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Ananías y Safira -
Cuando Satanás llena
el corazón
Hechos 5:1-11
U
na de las grandes bendiciones que tenemos como cristianos, es la presencia del
Espíritu Santo morando en nosotros. Que se nos ha dado cuando somos bautizados
en Cristo. (Hechos 2:38) Pero hay una gran verdad que no podemos negar, nosotros
debemos asirnos de El, hacerlo nuestro. Pablo lo dice de esta manera: “No os embriaguéis
con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu” (Ef 5:18) “sed
llenos” esta de modo imperativo. Esto es algo que nosotros debemos hacer. Debemos
llenarnos del Espíritu. Que el Espíritu Santo inunde nuestra vida, nuestra mente y nuestro
corazón. ¿Pero como podemos llenarnos del Espíritu? Llenándonos de la palabra que es la
espada del Espíritu. (Ef 6:17) Practicando el fruto del Espíritu (Gal 5:22-23) Pero una cosa
es cierta, no solo el Espíritu Santo puede llenar nuestro corazón, nuestro ser interior, sino
también Satanás. Satanás puede llenar nuestro corazón. Y esta es una historia de esas. Una,
Cuando Satanás llena el corazón.
I) ¿Cómo Lleno Satanás el Corazón de este Matrimonio?
A. Con la Envidia.
El ambiente que se dejaba sentir en la iglesia primitiva era muy alentador.
Generosidad, espiritualidad, compañerismo se vivía cada día. (Hechos 4:32-33) La
necesidad en muchos hermanos era evidente. Y muchos hermanos siendo buenos
observadores de esta necesidad, vendían sus terrenos para cubrirla. (Hechos 4:3435) ¿Era obligatorio que lo hicieran? No, no lo era. Esto era algo entre ellos y Dios.
Un ejemplo muy sonado recientemente, en la iglesia en Jerusalén, fue el de
Bernabé. Que también se sumo a esta noble causa vendiendo una propiedad, y
llevando lo vendido a los apóstoles. (Hechos 4:36-37)
1. Le tuvo envidia a José (Bernabé)
El capitulo 5 empieza con un triste y alarmante “Pero”. Usted puede decir,
“Aun el hombre mas bueno tiene un pero hermano”. ¡Es cierto! Pero yo le
podría decir que hay de peros a peros. Un matrimonio cristiano.
Aparentemente estable. Que se despuntaban a ser “un Aquila y Priscila en la
iglesia. Se esperaba mucho de ellos, pues sus nombres así lo daban a
conocer. El nombre “Ananías” significa “El Señor ha sido misericordioso”
quien le puso el nombre esperaba que obrara con la misma misericordia que
el Señor le había mostrado. Quizás su nacimiento fue un parto prematuro o
fue un parto muy difícil y sus padres esperaban que Dios tuviera
misericordia de ellos. No lo sabemos. Y el de “Safira” significa “Hermosa”
o bella” también se esperaba de ella que fuera hermosa no solo por fuera
sino también por dentro. Pero lamentablemente no fue así. Consideremos
este cuadro: Una mañana tomando café, platicaban sobre lo sucedido el día
anterior, de cómo los hermanos habían enaltecido grande mente a Bernabé y
a los demás que habían vendido sus terrenos y lo había traído a los más
necesitados. Los dos pensaban en el reconocimiento pero nadie decía nada.
Y Ananías dijo: “mujer, ¿como ves si vendemos el terreno que tenemos en
el ejido los tomates?” Safira dijo: “Es justamente lo que estaba pensando”.
En el matrimonio por lo regular hay un común acuerdo para tomar
decisiones en este tipo de cosas. Porque no se trataba de vender una mesa o
una lámpara, sino el patrimonio de la familia. ¿Pero, pensaban ellos en los
necesitados? ¡No! ¡En ellos mismos pensaban!. Quizás pensaban como los
iban a recibir los hermanos una vez sabiendo el sacrificio que habían
hecho. Así que se levanto, tomo las escrituras del terreno y se fue. Al cabo
de unas horas regreso con una bolsa llena de dinero. Mirando la bolsa
quizás pensaba, el hermano Bernabé no es el único. De seguro a mi me
pondrán los apóstoles un sobrenombre mas bonito que el de Bernabé. Estas
conjeturas se hacen evidentes con la palabra “Pero” que marca el contraste
con la actitud de Bernabé y la actitud de Ananías y Safira. ¿Cómo se llama
eso? Envidia.
La envidia es uno de los problemas emocionales más frecuentes, la envidia
suele definirse como la tristeza por el bien ajeno. Es un sentimiento
desagradable que se produce al percibir en otro algo que se desea y que
dificulta el desarrollo del que lo sufre y sus relaciones con los demás. Se
mezclan emociones de naturaleza contradictoria, como por ejemplo, el
deseo de tener lo que otro tiene, la admiración por lo que otro ha
conseguido, el dolor por no tenerlo, la indignación por considerar injusta la
diferencia que se observa. La envidia se produce como consecuencia de dos
tendencias que llevan al individuo a desear lo que no tiene y a compararse
con los demás. La envidia se produce casi siempre hacia personas muy
cercanas. Entre los valores más envidiados suelen encontrarse el prestigio,
el reconocimiento, el estatus ocupacional, el dinero, el poder o los símbolos
y las posesiones materiales. Para que en lugar de producirse envidia surja
admiración, es necesario que las cualidades que se observan en el otro no
representen una amenaza para la propia valoración. Esto necesitaba
comprender Ananías.
B. Con la Avaricia.
Imaginemos a Ananías y a Safira mirando la bolsa de dinero, y al diablo susurrando
a los oídos de Ananías. “Ananías, (Ponga su propio nombre) tu has trabajado
arduamente para tener lo que tienes. No derroches tu dinero con personas que no
pensaron en el futuro. Si quieres puedes dar un poco para que los hermanos te mires
con buenos ojos” Luego a Safira. “Safira, (Ponga su propio nombre) este dinero es
tu seguridad. ¿Qué pasara si Ananías se muere? ¿Quién cuidara de ti y de tus hijos?
Di a Ananías que de solo una parte, al fin y al cabo ¿Cómo pueden ellos saber la
diferencia? Así que Ananías y Safira se pusieron de acuerdo para traer solo una
parte del dinero. “y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo
solo una parte, la puso a los pies de los apóstoles” (Hechos 5:2) Note:
“Sabiéndolo también su mujer” Ver verso 9. “Y Pedro le dijo: (A Safira) ¿Por
qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor?...” En otras palabras, ellos lo
platicaban. Habían hecho un plan. Un acuerdo. Fueron cómplices de fraude. La
frialdad con que planearon el engaño agrava la culpa de esta pareja. Por fin Ananías
toma la bolsa de dinero y se a buscar a los apóstoles. La Biblia dice: “…y trayendo
solo una parte, la puso a los pies de los Apóstoles” No sabemos si tuvo tiempo de
decir algo o no delante de los apóstoles. Pero no contaba con el poder del Espíritu
Santo. La avaricia no les dejaba dar todo el precio. (1 Tim. 6:10.)
La avaricia es el ansia, el apego feroz y egoísta a los bienes materiales. Para el
avaro el dinero y lo que este conlleva es el fin de su vida, no un medio para vivir.
La avaricia no se limita al deseo enfermizo de dinero, tiene una extensión espiritual
y social que reviste al avaro de una desagradable sordidez de sentimientos que le
incapacita para participar en los gozos o dolores del prójimo. En definitiva, el
avaro es un ser negado, incapacitado para compartir, para comunicarse y para
solidarizarse con los demás. Vive ajeno a la gente que le rodea. Sólo tiene una
pasión: atesorar. Este vicio nunca viaja sólo; genera otros muchos que se potencian
entre sí: soberbia, robos, mentiras, maledicencia... ¡Que irónico! Quisieron
ahorrarse y les salió muy caro. ¿Se siente identificado con Ananías y Safira?
Quizás también usted se ha quedado con algo del Señor. El dinero. Los talentos. El
tiempo.
II) ¿Por qué Lleno Satanás el Corazón de este Matrimonio?
A. Porque estaba vació.
Puede haber muchas razones, pero las que yo veo aquí son dos. La primera es que
el corazón estaba vació, pero vació de Dios. Satanás lleno lo que no quisieron llenar
con Dios. Pero, ¿Puede un hombre profesar ser cristiano y no tener a Cristo en su
corazón? ¿Puede un hombre profesar ser oveja, siendo un lobo? La respuesta es si.
Solo lea Mateo 7:21-23. Seguramente iban a la iglesia con regularidad.
Seguramente cantaban los domingos en las reuniones de la iglesia. Si uno iba de
visita a la iglesia en Jerusalén de seguro allí los iba a encontrar, pero su corazón
estaba vació. Y un corazón sin Cristo es como una fuente sin agua. Es como la fe
sin las obras. Es como el amor sin sacrificio. Satanás ocupo el lugar que no se le
dio a Dios. ¿Tiene usted morando a Dios en su corazón? Que triste es ver personas
vacías de Dios.
B. Porque ellos se lo permitieron.
“Y dijo Pedro: Ananías. ¿Por qué lleno Satanás tu corazón para que mintieses
al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola, ¿no se
te quedaba a ti? Y vendida, ¿no esta en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu
corazón? No has mentido a los hombres sino a Dios” (Hech 5:3-4) Satanás es el
huésped no deseado, pero en esta ocasión ellos le abrieron la puerta. Pedro dice:
“¿Por qué pusiste esto en tu corazón?” Cada ser humano somos responsables de
nuestras acciones. Las tentaciones son del diablo, pero Ananías y Safira cedieron a
ellas. Quisieron aparentar haber traído todo el dinero de la venta del terreno, pero se
habían quedado con algo de ello. Por eso Pedro dice: “…y sustrajeses del precio
de la heredad” ¿Tenían que vender el terreno? ¡No! Nadie se lo pidió. ¿Tenían que
traer todo el dinero de lo vendido? ¡No! ¡Podía traer lo que le dictara su corazón!
Pero no quisieron aparecer como menos espirituales. Así que llevaron acabo su
engaño. Querían ganarse el cielo sin soltar la tierra. Querían ganarse la gloria sin
hacer ningún sacrificio. Satanás no tiene control sobre los cristianos, Santiago lo
dice de esta manera: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de
vosotros” (Santiago 4:7) Las horas pasaban y el marido no llegaba a casa y Safira
se preocupo y decidió ir a buscarlo. Al entrar en donde estaban los apóstoles, se
sintió un silencio. Pedro se le acerca y le dice: “Dime, ¿vendisteis en tanto la
heredad? (Me parece ver a Safira voltear a todas partes buscando al marido, y solo
ve unas caras tristes de hermanos que se encuentran allí. Pero su orgullo fue más
grande que su amor a la verdad. Y ella dijo: Si en tanto” (Hechos 5:8) ¿Tuvo ella
la oportunidad de arrepentirse? ¡Si! Pero no lo hizo. Dejo abierta la puerta y el
perro entro.
III) ¿Para que lleno Satanás el Corazón de este Matrimonio?
A. Para proporcionar un mal testimonio.
Cuantas veces no hemos escuchado, “Y eso que es hermano” o “¿A poco este señor
va con ustedes a la iglesia?” o “En la iglesia hay puros hipócritas” Y es
precisamente estas personas las que usa Satanás para que la iglesia tenga mal
testimonio ante la comunidad. No podemos decir que hay buenos o malos
cristianos, simplemente hay cristianos. Me llama mucho la atención lo que dice
Jesús en Mateo 18:7 “¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que
vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!” Es
decir, que tanto el mundo tiene responsabilidad por poner de excusa a los
hipócritas, como los hipócritas por su mal testimonio.
B. Para dar un mal ejemplo a seguir.
Lamentablemente lo malo se pega. ¿Qué hubiese pasado si no se hubiese castigado
esta acción? Tarde o temprano se hubieran enterado muchos, y como los apóstoles
no dijeron nada, quiere decir que se puede hacer. El pecado de Ananías y Safira era
levadura mala en la iglesia. “Un poco de levadura leuda toda la masa” y Dios
quitó de una vez la fruta que podía echar a perder a las demás del cajón.
C. Para condenar a las almas.
Ezequiel 18:20 Dice: “El alma que pecare, esa morirá…” Romanos 6:23 Dice:
“Porque la paga del pecado es la muerte… Nótese que no dice, la paga del pecado
es la depresión. Tampoco la paga del pecado es la soledad. O la paga del pecado es
la tristeza. La paga del pecado es la pena máxima: La muerte. Ananías y Safira se
unieron en el matrimonio, en la religión, en el pecado, en la muerte, en la sepultura
y en la eternidad (Frank L. Cox). Dios desea que seamos matrimonios unidos pero
no en el pecado.
D. Para destruir a la iglesia.
Satanás ya había intentado destruir la iglesia desde afuera, con las persecuciones.
Ahora intentaría hacerlo desde a dentro, por medio de estos hermanos.
Normalmente cuando vienen los problemas de afuera a hacia adentro, la iglesia se
une y se hace más fuerte. Pero lo peligroso es cuando los problemas vienen desde
adentro. Puede haber destrucción. La iglesia es el blanco de los ataques de Satanás,
el no se quedara con los brazos cruzados mirando como los suyos se le escapan de
las manos. “Pero mayor es el que esta con nosotros que el que esta contra
nosotros”
Conclusión
Hemos visto que hay un ser espiritual, maligno, que nos asecha como león rugiente,
buscando a alguien que deje la puerta abierta de su corazón para tomar posesión de el, y
luego destruirle. No dejes que lo logre. Deja que Cristo llene tu corazón con su Santo
Espíritu y que sea Cristo quien gobierne tu vida, deja abierta la puerta de tu corazón para el
Apocalipsis 3:20 dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre
la puerta, entrare a el, y cenare con el, y el conmigo” Estimado hermano o amigo, ¿Quién
mora en tu corazón?
Juan Ramón Chávez Torres
E-mail: monche91@hotmail.com
http://chaveztorres.wordpress.com/
Apartado Postal 681. H. Matamoros Tam.
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