Tema 16: La España actual 1-Consideraciones iniciales: A la hora de considerar los aspectos decisivos en la denominada transición de la dictadura a la democracia, podemos considerar, entre otros, los siguientes: a) La sociedad española se había transformado debido al desarrollo económico y social que se había iniciado en los años 60. A mediados de los 70 España era la décima potencia industrial del mundo, prácticamente había desaparecido el analfabetismo; una sociedad urbana y cada vez más secularizada; una sociedad cada vez más semejante a las de los países europeos occidentales. b) Con esta sociedad, el marco creado por la dictadura era demasiado estrecho y rígido; incapaz de evolucionar y dar cabida a las fuerzas expansivas que en lo económico, social y político se habían generado en los últimos años. c) El recuerdo de la Guerra Civil estaba presente en la sociedad, y la mayor parte de ella, de la nueva clase política y de los políticos provenientes de régimen franquista debieron de hacer un gran esfuerzo de pactos y consensos para conquistar la democracia por la vía del diálogo y el entendimiento. 2- La oposición al posfranquismo: A la muerte de Franco, las exigencias de cambio y la oposición al aparato franquista proviene de sectores muy diversos: 2.1) Los obreros: serán numerosas las huelgas y enfrentamientos de los trabajadores con las fuerzas del orden (grises). La crisis económica, que irá paralela a la crisis política, comenzará a manifestarse a mediados de los 70 con los aumentos notables del IPC y del desempleo. 2.2) Los abogados jóvenes: formarán un colectivo muy activo en la lucha contra el régimen. Muchos de ellos montarán despachos laboralistas para la defensa de los intereses de los trabajadores sancionados por la patronal y los sindicatos verticales, así como prestar asistencia jurídica a los procesados por motivos políticos. Tendrán que pagar su tributo al ser asesinados un grupo de ellos en su despacho de Atocha (Matanza de Atocha, enero-77) a manos de pistoleros de extrema derecha. 2.3) La Universidad: donde la oposición fue de gran número de profesores, oponiendo una resistencia pacífica, y siendo expulsados de sus cátedras profesores como José Luis López Aranguren, Agustín García Calvo y Enrique Tierno Galván (luego este último alcalde de Madrid). Del mismo modo los estudiantes fueron el elemento activo con frecuentes manifestaciones y enfrentamientos con las fuerzas del orden público. Por ello, distintas universidades serán clausuradas a lo largo de los años de la transición. 2.4) La prensa: se había mostrado muy activa en la difusión de las ideas democráticas y en la información sobre algunos programas ideológicos de la oposición. El aparato franquista responderá con frecuentes clausuras de periódicos siendo ilustrativo el caso del Diario Madrid, que se había distinguido por sus críticas a la dictadura y que, tras ser clausurado, fue volado el edificio donde se había instalado. 2.5) La oposición violenta: el terrorismo. Distintas organizaciones terroristas fueron especialmente significativas, por la violencia de sus actos, en los años de la transición: ETA (Exudadi ta Askatasuna): de esta organización llego el terrorismo más sangriento y frecuente. Esta organización nació en 1959 de un grupo de jóvenes procedentes del PNV, pasando del nacionalismo a posturas revolucionarias marxistas de extrema izquierda. En 1968 la organización se decanta por el terrorismo, lo que provocó escisiones dentro de la banda: surgirá ETA políticomilitar (polimilis), más partidarios de la acción política. Al desaparecer este grupo surgió Herri Batasuna, que terminaría convirtiéndose en brazo político de ETA militar. El asesinato de Carrero Blanco por la banda terrorista, quizás cambió el rumbo de la historia de España, pero sus posteriores asesinatos indiscriminados le llevaron al rechazo de la mayor parte de la sociedad española, incluida la sociedad vasca. Otros grupos terroristas, sin la trascendencia de ETA, fueron el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico), los GRAPO (Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre) y el MPAIAC (Movimiento para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario). 2.6) Los partidos políticos: A la muerte de Franco, y tras las primeras medidas legales que permitieron la asociación política, fueron surgiendo diferentes partidos que se posicionaron en la derecha, el centro y la izquierda, además de algunas importantes formaciones políticas de carácter nacionalista: a) La derecha: La derecha franquista, continuadora de los principio del régimen de Franco tuvo una efímera vida en el grupo Fuerza Nueva, liderado por Blas Piñar. La derecha no franquista, aunque nutrida de personas vinculadas estrechamente con el régimen se aglutinaron en torno a Alianza Popular y a su líder Manuel Fraga. Este fue el partido de los nostálgicos del franquismo, desembarcando en el mismo Arias Navarro. b) El centro: había dos formaciones con un más claro posicionamiento de centro: La democracia cristiana: que tendrá poca vigencia y pronto desaparecerá de la escena política; liderada por el viejo líder de la CEDA José Mª Gil Robles y Joaquín Ruiz Jiménez. UCD (Unión de Centro Democrático), liderado por Adolfo Suárez. UCD fue un partido “de aluvión” creado urgentemente ante las inminentes elecciones, con fuerzas muy heterogéneas (liberales, socialdemócratas, democristianas y los llamados “azules”, procedentes del régimen franquista pero con la convicción de que se alcanzase la democracia). Partidos nacionalistas: Partido Nacionalista Vasco, un partido confesional en torno a Carlos Garaicoechea, y Convergencia Democrática de Cataluña liderada por Jordi Pujol. c) La izquierda: presentaba la misma división que tuvo antes y durante el franquismo: El Partido Socialista Obrero Español (PSOE): apenas había tenido protagonismo en su resistencia contra la dictadura. Su dirección permaneció en el exilio con escaso contacto con la realidad española. Sólo en regiones como Asturias y P. Vasco está bastante presente y, sobre todo, en el sindicato 2 socialista Unión General de Trabajadores (UGT). Pero el partido se renovó para atraerse el voto de la izquierda moderada española, la clase media progresista. Esta renovación se produjo en el Congreso de Suresnes (Francia, 1974), de la mano de Nicolás Redondo y del núcleo sevillano en torno a Felipe González y Alfonso Guerra. De aquí salió el liderazgo indiscutible de Felipe González, que le llevará a la victoria en las elecciones de Octubre de 1982. El Partido Comunista de España (PCE), fue el partido de izquierdas con más fuerza durante la transición. Había desempeñado una importante labor de oposición al franquismo en sus últimos años. El PCE, liderado por Santiago Carrillo, se supo adaptar a las circunstancias de la transición; aceptó la corona y la monarquía como régimen político, en aras a un mayor entendimiento entre las diferentes fuerzas políticas. Cambió su tradicional discurso revolucionario por el llamado “eurocomunismo”, lo que significaba la aceptación de las vías que ofrecía la democracia burguesa para la conquista del poder. A pesar de dicha transformación, apenas obtendrá 20 diputados en las primeras elecciones democráticas. Uno de los mayores problemas de los partidos políticos de oposición a la dictadura fue su desunión. Además, la represión de la dictadura hacía difícil cualquier tipo de coordinación. Ante el final de la dictadura, las fuerzas de la oposición se fueron organizando en asambleas. La Junta Democrática, nacía en Paris en julio de 1974, bajo el liderazgo del PCE, y La Plataforma de Convergencia Democrática, creada en torno al PSOE en junio de 1975, iban a constituir en la primavera de 1976 la Platajunta, unidas coyunturalmente para fijar algunos objetivos comunes: - Romper con la dictadura a través de un pacto con las autoridades surgidas del franquismo a la muerte del dictador, para ir a un periodo constituyente. - Liberación de presos políticos y retorno de los exiliados. - Restablecimiento de las libertades políticas y los derechos humanos. 3.- El gobierno de Arias Navarro: el continuismo. La transición política llegó en circunstancias bastante complicadas: el aislamiento internacional (debido a los fusilamientos de cinco terroristas en septiembre de 1975), la debilidad en el exterior (tras el abandono del Sahara en manos de Marruecos) y la crisis económica (tras la subida impresionante del petróleo, sobre unas estructuras económicas e industriales necesitadas de reconversión, lo que se tradujo en aumento espectacular del desempleo y la inflación). Tras la muerte de Franco, Arias Navarro continuaba como presidente del Gobierno. El panorama de cara al futuro estaba marcado por tres tendencias políticas: la rupturista radical (del PCE y de la Junta Democrática), la reformista (del PSOE y la Democracia Cristiana: partidarios del entendimiento con los aperturistas del franquismo) y los inmovilistas (del denominado “bunker”), formado por los elementos más radicales del franquismo). El gobierno de Arias Navarro hizo un tímido intento de apertura (mayor libertad de expresión) pero la oposición en el gabinete a los cambios era manifiesta. Todo quedaba claro cuando Arias Navarro afirmaba que “la finalidad de su gestión era ser fiel al mandato de Franco”. 3 En los primeros meses de 1976 las protestas callejeras y las manifestaciones terminaban en auténticas batallas campales. El acontecimiento más lamentable se dio en una manifestación el 3 de marzo de 1976 en Vitoria, en el que murieron cinco manifestantes. La presión social y, probablemente, las personas aperturistas que rodean al Rey hacen que, en Julio, Arias Navarro sea cesado y ocupa la presidencia el Secretario General del Movimiento, Adolfo Suárez. 4.- El gobierno de Adolfo Suárez: a) El inicio de la reforma política. Con Adolfo Suárez los cambios se producen a gran velocidad: 1.- Se reforma el Código Penal: que permite la legalización de los partidos políticos (salvo el PCE) 2.- Declaración sobre el programa de gobierno: donde se habla de soberanía popular, derechos y libertades y de sistema democrático. 3.- Amplia amnistía: para muchos presos políticos, salvo los condenados por actos terroristas. En septiembre se presentaba la Ley para la Reforma Política, el punto de apoyo para que, desde la legalidad franquista, fuera derribado el mismo aparato franquista. Esta ley, había sido elaborada por Torcuato Fernández Miranda (Presidente de las Cortes y persona próxima y consejera del rey) fue sometida a su aprobación por las Cortes franquistas. Las Cortes franquistas la aprobaron, aunque con buen numero de abstenciones y también votos negativos, y requirió la máxima habilidad de Adolfo Suárez que se entrevistó con numerosos diputados. La ley se refiere a puntos clave como democracia, sufragio universal y, sobre todo, la posibilidad de que el Rey pueda someter al pueblo una opción política de interés nacional, sea o no de carácter constitucional, para que se decida mediante referéndum, y cuyos resultados se impondrán a todos los órganos del Estado. La ley fue luego sometida a referéndum el 15 de diciembre de 1976, participando el 77% del censo electoral y dando el sí a la Reforma el 94% de los votantes. b) Las elecciones de 1977. El primer gobierno democrático de Adolfo Suárez. - El 1 de abril se disolvía el Movimiento Nacional: el Partido único del régimen franquista. - El 9 de abril de 1977 se legalizaba el Partido Comunista de España: lo que levantó los mayores recelos de la transición en los políticos franquistas radicales y en el ejército. Personajes míticos como Dolores Ibarruri, regresaban del exilio. - El 28 de abril se legalizaban las centrales sindicales. - El 15 de junio de 1977 se celebraban elecciones a Cortes constituyentes. En estas elecciones, un total de 350 escaños se repartían así: *UCD: partido de Adolfo Suárez, el más votado con 165 escaños. Formará gobierno. *PSOE: oposición de la izquierda con 118 escaños. *PCE: con tan sólo 20 escaños, fue una sorpresa su escaso éxito. *AP: con los nostálgicos del franquismo, 16 escaños. *CIU (13 escaños) y PNV (8 escaños). 4 *PSP (Partido Socialista Popular, de Tierno Galván), con 6 diputados. *Otros partidos: 4 escaños (incluida aquí Fuerza Nueva, de radicales franquistas). c) Los pactos de la Moncloa: Tras la muerte de Franco era urgente resolver los problemas políticos que se creaban, por lo que se postergó la solución a los problemas económicos, que empezaban a ser importantes. En el verano de 1977, la situación era preocupante: huelgas debido al paro (con cifras del 7%, desconocidas en España) y una incontenible inflacción (más del 20%); además, el déficit exterior aumentó, disminuyó el nivel de renta de los españoles y la inseguridad laboral era cada día mayor. Ante esto, el Ministro de Economía, Enrique Fuentes Quintana, instó a que Suárez convocara a representantes de todos los partidos políticos para exponerles la situación e involucrarles en la solución de los problemas económicos y sociales. Se firmaron los Pactos de la Moncloa el 25 de octubre del 77, acuerdos de tipo económico, social y político, donde además de los partidos políticos se pusieron de acuerdo la patronal y los sindicatos. Suárez, una vez más, practicaba la política de consenso que le había permitido hasta ahora salvar los más difíciles obstáculos. Los Pactos preveían reducir la inflacción, acometer la reforma fiscal, de la Seguridad Social y de la empresa pública. Los firmantes se comprometían a establecer los aumentos salariales según la inflacción prevista más un posible incremento moderado. Además, el Estado aumentaría la inversión en un 30%. Los efectos del acuerdo se dejaron sentir en un descenso de la conflictividad y normalización de las relaciones laborales. Se emprendió la reforma de la Hacienda, que trató de resolver uno de los graves problemas económicos de toda la historia de España: la falta de recursos del Estado debido a la ausencia de una política fiscal moderna. Así, el Ministro de Hacienda, Fernández Ordóñez, y del de Economía, Fuentes Quintana, bajo el lema “Hacienda somos todos”, diseñaron en 1977 una reforma fiscal basada en los grandes impuestos: - Impuesto sobre la Renta: de las personas físicas y las sociedades - Impuesto sobre el Consumo - Impuesto sobre el Patrimonio y las transmisiones de éste. d) La cuestión autonomista: Durante los años de la transición, una acusada sensibilidad autonomista invadió la clase política. Todas las regiones querían tener su propio gobierno. Después de cuarenta años de régimen centralizador, los ciudadanos asociaron regionalismo y autonomía con libertad y unidad nacional con represión. Así, Suárez hubo de afrontar con rapidez las reivindicaciones autonómicas. En Cataluña y País Vasco las exigencias eran mayores. Tras las elecciones generales de 1977, el Rey y Adolfo Suárez establecían contacto con Joseph Tarradellas, un exiliado republicano que desde 1954 ostentaba el título de Presidente de la Generalitat. Suárez, por decreto del 29 de septiembre de 1977, restablecía en Cataluña la Generalitat y a Joseph Tarradellas de Presidente. En el País Vasco, hubo más problemas pues los desacuerdos eran muy numerosos: el himno, la bandera, el idioma, o los limites geográficos del País Vasco. El asunto, de momento, se tranquilizó cuando los diputados y senadores vascos elaboraron un proyecto provisional de autonomía y el Gobierno, por decreto, creó el Consejo General Vasco. 5 Durante los meses previos a la aprobación de la Constitución, se aprobaron otros regímenes preautonómicos, empezando a vislumbrarse ya el Estado de las Autonomías, proyectos que entrarán en vigor en 1982. e) La Constitución de 1978. Con el resultado de las elecciones de junio de 1977, se creo una comisión de siete personas representantes de las distintas fuerzas políticas: tres de UCD (Gabriel Cisneros, José Pedro Pérez Llorca y Miguel Herrero), uno del PSOE (Gregorio Peces Barba), uno del PCE (Jordi Solé Tura), uno de Alianza Popular (Manuel Fraga) y uno de CIU (Miguel Roca). Hubo discrepancias en la negociación constitucional, pero, por primera vez en la historia de España, se iba a redactar una constitución fruto del consenso y sin la imposición de un grupo político dominante. A continuación la Constitución se debatió y aprobó en el Congreso y en el Senado, y el 6 de diciembre de 1978 fue aprobada por referéndum, en el que participó el 67 % del electorado, abstención debida quizás al cansancio del electorado: tres consultas en tres años (Reforma Política, diciembre 76; elecciones generales a Cortes Constituyentes, 15 junio del 77; aprobación de la Constitución, 6 de diciembre del 78). El voto afirmativo lo dio el 88% de los votantes. En la consulta, solamente el PNV recomendó la abstención, debido a la presencia en la Constitución de la indivisibilidad de la soberanía española. Podemos destacar los siguientes aspectos de la Constitución del 78: España queda definida como un “Estado social y democrático de derecho”. El régimen es una monarquía parlamentaria. El Rey, jefe supremo de las fuerzas armadas, sanciona las leyes. El poder ejecutivo corresponde al gobierno, nombrado por un presidente que a su vez es elegido por el Congreso. Por ello es responsable ante el parlamento de la gestión del gobierno. 5. El legislativo lo forman el Congreso y el Senado, elegidos por sufragio universal con mayoría de edad de 18 años. 6. El poder judicial corresponde a los jueces y tribunales independientes, pero sometidos en su actuación al Consejo Superior del Poder Judicial y, en sus dictámenes, al Tribunal Constitucional, máximo órgano jurisdiccional. 7. Quedaba abolida la pena de muerte, salvo en circunstancias bélicas. 8. España es un Estado no confesional, aunque se tendrá en cuenta la religiosidad de los españoles y mantendrá relaciones de cooperación con la Iglesia Católica. 9. La economía del país será de tipo mixto: se reconoce la propiedad privada, la libre empresa y el mercado libre; pero también la posibilidad de intervención estatal en la vida económica, hasta con expropiaciones en caso necesario. 10. Se reconoce el derecho a las autonomías a toda región que lo solicitase. 1. 2. 3. 4. 6 e) El Estado de las autonomías La España democrática significará la existencia de un nuevo modelo de Estado no centralista, recogido en el Titulo VIII de la Constitución: las regiones que lo solicitasen, podían acceder a un sistema de gobierno autónomo. El camino hacia las autonomías tuvo dos fases. La primera, antes de aprobarse la Constitución, estableció las llamadas preautonomías, en las comunidades históricas con tradición autonómica: Cataluña: intervino en la autonomía Josep Tarradellas, presidente de la Generalitat en el Exilio, tras entrevistarse con Adolfo Suárez. En septiembre de 1977 se restablecía la Generalitat y a Tarradellas como presidente. País Vasco: los parlamentarios del Partido Nacionalista Vasco (PNV) negociaron la preautonomía con el gobierno de UCD, creándose en enero de 1978 el Consejo General Vasco. Galicia: la comunidad conseguirá la creación de la Xunta de Galicia en marzo de 1978. Resueltos los casos de las tres comunidades históricas, quedaba abierto el mapa autonómico al resto del Estado. Así, las demás regiones de España iban a acceder a la autonomía contando con sus órganos legislativos (parlamento), ejecutivo (gobierno autónomo) y judicial (Tribunal Superior de Justicia). La división provincial no cambiará. La Constitución establecía dos vías para acceder a la autonomía: - La del artículo 151 o vía rápida, por el que podían acceder las comunidades históricas (Cataluña, País Vasco, Galicia) e incluso otras que cumplieran los requisitos de referéndum y pronunciamiento de las autoridades locales (Andalucía). Estas comunidades recibirían transferencias del Estado de modo inmediato. - El resto de comunidades accederían por el artículo 143 o vía lenta, recibiendo las transferencias en un plazo de cinco años. De este modo, entre 1981 y 1983 las distintas comunidades fueron aprobando sus estatutos de autonomía, donde se recogía el ámbito territorial, las competencias adquiridas y sus instituciones. El sistema autonómico se cerraría en 1995, cuando Ceuta y Melilla conseguían su estatuto de ciudades autónomas. El resultado de este proceso ha supuesto que España se ha convertido en uno de los países más descentralizado del mundo El final de la Transición y el hundimiento de UCD Previo a la aprobación de la Constitución, se descubre un intento de golpe militar (Operación Galaxia) encabezado por el capitán de la Policía Armada, Ricardo Sáez de Ynestrillas, y el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero. Ambos son detenidos y amnistiados dos años después. Una vez aprobada la Constitución, se convocan elecciones generales y UCD repite resultados. Sin embargo, los partidos de izquierda ganarían en la mayoría de los grandes ayuntamientos gracias al pacto PSOE-PCE. La figura de Adolfo Suárez empieza a declinar 7 y UCD a desgajarse; Suárez es cuestionado dentro de su propio partido y algunos de sus miembros se pasan a las filas de a AP y PSOE; la oposición del PSOE en el Parlamento es cada vez más dura y le plantea una moción de censura. Aumentan los atentados de ETA, enfocados al ejército y a la policía, lo que dio lugar a nuevas amenazas de golpismo entre los mandos más conservadores del ejército. La sociedad se movía entre la inseguridad ciudadana, los problemas económicos derivados de la segunda crisis del petróleo de 1979 y el “desencanto” ante la lenta aplicación los avances políticos y sociales. Este cúmulo de circunstancias lleva a la dimisión de Adolfo Suárez en enero de 1981. Intento de Golpe de Estado: 23-F El 23 de febrero de 1981 se produce la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo como nuevo Presidente del Gobierno, en sustitución de Suárez. Durante la votación entran armados un grupo de guardias civiles encabezados por el Tte. Coronel Antonio Tejero, con la intención de crear una Junta Militar que fuera capaz de controlar la situación en España. Mientras tanto, en Valencia, el Tte. general Jaime Milans del Bosch, esperando un pronunciamiento en las restantes regiones militares, declara el estado de alarma y saca los tanques a la calle. Alfonso Armada, ex-secretario de la Casa del Rey y Jefe Adjunto de la Junta de Jefes de Estado Mayor de la Defensa, convence a los anteriores de que el Rey apoyaba el golpe.En estas circunstancias, el éxito del golpe dependía del apoyo del Rey al golpe de Estado y de la ocupación de Madrid por la División Acorazada Brunete. Alfonso Armada, ante la posibilidad de fracaso del golpe, trata de entrar al Congreso para convencer a Tejero de aceptar la solución de un Gobierno de Concentración, pero Tejero no acepta. De madrugada, el Rey por televisión da órdenes al ejército para acatar la legalidad constitucional. Por la mañana los guardias civiles golpistas se entregan dando por finalizado el golpe. Las consecuencias del intento de golpe de Estado serán las siguientes: - En el Juicio de Campamento, Tejero, Milans y Armada, fueron expulsados del ejército y condenados a 30 años de prisión. - El Rey salió muy reforzado tras la gestión del golpe. - Se produjo una profunda renovación del Ejército, sometiendo el poder militar al civil y siendo paulatinamente sustituidos los oficiales de corte franquista por nuevos mandos educados en democracia. El Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo El 25 de febrero, Calvo Sotelo es finalmente investido como Presidente del Gobierno. La nueva legislatura va a estar marcada por: - Se aprueba la Ley del Divorcio: los sectores más conservadores reaccionan contra el Gobierno, 8 - Se continúa configurando el mapa autonómico: UCD y PSOE firman los Acuerdos Autonómicos para completarlo. - Se firma el ingreso de España en la OTAN. La izquierda se opone con dureza y la salida se convierte en una importante baza electoral del PSOE. 9