dixo I b r a h í m : —¿De q u é te probiendas? —Cuando amanege Allah con la m a ñ a n a , salle cada d í a sobre aquesta piedra una foja amarilla, y p r o b i é n d o m e della. Dixo I b r a h í m : — ¿ Y por q u é lloras, pues no abe sobre tú pecado? Dixo la rana: —Ye I b r a h í m , e miedo que no l l e g a r á mi obra /119v/ con lo que a fecho Allah, aza iva-galla, de gragia sobre m í , y l l o r ó por miedo de Allah. Dixo I b r a h í m : —Ye mi S e ñ o r , aqueste es el milagro que me prometiste que me d e m o s t r a r í a s . Y e n b i ó Allah a él: —Ye I b r a h í m , bes mas adelante, y d e m o s t r a r t e f é ] mayor milagro que no ese. Y fuese Ibrahim m á s adelante, y p a s ó por una /120r/ gibdad muy grande y buena, torreada así como que se ubiese fra[g]guado laora. Y e n t r ó I b r a h í m por la puerta de la gibdad, y f a l l ó todas las gentes muertas, sin alqafanas sino a n s í como se eran, con sus ropas. N o t e ñ í a n n i g o l í a n , que parece que laora a b í a n muerto. Y no f a l l ó con quien tablar en aquella gibdad, /120v/ y s u b i ó sobre sus torres, y e n t r ó en u n r i n c ó n de sus rincones, y f a l l ó en él una abe muy grande que volaba enta la cibdad, y c o m i ó las carnes de los muertos, y t o r n á b a s e a su lugar. Dixo Ibrahim. alayhi iggalem: —L'aggalem sea sobre t ú , ye abe. Dixo ell abe: —Sobre t ú sea aggalem, ye amigo /421r/del piadoso. Dixo: — ¿ Q u i é n te a fecho a saber que yo soy amigo del piadoso? Dixo c c c 10 L. P. HARVEY LUU>JLJ\ c y ^ ~ ' L4J J b sSJ* c J III L ^ J e ^1*«J ^JCJl JJ^ NRFH, XXX ^1 dJ*t ^ ^ lib L ^ > ^ f UJ Jb t^>JI JcuJb o wi-ft L ^LJI ^L^Jl ^ f LJJJI ^ eU ^ U J ^tS^^uJl JUJt LujJI ^ ^fc ^ JJU V iy-uJ AJJ JL>^J ^L^Jsj ^ ^ ^iJI JeuJb D l JeJb < ^ b UJ viLv ¿1*% J Jbc^Jl Sfl U* UJ Jb Jb ^u^-Uj ^yLo^jj ciJUJI JcJb ¿ ^ 1 J*U <yi d J * i ^ UJ Jb g <y JJ ^ UJ Jbojl IJLA - ^ > <y V Ail C ^ - i * ^1 JcJb dLiic L. UJ Jb ^ j J l JoJb ^^Jl 1 JL& 0 A-L JUJI 4 JLA ^-f>H VI ^ Liu, ^ ^ ^y^uJ^I U AJJIJ t^lr" ^J^Ji^UI^jl^ dJpl^UJJb ^LJI tub JL^jl^ UJ Jb I ^y^J*J c5 Jc AJJI JdJb / 2v / A u i ^b j£\ r ^l^JI o^J' Uyil ^ ^ t f c5^^ ^j &\jj\(^/*b r <Z.+JU*> ^b dLUS* dyA>J Jt! AA,J^ 2 A j i ^ L J I dLJcj AJIC^^ ^1 U dJcJb <JL>^i JeJbi U^t J^J^cy' NRFH, XXX LA LEYENDA MORISCA D E L IBRAHIM ell abe: — A l b r i c i ó m e m i señor que no me bería en este lugar sino tú, ell amigo del piadoso. Y dixo I b r a h í m : — ¿ C u á n t o abe que estás en esta adunya? Dixo ell abe: — M i l a ñ o s . Dixo I b r a h í m : —Ye abe, fegme a saber del fecho desta /121 v/gibdad. Dixo ella: —Por Allah, no abe a m i saber a ello, enpero bes m á s adelante al r i n c ó n segundo, y fallarás en él otra abe qu'es mayor que no yo, y ella te fará a saber del fecho desta gibdad. Y fuese I b r a h í m al r i n c ó n segundo, y f a l l ó una abe que no p o d í a bolar, tanto era de grande, y dio acgalem sobrella, y dixo ella: —Sobre tu sea ag^alem, ye amigo del piadoso. Dixo I b r a h í m : — ¿ Q u i é n te a fecho a saber que yo soy amigo del piadoso? Dixo ella: — A l b r i c i ó m e mi señor que no me bería nenguno en este lugar sino t ú . Dixo I b r a h í m : —Ye abe, ¿ c u á n t o a qu'estás en esta adunya? Dixo ell abe: —Dos m i l a ñ o s a. Dixo I b r a h í m : /112v/ — ¿ D e q u é te probiendas? Dixo ella: —Aquella abe que as encontrado ante de m í , ella me trae p r o b i s i ó n . Y dixo I b r a h í m : —Fegne a saber de aquesta gibdad, y de los que están en ella? Dixo ella: —Ye I b r a h í m , sepas que m i saber no es m á s que tu saber, empero bes al r i n c ó n tercero, que en él ay otra abe mas /123r/ antiga que yo, que ella te fará a asaber con su fecho. Y fuese I b r a h í m al r i n c ó n tercero, y f a l l ó una abe que todo se caía, tanto era de antigua, y no p o d í a bolar. Y ella atafbihaba ada Allah, y lloraba, y dio agalem I b r a h í m sobrella y dixo ella: —Sobre t ú sea aggalem, ye amigo del piadoso. Y dixo I b r a h í m : /123v/ — ¿ Q u i é n te a fecho a saber que yo soy amigo del piadoso? Dixo: — A l b r i c i ó m e m i s e ñ o r que no me bería en este lugar sinon tú. Dixole: — Y ¿ c u á n t o a qu'estás en esta adunya? Dixo ella: —Tres m i l a ñ o s abe que estoy en ella. Y dixo I b r a h í m : — ¿ Q u é es tu p r o b i s i ó n ? Dixo ella: —Allah t a á l a /124r/ me e n v í a cada d í a una abe que me da a comer y a beber, y yo no puedo lebantarme de m i lugar, loado sea Allah, m i señor. Dixo I b r a h í m : —fefme a saber de aquesta gibdad, y que a seído su fecho. Dixo ella: —Por Allah, no sé dellos m á s que t ú , ye I b r a h í m , enpero bes al r i n c ó n cuarto, que en el f a l l a r á s /124v/ una abe mayor que no yo de tienpo, y ella te fará a saber dello. Y fuese I b r a h í m al r i n c ó n cuarto y f a l l ó en el una abe que se a b í a echo ciego, tanto era de antiga, y dixo ac^alem sobrella, y dixo ella: —Sobre t ú sea el accalem, ye amigo del piadoso. Y dixo el: — ¿ Q u i é n te a fecho a saber que yo soy amigo del piadoso? Dixo ella: — A l b r i c i ó m e /125r/ m i s e ñ o r c 11 12 UJjl J eJU J UJ c NRFH, XXX L. P. HARVEY dJ ^ JJJ I <u euyjl yic L AJCLJI* ^ A * i <y ^ U ? f}* d JLA J j * l ^ J £ O - J K ' LL>OJI 0 L U J U I 0 :oJUi I pfA 1^1 J Ui ADI AJI c ^ jy / 3r/ tf 0 y - j lj < y y ^ I <yS J Lli ^}LJI J - U I ^-Aj lj SJ>^U-«JU d l * ^ y i j u ^ V lul^yLj J r J Jlii ( yjkj-A 1^ ^^-Af/ LL« ^jJ I ¿ 1 ^ ^1 AJUJU J J AJJICUJI Jbi / ai d J J l j JJI>J dUI LJU * L—Jl i^l^lo-JHai j^Jlci*JKa-u/l a*; J d J ^ a; JJI I 0 ^y J j / 3v / AiS* J P L J Iy> I *JJ I ^CfLw-i L'l^ J dil** I J J J U J^yJI c--SJ>oJ I d-OL ^y d - L L* I U J IS c^/JI I* d U I CUJLP ^^iJ L ^^-AI^I Li ^ui-e J V I -X* ^ L>»LL>- k y*-*JL* I \J l i J c J^jk^^^^U ^11^1 A*«S^ i J - ^ K I J l i J J l y J L ^ J I J * U L ^LJl^AAj 2 ^3LJI I^ I ( d J S ^ j l V» I J L A ^ Q I VJAL»- d J 3 J I <ils U I AuJc ^L«J ^JJ£ L J yicl^ ^yC yc I L J*U L r i ^yl d J p l ^ I j>4_**AJ>. 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Dixo ella: — N o lo sé m á s que tú, sino por lo que me fizo a saber m i ermana que b i b i ó muy grande tienpo, que en su tienpo que ella b i b i ó que c o n o c i ó una bieja de muy grande tienpo, de los des ta cibdad, que la saibó Allah de lo que d e b a l l ó sobrellos, que no q u e d ó ninguno sino aquella bieja, y dixo que los /126r/ desta fibdad eran que no mandaban con la ra<:ón, ni se debedaban de nenguna cosa esquiba, y m a n d ó Allah sobrellos una boz que murieron todos mas presto que p e s t a ñ a d a de ojo. Y dixo I b r a h í m : —Ye m i señor, aqueste es el milagro que me prometiste que me d e m o s t r a r í a s . Y e n b i ó Allah a él y dixo /126v/ Bes m á s adelante, ye I b r a h í m , y demostrate[é] mayor milagro que no ese. Y fuese I b r a h í m su camino, y bio un enbre qu'estaba su cabera en el <:ielo y sus piedes en la tierra, y su senblanga era senblan^a de persona, y el tenía dos alas, y el lloraba y sospiraba, y dezía: — D a partida de mis pecados /127r/ y p e r d ó n a m e , ye perdonador de todas las cosas. Y dio ac^alem sobrel I b r a h í m y dixo: —sobre t ú sea el aggalem, ye amigo del piadoso. Y dixo I b r a h í m : — ¿ Q u i e n te a fecho saber que yo soy amigo del piadoso? Dixo el onhre: —Ye I b r a h í m , a l b r i c i ó m e m i señor que no me bería en este lugar nenguno sino tú. Dixo I b r a h í m : /127v/ ¿ Q u i é n eres tú? Dixo: —Yo soy u n almalaque de los alamaques del al-hagab, y a d e l a n t ó s e m e u n almalaque con u n atagabih, por aquello me a maldezido mi señor, y me d a b a l l ó a la tierra, y yo le demando p e r d ó n tiempo abe de seis mil a ñ o s , y no me a perdonado. Y o te demando, ye I b r a h í m , por amor de Allah, aquel que te t o m ó por amigo, que ru /128r/ eg[u]es ada Allah por m í , que por bentura Allah me p e r d o n a r á . Laora t o m ó a l - w u d ü I b r a h í m , y fizo assala dos arracadas, y l e b a n t ó sus manos al cielo. Y no ubo acabado su r o g a r í a cuando ya lo p e r d o n ó Allah. Dixo I b r a h í m : — Y e almalaque, sepas que Allah te a perdonado. Dixo el almalaque: —Ye I b r a h í m , cuando tu acabes de tu a l - w a d ü /128v/ se abrieron las puertas de los cielos, y cuando acabes de fazer agala (sic) dixo Allah y los almalaques: — A l é g r a t e ye almalaque, que Allah te a perdonado por la r o g a r í a de I b r a h í m . Y s u b i ó laora el c 14 L . P . HARVEY ^ La* I J-ft Axk ^ U A 1^1^ ^AI^J! AJJC L ¿L^, 1 <¿!u L1 I J-^J Lié ^^¿ I ' J U ^AIy I áuJS ^^Lk^JI ol^t oS pLJI I áJ ^L*J NRFH, X X X y& S¿c por árabe clásico • f*^ . L a vocal de prolongación puede ser simplemente un recurso para indicar cualidad más que cantidad. Véase mi artículo "The Arabic dialect of Valencia in 1595", AlAn, 36 (1971), 81-115. Sic. E l texto aljamiado de la B.N.M., 5313 dice capa, y el manuscrito de Cuenca caja, aunque este ú l t i m o no es muy seguro. Se observará que la lista de procesos que hay un árabe no corresponde con la que encontramos en la traducción. Las traducciones moriscas dicen simplemente "muelen" allí 1 2 3 donde el árabe dice O^I^Jo y O ; la primera puede significar "tri- llan" y la segunda "muelen". Mucho agradezco al Dr. J . D . Latham por su ayuda en este pasaje, aunque en absoluto sea él responsable de mis errores. Para el estudio de las técnicas hispanoárabes de molienda, etc., recomiendo al lector el artículo de Latham, "Towards the interpretations of al-Saqati's observations on grain and flour-milling", Journal of Semitic Studies, 23 (1978), 64-87. ^ Ms. ^ JL*^ 5 Sic; cf. supra, nota 1. 6 Ms. f y * ^ V 7 Casi ilegible porque el manuscrito está dañado en esta parte. 8 Árabe clásico. » Ms. i» Ms. ^ ^4 NRFH, XXX LA L E Y E N D A MORISCA D E L IBRAHIM almalaque a su lugar. Dixo I b r a h í m : —Ye m i señor, aqueste es el milagro que me dezías que me d e m o s t r a r í a s /129r/ Y e n b i ó Allah: —Ye I b r a h í m , bes m á s adelante, y demostrarte[é] mayor milagro, y fuese su camino, y t o p ó s e con un mancebo negro que guardaba u n ganado. Y a b í a I b r a h í m muy grande sed, y a p l e g ó s e a él, y diole aggalem sobre él, y dixo el negro, sobre t ú sea aggalem, ye amigo del piadoso /129v/ y dixo I b r a h í m : — ¿ Q u i é n te ha fecho a saber que yo soy amigo del piadoso? Dixo el negro: — A l b r i c i ó m e m i s e ñ o r que no me bería en este lugar sino tú. Dixo I b r a h í m : —Ye mancebo, dame a beber una bebida de agua. Dixo el mancebo: —Ye I b r a h í m , sepas que no ay en mi poder gota de agua, enpero si quieres leche. Dixo: /130r/ — N o quiero leche. Dixo el mancebo: —Anda con m í , ye I b r a h í m , y demostrate[é] a[g]ua. Y fuese I b r a h í m con é l fasta que llegaron a u n cabego de un monte, y posóse cabo una piedra, y firió en ella el mangebo con sus piedes, y c a r p i ó s e la piedra, y s a l i ó de ella una fuente de muy buena agua. Dixo el mangebo: /130v/ -Ye I b r a h í m , toma a l - w a d ü . Y dixo I b r a h í m : —Ye mancebo ¿es (sic) de los almalaques o de los anabíes? D i x o el mancebo: —Ye I b r a h í m , no soy de los almalaques ni soy de los anabíes, empero quien obedege ada Allah, toda cosa abebdegese Allah a él. Dixo I b r a h í m : —Ye m i s e ñ o r , aqueste es el milagro que me /131r/ prometiste que me d e m o s t r a r í a s . Y e n b i ó Allah a él: —Bes ye I b r a h í m m á s adelante, y d e m o s t r á r t e l e ] otro milagro mayor que no ese que as bisto. Y fuese I b r a h í m , y apartado del camino a b í a u n bosque muy grande, y o y ó u n lloro muy triste, y fue enta donde o y ó u n lloro, y f a l l ó un onbre que fazía assala en la mar, /130v/ que llegaba ell agua fasta su garganta, y dixo I b r a h í m , alayhi aggalem: — E l l aggalem sea sobre ti (sic), ye alabid. Y dixo el onbre. —Sobre t ú sea l'accalem ye amigo del piadoso. Dixo I b r a h í m : — ¿ Q u i é n te a fecho a saber que yo soy amigo del piadoso? Dixo: — A l b r i c i ó m e m i s e ñ o r que no me b e r í a en aqueste lugar /132r/ sino tú. Dixo I b r a h í m : —Dime ¿ c u á n t o abe qu'estás en este lugar? Dixo: —Abe ciento y cuarenta a ñ o s . Dixo I b r a h í m : —¿De q u é te probiendas? Dixo: —Cuando amanece Allah, e n b í a a m í una abe que trae en su pico una torta de pan, y con aquello paso. Dixo I b r a h í m : — ¿ D e d ó n d e as agua para beber? /132v/ Dixo: —Cuando e sed, fiero con m i pied sobre aquesta piedra, y salle della u n ojo de agua, y sube a m i boca, y no se m é s e l a la duce con la c 16 NRFH, X X X L. P. HARVEY salada. Y dixo Ibrahim, y marabillose dello: —Ye m i señor, q u e r í a que me demostrases la grada de este sierbo que tienes en tu poder. Y e n b i ó Allah a Ibrahim que fuese /133r/ ada aquel sierbo que le fiziese a saber qu'era de los del fuego. Y laora marabillose Ibrahim de aquello, y fuese a el, y d í x o l e : — A l b r i c i ó t e de partes de m i señor, ca tu eres de los del fuego. Dixo el abid: —Ye Ibrahim, r u é g o t e con Allah que rueg[u]es por m í a tu señor, por bentura Allah me perdonara por tu r o g a r í a . /133v/ Dixo Ibralm: —Plazeme. Y laora tomo alwador (sic), y fizo dos arracas de assala, y r o g ó ada Allah que lo perdonase, y dezía el onbre: —Ye señor, r u é g o t e que si juzgas que yo baya al fuego, fez el fuego de m i anpleza y de m i larg[u]eza y no tormentes sino a m í . Y laora ubo piedad Allah [laguna] c Allah a todos los muclimes y muflimas por su piadad. (sic) A m í n , ye rab al* alamina. E n Allah creo y estribo, cuerpo y alma le encomiendo, pues sin él todo es perdido. Y o lo digo, y es muy cierto. NRFH, X X X LA LEYENDA MORISCA D E L IBRAHIM 17 Texto tan extraordinario pide u n comentario y una e x p l i c a c i ó n . Debo confesar que al encontrarme por vez primera frente al manuscrito de Cuenca, no quise creer lo que v e í a n mis ojos. E n la parte que corresponde a la c o n v e r s a c i ó n de Ibrahim y la rana — s e g ú n me consta ahora— creí entonces que estaba leyendo mal la palabra rana. Me dejé convencer de que ésa era la palabra s ó l o d e s p u é s de un estudio cuidadoso de la letra. E l cotejo de los textos á r a b e y el aljamiado confirman esta lectura. Si en el cuento hay una rana que habla, ¿debemos pensar que tenemos que ver con u n mero cuento de hadas? Los cuentos de hadas, desde luego, a ú n en la forma tan degradada en que sobreviven hoy en d í a en la literatura infantil de tipo comercial, no han dejado de ser medios poderosos para transmitir mitos antiguos. Creo poder concluir con alguna certeza que este cuento no se n a r r ó simplemente para entretener a los n i ñ o s ; lo afirmo porque: a) se asocia en los tres manuscritos conocidos con otros textos de naturaleza exclusivamente devocianaria o religiosa. E l contenido de los cuadernillos de Cuenca queda descrito arriba. E l manuscrito á r a b e de M a d r i d contiene tradiciones i s l á m i c a s . E l manuscrito aljamiado de Madrid ( n ú m . xlviii en el Catálogo de Guillen de Robles) tiene un Qur'án, abreviado, con otros doce textos piadosos, de los cuales, el n ú m . 2, "trata de r e s o l u c i ó n de diversas cuestiones morales y religiosas ; otra es la " R o g a r í a de la nube" ( n ú m . 12), y el resto son cuentos de naturaleza moralizante, tales como la " R e l a c i ó n de lo que sucede en el sepulcro a quien observa o abandone la azzala ( o r a c i ó n ) " ( n ú m . 4); y el relato que concierne a Ibrahim ( n ú m . 9). b) E l mero hecho de poseer textos i s l á m i c o s de cualquier naturaleza era extremadamente peligroso en la E s p a ñ a del siglo X V I . Los cuadernillos de Cuenca son como un ú l t i m o resto, dolorosamente breve, de la r e l i g i ó n i s l á m i c a . Apenas puedo imaginar que un morisco haya copiado, junto a un calendario religioso, un cuento que c o n s e r v ó para su solaz, c) Sabemos, por la Suma de los principales mandamientos y devedemientos de la ley y qunna de Y^e de Gebir ( q u i z á el texto m á s autorizado para la i n f o r m a c i ó n sobre la fe i s l á m i c a y su p r á c t i c a en Castilla en el siglo X V ) , que los relatos que conciernen a Ibrahim están relacionados con el ídal adhá:"Assí mesmo h a r á n en la Pascua de las adeheas, nombrando en la primera alhotba la ibantaja de las adaheas, acordando a los creyentes el fecho de Y b r á h i m y de su hijo Izmael los bienaventurados" (véase Memorial histórico español, t. 5, Madrid, 1853, p. 293). ,, c l c Por las razones expuestas, creo que el texto tenía valor religioso para los lectores moriscos. Antes de que podamos emprender u n estudio completo de su valor religioso, necesitaremos saber mucho m á s acerca de todo el corpus de estos escritos tales como circulaban en E s p a ñ a . He explorado, no con mucha profundidad, en las ediciones modernas de las Qisas al-anbiyá, pero no he encontrado u n 18 L. P. HARVEY NRFH, X X X paralelo a los textos que se refieren a Ibrahim. Sin embargo, como dice T . Nagel. s.v. A l - K i s á í en la Enciclopedia of Islam: 'Investigaciones recientes prueban que las vidas de los profetas s e g ú n aparecen en los numerosos manuscritos de los Kisas al-anbiyá de a l - K i s á ' i pertenecen a la t r a d i c i ó n de la cuentística popular del Islam medieval. Sería i n ú t i l buscar un autor al-Kisá'i que hubiera escrito los Kisas en una fecha determinada. Es una figura tan vaga como el narrador al-Asma'i en el cuento de « A n t a r » " . E n vano b u s c a r í a m o s , a ñ a d e , "un texto e s t á n d a r de las leyendas". Queda claro, entonces, que el problema es complejo y equiparable en su dificultad con la i n v e s t i g a c i ó n de las c r ó n i c a s medievales dentro del campo de los estudios h i s p á n i c o s . Naturalmente, hay otras maneras de acercarse al cuento y otras interpretaciones posibles. N o es necesario tener conocimientos profundos de la a n t r o p o l o g í a estructural s e g ú n la escuela de L é v i Strauss para ver que p o d r í a m o s analizar la leyenda como un complejo en buena medida estructurado por esquemas de referencia a los distintos modos de preparar y consumir comida y bebida. E l m á s notable de estos esquemas es la o p o s i c i ó n entre Ibrahim, consumidor de pan de cebada (y experto en todas las etapas de su producc i ó n ) , y el s a n t ó n , exclusivamente c a r n í v o r o : esquema en el que se plasma la v i e j í s i m a disputa entre sociedades de cazadores y sociedades de agricultores. L a pregunta "¿De q u é te probiendas?" se repite a lo largo del texto entero. E n u n relato que c o r r í a en la P e n í n s u l a ibérica, es curioso el dato de un pastor negro que se alimentaba con leche. Podemos descartar la posibilidad de que esa i n f o r m a c i ó n — e t n o g r á f i c a m e n t e bien fundada— se base en conocimientos directos de las regiones del Á f r i c a negra en donde v i v í a n esos pastores. E l cuento debe haberse difundido por lo tanto a través de una larga cadena de t r a n s m i s i ó n , no necesariamente escrita. f 11 Q u i z á m á s notable a ú n es u n detalle que parece invitarnos a adoptar una teoría a n t r o p o l ó g i c a m á s vieja, la difusionista de Frazer. Estoy pensando en la e x t r a ñ a historia del s a n t ó n , que, después de comer el carnero, r e ú n e los huesos, los coloca en la piel y revive al animal. Parecidas creencias se encuentran en partes del mundo muy En la literatura, relativamente abundante, sobre el profeta Ibrahim, no he encontrado aún referencias del interés por el profeta en la España islámica. Los textos básicos son, por supuesto, ath-Tha labi, Qisas al-anbiyá (he consultado la edición A . H . 1312 del Cairo, véase especialmente p. 43) y al-Kasá'í, Qisas al-anbiya (consulté una edición sin fecha en la biblioteca de la School of Oriental and African Studies de Londres, pp. 128-14, y la edición de Eisenberg, Leiden, 1922). U n estudio general de gran utilidad es el de D. SIDERSKY, Les origines des légendes musulmanes dans le Coran et dans les vies des prophetes, Paris, 1933. Si aceptamos el punto de vista de Nagel, deberemos extender nuestra búsqueda a otras formas de literatura popular. En su artículo, "An allegory from the Arabian nights: The city of Brass", BSOÁS, 34 (1971), 9-19, Andreas Hamori trata, entre otras cosas, el tema de la ciudad cuyos habitantes han muerto (p. 13), tema importante en relación con nuestro texto. En Mélanges de la Faculté Orientales de l'Université Saint Joseph, 4 (1910), p. 46, dijo el p. Cheiko: "Nous souhaitons en terminant qu'un ou plusieurs orientalistes consacrent leur temps a l'étude de ees Apocryphes. C'est une littérature fort curieuse qui leur reserve beaucoup de surprises". 1 1 c NRFH, X X X LA LEYENDA MORISCA D E L IBRAHIM 19 lejos la una de la otra, entre pueblos cazadores, quienes, de esta manera, procuran asegurar la abundancia de la caza. U n o Harva, en Die religiösen Vorstellung der altaischen Völker (Helsinki 1938), p u b l i c ó fotografías de plataformas construidas adrede para conservar los huesos de animales salvajes (p. 434); y Ake Hultkranz, en su libro Conceptions of the soul among North American Indians (Estocolmo, 1953) dice: "Como se sabe, estas tribus [los apaches jicarilla] consideran que la p r e s e r v a c i ó n de los huesos (de preferencia puestos en el orden a n a t ó m i c o que les corresponde) es g a r a n t í a de que la presa resucitará" (p. 175). ¿ C ó m o l l e g ó este cuento a la P e n í n s u l a ibérica, y por q u é lo conservó la comunidad morisca? N o podemos pensar en un p r o p ó s i t o funcional porque los moriscos nunca fueron cazadores. Si t u v i é r a mos que clasificarlos s e g ú n una o p o s i c i ó n binaria entre cazadores y agricultores, los moriscos serían clasificados, sin duda alguna, como agricultores, y en este cuento Ibrahim es un agricultor. Pero en la P e n í n s u l a ibérica los moriscos no se encontraban en conflicto con cazadores, sino con ganaderos y pastores, es decir con los cristianos transhumantes. Este aspecto del problema morisco está muy descuidado, aunque ya en 1919, G . M . Amando M e l ó n y Ruiz de Gordejuela lo e s t u d i ó muy bien en su tesis doctoral, Lupercio Latrás y la guerra de moriscos y montañeses en Aragón a fines del siglo xvi. Hasta que el profesor loan Lewis me lo hizo notar, no me h a b í a dado cuenta de que no existía en el texto referencia e x p l í c i t a a Mahoma o al Islam. Creo que el detalle se me h a b í a escapado porque todo el vocabulario utilizado es i s l á m i c o . Si damos importancia al hecho de que Mahoma no se menciona, p o d r í a m o s considerar el texto como muestra de un cambio hacia alguna forma de sincretismo, hacia un Islam en el que no encuentran ya los aspectos religiosos menos aceptables para los cristianos. Pensamos, inevitablemente, en el sincretismo religioso creado en Granada en 1590 por los falsificadores de los libros p l ú m b e o s del Sacromonte, que nos dieron un cristianismo del que estaban ausentes aspectos como la divinidad del hijo y la c o m u n i ó n con el vino que tanto repugnaba a la piedad musulmana, Este texto de Ibrahim es demasiado breve como para que saquemos alguna c o n c l u s i ó n . Otros textos moriscos del mismo estilo deben considerarse dentro del contexto del Islam medieval t a r d í o en general. N o sería difícil traer a cuenta otros documentos moriscos en donde no s ó l o se menciona al Profeta, sino que se celebran sus obras y su persona. Por fin, en lo que respecta al profeta Ibrahim, debemos recordar que hay muestras de reverencia hacia su persona profundamente arraigadas en las formas m á s ortodoxas del Islam (aunque en el nivel m á s arcaico, el del mismo Qu'ran, el problema de la i n t e r p r e t a c i ó n correcta del t é r m i n o hanif trae problemas, en lo que hace al sincretismo, y no hay consenso entre los especialistas para resolver el conflicto). 20 L. P. HARVEY NRFH, XXX Los cuadernillos de Cuenca y su historia, a pesar de su naturaleza framentaria y de su escritura torpe, son pruebas valiosas de los esquemas de la vida interior de la comunidad morisca. Ahora que los especialistas prestan m á s a t e n c i ó n a la historia de las mentalidades, no podemos darnos el lujo de ignorar material como éste. Los inquisidores que conservaron estos fragmentos no estaban, al parecer, muy seguros de su verdadera naturaleza, pero Baltasar Ortiz tenía r a z ó n cuando dijo " ¡ C u e r p o de Dios. Esto es cosa de moros!" H a b í a dado con u n documento muy importante. L . P. HARVEY University of London, King's College. AGRADECIMIENTO El trabajo de archivos para preparar este estudio se realizó con la ayuda de una beca de investigación de la British Academy, y quiero agradecer a los. que administran el Fund for Small Research Grants in the Humanities. Gracias a la Dra. Mercedes García Arenal (y a su excelente estudio La Inquisición y los moriscos: los procesos del tribunal de Cuenca, Madrid, 1978), por haber llamado mi atención sobre los documentos de Cuenca. Agradezco también el C a n ó n i g o Archivero del Archivo Diocesano de Cuenca, fray Dimas Pérez Ramírez, así como la cuerpo de la sección de manuscritos de la Biblioteca Nacional de Madrid, por su generosa ayuda y cortesía. Mucho aproveché de las discusiones que tuve con el profesor Arthur Hatto sobre las primeras versiones de este artículo (a él debo las referencias sobre la costumbre de los cazadores de conservar los huesos), con el profesor loan Lewis, la Dr. L a Fontaine, y los miembros del seminario del departamento de A n t r o p o l o g í a Social de la London School of Economics. Cualquiera error u omisión es, naturalmente, de mi entera responsabilidad.