La autoexploración de mama, una práctica ineficaz a

Anuncio
O.J.D.: No hay datos
E.G.M.: No hay datos
Fecha:
04/02/2011
Sección: ACTUALIDAD
Páginas: 29
Tarifa ( ): 1400
La autoexploración de mama,
una práctica ineficaz a erradicar
Los médicos coinciden en que no reduce la mortalidad y puede provocar carcinofobia
REPORTAJE
LAURA L. RUIZ
GALICIA
laura.ruiz@xornaldegalicia.com
Aunque el cáncer es una de las enfermedades que más vidas se cobra en el
mundo occidentalizado y, por tanto, más
recursos reciben las investigaciones que
tiene como objetivo erradicarla, todavía se desconoce la forma de esquivarla
de forma 100% efectiva. No solo queda
mucho por saber de cómo funcionan las
células cancerígenas, sino que muchas
prácticas que se consideraban primordiales para reducir su mortalidad se han
mostrado como ineficaces. Es el caso de
la autoexploración, una herramienta de
detección precoz del cáncer de mama
o testículos impulsada en los años 80.
Aunque casi desde su inicio existían
informes y ensayos que dudaban de la
efectividad de este control sobre la supervivencia de los pacientes, aún hoy
hay médicos y asociaciones de pacientes
que siguen recomendando a las mujeres
con riesgo de padecer cáncer de mama
que se revisen ellas mismas en busca de
“bultos sospechosos”. “Sigue habiendo
polémica en este asunto, pero lo cierto es
que nunca hubo evidencia médica que
ayudaran a mejorar la supervivencia de
los pacientes y, además, pueden hacer
daño psicológico”, explica el oncólogo
Juan Cueva, del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago.
Muchas de las investigaciones que
desde 1995 se realizan al respecto, resumen que el riesgo de sufrir carcinofobia –miedo irracional a padecer
cáncer– supera con creces la función
de detección de los tumores. Un estudio de 2003 realizado sobre 400.000
mujeres en Rusia y China, explicó que
la tasa de mortalidad por el cáncer fue
la misma en el grupo que se autoexploraba como en el que no. Incluso se
llegó a precisar que en el grupo de las
mujeres rusas que se vigilaban ellas
mismas las mamas hubo un efecto
psicológico que duplicó el número de
falsos tumores encontrados.
“Es difícil calcularlo, pero hay muchas mujeres que se obsesionan y acaban necesitando ayuda psiquiátrica
para superar la fobia que sufren a padecer cáncer. En el caso contrario,
también existe la posibilidad de sufrir
una sensación de falsa confianza que
puede llevar a saltarse las revisiones
con el médico”, añade Miguel Martín,
presidente del Grupo Español de in-
SONIA DAPONTE
Una médica revisa unos exámenes médicos
vestigación de cáncer de Mama.
A la pregunta de porqué se recomendó esta práctica en el pasado si no
había evidencia de que sirviera para
algo, responde el oncólogo del CHUS,
Juan Cueva: “Era una herramienta de
cribado muy barata, mucho más que
las mamografías, las resonancias o las
ecografías. Pero para hacerla, hace falta entrenar al paciente y eso ya no es
tan sencillo”. Los manuales médicos
explican que para hacer bien una autoexploración, la mujer debe saber
que el pecho varía a lo largo del ciclo
menstrual, que hay nódulos de grasa,
que se retiene líquidos y que incluso
los músculos pueden parecer lo que
no son. “Y está el problema –insiste
el médico Cueva- de quién debe entrenar a la mujer: ¿el oncólogo, el ginecólogo, el médico de atención primaria, un enfermero?”.
A los riesgos que se derivan de una
mala formación a la hora de realizar
esta prueba está la realización de biopsias innecesarias y pruebas radiológicas que solo valen para tranquilizar
a la paciente. Las primeras, caben recordar, que son intervenciones quirúrgicas con un riesgo insalvable y,
las segundas, que suelen ser mamografías, equivalen en radioactividad
a 76 placas de tórax.
La Sociedad
Americana
de Cáncer no
incluye esta
práctica en su
guía preventiva
“Se usó durante
un tiempo por
ser un método
de cribado muy
barato”, asegura
el investigador
Miguel Martín
Ante la evidencia científica, la Sociedad Americana de Cáncer, el referente mundial en este campo, dejó de incluir esta forma de cribado en sus guías,
aunque incluye la recomendación a los
pacientes de “estar alerta”. “Creemos
que se refiere a que si una persona se
descubre un bulto anormal mientras
se enjabona en la ducha o si está frente
a un espejo, debe ir a al médico a consultar y no ignorarlo”, aclara Aúrea
Fernández, presidenta de la Asociación de mujeres afectadas por cáncer
Punto e Seguido, que considera que la
ansiedad u obsesión que puede sufrir
una mujer al autoexplorarse también
reside en cómo sea esa persona.
Aún así, lo más recomendable es hacerse los exámenes clínicos anuales a
partir de los 50 años o las mamografías
que considere el ginecólogo oportunas
antes si la mujer tiene riesgo genético
añadido de padecer cáncer de mama
“Si eres hipocondríaco con otras cosas, también lo serás con el cáncer. Así
que, desde Punto e Seguido recomendamos que si esta prueba le va a provocar ansiedad a una persona, que no
se explore”, afirma Aúrea, con quien
coincide el oncólogo Cueva: “Si se ve
que la criba va a producir más daño que
beneficio, debe desecharse totalmente
la idea de su recomendación”.
I
Descargar