El Observatorio Pastoral sigue publicando las ponencias realizadas por los expertos y pastores de Centroamérica y México que se reunieron en San José de Costa Rica en el mes de febrero del presente año. En esta ocasión les presentamos la Situación Política y Social de El Salvador: Apreciación General por el Licenciado Salvador Samayoa. Él es experto en Filosofía Política de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Ha sido Ministro de Educación (1979), Presidente del Consejo Nacional de Seguridad Pública (1999-2004), Director de la Asociación Infocentros (1998-2004), Director del Programa “Sociedad sin Violencia” auspiciado por el PNUD (2000-2004) y miembro de la Comisión Nacional de Desarrollo de El Salvador (1997-2008). Situación Política y Social de El Salvador: Apreciación General Lic. Salvador Samayoa 1. Situación social 1 Las dimensiones a las que haremos referencia a continuación, muchas de ellas intangibles, debieran ser parte de cualquier análisis de lo que llamamos "situación social". Así tendríamos una cierta medida de la calidad de vida, o de la calidad de la sociedad en la que vivimos, no solo en sus aspectos materiales, sin duda indispensables, sino también y de manera muy pronunciada en lo referente a la autoestima, el buen ánimo, la esperanza en un futuro mejor y el bienestar de la gente. Algo parecido pero más profundo e integral que el concepto de desarrollo humano que desde hace algunos años maneja e intenta medir el PNUD. Estabilidad y solidez de la familia, bienestar de los niños, valores morales y desarrollo espiritual de la sociedad, libertades públicas, convivencia armónica, paz social, orden, cultura de tolerancia y respeto a los otros, calidad de los espacios y el ornato público, solidaridad, cooperación y responsabilidad social seguridad, confianza en las instituciones y sentido de la justicia en todas las instancias y en todos los niveles, no solo en la justicia que administra el Estado. La posibilidad de esparcimiento, arte, recreación y deporte, transporte colectivo, agua potable, salud, educación y otros servicios públicos, calidad del medio ambiente, vulnerabilidad del habitat y prevención de riesgos, cantidad, calidad e incidencia de la participación ciudadana, oportunidades, empleos, retribuciones, relaciones y ambientes laborales, 2 Lo más tradicional, sin embargo, por buenas y por malas razones, es aproximarse a la situación social de los países a través de indicadores, programas o políticas públicas supuestamente orientadas a mejorar las condiciones materiales de vida de los sectores más pobres. Desde tal perspectiva, cabría mencionar para el caso de El Salvador un moderado progreso en algunos aspectos de la realidad social, junto al estancamiento o deterioro de otras dimensiones igualmente importantes de la misma. 3 El sistema de salud pública sigue siendo insuficiente y en muy deficiente. Se ha hecho un esfuerzo en los últimos años en materia de prevención y de atención básica o de primer nivel. Los "equipos comunitarios de salud" -ECOS- impulsados por el actual gobierno, han complementado y extendido el concepto de "sistemas básicos de salud integral" -SIBASI-desarrollado en administraciones anteriores. Eso ha llevado algún nivel de atención a comunidades rurales o urbanas marginales excluidas desde todos los tiempos. Según datos oficiales, se han desplegado unos 450 ECOS familiares y especializados en los 150 municipios más pobres y vulnerables del país. Aparte de estos avances en el nivel básico y de una nueva ley de medicamentos con probables beneficios pero con demasiadas sombras, la reforma estructural del sector sigue pendiente, los hospitales privados son simplemente impagables para el 98% de la población, y la atención en hospitales públicos es una verdadero vía crucis de dolor y de angustia para enfermos y familiares. El Ministerio de Salud Pública suele hacer bastante con pocos recursos, mientras que el Seguro Social se mantiene estancado y despilfarra cuantiosos recursos. 4 El déficit cuantitativo y cualitativo de vivienda no tiene una tendencia de reducción en los últimos años. En este rubro, como en el de salud, la inequidad clama al cielo. Al menos un 36% de los hogares urbanos están situados en alguno de los 1747 asentamientos urbanos precarios identificados en el mapa de pobreza urbana (PNUD); mientras en el área rural la cifra equivalente de precariedad habitacional alcanza el 60% de los hogares (con dos o más características de hacinamiento, acceso inapropiado al servicio de agua potable, infraestructura sanitaria inadecuada o materiales de construcción inadecuados). El déficit habitacional coincide casi exactamente con el dato general de pobreza del país. Una cifra cercana al 45% -unos 500,000 hogares- son viviendas precarias. Ante esa situación el presidente ofreció en 2009 la construcción de 25, 000 viviendas. A la fecha, cerca de cerrar el cuarto de cinco años de gobierno, ha concretado solo 5 de 34 proyectos iniciales para un total de 3,599 viviendas construidas o en proceso de ejecución. Así las cosas, con suerte terminará 5,000 "viviendas de interés social", equivalentes al 1% de la necesidad más urgente. La responsabilidad, obviamente, no es solo del gobierno. Es un problema de marginalidad y exclusión estructural, pero se debiera hacer mucho más desde el sector público para comenzar a cerrar una brecha tan descomunal. 5 La educación es el factor particular con mayor potencial demostrado para la superación de la pobreza, tanto material como intelectual y espiritual, tanto a nivel individual como en el plano social. En El Salvador se ha mejorado de manera sostenida en los últimos 20 años la cobertura escolar, pero no se han visto logros tan significativos en los índices de retención que podrían modificar la estructura piramidal. La calidad tampoco ha mejorado a pesar de las reformas curriculares, debido a la incapacidad de la sociedad y del Estado para otorgar el reconocimiento económico-social y exigir en contrapartida la superación personal y el compromiso que demanda la profesión del maestro. En materia de inversión en infraestructura, equipamiento y remodelación de ambientes escolares, muy poco se ha hecho en los últimos años, faltando así al principio más elemental de hacer agradable, segura y útil para los niños la asistencia a la escuela. El "gobierno del cambio" partió de una idea probada ya en otras latitudes, la llamada "escuela inclusiva de tiempo pleno", pero no pudo acompañar este enfoque con un grado razonable de eficacia administrativa. Se centró y casi se agotó en un programa de entrega (tardía y deficiente, por cierto) de útiles y uniformes escolares que le rindió réditos políticos, pero consumió recursos -más de 350 millones de dólares proyectados a 5 años- que tal vez pudieron destinarse mejor a infraestructura escolar o a superación magisterial. 6 El empleo es, sin duda, la mejor política social. En una situación hipotética en la que toda la población económicamente activa tuviera empleos de buena calidad y bien remunerados, los programas compensatorios tenderían a ser innecesarios o a paliar situaciones contingenciales, en vez de estructurales. En este escenario ideal estaría, además, mejor servida la dignidad de la gente. Por tanto, la creación y la calidad del empleo es una de las medidas fundamentales de éxito económico, político y social. Pues bien, desde esta perspectiva, El Salvador está bastante mal. Entre 2008 y 2012 se han creado solo 8,000 empleos en el sector privado (de 578,243 a 586,295) y 20,000 en el sector público (de 126,472 a 146,279), según el Instituto Salvadoreño del Seguro Social. Causas? Diversas. Algunas estructurales, otras coyunturales. Unas endógenas, otras exógenas. Unas económicas, otras políticas, como el permanente, absurdo y estéril enfrentamiento del Presidente de la República con las gremiales empresariales. Antes, con mucha mayor armonía política, tampoco crecía tanto el empleo, y siempre era muy mal retribuido. Ahora ni se mantienen los bajos niveles históricos de empleo en el país. 7 Tal como la disponibilidad de empleos, los salarios son determinantes básicos de la situación social. En todos nuestros países se retribuye mal el trabajo. El Salvador no es excepción. La tabla de salario mínimo es impresionante, casi increíble. Por recolecta de cosecha de café se paga $114.20, de caña de azúcar $97.20, de algodón $87.48 al mes. En industria agrícola de temporada: $151.96 en beneficio de café, $110.48 en ingenio de azúcar y en beneficio de algodón. En el comercio y los servicios $224.20, en la industria $219.40, en la maquila, textiles y confecciones $187.68. Hace solo 7 años, en 2005 se pagaba $61.80 -DOS DOLARES DIARIOS- por dejarse la vida en el infierno de las algodoneras, y solo unos centavos más en los cañaverales. No hacen falta más comentarios: por eso estamos como estamos. 8 Como síntesis de todas estas realidades, el 47.5% de la población de El Salvador vive en la pobreza (41.7% de la población urbana y 57.2% de la población rural). Tal vez se ha mejorado en reducir lo que ahora llaman "pobreza extrema". Ahora "solo" el 15.5% cae en esa categoría (11.3% urbano, 22.4% rural)...y no lo decimos con ironía, sino como constatación de que algo ha cambiado en los últimos 20 años. Tal vez también es cierto que se han ensanchado considerablemente las capas medias urbanas, que ahora disponen de bienes y servicios que parecían impensables hace tres décadas. Tal vez este "progreso" se debe más a las remesas que al dinamismo interno de la economía o a la justicia social. Lo cierto es que no podemos quedar anclados en el análisis de la pobreza o de las clases sociales de tiempos pasados. No podemos, en ese sentido, dejar de registrar los cambios, pero tampoco podemos ignorar que seguimos teniendo un problema muy grave de pobreza. 9 A esa situación, debiéramos responder con acuerdos nacionales para el desarrollo económico y para la superación de la pobreza. La economía ha permanecido estancada, lastrada por los precios del petróleo, por las crisis internacionales y por la falta de voluntad y de responsabilidad de las élites. A falta de desarrollo, han proliferado los programas de apoyo directo a los pobres. En el quinquenio 2004-2009 se introdujo uno particularmente novedoso para El Salvador, pero ya probado en otros países: "red solidaria", consistente en apoyo económico directo a las madres a cambio de constancia de vacunación y de asistencia a la escuela de sus hijos más pequeños. Complementariamente, el programa incluyó pequeñas obras de infraestructura en áreas rurales. El gobierno actual cambió de nombre al programa, pero lo mantuvo ayudando, según sus propios datos, a unos 84,000 hogares en 100 municipios. Adicionalmente, ha dotado con una pensión mínima a 16,300 ancianos de los 53 municipios con mayores niveles de pobreza. Poca cosa. Muy poca cosa, sin mencionar su precaria sostenibilidad. 10 Así lo siente y así lo expresa la gente, con bastante frustración. En la última encuesta nacional publicada en enero por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, solo el 12.5% dijo que la situación económica del país mejoró en el último año, y solo 12.9% dijo que mejoró su propia situación familiar. En el mismo sentido, solo 10.8% de los encuestados piensa que la pobreza disminuyó. Y lo expresa también muy poca esperanza, porque solo el 20% cree que El Salvador va a estar mejor en 2013. En marzo de 2012, hace menos de un año, se realizaron elecciones legislativas y municipales en todo el país. En estos comicios se estrenó el voto residencial en varios municipios, incluyendo la capital, San Salvador, de tal suerte que por primera vez cada centro de votación reflejó el perfil social de un determinado vecindario y no un segmento alfabético de apellidos provenientes de cualquier parte de la ciudad. El partido de gobierno, FMLN, perdió en todos los 50 centros de votación. Eso fue más que desgaste electoral normal. Lo que allí se expresó fue la frustración de una esperanza acrisolada en décadas de sacrificios, de luchas y de ilusiones. 2. Situación de Seguridad 11 El Salvador es conocido, con razones y sinrazones, como uno de los países más violentos del mundo. Eso se debe, fundamentalmente a la tasa de homicidios, que ciertamente ha sido una de las más altas del mundo en los últimos 15 años. Otro tipo de delitos, como el secuestro, se han reducido ya por varios años a niveles mínimos después de repuntes muy preocupantes. Por lo demás, el país tiene niveles de violencia social y delincuencial arriba de la media del continente, es decir índices mayores en casi todas las modalidades que países como Nicaragua, Costa Rica, Chile, Argentina y Uruguay, pero menores que Honduras, Guatemala, Venezuela y algunas regiones o ciudades de México y Brasil. 12 La droga es un ejemplo muy claro de lo anterior. El Salvador tiene una parte ínfima o nula de la producción, el tráfico, la distribución y el consumo en comparación con países como Colombia, Venezuela, Honduras, Guatemala, México (y últimamente Costa Rica también). En consecuencia, también tiene indicadores relativamente bajos en los delitos asociados a cada una de esas facetas del negocio. 13 La lacra social más propia de El Salvador, el fenómeno de violencia que ha tenido en zozobra a grandes segmentos de la población, el que ha creado más inseguridad en el barrio, en la calle, en el transporte público, en el parque, en la tienda de la esquina, en la empresa o en la escuela es, sin duda, la violencia de las pandillas. Estas han sido responsables de la inmensa mayor parte de los homicidios, de la extorsión que ha provocado el cierre de cientos de pequeños comercios, de la "renta" que se cobra a personas particulares y a pequeñas y grandes empresas, de la amenaza a los estudiantes y a los vecinos por la sola razón del sector de su vivienda, de las masacres en los buses, en fin, de la violencia más omnipresente, aterradora y demencial. 14 A partir de este diagnóstico, que desde luego se puede argumentar y sustentar, el hecho más relevante y esperanzador, desde el punto de vista de la tranquilidad y la seguridad de la población, es la tregua entre las pandillas y, sobre todo, el proceso subsiguiente de diálogo, reflexión y debate, con los buenos oficios de Monseñor Fabio Colindres. Este proceso no ha estado ni estará exento de contradicciones, dudas, manipulaciones, fallos, desacatos y rebeliones. Por ello será muy difícil contrarrestar la desconfianza y el escepticismo de la mayor parte de sectores que han sido agraviados y que todavía se sienten amenazados. Así lo constata la última encuesta de la UCA: solo el 10.6% de los encuestados tiene "alguna o mucha confianza" en la tregua entre las pandillas. Pero de todas maneras, a día de hoy, se ha mantenido durante varios meses consecutivos, con sus más y sus menos, la reducción de los homicidios de 14 a 5 diarios, y ya se discute al menos el tema de las rentas y extorsiones. Esto es mucho más de lo que estaba logrando el gobierno, mucho más de lo que han logrado otros actores sociales y más de lo que se está logrando en otros países. 3. Situación Política. 15 El Salvador terminó el conflicto armado interno con el Acuerdo de Paz firmado en enero de 1992. Las causas de la prolongada y enconada confrontación fueron predominantemente políticas. En virtud del Acuerdo se realizó una amplia reforma política que abarcó la Corte Suprema de Justicia, el Consejo Nacional de la Judicatura, la Fuerza Armada, las instituciones de seguridad pública y la organización de las elecciones. La reforma dio apertura democrática y estabilidad al país durante muchos años. La asignatura pendiente era, hasta 2009, la alternancia en el poder. Cuando ésta se produjo sin mayor turbulencia, pareció que se consolidaría la democracia y entraría en un nuevo ciclo de mayor participación de la población en la política y en los beneficios del desarrollo. 16 Lamentablemente ocurrió lo contrario: la democracia he tenido en los últimos tres años sus mayores amenazas. Desde el quinquenio anterior se perfiló un fenómeno de corrupción en la política sin precedentes en la historia nacional. Con el cambio de gobierno el fenómeno se profundizó, lejos de corregirse. Desde 2009 comenzó la compra generalizada de diputados, jueces, periodistas y otros actores de la política. Otros países de la región (Guatemala, por ejemplo) ya conocían estos niveles de distorsión y de transfuguismo. El caso es que desde 2009, la voluntad popular expresada en las urnas comenzó a ser burlada a través de la compra de diputados, hasta el punto de alterar la correlación de fuerzas políticas, suprimiendo el poder de veto de la oposición y otorgando al bloque de poder la posibilidad de tomar el control de todas las instituciones del Estado (Presidencia, Asamblea Legislativa, CSJ, Fiscalía General, Tribunal Electoral, Corte de Cuentas, etc). Después de hacerse con una mayoría legislativa usurpada, la primera y más importante confrontación -todavía activa- en el período 2010-2012 se dirigió a desarticular la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia con inequívoca intención de suprimir la independencia de los órganos del Estado. La semejanza de este empeño con el "modelo" de Ortega en Nicaragua es demasiado grande como para ignorar una estrategia y una tendencia en la región 17 La semejanza de este empeño con el "modelo" de desarrollo sin democracia que ha impuesto Ortega en Nicaragua es demasiado grande como para ignorar una estrategia y una tendencia en la región, que bien pudo estar a estas alturas mucho más consolidada de haberse concretado el proyecto político de Zelaya en Honduras. 18 La mejor noticia en este contexto ha sido el rol muy fortalecido y efectivo de un conjunto amplio de voces y entidades de la llamada "sociedad civil" para contrarrestar el asalto a las instituciones democráticas y la instauración de nuevas formas de autoritarismo en el poder. La palabra de la Iglesia Católica ha dado fortaleza y aliento a esta nueva y promisoria expresión de diversos sectores de la sociedad, casi todos ellos caracterizados por su independencia política. 19 El Salvador tendrá elecciones presidenciales el próximo año. Tal vez por primera vez será una contienda de tres: los dos partidos grandes de la guerra y la posguerra (FMLN y ARENA) y una tercera fuerza liderada por el ex presidente Antonio Saca. De partida los tres pueden ganar. Eso significa que los tres pueden perder. Cuando un partido no puede ganar, tiende a ser irresponsable, de igual manera que cuando no puede perder. Ahora tendrán que convencer al electorado. ARENA representa el más tradicional concepto de democracia liberal y desarrollo económico, aunque tal vez menos elitista que su propia versión original. El FMLN se entiende a sí mismo como relevo estructural e histórico de las clases dominantes tradicionales. Tiende a un Estado corporativo al que puede ser funcional una democracia bastante restringida, aderezada con confusos planteamientos ideológicos de "socialismo del siglo XXI". El Movimiento de Unidad, como parece que se llamará el proyecto de Saca, ofrecerá romper la polarización y pensar mucho en "lo social", con un liderazgo más joven y enérgico, pero lamentablemente asociado a algunos de los personajes más peligrosos y que encarnan una perspectiva aún mayor de corrupción. 20 Quizá el factor singular más determinante para el futuro político inmediato de El Salvador -probablemente también para algún otro país de Centroamérica- sea la evolución del chavismo sin Chávez. En otros países -fuera de Nicaragua, que conoce bien el cuento- se preguntan por qué tiene tanta importancia el gobierno de Venezuela. La respuesta es bien sencilla: en un país pequeño y pobre, si un partido político tiene una donación anual de decenas de millones de dólares, la política se distorsiona completamente y se exacerban las tentaciones absolutistas y totalitarias de esa fuerza política. Si las aguas, por el contrario, volvieran a sus niveles, la institucionalidad y la cultura democrática construida en los últimos 20 años prevalecería, sin duda, sobre cualquier pretensión autoritaria.