Teatro de Calderón s C O M Í ^ Ñ Í A D E ÓPERA D E MARÍA ULÁCER dirigida por el gran maestro ARBÓS y el eminente maestro P E D R O B L A N C H con l a cooperación de la Grquesta Sinfónica de Madrid compuesta de 80 profesores ^ *^ I Vienes SI de OctulDre de ( C U A R T A F U N C I Ó N DE A B O N O ) 19S1 Á las, nueve y media • Moche E ^ T R E ^ N O de la ó p e r a en t r e s actos y c u a t r o c u a d r o s , t e r c e r a j o r n a d a de la t e t r a l o g í a de WAGNER, SIGFREDO Dirigida por el maestro Arbós REPARTO Slgfredo Waiter Kirchoff. El viajero Cesare F o r m i c h i . Mimo Cesare S p a d o n i . Alberico., José Fernández. L a voz del d r a g ó n Sandro Griff. Brunilda Eisa Erda Elena Lueci. L a v o z de u n p á j a r o , . . Asunta Agle. Bland. Precios de ias localidades Pesetas Palcos bajos y plateas Palcos principales Palcos segundos t . 50,üG c'O.OO 12,50 Butaoa do ¡patío 12,50 Butaca de anfiteatro 1.a fila » 2.a, 3.a y 4.a fila 8,50 8,50 Delantera de g a l e r í a . 5,00 Galería 5,00 Delantera de p a r a í s o 3,00 Entrada de paico 3,50 EntraeSa general L o s i m p u e s t o s d e l T i m b r e y M e n d i c i d a d (15 p o r ICO) á c a r g o d e l p ú b l i c o . N O T A ? , - - L a f u n c i ó n c o m e n z a r á a l a hora en p u n t o , p o r la e x t e n s i ó n de la ó p e r a . —La empresa tiene establecido u n guardar r o p a en el antiguo v e s t í b u l o d e l teatro, siendo g r a t u i t o su s e r v i c i o . — E l bar, instalado en e l «foyer», está abierto d u r a n t e ias h o r a s de f u n c i ó n y en é l se s i r v e n e x quisitos chocolates, t é s , cafés, licores, etc. — Q u e d a n s u p r i m i d o s t o d o s l o s pases de f a v o r de a n t e r i o r e s t e m p o r a d a s . — M a ñ a n a , s á b a d o , segunda salida d e l eminente tenor U R I VOL.F»! c o n l a m a g n í f i c a ó p e r a de G o u n o d , F" A L l S T O S1GPREDO T e r c e r a j o r n a d a d e l f e s t i v a l e s c é n i c o de Wagner, E i anillo del nlbelungo. ACTO PRIMERO I n t e r i o r de una g r u í a , donde M i m o tiene su f r a g u a . Mimo, enano nibelungo, intenta vanamente unir los pedazos de la invencible espada Nothunga, con la que espera hacerse dueño de los tesoros que guarda Fafner, monstruo g i g a n t é , en h ó r r i d a caverna. Llega Sigfredo, hombre de las selvas, llevando amarrado un oso, con el que se goza en amedrent-r al enano por no haber terminado su tarea. Ante las promesas de Mimo, da libertad al oso, s i g u i é n d o s e una violenta escena entre los dos moradores de la gruta. Prueba Sigfredo el temple de la espada y la hace saltar nu«vamente en pedazos; increpa a Mimo por su inhabilidad y le pide noticias acerca de su origen. Tras mucho gimotear, confiésale el enano que e n c o n t r ó a la madre de Sigfre.lo vagando por la selva, la trajo consigo a su gruta, y allí dió a luz, perdiendo al par la vida, al joven h é r o e , hijo de dioses, llamado a altísimas empresas, favorecido por el talismán invencible de aquella espada famosa. O nmina Sigfredo a Mimo para que forje en breve plazo la espada victoriosa, y desaparece de nuevo por el bosque. Mimo queda abatido, s o r p r e n d i é n d o l e en tal actitud el Viajero (dios Wotan), el cual, con actitud humilde y procurando inspirar confianza al enano, contesta a un extenso y minucioso interrogatorio de é s t e , basado en la leyenda y fundamento de la trilogía que empieza a desenlazarse en la W a l k y r i a . Sigfredo es hijo de Siglinda y Sigmondo, de la raza de los Welsas; los gibantes robaron el anillo y los tesoros a los nibelungos, g u a r d á n d o ' o s los monstruos Fasolt y Fafner, a los que v e n c e r á el elegido Sigfredo, con la Nothunga, que forjará el hombre que no conozca el miedo. D e s p u é s de estas predicaciones desaparece el misterioso Viajero, dejando a Mimo más confuso y aterrado que nunca^ - -ví% ^ u ' \ ^ . - ^ ^ . . ^ v. its-*:. "^^'PíVuelve Sigfredo, i m p a c i e n t á n d o s e al ver que no se ha terminado la prometida labor, y se pone él mismo a la obi'a, entonando una canción rítmica, que ayuda su tarea.. Mimo, al ver que el joven se halla próximo a dar cima a su empresa, temeroso de perder su influencia, piensa propinar a Sigfiedo un brebaje, y, a p r o v e c h á n d o s e del sopor que le produzca, hacerse d u e ñ o de la espada mágica y conquistar los tesoros. Pero Sigfredo no le da tiempo a consumar sus planes, blande al aire, gozoso, la espada y prueba su temple; partiendo do un tajo el duro yunque Mimo queda aturdido p,)r el terror, mientras Sigfredo sale corriendo, agitando alegremente la Nothunga, con la que espera animoso no hallar o b s t á c u l o en su camino. A C T O SEGUNDO Selva f r o n d o s o L a entrada de l a caverna donde ha- b i t a e l monstruoso d r a g ó n Fafner. Es noche oscura. Alberico, príncipe nibe'ungo, hermano de Mimo, vigila desde lo alto de una roca. S o r p r é n d e l e en tal actitud el Viajero del primer acto (Wotan), anunciándole que debe renunciar a la posesión del tesoro, pues su hermano Mimo llegará a aquel lugar con un h é r o e , hijo de dioses, que s e r á el que lo c» nquiste, venciendo a Fafner. A l efecto, previene al monstruo, que contesta con arrogancia desde el fondo de su guarida. El Viajero y Alberico desaparecen sucesivamente, i n t e r n á n d o s e en la selva. Amanece. Llegan Mimo y Sigfredo, é s t e con la Nothunga al cinto. E! enano se asombra de que el joven no conozca el miedo, a pesar del pavoroso lugar donde se hallan. Sigfredo le echa de su lado: quiere estar solo S i é n t a s e al pie de un t i l o y se abisma en profundas reflexiones, mientras la selva le habla su lenguaje. Un pájaro, que anida en el tilo, intenta hacerse entender de Sigfredo; é s t e pretende con una caña formar r ú s t i c o instrumento, con el que intenta en vano hablar la lengua del pájaro. Por último, echa mano de su trompa de caza y lanza al viento una llamada vigorosa que despierta a Fafner, el que ruge inquieto, acabando por aparecer en la boca de la caverna. E n t á b l a s e horrible lucha entre Sigfredo y eJ monstruo, acabando aquel por hundirle en el c o r a z ó n a é s t e la espada Nothunga. Sigfredo se da a conocer al monstruo antes de que é s t e muera ¡Soy Sigfredo!, dice. Muere Fafner y al extraer de su cuerpo la espada misteriosa s a l p í c a s e de sangre Sigfredo, adquiriendo por este medio la facultad de entenderse con el pájaro, que le anuncia que el tesoro guardado por el dragón es suyo y puede pasar a recogerlo; así lo hace el joven, penetrando en la cueva. Llega Mimo, encuentra muerto a Fafner y disputa con Alberico, que se presenta de nuevo, la posesión de los tesoros que el monstruo defendía. Alberico y Mimo traman el despojo de Sigfredo, al que pretende atraer el enano con fingido halago. Aleccionado por el pájaro, Sigfredo no cae en los lazos del pérfido Mimo, a quien mata de un tajo, escondiendo el cadáver en la caverna que h a b i t ó Fafner. Fatigado de la jornada descansa Sigfredo bajo el tilo, hablando Con el pájaro; ofrece el ave <|uiar al joven hasta una cima donde le espera una mujer: B r u n ü d a ; rodeada de fuego y sujeta a encantamiento. Si Sigfrédo la lib-ra de él sin miedo alguno, s e r á su d u e ñ o . S i g f r é d o , por toda respuesta, manda al pájaro que marche delante guiándo!e hasta la felicidad, ACTO TERCERO Paisaje rocoso cerca d e l valle de las W a l k y r i a s . A ¡ a i z q u i e r d a , e l a b i s m o donde se o c u l t a E r d a l a p r o f e t i s a . E! Viajero (Wotan) viene a consultar a Erda. Su reinado toca a su fin y necesita el refuerzo de su ciencia para defenderle; celoso de Sigfrédo, quiere ponerse en su camino. La profetisa le dice que es vano su p r o p ó s i t o y ha de conformarse con los hechos incontrastables. Desaparece Erda, el Viajero espera a Sigfrédo, que no tarda en llegar. Trata de hacerle desistir de su propósito de despertar a Brunilda de su letargo; es en vano, el joven i r á hasta el fin. Desaparece el Viajero. Sigfrédo toca la trompa repetidas veces y la m o n t a ñ a se transforma en un lago de fuego, en el centro del cual duerme Brunilda brillantemente ataviada de W a l k y r i a . Sigfrédo llega hasta ella y la contempla maravillado de su hermosura. El valiente guerrero tiembla ante la vista de la mujer, profundamente emocionado. Junta sus labios a los de Brunilda en largo beso amoroso, que la despierta por completo a la vida, i n c o r p o r á n d o s e lentamente y most r á n d o s e extasiada a la vista del gallardo mancebo. Adquiere Brunilda noción de la vida, p r e s é n t a s e de nuevo a su memoria su misión de W a l k y r i a , su virginidad de diosa, y rechaza suavemente al apasionado y vehemente Sigfrédo. Pero é s t e redobla sus caricias y halados, y triunfa el amor que hace por fin caer a Brunilda en brazos de Sigfredo, d e s p u é s de una inmensa escena de pasión. El telón cae lentamente, ocultando el grupo de los dos jóvenes amorosamente enlazados. A s í termina psta interesante parte de la monumental t e t r a l o g í a Wagneriana. L VAkLADOLID