Ediciones Alfaguara a/a Sr. Mario Vargas Llosa Calle Torrelaguna, 60 ES-28043 Madrid, España Ginebra, 30 de octubre de 2008 Ref.: La inutilidad de la profesión de intérprete y AIIC Distinguido Sr. Vargas Llosa: Al leer Travesuras de la niña mala, su última obra, no pudimos más que sorprendernos ante la descripción que de la profesión de intérprete ofrece en sus páginas. En nombre de la Asociación Internacional de Intérpretes de Conferencias (AIIC), me dirijo a usted con todo el respeto que me merece como escritor y pensador para expresarle nuestra decepción ante la visión que, aparentemente, tiene de nuestra profesión y de las organizaciones que trabajan para garantizar la profesionalidad y la calidad de los intérpretes. La imagen que de los intérpretes se da tanto en la literatura como en el cine está, a menudo, deformada. Tan pronto se nos pinta como seres extraordinarios como se nos equipara a una especie de loros traductores sin apenas procesos neuronales al ejercer su profesión. Ninguno de los dos extremos se ajusta a la realidad, probablemente porque el intérprete no es más que el pretexto de una ficción. Choca sin embargo que una persona de su talla y reconocida trayectoria, sutil e inteligente, haya hecho un retrato tan alejado de la verdad, a ratos incluso despectivo, de los intérpretes. Por ello, debemos aceptar, como asociación profesional que somos, nuestra responsabilidad en lo que parece ser una deficiente difusión de la formación necesaria para ser un buen intérprete, los años que requiere el aprendizaje en profundidad de los idiomas y de las culturas que los acompañan y, tal vez lo más importante, la legítima promoción de una profesión difícil y altamente cualificada pero también imprescindible y muy enriquecedora. AIIC está presente en 97 países y es el único interlocutor que representa a los intérpretes ante los principales organismos internacionales: ONU, Parlamento Europeo, Comisión Europea, Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, FAO, UNESCO, OIT, OTAN, Consejo de Europa, entre otros. AIIC garantiza que sus miembros puedan cubrir hasta 48 idiomas en todo el mundo con el máximo rigor y calidad, y siempre con la ética profesional como bandera. 2 Así, señor Vargas Llosa, su libro nos ha impulsado a trabajar más para comunicar la absoluta necesidad de nuestra profesión en el mundo, símbolo inequívoco de la (todavía) rica diversidad cultural y lingüística en que vivimos. Por ello, sería un placer contestar a las preguntas que desee formular sobre nuestra profesión recibiéndole en nuestra sede internacional en Ginebra o en España, donde sería un honor tener la oportunidad de explicarle todo lo que día a día, en los cinco continentes, hace que nuestra profesión no tenga nada de inútil. Deseando recibir una respuesta afirmativa por su parte, me despido con un respetuoso saludo y deseándole grandes éxitos. Muy atentamente, Benoît Kremer Presidente