Sociales 1º ESO. Resumen tema 11 La Grecia Clásica Introducción En todo el territorio que baña el mar Egeo, es decir, lo que hoy día es Grecia, las islas del mar Egeo y las costas de Turquía (que ellos llamaron Asia Menor) se asentaron desde la edad del bronce diferentes pueblos (micénicos, aqueos, dorios, jonios, etc.) formando una nación que ellos llamaban Hélade, y a sus habitantes helenos o griegos. El territorio de Grecia es muy montañoso, por lo que las comunicaciones por tierra son difíciles. Esto, unido al escaso rendimiento agrícola, hizo que los griegos prefirieran convertirse en excelentes marineros y comerciantes. 1.- Las primeras polis La separación de los territorios griegos favoreció que cada trozo de terreno, valles, islas etc., formase un pequeño Estado independiente, que recibieron el nombre de polis, que comprendían una ciudad y las tierras que la rodeaban, parecido a las ciudades-estado de Mesopotamia. Aunque todos ellos hablaban el mismo idioma, tenían la misma religión y compartían el sentimiento de pertenecer a una misma cultura. Durante el período entre los siglos X al VII a. C. se crearon las principales polis. Algunas importantes fueron: Atenas, Esparta, Corinto, Tebas, Argos, Micenas, Delfos, Olimpia, Mileto, Éfeso y Troya (Ilión). Estas polis vivían sobre todo de la agricultura, por lo que los propietarios de las tierras acabaron siendo los más importantes y controlaron el gobierno de la ciudad. Este gobierno de los más poderosos se conoce como Aristocracia. Durante este período se publicaron códigos de leyes, se inventó la moneda, y una ciudad, Esparta, que tenía el mejor ejército, se convirtió en la más poderosa. 2.- Las colonizaciones En los siglos VII y VI a.C. los griegos realizaron grandes emigraciones, fundando colonias. Las causas de estas emigraciones fueron: * Un gran aumento de la población. * La escasez de tierras cultivables. * Luchas sociales entre ricos y pobres. * El espíritu comercial y navegante de los griegos. Se iniciaron como viajes comerciales, pero después se fundaron ciudades (colonias) que se ocuparon de forma permanente y que mantenían vínculos comerciales con la ciudad de la que provenían, o metrópolis. Los griegos se expandieron tanto por el Mediterráneo como por el mar Negro. Algunas de las principales colonias fueron: La Magna Grecia, que es como llamaron ellos al sur de Italia y la isla de Sicilia, con ciudades como Tarento, Mesina o Siracusa; Massalia (Marsella) en la Galia; Rodhe (Rosas) Emporion (Ampurias) Hemeroskopeion y Mainake en Iberia; Cirene y Náucratis en Egipto; y Bizancio en el Bósforo. La expansión griega se vio frenada por el empuje de otros pueblos a finales del siglo VI a. C.: fenicios y cartagineses en el Mediterráneo occidental, etruscos en Italia, y persas en Asia Menor. 3.- La democracia Una de las grandes aportaciones de la cultura griega fue un nuevo sistema de gobierno conocido como democracia (que significa “gobierno del pueblo”). El desarrollo del comercio provocó la aparición de nuevos grupos sociales ricos que deseaban intervenir en el gobierno. Así, se llevaron a cabo unas reformas en el sistema político que concluyeron con la aparición de la democracia. Los ciudadanos de Atenas se reunían en una Asamblea (Ecclesía) para aprobar las leyes y elegir a los magistrados, que eran los que dirigían la ciudad, siendo elegidos por períodos de un año. Entre los magistrados estaban los tesoreros, los arcontes (jueces) y los estrategas (jefes del ejército). Esta asamblea también escogía el Consejo de los Quinientos o Boulé, que se encargaba de hacer las leyes. Pero ésta era una democracia limitada, pues no participaban todos los habitantes de Atenas. En Atenas había varias clases de personas: * Ciudadanos: eran los hombres de Atenas, nacidos de padre y madre ateniense, y mayores de edad (20 años). Sus familiares, mujeres y niños, no se consideraban ciudadanos y no podían votar ni formar parte del gobierno. * Los metecos: eran los extranjeros que residían en Atenas (de otros países o griegos, aunque no de Atenas). Pagaban impuestos y formaban parte del ejército, pero no podían votar ni ser elegidos gobernantes. * Los esclavos: ni siquiera eran considerados personas, sino como instrumentos, y trabajaban muy duramente toda la vida para su dueño. Por consiguiente, sólo tenían derecho a participar una décima parte de los habitantes, aproximadamente. Y, en realidad, nunca se juntaban todos a la vez en la Asamblea, lo más que acudían eran unos 6000. Pero no deja de ser un importante paso en la Historia el hecho de que por primera vez se eligiese a los gobernantes por votación. 4.- El esplendor de Atenas A partir del siglo V a.C., la ciudad de Atenas fue la polis más poderosa, rica y culta del mundo griego, gracias sobre todo al comercio y a un nuevo tipo de soldados, los hoplitas. Atenas salió vencedora en las tres Guerras Médicas, que la enfrentaron al Imperio Persa durante cuarenta años (destacando las batallas de Maratón, Salamina y las Termópilas). Después de esa victoria, muchas polis e islas buscaron la protección de Atenas, formando una unión militar y comercial llamada la Liga de Delos, que, aunque empezó siendo una alianza, acabó convirtiéndose en un imperio dominado por Atenas. Ese poderío de Atenas entró en conflicto con los intereses de otras polis como Esparta y Corinto, lo que acabó provocando unas guerras entre ellas, llamadas Guerras del Peloponeso, a finales del siglo V a.C., en las que Atenas fue vencida y todas las polis quedaron arruinadas. Durante casi todo el siglo V a.C. el personaje más importante de Grecia fue Pericles, tanto que a este siglo se le suele llamar “el siglo de Pericles”. Tras las guerras Médicas, Pericles supo rodearse de filósofos y artistas, llevando a cabo la reconstrucción y el embellecimiento de la Acrópolis de Atenas. Favoreció el desarrollo pleno de la democracia, siendo él mismo elegido dirigente durante largos años. También fue el artífice del poderío de Atenas en la liga de Delos. Murió a causa de la peste durante las guerras del Peloponeso. 5.- La Grecia helenística Al acabar las guerras del Peloponeso, las polis griegas habían quedado muy debilitadas. Aprovechando esta situación, Filipo, rey de Macedonia, (una región al norte de Grecia que los propios griegos consideraban semi-bárbara) conquistó todas las polis griegas y se hizo el único jefe de Grecia. Filipo fue asesinado, pero su joven hijo Alejandro, de 20 años, continuó la labor de su padre e inició una gran hazaña: la conquista del enorme y rico imperio persa. Apoyándose en un disciplinado ejército (falanges) y en sus grandes cualidades como estratega, en sólo diez años Alejandro derrotó al rey persa Darío, conquistó su gran imperio y llegó hasta la India. Fundó varias ciudades a las que llamó Alejandría, la más famosa la de Egipto, donde fue proclamado faraón, y finalmente se estableció en Babilonia, pero allí enfermó y murió a los 33 años de edad. Aún hoy resulta sorprendente que el pequeño ejército macedónico conquistara Persia. La fama de Alejandro en su época fue tal que era considerado un dios viviente y fue llamado Alejandro Magno (o sea, Alejandro el Grande). Tras la muerte de Alejandro sus generales se dividieron su Imperio fundando diferentes reinos, conocidos como reinos helenísticos. Los más destacados fueron Egipto, Macedonia y Siria. La cultura griega se mezcló con la de oriente y a esa mezcla la llamamos cultura helenística. Los reinos helenísticos vivieron tiempos de gran prosperidad económica, pues las conquistas de Alejandro abrieron muchas rutas comerciales. Siglos más tarde, pasarían a formar parte del Imperio romano.