TARDE DE SOLEDAD Aún recuerdo ese anochecer como si fuera ayer. Bajo la sombra del tajy, con el tibio viento de verano; y Tigre, nuestro viejo perro amigo, a mi costado. Estábamos trabajando con mamá tratando de terminar el encaje de ñanduti, que mi hermana Lorenza usaría en la escuela, en una danza del Festival Anual de Bienvenida a Clases que pretendía ser majestuoso. Los preparativos y decoraciones indicaban que un rey vendría a dicho festejo, me lo confirmó Lorenza, cuando al despertar con un pisotón a Tigre, vino apresurada, con la cara roja como tomate, muy sudorosa, como si fuese que le hayan derramado agua… y con un tono medio asustado. - Mami, mami – respiraba agitadamente y afligida por la corrida que se mandó. - Pucha, Lorenza, nde py’a tararaite pio che memby, mba’e jeymapa rehendu umi nde rapichakuerandi. Mamá estaba con el rostro un poco preocupado, ya que no era común las venidas rápidas de mi hermana con un chisme nuevo de las vecinas del barrio. Pero esta vez se veía algo más en sus ojos… como una mirada de miedo de terror. -Victoria, dijo mamá, andá tráele un poco de agua con azúcar, a tu hermana, rápido, rápido!!! Che memby, ja sayju mimbi anga la hová. De un salto fui a la cocina a traer lo me encargó mamá, al regresar como a unos cinco metros de ellas, vi a mi hermana en el regazo de mamá, le pasé el vaso de agua, así como me pidió, y mi madre pobrecita… le secaba con un paño la frente, luego se dirigió con una voz dulce y angelical como solía ser costumbre cuando ella nos mimaba: -Bueno… ahora, mi hija, me vas a decir, porque te pusiste así tan de repente, a ver contáme che memby. Lorenza dio un suspiro profundo y dijo con la voz quebrada. -Ramón paino outa ko’ero ore escuelápe. Mamá con la mirada profunda y sustada exclamó. -¿Mba’e?!!!... Karai Strone (por Stroessner) oúta!! Che Dio.!!! Luego de un largo rato de silencio, seguido de un profundo suspiro, como recordando una amarga y triste película. Con los ojos llorosos y la voz entrecortada… comenzó a recordar en voz alta. -Hetaitemaiko jasufrí pe karai de Dio káusare, che memby …, con la voz llena de tristeza siguió diciendo luego de un profundo suspiro – Demasiado ningo ya 1 le extraño a tu papá, desde ese día que se fue a Santaní a visitarle a tu abuelita, mi hija; a partir de ahí nunca más supimos nada de él, y todo por ese orgullo tonto de no querer sacarse esa camisa azul y su afición extrema hacia su querido partido liberal; siempre le anduve detrás y nunca me quiso escuchar, y tampoco estuvo aquella tarde de la colación de tu hermano Víctor, cuando éste no quiso ir a su entrega de certificado porque se enteró que Karai Stroner (Stroessner) iba a ser su paino de colación, sin embargo vinieron a llevarle a tu hermano esos tres salvajes, patada pupe que creen que con su uniforme son los dueños del mundo gua`u, y no pude defenderle a mi hijito. Ay che memby no sabes el dolor, la rabia y la impotencia que sentí al verle a mi hijo arrastrado por esos animales uniformados. Y más otra vez otro puñal a mi corazón cuando después de 2 días de martirio de no saber nada de mi hijito, Don Pedro le encontró todo golpeado anga ahí en la esquina de Ña Antonia, sin comer una migaja de pan, ni una gota de agua rosaron sus labios. No durmió un sueño toda esa semana del dolor de 3 costillas rotas; agradezco a Dios por darme esa fuerza en el alma y porque tu hermano ya está bien otra vez; y le sigo rezando todas las noches para que le cuide a tu papá esté donde este, y si es su voluntad que venga otra vez un día junto a nosotros….. - Mami – la interrumpí diciéndole – sé que nunca vas a poder olvidar de eso tan feo que pasó en nuestras vidas, pero son cosas que nos hicieron ser más fuertes y no recuerdes más eso que te hace mal. Te va a bajar todo ya otra vez la presión, te voy a preparar mate mba`e para descansar un rato y después seguimos tejiendo otra vez; ahata amoi radio Nacional mba`e ñahendumí musicami mba`e…. -Cheároke ahata sapy`aite ha aju jey. Ya el sol había dormido sus rayos y los pajaritos habían dejado de cantar, la luna iluminaba nuestro patio, las estrellas, todo el firmamento parecían competir en destellos fulgurantes. Me encontraba cargando el agua de la pava en un termo azul que mi padre había regalado a mi mama en su día, me dirigía a encender la vieja radio, cuando prendí estaba pasando una melodía en guaraní. Me senté a lado de mamá, y en ese preciso instante, un reportero interrumpía la transmisión con anticipadas disculpas, para informar un aparente golpe de estado. Un cuerpo de militares había tomado por asalto el Congreso Nacional y el Cuartel General; además informaba algo que cambiaría la vida de muchos paraguayos y también capaz la nuestra, brindaba informaciones muy importantes para la historia del Paraguay, la noticia increíble pero cierto… se refería a la captura del, ¡hasta entonces!, Presidente de la República del Paraguay “Alfredo Stressner”, y que lo llevaban a un asilo político en el Brasil. Mi madre shoqueada por la noticia, rodaron lagrimas por sus mejillas, luego de un tiempo de segundos de silencio me miró fijo a los ojos y me habló sollozando. -Amor – la miré a los ojos y la ternura se reflejaba en su mirar -No deseo el mal a nadie, pero creo que esta es la única forma de liberarnos de esta opresión. Ojala Dios quiera, este sea el último día de tanta maldad, de crímenes legales, muertes, torturas, desapariciones y el primero de paz y tranquilidad y que este caos en el centro de la ciudad, o mejor dicho en el Paraguay, sea el último y que mañana las personas puedan salir a las calles sin miedo y expresar sus ideas sin temor y juntos luchemos “Por los derechos humanos, dictadura nunca más”. Hoy, dos décadas después… me pregunto terminó el abuso a las personas realmente… y llego a la conclusión que la democracia es eterna vigilancia por parte de los hijos de esta heroica tierra que se llama PARAGUAY FIN