Salvador Cerón Aguilar

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Salvador Cerón Aguilar
Globalización y Alianzas
Las alianzas surgen como una respuesta a los retos e imperativos que el entorno y las
condiciones que la globalización de los mercados presenta. El modelo de alianzas, nace
entre empresas como un balance sinérgico de fuerzas complementarias donde la
tecnología, la creatividad o la innovación impulsan a desarrollar nuevas competencias
que ayudan a crear más riqueza.
Entorno, Globalización y Apertura
Después de siete años de apertura económica derivada del TLC, un entorno más
competitivo, y no necesariamente con más competidores, continúa siendo hoy la
condición con la que se encuentran las empresas en nuestro país. Esta situación, que no es
privativa de México, es consecuencia de la interdependencia de las economías y la
formación de bloques que tienen su equivalente en la globalización de mercados y el
establecimiento de alianzas.
Esta realidad se presenta como una paradoja, ya que el discurso económico habla de
apertura y en realidad se promueven prácticas proteccionistas. El discurso sugiere un
mayor número de competidores y en la práctica lo que se observa es la disminución de
los mismos. No obstante, existe un argumento común, las economías y las empresas
tienen que ser más competitivas, como requisito intra-bloque y respecto de un menor
número de empresas.
La globalización de los mercados ha propiciado una dinámica mundial en la que, por una
parte, se ha producido lo que podemos llamar la "comoditización", mercados y productos
maduros en los que las marcas tienen cada vez menos importancia; y por otra la
segmentación de mercados, -mercados de nichos y especialidades-, que cubren
necesidades particulares y en los que las marcas se constituyen en un factor adicional de
diferenciación sobre la base de un comodity.
Es conveniente mencionar que existe una fuerte tensión entre los productos "comodities"
y los de "especialidad" en donde los primeros presionan sobre los segundos y éstos
luchan por diferenciarse y constituir barreras adicionales.
De estas fuerzas en tensión o como resultado de un posicionamiento estratégico, las
empresas encuentran una solución en las alianzas. Así, las alianzas se presentan como
una respuesta a los imperativos del entorno y a las nuevas condiciones de los mercados
globalizados, o lo que esta globalización provoca en los mercados regionales, nacionales
y locales. Las empresas buscan en las alianzas, la creación de fortalezas para las que
están impedidos en forma individual.
En el transcurso hacia una mayor competencia en los mercados globalizados, es más
común encontrar el fenómeno de las alianzas o la oligopolización, que la presencia de
muchas empresas compitiendo entre ellas, como lo prevén los modelos de competencia
perfecta.
Alianzas y Empresas
Como se ha mencionado, las alianzas surgen como una respuesta a los retos que el
entorno y la competencia presenta como imperativo a las empresas. Así, entre los
motivos para buscar una alianza se pueden citar los siguientes:
• Como estrategia de posiciona
miento de mercado
• Para disminuir la competencia
• Porque no hay otra alternativa
• Como estrategia de complementación
de recursos
• Para compartir riesgos
• Por deficiencias de la propia empresa
• Para superar y construir barreras
Por otra parte, el fenómeno de las alianzas no se produce exclusivamente entre empresas
sino también entre consumidores y hasta por cadenas de proveeduría, producción y
consumo. Las empresas pequeñas tampoco están exentas, pues han encontrado en la
actuación de conjunto beneficios que una sola no podía haber logrado, Hay alianzas entre
competidores, e incluso, entre empresas de distinto giro con uso común de algún tipo de
insumo.
Las franquicias, que son otra forma de alianza, en la que se comparten conocimientos y
se logran posicionamientos de mercado en forma relativamente rápida. Con las alianzas
"joint-ventures" o con la inversión extranjera se tiene que estar muy claro lo que se está
realizando, ya que detrás de la bondad de cada operación de este tipo, se observan
intereses muy diversos. Las alianzas son muy provechosas cuando nos permiten
compartir los beneficios de la actuación en conjunto.
Por ejemplo: las alianzas de exportación. Las alianzas que permiten economías de escala
reportan mayor eficiencia de procesos. Las alianzas para intercambiar productos,
experiencias, tecnología, etc.
Las empresas, por su parte, han venido experimentando una dinámica de cambio en el
entorno, el sector y ellas mismas, como respuesta a los retos que de fuera de ellas se
presenta, y también como resultado de su propio proceso de cambio interno.
En los últimos años se ha visto que las empresas cambian sus paradigmas; el concepto de
empresa como sistema cerrado al interior se ha abandonado. Hay cambios fundamentales;
se ha pasado de organizaciones jerárquicas, contractuales y de un solo dueño, a sistemas
abiertos, con información y vínculos más libres y de propiedad compartida –alianzas.
El modelo de las alianzas, surge entre empresas como balance sinérgico de fuerzas donde
la tecnología, la creatividad o la innovación impulsan a desarrollar nuevas competencias
que ayudan a crear más riqueza.
Las alianzas provocan retos entre las organizaciones que, a veces, son difíciles de superar
y acaban por matar las bondades objetivas de la alianza.
Las alianzas cambian sin duda las estructuras de los sectores de competencia y en
cualquier caso es muy importante tener muy clara la estrategia a seguir. Ya que, con
nuevos competidores, los aciertos de unos afectan rápida y claramente a otros.
Dr. Salvador Cerón Aguilar
STF Consulting Group
Presidente
sceron@stf.com.mx
Alberto Fernández Garza
La siguiente etapa de la transición
Mensaje en la Asamblea Nacional Ordinaria de COPARMEX, Juriquilla, Querétaro, 13
de octubre de 2000.
Estos días hemos reflexionado sobre los desafíos, oportunidades y esperanzas que se
presentan a la nación mexicana ante los nuevos escenarios. Pasamos de una época a otra,
de la que somos afortunados testigos. También abordamos los retos que los empresarios
y sus organizaciones hemos de asumir para integrarnos con éxito en el mundo del siglo
XXI y poner lo que nos corresponde, que es mucho, en materia de desarrollo y justicia
social.
Planteamos la importancia de que nuestra economía se modernice aún más para ser
competitiva; que el gobierno asuma cabalmente su papel promotor; que la educación mire
toda la integralidad del ser humano y finalmente, la importancia para la sociedad de
vertebrarse para corresponsabilizarse del futuro. En este marco, aprovecho la ocasión
para agradecer la valiosa presencia del Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León, Presidente de
la República, y a la vez hacer patente nuestro reconocimiento por los importantes avances
que a la fecha se han logrado, durante su mandato, en materia de estabilidad económica,
reforma estructural y democratización.
La siguiente etapa de la transición
Corresponde ahora poner a la consideración de todos ustedes y de la opinión pública, la
visión de COPARMEX sobre algo que nos parece de particular trascendencia e
importancia: la siguiente Etapa de la Transición que nos toca construir. Sería un grave
error histórico quedarnos en la mera contemplación del 2 de julio.
En esta etapa de la transición se deberá definir una nueva forma de relación entre
ciudadanos, gobierno, organizaciones de la sociedad, partidos políticos e instituciones, es
decir, la definición de un Nuevo Pacto Social.
Dicho asunto merece la mayor de nuestras atenciones, por los potenciales beneficios
puede traer para el desarrollo del país. Debemos hacerlo como Dios manda: entre todos
los mexicanos, en orden y en paz.
Necesitamos mucha creatividad, utilizar los sustantivos para construir, en lugar de los
adjetivos que descalifican; que prevalezcan las ideas sobre las pasiones; el respeto a las
personas sobre los odios y los rencores; la generosidad sobre la ambición; el compromiso
con el servicio por encima del afán de poder, la verdad por encima de cualquier forma de
mentira; la honestidad en lugar de la corrupción.
Este proceso implica una profunda revisión de las instituciones, revisión que puede
conducirnos, incluso, en el mediano plazo, a la definición de una Nueva Constitución.
Para el desarrollo del país conviene acotar y delimitar los poderes que el Estado tiene
sobre los individuos y sobre la sociedad, cualquiera que sea el curso preciso de los
acontecimientos de este proceso de revisión jurídica e institucional.
Debe quedar plenamente establecido que es el Estado el que está al servicio de la
sociedad y de la persona y no la persona al servicio del Estado.
El Estado, representado por el gobierno, no es el dueño del país, ni del destino de sus
habitantes, tampoco puede considerarse otorgante de derechos fundamentales, sino
simplemente quien debe reconocerlos, garantizarlos y protegerlos: el derecho a la vida, a
la integridad física y moral, a la libertad y a la propiedad privada, en suma, el derecho a
la seguridad y la justicia. Derechos que son para todos, mujeres y hombres, niños y
ancianos.
Como sociedad cometemos un grave error histórico parecido al racismo, cuando nuestras
leyes permiten el despojo de esos derechos a quienes son calificados como niños no
deseados, por ejemplo, por sufrir alguna malformación congénita o por el argumento
absurdo de no contar con recursos económicos suficientes para mantenerlos. Los
discapacitados en este país han demostrado con creces su calidad humana y moral y su
compromiso con México. Merecen de nosotros una respuesta mucho más integral,
comprometida, decidida y valiente.
Democracia Participativa
La siguiente etapa de la transición también requiere de otra forma de hacer política, que
ya no consista en levantar muros y alimentar discordias, sino en tender puentes y
construir entendimientos.
Una política que mire por el bien común de la sociedad, por el interés nacional y no
solamente por fines partidistas o sectarios.
Una política que anime a los mexicanos a encontrar puntos de acuerdo y objetivos
comunes, para edificar un futuro de digno para todos.
Una política que abra espacios a la participación de la sociedad, para que ésta sea
escuchada y tomada en cuenta en las decisiones más importantes del país, en la
formulación de las políticas que más le afectan a toda ella y a cada sector.
Que la confrontación sistemática, el chantaje y la violencia como amenaza, sean sólo
piezas de nuestra prehistoria política. Es tiempo para construir la demo-cracia plena, que
además de representativa, sea participativa.
La democracia representativa funciona muy bien para el primer momento de la vida
cívica, el ejercicio del voto, pero cuando se trata de resolver los problemas de la sociedad
en un segundo momento, en el ejercicio de gobierno, resulta insuficiente.
Por eso resulta fundamental que la sociedad pueda tomar parte en las decisiones públicas
y su punto de vista sea respetado, en primer lugar, a través de sus instituciones,
asociaciones y comunidades que la representan.
Con la democracia participativa se trata de que haya más sociedad y menos Estado.
Esto es, que sea la sociedad la que determine cuáles son sus necesidades y sus posibles
soluciones, exigiendo al gobierno sus responsabilidades y apoyo en la construcción de
sus demandas.
Al contrario del estado del bienestar, en que el gobierno lo quiere resolver todo, desde la
definición de las necesidades hasta asumir responsabilidades que le corresponden a la
sociedad, con la natural consecuencia de la dilapidación de recursos y corrupción.
Hemos propuesto de tiempo atrás que se les de vida a mecanismos como el plebiscito, el
referéndum, la revocación de mando y la consulta ciudadana.
También se dé una apertura amplia a la sociedad en organismos de Estado, autónomos y
ciudadanizados, que intervengan en la toma de decisiones, en asuntos como la seguridad
pública, la educación, la política social y el control del gasto público.
Estos nuevos tiempos requerirán, desde luego, de los medios de comunicación. Estamos
conscientes del papel tan importante que tienen, de la influencia que poseen y de la
responsabilidad que les exige actuar con una ética rigurosa, con libertad en el ejercicio de
su trabajo y con una gran apertura hacia la sociedad, sus necesidades y objetivos.
Una nueva economía
En esta siguiente etapa de la transición se impone, por justicia, el diseño de una Nueva
Economía, que rescatando la estabilidad macro y la apertura, de lugar a un vigoroso
crecimiento cuyos frutos lleguen a toda la población.
Que los más pobres del país tengan verdaderas oportunidades para salir adelante y vivir
con dignidad; que los trabajadores y sus familias vean que su esfuerzo productivo y
dedicación valen la pena; que el empresario vea prosperar sus negocios, que los niños y
jóvenes tengan esperanza.
Una nueva economía al servicio de la persona y cuyo motor ya no sea ni el gasto
público, ni el subsidio, sino el capital humano, la libertad con responsabilidad y la
multiplicación de empresas productivas y competitivas.
Sin monopolios, sin regulaciones excesivas, insertada inteligentemente a la globalización
y promotora de oportunidades para todos los mexicanos.
Con un marco jurídico y fiscal más simple y más justo que nos haga competitivos en el
comercio internacional y abiertos a la inversión privada.
Que mejore las condiciones de ahorro, inversión e infraestructura, en todos los sectores,
hoy de manera especial en el campo de insumos tan importantes como la energía.
No vaya a pasar que por defender una mal entendida soberanía nacional nos vayamos a
quedar sin "luz" y sin gasolinas en el momento menos oportuno.
El mejor aporte que puede hacer la nueva economía a la soberanía nacional es producir el
progreso material de sus habitantes.
Una economía en la que se consoliden e integren las cadenas productivas por que hay un
ambiente que promueve la creación, por miles cada año, de pequeñas y medianas
empresas capaces de crecer y prosperar.
Por ello hemos planteado ya al nuevo gobierno se diseñe un programa unificado de
promoción a este importante sector considerando el enorme potencial que tiene la
empresa media en la creación de empleos.
Para esta Nueva Economía, los empresarios tenemos que hacer un compromiso
profundo, como nunca antes, de responsabilidad social, no sólo de discurso, sino de
praxis cotidiana. Por ello, me atrevo hoy, con la venia de nuestros socios, a empeñar la
palabra de COPARMEX en esta noble misión.
Educación
Nada de lo mencionado se logrará sino trabajamos fuertemente en el sector clave de
nuestro desarrollo: la educación y la capacitación.
Es imperativo elevar la calidad de la educación y para ello es indispensable evaluarla
objetiva y sistemáticamente.
Una evaluación que se haga externamente al sistema y que se haga pública para el
conocimiento de todos los mexicanos; un correcto rendimiento de cuentas exige, saber a
ciencia cierta en qué avanzamos y en qué debemos mejorar. Es urgente restablecer
mediante una reforma seria, amplia y representativa, el valor central de la Persona
Humana en la educación, como sustento de valores y virtudes individuales y cívicas.
Proponemos un cambio también en el modelo de financiamiento para que la educación
llegue a los rincones más apartados del país, eleve su calidad y amplié la posibilidad de
los padres de familia para elegir la escuela que más convenga a sus convicciones.
Esperanza
Para éste como para todos los retos aquí enunciados se necesitará una gran movilización
de las energías de nuestro país, de sus mejores talentos, de tener buen gobierno, en el
sentido de autoridad moral, liderazgo y eficiencia, pero también y sobretodo de que
aprendamos a ser mucha más sociedad, exigente, organizada, propositiva y
comprometida; creativa y solidaria. Sociedad que retome valores éticos universales como
condición previa de cooperación social.
Las virtudes sociales, como la honestidad, la reciprocidad y el cumplimiento de los
compromisos facilitan a los grupos que las practican la consecución de objetivos
comunes.
Una comunidad no se forma cada vez que la gente de grupo interacciona; las verdaderas
comunidades están cohesionadas por los valores, las normas y las experiencias que
comparten sus miembros.
Cuanto más profundos sean esos valores comunes, más fuerte será el sentido de
comunidad.
Hay que restablecer la confianza para que unos a otros nos podamos mirar de frente, a los
ojos; para que aprendamos a colaborar en este mundo de competencia y construyamos
juntos, solidariamente, lo que haga falta en la transición para que ésta sea integral. De
esta forma, seamos capaces de dar a todos razones para vivir y razones para esperar.
Señoras y señores, amigos empresarios.
Me resta sólo decir:
Tengamos el Valor de edificar ese México libre, justo y generoso que tantas veces hemos
soñado. Bien vale la pena nos demos esa oportunidad.
Alberto Fernández Garza
Presidente Nacional de la COPARMEX
entorno@coparmex.org.mx
Víctor M. Arjona Barbosa
El hombre y
el trabajo
(última de 3 partes)
No hemos de esperar salvar al hombre del trabajo, sino salvar el humanismo del trabajo,
humanizar el trabajo.
Humanizacion del trabajo
Durante la larga historia del hombre sobre la tierra, que es también la historia del trabajo,
hubo dramáticas etapas en las que el trabajo tuvo características de un verdadero castigo,
no sólo por las terribles condiciones en las que se efectuaba, sino todavía peor, por la
concepción y la práctica de un sistema de explotación y alienación.
Esclavitud, servidumbre, proletarización, trabajos forzados en campos de concentración,
largas jornadas en penosas condiciones, trabajo de menores, ley del hierro del salario,
etc., han sido las manifestaciones de una anti-cultura del trabajo. Decimos anti-cultura
porque hemos explicado en artículos anteriores que el concepto de cultura es siempre
positivo y sirve para la promoción del hombre, es decir, comprende todo aquello que hace
que el hombre sea más y crezca buscando su desarrollo y plenitud. Desde luego la
explotación del hombre, muy lejos de permitir su crecimiento, lo degrada y lo
instrumentaliza, considerándolo como una cosa que puede manipularse.
En estas etapas oscuras de "injusticia institucionalizada" se daba la paradoja de que "de
las fábricas y talleres la materia muerta salía ennoblecida mientras que la persona humana
se vulgarizaba y perdía su valor".
La revolución industrial fue un maravilloso despliegue del esfuerzo científico y de la
eficiencia técnica que cambió casi radicalmente no sólo los modos de producir,
comercializar y consumir, sino también los valores, las actitudes y los modos de ser, es
decir, constituyó, sin lugar a dudas, una revolución cultural completa.
Los rápidos y espectaculares avances logrados por la Revolución Industrial hicieron
pensar en el acercamiento a la culminación de la historia, como un magnífico final del
proceso de modernidad que insistía en el progreso con base en la ciencia y la técnica.
Lamentablemente la racionalidad se convirtió en irracionalidad, pues los avances
tecnológicos pronto se canalizaron a la carrera armamentista en la feroz competencia por
la hegemonía militar y política y por el dominio de los mercados. La carrera hacia la
muerte que tuvo sus momentos estelares en las 2 guerras mundiales acabó con el sueño
de la modernidad. La ciencia y la técnica, sin valores morales, sin humanismo, mostró su
poder destructivo en el pavoroso hongo atómico que se elevó sobre la ciudad japonesa de
Hiroshima.
Paralelamente, la ciencia y la técnica, desprovistas de contenido humanista generaron
también en el campo productivo logros impresionantes: grandes consorcios industriales y
comerciales, producción en serie, expansión de mercados, multiplicación del crédito,
gigantescas inversiones y elevadas utilidades.
Sí, pero, ¿y el trabajador? Apenas si había conseguido un poco más. En varios países se
seguía considerando el contrato de trabajo como un contrato de arrendamiento de
servicios dentro de un contexto jurídico de Derecho Civil.
La sindicalización y la huelga estaban prohibidas y sólo en algunos países existían
legislaciones protectoras de los trabajadores. En el año de 1917 se promulgó en Querétaro
una nueva Constitución para México y, por primera vez en el mundo, disposiciones
legales relativas al trabajo alcanzaron rango constitucional. Había surgido el Derecho del
Trabajo en México.
Sin embargo, no basta sólo la ley para cumplir efectivamente y de hecho con la justicia.
Es necesario un cambio de mentalidad, una estructura de valores que dé lugar prioritario
a la persona humana, un proceso educativo, una nueva cultura laboral.
Hacia la libertad del hombre
Mucho se ha escrito y comentado sobre la "liberación del hombre", poniendo énfasis en
que el trabajo es una de las actividades que obstaculizan dicha "liberación".
Por tanto, todo aquello que signifique eliminar esfuerzos, "stress" y responsabilidades,
sirve para los fines de la supuesta liberación. Así, se ha pensado en la máquina y su más
avanzada manifestación que es la robotización, como la gran liberadora.
La técnica, la automatización dará al hombre el sueño esperado de la "libertad". Sin
embargo, nos olvidamos de que la máquina ha hecho el trabajo humano más monótono,
despersonalizado, sin alegría. ¿Cómo podemos darle entonces a la máquina una función
de redención? Otros han sostenido distintas ideologías para redimir al trabajador.
Para ejemplo citaremos las diversas corrientes socialistas, principalmente el marxismo,
que pretendía llegar a un paraíso de libertad y de convivencia pacífica pero por el camino
del odio de la lucha de clases y de la violencia revolucionaria. Las encendidas prédicas
salvadoras acabaron en la realidad de los hechos en fracasos económicos y totalitarismo
políticos.
Por último, también ha habido ilusos que pretendieron que el trabajo no fuera algo
inherente en la organización de la vida del hombre. Pero es absurdo arrancar el trabajo
del hombre.
Si tal supuesto se realizara, no habría progreso ni desarrollo ni mucho menos posibilidad
de sobrevivencia humana.
Además de los satisfactores materiales que genera, el trabajo es un medio para la
realización y plenitud de la vida humana y comunitaria.
Así, pues, no hemos de esperar salvar al hombre del trabajo, sino salvar el humanismo del
trabajo, humanizar el trabajo. Como algo muy vinculado con el hombre, el trabajo
implica derechos y obligaciones correlativos.
El respeto a la dignidad de la persona no se refiere a la práctica del paternalismo que
impide crecer ni de falsas actitudes "proteccionistas" que solapan la irresponsabilidad y la
improductividad.
Respetar la dignidad del trabajador es considerarlo como persona, es decir, como un ser
inteligente y libre, capaz de aprender conocimientos y habilidades, abierto a la superación
y al servicio, con vocación al crecimiento y a ser considerado como alguien responsable y
comprometido, consciente de sus derechos y también de sus obligaciones.
El trabajador debe ser visto y tratado como un colaborador que participa en la empresa y
no como un instrumento o recurso que se utiliza.
¿Por qué trabajar?
Aunque el trabajo sirve a los fines del hombre, sería incorrecto afirmar que es la finalidad
del hombre, ya que el hombre no vive para trabajar sino trabaja para vivir. En el
comunismo el trabajo no sólo se orientó al absoluto, sino que hizo del trabajo un ídolo, el
todo del hombre.
El trabajo crea el bien común que incluye el bien de la familia, el de la profesión, el de la
nación, el del Estado, etc.
El individuo los alcanza en colaboración con otros que tienden hacia los mismos fines;
para ello puede intensificar sus esfuerzos en diversas sociedades, asociaciones,
compañías.
Todos estos fines son caminos de libertad, constituyendo la finalidad transformadora del
trabajo una exigencia de la naturaleza de las cosas y del hombre. La acción
transformadora del hombre se da en el trabajo, lo que también es causa de su crecimiento
y perfeccionamiento.
A la pregunta ¿Por qué trabaja el hombre? la generalidad de la gente contesta: "para
ganarse la vida" y contesta muy bien.
Porque la vida, la vida íntegra del hombre no se limita sólo a las necesidades materiales,
sino a la satisfacción de todas sus aspiraciones que le permitan llevar una vida
plenamente humana. El hombre trabaja para vivir humanamente, plenamente y cuando
vive en plenitud, progresa.
El progreso humano integral-señalaba el filósofo francés J. Maritain-incluye el progreso
material, el progreso intelectual y el progreso moral.
Por último, hay que tener presente que existe una doble orientación en el trabajo: hacia la
perfección de la obra y hacia la perfección del trabajador.
Lejos de ser incompatibles u opuestas, estas perfecciones se completan y se integran, ya
que la perfección de la obra se explica cuando el trabajo confiere un nuevo valor a la
cosa, cuando el valor agregado generado por la actividad laboral da sentido económico a
la producción de bienes y servicios.
La perfección del trabajador ha pasado ignorada algunas veces y otras ha pasado a
segundo plano, debido a la mentalidad consumista y materialista que sólo percibe en el
trabajo un instrumento para la producción de bienes materiales.
Sin embargo, insistimos que el trabajo debe conducir a la plenitud del desarrollo de las
potencias espirituales y al perfeccionamiento del ser humano.
Víctor M. Arjona Barbosa
Director del Centro Empresarial de Merida
e-mail: coparmex@sureste.com
México Unido Contra la Delincuencia
Que políticas son erróneas y porque en materia de seguridad
Segundo artículo de la serie sobre seguridad pública. En la siguiente entrega abordaremos
el tema de las políticas que si funcionan.
Muchas de las respuestas tradicionales del Estado y de nuevas respuestas indeseables ante
la delincuencia y la ilegalidad, consideradas en los modelos anteriores, han sido políticas
que al ponerse en práctica han demostrado ser ineficaces para resolver el problema y e
incluso han contribuido a agravarlo.
Todas estas políticas erróneas tienen en común dos elementos:
• Diagnósticos que no comprenden la naturaleza del fenómeno criminal en México, como
un problema que responde al paradigma de la cultura de la ilegalidad.
• Consecuentemente la falta de un conjunto coherente de lineamientos que actúen de
manera integral contra esa condición amplia de ilegalidad.
En realidad ni los diagnóstico ni las políticas son tan singularmente "mexicanas", como
se podría creer.
De igual manera, las políticas adecuadas y los diagnósticos en que se basan, responden a
corrientes políticas probadas en diferentes naciones y que son aplicables en México, con
las debidas adaptaciones a las singularidades nacionales y sin transplantes mecánicos.
Con esta perspectiva examinamos las principales políticas erróneas.
El paradigma del 911 o la reacción en lugar de prevención.
Este esquema que generalizó en muchas naciones, particularmente después de la segunda
guerra mundial, se basa en las ideas, que no ocultan su enfoque militar, de una "guerra
contra el crimen", en la cual un cuerpo de élite - la policía - es capaz de vencer a los
delincuentes mediante una enorme capacidad de respuesta, represión y disuasión basada
en un amplio número de efectivos y la gran infraestructura de comunicación y transporte
(lo de 911 alude precisamente al número telefónico de emergencia policial en varios
países).
En este esquema, la policía se concentra en "perseguir criminales" y se desentiende de
otras labores, como cuidar el orden, que la "distraen" de su "elevada misión".
Los habitantes no tienen más papel que el de denunciantes y dejan todas las
responsabilidades en los "especialistas", en "los que saben".
Los mayores defectos de este esquema son:
• No trata de prevenir el crimen, sino que espera a que el crimen se cometa para
reaccionar.
• El despliegue policiaco lejos de disuadir a los delincuentes favoreció su libertad de
acción.
• Crea un gran vacío en la acción del Estado, al privarlo de mecanismos para hacer
cumplir leyes no penales, necesarias para la convivencia y para precisamente prevenir el
crimen.
• Establece una muralla infranqueable entre la sociedad y la policía, al grado que la
segunda se convierte en una suerte de "fuerza de ocupación".
Todo este esquema fue revelando su fracaso y mientras más se insistía en él más crecían
el crimen y problemas adicionales:
• Solamente en el 3 % de los casos, en promedio, este sistema permitía evitar la
consumación de crímenes o la captura de los responsables
• En consecuencia aumentaba la impunidad y el crimen.
• El desorden urbano y las conductas anti-cívicas crecían y estaban alimentando las
tendencias de crecimiento acelerado de la delincuencia.
• La policía se afirmó como un cuerpo que habitualmente cometía atropellos y violaba
derechos humanos, que chocaba con las comunidades y que tendía a mayor autonomía y
por ende a mayor distanciamiento frente a la sociedad, a menor control social y estatal y a
mayor corrupción.
En México esta orientación se reforzó desde el inicio de los años setenta, cuando sobre
todo en la capital del país hubo un mejoramiento de los medios de transporte y
comunicación y se contrataron a más policías, con el fin no de prevenir al delito sino de
mejorar la capacidad de represión contra los movimientos políticos y sociales disidentes.
Por eso mismo en México la relación entre la policía y la población, que tampoco había
sido muy estrecha, se volvió más distante y conflictiva a partir de las represiones de 1968
y 1971.
Mientras que en muchas naciones el paradigma del 911 se está abandonando, en México
se mantiene, con sus peculiaridades nacionales, prácticamente sin cambios esenciales.
Falsas alternativas de prevención
En los últimos veinte años ha ido creciendo la corriente de pensamiento que preconiza la
prevención del crimen mediante una amplio repertorio de medidas no penales o de
"mínima intervención penal".
Estas medidas van desde acciones de política económica y social de corte asistencialista,
hasta la promoción de "hábitos de seguridad" en los habitantes y medidas de "seguridad
situacional".
En la práctica esta orientación ha servido a gobiernos de países muy pobres del Tercer
Mundo como discurso ideológico para justificar la inacción ante la inseguridad y el
crimen, para evadir sus responsabilidades y para trasladarla a los habitantes, sin
comprender que sin justicia penal el acceso al progreso y a la justicia social será muy
difícil y que el crimen, por sí mismo, es parte de la injusticia social.
Quienes promueven estas orientaciones hacen un uso muy poco aseado de las
estadísticas de incidencia criminal y de su supuesto costo social y para el erario, mucho
menor – dicen – en comparación al costo del sistema de justicia penal.
Las estadísticas engañosas ocultan cinco fenómenos:
• El "efecto de globo": cuando se desalienta una forma de crimen y no se actúa contra la
libertad de acción de los delincuentes, se alientan otras formas del crimen.
• Ciertas medidas de "seguridad situacional" no hacen sino alentar un crimen más
violento.
• Cuando no se actúa contra la libertad de acción de los delincuentes y estos encuentran
obstáculos o condiciones que les elevan el costo o riesgo, se las ingenian para encontrar
la manera de vulnerar los sistemas de protección pasiva y defensiva. La defensa per se,
no conduce al triunfo, sino a la derrota.
• Las bajas en la criminalidad, son localizadas y temporales, pues dan lugar a posteriores
repuntes si el sistema de justicia penal no cumple con sus obligaciones contra corrupción,
impunidad, ilegalidad y desorden.
• La seguridad situacional a la larga conduce a que las personas de mayores ingresos
económicos y que pueden pagar, gocen de mayor seguridad, mientras que las de menores
ingresos serán víctimas todavía más frecuentes e indefensas.
En México el ejemplo más claro del fracaso de esta orientación, son las campañas de "la
ocasión hace al ladrón" en las que prácticamente se culpa a las víctimas de ser
victimizadas. El resultado neto de estas orientaciones fue el aumento del crimen violento.
Cuando los ladrones de vehículos encontraron dificultades para hurtar los automóviles,
entonces se multiplicaron los asaltos contra los conductores y así ocurrió con muchos
otros giros criminales.
No se puede pedir a los habitantes que no sigan rutinas de seguridad personal o que no
adquieran medios para su protección para sus seres queridos o sus bienes. Pero es
completamente erróneo y poco honesto no advertir que el problema de fondo es la
libertad de acción de los delincuentes y no obrar en consecuencia.
La administración del hampa y la corrupción
Esta orientación que por razones obvias no da lugar a justificaciones teóricas o
académicas ni figura en planes oficiales, sino que se adopta en los hechos, es, además de
extremadamente deshonesta, altamente ineficiente desde el punto de vista de sus
supuestos fines de contención de la delincuencia.
Su premisa cínica es de que crimen y corrupción son "naturales" y hasta necesarias para
fines de control político y hasta para compensar deficiencias del Estado, como el pago de
salarios decorosos a los policías.
De lo que se trata es que los jefes policiacos pacten con los jefes criminales, para que
estos a su vez disciplinen a sus secuaces y el crimen se mantenga en "cierto nivel", en un
"nivel aceptable". A los hampones que no estén en el acuerdo o no participen de sus
ganancias a los jefes policiacos, se les persigue normalmente con métodos ilegales.
Este esquema de corrupción ha ido mostrando ser cada vez más ineficiente, aun dentro
de sus propios parámetros deshonestos de convivencia con el crimen.
Muchos delincuentes actúan de manera independiente; muchos hampones y policías
corruptos no se ven obligados a cumplir sus compromisos con los jefes políticos; y sobre
todo el nivel "aceptable" de delincuencia es el que determina la codicia de los policías
corruptos y los hampones y esta no se satisface ni con los niveles criminales de los peores
momentos…
En la administración del hampa se encuentra una de las razones de los repuntes
delictivos, de la generalización de la corrupción y del fortalecimiento del crimen
organizado.
Después de pactos criminales y la variación de las condiciones políticas (cuando se van
los políticos deshonestos), el resultado es un nivel de criminalidad mayor que cuando se
concretó el compromiso criminal.
Entonces los delincuentes, con y sin placa policial, imponen a los nuevos políticos
dispuestos a la componenda un nuevo contrato criminal, pero sobre la base de esos
niveles criminales más altos, para que no suban más, aunque al final de ciclo serán
mucho más altos que al principio. Así el crimen va escalando y repuntando, en una
espiral ascendente e irrefrenable…
La "mano dura" contra el crimen
Esta orientación, que tampoco por lo regular se acepta públicamente y se da por la vía de
los hechos, supone el uso de métodos ilegales de combate a los delincuentes, incluyendo
privación ilegal de la libertad, tortura y ejecución extrajudicial.
Las acciones se extienden a quienes no son delincuentes, sino víctimas de ellos en una
enorme proporción con base al principio irracional de "que más vale un inocente preso
que un delincuente libre".
Por lo regular para someter a los delincuente se victimiza, con todo el poder del Estado, a
un número de personas inocentes que es varias veces mayor que al de los mismos
hampones.
Estas víctimas de la violencia ilegal del Estado, son en su mayoría personas de escasos
recursos económicos o que pertenecen a los grupos sociales más marginados. A su
condición de marginación y pobreza deben añadir el agravio de la represión criminal.
La justificación ideológica de esta orientación es que contra el crimen no se puede
proceder con apego a la ley, precisamente porque los delincuentes la violan y se desecha
así el supuesto de una sociedad civilizada de que el sistema de justicia penal existe para
hacer frente a los que violan la ley, no a los que la respetan.
La política de "mano dura" no responde a ninguna aspiración por la seguridad y el
bienestar de los habitantes, sino a fines bastante viles:
• Los gobiernos muy autoritarios o dictatoriales la utilizan como un instrumento para
reforzar su control antidemocrático de la sociedad.
• Los servidores públicos corruptos se valen de esta política para imponer el control en el
mundo criminal y elevar sus beneficios criminales.
Pero aun en el caso en que la política de "mano dura", no pretenda lo segundo, esta
discrecionalidad e ilegalidad termina por transformar a las policías en organizaciones
criminales. En México y en América Latina hay numerosos ejemplos de ello.
La evasión de responsabilidades como sistema
Ante la dificultad de resolver el problema y la ausencia de voluntad política para
emprender las reformas radicales del sistema de justicia penal, en los últimos años ha
cobrado impulso la tentativa de evadir responsabilidades por cuatro vías principales:
• Las campañas ya señaladas para hacer responsables a los habitantes de su propia
seguridad.
• La delegación al ejército de las responsabilidades de garantizar seguridad pública que la
Constitución impone, en exclusiva, a las autoridades civiles.
• La pretensión de que sean los gobiernos de las entidades federativas quienes resuelvan
por sí solos la inseguridad, bajo el argumento de que el 95 % de los delitos son del fuero
común y no del federal.
• La ausencia de compromisos y metas concretas de reducción del crimen y de
abatimiento de la impunidad en todos los niveles de gobierno.
La orientación ha tenido resultados desastrosos y es profundamente errónea, en virtud de
lo siguiente:
• Cuando el Estado renuncia a su función primordial que es garantizar seguridad y
justicia, está cediendo soberanía y abriendo espacios de poder que no llena la sociedad,
sino precisamente los grupos criminales e ilegales.
• Al delegar a militares las obligaciones indelegables de las autoridades civiles, se elude
la solución de los problemas de fondo de la corrupción, la falta de controles
democráticos, la ilegalidad y la cultura de ilegalidad. Al ponerse la seguridad pública en
manos de militares se llevan hasta el extremo los rasgos esenciales del "paradigma del
911", pues la visión militar no puede sino enfocar el problema desde una perspectiva
bélica a pesar de que en el asunto criminal no se cumpla el primer requisito de una
guerra: la clara identificación del enemigo. Los resultados de la "militarización" han sido
de el aumento del crimen, de la corrupción y de las violaciones a las garantías
individuales.
• La actual administración que ha pretendido circunscribirse a enfrentar delitos federales,
ha mostrado ser comparativamente más ineficaz para combatirlos que los gobiernos
estatales para perseguir el delito del fuero común. Además se hace abstracción de las
facultades que la ley otorga al gobierno federal para combatir al crimen organizado y del
hecho de que la mayoría de los delitos más graves del fuero común son obra de
organizaciones criminales, que no se limitan a un estado y en muchos casos tienen
presencia nacional.
• La falta de un sistema de responsabilidades y compromisos, impide que el esfuerzo
contra el crimen tenga una clara orientación y que sus resultados puedan evaluarse. La
falta de compromisos y responsabilidades en todos los niveles de gobierno y para cada
servidor público, permite que, en suma, nada obligue a los gobernantes a cumplir su tarea
primordial de garantizar seguridad y justicia.
El enfoque "tecnicista"
Otra manera de eludir las reformas radicales a las estructuras es la pretensión de resolver
el problema atendiendo a sus aspectos técnicos y de recursos. La premisa - que se mueve
entre la candidez y el engaño- es que la ineficacia de la policía se reduce a mala
capacitación, falta de instrumentos adecuados de trabajo y bajos salarios. Incluso, cuando
rara vez se llega a hablar de corrupción, se culpa a las carencias materiales de las
prácticas deshonestas.
Las carencias son innegables y es urgente su superación, pues una parte de la ineficacia
reside ahí. Sin embargo, establecer una relación en la las carencias son causa y la
corrupción es efecto, es poner las cosas en los términos inversos a los de la realidad
histórica.
Las carencias son la expresión, la evidencia o la pistola humeante, para usar una figura
coloquial, de una política de Estado de consentir la corrupción y peor aun, de alentar la
delincuencia policiaca.
Al no dotar de recursos a los policías se ha dado por hecho, antes que los agentes sean
ineficaces, que delincan para completar sus ingresos y suplir las deficiencias de medios
de trabajo. Por lo demás, los policías no delinquen porque les paguen mal. Aceptan bajos
salarios desde el momento en que ingresan a las corporaciones, porque saben que el pago
de un bajo salario es compromiso implícito para permitir que el policía delinca.
Cuando además la autoridad encarga a los policías tareas específicas y no aporta los
recursos públicos indispensables, le está diciendo a los policías que están en libertad de
obtener los recursos en donde mejor crean conveniente.
El enfoque tecnicista ha demostrado reiteradamente su fracaso cuando la alta calificación
de investigadores especializados ha servido para calificar mejor a delincuentes y cuando
las mejorías en recursos no redundan necesariamente ni en eficacia, ni en cumplimiento
de la ley, ni en honestidad.
Mejorar recursos, que hay que reiterar, es urgente y debe hacerse de manera completa y
sin escatimar un solo recurso del erario. Pero la mejora de recursos no resuelve el
problema sino se actúa simultáneamente frente a la corrupción, sino no se desarrolla el
sistema de compromisos y responsabilidades, sino se impone la fiscalización social de las
instituciones, sino se combate integralmente la ilegalidad y si no se promueve la cultura
de la legalidad.
México Unido Contra la Delincuencia
informes@mexicounido.org
José Morales Mancera
Familia y sociedad
La prosperidad o decadencia de los países se manifiesta por la salud de las instituciones
familiares.
Cada uno de nosotros lleva impreso además de su cuadro genético irrepetible, su perfil
psicológico, un modelo personal de educación y de libertad y un sentido de Dios, toda
esta herencia es fruto de su origen familiar. Esta herencia buena o mala, sana o enferma
se copia y repite en las nuevas generaciones influidas cada vez mas por el medio
ambiente, o sea por los medios masivos de información y por el ejemplo de la comunidad
donde se vive. Heredaremos a nuestros hijos lo que recibimos mejor o peor pues la
comunidad mas próxima es o debiera de ser la familia.
La familia, si es que hubo familia para nosotros, pues cada vez mas nacidos carecen de
este don, nos va a dejar varios legados: el legado corporal de salud corporal, el legado
racional o de preparación intelectual o cultural, el legado psicológico emocional, el
legado moral y el legado religioso. En resumen una educación para vivir una vida plena o
su carencia para intentar nosotros con mucho esfuerzo hacerlo un poco mejor con
nuestros hijos.
Origen de la familia
El origen de la familia parte naturalmente del "eros" como intención ontológica primera
de ser y de realizarse en el mundo biológica y espiritualmente, es ese estado que
llamamos estar enamorados o sea la clase de amor en el que los enamorados están.
El eros y la psique cuando llegan a madurar, (no en todos los casos se llega) conforman
una forma de atracción mutua que identifica a determinado varón con determinada mujer
y de una manera exclusiva concreta en la persona del "tu". Puede ser la belleza física el
comienzo de la atracción (gusto generalmente muy subjetivo) pero luego es la necesidad
de presencia de la persona como persona, alma y cuerpo, simpatía y carácter, gesto y
sentimiento, fallas y defectos o sea, es la persona integralmente considerada lo que atrae.
El primer error es confundir la atracción física o simple calentura hormonal con el
enamoramiento. El enamorado verdadero quiere a la enamorada en si misma no al placer
o diversión que pueda proporcionarle, menos aun por su dinero o posición social.
Enamorarse es la afirmación del otro y nuestra unión con ella o el. La prueba es la intensa
preocupación por el otro y responsabilizarse del otro.
Lo decisivo del eros o enamoramiento real mutuo y su importancia es que es la forma de
relación interpersonal en la cual la sexualidad adquiere su sentido. Sin el eros del
enamoramiento el ejercicio sexual es una simple caricatura del amor.
Los jóvenes actuales han perdido el arte de enamorar y la muchacha el sentido de ser
conquistada pues por ahora ser seductora equivale a ser ofrecida. Lo grave del asunto es
que cuando se separa la relación sexual (hacer el amor físico) de la profunda y madura
relación erótica del enamoramiento que busca estabilidad y permanencia con el amado, se
producen dos efectos, por una parte se dificulta y en ocasiones se hace imposible la
relación familiar matrimonial futura y al mismo tiempo se esta dañando la psique sobre
todo de la mujer, que es y se siente simplemente utilizada, como producto de consumo,
para un juego temporal y cambiante en un mercado de oferta y demanda.
En este terreno la pretendida igualación de los sexos es una falacia, pues la mujer por su
carácter de futura madre, receptora y cuidadora, pierde la confianza en la posibilidad del
amor, y le es difícil desarrollar la emoción y el sentimiento compartido.
Cuando de una parte existe el eros auténtico y de la otra no (por ejemplo ella está
enamorada en una dación de si absoluta y para él la relación es un juego), después del
amor físico la parte enamorada queda herida y psicológicamente dañada por el
desengaño.
Si la experiencia se repite se llega a una pérdida o devaluación del yo en grado de una
desestructuración profunda que requiere ayuda psicológica. La promiscuidad es la
entrega corporal compulsiva sin eros y hasta sin placer.
Se ha olvidado que enamorarse es descubrir que la propia plenitud depende de que la
persona amada consiga la suya.
El pudor al cual se ha confundido con mojigatería o falta de hormonas, no es complejo ni
incapacidad sexual, sino reserva de la propia belleza y salud para cuando aparezca el
auténtico amor y el enamoramiento maduro. Pues el amor maduro sabe esperar, cuidar,
respetar y responsabilizarse de lo amado pues para el o ella es lo mas valioso.
El amor es la relación mas importante en la vida (un orden de unidad en el amor, para un
fin, convivir la vida juntos, tener hijos y educarlos) pero toda relación humana para que
no sea puro egoísmo, solo se realiza cuando el otro extremo del término lo consigue o sea
que se llega a la participación, un ganar - ganar en ascenso sin que haya perdedor.
Experiencias tempranas
La falta de familia o la familia donde no hubo amor produce dos efectos, o las
experiencias tempranas por falta de apoyo y cariño en el hogar y deseo de huir
generalmente en búsqueda de un afecto falso, o diferir el matrimonio y en muchos casos
la soltería permanente por carencia de interés y compromiso. "Para hacerlo como lo
hicieron mis padres no vale la pena", dicen.
El sexo sin el eros natural en búsqueda del amor personal y permanente, ha degenerado
en técnicas mas o menos seguras (esto es con relativamente menos riesgos de contagios
de enfermedades, sida o venéreas, o de embarazos) y se convierte así en una acción cuasi
mecánica de una comunicación puramente epidérmica, frecuentemente con mal trato y
violencia entre los contendientes mas que amantes, donde la exclusividad y la
permanencia no cuentan, pues no hay ni identificación ni atracción como personas. Da lo
mismo tu que otra u otro. Si acaso lo que importa y se identifica es el cuerpo, mientras no
haya otro que parezca mejor.
Los medios electrónicos que penetran en los hogares diariamente trasmiten mensajes
enormemente destructivos para la educación del amor maduro y además cargados de
violencia y de sexualidad vulgar.
Por el entorno social decadente actual y la falta de familia estable el problema de
embarazos de niñas entre los quince y los diez y nueve años es uno de los principales
problemas demográficos del mundo.
En México 7 de cada 100, en Nicaragua 16 de cada 100 en Brasil y en Colombia 9 de
cada 100 serán madres cada el año. Las madres solteras y los abortos proliferan. Los
niños de la calle se multiplican. Véase "Nacional Geoghraphic Population". Octubre
1998.
La vida de las madres solteras que tuvieron el valor de serlo es dolorosa y compleja. La
de las que aceptaron el aborto llevan una pesada carga psicológica, aunque ambas
merecen ayuda y apoyo. Pero sería mucho mejor una familia que hubiera prevenido,
educado y dado calor de hogar.
Cuando la joven o el joven cargados de experiencias biológicas y psíquicas se convierten
en víctima y verdugo al mismo tiempo, de una vida promiscua de parejas cambiantes, la
probabilidad de encontrar el amor estable disminuye y sus problemas de neurosis y daños
psicológicos graves crece. De ahí la cantidad de divorcios y de jóvenes neuróticos. Droga
y sexo van entonces frecuentemente de la mano. Los psiquiatras son los únicos que
ganan.
No es posible separar el sexo del amor auténtico. Vivimos una paradoja, al mismo tiempo
que el sexo se ha vuelto algo trivial o sea sin importancia en sus consecuencias, se ha
convertido en algo tan importante del cual se habla a toda hora sin importar contenidos ni
auditorios.
Experiencias tardías
Algunos desilusionados o miedosos de contraer compromisos vitales por las
complicaciones que esto tiene, difieren el matrimonio pensando que lo mejor es casarse
tarde o no casarse.
En un planteamiento individualista se dedican a valores profesiones o de negocio, con los
que intentan llenar su vida y si acaso se casan tardíamente resultan mas parejas de
neurosis y egoísmos compartidos que de personas realizadas. Cuidar el perro y viajes
suplen el vacío existencial de los hijos. La soledad se cubre con televisión e internet.
La pareja
La familia matrimonial ha degenerado paulatinamente primero en la pareja, una amistad
temporal con relativo compromiso que incluye sexo, o en el "room mate" sexo sin
amistad, o en la aventura del encuentro ocasional, o en el sexo pagado como una
caricatura y burla del amor.
El sexo sin eros ni complicaciones afectivas, (de momento) aunque con altos riesgos de
salud y psicológicos para los miembros y sus descendientes.
Los hijos de estas uniones (les llaman productos) son mas una carga que una bendición,
su mundo va a ser muy condicionado y su vida y su realización como personas difícil,
porque ningún ser humano aprende a amar sino es amado, cuidado y protegido en la
infancia.
El divorcio cada vez mas frecuente de las uniones de parejas inmaduras (casi siempre
matrimonios que fueron inválidos de origen, por ser los contrayentes incapaces de un acto
humano auténtico) originan una gran cantidad de jóvenes solos o mal acompañados, que
no solteros; pues las segundas son vueltas cada vez mas difíciles y sujetas a nuevos
fracasos. La cantidad de mujeres solitarias en los Estados Unidos y muy pronto en
nuestro país, es enorme.
En los hogares de divorciados donde conviven tus hijos, mis hijos y nuestros hijos, el
hemisferio familiar se vuelve muy confuso pues se multiplican los abuelos y los tíos
(unos reales y otros virtuales), los tratos y afectos dejan de ser naturales y suelen
degenerar en relaciones conflictivas y en ocasiones peligrosas. Los problemas
económicos y los intereses de herencias se vuelven sumamente complejos, medios
hermanos, uno millonario y otro en la pobreza por ejemplo.
El matrimonio
Matrimonio significa (mater, munita), madre protegida o sea aquella que cuenta con la
protección, el interés y el cuidado de un varón viril enamorado y erótico. ¿Será esto
posible?. El matrimonio es la elección mediante un com promiso voluntario y libre (para
esto se requiere alguna madurez) de quererse, entregarse mutuamente de una vez para
siempre en forma permanente porque han comprobado su eros o enamoramiento, su
necesidad de compañía, su simpatía psicológica y porque juntos deben y pueden tener
fines comunes sobre todo en la procreación y educación de los hijos.
Querer quererse y querer realizarse juntos como personas, mediante proyectos de vida
compartidos y el apoyo también de proyectos personales de cada quien, en su propio
ámbito.
Fidelidad, fecundidad
Dios le promete a Moisés serle fiel "siempre que me busques me encontrarás, Yo estaré
contigo" Ex. 3-11. Esta es la fidelidad de Dios para con el hombre y es la que debe existir
en el matrimonio. Como dice Pascal : "si buscas a Dios de corazón es que ya lo has
encontrado". Así debía de ser siempre que busques a tu mujer ya la encontraste y
viceversa.
La fidelidad como exclusividad, requiere de una actitud anterior en una donación
especial. El "siempre te encuentro" entre marido y mujer es la clave y es la condición
para que la otra fidelidad como exclusividad sea posible, encuentro permanente en lo
afectivo, en el apoyo económico, en el cuidado, en la vida sexual. Cuando no se
encuentran cada día o existe el rechazo emocional (neurótico o voluntario) sobreviene
primero la indiferencia y luego la infidelidad.
La fecundidad debe ser entendida como el corolario del amor y debe buscar mas la
calidad y posibilidad de desarrollo de los hijos que la cantidad. Sin egoísmos buscar,
según las circunstancias, los hijos que sea posible educar y ayudar a su realización
humana, moral y espiritual.
Familia y formación de la psique
El niño necesita del amor de sus padres, tanto como el aire que respira o como los
alimentos que ingiere. El niño aun antes de nacer percibe si es amado y deseado o si su
presencia en el mundo molesta o estorba.
Está perfectamente comprobado que el mayor número de problemas psíquicos en la
formación de la personalidad de los hijos se generan en el ambiente de la familia sin amor
y sin calor de hogar.
Enumerar las desviaciones tomaría mucho espacio, las principales son: neurosis de los
padres, dominio o autoritarismo en nombre de una moralidad falsa, inseguridad en la
constelación familiar, inseguridad económica o social permanente, refrigeración
emocional o sobre protección.
Todas son formas de angustia que se trasmiten consciente o inconscientemente a los
hijos.
Educar es "enseñar a usar la libertad". Este proceso tiene dos aspectos. Reducir
paulatinamente las condiciones de dependencia del niño haciéndolo cada vez mas
independiente, capaz y responsable de sus actos y vincularlo con su aceptación y de
acuerdo a su vocación libremente elegida, a proyectos concretos y a valores que le
ayuden a su realización y desarrollo como persona. Los hijos son para que se vayan y
realicen su propia vida y vocación social pero maduros psicológica y moralmente.
La familia y lo social
La prosperidad o decadencia de los países se manifiesta por la salud de las instituciones
familiares.
La buena materia prima de las escuelas, las empresas, los grupos intermedios, los
partidos, el gobierno, y la iglesia, son los niños de hogares sanos de donde depende el
equilibrio mental de los ciudadanos. Los medios masivos de información tienen gran
responsabilidad en esto. Pareciera que cada día se esfuerzan en demoler toda clase de
valores propalando violencia, crueldad y sexo indiscriminádamente.
Entran en los hogares por horas diariamente y afectan a la infancia. El ahorro de la clase
media, indispensable para el crecimiento sano de la economía solo es posible en las
sociedades donde existe previsión y frugalidad como origen del patrimonio familiar.
La vivienda es menos escasa donde los hijos viven en familia hasta que se casan y no
dispersos.
La mejor seguridad social para niños y ancianos es en el hogar de la familia pues esta es
una de sus funciones principales.Los fundamentos religiosos unidos a la imagen paterna y
materna forman la correcta o incorrecta visión de Dios y de la moral.
La instrucción religiosa de la escuela, si es que se da, no es capaz por si sola, de la
formación religiosa como vivencia.
En la familia se aprenden las cuatro virtudes sociales esenciales: la solidaridad, intereses
y responsabilidades compartidas; la subsidiaridad, ayuda para crecer al que mas lo
necesite; la justicia, hábito de darle a cada quien lo que le corresponde y el bien común, o
sea, generar las condiciones para que todos puedan, si quieren, alcanzar un nivel humano
digno. Sin esta escuela viva de virtudes sociales toda sociedad o nación se corrompe.
Conclusión. La familia a pesar de la crisis en que se encuentra, seguirá siendo la
institución básica de la sociedad como siempre ha sido. Sin ella la vida humana es
difícilmente soportable pues es ella la generadora de amor y equilibrio psicológico y
moral en la vida social. Hay que reconstruir la nueva y a la vez antigua cultura de la
familia matrimonial con todos sus valores.
José Morales Mancera
Dr. En filosofía. Contador Público y Lic. en Administración de Empresas. Director del
Bufete Morales Mancera
entorno@coparmex.org.mx
Gerardo Monroy Campero
La vida humana y el Código Penal del D.F.
Establecer distinciones entre las personas por razones de sexo, raza, religión, capacidad
intelectual, apariencia física, enfermedad, edad, condición social o económica, deseo, o
cualquier otra razón, equivale a sostener que hay personas humanas de distintas
categorías o jerarquías
Ante las reformas al Código Penal para el Distrito Federal en materia de Fuero Común y
para toda la República en materia de Fuero Federal así como al Código de
Procedimientos Penales para el Distrito Federal a efecto de ampliar las causales de
despenalización del aborto provocado, efectuada por la Asamblea Legislativa del Distrito
Federal, la Comisión Mexicana de Derechos Humanos por medio de la presente ofrece a
la misma, así como a todos los interesados en tan trascendente tema, criterios objetivos de
reflexión jurídica en torno al mismo:
1.- En efecto, el problema del aborto no es un problema de creencias religiosas, objeción
de conciencia o filiación política, como tampoco lo es de grado de desarrollo o capacidad
económica. Es un problema de derecho que tiene su fundamento y título en la condición
de persona de todo ser humano, mujer y hombre por igual, sin distinción de edad, sexo,
grado de desarrollo físico, apariencia física, capacidad intelectual, capacidad económica,
religión o democracia, entendida ésta como la prevalencia de la opinión de la mayoría en
un sentido u otro por el simple hecho de ser mayoría, pues ninguno de esos hechos
atribuye a cada persona su vida, y los atributos que le son inherentes, como propios. La
vida es propia, es derecho de todas y cada una de las personas, porque le ha sido dada por
su naturaleza humana, que no depende un su constitución o contenido de voluntad
humana, como tampoco depende su riqueza y dignidad de los accidentes o circunstancias
que la rodean.
2.- Las causas por las cuales se origina o puede dar origen a la vida humana son, o
pueden ser, de muy diversa índole; algunas dependen directa o indirectamente de la
voluntad de las dos personas esencialmente llamadas en conjunto a su generación -padre
y madre, hombre y mujer-, otras no; algunas constituyen en sí mismas actos delictivos v.gr. violación-, otras no. A cada causa corresponde, en el caso concreto, su tratamiento y
consecuencias en el campo del derecho, que es el que nos ocupa, así como en otros
campos, pero lo que es innegable es que, una vez dadas, esto es, una vez generada la vida
humana, ésta no depende más en su dignidad y esencial independencia de voluntad o
deseo humano alguno, o de cualquiera de los hechos o circunstancias referidas en el
numeral anterior, siendo en cambio dependiente en su existencia de que cada uno de
nosotros respete la vida que le es propia a cada uno de nuestros semejantes desde el
primer momento en que son o existen y hasta el último día de su vida o existencia, como
lo demuestra el hecho tristemente cada vez más frecuente de que, en cualquier momento,
cualquiera de nosotros puede verse injustamente -esto es, contra derecho, salvo el caso de
legítima defensa- privado de su vida por otra persona que entonces, y por esa acción, se
constituye en agresor injusto.
3.- El dato relativo a cuando se da la vida humana lo aporta al derecho la ciencia médica.
Lo que es un hecho fácilmente constatable por cada uno de nosotros es que, desde el
momento en que biológicamente hay vida en el producto de la fecundación del óvulo por
el espermatozoide, esa vida es necesariamente humana desde ese momento pues, como
podemos observar en la realidad que nos rodea, las cosas no se transforman en personas
ni a la inversa por el simple transcurso del tiempo, como tampoco, por este hecho, los
seres vivos cambian de una especie a otra. Estamos en el campo de la realidad, de los
hechos, no de la teoría o especulación. Así, ni la garganta, ni el estómago, ni ningún otro
órgano del cuerpo femenino o masculino se transforman en personas en un cierto
momento del tiempo o por simple transcurso de éste de forma que tengan que expulsarlo
como un ser independiente a sí mismos. Sí, después de un cierto período de gestación,
nace una persona humana -mujer u hombre-, es que desde el primer momento de su vida,
de su existencia, ya era persona humana con toda la dignidad y riqueza esencial que le
acompañan, y por lo tanto, con todos los derechos que le son propios, empezando por su
vida como derecho, sin el cual, cualquier otro derecho es sólo una ilusión o, lo que es
peor, un engaño.
Los orangutanes nacen orangutanes, se desarrollan como tales y mueren orangutanes; así
sucede con todos los seres vivos, y la persona humana no es la excepción.
4.- El problema del aborto es entonces, como se puede observar, un problema de
igualdad, en dignidad y riqueza esencial, frente al derecho -cuya finalidad es dar a cada
persona, a todas y a cada una, lo que le es propio-, de toda persona humana, sin distinción
alguna. Establecer distinciones entre las personas por razones de sexo, raza, religión,
capacidad intelectual, apariencia física, enfermedad, edad, condición social o económica,
deseo, o cualquier otra razón, equivale a sostener que hay personas humanas de distintas
categorías o jerarquías, las cuales dependen en su valoración o importancia de la voluntad
o deseo humanos, sean individual -madre, padre, médico, Presidente de la República, o
cualquier otra posibilidad- o colectivos -Asamblea de Representantes, Congreso de la
Unión, asamblea de naciones, instituciones de salud o asistencia médica, o cualquier otra
posibilidad-, las que conforme a criterios de valoración personal, y como tales subjetivos
y cambiantes, decidirán sobre la prevalencia o predominio de una categoría sobre la otra,
asumiendo entonces, necesariamente, la consecuencia lógica de sostener que la persona
humana no es, ni siquiera en aquello que le es más propio como su vida, sino un
recipiente cuyo contenido es determinado, momento a momento, y según circunstancias
cambiantes, por alguna o algunas voluntades privilegiadas para tomar esa decisión
conforme a sus propios criterios.
Si hay alguna constante en el reconocimiento a los derechos humanos a nivel
internacional/mundial plasmado en las distintas declaraciones en la materia, la mayoría
de las cuales han sido suscritas y ratificadas por nuestro país, es que los derechos
humanos son universales e inmutables, es decir, pertenecen y han pertenecido a cada
persona, desde la primera que hubo sobre la faz de la tierra y hasta la última que exista,
por el simple hecho de serlo, y no se pierden mientras se sea o exista, siendo el derecho
humano por excelencia la vida pues, como hemos dicho, sin ella cualquier otro derecho
es un engaño.
5.- Como se desprende de lo anterior, ni la edad -inicio de su primer año de vida en el
caso del bebé que por razones de desarrollo aún permanece en el seno materno-, ni el
padecimiento de enfermedades -malformaciones genéticas o cualquier otro mal
funcionamiento orgánico/biológico, cualquiera que éste sea-, ni la mala economía
personal, familiar, nacional o internacional, ni la comisión de un delito por agresor
injusto -violación- que merece ser severamente castigado conforme a derecho, ni el
peligro de muerte propia -fuera del caso específico de la legítima defensa, cuyos
requisitos no se reúnen en el caso que nos ocupa- ni, con mayor razón, la afectación de
mi salud, ni el deseo, constituyen un título jurídico, una razón o fundamento
jurídicamente válido, para que una voluntad humana decida que la vida del mayor de
determinada edad -sujeta a cambios de opinión-, la del sano -sea mental o físicamente, y
conforme a criterios por establecerse y, por ello, también cambiantes-, la del
económicamente autosuficiente -¿desde qué nivel de ingreso?-, o la del agresor injusto y
no la de las víctimas del delito, valen más que las de las personas situadas en
circunstancias diversas a las previstas.
Los bebés recién concebidos tienen su vida como propia, con la misma dignidad y valor,
que las de los jóvenes de 17 años, los adultos de 33 -en plena productividad económica,
al menos teóricamente- o los mayores de 77 -a pesar de que quizás ya no sean
económicamente productivos y por lo tanto requieran de la autoridad estatal y la
comunidad servicios asistenciales adicionales-.
La tienen como propia, con la misma dignidad y valor, que las de los sanos y guapos, o
las de los no tan sanos y guapos, pero mayores a unas horas de desprendidos del seno
materno, o que las de los que, nos puede suceder dentro de unos momentos, que no sea
así, estamos susceptibles de sufrir un accidente y quedar paralíticos, impedidos del
ejercicio de nuestra racionalidad -que no de la racionalidad misma-, mancos, cojos,
inválidos o en estado de coma.
La tienen como propia, con la misma dignidad y valor, pero con plena eficacia jurídica, a
diferencia del agresor injusto, que el violador y que la madre violada -¿porqué entonces,
en derecho y por lo tanto en justicia, ha de sancionarse al inocente y no al delincuente?.
La tienen como propia, con igual dignidad y valor, que las de sus madres, sin importar,
como hemos visto, la edad de uno y otro o la salud que guarden-¿acaso puede un hijo
reclamar como derecho la provocación de la muerte de su madre porque a contraído el
virus del SIDA y, al tener que convivir con ella bajo el mismo techo, pone en inminente
riesgo al menos su salud, cuando no su vida?-.
La tienen como propia, con igual dignidad y valor, que las de sus madres,
independientemente de que ésta lo deseé o no -¿acaso puede la madre, porque su
comportamiento no sea el que a ella le agrada, o porque no gane lo que necesita,
argumentar que ya no desea más a su hijo adolecente o a su marido borracho y reclamar
como derecho la provocación de su muerte?; ¿acaso puedo hacerme dueño en derecho del
coche que a mi me guste por el simple hecho de desearlo intensamente?; el simple deseo
no es fuente de derecho-.
Si el criterio a seguir es el derecho, no hay fundamento o razón jurídicamente válidos
para que una voluntad humana decida qué vida humana es más valiosa respecto de otra.
Si el criterio a seguir es económico, procuremos la muerte a los económicamente
improductivos, comenzando por los de mayor edad o mayor costo económico para la
sociedad -los jóvenes, que demandan alimento, salud, casa, vestido, educación, sobre
todo superior, pues es muy cara, y muy prontamente fuentes de trabajo que no hemos
sabido generar-; si el criterio a seguir es la salud, o la falta de ésta, y la acción a tomar no
es el procurarla, sino el acabar con el problema de origen, esto es, acabar de tajo con la
persona enferma, procuremos la muerte, aplicando una mezcla de los criterios distintos al
jurídico, comenzando por los que más cuestan, dada su enfermedad, y los que más tiempo
permanecerán enfermos. Si el criterio a seguir es el humanitario, entendido erróneamente
como el evitar a toda costa el sufrimiento humano en cualquiera de sus formas,
procurémonos la muerte unos a otros pues, ¿quien puede asegurarse a sí mismo tal
condición?.
Es importante destacar que ni la existencia ni el desarrollo del bebé recién concebido en
el seno materno constituye en momento alguno una agresión para la madre.
La efectividad del derecho, que no su existencia, depende de su cumplimiento por los
obligados a la conducta prescrita como jurídica, el que, en principio e idealmente ha de
ser voluntario, libre, consciente. El papel de la ley es establecer los medios, métodos
procedimientos e instituciones que hagan posible, efectivo, el cumplimiento del derecho,
particularmente en el caso en que el cumplimiento voluntario que ha de darse, y al que
nos hemos referido, no se de, pues su fin es el de ordenar y regir la conducta de la
persona humana y jurídica en sociedad hacia la justicia.
De lo anterior se desprende que el incumplimiento del derecho por cada uno de nosotros,
aunque sea reiteradamente, y la no corrección o sanción de nuestra conducta antijurídica
y, por lo tanto injusta, por la autoridad competente no legitima ni vuelve jurídica a la
conducta sino que, por el contrario, reclama de la autoridad encargada del gobierno,
primera obligada al cumplimiento del derecho y a la eficacia del mismo, y de la sociedad
en general, el exigir en sí y en otros el cumplimiento de los medios establecidos, su
corrección, cuando éstos sean insuficientes o ineficaces, o el establecimiento de nuevos
que lo sean.
En consecuencia, la privación de la vida a un ser humano, cualquiera que sea su
condición, grado de desarrollo, sexo, estado físico o mental o raza no sólo no puede ser
reclamada como derecho, sino que constituye un delito al que, en determinadas
condiciones, y sin entrar en esta oportunidad al análisis sobre las mismas, puede
corresponder sanciones de diversa índole. El pretender que el Ministerio Público autorice
a terceros, aún en casos limitados y específicos, la "interrupción del embarazo" (forma en
que la reforma en comento se refiere al aborto al proponer su reforma al artículo 131 Bis
del Código de Procedimientos Penales para el Distrito Federal), equivale a pretender que
la Asamblea Legislativa del Distrito Federal autorice al Ministerio Público, como si
pudiera hacerlo, a que éste a su vez autorice a terceros a privar deliberada e
injustificadamente de la vida a un ser humano. Equivale a otorgar una licencia para
matar.
A mayor jerarquía del derecho en juego, mayor la obligación de preveer y procurar su
cumplimiento, de resarcirlo en caso de daño, cuando ésto es posible, o de sanción en
derecho cuando no lo es. Como hemos visto, no hay derecho de mayor jerarquía que el de
la vida, por lo que su desprotección deliberada en cualquier persona, particularmente en
los más vulnerables e indefensos, manifestada a través de la no implementación y/o
exigencia de los medios jurídicos necesarios para impedir a toda costa su
incumplimiento, constituye una conducta antijurídica y, por lo tanto, arbitraria.
Gerardo Monroy Campero
Abogado. Presidente de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos
Rafael Reyes Hernández
Hacia una conciencia de competitividad
La realidad de hoy impone al servicio como un atributo de la calidad de los productos.
Ya sea que se trate de un producto merecedor de un Nobel de química o de física, si este
no viene acompañado de la dosis de servicio que estimula la preferencia y la fidelidad de
los clientes, la perfección poco importa.
Los constantes cambios que se suceden en el entorno, a consecuencia del surgimiento de
nuevas necesidades de relación de los países y sus empresas, han venido a plantear un
nuevo desafío para los directivos.
Quiérase o no, la conducción de los negocios ha cambiado dramáticamente desde la crisis
energética ocurrida a mediados de los setenta, y más aceleradamente desde la aparición
del libre comercio entre las naciones. Los criterios de autosuficiencia y autonomía para
las naciones no pasaron de ser un idealismo insostenible, como muchos otros que han
venido derrumbándose y otros más que están por caer estrepitosamente. Pareciera que el
mundo se mueve hacia un ámbito de realismo que favorece la manifestación de hechos
más apegados a la naturaleza de los seres humanos, que a las ideas de éstos.
Como si se hubiese dado una desregulación de la conducta del hombre y sus
organizaciones.
(Magnament Today 1997)
La interdependencia desplaza a la independencia y las alianzas suplen a la competencia
en consonancia con los avances de la globalización. Las empresas y los gobiernos tienen
que enfrentar ahora la economía real; la economía ficción ha quedado atrás. Los
esfuerzos necesarios para lograr tasas sustentables de rendimiento son mayores que los de
hace unos cuantos años.
Así, la necesidad de la competitividad es un imperativo, ya que se han acabado los
márgenes de maniobra; se acabó la era del gasto desmesurado.
Es difícil poner en duda el hecho de que al mismo tiempo que los mercados se expanden
descomunalmente a consecuencia de la globalización, también las empresas tienen más
dificultad para ampliar su participación en ellos porque se han vuelto más selectivos y
exigentes. La conservación de una franja de mercado demanda un precio creciente cada
día. Esta es una nueva realidad. Que importa cuánto tiempo lleve un producto o servicio
en el mercado, eso no es suficiente para detentar un certificado de permanencia, hoy el
precio es la competitividad.
Se ha llegado a un uso tan corriente del término, que me parece hace falta acotar qué es lo
que compone a la competitividad.
Primero, una definición práctica: Capacidad para competir con el mejor y/o superarlo.
Conforme a esta visión no debiera haber preocupación, no obstante si reconocemos el
hecho de que hoy competimos con los mejores del mundo, aunque no lo queremos, la
preocupación puede rozar alturas de pánico.
De acuerdo a mi experiencia en el campo de la estrategia, estos son los factores clave que
conforman a la competitividad:
• Participación relativa en el
mercado
• Calidad de los productos y
servicios
• Reputación de los productos y
servicios
• Cobertura de los canales de
distribución
• Rentabilidad
• Fuerza de la investigación y
desarrollo
• Relaciones con el Gobierno
• Relaciones con la Comunidad
• Productividad de la Empresa
• Efectividad de la Innovación
Participación relativa en el mercado
Quizá la medida más objetiva de la capacidad de influencia de una empresa en el entorno
es la participación relativa en el mercado, pues ésta viene a dar fe de la destreza de la
organización para conocer qué es lo que el mercado quiere y cómo hacérselo llegar, o
bien, qué quiere la empresa que el mercado quiera y cómo convencerlo de que no sólo lo
quiera, sino hasta lo demande.
A este estado de influencia difícilmente se puede llegar sin la ayuda de la dirección
estratégica y de la mercadotecnia, así como tampoco a cualquier aspiración de aumento
de participación.
En el escenario actual, marcado por una influencia creciente de la globalización, la
conservación de la participación viene a ser una medida de una competitividad mediana,
el aumento de participación es sin duda una medida de elevada competitividad.
Las decisiones sobre la política de participación son las que a la postre determinan la
tendencia de la competitividad.
Las estrategias de aumento de participación generalmente incluyen optimización del
posicionamiento, reposicionamiento, aumento en la efectividad de ventas, fusiones,
optimización de la mezcla de productos, ventajas en calidad, ventajas en precios, ventajas
en distribución, ventajas de financiamiento, etc.
Calidad de los productos y servicios
La realidad de hoy impone al servicio como un atributo de la calidad de los productos. Ya
sea que se trate de un producto merecedor de un Nobel de química o de física, si este no
viene acompañado de la dosis de servicio que estimula la preferencia y la fidelidad de los
clientes, la perfección poco importa.
Conocidos y dominados son los caminos que conducen a un aseguramiento en la calidad,
como por ejemplo los criterios de TQM y de otras corrientes de calidad como las
certificaciones y otros recursos que buscan implantar rutinas para la calidad a salvo de los
vaivenes de la voluntad de los actores de la organización.
Estos son generalmente un buen apoyo para las empresas de estilo burocrático
autocrático.
Las estrategias basadas en la creatividad y el compromiso, como pueden ser los grupos
autodirigidos y los círculos de calidad, respaldados con enfoques de aumento de poder
(empowerment), son comúnmente un buen apoyo en las organizaciones de estilo
participativo.
De manera particular debo señalar la importancia que tienen los enfoques de mejora
progresiva con acento en la mejora radical, por encima de la mejora continua, impulsados
en medio de una organización que opera sobre los ejes marcados por una cultura de
efectividad, es decir, cualquier mejoría en la calidad no sólo debe ser percibida por los
clientes y el consumidor final, sino que también debe ser percibida por los accionistas y
sus representantes, la alta dirección.
Reputación de los productos y servicios
En el libro titulado Liderazgo para el futuro Alejandro Serralde hace la precisión de que a
diferencia de los seres humanos, las empresas no tienen pasado, tienen mercado, en una
clara alusión a que todos los aciertos o desaciertos de una organización no van a dar a su
pasado, sino que quedan registrados con tinta indeleble en esa entidad omnipresente que
es el mercado.
El ser humano tiene el recurso de aprender a manejar su pasado para cualquier
replanteamiento que le ayude a enfrentar el presente y tal vez, el futuro. En contraste las
empresas están obligadas a asumir su realidad en el mercado para inspirar desde ahí como
van a acometer el futuro, ya que en ellas el presente es demasiado fugaz.
Conforme a esta apreciación de la realidad de las empresas, el cuidado del prestigio
equivale a mantener a un guardián eficaz de los logros que se han venido cultivando en el
mercado.
El prestigio se graba en la memoria colectiva de los actores del mercado y este debe
estar respaldado en hechos sólidos.
Cobertura de los canales de distribución
Quién no recuerda ese anuncio espectacular que establece "Coca-Cola: en cualquier
dirección a 1 km."
La cobertura de los canales es de tal importancia que sin ella difícilmente se puede lograr
una plena competitividad, no importando lo excelso de la calidad y lo maravilloso del
prestigio.
Claro está que dependiendo de las políticas de distribución. Año con año decenas de
miles de comensales llegan al Restaurante "Las Mañanitas" de Cuernavaca para disfrutar
su atmósfera, atención y la selección de platillos. Su decisión ha sido clara: ningún
restaurante fuera de Cuernavaca.
En el campo de productos y servicios de alto volumen las políticas de distribución son
esenciales.
Rentabilidad
Sin más, se trata de la rentabilidad de este negocio en comparación con negocios
equivalentes de muy alta rentabilidad.
Incluye retorno a la inversión, valor económico agregado, volumen creciente de flujo de
efectivo, etc.
Fuerza de la investigación y desarrollo
Como primera apreciación, considerar el porcentaje de las ventas totales invertido en
esfuerzos de I & D dedicados a los campos de procesos, productos, servicios, mercado de
consumidores, mercado de proveedores, administración, informática, etc.
Relaciones con el gobierno
Contempla acciones encaminadas a producir una influencia en el marco regulatorio que
pueda transformarse en oportunidades para la empresa y porciones de desarrollo para el
proyecto gubernamental.
Relaciones con la comunidad
Esencialmente se refiere al esfuerzo organizado dentro de la empresa para alcanzar
objetivos sociales tendientes a la promoción de oportunidades de mejoramiento para la
comunidad, al tiempo que se estimula el aprecio para la labor de la empresa. Ecología,
cultura, proyectos de promoción negocios escuela, etc.
Productividad
Dentro de los esfuerzos de mejoramiento yace el de la productividad progresiva,
encaminados a impulsar el desarrollo sustentable dentro de la empresa.
Destaca el cuidado por conseguir una cultura de productividad entre todos los
participantes para conseguir impactos reales en el nivel de la calidad de vida. Resulta útil
valorar la productividad con criterios de la técnica inglesa BLS, que descansa en la
medición de los ingresos totales por ventas expresados en dólares, divididos entre el
número total de personal en nómina.
Consistentes iguales o mayores de 100 mil dólares percápita, hablando de una elevada
productividad.
Efectividad de la innovación
La continua creación de nuevos productos y servicios basados en avances propios de la
vanguardia tecnológica definen a este factor. Puede contener también el conjunto de
esfuerzos encaminados a aplicar toda la fuerza de la tecnología para revolucionar la
ciencia del negocio en cada uno de los campos de acción de la empresa, como son
abastecimiento, transformación, logística, comercialización, administración, recursos
humanos, fianzas, etc.
La competitividad, como puede apreciarse bien, demanda un esfuerzo canalizado
radicalmente a 360 grados del accionar de una empresa y en los que los esfuerzos de
calidad son sólo una parte.
La dirección de los negocios de hoy requieren dirigentes de pensamiento lateral, libres de
prejuicios, con una visión de conjunto y con un claro sentido generalista, en oposición a
la tradicional línea de especialista.
Rafael Reyes Hernández
Socio de COPARMEX Michoacán
Maestro en Calidad Total y Competitividad
rafaelrh@iname.com
José Manuel Cortés
Programas de
Promoción Sectorial
y apertura económica
Parece que aún y con los buenos deseos del actual gobierno, será el próximo el que
deberá equilibrar y conciliar las posiciones encontradas sobre los Programas de
Promoción Sectorial (Prosec).
Dependiendo de cómo se jueguen las cartas podría resultar que, irónicamente, el Tratado
de Libre Comercio de América del Norte (en adelante TLCAN), que empezó a dar sus
primeros pasos en este sexenio, vería finalizar el periodo presidencial con unos no muy
afortunados Programas de Promoción Sectorial (en adelante Prosec), cuya importancia o
trascendencia aún no ha sido del todo dada a conocer y cuya creación es derivado del
propio TLCAN.
Los Prosec, publicados en mayo de este año1 , fueron creados para solucionar los
inconvenientes derivados del TLCAN, específicamente en su artículo 303, que establece
la prohibición para los países miembros de devolver los impuestos a la importación, o
condonar el pago de éstos, cuando el bien sea exportado al territorio de otro de los
Estados contratantes en un monto que no deberá exceder al menor entre aquel que se
causa en el país importador -México en nuestro caso-, y el que cobra el país al que
finalmente se le exporta dicho producto –Estados Unidos o Canadá.
En otras palabras, las importaciones de mercancías que anteriormente realizaban las
empresas sujetas a los Decretos PITEX o Maquila, bajo el régimen temporal, y que una
vez transformadas se exportaban a los Estados Unidos o Canadá no pagando el impuesto
a la importación. Sin embargo, conforme a las nuevas reglas vigentes a partir del 1º de
noviembre de 20002, estas empresas deberán pagar la cantidad menor que exista entre los
impuestos a la importación en México de la mercancía de que se trate y aquellos que las
autoridades aduanales de EU o Canadá cobren por el producto importado que resulte.
De esta forma, el beneficio fiscal del que gozan estas empresas y cuya existencia ha
motivado su instalación y permanencia en nuestro país, se verá mermado de forma
considerable, afectando necesariamente los costos de producción del producto final con
sus consecuentes repercusiones comerciales. Como se ve, la apertura comercial
fuertemente fomentada y alabada en los últimos dos sexenios, podría ocasionar
paradójicamente, que los beneficios que tan frecuentemente nos son recordados como es
el notable crecimiento en las exportaciones, se vean en serias dificultades debido,
efectivamente, a la misma apertura de fronteras comerciales, ya que si bien al negociar el
TLCAN se reconoció la asimetría de las economías de los Estados miembros, también se
estableció que en un periodo de siete años estos beneficios tendrían que desaparecer.
El antídoto a este probable deterioro o, llevándolo al extremo, consumación de nuestra
principal planta exportadora, resulta ser, a decir de la Secretaría de Comercio y Fomento
Industrial (SECOFI), los Prosec, cuya función, por demás sencilla puede resumirse en la
expresión popular "de los males el menor", es decir, si el importador va a tener que pagar
aranceles por lo insumos que necesita, entonces, hay que hacer que pague el menor, y en
otros casos ninguno.
Sin embargo esta simple, que no sencilla solución, parece no convencer a la generalidad,
lo que no sorprende si analizamos que de conformidad con los Prosec publicados el 9 de
mayo, aquellos importadores que se hayan inscrito podrán introducir al territorio nacional
las mercancías que necesiten y que se encuentren listadas en dichos Programas, a un
arancel preferencial o, como ya se mencionó, exento de su pago. Así, la exclamación de
los productores nacionales de aquellas mercancías contenidas en los listados para cada
sector3 ha sido en el sentido de que entonces, la entrada en vigor de ese artículo no
beneficia a los productores de la región, ya que, por medio de los Prosec se continúan
propiciando las importaciones de otros países fuera del TLCAN en condiciones
preferenciales y en su perjuicio.
Aún más, los productores nacionales han manifestado que incluso los Prosec no sólo no
los benefician sino que deterioran su posición actual, ya que de acuerdo con su
regulación, no existe restricción para que las mercancías importadas se vendan en
territorio nacional, por lo que entonces, quién necesitaría contrabando o subvaluación, si
las mercancías que se encuentran en los Prosec pagarán aranceles mínimos o estarán
exentos y podrán permanecer en México en forma definitiva.
Por otro lado, ya se empiezan a escuchar algunos señalamientos relativos a la posible
inconstitucionalidad de los Prosec4, por lo que de ser éstos impugnados y proceder los
agravios manifestados, los Programas de Promoción Sectorial podrían tener menos vida
que el Registro Nacional de Vehículos y las empresas PITEX o Maquilas podrían
colocarse en una situación similar.
El impacto que lo anterior podría tener es en extremo serio, ya que como se encuentra
documentado en el 6° Informe de Gobierno del Presidente Ernesto Zedillo, la industria
maquiladora ha constituido de 1990 al 2000, el 44 por ciento de las exportaciones
mexicanas, trayendo consigo la consecuente inversión y generación de empleos por lo
que resulta obvio el adivinar las consecuencias que traería que estas empresas decidieran
cambiar su ubicación a países en donde la mano de obra incluso es más barata que la
nuestra y en donde sí podrían seguir beneficiándose con un régimen aduanal preferencial.
Y como si lo anterior no pareciera suficiente, el mismo artículo 303 del TLCAN también
menciona que las empresas deberán pagar las cuotas compensatorias que sean aplicables,
aún cuando la mercancía en cuestión se exporte a otro país de la región, situación que
seguramente dificultará la forma de trabajar de estas empresas.
En conclusión, parece que aún y con los buenos deseos del actual gobierno, será el
próximo el que deberá equilibrar y conciliar estas posiciones encontradas sobre los
Prosec, afrontando no sólo los conflictos internos que se avecinan, sino también, las
posibles quejas que sobre éstos tengan nuestros socios comerciales del norte en caso de
que, como es posible, consideren que dichos programas no son mas que herramientas
para eludir los compromisos adquiridos en el TLCAN.
Notas
1 El 14 de noviembre de 1998 se publicaron en el Diario Oficial de la Federación los
Prosec de la Industria Electrónica y Eléctrica, mismos que fueron abrogados por la
publicación del 9 de mayo de 2000.
2 Artículo 3° Transitorio del Decreto que establece los Prosec del 9 de mayo de de
2000.
3 Al momento de elaborar el presente, se han publicado los Prosec de las industrias:
eléctrica, electrónica, del mueble, del juguete y juegos de recreo, del calzado, de la
industria minera y metalúrgica, de la industria de bienes de capital, de la industria
fotográfica, de la industria de maquinaria agrícola y de industrias diversas.
4 Véase "El Financiero" 7 de septiembre de 2000 en donde la Asociación Nacional de
Abogados de Empresa se manifiesta al respecto.
José Manuel Cortés
Servicios Legales, Arthur Andersen. Abogado a cargo del área de Prácticas Comerciales
Organizaciones Empresariales Iberoamericanas
Declaración institucional de la XII Reunión de Presidentes de Organizaciones
Empresariales Iberoamericanas
La pobreza no existe
porque haya demasiada mundialización, sino
porque no hay suficiente o porque capas de la
población no han podido integrarse en la misma.
Los presidentes de las organizaciones empresariales Iberoamericanas, con ocasión de su
reunión en Panamá los días 5 y 6 de octubre del año 2000, adoptaron por unanimidad la
siguiente declaración y conclusiones para su presentación a la X Cumbre Iberoamericana
de Jefes de Estado y de Gobierno que tendrá lugar en Panamá los días 17 y 18 de
noviembre del 2000.
Considerando que la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno va a
centrar su debate en el tema de la Protección de la Niñez y la Adolescencia.
Considerando que las crisis por las que atraviesa la Región de Iberoamérica, siguen
empeorando en algunos casos la situación de pobreza, dejando sentir sus repercusiones
especialmente en algunos grupos de población, como los niños y adolescentes, que se
encuentran en una situación más vulnerable frente a este tipo de fenómenos.
Considerando que entre las lecciones a extraer de las dificultades que iberoamérica ha
experimentado a raíz de las crisis, están el fortalecimiento de la democracia y sus
instituciones, la integración de las políticas de desarrollo económico y la creación de un
contexto de crecimiento económico y progreso para reducir la vulnerabilidad de estos
grupos frente a nuevas alteraciones de la economía.
Considerando que Gobiernos y sociedades iberoamericanas deben afirmar su
compromiso de mejorar y progresar en sus políticas de formación y educación orientadas
a los jóvenes, a través de programas formativos que promuevan su empleabilidad
productiva, y que incidan en su inserción en el mercado laboral.
Considerando que en la actualidad un gran número de niños y adolescentes no reciben
una educación adecuada, privándoles así de las oportunidades de aprovechar plenamente
su potencial, situación que obstaculiza el desarrollo social y económico de sus países.
Considerando la necesidad de introducir en las políticas de cooperación al desarrollo,
programas que faciliten la creación de empresas y empleo productivo, como mecanismo
destinado a incidir de manera efectiva en la reducción de la pobreza.
Considerando que el diálogo entre los interlocutores económicos y sociales es crucial
como medio para combatir la pobreza y proveer la ade cuada protección a la niñez y
adolescencia.
Considerando que los empresarios de Iberoamérica contribuyen mediante su actividad al
desarrollo económico, a genera empleo productivo y, en consecuencia, a reducir la
situación de pobreza.
Considerando que la mundialización ha dado un gran impulso a la mejora de la economía
mundial, creando nuevas oportunidades económicas en países tradicionalmente
industrializados y en países en desarrollo que no disponían de tales oportunidades; no
obstante es una realidad que un número importante de países, por uno u otro motivo, han
visto limitada su posibilidad de beneficiarse de las tecnologías y de los capitales que han
irrumpido en los mercados; por lo que la falta de adaptación a la competencia ha podido
provocar mayores problemas.
Por otra parte, el proteccionismo constituye una limitante a las posibilidades de los países
en desarrollo.
Considerando el esfuerzo que las organizaciones de empresarios de Iberoamérica están
desarrollando para reducir el trabajo infantil, apoyando tanto las iniciativas que la
Organización Internacional del Trabajo impulsa como la Resolución de la Organización
Internacional de Empleadores en esta materia.
Los presidentes de las Organizaciones Empresariales firmantes de esta declaración,
acuerdan elevar a la consideración de los jefes de estado y de gobierno de Iberoamérica
las siguientes
Conclusiones
Primera: Los Gobiernos deberán reforzar la democracia y las políticas de crecimiento y
estabilidad económica, así como los principios de una economía de mercado, abierta y sin
trabas a la libre circulación de bienes y servicios, basada en la iniciativa privada, a fin de
fomentar de forma sostenible, el desarrollo económico, social y tecnológico para genera
empleo productivo y así reducir la pobreza.
Como consecuencia de lo anterior, es fundamental que quienes tienen la responsabilidad
política de dirigir cada país, tengan presente la necesidad de promover y ser ejemplo del
respeto absoluto a la ley, fomentar a través del discurso y la acción una actitud de
cooperación con los sectores privados y sus organizaciones representativas, así como
fortalecer los procesos de modernización del Estado, con objeto de orientarlo hacia la
eficiencia, la transparencia, el combate a la corrupción, el equilibrio presupuestario fiscal
y la priorización de sus erogaciones.
Segunda: El mantenimiento de adecuadas políticas macroeconómicas y la seguridad y
estabilidad jurídica es una condición indispensable para atraer la inversión directa con
vocación de permanencia. La inversión juega un papel decisivo como factor de
modernización, generación de empleo y mejora de la competitividad nacional. Este
objetivo debe enmarcarse en una estrategia amplia y a largo plazo destinada a fomentar la
cooperación empresarial entre los países de Iberoamérica.
Tercera: la respuesta a los retos económicos y sociales de la mundialización radica en
desarrollar, perfeccionar y fortalecer este proceso en igualdad de condiciones para todos
los países. La pobreza no existe porque haya demasiada mundialización, sino porque no
hay suficiente o porque capas de la población no han podido integrarse en la misma.
Cuarta: Para luchar contra la pobreza y propiciar el desarrollo económico sostenible,
favoreciendo la adecuada protección de la niñez y adolescencia, los Gobiernos, deberán
invertir de forma eficiente suficientes recursos para mejorar la calidad de la educación,
infraestructuras físicas, tecnológicas y de comunicación y favorecer entornos normativos
y fiscales que favorezcan las iniciativas privadas en materia de formación.
Quinta: La mejor preparación ante los futuros retos y oportunidades que ofrece la
economía globalizada, pasa por establecer una cultura de aprendizaje permanente, en
especial para la juventud, que facilite el desarrollo de la capacidad de aprender y
adaptarse a los requerimientos de un entorno en cambio constante. Para ello resulta
indispensable aproximar los sistemas formativos a los requerimientos de las empresas,
para contar así con unos recursos humanos cualificados.
Sexta: El fomento al desarrollo de la pequeña y mediana empresa debe ser prioritario por
su aporte a la generación de empleo. Igualmente es necesario simplificar las regulaciones
y racionalizar las cargas tributarias para estimular la integración del sector informal de la
economía.
Séptima: El diálogo social, basado en un espíritu constructivo, es una herramienta de gran
utilidad en la construcción de sociedades modernas, democráticas y estables. En línea
con lo anterior, las Organizaciones empresariales de Iberoamérica, continuarán
ejerciendo el papel que les corresponde como interlocutores sociales y económicos, tanto
frente a Gobiernos como a sindicatos.
Octava: Los empresarios iberoamericanos convocan a sus Gobiernos a unirse a las
iniciativas internacionales que tengan como objeto procurar la protección a la infancia y a
la adolescencia, por lo que recuerdan el llamamiento que hicieran el pasado año a sus
Gobiernos en la Reunión Regional Americana de la Organización Internacional del
Trabajo, para que ratifiquen y apliquen el Convenio núm. 182 de la OIT, referente a las
peores formas de trabajo infantil.
Panamá, 6 de octubre de 2000
Argentina
Unión Industrial Argentina (UIA)
Brasil
Confederacao Nacional da Indústria (CNI)
Chile
Confederación de la Producción y del comercio (CPC)
Colombia
Asociación Nacional de Industriales (ANDI)
Costa Rica
Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa
Privada (UCCAEP)
Rep. Dominicana Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP)
Ecuador
Federación Nacional de Cámaras de Industrias del Ecuador (FNCI)
El Salvador
Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP)
España
Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE)
Guatemala
Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales,
Industriales y Financieras (CACIF)
México
Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos
Mexicanos (CONCAMIN
México
Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX)
Nicaragua
Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP)
Panamá
Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP)
Perú
Confederación Nacional de Instituciones Empresariales privadas
(CONFIEP)
Portugal
Associacao Industrial Portuguesa (AIP)
Portugal
Confederacao da Indústria Portuguesa (CIP)
Uruguay
Cámara Nacional de comercio y Servicios de Uruguay (CNC)
Uruguay
Cámara de Industrias del Uruguay (CIU)
Venezuela
Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción
de Venezuela (FEDECAMARS)
Análisis Internacional
Sección a cargo del área internacional de la COPARMEX
e-mail: ssoto@coparmex.org.mx
Sergio Soto Priante
Director de Relaciones Internacionales
Agenda empresarial internacional para el 2000
Los organismos que representan al sector empresarial en los foros internacionales son
principalmente tres.
La Organización Internacional de Empleadores (OIE) , cuyo campo de acción es el socio
– laboral y es el interlocutor empresarial principalmente ante la Organización
Internacional del Trabajo (OIT).
El Business and Industry Advisory Committee to the OECD (BIAC). Este organismo
cubre una amplia gama de aspectos y tiene el estatus de organismo oficial de consulta
para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE).
La International Chamber of Commerce (ICC) atiende una serie de asuntos de interés
para el sector privado y actúa frente a la ONU y sus agencias donde tiene estatus de
órgano oficial de consulta. También es el interlocutor empresarial frente a otros
organismos internacionales como la OMC, el G7, y la Comisión Europea.
Cada uno de ellos prepara sus agendas de trabajo de conformidad con las prioridades de
sus interlocutores y las tendencias que se presentan en el entorno internacional.
Para la OIE tienen prioridad los temas que se discutirán en el 2001 durante la
Conferencia Internacional del Trabajo y son a saber: la seguridad y salud en la
agricultura; las cooperativas y el tema de la seguridad social.
Para el BIAC las prioridades son el tema de la biotecnología; la educación y capacitación
de cara a la Nueva Economía; el desarrollo sustentable; la desregulación; lo relativo a la
llamada Sociedad de la Comunicación; y la implementación de los Lineamientos de la
OCDE para las Empresas Multinacionales.
Para la ICC las prioridades estratégicas se pueden resumir como sigue: empujar una
nueva ronda de negociaciones en la OMC; profundizar en el debate sobre la
globalización; apuntalar con datos duros los documentos de la ICC sobre nuevas
tecnologías; establecer un diálogo con algunas ONGs; reforzar la posición empresarial
respecto al Acuerdo Global propuesto por el Secretario General de la ONU.
Reunión de Presidentes de Organismos Empresariales de Iberoamérica en Panamá.
Como cada año (con excepción del pasado), la Organización Internacional de
Empleadores convocó a los presidentes de los organismos empresariales a una reunión
anual previa a la reunión de jefes de estado y de gobierno de la región Iberoamericana
En esta ocasión el tema central es el papel de los organismos empresariales frente a la
pobreza y la marginación social.
El documento recoge información estadística sobre la realidad regional y propone 3
elementos como pilares para que los países de Latinoamérica remonten los problemas
causados por la marginación y la pobreza: en primer término parten de que para
redistribuir la riqueza, lo primero que se tiene que hacer es generarla; el segundo
elemento indispensable es el diálogo social que evite la dispersión de esfuerzos y
finalmente el último elemento es el reconocer los efectos de la globalización y utilizar su
dinámica para luchar contra la pobreza y marginación.
Finalmente se dedicó una parte de la reunión a preparar el Primer encuentro Empresarial
Unión Europea – América Latina y el Caribe que se realizará a fines del presente mes y
en la cual COPARMEX tendrá un destacado papel.
Conferencia Regional Latinoamericana de la ICC en La Habana
Contra todos los pronósticos la Conferencia Regional de la ICC para el área
Latinoamericana se llevó a cabo en La Habana, Cuba a mediados del pasado mes de
octubre.
La delegación empresarial de México que participó en el evento estuvo encabezada por el
Ing. Guillermo Cadena Acevedo y participaron en ella el Lic. Juan Luis Prieto, el Dr.
Claus von Wobeser y el Lic. Manuel Martínez Domínguez en su carácter de Presidente
Latinoamericano de la ICC.
De la reunión llaman la atención las declaraciones del actual Vicepresidente de la ICC y
futuro presidente de la misma Richard D. Mc Cormick. El ex presidente de US West
pidió al gobierno de su país a levantar el embargo contra Cuba, mismo que afecta más a
los cubanos que al gobierno de
Fidel Castro.
En otra intervención el Sr. McCormick hizo notar que la falta de una modernización
aduanera puede ser un factor decisivo en la pérdida de oportunidades cmerciales para
América Latina.
Por su parte el presidente mundial de la ICC el Sr. Adnan Kassar, invitó a la nación
Cubana a tomar su lugar en la nueva era que arranca.
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