CREANDO LA MAGIA, CUMPLIENDO LOS SUEÑOS El frío del mes

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CREANDO LA MAGIA, CUMPLIENDO LOS SUEÑOS
El frío del mes de diciembre, llega puntual como todos los años, los días son
más cortos, las noches más largas, en las casas se precisa calefacción para
combatir el relente, apetece acostarse temprano, sentir el calor del abrigo de la
cama, donde todo parece protección.
Y puntual como diciembre, llega también la festividad de la Navidad, seguida de
las de Año Nuevo y Reyes.
Se decoran calles y hogares, los establecimientos ofrecen su mejor aspecto
recordando a los viandantes que es tiempo también de obsequios, de regalar
pequeños o grandes detalles que entregar a las personas queridas, sin olvidar
especialmente, a los más pequeños de la casa…
La mirada llena de luz de los niños en estos días, es algo que se repite desde
hace muchísimos años; cada uno de ellos espera con ilusión, dependiendo del
lugar del planeta donde se encuentre a: San Nicolás, Papá Noel, Santa Claus,
el “Caganer” en Cataluña, el “Apalpador” en Galicia, y el “Olentzero” en el País
vasco, los Reyes Magos… con el sueño esperanzado de recibir juguetes que
previamente ha solicitado, escuchando atento, las leyendas de sus mayores
sobre el ritual a seguir para que depositen en su hogar, el juguete soñado.
La tradición se vuelve magia para los pequeños.
Es Magia! Si, para la inocencia maravillosa del niño, es magia!
Detrás de cada uno de los obsequios recibidos, está la historia personal de
quienes han cumplido con los sueños infantiles. Padres, tíos, abuelos.. Todos se
confabulan para que la magia navideña inunde de alegría a los menores da
cada hogar. ¿Todos?
No, muchos no pueden pensar en juguetes cuando lo que les falta es un
trabajo digno que les permita sufragar los gastos más esenciales del hogar.
Otros, tienen tantos problemas personales que sus hijos son derivados por
Consellería de Bienestar Social y de Justicia a centros de acogida de menores a
fin de que tengan una situación de amparo y protección.
Y para los dos casos expuestos como ejemplo, también esos niños creen en la
magia navideña, también sueñan con el juguete, también esperan llegar
pasadas las fiestas contando en el colegio la ilusión por lo recibido.
Y en Emaús, nosotros contamos con la Magia en mayúsculas que todas las
personas buenas que nos conocen y ayudan hacen por nosotros. Así, llegan
cantidad de fiestas y actividades dedicadas a estas fiestas: Nos visitan decenas
de Papá Noel, con sus vestidos rojos y sus largas barbas blancas, unos andan,
y muchos otros llegan montados en hermosas Harley Davidson, en su cara una
gran sonrisa en sus manos, un regalo para alguno de los niños y en su corazón,
Amor!.
Cenas, ferias, meriendas, juegos de magia, todo les parece poco a quienes nos
ayudan para poder llevar la felicidad a nuestros centros.
Actividades desarrolladas durante todo el año, para conseguir recursos para
estas fechas; complicidades con los educadores sociales para conocer el
juguete que cada niño desea y espera, y sabes amigo lector, muchas veces es
más emotivo ver la cara de felicidad del que llega con el regalo, que la del
propio niño que está extasiado contemplando la magia tan de cerca: Un Papá
Noel, le da la mano, le pregunta, le sonríe, le da un regalo…
Esas personas buenas saben, y lo saben muy bien, que en Emaús compartimos
cuanto tenemos con aquellos que lo necesitan. Saben que pensamos en los
hijos de los que precisan de la ayuda de Cáritas en este momento, también en
los diferentes pueblos donde estamos presentes con centros de acogida, nos
solidarizamos con el Dpto. de Servicios Sociales del municipio. Nosotros como
todos los adultos que desean la sonrisa feliz de un niño, lo que recibimos lo
compartimos con quienes también lo necesitan…
Magia! Que ningún pequeño se quede sin juguete!
Y así, independientemente del “Mago” al que le han pedido el regalo, todos
aquellos niños que de una u otra manera configuran el universo de nuestras
ocupaciones y devociones, recibirán la alegría de la fiesta.
Recibirán un presente que suavice la situación precaria de sus parientes, que al
ver en los ojos de los más pequeños la felicidad, vivirán con esperanza para
que la magia de las fiestas les alcance también a ellos.
También en Emaús, tanto para las mujeres víctimas de violencia, los
discapacitados psíquicos y las personas mayores que dependen de nosotros,
hacemos posible la ilusión de las celebraciones, también ellos reciben
alborozados a Papá Noel y a los Reyes Magos, ellos por unos días, unas horas,
lucen también miradas de ilusión ante las visitas reales. Miradas que seguro, les
llevan a su infancia, cuando la ignorancia de la inocencia infantil, vibraba de
ilusión ante lo desconocido.
Magia. Sueños. Ilusión. Esperanza.
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