Monografía Curso de Capacitación Docente en Neurociencias Alumno: Carlos Andres Meza Tapia www.asociacioneducar.com Mail: informacion@asociacioneducar.com Facebook: www.facebook.com/NeurocienciasAsociacionEducar FELICIDAD-CEREBRO-EDUCACION “EXPERIENCIAS DESDE EL APORTE EN NEUROCIENCIAS” INTRODUCCION A continuación, se presentan algunas reflexiones desde la experiencia de trabajar espacios de potenciación del bienestar en los cuerpos docentes de escuelas, y como los aportes de las neurociencias permiten pensar y repensarse como la necesidad de ser feliz en el educar. 1. FELICIDAD Para desarrollar el tema de la felicidad docente, es necesario preguntarse… ¿Qué entendemos por felicidad? En este sentido, lo primero que podemos encontrar es la idea que nos proporciona la etimología de la palabra FELIZ viene del latín felix, felicis, lo que significa fértil, fecundo. Desde los orígenes del concepto, ya nos encierra entonces la idea de que la felicidad es algo que hay que desarrollar que hay que hacer aparecer, ya que es una posibilidad en cada uno de nosotros, un estado que se forma, un constante aprendizaje. Es sabido, que a lo largo la historia del mundo, múltiples han sido los personajes que han usado la felicidad como sus banderas de lucha… “Solo existen dos días al año en que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y el otro mañana. Por lo tanto hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer y principalmente vivir” (Dalai lama) “la felicidad humana no se logra generalmente con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días” (Benjamín Franklin) “Un hombre le dijo a buda: “yo quiero felicidad”; buda contestó: primero retira “yo”, eso es el ego. Después remueve el “quiero” por que es deseo. Mira, ahora solo tienes “felicidad”… (Buda) Cada uno de estas frases, nos presentan la relevancia del ser feliz, pero un ser feliz en el aquí y el ahora, en el presente, pero para lograr esto, las neurociencias nos otorgan herramientas comprensivas y practicas para desarrollar, tal es el caso de la atención como fenómeno fundamental para el “darse cuenta” y para que hablar de nuestro “sistema activador reticular ascendente” SARA, donde nuestros sentidos pueden hacer presencia y depositarse en el tálamo para tener la influencia necesaria en nuestro cerebro emocional. Es que si preguntáramos a cualquier ser humano ¿Quién desea ser feliz?, me atrevo a resolver, que la respuesta es contundente TODOS. El problema quizás, aparece en que hacer para llegar a ella o cual es mi idea de la misma. La felicidad entonces, no es meramente no sufrir o no sentir dolor, tampoco seria tenerlo todo, sino el encuentro del sentido de lo que hacemos y tenemos. 2. FELICIDAD Y EDUCACION Tomando las ideas previas, la felicidad es un estado para fecundar, y la educación se entiende como tal, una constante transformación que refiere a todo nuestro ser, y que nuestro cerebro atiende, procesa, sintetiza, acomoda y dirige a cada rincón de nuestro cuerpo y mente. Pero aquí se torna necesario, remarcar la importancia de considerarnos como una unidad cuerpo - cerebro - mente (UCCM), un todo complejo, donde cada parte es interdependiente, se influye e influye a la otra, en una danza constante de comunicación informativa. Sin embargo, constante son las insistencias de fragmentar nuestra identidad, dándonos una errónea visión que no nos ha favorecido ni al mundo educativo y mucho menos a nuestra experiencia de ser felices, y es que no se puede educar solo a nuestra mente sin pasar por el cuerpo y el cerebro, es que no se puede ser feliz solo en cuerpo sin pasar por la mente y el cerebro. El educar debe asumir esta unidad compleja y ala vez que esa unidad esta para ser feliz. De este modo, la educación no puede comprenderse como un mero ejercicio de procesos intelectualistas y de neocortex, hay una necesidad de asumir la relevancia de nuestro cerebro emocional como una variable fundamental en el aprender, y es que cuando me siento bien aprendo más, y cuando aprendo me siento bien. Se hace lamentable escuchar frases en los niños como “no quiero ir a la escuela, es aburrida, no me gusta”, y aún más lamentable es escuchar a docentes decir “que mal mañana es lunes”, como si el trabajo fuese lo mas terrible que pudieran pasar, como si la escuela fuera el lugar del dolor. Esta percepción es captada por SARA y comenzamos a contaminar las UCCM de los otros como un verdadero Ebola de mala disposición… ¿Cómo ser felices en lugar donde no se quiere estar? ¿Cómo hacer felices a otros sino yo no lo estoy? Nuestro cerebro emocional, lo capta todo y lo manda como señal a nuestra unidad compleja, el tálamo, la amígdala, cumplen fielmente con su tarea y entonces, nos enfermamos, por que el miedo y el mal-estar, nos enferma, y entonces no es casualidad que licencias medicas y la emergencia creciente del estrés en educadores cada día sean números en aumento. Y la pregunta es ¿Qué pasaría si en el lugar que trabajo me siento bien, lo disfruto, y mi cerebro emocional se le convenza de aquello? La respuesta es solo una: seriamos FELICES ENSEÑANDO, FELICES APRENDIENDO, FELICES TRABAJANDO. Aristóteles lo decía la actividad del vivir es ser feliz, y la actividad del docente es enseñar la felicidad de aprender, pero esta actividad solo puede ser con alguien que es feliz en lo que hace. Es cierto, que las amenazas son múltiples para caer en el intento, tareas administrativas, políticas públicas, remuneraciones, etc. Pero sin duda, hay una gran oportunidad de no sentir que se pierde el control, la clave esta en volver a mi responsabilidad de sentir que yo tengo el control, que puedo vivir y no sobrevivir (pasarle por alto a la vida), y si esto es así, aquello que esta afuera y que no esta a mi alcance aunque afecte no perjudica mi responsabilidad con mi UCCM, por que hemos comprendido gracias a los aportes de las neurociencias que aunque el cerebro tenga partes somos una gran red, lo afectivo es cognitivo y lo cognitivo es afectivo, la mente es cuerpo, como cuerpo hace a la mente. Finalmente, felicidad es salud, por lo que un cerebro sano si se puede educar, y es aquí donde tenemos la responsabilidad. Podemos educar nuestro cerebro para sentirse en bien-estar, ya son diversas las experiencias que escuelas están aplicando para promover el estado de felicidad: yoga, meditación, baile, etc. Cada una de ellas con notables evidencias de transformaciones y mejoras en climas laborales, de aula y convivencia. Es necesario, tomar entonces en consideración lo que nuestro cerebro procesa, entender que un cerebro sano es feliz y que solo así podemos otorgarle a la escuela el carácter necesario de calidez, o sea de hoguera palabra que deriva mas tarde en la idea de un hogar.