María Vilchez Vivanco - I Congreso Internacional de Estudios Militares

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PRODUCCIÓN E IMPORTANCIA DE LA
CELULOSA TRAS LA I GUERRA MUNDIAL
EN ESPAÑA
María Vílchez Vivanco
Universidad de Granada
mvilchezv@ugr.es
Departamento de Teoría e Historia Económica, Facultad de Ciencias
Económicas y Empresariales de la Universidad de Granada. Licenciada en Sociología, Licenciada en Ciencia Política y de la Administración. Máster en Problemas Sociales. Miembro del Grupo de Investigación “Los Problemas Sociales
en Andalucía SEJ129”.
Key Word:
- economía
- industria
- celulosa
- I Guerra Mundial
- España
España advierte que la Gran Guerra ha terminado, pero que las heridas
no han quedado cerradas por lo que hay que prepararse. Se busca nacionalizar
empresas que son susceptibles de ser importantes en caso de guerra. Esto ocurre
con la “Espartera de la Sociedad de Nuestra Señora del Carmen” en Benalúa
(Granada), donde se fabricaba pasta para papel a partir de fibras vegetales de
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esparto.
De esta fábrica, caso modelo de otras muchas, no solo se obtenía celulosa, que se aplicaba a diferentes y variados fines, si no que además se producía
nitrocelulosa para explosivos, y cloro, base en la producción de gas mostaza.
Esto muy importante en la futura guerra química que se preveía.
1; INTRODUCCIÓN
Desde el comienzo de las primeras sociedades, la lucha por los recursos,
ha llevado a servirse de la violencia y de los ingenios que se tuvieran a la mano
para lograr el objetivo. La humanidad creó ingenios bélicos desde los tiempos
más remotos.
Digamos que los enfrentamientos que se desarrollaban, las guerras, eran
de carácter limitado, hasta la Gran Guerra. Del modelo de guerra limitada
propio del siglo XVIII se pasó a la guerra de masas, en la que cada nación
empeñaba el máximo de recursos humanos y económicos. Con ello se inició un
imparable crecimiento en la magnitud de las guerras europeas, que llegó a su
apogeo en el siglo XX con la aplicación del concepto de «guerra total» en ambas
guerras mundiales. (Calvo,2013:91)
En tal conflicto, España se declaró en un principio neutral, aunque
su neutralidad, era como ser parte, ya que para Alemania el que España se
declarara en esta posición le beneficiaba. España en aquél momento contaba con
escasos recursos militares. La movilización de efectivos era muy muy limitada.
El ejército era escaso, aproximadamente podía movilizar un millón de hombres,
cuando Italia en aquél mismo momento con facilidad llegaba a los dos millones.
Tenemos que tener presente que España en aquél momento se encontraba recuperándose del desastre del 98. Militarmente se había perdido una
guerra, que no solo se había perdido a nivel táctico, la sociedad española se encontraba “robada” por la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. La armada
española quedó prácticamente aniquilada y el ejército desarticulado.
El papel y la relevancia de España en la I Guerra Mundial, no tenían
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nada que ver con su potencial militar. Lo que España si tenía era un indudable valor estratégico, como han señalado diferentes historiadores. La situación
estratégica de España era clave, en distintos aspectos, pero es de destacar el
marítimo.
A pesar de todo, la participación en la Guerra fu limitada. La cuestión,
es que terminado el enfrentamiento, se abre un periodo de incertidumbre en la
seguridad de los estados. Tal incertidumbre lleva a la apertura de una época de
reformas de sistemas de seguridad, que se reforzó con un rearme importante.
España, y Primo de Rivera a la cabeza, se percataron de que una guerra
había terminado, pero que otro enfrentamiento se avecinaba. En los distintos
informes con los que se trabajaban en los ministerios se hacía referencia a como
los conflictos entre los estados, no solo no habían quedado resueltos, si no que
estos habían aumentado, por un lado. Y por otro, como la Gran Guerra había
enseñado que las guerras ya no iban a ser como hasta el momento si no que
principalmente en lo táctico y tecnológico había que avanzar.
Por esto, una de las medidas que se llevó a cabo, fue la de nacionalizar
industrias en el país, susceptibles de ser necesarias en caso de guerra. Lo que
ocurre, es que teniendo presente, que las futuras guerras no iban a ser como
hasta el momento, el sentido de las nacionalizaciones de las industrias debía de
ser diferente.
Así, por parte del Ministerio de la Guerra se realizan diferentes informes,
analizando el sentido en el que ha evolucionado la guerra, para así conocer por
donde se debería de desarrollar tecnológicamente el estado para la defensa. Los
distintos informes, analizaban como había evolucionado la Guerra, y como serian
las guerras del futuro. La conclusión a la que se llegó es que el componente
químico tendría una relevancia decisiva.
La celulosa es una sustancia que a priori no se le supone una cualidad
estratégica en un conflicto, casi no se tendría en cuenta. En cambio M. Mouret
en su obra Chimie et le Guerre(1920) señala como si no hubiese sido por este
producto la lucha en la I Guerra Mundial hubiera terminado en 1915. Este es
uno de los estudios más seguido en los años veinte en España.
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Las aplicaciones de la celulosa son múltiples y en la tipología de conflictos que acontecen a principios del siglo XX, el disponer o no de este material
aumentaba o disminuía las posibilidades de victoria. La celulosa se empleaba
en la fabricación de pólvora, en medicina en sustitución del algodón hidrófilo,
en la fabricación de tejidos de papel, en la producción de barnices de nitrocelulosa y acetocelulosa, utilizados en la fabricación de aviones, etc... la celulosa se
convirtió en el recurso necesario.
Alemania aplicaba la celulosa en muchos campos. Francia de manera
muy rápida comenzó aplicarla. E Inglaterra la necesitaba, resultándole difícil obtenerla, de manera que recurría a materias primas españolas para poder
obtenerla.
Todas estas virtudes son expuestas en un informe que presenta el Farmacéutico Mayor en febrero de 1921 a la sección de Movilización de Industrias
Civiles. Durante la Guerra se ha demostrado la importancia de la celulosa y
de su aplicación por lo que en España se va tomando nota de la situación y se
pretende movilizar para el estado la producción de celulosa.
Por el uso tan intensivo que se hacía en otros países de la celulosa,
España se vio animada a la producción y nacionalización de este producto. Por
las características de las fibras y demás, la celulosa obtenida a partir de la pasta
de esparto, resultaba de las ventajosas, y por el tema de la nacionalización, era
tan solo una empresa la que estaba produciendo pasta de esparto. Esta era la
“Sociedad Nuestra Señora de las Angustias” en el término municipal de Benalúa
de Guadix en Granada.
2; EL NUEVO CONCEPTO GUERRA PARA ESPAÑA Y EUROPA
Los conflictos con el paso del tiempo van cambiando, y es mucho lo
que se ha aprendido de la I Guerra Mundial en lo que se refiere a conflictos. En
Europa se acaba de salir de una guerra, en las que los alemanes salen vencidos. El
determinar vencedores y vencidos, es el caldo de cultivo para que se desarrollen
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futuros conflictos.
En esta guerra España, por su situación, no entra abiertamente en el
conflicto, declarando su imparcialidad. Imparcialidad que como decía antes,
beneficiaba más a un bloque que a otro. Alemania se veía más beneficiada de
la no intervención española que el resto de países.
Al término de la Guerra, por parte de todos los países europeos, se tenía
presente que aunque se hubiera firmado una serie de tratados de paz, estos no
cerraban las heridas abiertas, para entrar en posible conflicto más adelante, y un
conflicto que no tardaría mucho. En especial el tratado de Versalles firmado el
28 de junio de 1919 entre los aliados y Alemania, dolió no solo económicamente,
si no más que nunca a nivel moral. No es solo que las heridas no se cerrasen, es
que se habían producido heridas nuevas.
Sin embargo, la guerra adquiere sentido si se integra en el marco racional
de lo político. Será la política la que ejerza un papel moderador sobre un conflicto bélico, estableciendo una proporcionalidad entre los objetivos a alcanzar
y los costes a asumir.
Así, en las guerras limitadas del siglo XVIII, en las que los objetivos
eran reducidos, se intentaban mantener también los costes y el nivel de violencia
en unos umbrales modestos. (Calvo,2013:95) Con la I Guerra Mundial, aparece
el concepto de Guerra Total, que buscaba cambiar un orden a nivel mundial.
Así se llega a la más famosa máxima de Clausewitz: la guerra es la
continuación de la actividad política por otros medios. Con ella, el prusiano
rompía la tradición estratégica del siglo XVIII, que consideraba que guerra y
política eran actividades concurrentes en los fines, aunque diferentes en naturaleza. Los gobernantes de la época recurrían a la guerra cuando no podían
alcanzar sus objetivos mediante la negociación política, pero una vez decidida
la guerra, se limitaban con frecuencia a enviar a sus tropas a batir al ejército
enemigo, dejando en manos de los jefes militares el planeamiento y ejecución
de la campaña. La pugna entre ambos ejércitos se consideraba regida por una
dinámica dominada sólo por los profesionales de las armas, y en la que no tenía
cabida la actividad del político. Sólo cuando uno de los ejércitos había sido
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derrotado se reanudaba la política a través de la negociación. (Calvo,2013:95)
Es un momento de rearme y reposicionamiento de los estados tras lo
aprendido después de una guerra mundial. La guerra ha sido tan trágica y
sangrienta, que lleva a los países a replantearse las estrategias que frente a la
seguridad y defensa de sus fronteras, tenían que realizar.
A nivel estratégico se dieron grandes avances tecnológicos aplicados, que
no llevan el suficiente desarrollo táctico. Por ejemplo la artillera se desarrollo
mucho, la calidad de la pólvora era mucho mejor, extraordinariamente mejor,
lo que ocurre es que frente a un nido de ametrallador se contraatacaba con
infantería ligera o cargas de caballería, la caballería acorazada era muy escasa.
Esto fue habitual en la guerra, y los países se preparaban para que no se
volviera a repetir, ese número de bajas no se podía permitir, no se podían tener
más hombres que balas. Fueron muchos los avances, pero los ejércitos no sabían
como sacar el máximo, y el contrario como atacar teniendo el mayor éxito. El
número de bajas fue desastroso. De ahí el desarrollo tecnológico y estratégico
por el que se apostaba en entreguerras.
El uso de productos químicos como el cloro, quizás este fue una de las
aplicaciones a la guerra que más marcó en las distintas investigaciones que se
plantearon en los informes militares españoles. Un enemigo que no se ve.
De 1923 a 1930, en España nos encontramos con el Directorio de Primo
de Rivera. En septiembre de 1923 se publica un manifiesto en el que se habla
del por que del Golpe de Estado por el que gobierna Primo de Rivera. Cuestión
delicada lo que se vivía en política en estos años con Alfonso XVIII. La pérdida
de las colonias y de la guerra de 1989, había dañado en el imaginario del español
medio.
Los motivos de los que se hablaban en golpe de Primo de Rivera, eran
resolver los principales problemas que existían en el estado según los golpistas,
problemas como: terrorismo, anarquía, la agitación obrera, la falta de sentimiento religioso y la inmoralidad de la política. Cuestiones de un delicado
enlace social.
Así se creo tras el golpe de estado, un directorio militar provisional
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que se encargaría de restaurar el orden. El modelo político que se siguió fue
confuso, primero un directorio militar, luego una civil, tras estos hubo intentos
de institucionalización de esa forma de gobierno, de intentar perpetuarla en el
tiempo, y tras esto, que no tuvo éxito se entro en una crisis profunda.
Muchos fueron los conflictos sociales. Huelgas, manifestaciones declaradas
ilegales, nacen los sindicatos. El ejército se acabo movilizando y tomando partido. Una de las primeras acciones por parte del ejército, fue la del cierre de
universidades y demás.
El régimen expuso su incapacidad para articular un modelo constitucional funcional y coherente. Por parte de la oposición solo se planteaba la
opción de elecciones generales y republica, el fin de la Monarquía, ya que el
golpe de estado se había producido con el beneplácito del rey.
- La nueva idea de guerra
La idea de Clausewitz de responsabilidad de todo un sistema para con
el conflicto armado represente el sentido que se comienza a tomar tras la I
Guerra Mundial. No es solo pensar en que cuando se agota la vía política,
la continuación natural es la del conflicto. Hay que pensar en cuales son las
condiciones de esa vía política, de hasta donde llega “lo político” que impide que
llegue al desarrollo del conflicto.
Así tras la guerra, los países en el reposicionamiento en el que se encontraban, buscan desarrollarse no solo a nivel tecnológico de cara al enfrentamiento,
si no preparar un estado que soportara un conflicto.
Clausewitz defiende que la guerra siempre debe estar regida por la
política, y que, aunque se desarrolle mediante una dinámica propia, conocida
fundamentalmente por los militares, sus elementos esenciales, como objetivos
a alcanzar, costes a asumir o situación final deseada, sólo pueden ser definidos
por el gobernante político, que deberá mantener además una permanente vigilancia para comprobar que esos elementos se mantienen en los términos fijados.
(Calvo,2013.95)
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La responsabilidad de los políticos es lo que lleva a que se pueda llegar
o no al desarrollo de un conflicto, e incluso el alcance de ese conflicto depende
de su capacidad en el desarrollo de su actividad como profesional.
Para reforzar su teoría sobre la naturaleza política de la guerra, Clausewitz apunta que una dirección correcta del conflicto armado no implica sólo a
las fuerzas armadas, sino a todos los componentes de un Estado:
Los gobernantes deben proporcionar el elemento racional, fijando objetivos realistas, librando recursos proporcionales a la magnitud
de estos últimos, y vigilando para que la dinámica de la guerra no caiga
en lo irracional. Las fuerzas armadas aportan el elemento volitivo: la
voluntad para imponerse al adversario haciendo frente a la incertidumbre propia de todo conflicto armado. Los ciudadanos proporcionan el
elemento pasional, prestando apoyo moral a las decisiones de su gobierno y la acción de sus ejércitos. (Calvo,2013:95)
El alemán Moltke, fue el hombre que puso en pie de guerra el primer
ejército adaptado a la era industrial, y también el que supo vislumbrar los cambios espectaculares que la evolución social y tecnológica iban a introducir en el
modo en que se libraban las guerras europeas. Sus victorias en Austria y Francia sacudieron al resto de los ejércitos europeos, y especialmente a sus enemigos
franceses, que intentaron desvelar los secretos del Estado mayor general alemán
buceando en la obra de Clausewitz. Sin embargo, la brillante escuela militar
en la que Clausewitz había puesto los cimientos teóricos, y Moltke las medidas
prácticas, tardó poco en traicionarse a sí misma y caer en la consideración de
la guerra como un acontecimiento singular y absoluto, totalmente diferenciado
de lo político. (Calvo,2013:103)
El jefe del Estado mayor alemán, Von Falkenhayn, fue consciente de la
naturaleza de la guerra industrial en la que se encontraba, e ideó un método
también industrial para lograr la victoria: atraer las reservas enemigas hacia
un punto cuya defensa fuera irrenunciable, debido a su valor simbólico o estratégico, para aniquilarlas allí aprovechando la gran superioridad alemana en
artillería pesada. La idea no era más que una desalmada adaptación de la
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batalla decisiva entre gruesos de Clausewitz y Jomini, convertida en batalla de
desgaste. (Calvo,2013:105)
Al término de la I Guerra Mundial, Europa estaba no sólo extenuada y
fragmentada, sino también traumatizada por las terribles consecuencias de una
guerra industrial llevada a su límite. Se esperaba un nuevo enfrentamiento, peor
no se podía pagar el precio que se había pagado.
Europa estaba diezmada. Prácticamente toda una generación de jóvenes
había desaparecido, o había sufrido terribles heridas, en las trincheras del frente
occidental o en las extensiones del frente del Este. Entre todos los teóricos que
surgieron en los años veinte y treinta del siglo pasado, en su mayoría defensores
de sistemas de armas nuevos como el carro de combate o el avión, sobresale el
británico Sir Basil Liddell Hart. (Calvo,2013:107)
A nivel militar, ni a nivel político de los estados, se podía permitir un
enfrentamiento con el número de najas que se había tenido. Son muchos los
teóricos que surgieron analizando la situación de la guerra pasada y buscando
los medios para que ese número de bajas no se volvieran a cometer.
Liddell Hart propuso en sus obras un modelo totalmente diferente, que
desarrolló en su forma más completa en Strategy. The lndirect Approach (Estrategia. La aproximación indirecta). Para él, los ejércitos ciudadanos que la
Revolución francesa había convertido en norma eran en realidad pesados, caros e
ineficientes. Un ejército profesional bien entrenado y equipado con la tecnología
más avanzada era siempre superior a otro de reclutamiento. Podía recurrir a
procedimientos más ágiles y no suponía una carga aplastante para la economía
nacional. (Calvo,2013:107)
Esta idea está presente hoy en día, con los ejércitos profesionales. La
idea que subyace es la de buscar una eficiencia y eficacia en el conflicto. Sacar
la máxima rentabilidad, algo que no se había hecho.
Oponiéndose al axioma de la batalla decisiva entre gruesos, el teórico
británico defendía que el principio esencial de la estrategia militar no era buscar
el punto más fuerte del adversario, sino evitarlo, concentrándose en sus puntos más débiles para sorprenderlo, agotarlo y desmoralizarlo. Para lograr ese
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efecto era necesario obligar al enemigo a dispersarse, aprovechando una movilidad superior y manteniendo la incertidumbre sobre los planes propios. Una
vez disperso y desorientado el adversario, se atacaban sus puntos más débiles,
logrando en ellos la superioridad local, y desequilibrando totalmente tanto su
despliegue, como el esquema mental de sus mandos. (Calvo,2013:107)
Para entonces, la idea de la guerra total se había afianzado no sólo en
Alemania, sino en la mayor parte de los ejércitos europeos. El desarrollo de
la aviación de bombardeo estratégico, impulsada por teóricos, como el italiano
Douhet, permitía llevar la acción bélica a la retaguardia enemiga, buscando
destruir su industria bélica o desmoralizar a su población.
Con ello la guerra llegaba a su máximo nivel de esfuerzo y violencia.
Todos los recursos del Estado se aplicaban a las operaciones bélicas, que además
tomaban como objetivo no sólo al ejército enemigo, sino también a toda su
población e infraestructuras. Se llegaba así a la guerra total, la que Clausewitz
consideraba irreal e inútil, pues la aplicación de la violencia en un grado absoluto
escapaba a la racionalidad propia de la gestión política. (Calvo,2013:109)
En la década de 1930, Alemania había tomado ventaja en la conducción
de las operaciones militares. Aprendiendo de sus experiencias al final de la
Primera Guerra Mundial, los responsables militares alemanes dedujeron que la
batalla en profundidad diseñada por Ludendorff sólo podría realizarse mediante
una masa de carros de combate que pudiese mantener su empuje durante un
tiempo suficiente. Pero evitaron caer en las exageraciones de los teóricos de
la época, y pensaron que la acción de los carros sólo sería sostenible si se la
integraba en un sistema más complejo. (Calvo,2013:110)
Sin embargo, y pese a sus impresionantes prestaciones operacionales y
tácticas, las fuerzas alemanas tenían una base muy endeble. Cuando estalló la
guerra en 1939 no estaban realmente preparadas, y lo peor era que la industria
militar alemana aun lo estaba menos. Faltaban recursos humanos, materias
primas, productos energéticos y base industrial para sostener un conflicto de la
magnitud que Hitler estaba planteando. Además, como en la Primera Guerra
Mundial, Alemania seguía en inferioridad de condiciones en el mar, y la flota
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británica hacía imposible el comercio marítimo.(Calvo,2013:110)
Todo esto son cuestiones resultado de cómo se enfrento el periodo de
entreguerras por parte de Alemania. Las acciones de la II Guerra Mundial, son
el producto de la maquinaria que se había puesto a trabajar al término de la
primera.
Pero los esfuerzos alemanes nunca se centraron en esa batalla de naturaleza económica, que terminaría por resultar más importante de lo que Hitler
creía. Por el contrario, los éxitos iniciales de la blitzkrieg en operaciones aeroterrestres no sirvieron más que para infundir en el dirigente alemán una confianza
suicida en sus posibilidades.(Calvo,2013:110)
3; IMPORTANCIA DE LA FABRICACIÓN DE CELULOSA Y SU IMPORTANCIA EN EL CONFLICTO
La fabricación industrial de aceto-celulosa se intensificó mucho durante
la I Guerra Mundial. En Francia que se obtenían algunas toneladas por mes en
1913, llego a producir al final de la guerra hasta 68 toneladas y a 95 el total de
la obtenida por todos los aliados.
En 1913 Alemania consumía 35 millones de metros cúbicos de madera de
los cuales 20 procedían de bosques nacionales, 2 millones de Austria y Hungría y
13 millones de Rusia. Al entrar en la guerra tenía un déficit bastante importante,
que cubrió con la madera que aportaban los bosques de Polonia, Lituania y
Curlandia. Con estas invasiones se restableció la situación en la guerra a favor
de Alemania.
El consumo de madera venía derivado, de la necesidad de celulosa, y en
el caso de Alemania la celulosa, la fibra, se extraía de madera. La celulosa no
se extrae en exclusiva de la madera, son distintas fibras las que la producen, y
no todos los países obtenían esa fibra a partir de madera.
Cuando el algodón fue declarado por la Entente como contrabando de
guerra, se reemplazó por la pasta de madera en la fabricación de pólvoras de
nitrocelulosa. De ahí el aumento en consumo de madera. El nitrado de fibras
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se hacía sobre algodón, pero pasa a realizarse sobre otras fibras. El nitrado era
uno de los usos más importantes de la celulosa, aunque no el único.
El nitrato de celulosa, nitrocelulosa, fulmicotón, Celuloide o algodón
pólvora fue sintetizado por primera vez en el año 1845 por Christian Schönbein.
Se emplea en la elaboración de explosivos, propulsores para cohetes, celuloide
(base transparente para las emulsiones de las películas fotográficas) y como
materia prima en la elaboración de pinturas.
La nitrocelulosa es uno de los explosivos plásticos más baratos. Es rígido
y resistente al impacto. Admite técnicas finales de corte y mecanizado (evitando
sobrecalentamiento). Es muy estable en comparación de la nitroglicerina, incluso es más estable que la pólvora.
Tenemos que tener presente que esa pasta de madera no solo se usó
para la fabricación de pólvoras, que es sin duda la cuestión más trascedente en
la guerra. Se usó de manera bastante extendida en la fabricación de cuerdas
de papel, sacos terreros para las trincheras, con la pasta prensada de madera
se hicieron conducciones de gas, de aire caliente y de aire comprimido. Los
informes al Ministerio de la Guerra español, reflejaban todas estas virtudes del
uso de la celulosa. Se señala que incluso llegó a utilizarse como alimento para
el ganado, aunque esto no dio muy buen resultado.
En España se utilizó para la medicina, además del obvio uso que tuvo
para la industria papelera. En medicina como sustitutivo del algodón hidrófilo.
Este tipo de algodón suponía un ahorro importante. En los hospitales alemanes
en 1914 el precio medio de algodón hidrófilo en el comercio al por mayor estaba
entre 3,25 a 3,50 pts el kilo y el algodón de madera, aun pagando derechos de
aduana y demás costaba sobre 1 pts el kilo, como se refleja en los informes del
Farmaceútico Mayor.
Para la obtención de la celulosa a principios del siglo XX se empleaban
distintos tipos de maderas y de plantas. Como se señala en el informe emitido
por la Sección de Movilizaciones, en relación con la importancia de la celulosa
para España. Lo habitualmente utilizado era: varias especies de Piceas, el
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Pino Balsámico, el blanco, Arce, Castaño, Abedul, Haya, Cedro, Tilo, Álamo,
Esparto, Plátano, Abeto y el Tojo (Ulex Europeus). Tras distintos estudios se
acabó concretando que era el Pinus Insignis (Doug), de una madera muy blanda
cuando se seca y del que se extrae un porcentaje mucho más alto de celulosa.
Luis Bescansa el Farmacéutico mayor, señaló la celulosa como una de
las producciones por las que más se debía de preocupar el estado, ya que era
clave y decisorio en un conflicto. En el informe, se hablaba del caso de la
celulosa derivada de la paja de arroz que fue utilizada para la pólvora “Príncipe
de Asturias” en la fábrica de Murcia, pero como el resultado no había sido el
esperado.
4; SOCIEDAD NUESTRA SEÑORA DE LAS ANGUSTIAS
El nacimiento de esta sociedad tiene un carácter peculiar, y es que
desde su proyecto el 1918, da la sensación de que nace con la idea de que más
temprano que tarde iba a pertenecer al estado, sería pública, o se convertiría en
clave imprescindible.
La zona en la que se enclava la fábrica, era el centro de una zona pobre
a nivel agrícola en comparación con sus alrededores, pero muy rica en esparto.
Todo el esparto de la zona estaba siendo recolectado y enviado a Gran Bretaña
donde se transformaba en fibra, en celulosa. Esto a Gran Bretaña en la contienda
le supuso una ventaja.
Gran Bretaña, utilizaba el sistema inglés de obtención de celulosa a
partir de esparto. El esparto que había en la zona norte de Granada, Almería,
Murcia y Jaén, tenía unas características que lo hacían mucho más adecuado
que otros. Tal fue así que era exportado. Hasta que llego a la zona un grupo de
inversores, que llevados por las ganancias que estaban dejando las azucareras en
Granada, se decidieron a invertir, y producir la celulosa que estaba produciendo
Gran Bretaña.
Esto a Gran Bretaña no le sentó muy bien, desde ese momento se tuvo
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que trasladar a obtener esparto a otras zonas como Argelia. Pero quedaba para
España la producción de celulosa, y la posibilidad de nitrocelulosa, a partir de
una fibra vegetal que no escaseaba.
En todo esto no tenemos que perder de vista, que la fábrica más importante de munición de pólvora, estaba en Granada, en el Fargue. La demanda
de nitrocelulosa en el periodo de entreguerras fue muy alto, y con el nacimiento
de la Fábrica de Pasta de Papel, se aseguraban el suministro.
Por estos motivos de idoneidad y necesidad de este material, es por lo
que tras ver el nacimiento y siguientes pasos de esta sociedad, es que llama sobremanera la atención el como llego a nacer y desarrollarse. La visión empresarial
de sus fundadores fue un acierto.
La Sociedad de Nuestra Señora de las Angustias pidió ser declarada de
utilidad para la Defensa Nacional, y por tanto auxiliada en la forma en que
se determinara conveniente. La nacionalización de esta no se llevo a iniciativa
del estado, si no que al ampara de la ley de nacionalizaciones que propugna
Primo de Rivera, solicita el ser nacionalizada, a los pocos años de comenzar su
andadura.
Tal sociedad tenían su domicilio en Granada, calle de Puentezuelas
número 24 y el Presidente del Consejo de Administración que movilizó y realizó todas las gestiones fue Manuel Fernández-Figares Castella. Este y otros
más inversores de la zona de Granada, era natural de Madrid, y acudío al calor
que daban las muchas fábricas azucareras que estaban naciendo.
Tal sociedad estaba compuesta de dos núcleos importantes por llamarlo
de alguna manera. Contaba con una fábrica de fibra de esparto en el municipio
de Benalúa de Guadix (Granada) y una Central Eléctrica en el rio Dilar, que
daba electricidad a la fábrica.
- Fábrica de fibra de esparto para papel
Situada en la provincia de Granada a 80 km. de la Capital y a 5 km
de Guadix, en el término municipal de Benalúa de Guadix se encontraba la
Fábrica de Celulosa de Esparto. A nivel de comunicaciones en 1926 la fábrica
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por ferrocarril se encontraba muy bien comunicada.
Guadix es el centro de unión de las líneas férreas de Granada-Guadix,
Guadix-Almería, Guadix-Baza y Águilas y Guadix-Linares, por lo que a nivel de
comunicaciones la fábrica estaba en un enclave importante, teniendo presente
que la fábrica estaba unida por una línea de ferrocarril con la propia estación
de Benalúa.
A nivel de importancia de comunicaciones queda patente su importancia, pero a eso debemos sumar el que estaba enclavada en la zona más importante
española de esparto. Era la zona en la que el rendimiento de celulosa era más
elevado. La zona es la comprendida entre las provincias de Granada, Almería y
Murcia, como decía antes. El emplazamiento de la fábrica buscaba la cercanía
de su materia prima, el esparto. Destacar también como en la zona se podía
disponer del agua suficiente para este tipo de industria.
La fábrica empezó a producir en septiembre de 1.922. Ocupaba en
1926 una superficie de 39.045 m2 de los cuales estaban edificados 4.550 m2 , en
diferentes edificios y departamentos, incluidos laboratorios y despachos, todos
dispuestos en forma de U, situando en el centro las máquinas de vapor, para
poder perder la menor presión en el uso de la fuerza de este.
Toda la fuerza necesaria para el movimiento de los distintos órganos de
fabricación, así como para el funcionamiento de las baterías de los electrizadores,
la suministraba una central eléctrica construida en el rio Dilar (Granada), la
cual también era propiedad de la Sociedad Nuestra Señora de las Angustias. La
energía llegaba por una línea trifásica de 57 km construida con las técnicas más
modernas de construcción en hormigón, del momento.
El proceso de fabricación de la celulosa comprendía diferentes etapas.
Dentro de la fábrica había espacios dedicados al almacenaje de este, que llegaba
recogido del campo en haces, esperaba entrar en el proceso en espacios al aire
libre hasta que entraban en el proceso de fabricación.
El proceso constaba de:
o Cortado y limpieza del esparto
o Elevación del producto pro su carga a los autoclaves de cocción
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o Cocción
o Lavado
o Trituración
o Limpieza de raíces y cuerpos extraños
o Cloruración
o Lavado
o Clasificación
o Blanqueo y nuevo lavado
o Formación del cartón
o Secado y empaque
La primera entrada era la cortadora de esparto. Tras esto por medio
de ventiladores se eleva el esparto cortado a la parte alta del edificio, donde
estaban los aparatos de lejiado. Los lejiadores son grandes calderas verticales
donde se cuece el esparto, y a la salida separan el esparto de la lejía de sosa con
la que ha sido cocido. De aquí el esparto cocido iba a los trituradores por cinta
transportadora.
Tras la trituración se pasaba al lavado. Había seis depósitos de hormigón
armado destinados al lavado de la pasta. Los tres primeros se destinaban al
primer lavado, los otros tres al segundo lavado de la pasta. Desde las lavadoras la
pasta iba al desarenador. Este era un canal de cemento en zig-zag con pendiente
continua, que por decantación busca eliminar las impurezas que acompañan a
la pasta.
Desde aquí una bomba volumétrica lleva la pasta al clorado. Los cloruradores eran unos depósitos de cemento armado con unas hélices internas que
obligan a la pasta a mezclarse con el hidrato de cloro. De los cloruradores se
lleva la pasta a las lavadoras para realizar un proceso igual al que se da a la
pasta a la salida de los trituradores. A la salida de las lavadoras se pasa a los
clasificadores. Los clasificadores separan la pasta por sistema centrífugo y eje
horizontal y de ahí pasaba cada uno de los grupos de pasta al blanqueado.
Las blanqueadoras son grandes depósitos en los que se mezcla la pasta
con hipoclorito. Tras la mezcla se lava la pasta resultante a la que se le quita el
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exceso de cloro. Tras esto hay un depósito de espera para el secado de la pasta.
La nave del secado se encargaba de que la pasta desleída en el agua se separe,
y al final de esta hay una prensa que reduce la pasta a una hoja ya consistente,
aunque con mucha agua aún. Así que volvía a pasar por dos prensas y así al
secado ya propiamente dicho.
- Las necesidades
La cantidad de celulosa estaba determinada por la necesidad de atender
al municionamiento de unas 1.200 piezas de artillería, 200.000 fusiles y 1.600
ametralladoras con las que contaba el ejercito en cuentas aproximadas en aquél
momento de los años veinte del siglo pasado.
A razón de 25 disparos de consumo medio diario por pieza de 7,5 cm de
campaña, 15 por piezas de calibres superiores, hasta el de 15,5 cm y 75 cartuchos por fusil y 6.000 por ametralladora o fusil ametrallador, podía calcularse
aproximadamente en unas 60 toneladas de celulosa, sin contar lo que pidiera la
Marina, o el resto de cuerpos del ejército.
Según los informes, la fábrica de Benalúa podía fabricar 20 toneladas de
pasta en 24 horas, por lo que aunque no cubriera por completo las necesidades
en las condiciones en las que producía antes de la nacionalización, era una
producción muy importante ya nada desdeñable para el Estado.
La fábrica no solo producía pasta, también generaba productos químicos. Se planteaba por parte del estado que en las futuras guerras, iba a jugar un
papel muy importante todo lo relacionado con la química y la llamada guerra
química. Por este motivo también se nacionalizó la fábrica de Productos Químicos de Alfonso XIII, y se creo la Escuela de Guerra Química, la actual Marañosa.
En tiempo de guerra las necesidades de cloro superarían según los planteamientos a la capacidad de la fábrica del estado, por lo que venía bien el tener más
recursos, como era contar con la fábrica de Benalúa.
Los informes remitidos por parte de las comisiones eran favorables, era
necesario contar con un informe que correspondía al Consejo de la Economía,
para conocer la situación económica de la sociedad, para llevar a cabo la na17
cionalización solicitada y beneficiosa para ambas partes.
- El auxilio del estado
La declaración de utilidad por parte de la defensa nacional, fue solicitada
como trámite previo para que el estado pudiera auxiliar posteriormente a la
sociedad, mediante un anticipo reintegrable de 1.944.832 pts.
Se estableció en las prioridades de estado, lo relacionado con la celulosa
y la química, que hasta que no se obtuviera en España la celulosa necesaria
para cubrir las necesidades del ejército, no estaría resuelto uno de los problemas
primordiales de la defensa nacional.
El Consejo Económico Nacional, estableció, que según el informe del
Jefe de la comisión de Movilización de Industrias Civiles de la 2ª región, la
fábrica de Benalúa podía fabricar 20 toneladas de pasta de celulosa diarias,
por lo que las necesidades militares permitían hacer extensiva la protección del
estado a toda la producción principal de la fábrica.
5; PROCESO DE NACIONALIZACIÓN
En el nacimiento de esta sociedad de Nuestra Señora de las Angustias,
y en especial de la fábrica de espartos, subyacía la idea de la necesidad que por
parte de estado había de tener los recursos necesarios, en el momento en el que
se entrase en guerra. Algo tan importante como la pólvora, que se había revelado determinante en la Primera Guerra Mundial, hacía que desde la iniciativa
privada se buscara ocupar esa oportunidad.
Tras la creación de la fábrica de esparto en torno a 1918, teniendo su
primera Junta de Accionista en 1921, y su puesta a prueba de funcionamiento,
el 17 de diciembre de 1.927 se presentó una solicitud a la Dirección Superior
Técnica de la Industria Militar Oficial, solicitando ser declarada de utilidad
para la defensa nacional y ser por tanto auxiliada por el estado.
En ese momento Manuel Fernández-Figares Castella, como presidente
del Consejo de Administración de la Sociedad de Nuestra Señora de las Angustias, realizó la solicitud para tal sociedad, esperando ser auxiliada por el estado
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en la forma que se determinase. Tal solicitud se acompañó de unos informes
pormenorizados de la situación de la sociedad.
Tras dicha solicitud se estimó por parte del Ministerio de la Guerra que
sería necesario el realizar una visita de inspección a la fábrica por el personal
de la Comisión de Movilización de Industrias Civiles de la 2ª región. En aquella
visita no solo se buscaba hacer un reconocimiento visual, como era obvio, había
algunos datos, que se buscaban, datos que no se expusieron en el informe de
solicitud, como fueron las dificultades e incidencias con las que contaron y la
situación actual con respecto al valor técnico de las instalaciones.
A pesar de todo esto, el interés por parte del estado en la adquisición de
este tipo de fábricas era muy alto. Así que el Comandante en Jefe de la Sección
de Movilizaciones vio conveniente que se desarrollara todo lo correspondiente
para poder desarrollar tal comisión durante 4 días.
El 6 de febrero de 1928 el Jefe de la Comisión de Movilización de Industrias Civiles de la 2ª región, visitó la fábrica de Benalúa. En el informe emitido,
la declaración de utilidad, desde el punto de vista de la defensa nacional, era
solicitada como trámite previo para que el Estado pudiera auxiliar a la sociedad,
mediante un anticipo reintegrable de 1.944.832 pts, que fue la forma de protección que la empresa consideraba imprescindible para resolver la crisis económica
y salvar la industria.
El Jefe de la Comisión resolvió toda la cuestión de la solicitud, al punto
concreto de si la industria de la celulosa de esparto, con los subproductos correspondientes, era útil o no para la defensa del país. Reducida así la cuestión,
el Jefe resolvió que era evidente que la industria de la celulosa de esparto era,
en España, no solo útil, sino una de las industrias básicas de las fabricaciones
de guerra. Para la pólvora era necesaria celulosa, del algodón, de madera o de
esparto. En España había poco algodón y era muy caro, y la de madera no es
tan efectiva.
Se señala como esa celulosa de esparto ya había sido utilizado en la
Fábrica de Pólvoras del Fargue en Granada, en la obtención de nitrocelulosa
y de pólvoras tan buenas como las del algodón pero a un precio mucho más
19
asequible, siendo declaradas reglamentarias.
Esta fábrica fue declarada por esta comisión de alta importancia para
el ejército, aunque era también importante esta para otras industrias cono las
de celuloide, tejidos de seda artificial, etc.
Lo más importante del informe era la determinación de que la celulosa
obtenida del esparto era de aplicación directa para la defensa nacional, era
fundamental el uso de esa celulosa, así como el cloro que se producía en la
fábrica.
Las ideas principales fueron enviadas al Presidente del Consejo de Ministros, para que se determinara su auxilio y la forma de este el 17 de julio de
1.928
6; CONCLUSIONES
La situación económica de la Sociedad de Nuestra Señora de las Angustias no permitía atender por ningún medio a los nuevos gastos que esta transformación originaba. Y fue a su petición por la que fue nacionalizada, pero no
podemos perder de vista que posiblemente desde su creación ya contaba con esa
nacionalización. Quien es el fundador de esta empresa, era un hombre bien relacionado con las autoridades del país en España, y es de suponer que conocía las
necesidades de celulosa y la necesidad que se planteaba por parte del Ministerio
de Guerra.
España necesitaba munición para el material que movía su ejército.
Mientras no se obtuviera en España la celulosa necesaria para cubrir las necesidades propias, del ejército, España se encontraba en una situación de clara
desventaja frente a la futura guerra. Eran cuestiones elementales y muy concretas de la Defensa Nacional.
Así se decidió la intervención por parte del estado. La importancia que
se le reconocía era la producción de pasta de papel para posteriormente producir
nitrocelulosa, buscando asegurar la producción de pólvora en caso de guerra.
Por tratarse de una industria de las clasificadas como necesarias e insuficientes, se creyó que era de los casos en los que el Estado debía de acudir con
20
su ayuda para impedir que fracasase por completo una industria importante en
la Defensa Nacional.
Es la I Guerra Mundial, el primer conflicto en el que los estados tuvieron
que intervenir sobre sus propias economías, para poder atender a las demandas
que se producían. Se controló bastante la economía, en comparación con lo que
se había tenido hasta la hora.
Son muchos y deferentes los casos, Alemania obligó a cultivar las tierras
comunales y en Inglaterra, el estado estableció multas al terreno baldío. En
lo referente a la producción industrial, experimentó un cambio y crecimiento
importantes. La industria metalúrgica para la fabricación de armamento se
desarrolló de manera extraordinaria. Tras la guerra destacó también el crecimiento de la industria química, se abría paso la segunda revolución industrial.
Las empresas beneficiadas con la guerra fueron una serie de nuevas industrias
que proveían bienes y servicios al ejército.
La economía de guerra que se estaba llevando a cabo, obligó a las autoridades a fijar cupos de importación, fijar precios y crear organismos de distribución de alimentos. En el caso del algodón, por el tema de le celulosa incluso
se llego a tratar de contrabando.
Todo el conflicto supuso un aumento de gasto público para los estados,
para poder financiar el desarrollo de la guerra. Esto revolucionó el sistema
económico, no solo a nivel interno de cada uno de los países, si no a nivel
internacional por los prestamos y acuerdos.
La guerra supuso el desarrollo y la expansión a nivel internacional de
algunos países y la entrada en desgracia de otros, como fue el caso de Alemania.
Lo que si supuso para todos, es que con el fin de esta, se esperaba un segundo
conflicto y que como se entendían los conflictos hasta la hora había cambiado.
Era el momento de adaptarse al futuro, y para España, el futuro era lo químico.
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