Panorama General El corazón de un líder requiere de un amor que se involucre en las luchas y problemas que sus seguidores enfrenten en la vida, un amor que confrontará con la seguridad que proviene del conocimiento de Dios y sus propósitos en nuestras vidas. Para llevar a cabo el propósito de formar líderes, el formador de líderes debe tener: Un claro entendimiento de la naturaleza del liderazgo Una sana conciencia de sí mismo Relaciones profundas La habilidad para confrontar El valor de tomar decisiones firmes en amor La disposición a ser vulnerable La disposición a humillarse uno mismo Claridad de visión Una comprensión de la verdad La disposición de arriesgarse al rechazo El discernimiento de los corazones de los demás La sensibilidad para saber cómo responder a los demás Principios Fundamentales Los líderes deben entender lo que es el liderazgo. El liderazgo es la acción de influenciar/servir a otros en base a los intereses de Cristo en sus vidas, a fin de que puedan cumplir con los propósitos de Dios para y a través de ellos. La influencia proviene de servir por medio de: Moldear Instruir Exhortar Evaluar Confrontar Ejercitar Liberar La influencia que no procede de: Enseñorear Menospreciar Manipular Amenazar Evitar Competir Controlar Servir Un liderazgo de siervo es un compromiso radical de servir a Cristo en la vida de cada seguidor, que impulsa al líder a actuar en amor con verdad, sin importar el costo que represente para él (Mateo 20:26-27; Juan 13:16; Filipenses 2:5-11; 2 Corintios 4:5). El líder se enfoca en los propósitos de Dios para y a través de los seguidores. El propósito de Dios para los seguidores, es que crezcan a la semejanza de Cristo, y el líder es uno de Sus instrumentos más importantes para guiar a los seguidores a volverse más y más como Cristo. El propósito de Dios a través de los seguidores, es participar con Él en cumplir la Gran Comisión de acuerdo con sus dones y oportunidades. El líder se enfoca tanto en lo funcional como en lo fundamental en la vida de los seguidores. Lo funcional se refiere a las tareas asignadas a los seguidores y su competencia a la luz de los dones, conocimiento, y habilidades desarrolladas. Se refiere a las capacidades de los seguidores. Lo fundamental se refiere al carácter de los seguidores, al centro de la esencia su ser en el que todos verdaderamente se apoyan. Lo fundamental determina que tan bien funcionan el líder y los seguidores. Tiene que ver con su carácter, esto es, quien ejercita el conocimiento y habilidades para llevar a cabo la visión. Tiene que ver con sus motivos, esto es, por qué hacen lo que hacen. 1 Tiene que ver con sus acciones, esto es, lo que hacen (por ejemplo si es que confrontan, evitan, perdonan, ignoran, exhortan, mienten, hacen trampa, roban, dicen palabras ásperas). Tiene que ver con sus métodos, esto es, cómo hacen lo que hacen (por ejemplo, usar un método que comunique libremente, o buscar mantener el poder en ellos mismos, sacrificar su propio reconocimiento, o hacer de ello una plataforma para sí mismos). Tiene que ver con su situación, esto es, dónde actúan (por ejemplo, actuar apropiadamente en público de tal manera que el líder y los seguidores demuestren una sabiduría que es apropiada para el momento, o viviendo en privado lo que ellos proclaman en público). Tiene que ver con sus tiempos, esto es cuando ellos actúan basados en la profundidad de relación que tienen con los seguidores, la necesidad del momento, la lección en particular que ellos buscan enseñar, y la necesidad en sus seguidores que debe ser atendida antes que ellos puedan volverse cada vez más efectivos en servir a Cristo. Cuando lo fundamental y lo funcional se integran consistentemente, líderes y seguidores mostrarán una inusual semejanza a Cristo. En un sentido muy real, el carácter controla la capacidad. El liderazgo no es solo llevar a cabo algo; el liderazgo es hacer que alguien crezca. A última instancia, el liderazgo se trata tanto del desarrollo del liderazgo y la formación del líder, como del acto mismo de guiar. Guiar es saber dónde quieres ir y lograr que otros vayan allí contigo. Guiar es llevar a cabo una visión. Pero el liderazgo trata de algo más allá de esto. Lograr llevar a cabo una visión y agotar a los seguidores es fracasar como líder. Lograr llevar a cabo una visión y edificar a los seguidores es tener éxito como líder. Si buscas el desarrollar el liderazgo (desarrollar el conocimiento y la habilidad) y la formación del líder (desarrollo del carácter) en la acción de llevar a cabo una visión específica, obtendrás algo más que el cumplimiento de la visión. Los líderes deben tener una sana conciencia de sí mismos. Los líderes deben tener una sana conciencia de sí mismos que transmitan a sus seguidores. Esto significa que los líderes Deben pensar de sí mismos de una manera apropiada y enseñar a sus seguidores a hacer lo mismo. Los líderes deben pensar de sí mismos como líderes de una mente renovada. Para hacerlo, deben entender varias realidades críticas: Una nueva identidad (Romanos 6:1-14) Una nueva fuente de recursos (Juan 15:1-11) Corazones endurecidos (Marcos 6:52-8:33) Un nuevo poder (Efesios 5:18) Una nueva vida (Romanos 6:4; 8:1 en ad.) Un nuevo papel (Juan 13:1-17) Una mente renovada (Colosenses 3:1-2) Un nuevo ser (Romanos 12:3 en ad.) Una nueva comunidad (Romanos 12:9-15:1) Un nuevo compromiso (Marcos 8:34) Una nueva esperanza (1 Pedro 1:13) Ellos deben entender que tienen todo para todo (11 Pedro 1:2-4) Los líderes y seguidores deben pensar de sí mismos a la luz de la manera en que Dios los haya dotado (Romanos 12:3). Dios le ha dado un don a cada creyente (Efesios 4:7 en ad.). Dios planea bendecir a cada creyente a través del ejercicio de estos dones (1 Corintios 12:6). Dios espera que líderes y seguidores utilicen sus dones de cuerdo a la gracia de Dios (Romanos 12:6-8). Los líderes son responsables de equipar a los seguidores en el ejercicio de sus dones (Efesios 4:11-12). Los líderes deben saber cómo Equipar a sus seguidores para ejercitar sus dones (Efesios 4:11) –reparar redes (Marcos 1:19), restaurar a los pecadores (Gálatas 6:1), restaurar lo dislocado. Desarrollar las habilidades de sus seguidores Delegar, evaluar, y mantener a sus seguidores con la rendición de cuentas. Observar, corregir, entrenar, redargüir y animar. 2 Lavar los pies - confrontar las necesidades de carácter y aún despedir a seguidores cuando sea necesario, sin importar cuán grandes habilidades puedan tener o cuántos seguidores pueda tener ese seguidor. Los líderes deben tener relaciones profundas Tú no puedes tener relaciones profundas con todos los que guías, pero todos los que estén en tu equipo o en tu esfera de responsabilidad deben tener alguna clase de relación profunda con un formador de líderes. Algunos serán más efectivos que otros como formadores de líderes, pero todos deben tener a alguien ante ellos que busque conocerlos hasta el nivel del corazón. Para conocer a alguien a nivel del corazón, debes conocer de la persona sus Temores Razones de enojo Sueños Necesidades de identidad donde ellos sientan inadecuados. El vacío que están tratando de llenar a través de logros. Aquellas cosas que los llevan a generar sus expectativas, tanto apropiadas como inapropiadas. Para conocer a alguien, elabora un ejercicio de ‘Historia de su vida’ en alguna parte de la mitad del primer semestre en el campo, utilizando los principios desarrollados por el Centro para el Liderazgo Cristiano. Los líderes deben tener habilidad para confrontar Necesitas determinar tu propia disposición para confrontar cuando debes hacerlo, a pesar de tu aversión a ello; conocer tus estilos primario y secundario. Entiende la confrontación bíblicamente, no cultural o personalmente. Revisa los diferentes modelos de confrontación para diferentes circunstancias. De un subalterno a un superior (Natán a David) De un superior a un subalterno (Jesús a Pedro, Jacobo y Juan) De igual a igual (Pablo a Pedro y Pablo y Bernabé uno al otro) Darse cuenta de que hay muchos niveles o clases de confrontación, desde una corrección gentil hasta un mandato directo. Entender el costo que tendrá el no confrontar y ver qué es más costoso, confrontar o no hacerlo. Los líderes deben tener el valor para tomar decisiones firmes en amor. El valor para tomar decisiones firmes en amor, se relaciona directamente con tu disposición para confrontar. El tomar una postura no siempre involucra confrontación, pero ciertamente puede llevar a ello. Con frecuencia, los seguidores quieren que su líder tome una postura aun cuando ellos argumenten una postura diferente. A veces ellos buscan el liderazgo de su líder, así como probar la disposición y el valor de sus líderes para cumplir su responsabilidad de guiar. Tomar posturas no significa que debas ser inflexible; el secreto para tomar posturas es saber lo que vale o no la pena para aumentar la tensión sobre ello. Asegúrate de que la postura que tomes es para el beneficio del crecimiento de la persona a la luz de lo definido, y que sea acorde con la visión y las metas, no solo por las políticas, tu preferencia o conveniencia. Los líderes deben estar dispuestos a ser vulnerables. La vulnerabilidad es la disposición a permitir que mis seguidores vean mis necesidades, mis temores, mis sentimientos, y mi crecimiento de tal manera que los edifique y ayude a crecer en carácter y competitividad. La vulnerabilidad debe edificar sin manipular. Tú serás vulnerable contra tu voluntad porque una de las razones claves por la que Dios te ha puesto en el liderazgo es para que crezcas en público. Por esta razón, Dios hará posible que tengas muchas y no pocas oportunidades para ser vulnerable, en contra de tu voluntad. Esto no es porque Dios quiera avergonzarte o minimizarte, sino para que crezcas de tal manera que seas un modelo de crecimiento para otros y los influencies para que conozcan a Dios a través de tus luchas. Cundo Dios te hace vulnerable, no huyas y te escondas – todos ya saben lo que está sucediendo, y tu ganarás y mantendrás el respeto tomando una apropiada responsabilidad de tu vulnerabilidad. Invita a otros a tu peregrinar de la manera en que Pablo lo hizo en el Nuevo Testamento. Él frecuentemente dio su testimonio, aun cuando no era halagador para él. Habló de su temor y temblor cuando llegó a Corinto. Habló de enfrentar a leones y temores por su vida en Efeso. Habló de no encontrar reposo para su alma en Troas. Habló a los corintios de sentirse inadecuado para el triunfo de Dios. 3 Habló de su debilidad porque su fuerza, esto es, su vulnerabilidad era el canal más utilizado por Dios para hacer una diferencia en otros a través de él. Habló del peso que las iglesias tenían sobre él. Habló de su necesidad de confrontar a Pedro por el Evangelio en Gálatas. Habló de su gratitud por las ofrendas en Filipenses Habló de su necesidad de oración a los colosenses Habló de su necesidad de ofrendas a los romanos Habló a Timoteo de la herida que le causaron aquellos que lo atacaron Habló de su interna soledad y necesidad de otros cuando fue abandonado después del juicio por su vida en 2 de Timoteo. Sigue la guía de Pablo y disponte a ser vulnerable en tu peregrinar; esto hará una gran diferencia en las vidas de aquellos que te siguen. Los líderes deben estar dispuestos a humillarse a sí mismos. Jesús lavó los pies, porque ninguno de Sus seguidores tuvo la moneda para pagar la factura emocional de servir cuando se debía. Él sabía esto, y eligió ser el modelo de la autohumillación ante ellos porque sabía que el ejercicio del poder, la capacdad y la competencia nunca darían cumplimiento a Su misión. Jesús sabía que el liderazgo poderoso puede ser un liderazgo productivo de corto término, pero al final es en realidad un liderazgo destructivo. Jesús también sabía que Sus hombres nunca cambiarían sin alguna enseñanza muy directa, pero la enseñanza no podía ser solo en palabras; la enseñanza debía ser mediante acciones inolvidables que hicieran un impacto permanente en ellos. Encontramos la moneda para humillarnos a nosotros mismos donde Él la encontró – en una relación y misión que significó más para Él que Su imagen, Su poder, Su forma de tener la razón, Su necesidad de ganar, o cualquier otra cosa en el mundo. Esta relación y misión estaba motivada por un amor que solo Él puede dar. Los formadores de líderes deben estar creciendo en un amor por Cristo, que los libere de cualquier otra dependencia y les permita humillarse a sí mismos y servir. Los líderes deben seguir a Jesús y ser modelos de lo que desean que sus seguidores sean y hagan. Jesús era el único dispuesto para hacer lo que los discípulos habrían fallado en hacer por ellos mismos. Él sabía exactamente lo que estaba haciendo y porqué lo estaba haciendo cuando se levantó de la mesa, se ciñó la cintura, tomó la toalla y la palangana con agua, y fue de uno en uno lavando sus pies. Él sabía quién era Él y cuál era Su autoridad sobre ellos. Él sabía que la única manera en que Él podía demostrar verdadera autoridad, era sirviendo. Él sabía que ellos nunca tendrían verdadera autoridad a menos que se volvieran siervos, exactamente de la misma manera que Él lo hizo. Él sabía que estaba viviendo lo que Pablo llegó a describir en Filipenses 2, la misma actitud mental a que el apóstol nos llama a tener. Él sabía que solo esta forma de pensar puede tomar y llevar la cruz, y Él ya había establecido el hecho de que sin la cruz, los discípulos nunca serían capaces de seguirlo. Él eligió conscientemente ser el modelo de lo que quería que ellos llegaran a ser. Él deliberadamente les ordenó hacer lo que Él hizo, para seguirlo como un modelo. Si debemos tener Su misma mentalidad y seguir Su modelo, entonces seremos el modelo para aquellos líderes incipientes a quienes estemos formando. Esta es la manera de obedecer para nosotros como formadores de líderes. Los líderes deben tener claridad de visión La visión se enfocó en el amor de nuestro Señor y le dio un sueño para Sus hombres. Él los vio haciendo cosas que jamás podrían hacer apartados de Su amor y Su misión para ellos. Él vio a estos pescadores ordinarios, comerciantes, y aldeanos comunes cambiando el mundo. Él los llamó por Su visión para ellos Él los enseñó por Su visión para ellos Él los desafió por Su visión para ellos Él los limpió por Su visión para ellos Él los confrontó por Su visión para ellos 4 Él fue el modelo para ellos por Su visión para ellos Él los comisionó porque Su mayor visión del mundo los incluía a ellos Jesús jamás careció de visión; Él siempre supo lo que estaba haciendo porque siempre supo el por qué lo estaba haciendo. Tú debes estar siempre con una visión, siempre formando el carácter y la capacidad de tus líderes a la luz de tu visión – la visión de Jesús te ha llamado a dedicarte a lo que ellos han respondido y se han comprometido contigo. Tú debes alinear el carácter y la capacidad de tus líderes incipientes con la visión y mantenerte llamándolos hacia ella. También debes permitirles seguir la visión de acuerdo a su única y particular forma dada por Dios de hacer las cosas y no forzarlos a seguirla de acuerdo a la tuya; el objetivo es llevar a cabo acertadamente la visión, y no adaptarse a los dones y métodos de otros. Si los fuerzas a hacer lo que tú haces o a hacer las cosas de la manera en que tu las haces, entonces eso ya no es visión, es control, y el controlar a los demás es responsabilidad del Señor, no tuya. Los líderes deben tener una comprensión precisa de la verdad. La teología es muy importante, y aún más en una iglesia que se inicia. Considera los primeros quinientos años de la iglesia, cuando virtualmente todos los problemas teológicos fueron considerados y definidos. En la actualidad existe una gran diversidad teológica en tu área, y una limitada habilidad para comunicarse o para tener una conversación teológica a través de la cultura. Es crítico para un sólido desarrollo teológico, reforzar a las iglesias nacientes, o los cultos triunfarán en el futuro. Jesús sabía exactamente cómo servir a Pedro, porque Él conocía la teología – Él sabía la verdad que Pedro necesitaba conocer si es que Pedro iba a ser de utilidad para Jesús en el curso de su vida. La verdad era fundamental para el futuro de Pedro. Jesús conocía la verdad precisa para el momento justo; Él sabía cómo decir y cómo usar la verdad para edificar a aquellos que estaba formando, de tal manera que fueran impactados y cambiados por el resto de sus vidas. Los líderes incipientes necesitan entender las verdades concernientes a Dios, la Trinidad, el Espíritu Santo, la Palabra de Dios, y el Señor Jesucristo. Además de esto, deben necesitar entender al nivel del corazón, las verdades concernientes a los caminos de Dios en la formación de los líderes a través de su peregrinaje, tales como: Factores de identidad de Romanos 6 La realidad de la carne y del Espíritu de Romanos 7 y Gálatas 5 La naturaleza de los dones espirituales, incluyendo cómo discernir los de ellos y cómo desarrollar los suyos y los de otros La necesidad de una comunidad El valor de la injusticia, el sufrimiento, y el dolor en las manos de Dios y cómo responder apropiadamente a cada uno La profunda verdad del pecado y su impacto en ellos (el pecado se esconde en los rincones y grietas de nuestras vidas, y se disfraza a sí mismo como humanismo y otras destructivas excusas). El corazón del amor y el perdón Todas estas verdades deben ser comunicadas en acción a la gente que piensa que ya se conoce a sí misma y quienes, como los discípulos, frecuentemente están ciegos ante su propia ceguera. Los líderes deben estar dispuestos a arriesgarse al rechazo Jesús claramente se arriesgó a ser rechazado por los líderes de Sus días, tanto romanos como judíos. Pero Él también se arriesgó al rechazo de los mismos líderes que Él estaba formando, aún de la manera en que Pedro lo resistió y le reconvino; Jesús aún llegó al punto de preguntarles si lo abandonarían. El rechazo se presenta cada vez que una persona va en contra de los valores, expectativas, deseos o demandas de otros, de tal manera que aquellos otros se sienten desafiados, amenazados y airados. Jesús estaba contra los valores egoístas, las expectativas egocéntricas, deseos compulsivos, y las manifiestas demandas de Sus seguidores como las representadas por Pedro a quien reprendió (Marcos 8:33). Aquellos comprometidos con la formación de líderes deben tomar el mismo riesgo y podrían aún pagar el mismo precio de deserción o negación. A menos que el formador de líderes corra este riesgo – y aún lo experimente – no será efectivo en el cumplimiento de su tarea. Al igual que Jesús, el formador de líderes debe tener en cuenta las necesidades de sus incipientes líderes y no su propio éxito. Los líderes deben tener discernimiento de los corazones de los demás Los líderes deben comprender los corazones de aquellos a quienes influencian. El discernimiento proviene primeramente de la Escritura El discernimiento proviene de observar la experiencia de otros 5 El discernimiento proviene de leer lo que los demás han aprendido El discernimiento proviene del consejo de otros que tienen sabiduría acerca del corazón El discernimiento proviene de la experiencia y el crecimiento personal El formador del líderes necesita llevar un diario de su crecimiento, anotando Lo que han aprendido Cómo lo han aprendido Cómo se sentían mientras aprendían Lo que vencía su resistencia al aprendizaje Lo que les ayudó a través de su experiencia de aprendizaje Lo que cambió en el centro de su ser como resultado de su aprendizaje El discernimiento de sus propios corazones – sin proyectarse a sí mismos sobre otros – conlleva humildad, sensibilidad, paciencia, y comprensión de los corazones de aquellos que están formando. La formación de sus propios corazones les da un discernimiento significativo del corazón de aquellos que influencian. Los líderes necesitan sensibilidad para saber cómo responder a los demás. Algunas veces ellos responden directamente. Algunas veces ellos responden indirectamente. Algunas veces ellos responden públicamente. Esto proviene de conocer a la gente mediante el Entendimiento de sus temperamentos, Respeto de sus preocupaciones Creyendo en sus dones Apoyando sus sueños Desafiando sus faltas 6