(coord.) Miradas Alternativas al Neoliberalismo II

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México, 2012
Partido de la Revolución Democrática
Benjamín Franklin núm. 84
Col. Escandón, Del. Miguel Hidalgo
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Instituto Nacional de Investigación, Formación Política
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Odontología núm. 76
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04360, México, D.F.
http://formacion.prd.org.mx
Miradas alternativas al neoliberalismo
II. Dimensiones económicas de la crisis
Arcadio Sabido Méndez, Andrés Peñaloza Méndez
y María Alejandra Hernández (coords.)
ISBN: 978-607-9219-06-2
ISBN de la obra completa: 978-607-9219-04-8
Coordinación de producción: Édgar Abel Avilés Gómez
Selección de las apostillas: Ignacio Rodríguez Moncada
Producción editorial
Altas y Bajas, Servicios Editoriales,
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Impreso en México / Printed in Mexico
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Director ejecutivo de Investigación Socioeconómica y Política
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Director ejecutivo de Capacitación en Políticas Públicas y Gobierno
Juana Bonilla Jaime
Dirección de Proyecto de País
Índice
Presentación
7
Introducción
Las alternativas progresistas, por la vía democrática
Arcadio Sabido Méndez
9
Desarrollo regional, empresarios y política pública
Luis Alfonso Ramírez Carrillo
23
La participación del Estado en el desarrollo
económico de México
Gerardo González Chávez
41
Economía amafiada / El crimen organizado
en el México neoliberal
Felipe Zermeño
57
Política macroeconómica, crisis global y coyuntura
de transformación
Jorge Franco López
67
Crisis, neoliberalismo e industria audiovisual
en México
Irma Portos Pérez
77
Propuesta para revertir la política neoliberal
en la exploración y extracción petrolera
Fabio Barbosa Cano
89
6
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Campo y soberanía alimentaria
Armando Bartra y Víctor Suárez
99
Neoliberalismo y pobreza
María Alejandra Hernández
131
El bajo crecimiento económico y las políticas públicas
Gustavo Aguilar Micceli
159
Desarrollo económico alternativo
Andrés Peñaloza Méndez
165
Presentación
M
iradas alternativas al neoliberalismo, I. Dimensiones sociales de la crisis,
y II. Dimensiones económicas de la crisis, es el primer resultado de la
investigación “Estudio de grandes problemas nacionales y alternativas democráticas. El México del siglo XXI”, que se desarrolla en el Instituto Nacional de Investigación, Formación Política, Capacitación en Políticas Públicas
y Gobierno, del Partido de la Revolución Democrática, con financiamiento
público otorgado por el Instituto Federal Electoral.
En términos generales, con esta investigación se intenta responder a la
crítica que desde el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
se plantea a los partidos políticos por haber perdido su capacidad de reformadores sociales. El desinterés en la formulación de propuestas de reformas,
según el PNUD, ha permitido que los ciudadanos orienten sus apoyos electorales hacia la personalidad de los líderes, dando paso a la reproducción del
caudillismo, en vez de hacerlo hacia los partidos y sus programas políticos.
En lo particular, el propósito de dicho estudio es sumarnos a la tarea
emprendida por una pluralidad de individuos y colectividades, tanto de
México como de América Latina, para construir proyectos de desarrollo
nacional alternativos al que en la actualidad impone el neoliberalismo. Mediante sus reformas estructurales (modernización), este tiene el propósito
de cambiar las prioridades productivas y distributivas de la riqueza, para
el beneficio de los consorcios empresariales.
Con Miradas alternativas aspiramos a colaborar, junto con intelectuales,
movimientos y partidos de centro-izquierda, en la construcción de los
consensos sociales y políticos que requiere todo proyecto progresista de
desarrollo para convertirse en programa de gobierno.
Introducción
Las alternativas progresistas,
por la vía democrática
Arcadio Sabido Méndez
Cambiar el mundo, ya no es un sueño
M-15, España
Las alternativas como lucha ideológica
N
o hay alternativas al modelo neoliberal. Esta es la idea central del
discurso gubernamental y de los organismos financieros internacionales. Toda crítica y propuesta para cambiar dicho modelo es desechada y
reducida a deseo sin fundamento. Los neoliberales se niegan a reconocer
las propuestas que han surgido del Foro Social Mundial y de la sociedad
civil crítica al Foro de Davos, la Organización Mundial del Comercio y el G20; se niegan a escuchar los reclamos sociales de los movimientos de indígenas, de obreros, de jóvenes e indignados del mundo, e incluso combaten
las alterativas programáticas de los partidos y gobiernos progresistas de
América Latina. Esta soberbia los lleva a no interesarse por conocer las
formulaciones teóricas elaboradas por intelectuales críticos de dentro y
fuera de las universidades.
Los neoliberales no quieren discutir con sus críticos. Y esta actitud autoritaria, del ya conocido ni los veo ni los oigo, se afianzó cuando se debilitaron
los contrapesos sociales y políticos representados por el socialismo real,
la socialdemocracia y el sindicalismo. De este modo, han impregnado el
ambiente público mundial con el dogmatismo de la supremacía del mercado sobre el Estado, considerado como la única estrategia viable para el
desarrollo económico, e insisten en que cambiarla significa empeorar las
cosas. Pero ya transcurrida la primera década del siglo XXI, en el horizonte
se configuran nuevos contrapesos representados por los movimientos y
10
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
organizaciones progresistas del mundo, y por el ascenso de los partidos y
gobiernos de centro izquierda en Latinoamérica. Estos nuevos contrapesos
abren la esperanza de cambiar el modelo neoliberal por un proyecto progresista y democrático.
El neoliberalismo no es solo un programa económico, también es político e ideológico. Sus defensores, con un discurso hegemónico en los medios
de comunicación, construyen consensos en su favor y, al mismo tiempo,
abren un abismo entre los ciudadanos y las oposiciones críticas. Por un
lado, generan conformismo y fomentan el individualismo con la intención
de aislar a los gobernados; suprimir el espíritu de solidaridad necesario para
enfrentar los problemas sociales e individuales que produce su programa;
y neutralizar los reclamos y exigencias ciudadanos para que los gobernantes
actúen con transparencia, rindan cuentas y entreguen buenos resultados
sociales. En el dogma mercantilista no caben los ciudadanos críticos, solo
los consumidores, y al instituir al empresario como su modelo social, margina y desprecia al trabajador, y le cierra las puertas del progreso a los
pobres. Por el otro lado, a golpe de propaganda los neoliberales presentan
a sus críticos, en especial a los partidos y organizaciones de centro-izquierda, como irresponsables y carentes de propuestas viables para el desarrollo
económico.
Ante el programa neoliberal que se autoerige como la única opción
posible, la construcción de alternativas constituye un objetivo estratégico
para las fuerzas progresistas. Desde la perspectiva de la democracia mexicana, el diseño de un programa político, económico y cultural alternativo
al neoliberalismo podría ser un elemento sustancial para su consolidación,
pues solo así los ciudadanos tendrán la posibilidad de escoger entre opciones diferentes. Se sabe que gran parte del malestar contra la democracia
responde a los malos resultados sociales de los gobiernos que se han alternado la silla presidencial desde 1982. Para transformar ese malestar en
apoyo cívico, los ciudadanos y ciudadanas requieren de verdaderas alternativas para que puedan seleccionar la que más les convenga. Solo cuando
la ciudadanía ejerza en libertad y a conciencia su derecho de premiar y
castigar con su voto a los representantes, podrá obtener mejores resultados
del gobierno, y con ello mejorará su opinión sobre nuestra democracia.
En México hay dos grandes opciones de desarrollo nacional. Si miramos
con atención los programas de los principales partidos políticos, descubriremos que los dos que han llegado a la presidencia de la república desde
1982, postulan y defienden los lineamientos económicos y sociales derivados
Introducción / Las alternativas progresistas, por la vía democrática
11
del consenso de Washington. Por su parte, las oposiciones de centro-izquierda proponen proyectos alternativos. Y como la hegemonía mediática neoliberal impide que la mayoría de los ciudadanos distinga las diferencias entre
estas dos opciones, las fuerzas progresistas necesitan socializar un discurso para evidenciarlas, y hacer efectiva la competitividad entre opciones
políticas diversas.
La construcción de una alternativa al neoliberalismo pasa por diversos
procesos. Los inevitables son tres: su formulación teórica-programática, la
creación de los consensos sociales que le imprima fuerza competitiva, y su
conversión en política de gobierno con el voto mayoritario de los ciudadanos. Todos estos procesos implican discusión, diálogo, controversia, lucha
ideológica y acuerdos políticos.
Para culminar este objetivo estratégico, las fuerzas progresistas necesitan afianzar su papel de reformadoras sociales. Para ello tendrán que
romper las barreras que simultáneamente las ha mantenido dispersas en
distintos campos organizativos, y socialmente separadas de la mayoría de
los ciudadanos. Pero, sobre todo, les resulta imperativo emprender una
lucha cultural e ideológica en todos los espacios de la sociedad, en especial en los medios de comunicación, para popularizar la idea de que sí
existen alternativas democráticas de desarrollo nacional y regional. Para
conquistar el apoyo de la ciudadanía a este nuevo modelo, se necesita convencerla de que sí es posible retomar el crecimiento económico; que México sí puede ser una potencia emergente y soberana; que sí es posible
disminuir las desigualdades sociales, sacar de la marginación a quienes viven
en la pobreza, y darles a todos certeza de progreso con base en una economía fuerte capaz de garantizarles educación, salud, trabajo, buenos ingresos
y seguridad.
En México las alternativas de desarrollo al neoliberalismo se mueven
simultáneamente en el terreno de la construcción científica y programática,
y en el de la creación de consensos sociales. El pensamiento crítico, desde la
academia, las organizaciones civiles y los partidos políticos, ha desarrollado
serios análisis sobre los principales problemas nacionales y formulado diversas propuestas de solución. Si bien a estas alternativas les faltan los
consensos sociales y electorales necesarios para ser convertidas en programa de gobierno, ello no ha impedido que en las experiencias gubernamentales del PRD, se hayan aplicado algunas medidas alternativas, sobre todo
en aspectos de política social, como la pensión universal para los adultos
mayores en el Distrito Federal.
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Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
A pesar de los avances en la construcción de alternativas, constatables
en los escritos de intelectuales y en los documentos básicos de las organizaciones políticas del centro izquierda, aún se padece de una debilitante
dispersión teórica y práctica. Existen todavía dificultades para desatar la
deliberación pública de modo sistemático, debido a que buena parte de las
propuestas alternativas no se traduce en contenidos del discurso progresista, ni se encuentra en la agenda de la lucha ideológica contra el neoliberalismo. Ante esta realidad, es necesario impulsar acciones de consensos
que se planteen dos metas simultáneas: por un lado, rearticular las diversas
propuestas alternativas, y por el otro, promover la cohesión programática
de un amplio bloque social e ideológico progresista.
No puede obviarse que la conversión de las ideas alternativas en discurso político, en consensos sociales y en programas de gobierno, no es un
asunto de simple voluntad. Dicho proceso es el resultado de la lucha ideológica y política que se desarrolla cotidianamente en todos lo espacios
públicos, en los medios de comunicación, en las escuelas, los cafés, las familias, los recintos legislativos, los partidos, los sindicatos, las manifestaciones públicas, en fin, en todos los espacios donde se platica, se discute,
se delibera.
La importancia de esta deliberación pública muestra otra realidad: las
rutas contradictorias que han seguido el neoliberalismo y el progresismo.
El programa neoliberal se convirtió en estrategia política, ideológica y económica mundial a partir del acuerdo adoptado entre las élites financieras
internacionales, y los gobiernos de las potencias europeas y estadounidense, que culminó en el conocido consenso de Washington. A este acuerdo se
sumaron con docilidad los políticos neoliberales de las naciones subdesarrolladas, quienes coincidieron con dicho consenso y aceptaron la apertura económica para sus países mientras las metrópolis practicaban el
proteccionismo (Stiglitz, 2002:16 y 31).
Colocados en la cúpula del poder, los neoliberales mexicanos cumplieron la tarea de imponer de modo autoritario su programa. Ofrecieron la
modernización y sus reformas estructurales como el camino que llevaría
a México al primer mundo, al crecimiento económico, a la disminución de
la deuda externa y a mejorar el nivel de vida de los mexicanos. Este discurso
esconde su objetivo estratégico: debilitar la acción social y económica del
Estado, fortalecer a las llamadas fuerzas del mercado (es decir, consorcios
empresariales nacionales y extranjeros), y cambiar en favor de estas la
distribución de la riqueza nacional.
Introducción / Las alternativas progresistas, por la vía democrática
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Las propuestas alternativas en México y Latinoamérica han seguido la
ruta contraria: la ruta de la democracia. En la medida en que se enfrentan a
los grupos y partidos en el poder presidencial y sus aliados internacionales,
las fuerzas progresistas se ven en la necesidad de luchar a contracorriente
para conquistar el consenso ciudadano. Con este objetivo, sus alternativas
se ponen en juego en los espacios de deliberación pública y, sobre todo, en
los procesos electorales. Como se podrá leer en Miradas alternativas al
neoliberalismo, sí existen propuestas para construir un nuevo modelo de
desarrollo justo, democrático, soberano, socialmente incluyente y ambientalmente sustentable. Lo que falta es la fuerza política que les proporciona
la aceptación social, y el voto mayoritario de la ciudadanía, pues solo con
este las alternativas progresistas tendrán una representación mayoritaria
en las cámaras de Senadores y de Diputados, en el ejecutivo federal y en sus
similares de las entidades de la república.
Como se observa en la experiencia de los gobiernos progresistas de
América Latina, las alternativas cuando alcanzan la legitimidad electoral no
se pueden aplicar como los paquetes de las reformas estructurales, sino
que se mueven en parcialidades, poco a poco, pues cada medida alternativa
encuentra la oposición de las fuerzas neoliberales internas y externas. Así,
incluso, lograda la formulación programática, los consensos y el éxito electoral, las alternativas tienen que bregar contra las resistencias de dichas
fuerzas que conservan importantes recursos de poder. En este sentido, es
claro que el mayor o menor avance en las reformas alternativas depende de
la correlación de fuerzas que haya entre el progresismo y el neoliberalismo,
en cada país y en el escenario internacional.
La estrategia neoliberal
Un hecho ya aceptado de modo general es que entre el liberalismo autoritario aplicado por el PRI, y sus antecesores, en su calidad de partido hegemónico, y el neoliberalismo que empieza en 1983, se observan dos ritmos
diferentes de la economía: altos índices de crecimiento entre 1940 y 1970, y
el estancamiento de la producción y el ingreso nacionales desde 1976 (Álvarez, 2011:77-78 y 82; y Aguilar, 2002:16-19). Los altos índices de crecimiento se alcanzaron mediante un fuerte sector primario orientado al mercado
interno y a la exportación de alimentos y materias primas, la industrialización
sustitutiva de importaciones; el proteccionismo económico estatal, y un
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Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
creciente Estado empresario. Esta estrategia entró en crisis en el periodo
1976-1982 derivando en contracción económica, crecimiento espectacular
de la deuda externa, quiebra de importantes empresas, creciente déficit
presupuestal del gobierno federal, altos niveles de inflación, y descapitalización por la fuga de capitales.
La medicina para dicha crisis fue la estrategia neoliberal. En su paquete de reformas estructurales destacaron sus acciones monetaristas de
control de la inflación, que castigaron la demanda con recortes presupuestales y frenaron los incrementos salariales; y también la privatización de
empresas públicas, la renegociación de la deuda externa, y la apertura de las
fronteras a las inversiones y mercancías extranjeras. Los tecnócratas priistas
primero y los panistas después, convencidos de que dicha medicina curaría
los males que llevaron a la crisis, señalaron como causantes de la debacle
económica al Estado interventor −cuyo desorden financiero había alcanzado déficits presupuestales insostenibles− y al proteccionismo −que había
producido empresas sin capacidad de competir en el mercado externo.
Siguiendo el dogma, los neoliberales mexicanos se propusieron reducir
el papel del Estado en la economía y la sociedad, y fortalecer a los grandes
grupos empresariales vinculados al mercado internacional. Entre sus reformas estructurales priorizaron: a) la reducción del déficit público para garantizar el pago de la deuda externa; b) la ampliación de la base impositiva
y el incremento de impuestos; c) el drástico retiro del presupuesto público
destinado a la economía para reducirlo a los programas de pobres, la educación, y la infraestructura; d) la privatización de las empresas gubernamentales; e) la apertura de fronteras para permitir la libre circulación del capital
financiero y de las mercancías; y f) la regulación de altas tasas de interés y
un tipo de cambio sobrevaluado, para estimular las ganancias de los sectores externo y financiero, concebidos como los motores de la economía.
Los neoliberales no han cumplido sus promesas. La crisis no se disuelve, México no entró al primer mundo, la economía lleva largo tiempo semiestancada, las fuentes de empleo son raquíticas y las condiciones de vida de
la mayor parte de la población no mejoran. Por el contrario, con dicho modelo las deudas internas y externa se incrementan, y los costos financieros
absorben ingentes recursos; la pobreza sigue creciendo, al igual que el
desempleo, la informalidad y precariedad laboral; el poder adquisitivo del
salario se sigue deteriorando debido al propósito gubernamental de incrementar el costo de la canasta básica y de los energéticos hasta igualarlos a
los precios internacionales. Las exportaciones y las importaciones no son
Introducción / Las alternativas progresistas, por la vía democrática
15
el motor de la economía pues sus componentes nacionales son mínimos; la
competitividad de México en el mundo no mejora; las cadenas productivas
nacionales están desarticuladas del sector externo; la crisis productiva y
social del campo se profundiza pues a la sequía natural el gobierno le agregó la sequía financiera. Por todo ello, el mercado interno se debilita, junto
con nuestra soberanía nacional (Álvarez, 2011:82-84, 96-99, y 2006:26-29;
Calva, 1999:96-106; Ortiz, 2010:211-222; y Villagómez, 2011:171-198).
Las consecuencias sociales de la estrategia neoliberal están a la vista:
la planta productiva nacional no puede proporcionar trabajo a quienes lo
necesitan. El gobierno ya no quiere financiar la educación pública gratuita
en los niveles medio, superior y de posgrado, pues su proyecto es dejar
estos niveles educativos bajo el control del capital privado, sin importarle
que un creciente número de jóvenes se quede sin estudiar ni trabajar. La
corrupción sigue aumentando y el uso patrimonial de los recursos públicos
que enriquecen a los amigos y parientes de los gobernantes, es una seria
ofensa nacional. La inseguridad pública se ha convertido en una de las
principales preocupaciones de los mexicanos, y el gobierno muestra seria
incapacidad para frenar la violencia criminal. La desigualdad social se ha
profundizado como lo muestra la indignante polarización entre una élite de
muy ricos y una mayoría de muy pobres. En tales condiciones los ciudadanos han perdido la esperanza de prosperar.
Estos indicadores son el resultado del dramático cambio regresivo en
la distribución de la riqueza producido por la estrategia neoliberal. De continuar las reformas estructurales para insistir en fortalecer al mercado y
debilitar al Estado, con las que los ciudadanos no encuentren otra salida a
su situación de limitaciones económicas, la nación podría caer en una espiral de violencia social. Estas expresiones de violencia se han presentado ya:
están en el sentimiento de la gente de aquellas comunidades que, cansadas
de la impunidad y la ineficacia gubernamental para hacer justicia, se han
atrevido a tomarla con sus propias manos. El peligro aumenta ante la realidad actual caracterizada por la otra violencia, la estimulada por la guerra
gubernamental contra el crimen organizado, que ha traído más sufrimiento
para los mexicanos inocentes que han quedado atrapados en las estadísticas
de las decenas de miles de muertos y desaparecidos.
En el contexto internacional el neoliberalismo muestra síntomas de debilidad. Si bien sigue instalado como la estrategia de dominio mundial del capital financiero y de las potencias económicas, su agotamiento se evidencia
con la crisis financiera que desde 2007-2008 padecen las grandes y medianas
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Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
economías. Las tendencias macroeconómicas hacen pensar en una “Gran
Recesión Global” (Villagómez, 2011:219). Esta realidad está más cerca de lo
esperado, como lo anuncian tanto la inestabilidad económica de Europa,
como las alarmas prendidas por los tecnócratas del G-20. Sin embargo, la
crisis capitalista global y del modelo neoliberal, así como su incapacidad
para impulsar el crecimiento económico y la distribución justa de la riqueza, nos recuerda la paradoja apuntada por Atilio Borón en el sentido de que
si bien el neoliberalismo ha fracasado, pues no ha sacado del subdesarrollo
a ningún país, mantiene una gran fortaleza ideológica.
Los neoliberales mexicanos acostumbran decir que la crisis viene de
fuera, que la economía mexicana está blindada a sus efectos recesivos, y
que si las cosas no marchan bien estarían peor con otro modelo económico.
Así, aunque la medicina ha agravado la enfermedad, los neoliberales insisten
en que es necesario continuar con las reformas estructurales. Sus objetivos
siguen en pie, ahora tienen en la mira privatizar el petróleo, la electricidad,
las pensiones, la educación, la salud, y legalizar la flexibilización del trabajo
para aumentar su precarización y, con ello, las ganancias empresariales. Todo
esto a contracorriente de las críticas, reclamos y protestas que señalan sus
devastadores efectos en el bienestar de millones de seres humanos.
Las alternativas progresistas
En México y en América Latina sí hay alternativas económicas y sociales
al neoliberalismo. En nuestro país estas se pueden ver en las críticas y
propuestas formuladas por intelectuales, partidos políticos (PRD, PT y Movimiento Ciudadano) y movimientos sociales como el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y la Fundación para la Democracia. Algunas de
esas propuestas se pueden apreciar en Miradas alternativas al neoliberalismo,
y en el disco compacto que lo acompaña. Aunque no se cuenta todavía con
una formulación integrada de alternativas progresistas, hay que reconocer
que algunas de ellas ya se han aplicado, sobre todo en los gobiernos perredistas del Distrito Federal.
En el plano de la formulación teórico-programática, se pueden constatar
las coincidencias que existen en temas como: el giro que requiere la economía
para hacer cumplir la esperanza del buen vivir; la creación de un nuevo Estado de bienestar que en equilibrio con el mercado y las organizaciones
sociales, garantice dicha función económica; la necesidad de diversificar las
Introducción / Las alternativas progresistas, por la vía democrática
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relaciones comerciales, en especial con Latinoamérica, para reducir la pesada dependencia respecto al mercado norteamericano; y la centralidad que
en todos esos cambios debe tener la sustentabilidad medioambiental del
desarrollo.
También destacan las propuestas para cambiar la dependencia de las
inversiones extranjeras por el impulso del ahorro y la inversión endógena;
reactivar el crecimiento económico con un nuevo papel regulador del Estado
y de sus inversiones; rearticular el mercado interno con base en cadenas
productivas estratégicas; elevar la productividad con innovaciones tecnológicas como palancas para la competitividad internacional; vincular el sector
externo con el mercado interno; regular el movimiento parasitario del capital
financiero y estimular la inversión productiva; hacer que los bancos, incluido el Banco de México, cumplan con su función de desarrollo y de estímulo
a la inversión; equilibrar el desarrollo entre las regiones; colocar de nuevo al
campo con una función económica y social estratégica, como es alcanzar la
soberanía alimentaria; revisar los tratados de libre comercio con criterios
de políticas compensatorias y de reconocimiento de las asimetrías entre los
países firmantes; y, en general, buscar la reducción de la pobreza y de las desigualdades sociales con base en el estudio, el empleo y los salarios.
El neoliberalismo se propuso y logró cambiar las prioridades en la producción y distribución de la riqueza nacional. Las estrategias alternativas
de desarrollo también se proponen cambiar dichas prioridades. Contra este
propósito de cambio se centra la resistencia de los neoliberales, y es allí
donde se encuentra el meollo de la lucha política e ideológica de las alternativas. Estas parten de establecer un vínculo de cooperación entre el
mercado, el Estado y la sociedad. Dentro de la globalización reivindican la
soberanía económica nacional, proponen democratizar la economía y, por
lo tanto, abrir la competencia para limitar el poder de los monopolios.
Las propuestas progresistas conciben la ciencia, la tecnológica y la
educación como la columna vertebral del desarrollo nacional. Consideran
urgente cerrarle el paso a la corrupción, al tráfico de influencias y al uso
patrimonial de los recursos públicos, para destinarlos al impulso del crecimiento económico y del bienestar. En lo social las alternativas plantean
impulsar políticas universales financiadas con recursos estatales derivados
del fortalecimiento de las finanzas públicas, y valorar la propuesta del ingreso ciudadano universal. Llaman a no seguir desperdiciando las bondades
del bono demográfico, y a tomar medidas efectivas para garantizar estudio
y trabajo a los jóvenes.
18
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
El criterio general que orienta las propuestas alternativas es el principio
de la justa relación entre producción y distribución de la riqueza. Y esta
justa relación se funda en una activa participación del Estado, a partir de la
cual se tendrán que revisar los mecanismos de la distribución de los recursos económicos. Entre estos, se prioriza la educación, la generación de
empleos −para satisfacer la demanda de 1’200 000 mexicanos que anualmente ingresan al mercado de trabajo− y la recuperación del poder de compra
de los ingresos. Se insiste en que estudio, empleo y salarios son los mejores
mecanismos para garantizar el progreso de los mexicanos. Esta es una lógica contraria a la neoliberal, para el cual, primero hay que producir y luego
repartir. Y como en el luego se sobreponen los intereses del mercado, estos
erigen un muro infranqueable que excluye a la mayoría de los mexicanos
del reparto de la riqueza con el desempleo, la precariedad laboral, la imposición de bajos salarios, precios altos y educación escasa.
Propuestas como las mencionadas se recogen en la investigación titulada “Estudio de grandes problemas nacionales. Alternativas democráticas
de solución. El México del siglo XXI”. Con este estudio se pretende recuperar ideas del pensamiento crítico formuladas tanto por académicos como
por organizaciones sociales y partidarias del centro-izquierda. El propósito es incorporar al Instituto Nacional de Investigación, Formación Política,
Capacitación en Políticas Públicas y Gobierno, del Partido de la Revolución
Democrática, al dinámico proceso de integración de las variadas propuestas teóricas y programáticas alternativas al neoliberalismo. Y, al mismo
tiempo, contribuir a la discusión pública y a la construcción de consensos
ciudadanos en favor de las alternativas. Con estos objetivos se publica el
primer resultado de dicho estudio titulado Miradas alternativas al neoliberalismo, I. Dimensiones sociales de la crisis, y II. Dimensiones económicas de
la crisis.
En esta publicación los ciudadanos interesados encontrarán ideas críticas y propositivas sobre el neoliberalismo y tendrán la posibilidad de identificar los programas del polo centroizquierdista mexicano. Para ello, Miradas
alternativas se confecciona con los ensayos de 23 intelectuales, en los cuales,
a modo indicativo se les consigna en apostillas ideas sintéticas de propuestas acuñadas por las organizaciones sociales y partidarias centroizquierdistas. Cada apostilla tiene como referente una sistematización temática
de dichas propuestas, que se podrán consultar en el CD que acompaña esta
publicación. En el Instituto estamos convencidos de que el debate político
nacional sobre los programas alternativos críticos del neoliberalismo, en la
Introducción / Las alternativas progresistas, por la vía democrática
19
medida en que se torne de interés general, contribuirá también a la construcción de ciudadanías críticas y, en consecuencia, al proceso de consolidación de la democracia mexicana.
La lucha ideológica y política de los promotores de las propuestas alternativas, no funda su esperanza en que estas se encaucen por el camino
que siguió la formulación teórica de Frederick Hayek, Ludwig von Misses
y Milton Friedman, al convertirse en proyecto político de los banqueros
suecos, los organismos financieros internacionales, y los gobiernos estadounidense y británico (Álvarez, 2011:85). Las elaboraciones teóricas y
programáticas alternativas al neoliberalismo, a pesar de contar con las
aportaciones de connotados científicos sociales, en la medida en que contradicen los dogmas hegemónicos, tendrán que seguir la ruta de la legitimidad democrática. Por esta razón cobra relevancia la lucha ideológica y
cultural para convencer y conseguir el apoyo social, político y electoral de
la ciudadanía en favor de las alternativas progresistas.
Ya hemos señalado que a pesar de los avances teóricos y programáticos y de las experiencias parciales de las alternativas, este proceso padece
la debilidad de la dispersión teórica y práctica. En especial, hace falta un
mayor acercamiento crítico y recíproco entre los programas políticos de las
fuerzas de centro-izquierda, y las elaboraciones de los intelectuales de
dentro y fuera de las universidades. Por ello, en Miradas alternativas se
intenta un movimiento de encuentro entre construcciones teóricas y programa político. Esfuerzos de esta naturaleza podrían darle tanto a la teoría
crítica como a la política de centro-izquierda, la solidez necesaria para hacer
ideológicamente coherente un bloque social progresista, y programáticamente competitivo a este polo político.
En el tomo I, Dimensiones sociales de la crisis, el lector interesado podrá
hallar proposiciones que ponen el énfasis en la necesidad de priorizar en la
agenda nacional para el desarrollo, la investigación científica y tecnológica,
así como la educación nacional en todos sus grados, incluida la educación
para sustentabilidad medioambiental. En este primer tomo se hace un llamado de atención sobre la importancia de desplegar una actitud democrática para el reconocimiento de los derechos de las minorías, como aquellos
ciudadanos con preferencias sexuales diferentes a las heterosexuales. También se aborda el grave problema nacional de la inseguridad y la fallida estrategia militar del gobierno para enfrentar al crimen organizado, así como
el sacrificio que esta guerra, cuyo diseño viene del vecino del norte, ha
provocado en los derechos humanos.
20
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Con una convivencia nacional deteriorada por la violencia y la violación
a los derechos, donde la juventud es la más castigada, se propone una agenda social de los jóvenes, centrada en la estratégica necesidad de incorporarlos al estudio y al trabajo, no solo como asunto de justicia sino de
fortaleza de la nación. A la vista de las dramáticas transformaciones que el
neoliberalismo ha impuesto al trabajo con la flexibilización laboral, cuyo resultado es su precarización para satisfacer las exigencias empresariales de
competir con base en los bajos salarios, se plantea la necesidad de una reforma laboral pero con sentido democrático y progresista. Para reivindicar
la importancia estratégica que para el desarrollo tiene la soberanía nacional,
se argumenta sobre la necesidad de impulsar un cambio sustancial en la
política internacional del gobierno mexicano, con miras a pasar del unilateralismo proestadounidense al multilateralismo de cooperación con los países
de economía emergentes, y con la región latinoamericana. Una propuesta
alternativa en política social es cambiar los programas focalizados, como los
que se aplican en el combate contra la pobreza, hacia programas de cobertura universal, y dentro de estos cobra relevancia la discusión sobre el ingreso ciudadano universal, concebido como un derecho de ciudadanía.
En el tomo II, Dimensiones económicas de la crisis, se abordan los temas
ya señalados sobre la reordenación de las relaciones económicas entre el
estado, el mercado y la sociedad. Parte de este reordenamiento se refiere a
la vinculación del desarrollo nacional con el de las regiones, como un aspecto estratégico para revertir los rezagos que separan el norte y el centro
del sur-sureste. La estrategia alternativa significa reinventar la participación del Estado como un agente central en la distribución de los recursos
y por lo tanto como agente con iniciativa en la formulación de políticas
públicas para el desarrollo nacional en perspectiva regional. En este cambio,
se llama la atención sobre los problemas que presentan las organizaciones
empresariales delictivas, cuyo poder no se reduce al control de mercados
ilegales nacionales, sino que penetran las esferas financieras y de gobierno
y tienden a formar parte de consorcios mundiales. Esto les confiere una
fortaleza inimaginable por los conductores de la fracasada estrategia de
violencia militar para combatir el crimen organizado.
La crítica al relativo estancamiento económico se vincula con la necesidad de regular los monopolios, poniéndoles el contrapeso de la competencia, como sería el caso paradigmático de las comunicaciones. En este
segundo tomo de Miradas alternativas, se muestra la urgencia de revisar
tanto la corrupción que existe en la industria petrolera como los costosos
Introducción / Las alternativas progresistas, por la vía democrática
21
errores técnicos que los neoliberales han cometido en Pemex, empresa que
debería ser una sólida palanca del desarrollo nacional. También se aborda
el grave problema del rezago productivo y social del campo mexicano, que
padece las consecuencias de la política mercantilista que presenta como
ventaja para México comprar los alimentos en el extranjero en vez de producirlos en el país. Esta corta visión mercantilista nos ha convertido de
productores en importadores de alimentos, con el peligro que significa la
dependencia alimentaria para nuestra soberanía política.
El gran problema nacional de la pobreza, que afecta cuando menos a 55
millones de mexicanos, de origen no es un asunto social sino estrictamente
económico, pues es el resultado de la incapacidad del sistema productivo
nacional para emplear a la abundante mano de obra, con salarios suficientes
para el buen vivir, y darle condiciones adecuadas de estudio. Al final de este
tomo se expone en extenso una propuesta de desarrollo económico alternativa y progresista, contextualizada en el ambiente de la crisis mundial del
capitalismo y del modelo neoliberal.
En los escritos que se exponen en ambos tomos de Miradas alternativas
al neoliberalismo se constata que la construcción de estas es un proceso
que exige una amplia y plural participación de individuos y organizaciones.
En tal sentido, esta publicación tiene el propósito de contribuir al debate
nacional y latinoamericano con el que se están conquistando los consensos
sociales y políticos de la ciudadanía, que culminarán, esa es nuestra esperanza, en la legitimidad democrática de las alternativas progresistas. Solamente con esta legitimidad, o sea, con el consenso mayoritario de los
ciudadanos y ciudadanas, nuestras naciones alcanzarán un desarrollo justo,
democrático, soberano, socialmente incluyente, y ambientalmente sustentable. Solo así haremos posible el sueño de ser países desarrollados y soberanamente articulados en una patria grande latinoamericana y caribeña.
Bibliografía
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Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
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fin del neoliberalismo?”, en Jan Rus y Miguel Tinker Salas, México 20062012: Neoliberalismo, movimientos sociales y política electoral. Universidad Autónoma de Zacatecas y Miguel Ángel Porrúa, México.
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Desarrollo regional, empresarios y política pública*
Luis Alfonso Ramírez Carrillo
Sobre las regiones de México
P
ablo Neruda dijo en su poesía que México está en sus mercados. Es
verdad, aunque sociológica y antropológicamente México está en sus
regiones. Al hablar de la política pública y el desarrollo en el México neoliberal resaltan las grandes diferencias regionales y la creciente divergencia
económica y social entre los estados de la república. Pero antes de hablar
sobre la diferente participación de espacios y actores específicos como los
empresarios en los procesos de transformación del país, es necesario aclarar nuestro concepto de región. Las regiones y las identidades regionales de
México son muy variadas, pese a que la historia ha tendido a reducirlas
en número y ampliarlas cada vez a mayores espacios. A las más de 60 regiones culturales correspondientes a las distintas lenguas y grupos indígenas
de la conquista, siguieron no más de ocho o nueve agrupaciones socioespaciales, producto del mestizaje cultural y los accidentes políticos del siglo
XIX, y disminuyeron a lo largo del siglo XX hasta llegar en la actualidad a tres
grandes macrorregiones que, pese a sus grandes diferencias y matices internos, presentan muchas similitudes.
Esta definición de tres macrorregiones es estrictamente operativa y se
ciñe a los criterios histórico-geográficos establecidos por Claude Bataillon
(1988), válidos hasta la firma del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN) y la multiplicación de la inversión extranjera en 1993.
* Este trabajo forma parte del proyecto de investigación de ciencia básica apoyado por Conacyt, clave CB-2008-01 0105749.
24
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
…México, país en tres estratos, recupera la percepción del escalonamiento
climático montañoso en zona tropical, con la clásica visión originada desde la
época colonial, de las tierras frías, templadas y cálidas […] soluciones ternarias
[…] nortes, un centro, trópicos húmedos […] atribuimos un destino particular
al centro de un Estado políticamente muy centralizado, de gran importancia
económica y demográfica […] estos bloques no son de la misma naturaleza,
porque unos perduran por largos periodos, estratificando economías y equipamientos sucesivos, en tanto otros enfrentan ciclos separados, raras veces acumulativos […] (Bataillon, 1997:8).
Pero a partir de la apertura de los años noventa, la globalización establece una permeabilidad diferente al mundo y la sociedad externa y transforma los procesos internos de acumulación, dando origen a nuevos espacios
regionales. El mismo Bataillon plantea que ahora puede pensarse en otra regionalización, sin olvidar que esta es una metodología operativa y un recorte
analítico discrecional. Así, en el México del siglo XXI identifica que se están
construyendo en términos espaciales cinco macrorregiones: el occidente
mexicano, el norte y sus fronteras, el trópico, la ciudad y valle de México y
la región central (Bataillon, 1997:11-19). En su esquema es preferible no
hacer una delimitación por entidad federativa, pues se trata de recortes políticos, y un mapa de la república mexicana ubicaría a distintos espacios
estatales en una misma macrorregión. Sin embargo, consideramos que estas
cinco macrorregiones propuestas están aún en construcción y son resultado de la transición y la apertura.1 A efectos de ubicar a los empresarios
mexicanos, la mayor parte de los cuales están anclados a la historia previa
al TLCAN y lidiando ahora con él, y dado que en este trabajo la región solo
nos sirve como escenario y no es el tema de análisis, mantenemos vigente
la clásica división ternaria del norte, un centro y trópicos (o sur-sureste).
1
Bataillon añade respecto a estas nuevas fronteras movedizas de las regiones mexicanas
modernas: “El México del último cuarto del siglo XX es un espacio que ya no tiene vacíos y
en el que se dispone en todas partes de comunicaciones y de mano de obra. La dinámica
exportadora atañe a zonas cada vez más periféricas: la zona petrolera emigró hacia el este,
los cultivos de exportación se desplazaron hacia el noroeste, los cultivos clandestinos de
droga prosperaron en el sureste. Las industrias exportadoras progresan desde la frontera
norte hacia el interior del país y el turismo internacional se desarrolla en las costas del pacífico o del Caribe. Los flujos de divisas hacia el interior se dirigen sobre todo hacia el centrooeste y secundariamente hacia Oaxaca, regiones de intensa emigración internacional”
(Bataillon, 1997:15).
Desarrollo regional, empresarios y política pública
25
Los trópicos o el sur-sureste
La macrorregión Sur-Sureste de México se define en especial por su mayor
rezago social, pobreza, economía y mercados poco dinámicos, valiosos recursos naturales y un mayor peso social y cultural de la población indígena.
En esta macrorregión el empresariado tiene una menor; fortaleza económica;2 las empresas son más tradicionales y familiares; la infraestructura es
menor; el rezago tecnológico, tanto de tecnologías duras como blandas,
es más visible; y la tendencia a tomar riesgos financieros, créditos y endeudamiento es la más baja del país.3
Un centro y su occidente
La macrorregión Centro-Occidente es la que posee mayor concentración
de capital en las empresas, un componente tecnológico más moderno y
una actitud financiera más dinámica. Es decir, se toman mayores riesgos
respecto al crédito. Hay asimismo una tasa de incorporación más alta de
tecnologías blandas y duras a la empresa. Se revela también un mayor asociacionismo con corporativos transnacionales y en especial con capital
estadounidense. Por sector económico se revela una mayor presencia de
inversión extranjera directa, más diversificada, así como la instalación y
operación de una gran cantidad de oficinas corporativas. El eje Distrito
Federal-Estado de México es el que presenta una actividad empresarial más
moderna y rica, y una mayor presencia de corporativos tanto nacionales
como extranjeros. Los análisis y estudios recientes sobre la competitividad4
muestran, en sus escalas de actividades y valores, que el empresario del
Centro-Occidente y en especial del Centro (Distrito Federal, valle de México)
es el que ha incorporado con mayor rapidez los ideales asociados a la empresa moderna y otorga mayor valor al corporativo privado, tratando de
acomodarse a sus principios organizativos en el mundo de los negocios.
Véanse los resultados de las encuestas sobre competitividad, fortalezas y debilidades de los
empresarios del sureste en Abud, 2007:457-534.
3 Consúltese el capítulo sobre “Mejorar la competitividad y la cohesión social”, en OECD, 2006.
Véanse de la misma serie los análisis sobre la competitividad empresarial comparada en
OECD, 2007. Sobre las diferencias regionales de los empresarios mexicanos véase también
Ramírez, 2010:239-270.
4 Véanse las tablas comparativas que se encuentran en Banco Mundial y Corporación Financiera Internacional, 2008.
2
26
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Los nortes y su frontera
El empresario de la macrorregión Frontera Norte es muy diversificado. Las
escalas y estudios sobre valores empresariales y sobre composiciones modernas o tradicionales de las empresas muestran una identidad con componentes contradictorios. Por un lado tiene en alta estima todo el proceso de
modernización tecnológica y organizativa del corporativismo moderno; y
en cuanto a lo que podemos llamar su identidad profesional, busca identificarse con los componentes del mundo de los negocios estadounidense.
Pero por otro lado muestra ser un empresario muy nacionalista y apegado
a principios éticos y, al menos en el nivel del discurso, a los valores de la
empresa familiar y de las viejas élites empresariales del norte. La situación
de frontera introduce una nueva dimensión en la identidad empresarial, que
es el nacionalismo, o al menos una actitud y una objetivación y toma de
posición respecto a lo nacional, a lo “mexicano”, que no se encuentra, o al
menos no con esa fuerza, en el empresariado de las otras dos regiones
En la Frontera Norte las características de una cultura empresarial diferenciada y competitiva no comienzan con la firma del TLCAN; tienen una
larga historia y un momento cumbre de definición política frente al Estado.
Para ser breves, la historia moderna del empresariado del norte puede
ubicarse con la transformación de los grandes latifundios en varios estados
y el desarrollo de la industria pesada en Nuevo León5 en el siglo XX. Está
marcada por el sentimiento común y compartido de ser colonos, de estar
solos frente al espacio regional y de tener poco apoyo y control del Estado
mexicano. Existe la sensación de aislamiento frente al Estado, pero es relativa, pues los grandes capitales se formaron en íntima asociación con la
inversión, los créditos y las políticas públicas de industrialización en Nuevo
León; con el desarrollo de la industria petrolera en Tamaulipas; con la creación de los grandes distritos de riego en Sonora y Sinaloa; con la apertura
legal para la instalación de maquiladoras en territorio mexicano, en Chihuahua y Baja California; así como, posteriormente, con el contubernio y protección de las autoridades políticas y judiciales para el desarrollo de una
criminalidad dedicada al tráfico de drogas hacia Estados Unidos, que también ayudó a la formación de poderosos capitales.
5
El caso de Monterrey ha sido ampliamente documentado por el historiador Mario Cerrutti
(2000) y por Mario Cerrutti, Isabel Ortega y Lilia Palacios (1999).
Desarrollo regional, empresarios y política pública
27
La fuerte sensación de autonomía, individualismo y orientación al logro
personal que surge en el discurso de los empresarios del norte, parece
provenir de esta historia de lejanía con el poder del Estado, pero en realidad
tiene un componente mucho más objetivo: la colindancia con el mercado más
poderoso y dinámico de América. Es en la frontera con Estados Unidos donde han surgido innumerables oportunidades de hacer negocios, de corto,
mediano y largo plazos, lícitos e ilícitos, en la industria, en el comercio o en
cualquier otro sector. El desarrollo del empresariado mexicano fronterizo
ha ido de la mano de la expansión y crecimiento económico del sur de Estados Unidos, desde la incipiente explotación petrolera en Texas, hasta el
Silicon Valley de California. La economía estadounidense ha ido integrando
a la frontera norte a sus circuitos, y los empresarios mexicanos han tenido que competir, desarrollar, innovar y crecer en una cultura empresarial
basada en empresas privadas, al mismo tiempo que han mantenido los
viejos mecanismos de negociación corporativa y corrupta con las agencias
económicas del Estado mexicano.6 De esta manera, el empresario fronterizo
tiene una doble estructura de oportunidades, las que surgen de la intensidad
del mercado estadounidense y las que provienen de negociar con el Estado
para obtener créditos preferenciales, concesiones, permisos, información
privilegiada y políticas industriales a la medida.
La inversión extranjera, el empresario mexicano
y la competitividad
Después de Brasil, México es la nación con mayor captación de inversión
extranjera directa (IED) en América Latina. Los flujos disminuyeron a partir
de la crisis de 2008, pero en 2007 la entrada de dólares alcanzó un nivel de
232 mil millones, el segundo más alto en toda la historia, solo superado por
el año de 2001, cuando entraron 295 mil millones de dólares (aunque 125
mil millones fueron por la adquisición que Citigroup hizo de Banamex). La
distribución de la inversión muestra cómo las desigualdades regionales se
mantienen en México. Cinco entidades federativas: el Distrito Federal, Nuevo León, Baja California, Chihuahua y el Estado de México captaron 90 por
6
Respecto a los apoyos que nunca dejó de tener el empresariado norteño por parte del Estado mexicano, véase Isabel Ortega Ridaura (2000 y 1998).
28
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
ciento de la IED en 2001 y 73 por ciento en 2007. En contraste, los estados del
sur y sureste −excepto Quintana Roo− mostraron descensos, especialmente
Oaxaca, Chiapas, Campeche y Yucatán (Banco de México, 2007).
Es indudable que la IED llegada a México desde la firma del TLCAN, en
1993, hasta la fecha se ha multiplicado y ha tenido efectos favorables y
desfavorables en el país. Entre los favorables están, por supuesto, la generación de miles de empleos y la exposición de las firmas locales a nuevas
tecnologías. Entre los desfavorables está la quiebra de miles de pequeñas
empresas particularmente en los sectores comerciales y de servicios, que
han lanzado a otros miles al desempleo. Lo más grave para el empresario
nacional es la falta de encadenamientos productivos y, a pesar de la creciente exposición a nuevas tecnologías, duras y blandas, su falta de aplicación
y uso en las empresas mexicanas. Hasta ahora la competencia no ha significado incrementos de competitividad en nuestras firmas.
Esto es un serio problema para México si consideramos que el desarrollo
ligado a la inversión de capital privado está proviniendo de fuentes endógenas de crecimiento empresarial y empleo,
Son las pequeñas y medianas em- mismos que los empresarios mexicanos no
presas las que más generan empleo están consiguiendo crear. La columna verteen México, por lo que habrá progra- bral del crecimiento empresarial mexicano
mas de crédito y facilidades para el está en las empresas pequeñas y medianas
autoempleo para multiplicar este (pymes). En la mayor parte de los países en
tipo de empresas. (Proyecto de Na- desarrollo es en las pymes donde se genera
el mayor crecimiento de empleos y surgen
ción, p. 13)
los nuevos y más capaces empresarios. En
otras palabras, en ellas se realiza la nueva cultura empresarial. En la Unión
Europea las pymes brindan las dos terceras partes del empleo total; en México brindan 80 por ciento del empleo, lo que no está mal y nos pone en el
nivel de países como Italia y Corea.7
Sin embargo, en cuanto a número de unidades productivas, la empresa
mexicana está constituida fundamentalmente (95 por ciento) por pymes. El
problema es aún más grande si consideramos que la mayor parte de las
pymes son en realidad empresas micro, con menos de 10 trabajadores. En
las manufacturas y el comercio, 94 por ciento de las empresas son micro y
7
Según el Observatory of European SMEs (UE, 2007); Korea Federation of Small Business (2007);
e Inegi, Censos Eonómicos (2004).
Desarrollo regional, empresarios y política pública
29
en los servicios sube hasta 97 por ciento (SE, 2003). Un dato que no hay
que dejar pasar es que, si bien las pymes son el tipo de empresa más común
en todos los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE), ninguno tiene un porcentaje tan alto de microempresas
como México. De hecho, con un sector de pymes constituido en 95 por
ciento por empresas micro, México prácticamente duplica al común de los
países de la OCDE. Además, en nuestro país casi 95 por ciento del empleo
en pymes está en las microfirmas (INEGI, 2004).
¿De qué competitividad o de qué nueva cultura empresarial hablamos
cuando nuestro sector empresarial está constituido principalmente por
changarros? Como es lógico, el empleo formal que generan estas microempresas no solo es poco sino de muy baja calidad. Dos tercios de todos
los empleos de la economía formal, donde se ubican estas empresas, pagan
apenas poco más de dos salarios mínimos al día (8 dólares estadounidenses, USD), por no hablar de la falta de seguridad social. Esto, por supuesto,
genera un gran sector informal. Se calcula que 27 por ciento de todo el
empleo en México se ubica en este sector (INEGI, 2007), y aunque no suele
considerarse empresas ni empresarios a aquellos ubicados en la informalidad, muchos de estos negocios son similares a las microempresas incluidas en las pymes formales. También es cierto que algunas categorías
de empleo, como los ubicados entre 2 y 5 salarios mínimos, han crecido
más de 10 por ciento, y los de ingreso superior, hasta 4 por ciento anual
(INEGI , 2007), lo que significa que hay una nueva generación de técnicos
y profesionistas mejor calificados y pagados, pero son una minoría y
suelen estar en las grandes empresas y corporativos, tanto nacionales
como transnacionales.
Los problemas de competitividad del empresario mexicano no radican
en sus limitaciones para construir una “nueva” cultura empresarial, ni en
cambiar valores y actitudes. Radican en que en el pasado corporativo las
políticas públicas crearon estructuras de oportunidades de inversión diferentes en las regiones, y que a partir de un escenario económico neoliberal
han apuntalado a los monopolios y no a las pymes.
La mayor fortaleza de los empresarios de la Frontera Norte radica en
el dinamismo económico del sur de Estados Unidos; la de los empresarios
del Centro de la República, en haber sido los beneficiarios de las políticas de
industrialización durante casi cuarenta años, un mayor mercado interno y
su cercanía al poder político de la capital del país. Las debilidades del empresario del Sur y del Sureste son exactamente estas ausencias.
30
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
La lejanía del mercado estadounidense, un Estado que ha especializado
a la región en la extracción de materias primas y la eliminó por décadas de
sus políticas de industrialización, generó un empresariado con un pobre
mercado interno, dependiente política y económicamente de la inversión
pública y de los enclaves económicos del Estado como el petróleo.
Las culturas empresariales que encontramos, aunque son dinámicas y
proactivas, corresponden a estas condiciones históricas. Cambiando solo
la cultura socioprofesional del empresario, generando solo valores y modernización administrativa, no se generarán empresas más competitivas,
aunque seguramente las que existen mejorarán su desempeño. Si el cambio
no es integral y se modifican las políticas crediticias, de mercado y de acceso a tecnologías, con el necesario liderazgo y protección del Estado, no
veremos nuevas estructuras de oportunidades para las empresas locales y
el éxito será siempre la excepción que confirma la regla. El desarrollo de las
regiones de México estará, por muchas décadas más, en manos de lo mucho
o poco que puedan hacer los sectores empresariales. Y esto es demasiado
importante como para dejarlo solo en manos del mercado.
Desigualdades sectoriales, regionales
y empresariales
Los impactos desiguales de la globalización sobre el sector empresarial se
observan también en los estudios de carácter sectorial, donde, como consecuencia del cambio en las políticas públicas sobre el capital privado, la
debilidad sectorial se transfirió en especial a la empresa privada por el
acelerado proceso de privatización que se vivió en el primer sexenio de libre
comercio. Al parecer la globalización empezó a aumentar la disparidad y
desigualdad de las empresas de manera diferente según los sectores de la
economía de que se hable y la región del país
Sin una política económica inclu- de que se trate. Eso se concluye cuando se
yente no hay política social ade- revisan los procesos de divergencia en el
cuada… (Plataforma, 2009-12, desarrollo de las regiones. Por poner unos
pocos ejemplos, los trabajos de Unger y SalPRD, p. 21)
daña (1999:633-682) muestran que las empresas industriales del norte han logrado crear un mayor número de empleos
y con mejor salario, mientras que en el sur del país todos los indicadores de
empresas industriales muestran muy bajo desempeño, incluyendo los
Desarrollo regional, empresarios y política pública
31
aspectos de participación de población en el sector y número de establecimientos. La zona sur presenta algunas diferencias por estado, pero todas
las participaciones de las empresas industriales son menores que la media
nacional. También queda claro que no se pueden generalizar todos los factores empresariales por zonas geográficas, pues si el empleo industrial es
más amplio en el norte, la productividad industrial es mayor en las empresas
del centro que en las de las otras dos zonas.
Otros estudios indican que quizás hay que relativizar el impacto del
libre comercio sobre las empresas. El trabajo de Berenice Trejo (2008:88-109)
al menos así lo sugiere para el sector industrial. De él se desprende que el
ajuste lento que ha presentado la manufactura no fue desatado en realidad
por la competencia provocada por la liberalización económica, pues ni el
libre comercio ni la estrategia exportadora fueron los que generaron la relocalización y el crecimiento de la importancia de la empresa manufacturera
en el norte y el bajío, sino que reforzaron un proceso ya en marcha años
antes. La autora señala que como la relocalización y la relativa dispersión
de las empresas manufactureras ya estaban en proceso, no pueden ser
atribuidas completamente a las reformas económicas, aunque estas parecen
haber tenido algún impacto, pero ha sido mínimo, pues la actividad manufacturera aún sigue concentrada territorialmente. La desigualdad de las
empresas entre los estados mexicanos era una realidad antes de la apertura y sigue siéndolo años después, por lo que los impactos de la liberalización
comercial sobre el desarrollo regional, en lo que a las empresas se refiere,
ha sido adverso, pero al menos en el sector manufacturero solo ha reforzado tendencias regionales que ya venían dándose desde años anteriores.
El comportamiento de la pequeña y mediana empresa mexicana ha sido
estudiado con mucho interés los últimos años. Esto tiene varias explicaciones, fundamentalmente relacionadas con la competitividad y el empleo.
Hemos visto ya que dentro de los países de la OCDE México es uno de los
que mayor número de pymes tiene en su economía. Además, su número no
solo no parece disminuir sino que está aumentando desde la firma del TLCAN,
en un proceso más relacionado con la precarización del empresariado y el
autoempleo que con la aparición de nuevos segmentos empresariales competitivos y profesionales. En otras palabras, nuestras pymes son más señal
de problemas, déficits y fracasos en el modelo de desarrollo, que de éxitos.
Si el empresario es el principal agente económico e incluso social dentro
de un modelo liberal y se empobrece y vuelve menos competitivo, entonces
el modelo está en problemas. Así, por ejemplo, Bianchi y Di Tommaso
32
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
(2001:1089-1095) señalan que en el escenario nacional después de casi veinte años de apertura comercial, la gran mayoría de las pymes se concentran
en la producción local y tienen problemas graves para sobrevivir en el mercado abierto, lo que es preocupante pues son las que proporcionan la mayor
parte de los empleos del país. Las pymes podrían ser competitivas si recuperaran como conjunto las ventajas colectivas de las que carecen individualmente. Sin embargo, para que esto suceda tendría que darse un
proceso simultáneo de mayor capacitación de los pequeños empresarios y
nuevas formas de política pública que los apoyen.
La creciente competencia obliga ahora a todos los empresarios a entrar
a una dinámica de aprendizaje y cambio permanente, tanto para exportar
como para mantener sus nichos de mercado. Ramírez Reyes (2001:1102-1115)
plantea cómo poco a poco el capital intelectual es la base de la capacidad
competitiva de la organización, se trate de una gran empresa o de una pyme.
Sin embargo, aunque esto ya se acepta por casi todos, el pequeño empresario nacional no parece estar en camino de mejorar sus niveles de capacitación, en gran medida porque las condiciones para competir con el capital
extranjero son desiguales incluso en sus propios mercados locales y tradicionales.
Las políticas públicas de apoyo a las pymes no están siendo muy efectivas, ni en su proceso de capitalización vía créditos ni en su proceso de
capacitación para dotarlas de nuevas habilidades empresariales, vinculadas
a la nueva sociedad y economía del conocimiento. Además queda clara la
necesidad no solo de nuevas políticas, sino también de que sean diferenciadas por sector productivo. Hubert Bernal (2005:300-307) analiza este punto
y plantea que si el reto actual de la economía mexicana es incorporarse de
manera competitiva al proceso de mundialización, no basta una política
industrial orientada a la exportación, se precisa la articulación y el fomento
de las pequeñas empresas como entidades innovadoras vinculadas a la
estructura de producción en áreas geográficas definidas. En especial en el
caso de las pequeñas empresas manufactureras, que tienen que buscar las
posibilidades de formar parte de una red productiva con base en la subcontratación o aglomeración. Aunque tenemos que aceptar que en la práctica
no está sucediendo.
La gran empresa, en especial la industrial pero también cada vez más
la especializada en los sectores de telecomunicaciones, continúa siendo
analizada con mucho interés. Celso Garrido (2001:1063-1070), autor con un
largo interés en la gran empresa industrial privada nacional, estudia sus
Desarrollo regional, empresarios y política pública
33
respuestas ante los cambios internacionales y concluye que lógicamente
son las que mejor se han adaptado a la economía mundial, aunque solo un
número limitado de ellas ha logrado combinar de manera adecuada los cambios organizacionales y productivos necesarios para enfrentar la nueva
competencia, con el aprovechamiento de las ventajas relativas que se derivan
de sus posiciones de liderazgo en el mercado interno, y establecer nuevas
articulaciones entre exportaciones e inversiones directas en el exterior.
Pocas son las que, como Cemex, pueden plantear que su viejo mercado interno protegido es ahora parte de su mapa global de negocios. La mayoría
de las grandes empresas industriales (GEI) que han sobrevivido continúan
apoyándose en el mercado interno aunque hayan tenido éxito en el internacional. Pero su principal problema es que su evolución se acompaña con
bajos encadenamientos al resto de las empresas nacionales, lo que limita la
transmisión de su dinamismo al resto de la economía.
Las investigaciones en torno a las empresas que han sido exitosas y
competitivas en la apertura comercial destacan que el tamaño y la ubicación
geográfica previa en zonas con alta actividad empresarial, densidad económica y oportunidades de mercado han sido claves para mantenerse operando
y aumentar su competitividad. No obstante, muestran también la aparición
de características empresariales entre las que destacan nuevos conocimientos y mejor capacitación de trabajadores y cuadros directivos. Ordóñez
(2001:610-620), al estudiar empresas con distintos niveles de competitividad
en el estado de Morelos, encontró que en las empresas de las que proceden
60 por ciento de las exportaciones, la nueva industrialización cuenta con
ventajas competitivas de orden superior fundamentadas en los recursos de
conocimiento, la alta densidad de capital, la oferta de cuadros empresariales de nivel medio, una fuerza de trabajo calificada y el pago de salarios
relativamente elevados. En cambio, en las empresas exportadoras de la rama
textil y del vestido y en las otras manufacturas que aportan 40 por ciento
de las exportaciones de ese estado, las ventajas competitivas son de orden
inferior, basadas en los bajos niveles de densidad de capital, de la productividad del trabajo y en los salarios menores.
Estudios realizados en estados con importante actividad empresarial
muestran otras características de las empresas exitosas. Así, Corona Jiménez
(2002:724-734) al estudiar empresas exportadoras relativamente exitosas en
Puebla, concluye que todas muestran una importante mejoría del capital
humano y mayor complejidad organizacional. Plantea que en los hechos es
el mercado el que ha guiado a los empresarios, más que la programación
34
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
interna o el apoyo del gobierno. Al acomodarse a las demandas internacionales, las empresas van realizando de manera pragmática los cambios necesarios, además de que la mayor parte de ellas se dedican a la exportación
por las condiciones adversas de la economía nacional, y una vez que entraron a la dinámica de la actividad empezaron a desarrollar capacidad
competitiva. Esto deja en claro la gran importancia que revisten las características de los directivos, así como su capacidad de desempeño en el extranjero, por lo que el capital social y humano ha resultado crucial en el
éxito exportador poblano, dado el carácter más pragmático que planificador
de la empresa mexicana.
El caso de Guanajuato muestra otras facetas que complementan el de
Puebla. Estrada y Terrés (2003:948-954) afirman que las empresas de bajo
éxito tienden a subestimar las actividades y los resultados que se pueden
asociar a una conducta innovadora, en especial en lo que respecta a la utilización de maquinarias y equipos complejos. En cambio, aquellas empresas
que han sobrevivido y crecido muestran un aprendizaje tecnológico asociado a las rutinas de producción, por lo que formalizar la actividad de ingeniería facilita la codificación del conocimiento al proporcionar un soporte
organizacional a la acumulación de la memoria y el capital tecnológico de
las empresas. Quisiera destacar que en el estudio que cito, queda muy claro
que la innovación es más rápida cuando va de la mano de un corporativo
y que la pertenencia de las empresas a un grupo, sobre todo industrial, aumenta la probabilidad de observar conductas innovadoras, ya que la evidencia que nos presenta parece indicar que las empresas independientes tienen
un comportamiento aislado que dificulta la incorporación de tecnología.
Política pública, competitividad empresarial
y desarrollo regional
Dos décadas de apertura comercial y financiera están evidenciando que el
desarrollo regional obtenido en México no solo no corresponde a las expectativas del Estado que impulsó el TLCAN, sino que incluso muestra tendencias
que, si bien no puede plantearse que sean involutivas, sí están aumentando
las divergencias regionales.
Las teorías liberales del crecimiento económico afirman que hay un
proceso de convergencia regional cuando las regiones pobres tienden a
crecer con mayor rapidez que las ricas, con lo cual se reduce el diferencial
Desarrollo regional, empresarios y política pública
35
de ingreso que las separa, y suponen que esto se refuerza en una economía
abierta. Esto no ha sucedido en México, como diversos autores señalan
(véanse en especial a Asuad, Quintana y Ramírez, 2007; y Alba 2007). Fuentes (2003:970-978 y 2008) comprueba que el proceso de crecimiento económico por entidad federativa se alimenta a sí mismo, haciendo que las
regiones ricas crezcan más de prisa que las pobres, y aumentando así su
ventaja con el paso de los años; esta divergencia fue aún mayor a partir de
la apertura comercial que acentuó la diferencia de ingresos. Pero no se trata
solo de una divergencia en los ritmos de crecimiento, sino que se minan las
bases mismas de la competitividad futura de las regiones para desarrollar
empresas tanto por empresarios locales como foráneos, al concentrarse
en unas pocas entidades la infraestructura y el capital económico y social.
Según se desprende de las fuentes citadas, cuatro factores influyen en ello,
y en todos tienen mucho que ver las políticas públicas que orientan la inversión y el gasto social del gobierno, lo que repercute de manera decisiva
en el comportamiento de la empresa y el capital privado, y por supuesto en
los empresarios que toman decisiones que pueden aumentar o disminuir las
divergencias regionales.
El primero corresponde a las economías externas y a las dotaciones de
capital del exterior, ya sea a través de la presencia directa de empresas
transnacionales, de inversión o de flujos financieros a través de la banca y
la bolsa. El segundo corresponde al capital público y a la inversión directa
del Estado en infraestructura. Ambas han privilegiado a las regiones con
mayor peso en los sectores exportadores que tenían ya, desde antes de la
apertura comercial, niveles de productividad y producción superiores a
la media. Esto ha llevado a una intensa y creciente concentración de la inversión extranjera y pública en las regiones de México que ya venían presentando los mayores niveles de desarrollo y crecimiento desde los años
setenta e incluso desde la segunda posguerra. La relocalización territorial
de la industria mexicana y la elevada concentración de inversión, infraestructura y población siguen mostrando una elevada desigualdad en cuanto
a la capacidad para atraer inversión y generar desarrollo.
El tercer factor corresponde a las notables disparidades interregionales
respecto a la disponibilidad y formación de capital humano, con su secuela
de una mayor capacidad de progreso tanto técnico como social y cultural.
Esto es visible en especial si se estudian las ofertas y demandas educativas,
que en las regiones más atrasadas corresponden a estructuras productivas sectoriales y demandas sociales más tradicionales, en tanto que en las
36
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
regiones más dinámicas de México la educación y capacitación es más
flexible, variada y oportuna.
El cuarto factor es una consecuencia de los otros tres y corresponde al
desplazamiento del capital privado, la ubicación territorial de las empresas
medianas y pequeñas y las decisiones de los empresarios mexicanos, que
siguen concentrándose en las regiones del país que desde hace varias décadas han mostrado mayor competitividad, estimuladas por la intensidad
de los otros tres factores.
La cultura empresarial, en consecuencia, no puede comprenderse como
un fenómeno regional aislado ni como la respuesta a un entorno inmediato de mercado, sino como una serie de decisiones que toman en consideración, de manera implícita o explícita, los demás factores mencionados. El
resultado final de este proceso es que, contra lo previsto en los modelos
económicos tradicionales, la apertura comercial se ha visto acompañada
en México de una mayor divergencia en los procesos de crecimiento económico y desarrollo regional y un comportamiento muy tradicional y poco
arriesgado del empresariado en las regiones de México que, en el último
medio siglo, han mostrado menores tasas de crecimiento y bajos índices de
desarrollo social, crecimiento económico y modernidad política.
Un ejemplo de lo anterior es la frontera norte, que ha acumulado un
gran potencial de exportación desde que se le impulsó para estas capacidades a mediados de los años sesenta. Como López Villafañe señala (2004:674),
constituye la zona exportadora más grande de América Latina y, por sí sola,
una de las regiones exportadoras más grandes de su tipo. Sus empresarios
son activos, fuertes económicamente y vinculados al mercado norteamericano y a la exportación. Pese a ello, no podemos encontrar grandes cadenas
productivas ni un sector empresarial altamente integrado. Los clusters y
corporativos existentes, si bien controlan grandes sectores de sus mercados
regionales, no están integrados con fuerza a las cadenas de maquila.
La modernización tecnológica de la industria de la frontera norte se ha
hecho en correspondencia a las necesidades de las empresas transnacionales más que a los requerimientos económicos y de empleo de México, ha ido
ligada a los ciclos de las manufacturas en Estados Unidos y a las devaluaciones, que han hecho a la mano de obra mexicana más barata. Por eso el
crecimiento de la empresa exportadora no ha provocado un encadenamiento con los empresarios regionales en conjunto, ni una expansión sostenida
de la economía. Mucho menos encontramos una vinculación productiva
importante con empresarios de otras regiones del país, por lo cual, pese a
Desarrollo regional, empresarios y política pública
37
ser una de las regiones empresariales más importantes, no ha mostrado
gran capacidad de arrastre o integración con otras regiones de México.
La divergencia regional en cuanto a fortaleza y desarrollo empresarial
tiene mucho que ver con la competitividad del país en su conjunto y, por
supuesto, con el tipo de ventajas que presentan los núcleos empresariales.
Como Romo y Abdel (2005:200-214) han demostrado, la ventaja comparativa
es impulsada por las diferencias en los costos de los insumos como la mano
de obra y el capital. La ventaja competitiva, por otra parte, es impulsada
por las diferencias en la capacidad de transformar estos insumos en bienes
y servicios para obtener la máxima utilidad. La tasa de crecimiento de la
productividad es la medida última de la competitividad. Aunque no estoy
de acuerdo con estos autores cuando siguen el planteamiento clásico de
que la productividad de un país determina su nivel de vida, porque no consideran que esto sucede a largo plazo, y a corto plazo se puede sostener
por muchos años la inmensa desigualdad que provoca una injusta redistribución de la riqueza, no obstante que haya crecimiento. Si bien es cierto
que alcanzar una productividad elevada es condición para sustentar un
rendimiento más atractivo del capital invertido y también mejores salarios
y más empleos. En México existen algunos grandes corporativos y ejemplos
paradigmáticos de empresarios competitivos. Sin embargo, si nos acercamos a las regiones y las comparamos entre sí, encontramos que las divergencias regionales en cuanto a los niveles de desarrollo de los empresarios
mexicanos se construyen en su mayoría más sobre ventajas comparativas
que sobre ventajas competitivas, y aunque seguimos teniendo regiones y
empresarios regionales ganadores, el conjunto de los empresarios mexicanos
sigue siendo poco competitivo.
El tema central para los empresarios regionales a raíz de la apertura
comercial es la competitividad, y al constatar que sus regiones se alejan
cada vez más unas de otras, su principal reto sería mantener sus empresas
operando con eficiencia y creciendo en sus territorios de origen. Sin embargo, no se puede observar la articulación y el fomento de las pequeñas y
medianas empresas como entidades innovadoras, vinculadas a la estructura
de producción en áreas geográficas definidas y con posibilidades de formar
parte de redes productivas. En gran medida esto se debe a que las políticas
públicas que marcan el modelo actual de país, y a las que están atentos los
empresarios más dinámicos, impulsan la creencia de que el futuro económico de México reside en el comercio exterior y en incorporarse de manera
competitiva al proceso de mundialización.
38
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Pero la competitividad para el conjunto de la población de México tiene
relación en especial con el desarrollo social y la redistribución del ingreso
y no solo con el crecimiento económico de las regiones. Si los empresarios,
del tamaño que sean, tienen en sus manos la obligación y la necesidad de
impulsar el crecimiento económico de sus regiones a través de sus empresas, el Estado tiene en las suyas instaurar políticas públicas diferenciadas
que permitan impulsar tanto las empresas locales como el desarrollo social,
para revertir los procesos de divergencia en el desarrollo regional que hoy
existen.
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La participación del Estado en el desarrollo
económico de México
Gerardo González Chávez
L
a participación directa del Estado en la economía es un factor fundamental para entender las condiciones de la evolución capitalista en la obtención y distribución de la riqueza mediante el fomento de la innovación
tecnológica, el gasto en educación, el desarrollo del conocimiento científico
y tecnológico, etcétera, para lograr el incremento de la productividad y la
competitividad en un mundo globalizado. El papel que desempeña el Estado
le da el carácter específico a cada periodo histórico del capitalismo y nos
permite entender las particularidades del desarrollo de las fuerzas productivas en la sociedad contemporánea.
En México, el periodo que va de los años treinta hasta mediados de los
ochenta del siglo XX se caracteriza por un modelo de acumulación intervencionista con un Estado proteccionista-keynesiano, en el que se logran altas
tasas de crecimiento de la economía, una distribución más equitativa de la
riqueza y una estabilidad de la tasa de ganancia. En esta etapa, el Estado fue
el gran promotor de la acumulación capitalista mediante el consumo social,
por la vía de la masa salarial, incluyendo una fuerza de trabajo barata y
controlada; proporcionó un entorno de estabilidad social de largo plazo
al convertirse en el actor económico más importante en la generación de
empleos directos e indirectos, mediante la inversión pública en infraestructura, así como el creador de las empresas estratégicas para el beneficio y
expansión del capital privado nacional y extranjero.
El desarrollo de las fuerzas productivas y las nuevas formas de acumulación, producto del agotamiento del modelo de sustitución de importaciones, planteó la necesidad de transformar el Estado intervencionista en otro
que colocara al mercado en el centro de las decisiones. Este modelo fue
impuesto por el Banco Mundial (BM)1 y el Fondo Monetario Internacional
(FMI),2 mediante una “reforma del Estado” que adaptara sus funciones a las
42
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
necesidades de la acumulación neoliberal, lo que se tradujo en un Estado
minimalista ligado a políticas fiscales y monetarias restrictivas. En esta fase,
la industrialización se orientó hacia las exportaciones, lo cual requería de
la apertura económica, la disminución de la participación directa del Estado
en la economía (la privatización de las empresas públicas), el estímulo a la
inversión privada y la regulación de la fuerza de trabajo.
En este nuevo contexto se fomenta la ideología de una “nueva cultura
laboral” que por decreto acaba con la lucha de clases y el desempleo, al
mismo tiempo que incrementa la productividad y la competitividad mediante la individualización de las condiciones de trabajo, el control salarial, la
fragmentación de la mano de obra, la temporalidad laboral y el desmantelamiento de los contratos colectivos, además de la privatización de las prestaciones sociales, la disminución de los subsidios y demás obligaciones que
el Estado desempeñaba. Se planteó el retiro del Estado3 en la inversión productiva y los aspectos sociales, así como una política de estabilización entre
salarios y productividad,4 conocida como flexibilidad del trabajo, tendiente
a abaratar sus costos e incrementar las utilidades.
El modelo de acumulación neoliberal puso en marcha una política de
restructuración y modernización productiva que redefinió la acción del
Estado hacia la apertura económica y el funcionamiento del mercado. En
este marco, el Estado liberal debería intervenir lo menos posible en la economía y limitarse a ser regulador y auspiciador del proceso, es decir, a ser
un “observador”,5 además de adaptar las condiciones generales a las situaciones tipo, para garantizar al individuo libertad de acción en circunstancias
El Banco Mundial y otras organizaciones internacionales sugieren programas para ayudar a
los países siempre y cuando pongan en práctica reformas en las funciones del Estado orientadas a reducir su papel en algunas áreas de la economía y a encauzar los recursos así liberados hacia actividades básicas (Banco Mundial, 1997:180).
2 El FMI, institución que por mucho tiempo sustentó el proyecto intervencionista, rebasó su
campo básico de competencia en macroeconomía hacia cuestiones estructurales, como los
mercados de trabajo, las reformas de las pensiones, entre otras, para impulsar la nueva religión −el fundamentalismo del mercado− que remplazó a aquella que había demostrado ser
tan defectuosa (Stiglitz, 2002:69, 174).
3 En una economía de este tipo el único orden posible es el “espontáneo”; por tanto, cualquier
intento que haga el Estado por sustituirlo con la planeación, estará mal encaminado (Chang,
1996:173-179).
4 Las modificaciones salariales estarían determinadas por el incremento de la productividad
de la mano de obra (Banco de México, 1994:24), con lo que se reforzaron los mecanismos
para establecer los programas de flexibilidad de la fuerza de trabajo.
1
La participación del Estado en el desarrollo económico de México
43
específicas; el ideólogo neoclásico más importante de esta corriente señala
que “…sólo el individuo puede conocer perfectamente las circunstancias
particulares que le permiten moldear su propia conducta. Su función es la
de hacer cumplir la ley y respetar el orden, proporcionar los medios para definir las reglas de conducta, fallar en materia de litigios, facilitar los transportes y las comunicaciones y supervisar la emisión de moneda” (Friedman,
1980:56-57). El paradigma teórico se resolvió finalmente “…a favor de la
ortodoxia neoclásica, con lo cual quedaron sentadas las bases intelectuales
e ideológicas de lo que se ha dado en llamar la reforma neoliberal o de libre
mercado” (Rivera, 2000:19-20).
La forma de organización del trabajo que funciona mejor en el modelo
neoliberal es el toyotismo, especialización flexible o neofordismo, en la
medida en que propicia el establecimiento de mecanismos para asignar
precios y crear empleos en un mercado cada vez más competido. Se hicieron
a un lado los esquemas empresariales rígidos y se flexibilizó la organización
del trabajo con la incorporación de técnicas mucho más funcionales para
las necesidades competitivas: el trabajo en equipo, los círculos de calidad, la
organización departamental para aumentar la productividad y la calidad
de los productos y propiciar un control mayor de la fuerza de trabajo.
Sin embargo, la innovación tecnológica siguió siendo la forma más eficiente de generar una fuerza de trabajo disponible con la ampliación del
desempleo como forma de darle mayor movilidad al capital y facilitar los
mecanismos para incrementar la productividad e intensidad del trabajo a
través del incremento de la plusvalía absoluta y relativa. De allí que el desarrollo de las nuevas tecnologías, en particular las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC),6 permita una gran eficiencia del trabajo
inherente a la creatividad, la investigación y el desarrollo; también son
sistemas de aprendizaje que obligan a reflejar y acomodar la necesidad de
un aprendizaje de por vida, para desarrollar instituciones y servicios que
El Banco Mundial define así las funciones fundamentales del Estado: mantener el orden público, salvaguardar los derechos de propiedad, encargarse de la gestión macroeconómica, suministrar servicios sociales básicos y proteger a los indigentes (Banco Mundial, 1997:180).
6 Término que hace referencia a una gama de servicios, aplicaciones y tecnologías, que utilizan
diversos tipos de equipos y de programas informáticos y que con frecuencia se transmiten
a través de las redes de telecomunicaciones. Las TIC incluyen servicios tales como: telefonía,
telefonía móvil y fax, correo electrónico, transferencia de archivos e internet (Manpower,
2008:59).
5
44
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
apoyen y permitan el desarrollo de habilidades durante toda la vida laboral
del empleado (Manpower, 2006:14-15).
Los avances en el transporte dan la pauta para que las empresas trasplanten su producción a cualquier lugar del mundo en donde pueden aprovechar una mano de obra mucho más abundante, barata y controlable. Con
estas acciones se pulveriza la distancia geográfica, se intensifica la distribución y se borran barreras para la distribución en el mercado mundial, se
intensifica la competencia y la necesidad de la innovación, así como el impulso por establecer nuevas relaciones de trabajo como es el teletrabajo7
que simplifica, perfecciona y multiplica sus funciones con los nuevos instrumentos de trabajo, creando obreros más hábiles, ordenados y multifuncionales.
Las nuevas relaciones laborales requieren cambios en los sistemas de
enseñanza para el trabajo por lo que los planes de estudio se reforman hacia
una educación que propicie procesos de actualización continua, en donde
“…los jóvenes sean capaces de aprender sobre la marcha para adaptarse a
los cambios del mercado y de la tecnología en los centros de educación.
Una persona que empieza su vida profesional ahora, a lo largo de su vida
cambiará, no de puesto de trabajo, sino de profesión, más o menos cuatro
veces” (Manpower, 2008:7).
Los cambios en los procesos productivos derivados de los requerimientos del
mercado ponen en evidencia la necesidad de una fuerza laboral con un nivel de
habilidades que le permita adaptarse al mercado laboral, es decir, una fuerza
laboral que tenga la capacidad de aprender continuamente para adaptarse a los
cambios con autonomía. Es crucial, en ese sentido, una educación secundaria
de calidad que aliente a los jóvenes a estudiar y a aprender por sí mismos, así
como a trabajar en equipo, de forma tal que apunte a formar más productivamente a la futura fuerza de trabajo (Espinoza, 2011:248).
Para ser competitivo en la economía global, se necesita que los trabajadores sean capaces de laborar en equipo, cuenten con habilidades
de comunicación y relación interpersonal y con la capacidad para la toma de
7
Es una forma flexible en la que una organización permite a un empleado desempeñar la actividad profesional sin su presencia física en la empresa durante el horario laboral, y engloba una amplia gama de actividades por realizar en tiempo completo o parcial (Manpower,
2008:59).
La participación del Estado en el desarrollo económico de México
45
decisiones. Si quiere mantenerse en su empleo, el trabajador requiere múltiples habilidades y una calificación permanente, lo que impone la necesidad
de programas de capacitación y especialización permanentes para todas
las áreas de la empresa, sobre todo en donde se encuentran los modernos
equipos de computación o las nuevas tecnologías, formas de organización
del trabajo y certificación de acuerdo con normas internacionales de calidad.
De aquí surge la necesidad de modificar la política educativa del Estado para
dedicar más recursos a la educación profesionalizante y de carácter tecnológico.
La relación entre educación y trabajo ha sufrido profundas transformaciones en México en los últimos 25 años; el nuevo modelo educativo considera que la educación técnica es un factor esencial para ser competitivos y
cubrir los requerimientos del mercado. Los cambios incluyen el diseño de
nuevas estrategias de formación, instituciones y actores en el campo educativo, así como nuevos esquemas de financiamiento. Otra modificación se
refiere a la relación educación-trabajo como vehículo para el progreso personal y social, la cual ha sido cuestionada seriamente por el alto porcentaje de jóvenes mexicanos que no pueden insertarse en el mercado laboral, a
pesar de tener la calificación necesaria (Morales, 2010:3). Es importante
señalar el creciente monto en la cantidad de recursos destinados a la educación en México que permitió un aumento significativo del promedio
educativo nacional al pasar de un promedio nacional de 4 años en 1980 a
8.7 en 2010. El dato es significativo en términos nacionales, aunque no lo es
tanto cuando lo comparamos con otros países como España, por ejemplo,
que pasó de una educación promedio de 5 años a 10.4, o Estados Unidos,
que inicia con 10.8 y alcanzó una tasa de 12.4 en el periodo de 1980 a 2010.
(Aragonés, 2011:t.4).
La globalización neoliberal puso en el centro de la competitividad, la
innovación tecnológica como forma fundamental de la sociedad del conocimiento para el desarrollo, la inversión y los beneficios. Son estas variables
las que nos muestran las asimetrías existentes entre los países desarrollados
y subdesarrollados, cuando se destaca la proporción del producto interno
bruto (PIB) dedicado a la investigación y desarrollo (I+D). De acuerdo con
los datos de Ana María Aragonés, en el año 2000, Estados Unidos destinó
2.75 por ciento del PIB a investigación y desarrollo, en tanto que México
solo gastó 0.37 por ciento (un año antes fue de 0.44); en 2008 Estados Unidos
gastó en I+D 2.82 por ciento de su PIB, en tanto que México invirtió solo 0.37
por ciento (Aragonés, 2011:t.5).
46
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Los cambios en los planes y programas de estudio en la educación superior orientaron su política a la evaluación por competencias, el financiamiento por programas, la apertura tecnológica, una mayor vinculación con
el sector productivo y a la innovación organizativa y reordenación administrativa. Se instrumentaron medidas para
…deshomologar el salario a través de programas de estímulo al personal académico, la conformación de fondos específicos sometidos a concurso entre las
instituciones como es el caso de los fondos manejados por el Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Fondo para la Modernización de la Educación Superior (Fomes). Se transformó la educación secundaria a través de la
renovación curricular, pedagógica y organizativa que tenía un enfoque academicista hacia la implantación del modelo basado en competencias generales:
comprensión lectora, habilidades en matemáticas y la transmisión de valores
éticos y ciudadanos; reducir la cantidad de asignaturas y aumentar el tiempo
dedicado a cada una de ellas para “ofrecer servicios educativos de calidad para
formar personas con alto sentido de responsabilidad social, que participen de
manera productiva y competitiva en el mercado laboral”. (Morales, 2010:3).
Esta política estableció una serie de acciones entre las que se encuentran: aumentar la cantidad de personas formadas en los centros educativos
para el trabajo, tanto en la modalidad presencial como la educación a distancia, promover los cursos de formación basados en competencias e intensificar el contacto de los alumnos con el sector productivo por medio de
pasantías.
Todas estas políticas públicas “…cambiaron el esquema de asignación
de recursos; la diversificación de las fuentes de financiamiento y la ampliación de los ingresos propios de las instituciones; el establecimiento de
procesos de evaluación en distintos niveles: instituciones, programas, personal académico y estudiantes, a cargo de distintos organismos de evaluación; el inicio de trabajos en materia de acreditación y el establecimiento
de criterios comunes de certificación de profesionales en el marco del Tratado de Libre de Comercio de América del Norte” (Morales, 2010:5).
El éxito de estos programas ha sido muy limitado y se ha concentrado
más en la generación de autoempleo, a partir de la creación de empresas
innovadoras y el papel desempeñado por los empresarios en la creación de
fuentes de empleo propio que incorporen una fuerza de trabajo altamente
calificada en el área de la innovación tecnológica utilizando su ingenio y
La participación del Estado en el desarrollo económico de México
47
habilidad para iniciar una empresa o un negocio, aprovechando una oportunidad comercial que les genere ganancias o la subsistencia. Muchas de
estas iniciativas han sido exitosas porque se ubican en sectores de punta
para el desarrollo tecnológico; sin embargo, también muestran cómo un
programa público puede entrar en contradicción entre el fin social de las
instituciones públicas y los resultados que tienen carácter de propiedad
privada, lo que genera la indefinición y el burocratismo que inhiben los
nuevos programas de innovación.
A raíz de estas transformaciones surgió “…el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), organismo originalmente a cargo del
gobierno federal y actualmente descentralizado y operado por los estados,
aunque con instancia y coordinación federal. Constituye un bachillerato de
tres años en donde los alumnos adquieren un conjunto de técnicas relacionadas a ocupaciones, además de los conocimientos tradicionales de la
educación general, es decir, está orientado a la formación de profesionales
técnicos”. Dentro de la educación no formal, de carácter público o privado,
destacan los centros de Capacitación para el Trabajo (Cecati)8 y los institutos de Capacitación para el Trabajo (Icat), con más de 200 unidades. Los
primeros pertenecen a la federación y los segundos, a los estados. “En este
rubro educativo, se forman recursos humanos para satisfacer las necesidades de los distintos sectores productivos y de servicios. Tiene bajo su responsabilidad la capacitación para y en el trabajo (educación para la vida y
el trabajo). Constituye la oferta más importante en la formación de trabajadores a nivel operarios” (Morales, 2010:14).
Es decir, en el desarrollo de las fuerzas productivas se detecta una
transformación profunda de las relaciones de producción y la organización
social del trabajo y plantea un nuevo paradigma para el funcionamiento de
las “...instituciones gubernamentales, de la sociedad, e incluso de la ideología y la cultura [lo cual] supone un inmenso costo social en términos de
pérdida de prestaciones sociales, empleos y habilidades así como en el
desplazamiento geográfico de las actividades. Por lo tanto, a medida que
el desajuste crece, las tensiones centrífugas y los procesos de desacoplamiento socavan las bases de la economía, acarreando problemas de gobernabilidad y de cuestionamiento a la legitimidad del marco institucional
establecido” (Pérez, 2004:55).
8
Se crearon desde 1988 y a la fecha se han estabilizado (Morales, 2010:14).
48
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Los resultados que reportan denotan que, a pesar de contar con altos
niveles escolares, una gran proporción de los egresados se enfrentan al
desempleo o se ven obligados a aceptar trabajos temporales, con sueldos
miserables y en los que las tareas tienen poco o nada que ver con los conocimientos adquiridos en la escuela. Por tanto, la calidad de la educación es
uno de los principales factores que hay detrás de los problemas de desempleo actual. Hoy en día, al parecer no existen vías de conexión entre estos
dos mundos, tan alejados entre sí, porque por un lado aumenta la distancia entre los conocimientos de los jóvenes y, por el otro, no se cubren las
necesidades de las empresas. La formación profesional ha dejado de ser un
privilegio, carece de valor en el mercado de trabajo y fomenta la desigualdad,
porque si bien el sector productivo demanda trabajadores con mayor preparación, lo cierto es que ocupan empleos que antes eran realizados por
personas sin escolaridad; al mismo tiempo, esta situación da lugar a transiciones escuela-trabajo desiguales, porque para algunos significa nuevas
oportunidades tanto económicas como de desarrollo personal y profesional,
mientras que para otros ha implicado no solo una creciente precariedad
laboral, sino además, el entrampamiento en situaciones de vulnerabilidad que
parecen condenarlos a la inmovilidad en condiciones de desventaja social
(Morales, 2010:16).
Muchas de las prestaciones obtenidas por los trabajadores dependen
de nuevos criterios, por ejemplo, la antigüedad en el trabajo como requisito para la reclasificación se sustituye por el de aptitud para el desempeño
del puesto, o bien se vincula con otros factores para la movilidad de los
salarios, sujetos ahora a los aumentos de la productividad del trabajo. Se
condiciona el ascenso a los programas permanentes de capacitación, y la
movilidad de los trabajadores en los distintos departamentos (multifuncionalidad) es establecida como una forma de intensificar el trabajo, fragmentar la organización obrera y perder la materia de trabajo, entre otros
mecanismos (Hernández, 2010:56).
En síntesis, se pierde la estabilidad en el empleo, las prestaciones sociales son condicionadas a otros mecanismos como el outsourcing, además
de imponer condiciones de trabajo de permanente acoso al trabajador y
amenaza de separación (downsizing y reingeniería) o finalmente darle una
“palmadita” cuando se prescinde de sus servicios (outplacement). Todo esto
muestra la precariedad del mercado de trabajo y se impone con distintos
mecanismos como “…la teoría de la organización del trabajo que ofrece e
impone al trabajador joven mecanismos extralegales, en tanto le ofrece su
La participación del Estado en el desarrollo económico de México
49
primer empleo y el mercado de trabajo lo posibilita” (Lañas y Bouzas,
2010:268).
En la producción, la distribución y los servicios, la subcontratación9
experimenta un éxito espectacular porque a través de este mecanismo se
establecen rápidamente las condiciones requeridas por el neoliberalismo
para reducir los costos laborales, aumentar la productividad, mejorar la
calidad de los productos y lograr un entrenamiento especializado en todas
las áreas del proceso productivo para hacer uso de los modernos equipos
de computación, además de aplicar las nuevas formas de organización del
trabajo. Con ello se logran grandes ventajas para las empresas contratantes
como son: el traslado de diversas funciones o actividades de un proceso
productivo integrado a otras unidades económicas (personas físicas o morales) real o ficticiamente ajenas a la empresa que organiza el trabajo, delegando tareas específicas asociadas con una empresa particular que va a
desempeñar la función o funciones que antes se desarrollaban dentro de la
propia empresa. Además, les permite disminuir costos de producción y
obtener ganancias extraordinarias vía la productividad e intensidad del
trabajo, pero también por la extensión de la jornada de trabajo o la fragmentación de la misma con la subordinación a las necesidades de la demanda;
asimismo, con la eliminación de cláusulas contractuales −asistencia, puntualidad, antigüedad, capacitación y productividad− logran beneficios extraordinarios al condicionar el pago del reparto de utilidades, prima
vacacional, aguinaldo, prima por asistencia, premio por productividad,
entre otros.10 Aunque también destaca la limitación de la libertad sindical,
el derecho de huelga, la disminución de las prestaciones sociales e indemnizaciones,11 en conjunto se obtienen bajos salarios y deplorables
condiciones de trabajo. Sin embargo, esos cambios aligeran la estructura
administrativa de la gran empresa y transfieren parte del riesgo y el costo
Son empresas contratadas ex profeso para elaborar parte del producto o realizan alguno de
los servicios que requieren las plantas, como limpieza, mensajería y cobranza (De la Garza,
1998:23).
10 La propia OIT señala que la creación de los empleos informales ha generado: bajos ingresos,
inexistencia de contratos laborales, falta de prestaciones sociales, no-afiliación a organizaciones laborales, con un uso de tecnología atrasada y empresas muy pequeñas (OIT,
2002:38).
11 En las primeras propuestas de reforma laboral en la Cámara de Diputados, ya se discutían
los aspectos relacionados con el banco de horas, eliminación del tiempo extra, contratación
a prueba y eventuales, y facilidades para el despido sin indemnización (Barba, 2003:52).
9
50
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
de la crisis a sus socios (Martínez, 1998:307-308), al mismo tiempo que logran
un mayor control sobre la fuerza de trabajo porque los asalariados tienen
menores posibilidades de organización y protesta.
La precarización del mercado de trabajo ha sido generalizada y ello se
demuestra cuando se revisan los datos mundiales proporcionados por la
Organización Internacional del Trabajo (OIT). En la crisis de 2000, el número
de desempleados en el mundo alcanzó más de 210 millones, aunque esta
tendencia registró una disminución significativa a partir de 2002 cuando
alcanzó la cifra de 185 millones de personas, se incrementó a 190 millones
en 2003, y se mantuvo en esos niveles hasta 2005, cuando se registró una
disminución sensible al pasar a 180 millones en 2006 y 170 en 2007. Al inicio
de la crisis más reciente, el número de desempleados aumentó a 175 millones de personas en 2008 y 200 millones entre 2009 y 2011. Es decir, en un
periodo de cuatro años aumentó en 30 millones el número de desempleados
a partir de 2007. La recuperación económica registrada en 2011 permitió
una disminución del desempleo a 200 millones; sin embargo, en términos
absolutos significó un crecimiento de 27 millones adicionales de desempleados desde el estallido de la crisis. Esta situación profundizó la tensión social,
debido a que la adopción de las nuevas tecnologías, la intensificación del
trabajo, la falta de crecimiento económico, además de la incorporación
natural de los jóvenes al mercado de trabajo, impidieron la creación de
nuevos empleos. Es necesario crear 600 millones de puestos de trabajo en
el mundo, durante los próximos diez años, para cubrir la demanda de trabajo (ILO, 2012:9). En 2011, 74.8 millones de jóvenes de entre 14 y 24 años
se encontraban desempleados en el mundo, un incremento de más de 4
millones desde 2007.
De acuerdo con los datos de la OIT, el desempleo promedio de América
Latina desde mediados de la década oscilaba entre 5 y 6 por ciento. La tasa
más baja se alcanzó en 2008, cuando se ubicó el porcentaje de desempleados
en 4.2 por ciento; sin embargo, la crisis hizo caer el PIB a -1.8 por ciento y el
desempleo se disparó a 8.1 por ciento (OIT, 2011:25). En términos generales,
60 por ciento de los jóvenes ocupados en América Latina tienen empleos
informales, y enfrentan no solo la falta de oportunidades sino también las
malas condiciones laborales, especialmente en los segmentos de empleo
informal, caracterizados por salarios bajos, la poca seguridad del empleo y
la falta total de representación, mientras que 20 por ciento de ellos no estudian ni trabajan.12 La tasa de desocupación juvenil es de 12.7 por ciento, el
doble de la tasa general de desempleo urbano (ILO, 2012:9).
La participación del Estado en el desarrollo económico de México
51
La OIT sostiene que hay una brecha que separa a los jóvenes de un trabajo decente, definido como el trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, en el cual los derechos son protegidos,
y que cuenta con remuneración adecuada y protección social, en donde
convergen cuatro objetivos estratégicos: la promoción de los derechos fundamentales en el trabajo, la promoción del empleo, la protección social
frente a las condiciones de vulnerabilidad, y el fomento del diálogo social (OIT,
2011:15). Sin embargo, en el ámbito mundial los nuevos trabajadores tienen
como única opción incorporarse a empleos precarios, por lo que se detecta
un fuerte aumento del empleo informal, especialmente en los países que
carecen de sistemas de seguro de desempleo amplios, como es el caso de
México (OIT, 2002:1). De aquellos que logran empleo en el sector formal
de empresas, 37 de cada 100 no están protegidos por la seguridad social,
porque en la práctica acceden a empleos precarios y son más vulnerables a
los ciclos económicos. “El sector terciario de la economía es también el
principal empleador de los jóvenes de 15 a 24 años de edad, particularmente en el comercio y los servicios […] Los sectores de actividad más afectados
por la crisis internacional que comenzó en el segundo semestre de 2008
fueron la industria manufacturera y la construcción” (OIT, 2011:15, 50).
En el caso de México, el triunfo del Partido Acción Nacional (PAN) a
principios del siglo XXI intensificó la puesta en marcha del proyecto neoliberal impulsado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI ) en las
décadas anteriores, por lo que se incrementó el control de las variables
macroeconómicas fundamentales: la inflación, la estabilidad laboral, el
control corporativo de los sindicatos y la generación de empleos. Se recrudeció la política de destrucción y cambio de los contratos colectivos de
trabajo, así como la proliferación de los contratos de protección, la subcontratación y el pago de honorarios por servicios profesionales.
El nuevo gobierno prometía alcanzar un crecimiento anual de 7 por ciento, la recuperación de los salarios reales, el incremento de la competitividad,
la reducción de las tasas de interés y la expansión del crédito. Para ello, el
12
“En 16 países con información disponible hacia fines de la década del 2000, 93 millones de
personas (50 por ciento de la población ocupada) tenían un empleo informal. De ese total,
60 millones estaban en la economía informal propiamente dicha, 23 millones tenían un empleo
informal sin protección social trabajando en el sector formal, y 10 millones un empleo informal en el servicio doméstico. En el caso de los jóvenes, 6 de cada 10 que consiguen trabajo
sólo tienen acceso a empleos informales” (OIT, 2011:5).
52
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
“gobierno del cambio” se sustenta en la confianza empresarial para sacar
al país del estado en que se encontraba pero con características humanitarias en donde la productividad, la competitividad, la creación de empleos,
la persona humana y el “amor” fueron los ingredientes del discurso ideológico de la “nueva cultura laboral”. Intentan “derrumbar el mito de la lucha
de clases”, descartan el “neopopulismo” salarial, además de evitar la creación de un nuevo sindicalismo para impulsar los cambios legales necesarios
con un profundo sentido humanista que permitiría garantizar el bienestar
de los trabajadores, elevar el nivel de vida de la población y multiplicar la
creación de empleos hasta llegar a 1.3 millones de plazas al año, además de
igualar el salario mínimo en todo el país (González, 2002:16).
La nueva administración mantuvo las tácticas de control y manejo de
la incipiente organización sindical con “acuerdos” similares a los del PRI,
mediante la conformación del Consejo para el Diálogo con los Sectores
Productivos, que intentaba integrar en un solo proyecto los distintos intereses de clase a la simple voluntad de sus miembros. El gobierno panista
propició altos beneficios a las grandes empresas y la generación de nuevos
capitales a los allegados al poder ejecutivo. La inflación mantuvo su tendencia a la baja; sin embargo, la recuperación del salario real fue mínima.
La propuesta de reforma laboral que ya desde entonces se discutía planteaba desmantelar, destruir, dos de los principios básicos de la Ley Federal
del Trabajo: el principio de la estabilidad en el empleo y el de irrenunciabilidad de los derechos, mediante la contratación temporal, los despidos fáciles
y económicos, la flexibilización laboral, la productividad, la desreglamentación de la jornada de trabajo, la supresión de los sindicatos, así como la
limitación de la contratación colectiva y del ejercicio del derecho de huelga.
La administración de Felipe Calderón Hinojosa 2006-2012 impulsó el
Programa de Primer Empleo (PPE), el cual estableció el objetivo de la creación de empleos permanentes y bien remunerados en la economía formal,
junto a iniciativas como el apoyo a jóvenes emprendedores y el impulso a
las pequeñas y medianas empresas. Mediante este programa, el gobierno
federal apoyaría a las personas físicas o morales para generar nuevos empleos permanentes, a través de un subsidio aplicado a la parte de las cuotas
obrero-patronales que les corresponde pagar a los empleadores al dar de
alta a los trabajadores ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Este estímulo por parte del gobierno surge de la idea de generar empleos
mediante la disminución de costos para la empresa, estimulando así la
contratación de más personal. De igual manera, este mecanismo permite
La participación del Estado en el desarrollo económico de México
53
incrementar la cobertura del Seguro Social y fomentar la creación de empleo
formal. El programa contó con un presupuesto, en 2007, de 3 mil millones
de pesos, con el fin de otorgar un subsidio a las empresas durante un periodo máximo de 12 meses, destinado a cubrir la parte de las cuotas obreropatronales que les correspondería pagar ante el IMSS por la contratación de
nuevos trabajadores. Sin embargo, a finales de 2007 se publicó un decreto
ajustando el esquema con el fin de permitir que los trabajadores que ya
hubieran laborado y sido registrados en el IMSS pudieran participar en el
Programa de Primer Empleo, siempre y cuando dicho periodo no fuera superior a nueve meses consecutivos con un mismo patrón (Ruiz, 2009:40-41).
Este programa fue reformado y en el papel sigue funcionando.
En 2005 la población económicamente activa (PEA) ascendía a 43.3 millones de trabajadores con un desempleo de 1.3 millones de personas. Se tiene
que cubrir una demanda adicional de trabajo de más de un millón de empleos
al año. En la medida en que la economía ha crecido a niveles muy bajos ha
sido incapaz de generar la demanda de trabajo, principalmente de jóvenes,
por lo que en 2010, la PEA aumentó a 47.1 millones de personas en tanto que
el desempleo creció a 2.6 millones. Al no crecer el empleo formal, la fuerza de
trabajo se ha desplazado hacia la informalidad y la migración, receptáculos
importantes para disminuir la presión del ejército de desempleados. Esta situación implicó mayores presiones para la fuerza de trabajo ocupada, ya que
el incremento del desempleo y la informalidad permitió una mayor precarización del mercado de trabajo en su conjunto, que viene desde mediados de
la década de los setenta, cuando se registran las mayores pérdidas de los
salarios por el establecimiento de los topes salariales, el aumento del desempleo, el incremento del empleo informal y la expulsión de trabajadores por la
migración ante la escasa generación de empleos formales.
Conclusiones
El modelo de acumulación neoliberal ha tenido resultados positivos para el
gran capital, principalmente para las empresas transnacionales que han logrado aumentar su tasa de ganancia mediante la intensificación de las formas de
extracción de plusvalía absoluta y relativa con la apertura económica, el desmantelamiento de las incipientes cadenas productivas de los países atrasados,
y el incremento de las exportaciones e importaciones en una situación de
profunda asimetría entre los países firmantes de los tratados comerciales.
54
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
La participación del Estado en el proceso de acumulación capitalista
sigue siendo esencial tanto en la expansión económica como en la regulación
laboral. Con el libre mercado se logró una auténtica transformación en la
organización y relaciones de trabajo: se estableció la flexibilidad, la individualización de las condiciones de trabajo, la fragmentación de la mano de
obra, la temporalidad laboral y, en los hechos, la reforma laboral. Estos
cambios impactaron los contratos colectivos de trabajo, eliminaron diversas
prestaciones sociales aportadas por el Estado (subsidios), establecieron
bajos salarios, jornadas de trabajo más largas, recortes de personal, eliminación de cláusulas contractuales (asistencia, puntualidad, antigüedad,
capacitación y productividad), además de actividades multifuncionales y
de calificación permanente.
Una política distinta, dentro del capitalismo, es un modelo de acumulación que busque mantener la estabilidad social con una participación directa del Estado en la economía, cuyo fin sea el mejoramiento social a través
de la generación de empleos productivos con una inversión fuerte en educación, investigación y desarrollo tecnológico. Se requiere la recuperación
del salario real de los trabajadores para
No pretendemos que el Estado sea el dinamizar el mercado interno e incentivar
dueño y regente de la totalidad de los la producción de bienes y servicios, lo
medios de producción […], no quere- que permitiría recobrar las franjas de la
mos una economía estatista que obs- producción arrebatadas por la globalizatruya la libertad y la iniciativa individual ción económica. Es necesario que el Eso social, pero tampoco queremos una tado modere la rapiña capitalista y realice
inversiones públicas productivas, medianeconomía monopólica controlada por
te la construcción de grandes obras de
una minoría oligárquica que, como ahoinfraestructura necesarias para el propio
ra, están asfixiando a la nación. (Plata- capital, pero también en la producción de
forma, 2009-12, PRD, p. 24)
alimentos, la construcción de viviendas,
el fomento a la producción textil, entre
otros bienes manufacturados esenciales para cubrir los grandes rezagos
sociales que la globalización canceló.
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Economía amafiada
El crimen organizado en el México neoliberal
Felipe Zermeño
E
l sexenio que está por terminar se distingue ya y pasará a la historia
como el sexenio de la guerra de Calderón contra el crimen organizado.
Una guerra fallida, motivada por afanes políticos de legitimación, primero
ante su enturbiado triunfo electoral y después ante la incapacidad de que la
economía mejore las condiciones de vida de la gente.
Entre más gastos se destinan a la milicia, a las policías y a todos los
organismos de seguridad, y más acciones punitivas se realizan en contra del
enemigo criminal, los carteles despliegan más violencia y más poder destructivo, acumulan más riqueza y extienden y profundizan más el clima de
inseguridad en todo el territorio nacional.
El crimen organizado que se dedica a la Es necesario combatir al crimen
producción y tráfico de enervantes y a otras organizado, la corrupción y la exactividades ha existido en México desde hace pansión de la violencia social pormucho tiempo, la mayor parte del mismo en que amenazan la soberanía, la
connivencia con autoridades gubernamentales. democracia, el bienestar social y
Pero en las últimas tres décadas su acción y su la seguridad pública. (Un México
impacto en la sociedad se han intensificado de para Todos, p. 60)
manera notable, y no es casualidad que esto
ocurra durante el establecimiento y la vigencia en México del modelo económico neoliberal, conocido también como el fundamentalismo del mercado,
que da lugar y sentido al capitalismo salvaje en un país subdesarrollado.
¿Ante qué fenómeno estamos?
En Italia se utiliza un concepto más amplio y más preciso que el de crimen
organizado para entender el fenómeno: organización empresarial delictiva
(OED). Su acción no se restringe al crimen, menos aún al tráfico de drogas.
Como toda empresa, su objetivo es la acumulación de capital dinero y en
general de riqueza y poder; y para ello realiza todo tipo de acciones, incluso
58
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
las criminales. Para cumplir su objetivo, la OED establece relaciones económicas, políticas y sociales con otras empresas dedicadas a negocios legales
y/o ilegales, con funcionarios gubernamentales e incluso religiosos, y con
vastos sectores de la sociedad en donde tiene no solo su mercado, sino
también bases de apoyo y reserva para el reclutamiento de personal. La relación de la OED con el sistema financiero es de gran importancia para ambos.
El peso que las OED tienen en el capitalismo global es cada vez mayor.
Los multimillonarios fraudes financieros que se destaparan en Wall Street
con la crisis que estalló en 2008 y que se ha globalizado, muestran, entre
otras cosas, la proclividad delictiva de algunos de los más altos directores de
las finanzas mundiales y por tanto su disposición a establecer relaciones
con las OED. Ellos mismos constituyen ya una organización de ese tipo.
Las OED de Italia se conectan con las de Rusia, China, Estados Unidos,
Colombia, México y otros países, y tienen una gran importancia en el capitalismo global. No solo trafican con drogas y perEl narcotráfico se ha conver- sonas, también mueven todo tipo de mercancías
tido en una de las actividades en el comercio mundial, legales e ilegales, piratería
económicas más lucrativas y contrabando, servicios industriales y financieros.
del mundo. (Un México para Las OED tienen su organigrama: gerentes legales e
ilegales, abiertos y clandestinos, departamentos
Todos, p. 60)
de ingeniería financiera, contabilidad, comercialización, relaciones políticas y empresariales, defensa (sicariato), etcétera.
Lo que más se nota es el narcotráfico y los crímenes de los sicarios, pero
eso solo constituye una punta de la madeja.
La OED se conecta con empresas legales y se distingue de estas por el
uso habitual del soborno y la amenaza −plata o plomo− como instrumentos
de negociación. Algunos fundamentos del capitalismo corresponden a los
valores en que fundamenta su acción la OED:
» La acumulación de capital dinero como objetivo supremo, símbolo
del poder y del éxito
» La competencia como método primordial, que se vuelve cada vez más
feroz, en pos del predominio sobre las otras empresas o personas
» El consumismo sin límite, símbolo también de poder, de la virtud y
del placer como sentido de la vida
Si bien las organizaciones criminales son un fenómeno mundial, en cada
país tienen sus formas de acción, un impacto social distinto y su propia
Economía amafiada / El crimen organizado en el México neoliberal
59
historia. En algunos lugares surgieron como organizaciones locales o regionales de autodefensa ante gobiernos despóticos, y con su poder evolucionaron hacia actividades delictivas.
¿Por qué hay más violencia en el México actual?
El fenómeno de la OED es global, opera con mayor fuerza en algunos países
desarrollados, especialmente de Europa y en Estados Unidos, pero en México en la última década se ha manifestado de manera más violenta, dominando en algunas regiones del país, e impactando con crímenes atroces a toda
la sociedad. La guerra de Calderón solo ha exacerbado la violencia. Se reconocen más de 50 mil muertos durante el sexenio de la mencionada guerra.
Entre los muertos hay sicarios por la confrontación entre carteles, pero
también policías, soldados, periodistas, defensores de derechos humanos,
políticos, migrantes, víctimas de extorsión o secuestro, y gente del pueblo
ajena a los bandos en pugna, “víctimas colaterales” de la acción de los grupos criminales o de la fuerza pública.
La actividad delictiva de los carteles se ha intensificado y diversificado
en casi todo el territorio nacional: exportación y distribución en el mercado interno de drogas, trata de personas, secuestros, extorsión, asesinatos
múltiples, por conflictos intercarteles, como forma de la competencia, por
los enfrentamientos con la fuerza pública o con el fin de imponer su poder
mediante el terror.
Actualmente, en México, la actividad homicida de las OED es de las más
intensas del mundo, incluso más fuerte que en países en donde el poder
económico que ejercen es mayor.
México es un país subdesarrollado que tiene una enorme frontera con
el país de mayor desarrollo económico del mundo, que es también el más
grande mercado de la droga. Esa ubicación geográfica cuenta para entender
la especificidad de la tragedia mexicana. Además, aquí la mayor parte de las
OED aún están en un proceso de acumulación originaria de capital y no se
ha consolidado la estructura oligopólica del crimen organizado, cosa que
en otros países ya ocurrió. Estos son elementos que contribuyen a explicar
la exacerbación de la violencia.
Hay otras condiciones que debemos considerar para entender el agravamiento del problema en las últimas tres décadas. En primer lugar, el
funcionamiento de la economía, su efecto social.
60
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
El neoliberalismo, la nación y la competencia criminal
Desde 1982, el gobierno impulsó un gran cambio de la política económica y
de la economía política del desarrollo, orientado hacia el neoliberalismo. El
modelo neoliberal se consolidó mediante importantes reformas estructurales durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Las principales líneas
de ese cambio han sido: disminución del papel del Estado en el desarrollo
económico del país, privatización de empresas públicas, liberalización comercial, apertura al capital extranjero y desregulación financiera, y al mismo
tiempo, una política de estabilización, fiscal y monetaria, de carácter contractivo. Se logra reducir a casi cero el déficit fiscal a la vez que se genera
un enorme superávit primario, en función de un creciente gasto financiero
del Estado.
El modelo neoliberal, como todo modelo económico, establece y justifica su implantación con una gran promesa: la minimización económica del
Estado permitirá que se manifieste libremente el poder del mercado. La
estabilidad monetaria conducirá a un vigoroso crecimiento económico,
reforzado por flujos financieros del exterior y por el impulso de las exportaciones. La apertura a la competencia externa determinará un aparato
productivo más eficiente. Con el crecimiento se alcanzarán mejores niveles
de empleo y aumento de los salarios.
Han pasado ya casi tres décadas de la implantación del nuevo modelo
y la promesa no se ha cumplido. Ha sido exitoso solo para unos cuantos
grandes capitalistas, especialmente grandes corporaciones comerciales,
industriales y principalmente financieras. Para esos pocos sí ha sido exitoso el modelo, pero para los trabajadores y la mayor parte de los pequeños
y medianos empresarios solo ha producido exclusión y miseria.
En los hechos, el periodo neoliberal ha reducido más de 30 por ciento
del poder adquisitivo de los salarios.
El desempleo ha alcanzado cifras históricas. La tasa de crecimiento
promedio de la economía no es ni la tercera parte de la que se requiere para
incorporar productivamente el aumento de la población económicamente
activa. Más de un millón de jóvenes se incorporan al año al mercado de
trabajo; para ocuparlos se requiere una tasa de crecimiento del PIB de más
de 6 por ciento y el crecimiento promedio de las tres décadas es de menos de
2 por ciento. Más que en la tasa de desempleo, la insuficiencia del empleo
se ve más claramente en el incremento de la emigración a Estados Unidos, y
en la enorme expansión de la economía informal y de la economía delictiva.
Economía amafiada / El crimen organizado en el México neoliberal
61
El México siempre fiel: los costos de la ideología
Los gobiernos priistas y panistas que han impuesto este modelo no reconocen ese enorme fracaso social porque solo sirven a los intereses de los pocos
beneficiarios del modelo y participan de sus privilegios, y también porque
son dogmáticos: cuando los gobiernos de muchos países de América Latina
se han alejado del dogma, el gobierno de México se distingue por su fidelidad,
por su permanente alineamiento a los principios de lo que se conoció como
el consenso de Washington, que se concreta en la puntual aplicación del
paquete de estabilización y cambio estructural que impone el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Esa filiación ideológica neoliberal en la que el PRI y el PAN coinciden, ha
tenido enormes costos para el desarrollo económico del país. Por ejemplo, la
reducción salarial obedece estrictamente a la política de estabilización monetaria del Banco de México. Hacer que el salario real vaya por debajo del crecimiento de la productividad es necesario para que los costos unitarios del
trabajo disminuyan en relación con los del exterior, especialmente con nuestro
principal socio comercial, que es Estados Unidos. Eso permite estabilizar el tipo
de cambio y, por tanto, contener la inflación. Según el Banco de México así se
logra compatibilizar la estabilidad monetaria con el incremento de la competitividad, lo que traerá crecimiento de la producción y finalmente de los mismos
salarios. En los hechos, esa política salarial para lo único que ha servido es para
aumentar el grado de explotación de la fuerza de trabajo y la acumulación y
concentración de un enorme excedente económico, que, por la misma contracción del mercado interno, se canaliza a inversiones especulativas del capital
financiero. He ahí la ideología: todo lo que sirva a la acumulación y concentración en manos privadas del capital dinero conducirá al desarrollo de la economía. Esa es la oscura ideología, pero el interés es diáfano: la estabilización
monetaria al costo social que sea, es lo que demanda el capital financiero.
Otro enorme costo que la ideología neoliberal le ha impuesto al país es
la falta de desarrollo de la industria petrolera. Desde hace treinta años no se
ha construido ninguna refinería, se dejó en la anemia al Instituto Mexicano
del Petróleo, que llegó a realizar grandes avances en investigación tecnológica, toda la industria petrolífera se rezagó, incluso se registra un enorme retraso en exploración petrolera. ¿Por qué han ocurrido esos rezagos cuando
Pemex ha generado en estos tiempos una enorme masa de recursos financieros gracias a periodos de bonanza del mercado petrolero en los que se ha
participado con grandes volúmenes de producción de crudo?
62
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
No fue por falta de capacidad financiera que la industria se estancó, fue
por el apego al dogma que ha dominado en sucesivos gobiernos. El dogma
neoliberal establece: solo al capital privado le corresponde la producción
industrial en general y energética en particular. Así que si el capital privado
no hace las refinerías, mejor que nadie las haga. Esperemos a que la Constitución se reforme; mientras tanto, que el país se pudra.
El costo de este dogma ha sido enorme. Exportar crudo e importar gasolina es lo más contrario a las necesidades de desarrollo del país, y eso lo hicieron los gobiernos neoliberales porque quisieron, por pura convicción
dogmática. Ello conforma un rasgo característico de nuestro modelo de exportación: su principal defecto es el poco valor agregado de las exportaciones,
que permite entender por qué siendo México campeón de las exportaciones
en América Latina es al mismo tiempo el campeón del déficit comercial.
Ha sido también el dogma neoliberal el que ha hundido al sector agropecuario del país. Se abandonó desde hace tres décadas la política de desarrollo rural, y ahora solo existe una política de subsidios de asistencia
social, que no resuelve el problema social de la miseria de los pobladores
del campo, y menos contribuye al fomento de la producción. Además, ese
abandono de las políticas de desarrollo rural se lleva a cabo cuando la agricultura mexicana se abre a la competencia con la primera potencia agrícola
del mundo, que es Estados Unidos. Resultado: la creciente y cada vez más
gravosa dependencia alimentaria, así como la acelerada exclusión productiva de la población rural, que ha incrementado dramáticamente los índices
de pobreza y de migración a Estados Unidos.
Este funcionamiento de la economía durante la era neoliberal, en el cual
crece la producción poco, pero mucho más que el empleo, y la productividad
también crece poco en relación con nuestras necesidades de competitividad,
pero mucho más que los salarios, ha generado gran miseria en el país, y
también enorme acumulación de riqueza en unos cuantos. Solo unas pocas
corporaciones económicas y sobre todo financieras ganan, y pierden no solo
los trabajadores sino también la mayor parte de las empresas, que son las
que se orientan al mercado interno y las que más empleos pueden generar.
La política económica y la economía política han generado así un ambiente social de miseria y desesperación, con enormes privilegios para unos cuantos, ambiente propicio para la inseguridad y para la expansión de las OED.
El neoliberalismo es el fundamento del capitalismo salvaje. Los valores
del capitalismo salvaje son también los que guían a los empresarios del
crimen organizado.
Economía amafiada / El crimen organizado en el México neoliberal
Los pequeños y medianos empresarios excluidos en el actual proceso de
globalización capitalista de orientación
monopólica pueden buscar en las OED un
camino de progreso personal que el sistema les negó. También los trabajadores
que han perdido su empleo, o los jóvenes
a quienes el sistema les ha cerrado todo
camino de desarrollo laboral o profesional,
pueden buscar en las OED ese camino.
Así, las OED se han podido expandir
en gran forma, porque encuentran una
gran reserva de talento empresarial y de
personal joven dispuesto a incorporarse
a sus filas.
63
Como resultado de la estrategia de
“guerra contra el crimen organizado y
el narcotráfico” mantenida a lo largo de
la actual administración federal, la violación de los derechos humanos y garantías individuales se ha recrudecido
en forma desmedida. A ello ha contribuido la preexistencia de un sistema de
justicia negligente, complaciente, corrupto, ineficiente, parcial, arbitrario y en
muchos casos cómplice de las transgresiones perpetradas en contra de
estos derechos y garantías. (Movimiento Progresista, Plan de Gobierno, p. 17)
Hacia un diagnóstico y una estrategia
Tenemos ya importantes elementos para construir el diagnóstico del explosivo fenómeno de la delincuencia organizado que tanta inseguridad y
zozobra ha causado en el país. A la naturaleza general del fenómeno inherente al sistema económico global, añadimos las particularidades de nuestro
país, el grave deterioro económico de la sociedad que ha generado la era
neoliberal y, junto ello, los fuertes lazos de corrupción que se han construido entre el crimen organizado y los organismos de seguridad del Estado,
desde el origen mismo de los carteles en largos años de connivencia y
acuerdo. Lazos de corrupción que existen no solo entre las OED y funcionarios
públicos, sino también entre las OED y empresarios legales de todo tipo,
industriales, agrícolas, comerciales, financieros.
La acción de las OED no se reduce al tráfico de drogas. Su objetivo mayor
es, como el de cualquier otra empresa, la acumulación de dinero. La droga es
solo un medio para ese fin, por lo tanto diversifican sus actividades, y una
vez realizada su acumulación originaria mediante el tráfico de drogas, siguen
y seguirán adelante en sus afanes de acumulación.
De un diagnóstico objetivo, que abarque las diferentes aristas del fenómeno, se pueden derivar las líneas estratégicas para un combate eficaz al
crimen organizado. En México no ha existido ese diagnóstico, lo cual no es
64
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
una falla técnica. El gobierno panista que declaró la guerra al crimen organizado, no derivó su estrategia de un diagnóstico objetivo, porque este pasa
por un cuestionamiento crítico del sistema económico. El PAN ha demostrado ser fiel creyente de los dogmas neoliberales, por lo que ni siquiera ese
fundamento del capitalismo salvaje puede criticar, mucho menos los fundamentos más generales del sistema vigente. Aquí radica la imposibilidad del
diagnóstico y, por tanto, de una verdadera estrategia.
Del diagnóstico aquí esbozado podemos deriNo se permitirán más actos de var algunas líneas estratégicas para enfrentar con
impunidad desde el poder y eficacia al crimen organizado en México. En el
se investigarán las violacio- contexto actual es muy difícil esperar que se logre
nes a los derechos humanos. la eliminación de las OED, ya que ellas son consustanciales al sistema económico dominante como
(Proyecto de Nación, p. 60)
se puede observar en los principales países capitalistas desarrollados. La frontera entre la injusticia legal y la injusticia ilegal
es muy delgada, se brinca fácilmente, y el impulso a brincarla es irrefrenable.
También la frontera entre la competencia feroz que caracteriza al capitalismo
global actual y la competencia de aniquilamiento que caracteriza la acción
de las OED, es muy delgada, y casi sin querer se traspasa. Entonces la eliminación de las OED nos lleva a pensar en una transformación de gran envergadura histórica, en otro sistema económico, quizás en otra civilización.
Lo que es viable hacer ya
Pero lo que sí se puede hacer desde ya en el corto y mediano plazos es pensar
y actuar para contener la expansión de las OED, limitar su campo de acción,
impedir su creciente influencia social e impacto negativo en el ánimo de la
gente, acotar su acción violenta y, sobre todo, que menos jóvenes consideren
el crimen organizado como el único camino para su desarrollo. Para avanzar
hacia un México con más seguridad, sin pretender que este sea un programa
completo, proponemos llevar a la práctica las siguientes líneas estratégicas:
La primera condición para cualquier estrategia de éxito es un modelo
económico de alternativa, con crecimiento suficiente y sostenido que permita generar los empleos necesarios, con salarios dignos, no con los salarios
de miseria que actualmente se pagan. Fracasó la estrategia que desde hace
muchos años diseñó el Banco de México, según la cual, a menores salarios,
más empleo. Necesitamos romper ese círculo vicioso e impulsar una relación
Economía amafiada / El crimen organizado en el México neoliberal
65
virtuosa: entre más salarios, habrá mayor mercado, mayores estímulos a la
inversión productiva y, en consecuencia, más empleo.
Para ello requerimos un modelo de alternativa, cambiar el motor y el
eje del modelo de desarrollo. Actualmente el motor es la demanda externa,
centrada casi exclusivamente en Estados Unidos. Necesitamos un motor
más complejo, con un mejor balance entre los
mercados externo e interno y con una gran En otras palabras, si hay voluntad,
el combate al crimen organizado
diversificación del mercado externo.
También es preciso cambiar el eje pro- es más un problema de inteligencia
ductivo actual, conformado por unas cuantas que de fuerza. (Movimiento Progreempresas de exportación manufacturera, muy sista, Plan de Gobierno, p. 12)
poco vinculado a cadenas productivas del
interior, un eje maquilador y cuasimaquilador. Con el propósito de que el
sector exportador sea capaz de jalar al crecimiento al conjunto de la economía, necesitamos incrementar el valor agregado de nuestras exportaciones, desarrollar al respecto ciertos sectores estratégicos, por ejemplo, el
energético, para, primero, depender menos de la importación de derivados
y luego, exportar. Otro sector estratégico por desarrollar es el agropecuario:
se debe disminuir primero nuestra dependencia alimentaria y en seguida
generar excedentes para la exportación. Se requiere también más énfasis
en el desarrollo de bienes de capital y en ciencia y tecnología.
En suma, se trata de un modelo económico de alternativa que genera
crecimiento suficiente, sostenido, sustentable y equitativo, condición indispensable para que el crimen organizado no tenga el ambiente social depresivo que tanto contribuye a su expansión.
A partir de esa nueva situación económico-social, se puede combatir
directamente a las OED en varios frentes:
» Detectar las relaciones de las OED con los organismos gubernamentales encargados de la seguridad y la justicia en todos los niveles
−municipal, estatal, federal. Dar prioridad a labores de inteligencia
y golpes precisos, quirúrgicos, en lugar de aparatosas exhibiciones
de fuerza militar o policiaca.
» Investigar a fondo las relaciones de las OED con todo tipo de empresas legales, agropecuarias, industriales, comerciales, y especialmente con el sector financiero.
» Reducir lo más posible la base social de reclutamiento de personal
de las OED. Esto implica una particular atención en las regiones de
66
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
más influencia de las OED, generando ahí oportunidades de empleo
productivo y bien remunerado. Especialmente, se debe desarrollar
un vigoroso programa de atención a los jóvenes, que les ofrezca
oportunidades de estudio y de trabajo, a fin de que encuentren mejores caminos para su desarrollo laboral, profesional y humano.
» En los últimos años, una de las causas de que se haya incrementado
la violencia del crimen organizado en nuestro país, es que se ha
venido creando un gran mercado interno de narcóticos. En décadas
anteriores, los carteles de las drogas eran unas cuantas organizaciones que se dedicaban casi exclusivamente a la exportación hacia
Estados Unidos. La expansión del mercado interno ha generado una
gran batalla de varios carteles por el control de plazas en el país.
En la etapa de acumulación originaria de capital en que están muchas
OED , este tráfico doméstico de drogas adquiere importancia. Al
respecto, por asunto no solo de seguridad sino principalmente de
salud pública, se le debe dar una gran atención a programas para
prevenir y reducir la adicción a las drogas. Actualmente existe un
gran desbalance entre los recursos usados para combatir la oferta
y los que se destinan al combate a la demanda de drogas. Se debe
tender a un mayor equilibrio, diseñando programas de salud pública para prevenir y reducir el consumo y caTenemos claro que sin garantizar nalizando recursos significativos para este
la seguridad resulta ociosa cual- propósito.
quier nueva propuesta de Nación. » En relación con Estados Unidos, se deben
Aquí, con toda claridad, sostene- cambiar drásticamente las relaciones de
mos que nosotros sí vamos a resol- colaboración en el combate al crimen orgaver la crisis de inseguridad y de nizado. En lugar de basarse fundamentalmente en ayuda o, peor aún, intervenciones
violencia. Lo haremos, no solo con
policiacas o militares, se debe dar prioridad
criterios policiacos, que han coma que el gobierno de Estados Unidos haga
plicado más el problema, sino bajo todo lo posible por frenar el tráfico de armas
el principio de que la paz y la tran- y de dólares hacia el crimen organizado, que
quilidad son frutos de la justicia. vienen de allá, y poner un verdadero empeño
(Movimiento Progresista, Plan de en descubrir y evitar el lavado de dinero en
Gobierno, p. 12)
el sistema financiero.
Política macroeconómica, crisis global
y coyuntura de transformación
Jorge Franco López
Destrucción del aparato productivo histórico
N
o es posible explicarse el escaso crecimiento económico de México,
el rezago creciente en la generación de empleo, la pérdida de derechos
y dignidad en los empleos disponibles y la reducción del bienestar de las
familias mexicanas, sin asociar estas tendencias a la destrucción masiva
del aparato productivo “histórico”. Le llamo de esta manera para distinguirlo de la producción globalizada, de última tecnología, monopólica, que
es la que se expande. Pareciera sin embargo que esta expansión del sector
moderno de la economía justifica, o debe hacerse a costa de la inutilización de la producción familiar, pequeña o
mediana, que no se ubica en la punta tec- Promovemos iniciar la transición de
nológica sino, posiblemente, dos o tres un modelo económico basado en la
escalones abajo.
especulación financiera y en la exporAl respecto, la pregunta central que tación, a uno basado en la producción
debemos hacernos como sociedad es si e inversión en bienes, servicios y
acaso es aceptable que la expansión de la
conocimiento, fortaleciendo de maproducción moderna justifique la destrucnera simultánea el mercado interno
ción de otras unidades de producción. ¿Es
y la adecuada inserción del aparato
posible crecer sin destruir?
productivo nacional en los circuitos
Miles de talleres familiares, pequeños
y medianos han cerrado inutilizando vas- comerciales, financieros y tecnolótos recursos productivos y las capacida- gicos internacionales. (Plataforma,
des, experiencia y talentos de millones de 2009-12, PRD, p. 21)
mexicanos. Se han dejado de producir
grandes cantidades de telas y prendas de vestir, calzado, muebles y objetos
de madera, enseres de cocina, preparados alimenticios, materiales de
68
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
construcción, viviendas y sus insumos, en empresas que han cerrado.
Muchas más empresas continúan operando con una alta subutilización de
sus capacidades y potencial productivo.
La explicación usual de esta situación es que la desaparición de los no
competitivos no se encuentra a discusión; no es un asunto de voluntades
personales o políticas; es inevitable porque así lo determina el mercado. En
esta interpretación, las empresas, los trabajadores, las tecnologías, la maquinaria, el equipo y la herramienta que son expulsados del mercado corren
esa suerte no tanto porque hayan dejado de ser competitivos, sino porque
se les retiraron privilegios que nunca debieron haber tenido. Se encontraban
protegidos de las realidades del mercado nacional por políticas nacionalistas, o paternalistas, obsoletas.
En todo el mundo encontramos que un cierto nivel tecnológico y de
costo de insumos (incluyendo mano de obra) puede ser competitivo en un
país y resultar no serlo en otro porque no es solo un asunto de una determinada empresa, sino de todo un conjunto de mercado y de relación con
el exterior. La competitividad, la posibilidad
…urgencia de modificar este mo- de producir y vender en condiciones que
delo de desarrollo económico que permitan la supervivencia, incluso la rentaahora vive su etapa más negativa, bilidad, de una unidad de producción, es algo
cuando se han sumado los efectos altamente variable.
El hecho es que miles de micro, pequede la crisis general del capitalismo
con la crisis interna que ya se vi- ñas, medianas y hasta grandes empresas que
un día son competitivas, dejan de serlo de un
vía. (Programa PRD, p. 26)
día para otro y salen del mercado. México ha
perdido, por ejemplo, la mayor parte de las empresas textiles, de la madera
y el papel, que operaban en 1995. También las de maquinaria y equipo,
productos metálicos e industrias metálicas básicas. En este punto, destrucción de aparato productivo y desindustrialización significan lo mismo.
Pero a pesar del discurso mediático predominante, el mercado, todo
mercado es una determinación económica y social que se expresa en el
conjunto de normas que lo regulan y en la política pública. Otros países
regulan de distintas maneras la inversión extranjera productiva y comercial,
el movimiento de los flujos de capital financiero, los sueldos y salarios, los
impuestos a las ganancias y más.
Política macroeconómica, crisis global y coyuntura de transformación
69
Competitividad y paridad cambiaria:
el caso de 1994
Uno de los cambios más importantes que se han dado en el mercado mexicano es el de la paridad cambiaria, que puede alterar en cosa de días o semanas el estatus de competitividad de una empresa. Durante 1996, las
exportaciones de México fueron 60 por ciento más altas que las de 1994. En
solo dos años, se dio un crecimiento sorprendente en las condiciones más
difíciles: sin crédito disponible, sin inversión productiva y con una alta desarticulación de las cadenas productivas, producto de la grave crisis de fin
de 1994. Las condiciones eran difíciles pero existía un incentivo muy favorable.
La devaluación del peso encareció internamente el dólar y abarató el peso
en el exterior; se había ganado una importante competitividad cambiaria.
Con un peso más barato, las exportaciones de México resultaban muy
atractivas. Para aprovechar la situación, las empresas hicieron uso de capacidades productivas subutilizadas y sustituyeron importaciones haciendo
compras internas, incluso provenientes de empresas que pocas semanas
antes eran “no competitivas”.
Lamentablemente, la recuperación de la competitividad para el exterior
no se aprovechó internamente porque lejos de una política de fortalecimiento del mercado interno se instrumentó una de reducción de gasto público
y de disminución de salarios reales.
De cualquier manera, el mensaje es claro: la competitividad es, entre
otras cosas, algo determinado por la paridad cambiaria. Visto en otra perspectiva, la avalancha de productos chinos no
sería competitiva en México y no desplazaría Proponemos, asimismo, la adopa la producción nacional, si China no tuviera ción e instrumentación del impuesuna moneda muy débil, barata, subvaluada, to patrimonial, que es un impuesto
y tampoco lo sería si México no tuviera una que grava a quien más tiene sin
moneda cara, sobrevaluada. El peso fuerte afectar la inversión y el crecimiendel que presumen algunos, es una piedra al
to. (Plataforma, 2009-12, PT, p. 21)
cuello del desarrollo productivo del país.
Política macroeconómica y blindaje financiero
El Banco de México y la Secretaría de Hacienda justifican la política económica con el objetivo del combate a la inflación. Para ello hacen uso de tres
70
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
instrumentos fundamentales, que son a la vez los ejes que determinan y
sustentan el modelo económico del país. Se trata de:
» El encarecimiento del peso
» La imposición de altas tasas de interés
» La contención, incluso disminución, de los ingresos de los trabajadores
Encarecimiento del peso
La política macroeconómica de México se ha distinguido en las últimas
décadas por el empeño continuado en encarecer el peso. Sin embargo, este
encarecimiento es artificioso dado que no se sustenta en las exportaciones
y el superávit comercial de un aparato productivo vigoroso y en crecimiento. Lejos de ello, buena parte de los dólares que entran al país provienen
de las remesas de trabajadores emigrados, de la venta (promocionada como
política oficial) de empresas (acero, cerveza, sector bancario, cadenas
comerciales y muchas más), del endeudamiento público y privado, del
crimen organizado, de la entrada de capital especulativo y de la venta de
petróleo sin procesar (un sector de enclave, desvinculado del aparato
productivo).
Tales entradas provocan abundancia de dólares que se traducen en
importaciones y terminan dañando al aparato productivo y al empleo. México es esencialmente un país importador sobre la base de fuentes de divisas
no sustentables.
Una política de peso caro se traduce en baja competitividad del aparato productivo en los mercados internacionales y también, hay que subrayarlo, en el mercado interno. Tal situación determina la quiebra masiva
de empresas y el desempleo, así como la muy baja o nula rentabilidad de la
enorme mayoría de las unidades de producción. Esto a su vez se traduce en
insuficiencia en la formación de ahorro en las mismas unidades de producción e imposibilidad para el ahorro y la inversión. Cierto que para una minoría esta situación se compensa por el acceso a ahorro caro proveniente
del aparato financiero. Finalmente, en ausencia del ahorro y la inversión
dispersos, se provoca un proceso de concentración de la inversión que,
sumado a la destrucción del aparato productivo histórico, conduce a la
concentración oligopólica, o incluso monopólica, de la producción, el comercio y los servicios.
Política macroeconómica, crisis global y coyuntura de transformación
71
Altas tasas de interés
La imposición persistente de tasas de interés muy superiores a las del mercado internacional, las estadounidenses e incluso las que determinarían la
oferta y demanda internas, tiene como objetivo pagar un “premio”, una
ganancia extraordinaria al capital financiero para atraerlo y retenerlo internamente; e implica una extracción continua de recursos del aparato productivo y a favor de la ganancia financiera. Esto se traduce en el reforzamiento
de las tendencias destructivas del modelo al mismo tiempo que hace más
atractiva la inversión financiera que la productiva.
Contención, disminución salarial
La micro, pequeña, mediana e incluso gran empresa operan en un contexto
sumamente adverso que conjunta el exceso de dólares baratos (por lo menos
en relación con una situación sin remesas, venta patrimonial, narco, capital
especulativo y petróleo) con fronteras abiertas a la importación. Si bien las
tasas impositivas de México son sumamente bajas en cualquier comparación
internacional, la tasa de interés que se paga a la inversión financiera funciona como una especie de impuesto sobre el capital productivo.
Es un contexto en el que la supervivencia de buena parte de las empresas
depende de pagos salariales cada vez más bajos. De acuerdo con el Centro de
Análisis Multidisciplinario de la UNAM, con un salario mínimo de 1982 se
podían adquirir 26.59 kilos de tortillas; con
el de 2007 solo se podían comprar seis kilos. Cambiaremos la actual política económica. Habrá crecimiento a partir
De 2007 en adelante la situación empeoró.
Las tendencias salariales e incapacidad del impulso a las actividades propara generar empleo, asociadas a la inutili- ductivas y no se continuará privilezación o subutilización masiva de capacida- giando la especulación financiera.
des y recursos productivos que impone el (Movimiento Progresista, Plan de
modelo, impiden la configuración de un merGobierno, p. 48)
cado interno dinámico.
Posiblemente en las mentes que lo determinaron existía la idea de que el
crecimiento productivo se sustentaría en las exportaciones a nuestro principal
socio comercial. Es claro que ese esquema ha fallado doblemente: primero,
por la política de encarecimiento de la moneda nacional; segundo, por la crisis
financiera centrada en los Estados Unidos (y Europa) y sus impactos negativos
en la capacidad adquisitiva de estas poblaciones y en la producción.
72
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Blindaje financiero
La perversidad del modelo económico es evidente; no obstante, conocer
sus impactos negativos no basta para comprenderlo, es fundamental
entender que dentro del modelo hay ganadores y también cuáles son sus
intereses. Nada nos ilustra mejor al respecto que el llamado “blindaje financiero”.
Durante 2008, las abundantes pérdidas de los inversionistas financieros
en el mercado hipotecario marginal (subprime en inglés), es decir, los préstamos particularmente desventajosos promovidos entre consumidores de
vivienda apenas solventes, provocaron una retracción de sus inversiones
en México. Importa señalar que entre los inversionistas especulativos se encontraban varias empresas mexicanas que perdieron fuertes cantidades y
para cubrir sus compromisos vendieron activos para comprar dólares y así
cubrir sus compromisos en Estados Unidos.
A finales de 2008, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa
Mexicana de Valores (BMV) mostraba una pérdida de alrededor de 50 por
ciento respecto a su máximo del año (Santander, 2011). El dólar se encarecía
en pesos; de junio de 2008 a marzo de 2009 subió 36 por ciento.1
La devaluación progresiva inducía inquietud entre los inversionistas,
que parecían aprestarse a hacer su “toma de ganancias” y sacar sus capitales.
Posiblemente no habría sido tan malo; incluso, acompañado de una política
apropiada, habría sido positivo. Unos meses antes, en octubre de 2008, el
presidente
Felipe Calderón, llamó al gremio a aprovechar las ventajas que representa la
depreciación de nuestra moneda. […] el jefe del ejecutivo reconoció que por
años, y no por meses, los empresarios han tenido que enfrentar un tipo de
cambio notablemente apreciado, que dificulta su competitividad. “Sin embargo,
dijo, las nuevas condiciones del mercado cambiario representan ‘una ventaja
para los exportadores mexicanos; hay una ganancia en competitividad cambiaria’” (El Financiero, 27/10/2008).
1
Cálculo propio sobre datos del tipo de cambio real del Centro de Estudios de las Finanzas
Públicas (Cámara de Diputados). Disponible en su página web.
Política macroeconómica, crisis global y coyuntura de transformación
73
Ciertamente que es del interés del aparato productivo contar con una
moneda competitiva, pero nunca se le había hecho mayor caso (Franco,
2006). Posiblemente ahora se trataba de afrontar lo irremediable.
Sin embargo, el Banco de México encontró una manera de revertir el
proceso. Estableció un acuerdo de intercambio “temporal” de divisas con
la Reserva Federal estadounidense (en la práctica, una línea de crédito),2 y
más adelante contrató con el Fondo Monetario Internacional una línea de
crédito flexible, por 48 mil millones de dólares (mmd), ambos para afrontar
una eventualidad cambiaria.
En abril, a la firma de la línea de crédito flexible se inició el cambio de
la tendencia. Se había asegurado a los inversionistas que si acaso no bastaban las reservas para su eventual toma de ganancias, podrían confiar en
que el país se endeudaría lo suficiente para contar con dólares para ellos.
No eran solo palabras. Entre finales de 2008 y el primer semestre de 2009,
Banxico subastó la cuarta parte de las reservas internacionales, algo más
de 30 mmd, para aprovisionar a los demandantes de dólares.
A fines de 2010, se renovó y amplió el instrumento central de la estrategia:
México fortaleció su blindaje financiero al solicitar la renovación de la Línea
de Crédito Flexible (LCF) que tiene contratada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) pero ampliando el monto de 47 a 73 mil millones de dólares y la vigencia de 1 a 2 años.
Con ese monto sumado a los más de 115 mil millones en que cerrarán
la reservas internacionales del país en este año, en 2011 contaremos con
cerca de 200 mil millones de dólares “para blindar a la economía ante cualquier avatar externo”, dijo el gobernador del Banco de México, Agustín
Carstens (El Financiero, 15/12/2010).
Al endeudamiento potencial del país para cubrir una eventual demanda
de dólares de los inversionistas se sumó una campaña de difusión de la disposición favorable del país a la inversión especulativa. Ejemplos de ello:
México no considera necesarios por el momento los controles a la entrada
de flujos de capital externo, y deja a los mercados la decisión sobre el mejor
2
Portal internet del Banco de México, 27 de enero de 2010.
74
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
tipo de cambio de su moneda, declaró este domingo el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero. “Sobre el gran nivel de flujos que están entrando
en este momento en México y su impacto en el tipo de cambio nosotros entendemos que así se regulan los mercados”, declaró Cordero a la prensa al
margen de la reunión semestral del Fondo Monetario Internacional (FMI) y
el Banco Mundial (BM) (AFP, 26/4/2010).
México se pronunció contra la tentación de otros países de utilizar medidas de
control de cambio como un arma de política comercial, con el fin de proteger
las exportaciones (El Financiero, 10/10/2010).
Las declaraciones del secretario de Hacienda respondían a las advertencias emanadas tanto del medio académico, como de los grandes organismos financieros. Uno de los efectos de la crisis central fue el deterioro
del dogmatismo neoliberal (Krugman, 2009), que dio lugar a sorprendentes
virajes en las posiciones de, entre otros, los grandes organismos financieros
internacionales.
En abril de 2010, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó su Informe sobre la estabilidad financiera mundial (GFSR), incluyendo un capítulo
denominado “Expansión de la liquidez mundial: Efectos en las economías
‘receptoras’”, donde, de manera algo sorprendente, recomendaba el uso de
controles de capital para defenderse de la entrada de inversiones especulativas (FMI, 2010). Aparte de advertir de los peligros de la formación de
burbujas financieras y de la conveniencia de gravar los flujos de capital, el
FMI recomendó a México “crear un impuesto a los flujos de capital de corto
plazo, uno de los factores que están detrás de la reciente revaluación del
peso frente al dólar” (La Jornada, 25/4/2010).3
La respuesta mexicana fue dejar que el mercado regulara, a sabiendas
de que en realidad alentaba la entrada de capitales, la revaluación del peso
y las ganancias de la bolsa. Es decir que se alentó la formación de una burbuja especulativa en la BMV e incluso en la moneda nacional.
Durante dos años, las ganancias de la BMV fueron espectaculares4 en un
país en crisis. En 2009 y 2010, el crecimiento económico acumulado de
3
Véanse también: <http://www.americaeconomia.com/economia-mercados/finanzas/fmi-advierte-america-latina-por-posibles-burbujas-financieras> y <http://www.americaeconomia.
com/economia-mercados/finanzas/fmi-aconseja-latinoamerica-mantenerse-en-guardia-pesela-liquidez-actual>.
Política macroeconómica, crisis global y coyuntura de transformación
México fue negativo, con alto número de
quiebras empresariales y pérdida de empleos; pero la bolsa ganó 120 por ciento en
pesos y 160 por ciento en dólares (recordemos que el peso subió de precio).
Entretanto, los voceros de las empresas
productivas han solicitado insistentemente
detener el fortalecimiento del peso.5
Coyuntura y perspectiva 2012
75
El estímulo a los capitales privados nacionales y extranjeros para
realizar inversiones productivas, es
decir que incrementen la capacidad productiva del país, el número
y la productividad de los trabajadores mexicanos, y la competitividad de la economía nacional en un
marco de crecimiento económico
sostenido y sustentable, atractivo,
propuesto, regulado y estimulado
por el Estado y las instituciones
nacionales (Un México para Todos,
p. 17)
La exitosa campaña de atracción de capitales
y de creación de una burbuja financiera, el
principal negocio del sexenio, coloca al país
en una situación delicada. Un enorme monto
de capital financiero volátil puede moverse
en los próximos meses (2012) con una dinámica impredecible que refleje los
vaivenes de la crisis de la globalización en marcha, sin el asidero de una
economía vigorosa en México y con las incertidumbres asociadas a un cambio de régimen político que pudiera no ser tan absurdamente a favor del
capital financiero y en contra del aparato productivo nacional (el no monopólico u oligopólico por supuesto).
Entre los mayores riesgos se encontraría
el que, ante una posible marejada de salidas …el Estado debe instrumentar la
de capital, se gasten las reservas internaciona- complementariedad de las polítiles en aprovisionarlos de dólares (como a lo cas macroeconómicas con las milargo de 1994) y, mucho peor, que se utilice la croeconómicas, sectoriales y
línea de crédito flexible endeudando al país regionales. (Programa PRD, p. 38)
para contener la apreciación del dólar antes
de que los inversionistas hagan su toma de ganancia. Una política de ese tipo
vaciaría las reservas y endeudaría al país para posteriormente dejarlo a merced de las imposiciones del capital financiero mundial.
4
5
Existen numerosas notas al respecto; por ejemplo, El Financiero, 31/12/2010.
Por ejemplo, El Financiero, 8/2/2011.
76
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Es posible que en la coyuntura política de 2012 ocurra un ajuste en la
paridad cambiaria, una devaluación importante, para ajustarla a las reales
condiciones de la economía real. En esos momentos, habrá que recordar
que un país solo puede competir en el ámbito internacional con salarios
muy bajos o con una moneda barata. La primera opción permite una competencia temporal pero es un callejón sin salida altamente autodestructivo.
Esa ha sido la estrategia de México.
Por otra parte, experiencias como las de Argentina, China o la India nos
muestran que la opción de competir con una moneda barata y acompañada
de otras políticas apropiadas (entre ellas un Estado fuerte) promueve el
crecimiento acelerado de las capacidades productivas y la también rápida
elevación de los salarios. Esta sería la vía de fortalecimiento sustentable del
mercado interno y de un modelo orientado a producir para nosotros.6
Nada sería peor que la entrada de una nueva administración pública
amarrada políticamente a la defensa de la ganancia financiera intentando
sostener de manera desesperada y contra la pared un peso sobrevaluado a
lo largo de todo un sexenio adicional; atada, por tanto, al resto de los poderes fácticos (lo que sería necesario para la gobernabilidad en un contexto
adverso a los intereses de la población).
Bibliografía
FMI, Fondo Monetario Internacional (2010), Informe sobre la estabilidad financiera mundial (GFSR). Disponible en: <www.imf.org/external/spanish/
index.htm>.
Franco, Jorge (2006), Banco de México, el enemigo en casa, Puebla, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Krugman, Paul (2009), “How Did Economists Get It So Wrong?”, en The New
York Times Magazine, 2 de septiembre. Disponible en: <http://www.nytimes.com/2009/09/06/magazine/06Economic-t.html?pagewanted=all>.
Santander, Latin American Equity Research (2011), El Informe Semanal, junio
13. Disponible en: <http://www.megaupload.com/?d=SOVPQS27>.
6
Título de un libro mío publicado en 1990 por el Instituto de Investigaciones Económicas de
la UNAM. Disponible en mi blog del mismo nombre: <http://producirparanosotros.blogspot.
com/>.
Crisis, neoliberalismo e industria
audiovisual en México
Irma Portos Pérez
U
n tema impostergable que debe constituir parte fundamental en el
proyecto alternativo de nación frente al neoliberalismo, con el propósito
de superar el atraso y la desigualdad social del país, es sin duda el de la
industria mediática, o sector industrial audiovisual, eje sobre el que descansa el paradigma tecnológico actual y el ejercicio del poder en el planeta.1
El presente trabajo tiene la intención de cuestionar el discurso y las
acciones gubernamentales acerca de impulsar el uso y acceso de las llamadas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) solamente con
fines económicos, para “elevar la competitividad del país” y no mejorar
sustancialmente las condiciones de vida de amplias capas de la población
mexicana que sobreviven en un panorama nacional de creciente deterioro
productivo, social y cultural (SE, 2010).
Mientras que un amplio grupo de países han impulsado estrategias de
desarrollo claramente definidas en materia de
inclusión digital para la mayoría de su pobla- México vive hoy una gran crisis y
ción, con la perspectiva de insertarse “exito- una profunda polarización social,
samente” en la actual división internacional política e ideológica (Programa
del trabajo, basada en el conocimiento, en PRD, p. 63)
México predomina la visión empresarial, de
hacer negocios con la infraestructura audiovisual, en detrimento del proyecto nacional de desarrollo.
1
“El poder se ejerce fundamentalmente construyendo significados en la mente humana mediante los procesos de comunicación que tienen lugar en las redes multimedia globales-locales de comunicación de masas, incluida la autocomunicación de masas […] la capacidad
para emplear con éxito la violencia o la intimidación requiere el enmarcado individual y
colectivo de las mentes…” (Castells, 2010).
78
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
El sector audiovisual, denominado estadísticamente como “información
en medios masivos” (Inegi), se constituye por los medios de comunicación tradicionales y los nuevos medios producto de la convergencia entre las telecomunicaciones, la computación y el desarrollo de diversos dispositivos
móviles digitales que en la actualidad se encuentran en dinámico crecimiento configurando nuevas formas de comunicación social.
Estudios recientes han dado seguimiento al desarrollo del llamado
sector electrónico-informático, constituido por un conjunto de actividades
de producción, distribución y comercialización de las industrias que conforman el sector audiovisual en México, entre las que se destaca la industria
de servicios de telecomunicaciones y las denominadas por el Inegi como
“información en medios masivos”. Su importancia reside en el papel que
juegan en la llamada economía del conocimiento, cuya fuerza productiva
principal reside en este.2
Hasta ahora, se ha desenvuelto como una industria exitosa, que fundamentalmente finca su poder económico a partir de los servicios de interconexión de telefonía móvil; por cierto, altamente concentrada y con
crecimiento constante, fruto de las privatizaciones en materia de telecomunicaciones (Portos, 2008). Situación que ha impulsado la dinámica expansión
y desarrollo de los llamados nuevos medios de información y comunicación,
cuyo eje está sustentado en el desarrollo de las telecomunicaciones (básicamente de los negocios de la telefonía móvil), el crecimiento del internet y la
dinámica incorporación de dispositivos móviles cada día más sofisticados
que posibilitan la convergencia digital, incorporando los contenidos que
provienen de los medios tradicionales (TV, radio y medios impresos), a los
que tienen acceso un significativo número de personas, aunque siguen excluyendo a una amplia proporción de mexicanos, que no cuentan con ingresos
suficientes ni con los niveles educativos que supone la educación digital.
Por otra parte, existe un consenso cada vez mayor en que el modelo
neoliberal implantado en el país desde mediados de los años ochenta y vigente aún, ha propiciado el desmantelamiento de varios sectores vinculados
2
La industria de servicios de telecomunicaciones, en conjunto con la industria de equipos de
telecomunicaciones, constituye una parte de la infraestructura que posibilita la nueva articulación entre el sector científico-educativo y la producción social, por lo que desempeña
un papel cada vez más importante en la transmisión, intercambio y difusión de la ciencia y el
conocimiento entre los países en el llamado ciclo global del conocimiento. (Ordóñez y
Bouchain, 2011).
Crisis, neoliberalismo e industria audiovisual en México
79
al mercado interno, principalmente de proyectos industriales productivos
de numerosas empresas pequeñas y medianas; y ha fortalecido la concentración monopólica de varios grupos empresariales exitosos dentro y fuera
de México, entre los que destacan los monopolios de la comunicación: telecomunicaciones e industria mediática, fundamentalmente de la televisión
(Portos, 2010).
La paradoja es que, por un lado, se implanta una economía “de libre
mercado”, que afecta fundamentalmente a los productores de bienes industriales manufactureros, base del proyecto nacional de desarrollo; y por otro
lado, se reproduce una exacerbada concentración en las empresas (industrias
de servicios de comunicación: telecomunicaciones e industrias “de la información” y el entretenimiento), con fines lucrativos, esencialmente protegidos
por el gobierno en turno, el cual fortalece los negocios privados en detrimento de una regulación propicia para la estrategia de desarrollo, que efectivamente impulse a la sociedad y al país a posiciones de mejor competencia en
el mundo. Como se sabe, la apertura comercial, con el desmantelamiento
arancelario de la mayoría de bienes de consumo básico e intermedio, ha sido
indiscriminada y fuertemente lesiva para el sector productivo no monopolizado del país. De manera contradictoria, existe un proteccionismo a ultranza
en el sector de medios de información y comunicación, que impide de manera reiterada la entrada de nuevos competidores, sobre todo en la producción y transmisión de contenidos, lo que posibilitaría la diversificación y
ampliaría la oferta de propuestas con mejor calidad, que podría mejorar el
consumo cultural (siempre y cuando se establezcan sinergias con el sector
educativo para generar receptores críticos y mejor calificados en la elección
de contenidos).
Por su parte, las industrias de la radio y la televisión siguen siendo los
principales medios con los que se informa (forma y deforma) en el México
neoliberal, aun cuando ha avanzado de manera progresiva la mayor utilización de los medios derivados de las nuevas tecnologías de la información,
basadas en la expansión del internet a partir de usos variados por medio
de los dispositivos móviles, fundamentalmente la telefonía celular con sus
innovadoras aplicaciones (texto, voz e imagen). Todo ello ha impulsado el
uso de las redes sociales como nuevas formas de comunicación digital, en
auge, sobre todo entre los jóvenes y personas con ingresos medios y altos
que pueden acceder al dinámico mercado de los dispositivos digitales que
son ofrecidos en México, incluso por las empresas de televisión, lo que ha
renovado y aun revolucionado los mecanismos de comunicación. El tránsito
80
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
a la industria digital se ha anunciado desde hace tiempo; sin embargo, la
realidad social y económica del país ha limitado su implantación, además
de la competencia suscitada entre los grupos de la comunicación por el
otorgamiento de concesiones para operar en el espacio radioeléctrico.3
Se puede argumentar que el nuevo y dinámico panorama en el campo
de la diversificación comunicativa implica fuertes retos de carácter social
y político, al ampliar las formas de participación social e individual, que
representan las amplias posibilidades de la nueva era. Sin embargo, los límites siguen siendo la fuerte concentración
La desigualdad económica y social en un número reducido de empresas que han
se profundizó durante este periodo limitado la posibilidad de diversificación de
de gobierno ilegítimo con un incre- contenidos, la cual resulta estratégicamente
mento de seis millones de pobres imprescindible para el desarrollo y consolidación de la sociedad amplia, abierta, plural
(Línea Política PRD, p. 5)
y democrática que requiere el México de
nuestros días y que haría posible generar un ambiente crítico del discurso
neoliberal predominante y, junto con la educación básica, fundamentar las
bases de una sociedad consciente y propositiva cuyo objetivo sea el desarrollo del país.
Estas industrias han sido básicamente orientadas al consumo suntuario
no directamente productivo, pues la tendencia se orienta a satisfacer el
gusto por la moda y el entretenimiento. Por ello resulta de gran importancia
señalar la paradoja que se presenta entre la existencia de una economía y
un sector de la sociedad crecientemente parasitarios y menos productivos,
con una concentración del ingreso cada vez más acentuada, y el rezago
educativo y cultural fomentado por la deficiente política de educación y la
difusión masiva de mensajes con niveles de bajo contenido educativo, emitidos principalmente por los medios electrónicos tradicionales. Desde luego,
hace falta motivar los cuestionamientos sobre las nuevas formas de consumismo, la moda y los grandes negocios que se encuentran explotando las
industrias de servicios de comunicación en el boom actual.
3
La competencia ha implicado que se detenga este proceso, pues los grupos mediáticos que
controlan la industria de la televisión en México (y que por cierto han ampliado y reforzado
sus negocios hacia la telefonía celular y la TV por cable), han ejercido su poder ante el gobierno y han impedido la operación de otros competidores tanto nacionales como extranjeros. (Para un seguimiento de la problemática, consúltense las revistas: Zócalo, Revista
Mexicana de Comunicación, Etcétera y Proceso.)
Crisis, neoliberalismo e industria audiovisual en México
81
Por otra parte, el decreto que establece acciones para agilizar la transición a la televisión digital terrestre, y que permitiría concluir las transmisiones analógicas entre 2011 y 2015, ha quedado varado en el poder
legislativo, ante las frecuentes y visibles irregularidades cometidas por las
entidades reguladoras del otorgamiento de concesiones para la radio y la
televisión. Por ello no se ha avanzado en contrarrestar el monopolio ejercido por el oligopolio que opera en el país, que favorece las restricciones, y
aun exclusiones, de nuevos competidores. Sin embargo, a principios de
diciembre de 2011, se dieron a conocer los resultados de la consulta pública efectuada por la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) sobre
la licitación de dos cadenas de televisión abierta en formato digital. A esa
fecha, solo habían respondido 181 de los 834 participantes a quienes se les
mandó el cuestionario (Reforma, 7/12/2011).
Para los expertos consultores y agentes que vienen actuando en el
marco legislativo del sector telecomunicaciones, radio y TV digital, existen
pocas opciones, pues continúa la concentración en pocas manos: de las 461
estaciones de TV abierta que existen en México, 224 las concentra Televisa
y 180 Televisión Azteca; 99 por ciento de la inversión en TV durante 2011 se
concentró en estas dos empresas. Desde nuestro punto de vista, la poca
respuesta al cuestionario enviado por la Cofetel en noviembre de 2011,
puede indicar el grado de credibilidad sobre el uso y otorgamiento de las
concesiones en juego.4
Infraestructura audiovisual en México,
uso y disponibilidad de TIC
Frente al panorama de carencias y desigualdad social, en México se ha logrado crear una infraestructura audiovisual amplia, pero con significativas
disparidades regionales, expresión de las severas dificultades para tener
acceso a la compra de los dispositivos y las inversiones en nuevas tecnologías de información y en la consiguiente educación digital para amplios
4
Sin embargo, en opinión de los expertos de The Competitive Intelligence Unit (CIU), “…se
inscribieron a este ejercicio importantes actores del sector de telecomunicaciones […] Se registraron gente de todo tipo, gente de empresa, de cámaras empresariales y […] eso es importante, que sea una suma de opiniones muy plural porque son temas muy complejos”
(Reforma, 7/12/2011, Sección Negocios, p. 7).
82
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
grupos de la sociedad mexicana. La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad
y Uso de las Tecnologías de la Información (Inegi, 2010) dio a conocer que
en el país:
» 38.9 millones de personas eran hacia mayo de 2010, usuarias de una
computadora y 32.8 millones tenían acceso a internet
» Los usuarios de internet registraron un aumento de 20.6 por ciento
respecto a 2009
» Quienes más utilizan el servicio de internet pertenecen al rango de
edad de 12 a 34 años, con una participación de 66.8 por ciento
» Existen 8.44 millones de hogares equipados con computadora, lo
que representa 29.8 por ciento del total de hogares en el país y
significa un crecimiento de 13.2 por ciento con relación a 2009
» 6.3 millones de hogares cuentan con conexión a internet: 22.2 por
ciento del total en México
» Como usuarios de computadora, los hombres tienen una participación de 50.6 por ciento y las mujeres de 49.4 por ciento
» Como usuarios de internet las mujeres representan 49.3 por ciento
y los hombres 50.7 por ciento
» Respecto a la disponibilidad de televisores digitales en los hogares,
solo 13.2 por ciento cuentan con estos; mientras 81.5 por ciento
del total de hogares declararon disponer solo de televisor de tipo
analógico
» En cuanto a disponibilidad de computadora: en el Distrito Federal,
Nuevo León, Sonora y Baja California, cuatro de cada diez hogares
cuentan con equipo de cómputo; mientras que en Chiapas, Guerrero y Oaxaca solo uno de cada diez hogares tiene acceso a una
computadora
» Sobre la concentración de los servicios de comunicación, la información disponible revela que la concentración en México del sector
telecomunicaciones es del orden siguiente:
» Telmex domina 85 por ciento de la telefonía fija, 80 por ciento
de larga distancia, 75 por ciento de la telefonía móvil y 70 por
ciento del servicio de internet
» En la industria de la televisión existen 461 concesiones en el país,
de las cuales, Televisa tiene 55.7 por ciento y TV Azteca 39 por
ciento, y el 5.3 por ciento restante pertenece a pequeñas televisoras
Crisis, neoliberalismo e industria audiovisual en México
83
» En televisión digital, Televisa ha avanzado en la alianza con Nextel para convertirse en monopolio convergente con servicios de
cuádruple play (televisión, telefonía fija, internet y telefonía
móvil)
La crisis actual y sus perspectivas en materia de conectividad y disponibilidad de las llamadas TIC en México, probablemente agraven la disparidad regional y de grupos de la población, incluyendo a pequeñas y medianas
empresas, lo que alimentará la exclusión social ya existente, que en el tema
que nos ocupa se conoce como exclusión digital, la cual atenta contra los
objetivos de lograr una economía y sociedad impulsadas por el conocimiento que siente las bases de un posible futuro desarrollo del país.
En los resultados más recientes de las empresas que actúan en el sector
industrial audiovisual, se observa un singular dinamismo, pues este sector sigue creciendo y generando importantes ventas y beneficios para los principales grupos mediáticos5 que ofrecen servicios de telefonía móvil, TV de
paga y en general servicios de comunicación para el entretenimiento y la
venta de publicidad (sobre todo política en tiempos electorales), por lo que
existe un panorama que choca fuertemente con la realidad económica y
social que vive México.
Evolución de la economía nacional convergente actual
(variación anual)
Concepto
PIB total
2009/2008
2010/2009
-6.1%
5.5%
0.8%
5.6%
PIB economía convergente
Impresos, radio, TV
-4.7%
4.4%
Cine, video y música
0.9%
10.3%
-5.1%
-1.8%
2.4%
5.9%
-3.8%
4.8%
Internet
Telecomunicaciones
Medios de comunicación
Fuente: Inegi, Información en Medios Masivos.
5
Al año 2011, por ejemplo, existían más de 100 millones de teléfonos celulares en circulación,
según datos de la Cofetel.
84
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Durante los primeros años del siglo XXI, el país siguió un proceso de
lento crecimiento, que incluso se convertiría en estancamiento económico
ocasionado en buena medida por el impacto de la crisis estadounidense y
la baja competitividad que presentó México frente a sus nuevos competidores, al no impulsarse una dinámica de crecimiento sustentada sólidamente
en el mercado interno. Esta situación de precariedad económica, con una
desigual distribución del ingreso, generada, como se sabe, por la implantación del modelo neoliberal, favoreció un escenario de profunda desigualdad
y agudización de los viejos problemas sociales, así como el surgimiento de
otros más graves derivados del deterioro social y la concentración de la
riqueza en pocos capitalistas.
En esta perspectiva, de acuerdo con el Centro de Análisis Económico
(Facultad de Economía) de la UNAM, algunos resultados recientes ofrecen
el siguiente panorama: 3.2 millones de nue...se promoverá una política eco- vos pobres generados entre 2008 y 2010; 12.2
nómica y social alternativa basada millones de personas en carestía alimenticia;
en el desarrollo sostenido, susten- 2.7 millones de personas desocupadas a
table e incluyente, en el marco de septiembre de 2011; 4.5 por ciento de creciun proceso de redistribución del miento del PIB en el tercer trimestre de 2011;
ingreso, que tenga por objetivo la y más de 7 millones de jóvenes (se dice que
promoción del crecimiento econó- son mayoritariamente mujeres que atienden
mico, la generación de empleos y labores domésticas sin remuneración ni reel combate de las desigualdades conocimiento social) en situación precaria
de abandono escolar y empleos informales
(Plataforma, 2009-12, PRD, p. 20)
sin prestaciones sociales ni seguridad.
Reflexiones finales
El discurso de la competitividad (muy en boga en los círculos de la política
neoliberal, de la que México no está ausente), lejos de abonar para el desarrollo y la disminución de la desigualdad social y económica del país, lo
ha hecho a favor de los negocios privados de las telecomunicaciones y en
general de las industrias del sector audiovisual, altamente concentrado y
dominante en el ejercicio del poder.
Frente a la crisis actual, es de esperarse que los negocios derivados de
la comunicación y el entretenimiento, observen un panorama favorable y
con crecimiento durante los próximos años, debido a las necesidades de
Crisis, neoliberalismo e industria audiovisual en México
85
información, comunicación social y entretenimiento que día a día crecen en
el mercado mexicano, pero particularmente por las inversiones en mercadotecnia política derivadas del proceso electoral y en la perspectiva fundamental del capitalismo neoliberal en el nivel global: el ejercicio del poder.
Esto favorece fundamentalmente a los grupos multimedios, que seguirán
obteniendo amplios beneficios por el grado de monopolización con el que
operan, con la anuencia del gobierno mexicano.
Los dispositivos móviles son los negocios más dinámicos, que incluso
han suplido a la telefonía fija, ante la falta de inversión en el plano regional,
por lo que la estrategia de desarrollo del proyecto alternativo deberá contemplar, además de una mayor competencia entre operadores, las inversiones que doten a las zonas más atrasadas del país de redes para internet y
banda ancha, posibilitando un mayor acceso a las regiones con mayor atraso y revirtiendo el impacto negativo para los propósitos de la “sociedad de
la información y el conocimiento”.
Pero esta estrategia debe ir de la mano de una reforma a fondo de la
educación, pues la disponibilidad de redes y tecnologías de la información
y la comunicación no es suficiente para generar personas más ilustradas y
preparadas para los retos de la construcción social de nuevo tipo que urge
impulsar en la nación.
En ese sentido, ¿cómo revertir la creciente tendencia actual del consumo
de medios, orientado en lo fundamental a la satisfacción de necesidades abocadas al entretenimiento como mecanismo defensivo para paliar las angustias
cotidianas, que favorece la necesidad de benefactores emocionales para sobrevivir en un país que vive la violencia e inseguridad como nunca antes?
Debemos insistir en la necesidad de conocer más a los mexicanos que
han sido educados por más de tres decenios de neoliberalismo. ¡Por ahí
debería empezar la llamada economía y sociedad del conocimiento en una
perspectiva no neoliberal!
Bibliografía
Castells, Manuel (2010), Comunicación y poder, Madrid, Ariel.
Inegi, Instituto Nacional de Geografía y Estadística, Censos Económicos,
2004 y 2009.
Ordóñez, Sergio y Rafael Bouchain (2011), Capitalismo del conocimiento e industria de servicios de telecomunicaciones en México, México, UNAM-IIEc.
86
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Portos P., Irma (2010), Las industrias audiovisuales en México y Brasil. Televisa y globo en la convergencia digital, tesis de doctorado en Estudios
Latinoamericanos, FFyL, UNAM.
———— (2008), “Infraestructura y telecomunicaciones en México y Brasil.
Perspectivas para su integración”, en Liliana Bertoni (coord.), Infraestructura e integración en el Mercosur, Buenos Aires, Editorial Dunken.
SE, Secretaría de Economía (2010), La economía digital, México, Secretaría
de Economía.
Vidal, Francisco (2008), Los dueños del cuarto poder, México, Planeta.
Villamil, Jenaro (2010), El sexenio de Televisa, México, Planeta.
Zepeda Patterson, Jorge (coord.) (2007), Los dueños de México, México,
Planeta.
Hemerografía
Etcétera, varias fechas.
Revista Mexicana de Comunicación, varias fechas.
Revista Expansión, Las 500 empresas más importantes de México.
“Reportes financieros de las empresas de medios”, varias fechas.
Zócalo, varias fechas.
Crisis, neoliberalismo e industria audiovisual en México
Anexo
Ventas de empresas de medios 2009
(millones de pesos)
Lugar
en las 500
34
Empresa
Ventas totales
101 595.0
Variación %
2008/2009
Grupo Televisa
52 352.5
9.1
136
SKY
10 005.2
9.2
137
TV Azteca
9 968.0
16
179
Megacable Holdings
6 895.0
17.8
207
Cablevisión
5 277.0
10.8
259
Cablemás
3 653.0
15.6
273
Editorial Televisa
3 356.1
-9.3
279
Grupo Imagen
3 304.0
15.1
384
El Universal
1 520.5
-2.1
397
Grupo Prisa
1 387.4
1.7
422
Grupo Editorial Notmusa
1 144.0
-8.3
424
Impresora y Encuadernadora Progreso
1 140.6
24.8
479
Grupo Santillana
805.8
nd
486
Grupo Radio Centro
785.9
6.9
Fuente: Expansión, 21 de junio-4 de julio de 2010.
Ventas de empresas de entretenimiento 2009
Lugar
en las 500
Empresa
Ventas totales
29 617.6
Variación %
2008/2009
142
Corporación Interamericana de Entretenimiento
9 470.2
0.1
16.3
148
Cinépolis
8 770.0
205
Grupo Caliente
5 350.0
2.9
347
Cinemex
1 965.6
8.0
360
Codere México
1 743.7
-10.9
87
Propuesta para revertir la política neoliberal
en la exploración y extracción petrolera
Fabio Barbosa Cano
E
n este texto solo abordaremos uno de los aspectos de la industria
petrolera: la situación de la exploración y extracción de petróleo crudo,
y formularemos algunas medidas necesarias para defender y aprovechar,
en beneficio de los mexicanos, lo que aún queda de esa materia prima estratégica.
En el sexenio anterior se inició la caída de la producción y de las exportaciones de petróleo crudo; intentando atenuar la declinación, desde el
gobierno de Fox y durante el actual, se ha desplegado un gran esfuerzo en
tres renglones: 1) la aplicación de nuevas tecnologías en campos gigantes
viejos; 2) la reapertura o “reentrada” a campos y pozos cerrados; y 3) la
exploración en busca de nuevos yacimientos de aceite.
Al conjunto de medidas orientadas en ese esfuerzo, los neoliberales
lo llaman reforma energética. Aducen que la extracción de petróleo crudo
es el mejor negocio. Ernesto Zedillo formuló su tesis de doctorado en la
universidad estadounidense de Yale con un planteamiento que defiende
esa falacia. En el mismo sentido, el también doctor Suárez Coppel, director de Pemex, acaba de formular declaraciones desafiando a sus críticos
con los más recientes costos de producción, por barril de crudo en Chicontepec. Según sus cifras: “el costo de desarrollar reservas probadas en
Chicontepec es de 27 dólares por barril, y se vende alrededor de 100
dólares; esa rentabilidad no la vemos en ninguna industria legal, fuera
de Pemex”.
Con apoyo en este tipo de planteamientos se han desarrollado algunas de las acciones más importantes en la materia: la aplicación de recuperación terciaria y mejorada en grandes campos y proyectos. Básicamente se
trata de inyección de nitrógeno para represionar los yacimientos y elevar
los volúmenes de su producción.
90
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
La inyección de nitrógeno fracasó y, acaso aunada a los retrasos en las
obras para el control de la invasión de agua a los pozos, condujo al colapso de Cantarell, el campo más importante que existió en México. Lo mismo ocurrió con su aplicación en los más grandes campos del sureste, como
Samaria, Oxiacaque, Cunduacán, Jujo y Tecominoacán. En ellos, a pesar de
que se ha incrementado la inyección de nitrógeno, la producción no repunta, continúa declinando, pero los onerosos contratos se mantienen y las
plantas, verdaderos elefantes blancos, continúan operando.
Los resultados son la destrucción prematura de los campos gigantes,
columna vertebral de la industria petrolera. La lección aprendida en los
proyectos de nitrógeno del sureste es que las nuevas tecnologías no son
recetas mágicas que funcionarán en cualquier campo y en cualquier etapa
del desarrollo del yacimiento.
Desde luego la ruina de los campos gigantes es un proceso que comenzó desde los años ochenta, como lo demostraron los estudios del ingeniero
José Eduardo Beltrán, que desde entonces concluyó que la política de acelerar la producción provocaba la ruina prematura de los yacimientos.
Fracaso en la región Norte
Se creía que el regreso con diversas medidas
de rehabilitación en campos cerrados podría
aportar volúmenes muy importantes de petróleo. Teóricamente, si su factor de recuperación es de los más bajos del mundo y aún
quedan en el subsuelo millones de barriles,
era razonable esperar que aplicando nuevas
tecnologías pudiera elevarse la producción en ellos.
En los últimos años se han realizado varios experimentos en la región
Norte, el principal fue la concesión de 400 pozos en Ébano (San Luis Potosí), Pánuco y otras localidades en el norte de Veracruz, contrato obtenido
por la empresa privada Diavaz y la estatal china Sinopec (China Petroleum
& Chemical Corporation). Agreguemos que 400 pozos son alrededor de 10
por ciento del total de pozos en México. Los resultados han sido decepcionantes.
Se esperaban unos 200 mil barriles diarios, como nueva producción;
apenas se ha logrado 10 por ciento de ese volumen. El experimento se
Impulsaremos la industria petroquímica y la producción de gas para
frenar la creciente dependencia del
exterior. (Movimiento Progresista,
Plan de Gobierno, p. 46)
Propuesta para revertir la política neoliberal en la exploración y extracción petrolera
91
repite ahora en Tabasco, y seguramente se logrará algún incremento pero
no los volúmenes que se pregonan en la propaganda.
Paralelamente a las medidas anteriores se intensificó la exploración. En
la década pasada, las inversiones se duplicaron. Entre 2001 y 2010, se perforó un número de pozos de exploración casi igual que en el sexenio de
López Portillo. Resumiendo las estadísticas, podemos afirmar que en la década 2001-2010 se descubrieron 263 campos o nuevos yacimientos, es decir,
en promedio, más de dos nuevos descubrimientos cada mes. Insistimos,
porque la cifra nos parece impresionante: en los últimos diez años, en este
país, se ha descubierto un nuevo campo cada quince días.
Pero el problema es que solo 97 de ellos resultaron aceiteros, es decir,
en dos de cada tres nuevos campos solo se ha encontrado gas natural.
Por otro lado, los 97 nuevos yacimientos con petróleo descubiertos
entre 2001 y 2010, el nuevo petróleo posterior a Cantarell, se ha encontrado en depósitos pequeños, en pozos muy profundos y con crudo pesado.
Este es de menor valor porque es difícil de extraer y de procesar y, finalmente, el rasgo que más interesa enfatizar: en áreas difíciles, con impactos sociales y costos que contribuirán a la crisis económica e intensificarán el encono
en la distribución de la renta petrolera.
México se ha agregado a la larga lista de Se estimulará una política energépaíses que han pasado el pico de descubri- tica alternativa con propuestas de
mientos y el pico de la producción petrolera. producción, distribución y consumo
Desde luego, la misma estadística está mos- ambiental, económica y socialmentrando que el petróleo no se ha agotado, pero, te viable. (Movimiento Progresista,
evidentemente es insostenible el volumen de Plan de Gobierno, p. 56)
exportaciones y son urgentes inversiones que
permitan nuevas fuentes de energía en el futuro, así como un uso más racional de lo que aún queda, evitando su derroche, por ejemplo reinstalando
el transporte ferroviario que clausuró Zedillo.
Las aguas profundas
Las aguas profundas fueron y siguen siendo una gran posibilidad de mejorar las deterioradas condiciones del sector.
A la fecha, aunque con solo un poco más de veinte pozos perforados
es temprano para desprender conclusiones definitivas, un balance ya ofrece elementos para concluir que las expectativas estaban sobrevaloradas:
92
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
únicamente se ha descubierto gas natural frente a las costas del sur de Veracruz, y unos cinco o seis campos de crudo extrapesado frente a las costas
de Campeche.
En los próximos meses las inminentes perforaciones en la región fronteriza del golfo de México aún podrían modificar el panorama, pero en el
mejor de los casos podrían descubrirse volúmenes similares a los descubiertos en Estados Unidos, lo que no permite revertir la caída de la extracción
nacional.
El nuevo potencial aceitero mexicano y sus características
Cantarell ha perdido casi dos millones de barriles de su producción en el
pico. Pemex ha logrado compensar parcialmente esa caída con el desarrollo
de Ku Zaap Maloob, que actualmente aporta arriba de 800 mil barriles diarios. Pero este complejo no es eterno, y en el próximo sexenio alcanzará su
punto máximo e iniciará su declive.
¿De dónde está saliendo otro medio millón, para sumar los 2.6 millones
de barriles de la producción actual? De algunos campos muy jóvenes, que
aunque fueron descubiertos hace diez o veinte años, por las dificultades de
su explotación, permanecieron inactivos, “en reserva”, y su desarrollo apenas está arrancando. Posiblemente los más importantes son los agrupados
en el llamado “proyecto Crudo Ligero Marino” (CLM), en el que la mayor
parte son los de Litoral de Tabasco. Al comenzar el actual sexenio apenas
producían unos 60 mil barriles diarios, a finales de 2010 superaron los 300
mil barriles diarios y su producción continuará creciendo. Pemex está iniciando los preparativos para ampliar este proyecto, lo llama “la fase tres del
CLM”, por lo que en esta área puede esperarse un pico de hasta 350-400 mil
barriles diarios.
El crudo ligero marino es petróleo difícil. Ahora Pemex está realizando
verdaderas hazañas tecnológicas: son pozos caracterizados por sus altas
temperaturas y elevadas presiones, en una zona proclive a brotes de gas
que pueden provocar “reventones”. La perforación de algunos pozos frente
a las costas de Centla en Tabasco se ha prolongado más de un año, en otros
casos se han perforado pozos horizontales de hasta cuatro kilómetros de
largo, con costos arriba de los convencionales.
En las cuencas del sureste, muy recientemente ha surgido una nueva área
de apariencia muy prometedora, que se extiende en el mar y, según recientes
Propuesta para revertir la política neoliberal en la exploración y extracción petrolera
93
estudios, también cubre una vasta superficie hacia Tabasco, el sur de Veracruz, y parte de Chiapas. En esta nueva área ya se han descubierto varios
nuevos campos que podríamos calificar como criaturas de las nuevas tecnologías, producidas en los años noventa, que permitieron el surgimiento
de los yacimientos subsalinos, similares a los que en Brasil llaman “pre sal”;
en realidad los nuestros se encuentran arriba y debajo de los cuerpos de
sal, y mezclados con extrañas formas salinas. Nada, por el momento, permite esperar que tengan la magnitud de los cariocas, pero es una nueva área
de oportunidad y algunos, como el campo Nelash, ya están en producción.
Los más notables son Bricol y Pareto. En esta cuenca, Pemex tiene unas 300
oportunidades exploratorias. Sin duda es un área importante pero, insistimos: permitirá que Pemex prolongue sus actividades acaso por una o dos
décadas en la región, aunque ningún elemento permite esperar que sostendrá las exportaciones millonarias en las que los neoliberales se empeñan.
En suma, de acuerdo con algunos escenarios, en fecha tan cercana como
el próximo sexenio, la producción solo será suficiente para la actual carga
de las refinerías; será imposible continuar las exportaciones de crudos.
Otros ejercicios prospectivos consideran que si se conjugan diversos factores como la conclusión del diseño del proyecto de explotación de los
crudos extrapesados, este país podría contar con algunos excedentes para
la década de 2020.
Los impactos sociales
La inserción de México en una nueva división internacional del trabajo como
proveedor de sus recursos naturales, es también una disputa por los espacios. La ampliación de las áreas petroleras en el golfo de México ha ocurrido paralelamente al desalojo de los pescadores.
En 2003, una comisión intersecretarial del gobierno mexicano emitió un
simple acuerdo, extendiendo la “Zona de Prevención y de Exclusión en la
Sonda de Campeche” hasta 65 000 kilómetros cuadrados, lo cual implicaba
una multiplicación de más de ocho veces del área petrolera en la Sonda de
Campeche, que originalmente comprendía unos 8 mil kilómetros cuadrados.
Así, dos o tres burócratas deciden sobre la vida y la muerte de miles de
trabajadores mexicanos.
La flota pesquera camaronera de Frontera, Tabasco, que en los años
setenta sumaba alrededor de medio centenar de embarcaciones, hoy ha
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Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
desaparecido por completo. Como mudos testigos de la catástrofe aún
pueden verse los últimos tres barcos anclados, pudriéndose, en los muelles
de ese puerto tabasqueño.
Pero ninguna amenaza tan grave como la que pende sobre las regiones
totonaca y huasteca baja, comprendidas en el proyecto Chicontepec.
En octubre de 2011, como presume Suárez Coppel, la producción se
encuentra arriba de 60 mil barriles diarios de crudo. La pregunta es cómo
lo han conseguido. Es necesario explicar las nuevas tecnologías de “pozos
horizontales” y “multilaterales” y además con “fracturamientos” en los
“laboratorios” de Chicontepec.
A unos días de la publicación de los decretos de la reforma energética,
el 24 de noviembre de 2008, la Subdirección de Ingeniería y Desarrollo de
Obras Estratégicas (SIDOE) de Pemex Exploración y Producción presentó el
“Plan de Infraestructura del Activo Aceite Terciario del Golfo (Chicontepec)”,
el cual fue elevado al rango de “proyecto estratégico de Pemex”, es decir,
aquellos que “definen el rumbo de la industria para el largo plazo”. A la fecha,
Pemex solo ha trabajado en una pequeña franja que comprende los municipios de Coatzintla y Papantla, en Veracruz y un segmento oriental de Venustiano Carranza y Francisco Mena, en Puebla. Así, puede decirse que Pemex
hasta la fecha ha estado concentrado en una parte de la región totonaca,
pero en los próximos años aspira a avanzar hacia la Huasteca Baja (municipios de Chicontepec, Huayacocotla, Ixhuatlán de Madero y, sobre todo, el
segmento más occidental de Álamo Temapache).
Con tales “obras estratégicas”, esa región quedará convertida en una
de las zonas petroleras con una de las más altas tasas de densidad de perforación, en el mundo (más de 16 mil pozos en poco menos de 4 000 kilómetros cuadrados).
Modelo dual de desarrollo productivo
En un diagnóstico del proyecto, el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) advertía que: “a nivel económico el proyecto Chicontepec
tendrá un gran impacto en la región debido a la intensidad de sus operaciones y a su extensión territorial”; explicaba que “generará reconversiones
territoriales en los usos del suelo agrícola y ganadero que afectarán a productores de ejidos, comunidades y pequeña propiedad” y que la participación de actores coadyuvantes de Pemex modificará “la demanda agregada
Propuesta para revertir la política neoliberal en la exploración y extracción petrolera
local, situación que acarreará distorsiones en los
mercados”. Claramente advertía que “dado el
atraso de la estructura socioeconómica de la región es imposible una integración económica local derivada de la actividad petrolera”, y en ese
contexto, “las economías de enclave se pueden
reproducir muy rápidamente”, lo que provocaría
“un modelo dual de desarrollo productivo”.
95
Impulsar el desarrollo de una
economía verde, ampliando
las capacidades de generación
de energía renovable… (Movimiento Progresista, Plan de
Gobierno, p. 46)
Pozos multilaterales, desviados y fracturados
Un pozo “multilateral” se define como aquel que tiene varios brazos o ramas,
lo que le permite extraer hidrocarburos de dos o más hoyos productores; al
salir a superficie, el pozo está conectado a un solo cabezal de producción.
El pozo puede producir conjuntamente todos los brazos o ramales desde un
mismo yacimiento o tener brazos o ramales con producción independiente
desde diferentes yacimientos. Una imagen muy aproximada de estos pozos
es la de un pulpo succionando en el subsuelo que extiende sus brazos para
alcanzar pequeños depósitos dispersos. En 2003 se perforaron los primeros
pozos multilaterales en el municipio de Venustiano Carranza, Puebla.
Teóricamente, esta tecnología permite incrementos entre 1.5 y 2.5 respecto a los pozos horizontales y de 3.5 a 5 con relación a un pozo vertical.
Asimismo, permite la disminución del número de agujeros desde la superficie
y, supuestamente, también reduce el área de afectación, lo que puede ser
cierto en superficie, pero no debe omitirse lo que pasa en el subsuelo. Para
Pemex, lo anterior repercute en un ahorro de tiempo, logística y transporte.
Como vemos, la nueva tecnología está referida básicamente a instrumentos
de desarrollo que permiten extraer los hidrocarburos ya descubiertos que
no podían llevarse a la superficie con las técnicas convencionales. Sin embargo, no se trata solamente de la intensidad de las perforaciones ramificadas. Hay otro elemento, ya empleado en los campos de México, pero cuya
aplicación, con la intensidad que se anuncia, acaso constituye una amenaza
para las aguas subterráneas: son los ominosos progresos en la tecnología del
“fracturamiento”.
Fracturar es romper una estructura, en este caso, las arenas muy compactas y de escasa permeabilidad. Las grietas se consiguen inyectando a
una elevada presión un fluido (con la vieja tecnología era agua, aceite o agua
96
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
de la misma formación) mezclado con arenas u otro material llamado “sustentante”. Actualmente se inyecta un gel, un fluido gelatinoso preparado en
superficie y bombeado a una presión de unas 20 mil PSI (PSI es una unidad
de medida, pounds per square inch, libras por pulgada cuadrada). Las 20 mil
PSI equivalen a unas 666 veces más que la presión de una llanta de automóvil, que es de 30 PSI. El fluido penetra a razón de entre 15 y 20 metros cúbicos por minuto y la inyección se realiza a temperaturas arriba de los 100
grados centígrados. Las fracturas creadas artificialmente incrementan la
permeabilidad y facilitan el movimiento de los hidrocarburos hacia el agujero perforado. La función del material llamado sustentante es mantener
abiertas las fracturas.
Una vez realizada la inyección, se deja reposando el pozo lastimado y una
semana más tarde se abren las válvulas para ponerlo a producir, inicialmente,
a ritmo lento, lo que permite recuperar una parte de los fluidos inyectados y
limpiar las fracturas. Luego se mide el éxito de la operación, sumando la
nueva producción obtenida, llamada “producción incremental”, estimando
los nuevos ingresos y restando los costos específicos de la operación.
Las innovaciones tecnológicas recientes consisten en el control de las
operaciones con computadoras, el monitoreo en tiempo real y especialmente
el uso de simuladores que permiten la detección y medición del área impactada. La principal amenaza es que para lograr mayor efectividad de penetración y fracturas múltiples, la presión se ha elevado, en algunos casos,
veinte veces. En fracturamientos realizados en el campo Horcones, en el
municipio de Temapache hace diez años, la presión era de 1 300 PSI; en los
del campo Tajín es de 20 mil PSI actualmente.
Se mantiene en secreto el volumen y especialmente la composición de
los fluidos que se están inyectando en los campos de Chicontepec; solo
podemos documentar datos aislados de algunas experiencias en los años
noventa y en los primeros años de la siguiente década, así como de los
fracturamientos realizados en Burgos e información genérica que las empresas contratistas permiten conocer. Probablemente desde los años ochenta empezaron a emplearse ácidos y otros químicos en los ingredientes de
los geles de fracturamiento. En los noventa fueron utilizados en los fracturamientos de los pozos 276 y 293 en el campo Coyotes en el municipio de
Temapache y, actualmente, en Burgos los ácidos son mencionados incluso
en el texto de las licitaciones. En cuenca de Burgos, Pemex pide a las compañías contratistas que después del fracturamiento recuperen los fluidos
inyectados −llamados “fluidos residuales”− en presas metálicas, y describe
Propuesta para revertir la política neoliberal en la exploración y extracción petrolera
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la composición de estos residuos como “ácido gastado, arena, lodo y otros
sólidos”.
Un estudio de Schlumberger sobre experiencias internacionales de
fracturamientos describe un caso en el que se empleó “ácido clorhídrico
concentrado, para lograr un grado de penetración profundo y un mejor nivel
de conductividad de la fractura creada por el ácido”. Esta misma empresa
ha diseñado nuevos aditamentos para lo que llama “tratamientos ácidos” o
“estimulación ácida” y reporta en 2006 casos en los que empleó “ácido orgánico fluorhídrico”.
En los campos Agua Fría, Coapechaca y Tajín, se han realizado de los
años noventa a la fecha unas 600 fracturas en total. Pero ahora se programan
estas ominosas operaciones en más de 16 200 pozos. Proponemos que se
aproveche esta campaña electoral para preguntar: ¿Qué consecuencias
puede tener la inyección de decenas de millones de metros cúbicos de agua
y ácidos en el subsuelo? Desde luego, ya aclaramos que una parte de esos
fluidos se recuperan en presas metálicas.
Aún más grave, no se trata solamente de una fractura por cada pozo.
Desde 2004, el entonces gerente de las operaciones, ingeniero AlcázarCancino, planteó la posibilidad de realizar hasta tres fracturas por cada
pozo, desde luego no como una fórmula que se aplicará mecánicamente en
todos los pozos, sino dependiendo del “comportamiento” de cada perforación. Pero la posibilidad existe, y eventualmente podría elevarse el número
de inyecciones de los extraños líquidos, a más de 50 mil. En Estados Unidos,
donde, como empieza a ocurrir en México, se intenta sacar hasta la última
gota, se fractura y, al poco tiempo, el mismo pozo vuelve a ser fracturado;
incluso los pozos más viejos son sometidos a estos tratamientos, con procedimientos especiales para no dañar sus debilitadas tuberías. La misma
empresa que ya citamos, Schlumberger, examina casos en la cuenca Fort
Worth, al norte de Texas, donde un viejo pozo duplicó su producción después
de ocho tratamientos. ¿Para mantener las exportaciones de crudo se efectuarán decenas de miles de inyecciones de ácidos en Chicontepec?
El proyecto Chicontepec apenas está comenzando, muchos de sus impactos todavía están por estudiarse, pero ya es previsible la afectación de
las actividades productivas tradicionales y el consecuente desplazamiento
de la población, incremento del desempleo y oleadas de nuevos migrantes.
Un nuevo gobierno democrático tiene que introducir criterios de gradualidad
y búsqueda de equilibrios para no agravar los problemas ya existentes a
cambio de ganancias que a la postre resultarán irrisorias.
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Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
En relación con el petróleo, lo que en esta campaña electoral debemos
debatir, es que después de casi 30 años de política neoliberal, la industria
petrolera de este país ha quedado inserta en un nuevo esquema de división
mundial del trabajo; y abandonó sus metas originales como el impulso al
empleo y al desarrollo regional. Hace más de treinta años que se construyó
la última refinería en este país. Hoy, más de la mitad de las gasolinas que se
consumen en México son importadas. Lo que ahora queda de la industria
petrolera, por la índole, el ritmo o intensidad y carácter de sus operaciones,
se encuentra enfrentada a las comunidades, pues contribuye a la destrucción de empleos en la agricultura, la pesca y la ganadería, lo cual impulsa
desplazamientos masivos de la población.
El sector petrolero, que podría apoyar el desarrollo y empleo regional,
en manos de los neoliberales ha quedado convertido en un problema.
La actividad petrolera, combinada con los efectos de la apertura del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el derrumbe del sector
agrícola y la desaparición de ramas enteras de la manufactura, con miles de
empleos perdidos en ramas otrora importantes −como textiles y calzado−,
al crear masas enormes de desempleados en lucha desesperada por sobrevivir, coadyuvaron a generar las condiciones para la emigración, el comercio
informal y luego la expansión del negocio de las drogas.
La inserción de Pemex en el nuevo orden petrolero mundial fue uno
más de los factores en la gestación de la violencia, la inseguridad, la emigración y el crimen que flagelan al país. Solo un cambio político a profundidad, que se proponga revertir el curso neoliberal y recuperar Pemex y
al sector energético, puede permitir que estos vuelvan a contribuir al desarrollo de México.
México, D.F., noviembre de 2011
Campo y soberanía alimentaria*
Armando Bartra
Víctor Suárez
E
l campo de México se encuentra en una situación económica, social y
ambiental insostenible. El grito “El campo no aguanta más” del movimiento campesino y su proclama de “Salvemos al campo para salvar a México” sintetizan Un programa alternativo frente al
la raíz y la razón del creciente descontento de desastre rural debe plantear, entre
campesinos, pueblos indios, jornaleros, jóve- sus principales objetivos, la sobenes y mujeres a lo largo y ancho del espacio ranía alimentaria. (Un México para
rural de nuestro país.
Todos, p. 31)
Una verdadera guerra −económica, política, social e ideológica− contra la agricultura campesina ha sido desplegada por los gobiernos del PRI y el PAN desde 1982 a la fecha, provocando la
mayor crisis social y alimentaria desde tiempos de la Revolución mexicana
de 1910 y afectando a millones de campesinos y pobladores rurales así como
a la gran mayoría de los mexicanos. También ha contribuido al agravamiento
de la crisis ecológica que amenaza la calidad de la vida en las ciudades y la
viabilidad de la economía del país, principalmente del sector industrial y de
servicios.
En el campo no se respetan los derechos de 30 millones de mexicanos.
Los campesinos y campesinas, los pueblos indios, los jóvenes y mujeres del
México rural sobran, no sirven, son prescindibles: han sido excluidos del desarrollo económico y social del país. El mejor campesino e indio es el emigrado, el deportado a las ciudades y a los Estados Unidos.
* Este texto forma parte del libro Nuevo proyecto de nación. Por el renacimiento de México,
coordinado por Jesús Ramírez Cuevas (México, Grijalbo, 2011).
100
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
La mayoría de la población rural no tiene derechos ni ciudadanía plena;
son mexicanos de segunda; se les discrimina,
Es indispensable recuperar el es- desvaloriza y se les estigmatiza desde la olipíritu que el Constituyente de 1917 garquía, el gobierno federal, los gobiernos
dio al concepto de la propiedad estatales y los medios de comunicación.
La guerra contra el México rural emprensocial, en el marco de un ejercicio
pleno de nuestra soberanía. (Un dida por la oligarquía, los gobiernos del PRI y
del PAN , las corporaciones transnacionales
México para Todos, p. 31)
y los intereses hegemónicos de Estados Unidos, se ha desarrollado sistemáticamente a lo largo de más de 25 años contra
uno de los sectores fundamentales en la construcción de nuestra nación e
identidad en sus diferentes momentos históricos decisivos: Independencia,
Reforma, Revolución, cardenismo y modernización urbana e industrial.
¿Cómo se explica la guerra contra la agricultura campesina y los pueblos
indios que fueron, son y seguirán siendo fundamentales para la alimentación,
identidad, cultura, existencia y viabilidad de nuestra patria?
¿Por qué la guerra contra los herederos de una de las culturas originarias
más importantes en el mundo, la mesoamericana? Miguel León-Portilla ha
establecido que la civilización mesoamericana constituye uno de los seis
focos civilizatorios originarios en la historia de la humanidad, junto con los
desarrollados en la región andina, Egipto, Mesopotamia, Valle del Indo y
Valle del Río Amarillo. Para Miguel León-Portilla, “en los procesos civilizatorios que ha desarrollado la humanidad, hay algunos que deben reconocerse como originarios, es decir, que en su origen se han producido
autónomamente. Todas las otras civilizaciones, por muy desarrolladas que
han llegado a ser, deben considerarse como derivadas o encaminadas por
distintos núcleos civilizatorios”.
¿Por qué la guerra contra los herederos de uno de los centros de origen
de los cultivos agrícolas en el mundo? Nikolai Vavilov (1887-1943), uno de
los más grandes genetistas y estudiosos de las plantas cultivadas del siglo
XX, definió a la región mesoamericana como uno de los centros de domesticación de plantas cultivadas más importantes del mundo. En Mesoamérica se originó el maíz y otras 49 especies de cultivos agrícolas.
En las diversas etapas históricas de lucha del pueblo mexicano por la
construcción de una nación independiente, libre, republicana, democrática
y justa, ¿no fueron los campesinos, peones e indios quienes produjeron los
alimentos para el esfuerzo de guerra y quienes aportaron la mayor parte de
soldados y muertos?
Campo y soberanía alimentaria
101
Y en la etapa del desarrollo industrial y la urbanización del país (19401975), ¿no fueron los campesinos quienes produjeron los alimentos requeridos en este acelerado crecimiento, e incluso quienes produjeron excedentes
para la exportación y la consecuente obtención de divisas a fin de importar
maquinaria, equipo y bienes intermedios para el desarrollo industrial del
país?
¿Por qué entonces la guerra de la oligarquía y los gobiernos del PRI y el PAN contra la Recuperar la soberanía alimentaagricultura campesina y los pueblos indios? ria debe ser una prioridad nacional
¿Será verdad que el campo y los campesinos (Un México para Todos, p. 32)
ya no son necesarios para contribuir a resolver los grandes problemas nacionales? ¿Cuál podría ser la vía para frenar y
revertir la guerra neoliberal contra el campo mexicano? ¿Cómo poder salvar
al campo para salvar a México?
Guerra contra el agro
A partir de 1982, se impuso la política neoliberal a nuestro país por los intereses hegemónicos de Estados Unidos y de sus grandes corporaciones,
con la complicidad de la oligarquía mexicana y los gobiernos priistas y panistas de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox
y Felipe Calderón.
La política neoliberal es una estrategia de las grandes corporaciones y
grupos financieros para detener el proceso de caída de sus ganancias y de
estancamiento de las economías de Estados Unidos y demás países desarrollados por medio del control de los mercados, las economías, los sistemas
financieros, y el petróleo y otros recursos naturales del resto del mundo.
La imposición del modelo neoliberal en México se inscribe en la restructuración de la economía mundial a partir de la década de los ochenta
en función de las necesidades de acumulación del capital financiero internacional y de las corporaciones transnacionales de los países desarrollados,
en el contexto de la llamada tercera revolución industrial (revolución científico-tecnológica impulsada por el desarrollo de la informática, las telecomunicaciones, la transportación y logística masiva de mercancías, las
llamadas ciencias de la vida, la nanotecnología, etcétera).
Con el estallido de la crisis de la deuda a principios de los años ochenta, el gobierno mexicano y la élite político-empresarial optaron por ceder a
102
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
los condicionamientos de Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional (FMI) para renegociar la deuda y “salvar” la economía nacional por
medio de la apertura comercial, la privatización y desregulación de la economía, así como el debilitamiento de la rectoría del Estado en la economía
y el desarrollo social.
A partir de 1982, nuestro país experimentó un cambio radical de modelo de (sub)desarrollo para asumir la propuesta de Estados Unidos y sus
corporaciones con los lineamientos del llamado consenso de Washington,
a saber: a) libre empresa, libre comercio, libertad económica y ventajas
comparativas como principios ideológicos de la “nueva economía”; b) reorientación de la economía hacia la exportación en sustitución del mercado
interno; c) privatización de las empresas y entidades públicas; d) desregulación de la economía; y e) inversión privada, extranjera principalmente,
como motor del crecimiento económico, en lugar de la inversión pública y
el ahorro interno.
O revitalizamos al campo o seguiComo consecuencia de las políticas de
remos destruyendo la naturaleza, ajuste estructural impuestas por el FMI a
importando comida, perdiendo nues- México, el gobierno de Miguel de la Madrid
tra identidad, expulsando mexica- (1982-1988) inició un proceso acelerado y
nos a Estados Unidos y sometidos unilateral de apertura comercial. Lo anterior,
al narco que aprovecha la pobreza adicionalmente, formó parte de los prerrerural para controlar regiones ente- quisitos exigidos para la adhesión de nuestro
país al Acuerdo General sobre Aranceles
ras (Proyecto de Nación, p. 22)
Aduaneros y Comercio (GATT), misma que
se formalizó en 1986. De esta forma, se determinó sustituir los permisos
previos de importación por un sistema de aranceles decrecientes, y en algunos casos se mantuvo un sistema de cuotas de importación.
Campesinos y territorio
De los seis mil seiscientos millones de habitantes del mundo, la mitad vive
en zonas rurales y constituye también la mitad de la población económicamente activa.
En el caso de México, existen 5.8 millones de hogares rurales en 180
mil localidades de 2 500 habitantes o menos (INEGI, ENIGH, 2002). Los habitantes rurales ascienden a 25 millones y representan 25 por ciento de la
población nacional. De acuerdo con el Consejo Nacional de Población, para
Campo y soberanía alimentaria
103
el año 2010 habrá 26.1 millones de mexicanos en el medio rural. Si te toma
en consideración el criterio más recientemente aceptado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y por el propio
gobierno mexicano (Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012), de que las
localidades rurales son aquellas de diez mil habitantes o menos, 30 por
ciento de la población mexicana se considera rural, es decir, poco más de
30 millones.
A pesar de que en las décadas recientes se ha acelerado el éxodo campesino, la población rural en términos absolutos aumenta año con año y se
renueva sin cesar. Esto supone reconocer que la población y la pobreza en
el medio rural no son mera herencia del pasado sino resultado contemporáneo de los modelos de modernización sin campesinos, aplicados desde
principios de 1982.
Los cinco millones de campesinos y campesinas –ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios– a los que se pretende excluir, son poseedores
de 90 por ciento del territorio nacional. Dicho grupo está conformado por
3.8 millones de ejidatarios, 600 mil comuneros y 1.6 millones de propietarios
privados.
La mayoría de los cinco millones de unidades de producción rural son
minifundistas: 3.3 millones únicamente poseen cinco hectáreas o menos. Se
trata fundamentalmente de un sistema de producción/reproducción agroalimentario y de gestión del territorio rural en pequeña escala y con base en
la organización familiar del trabajo.
Desde un enfoque económico, el sector agropecuario, forestal y pesquero aporta 5 por ciento del producto interno bruto, 12 por ciento si se
considera la aportación del sector de la agroindustria y de los servicios
asociados. La población económicamente activa del sector agropecuario
representa 15.8 por ciento del total nacional (XII Censo General de Población
y Vivienda). Si se evaluara el papel del sector con un enfoque amplio, integral, multifuncional –considerando los aportes ambientales, sociales, culturales...–, entonces su contribución al desarrollo nacional se elevaría y
apreciaría justamente.
De los cinco millones de unidades de producción rural, un millón (20
por ciento) es propiedad de comunidades indígenas de 54 grupos étnicos
de más de 25 estados.
La población indígena representa 10 por ciento de la población nacional,
está distribuida en 6 830 ejidos y comunidades (23 por ciento del total de estos núcleos agrarios) y posee 22.6 millones de hectáreas (21.9 por ciento
104
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
del total de la superficie que estos comprenden), 5.3 millones de las cuales
corresponden a pequeños propietarios indígenas.
La pobreza en México es sobre todo rural. Baste mencionar que 572 mil
hogares rurales sobreviven con hasta un salario mínimo general; 817 mil, con
entre 1.1 y 1.5; y 761 mil, con entre 1.6 y dos salarios mínimos generales.
Demográficamente, el campo está envejecido: la edad promedio de los
ejidatarios es de 51 años, y 49 por ciento de los ejidatarios tienen 55 años o
más. Al mismo tiempo, el campo se ha feminizado: 400 mil mujeres son
poseedoras legales de derechos ejidales, esto es, 20 por ciento del total de
los sujetos de estos derechos, según datos de 2004.
Del territorio rural nacional, 90 por ciento está en manos de campesinos,
campesinas e indígenas y es mucho más que tierras para la producción
agropecuaria y forestal. Comprende un conjunto diverso e interrelacionado
de patrimonios territoriales de importancia estratégica actual y potencial
para el país: tierras, aguas, costas, biodiversidad, recursos genéticos, recursos minerales, conocimientos tradicionales, activos históricos y culturales,
recursos escénicos, etcétera. Son recursos en extremo valiosos que se encuentran en manos campesinas e indias como resultado del pacto social
posrevolucionario y de la lucha social ininterrumpida, si bien han sido sobreexplotados por intereses ajenos a las comunidades rurales. No obstante,
dichos recursos son considerados por los neoliberales como “activos en
manos muertas, y por ello han de estar sujetos a procesos de desamortización
y mercantilización para trasladarlos a manos vivas, productivas, competitivas, eficientes, globalizadas” (con información de Héctor Robles).
Credo agrario neoliberal
La política de guerra contra la agricultura campesina y la soberanía nacional
ha estado sustentada en una concepción político-económico-ideológica
coherente, que conforma un verdadero credo, cuyos principales axiomas,
dogmas y supuestos se enuncian a continuación:
» Determinismo histórico. Si México quiere transformarse hoy en un
país desarrollado, debe reducir drásticamente su población rural
a no más de 5 por ciento de la población total. Así lo demuestra
la evolución de los países más ricos, ¿por qué ir en contra de la
historia y la evolución económica de las naciones? Nuestro país no
Campo y soberanía alimentaria
105
puede avanzar y superar la pobreza con una alta población rural
que, además, aporta una pequeña proporción del producto interno
bruto. No hay otro camino en la historia de los pueblos ni en el
desarrollo económico de los países.
En este sentido, ¿por qué no acelerar Tenemos la esperanza de que en
nuestro país podamos estar seguel curso de la historia?
» Reduccionismo economicista. La agri- ros, protegidos, acompañados;
cultura es un sector igual al resto de donde puedan florecer la creativilos sectores de la economía. Por tan- dad, las capacidades, la inteligento, debe ser evaluado con los mismos cia y la bondad de todos y de todas.
criterios de desempeño económico y (Proyecto de Nación, p. 25)
debe ser sometido a las mismas condiciones que la industria y los servicios tanto a escala nacional
como mundial. Así, la multiplicidad de funciones de la agricultura
y la gestión del territorio rural se reduce a una sola de ellas. La
agricultura, la alimentación y el territorio rural no son más que
simples mercancías, sujetas a las leyes del valor y a los equilibrios
de la oferta y la demanda.
» Principio de las ventajas comparativas. En una economía globalizada y
sujeta a procesos de integración de bloques económicos regionales,
la agricultura mexicana tiene que reorganizarse en función del principio de las ventajas comparativas; es decir, concentrarse en aquellos
subsectores y ramas en los que se tiene ventajas respecto a Estados Unidos y Canadá y abandonar aquellos en que la ventaja corresponde a nuestros socios comerciales. Esto significa que México debe
dejar de producir granos básicos, oleaginosas, lácteos y productos
cárnicos para mejor importarlos más baratos de Estados Unidos y
Canadá, y reorientar el conjunto de sus agriculturas a la producción
de hortalizas, flores y frutas tropicales. Por supuesto que este principio aplica a todos los países, excepto a los desarrollados.
» Gran escala, sí; pequeñas y medianas escalas, no. En la globalización
e integración de bloques económicos regionales, la única forma de
que las economías y las agriculturas sean viables y competitivas es
con las grandes escalas. Para competir con la agricultura de Estados Unidos, que tiene un promedio de 180 hectáreas por granjero,
México necesita acabar con el minifundismo (3.5 hectáreas por
campesino) y acelerar el surgimiento de un fuerte sector de grandes
propietarios rurales. Consecuentemente, la inversión y los subsidios
106
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
públicos deben tener un destinatario inequívoco: los grandes agricultores. ¿Cuál es el sentido de invertir recursos productivos en un
sector inviable y que va de salida? Es evidente que el culto a las
grandes escalas significa expulsar de sus territorios y de la agricultura a los 3.8 millones de minifundistas y sus familias. Lo anterior,
sin considerar que, por ejemplo, las escalas pequeñas y medianas
de producción han demostrado mayor eficiencia y viabilidad económica, social, ambiental y política en países tales como los de la Unión
Europea, cuya superficie promedio por campesino es de 18.7 hectáreas; Japón, con 3.1; y China, con 0.3 hectáreas por campesino.
» Los campesinos e indios, lastre del pasado. Un principio que subyace
en la concepción neoliberal de la agricultura es que los campesinos e indios representan una herencia del pasado y un pesado
fardo que el país debe sacudirse si es que quiere progresar. La
agricultura y los patrimonios territoriales de campesinos e indios
se consideran activos improductivos y, más aún, recursos sujetos
a la aniquilación por parte de los rústicos ecocidas. Por tanto, es un
imperativo categórico trasladar el dominio de dichos recursos a
manos privadas y de preferencia de grandes corporaciones nacionales y, sobre todo, extranjeras. Bajo el cobijo del racismo y la exclusión
social, se trata de promover la privatización total de la agricultura y
la alimentación, incluidos los conocimientos y los recursos genéticos:
en suma, todos los recursos patrimoniales de campesinos e indios.
Modelo agroalimentario hegemónico
Más allá del credo ideológico neoliberal, el proceso de reordenamiento de
la agricultura y la alimentación en México y en el mundo está sobredeterminado por un modelo coherente en el plano global, promovido por los
intereses de Estados Unidos y sus corporaciones. Los rasgos constitutivos
de dicho modelo se enuncian a continuación:
Fomento a la concentración de la producción mundial de alimentos en
unos cuantos países (Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil) y, como
contraparte, promoción del desmantelamiento de las agriculturas campesinas e indígenas en el resto del mundo, así como la reorientación hacia la
exportación por parte de agroempresarios. Lo anterior, de conformidad con
los supuestos ideológicos y los axiomas arriba señalados.
Campo y soberanía alimentaria
107
Sin dejar de reconocer los avances tecnológicos, las inversiones en infraestructura productiva y la existencia de políticas de Estado favorables a
la agricultura, tal concentración no podría ser posible sin la utilización de
sistemas intensivos de producción a gran escala con base en subsidios
dumping; la utilización de tecnologías altamente riesgosas para la salud humana, la salud animal y el ambiente, y la externalización de los costos ambientales. Sin el uso masivo, creciente, de tales
prácticas desleales, antiéticas e irracionales Porque un pueblo que importa 40%
de producción, procesamiento y comercio de de lo que come es un pueblo somealimentos, las potencias agroalimentarias no tido a las potencias agroexportadopodrían imponer su hegemonía en los merca- ras, ejerceremos el derecho a definir
dos internacionales y en la definición de las y aplicar nuestras propias políticas
políticas agrícolas nacionales y globales.
de producción, distribución y conCuando este sistema de agricultura y
sumo de alimentos sanos, nutritivos
comercio agroalimentario tiene obstáculos
y culturalmente adecuados (Proyecpara imponerse por medio de prácticas ecoto de Nación, p. 22)
nómicas desleales, los países desarrollados,
principalmente Estados Unidos, no dudan en utilizar mecanismos extraeconómicos, incluida la coerción político-militar, para imponer su dominio en
los mercados internacionales.
Dicho modelo, que bien podría denominarse imperialismo alimentario y
de agricultura sin campesinos, propicia una desruralización forzada, compulsiva. Se trata de acelerar el despoblamiento de los territorios rurales de los
países en vías de desarrollo, para debilitar la resistencia social a la privatización y monopolización de los patrimonios de comunidades campesinas y
pueblos indios: recursos energéticos, tierras de alto valor económico, agua,
costas, biodiversidad, recursos minerales, recursos genéticos, sitios históricos
y ceremoniales, territorios con valores escénicos, etcétera. Paralelamente se
persigue incrementar y hacer aún más precaria la oferta de trabajo a las nuevas generaciones en las zonas de expulsión, para sostener el desfalleciente
modelo maquilador en México y la debilitada economía estadounidense.
Ofensiva salinista contra la agricultura campesina
La presión del gobierno de Estados Unidos, del capital financiero internacional y de las corporaciones transnacionales se exacerbó cuando arribó al
poder presidencial Carlos Salinas de Gortari (1988-1994).
108
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Esos agentes aprovecharon la debilidad del nuevo equipo gobernante
−en razón de su arribo a la Presidencia de la República vía el fraude electoral−, su ilegitimidad y su escasa credibilidad interna e internacional. La
presión estadounidense y corporativa se tradujo entre otros hechos significativos en la privatización de los bancos, en la profundización de la privatización y desincorporación de empresas y entidades públicas y en el inicio
de negociaciones secretas a principios de los años noventa entre los gobiernos de Estados Unidos y México para suscribir un tratado de libre comercio.
En 1989, Estados Unidos y Canadá habían firmado un acuerdo de ese tipo.
En este contexto, entre 1988 y 1994, se llevaron a cabo las reformas más
radicales en el sector agroalimentario y rural del país desde la Revolución
de 1910 y el cardenismo (1934-1940), siempre en favor de los intereses de
una élite nacional y del poder transnacional. Sobresalen las siguientes:
» Reformas en el sistema de crédito rural (1989-1992): eliminación
del subsidio a la tasa de interés; concentración de la banca de desarrollo (Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura,
FIRA y el Banco Nacional de Crédito Rural, Banrural) en los productores comerciales; y creación del llamado Crédito a la Palabra para
los productores marginales.
» Surgimiento del Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol) y creación del Fondo Nacional de Apoyo a Empresas Sociales (Fonaes).
» Contrarreforma agraria del artículo 27 constitucional (1992), con la
cual se cancela el reparto agrario establecido en la Constitución de
1917 y se abre paso a la privatización y compra-venta de las tierras
ejidales y comunales.
» Privatización y/o cierre durante el periodo 1990-1994 de Fertilizantes de México (Fertimex), Aseguradora Nacional Agrícola y Ganadera (Anagsa), Instituto Mexicano del Café (Inmecafé), Tabacos
Mexicanos (Tabamex), Alimentos Balanceados de México (Albamex),
Industrias Conasupo (Iconsa), Maíz Industrializado Conasupo (Miconsa), Trigo Industrializado Conasupo (Triconsa) y Centros Conasupo de Capacitación (Ceconca).
» Desaparición de los precios de garantía del arroz, trigo, sorgo, soya,
cártamo y copra (1989). La Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo) restringió su actividad al acopio de maíz y frijol.
» Creación de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria
(Aserca, 1991), en previsión del cierre de Conasupo.
Campo y soberanía alimentaria
109
» Eliminación del precio de garantía del frijol (1994).
» Negociación y firma del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN, 1990-1993).
» Modificaciones privatizadoras a la Ley Federal del Agua (1994).
» Sustitución de los subsidios indirectos por directos al productor
vía el Programa de Apoyos Directos al Ingreso del Productor (Procampo, otoño-invierno 1993-94).
» Entrada en vigor del TLCAN (primero de enero de 1994).
Crisis alimentaria: cambio de escenario
Después de la segunda guerra mundial, se vivió un largo periodo de cotizaciones agropecuarias decrecientes. En los últimos 30 años, el precio de los
alimentos se redujo 75 por ciento, no tanto por apertura de nuevas tierras
al cultivo sino por mayores rendimientos y cosechas, resultantes de tecnologías asociados a la llamada revolución verde que dieron lugar a una suerte
de agricultura industrial donde, en apariencia, se puede aumentar casi ilimitadamente la productividad con relativa independencia de las condiciones
agroecológicas. Al explosivo incremento del riego (en el siglo XX se construyeron 800 mil presas: 45 mil de más de 15 metros de altura y 100 aún mayores), se agregó la mecanización a ultranza, las semillas mejoradas, un mayor
empleo de fertilizantes químicos, nuevos herbicidas y una amplia gama de
pesticidas. Esto, los subsidios y en muchos casos el saqueo impago de recursos naturales no renovables, como aguas fósiles, transformaron a los
países metropolitanos en granero del mundo dejando a los periféricos como
abastecedores de algunas materias primas agropecuarias e importadores
netos de comida.
Para renunciar a la seguridad alimentaria basada en autoproducción y
en reservas estratégicas propias, los neoliberales al mando argumentaban
que los países de la gran franja equinoccial no tienen vocación cerealera y
era más razonable que importaran granos baratos a que los produjeran
caros. Y, más allá del dumping económico y ambiental que practican las metrópolis primermundistas, lo cierto es que sus rendimientos técnicos y sus
abundantes cosechas permitieron mantener bajos los precios de los granos
básicos, lo cual proporcionó una apariencia de validez a la decisión.
Esto terminó en 2007, cuando el índice de precios de alimentos de The
Economist llegó a su punto más alto desde que empezó a hacerse en 1845
110
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
y los inventarios de los cereales, como porcentaje de la producción, fueron
los menores jamás registrados. A fines de 2007, como saldo de un incremento de 130 por ciento durante el año, el trigo llegó a 400 dólares la tonelada –el mayor precio del que haya memoria–, y el maíz escaló los 175
dólares, también un récord. Cierto, se trata de picos, pero aun cuando
después descendieron bastante, las cotizaciones se mantuvieron elevadas
respecto de las que habían prevalecido durante la década anterior. Y estas
alzas provocan desplazamiento y encarecimiento de otros cultivos como
el arroz, que en los primeros meses de 2008 tuvo un alza de 75 por ciento,
y en tanto que se dan en insumas ganaderos, ocasionan el encarecimiento
de la carne, el huevo y los lácteos. Según el Banco Mundial, de fines de 2006
a principios de 2008, el precio de los alimentos en general se incrementó
en casi 50 por ciento.
Las malas cosechas influyen en este comportamiento de los precios,
pero más allá de fluctuaciones anuales las causas de fondo del encarecimiento
son otras, de modo que el mediano y largo plazo resultan igualmente ominosos: según The Institute of Science in Society, con datos del International
Food Policy Research Institute, de continuar las tendencias actuales, el precio de los alimentos aumentará entre 26 y 35 por ciento para 2020.
Por parte de la demanda, hay que considerar el incremento del empleo
de granos para la alimentación de ganado (provocado, entre otras cosas,
por el cambio de hábitos alimentarios en países como China e India), y más
recientemente la explosiva demanda de maíz y otros productos de potencial
consumo humano para producir agrocombustibles fuertemente subsidiados
(15 mil millones de dólares anuales solo en los países de la OCDE, según The
Financial Times). La combinación es explosiva, pues entre 2004 y 2007, el
mismo incremento que tuvo la producción maicera lo tuvo el empleo de este
grano para fabricar etanol, de modo que el aumento de la demanda forrajera
presionó sobre las reservas, el saldo: alzas bruscas de los precios. La conversión de granos a combustibles y carne resulta ruinosa en un mundo con
hambre, pues con la cantidad de cereal que aporta las calorías que una
persona gasta en un día, apenas se produce un cuarto de litro de etanol o
seis gramos de carne de res.
Por parte de la oferta, debe tomarse en cuenta la degradación de los
sistemas agrícolas intensivos, cuyos altos rendimientos se lograron erosionando los recursos naturales, y los altos costos sociales, ambientales,
productivos y de transporte, asociados a la apertura de nuevas tierras al
cultivo, muchas de ellas vulnerables al cambio climático.
Campo y soberanía alimentaria
111
Otro factor no coyuntural que coadyuva al alza de precios por el lado
de la oferta, es la imposibilidad de seguir soslayando indefinidamente los
altos costos ambientales directos e indirectos de una actividad que con su
actual modelo tecnológico emplea −y en gran medida contamina− la mayor
parte del agua potable de la que disponemos, que genera un tercio de todos
los gases de efecto invernadero (18 por ciento por deforestación y 14 por
ciento por la producción misma) y que es usuaria de una porción sustantiva del transporte, que a su vez genera 14 por ciento de dichos gases.
El fin de los alimentos baratos es inseparable del fin de los combustibles
baratos. Agotamiento energético que es también el término del ciclo histórico que empezó hace más de doscientos años con el despliegue del capitalismo industrial: un orden basado en la ganancia y sostenido por un
creciente gasto de energía (en los últimos 20 años se empleó más energía
que en toda la historia previa de la humanidad), que solo fue posible por la
generosidad de los combustibles fósiles.
La crisis energética gravita decisivamente sobre la crisis agropecuaria.
No solo porque una de las opciones frente a los combustibles fósiles son
los agrocombustibles, cuya expansión se da, en parte, sobre tierras antes
destinadas a otros cultivos; sino también porque la agricultura siguió los
mismos patrones que la industria y hoy depende en gran medida de la
disponibilidad y bajo costo de los derivados del petróleo: las máquinas
agrícolas, muchos sistemas de riego y toda la agroindustria son grandes
consumidores de energía, ciertos fertilizantes nitrogenados (urea, amoniaco) provienen de la industria petroquímica, y la globalización agropecuaria supone mover cosechas masivas a grandes distancias con enorme
costo en combustibles. El agotamiento del modelo energético es también
el agotamiento del paradigma de la agricultura industrial que empezó a
imponerse hace dos siglos.
En una era de caos climático y recursos disminuidos −sostiene el Manifiesto
sobre las transiciones económicas globales− el modelo neoliberal se vuelve inviable. Su dependencia de las exportaciones con enormes gastos de transporte y
creciente empleo de recursos [...] es insostenible [...] La viabilidad económica
futura demandará un dramático vuelco hacia las economías locales, [...] reintroducir una versión modernizada de la sustitución de importaciones [y] promover
una ordenada rerruralización y revitalización de las comunidades a través de
reforma agraria, educación, métodos agroecológicos de pequeña escala, control de importaciones-exportaciones y énfasis en la democracia local. Todo en
112
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
preparación de la inevitable desindustrialización de la agricultura que vendrá
al declinar la disponibilidad de combustibles baratos.1
El mundo necesita más y mejor comida, pero no puede producirla del
modo como lo hacía antes. Con altos precios, bajos inventarios, ascendentes
costos de transporte, progresiva derivación de las tierras y de los cultivos a
fines no directamente alimentarios, y crecientes efectos del cambio climático
sobre las cosechas, depender de la importación de granos básicos es ruinoso
para los países que quizá podrían pagarla y suicida para los más pobres. En
adelante no solo será social y políticamente pertinente sino también económicamente rentable en la perspectiva de las cuentas nacionales, recuperar la
soberanía y seguridad alimentarias buscando autosuficiencia cuando menos
en los bienes de mayor consumo. En palabras de Blanca Rubio:
La orientación de los países desarrollados hacia la producción de alimentos para
energéticos y con ello la reducción de la oferta mundial de granos para alimentos implica que los países dependientes se verán obligados a fortalecer la autosuficiencia alimentaria a riesgo de orientar elevados montos de sus divisas a la
compra de los encarecidos alimentos en el exterior.2
Pero, ¿quién y cómo puede producir en cada país los alimentos que
hacen falta? La salida no está en el agronegocio por tres razones: primera,
su modelo tecnológico es depredador, de modo que si encabezara la nueva
expansión agrícola, el daño ambiental sería incalculable; segunda, su racionalidad económica es especulativa, lo que
Hacer realidad el derecho a la alimen- maximizaría las rentas a las que dará lugar
tación y a la soberanía y seguridad el necesario cultivo de tierras cada vez más
alimentaria para toda la población, así lejanas y menos fértiles; tercera, su manecomo programas especiales de nutri- jo político del hambre le permite extorsioción materno-infantil (Movimiento Pro- nar pueblos y chantajear gobiernos.
Seguir dejando en manos privadas el
gresista, Plan de Gobierno, p. 43)
aprovisionamiento alimentario cuando
Jerry Mander (ed.), Manifesto on Global Economic Transitions, s/l, The Internacional Forum
on Globalization, The Institute for Policy Studies, Global Project on Economic Transitions,
septiembre de 2007.
2 Blanca Rubio, “¿Hacia un nuevo orden agroalimentario energético mundial?”, en Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios, núms. 26-27, Buenos Aires, 2007.
1
Campo y soberanía alimentaria
113
este se encuentra en riesgo, es propiciar el arrasamiento final de campesinos
y comunidades indígenas por una agricultura especulativa controlada por
transnacionales que, además, no genera empleo (en el caso ejemplar de la
soya, apenas dos jornales por cada mil hectáreas); es alentar la degradación
de suelos, aguas y biodiversidad por un sistema de cultivo extractivo o
minero que ya mostró sus límites. Pero también es profundizar las distorsiones del mercado pues la apropiación y valorización de recursos naturales
limitados y de distinto potencial productivo genera rentas diferenciales y
facilita las rentas absolutas especulativas. Estas últimas, no solo porque al
monopolizar el medio de producción, los insumas de patente y los sistemas
de mercadeo se controla la oferta, sino porque al tratarse de alimentos
básicos la demanda es inelástica y los precios no tienen más límite que la
voracidad corporativa y la capacidad de pago del hambreado consumidor.
Rentas que se embolsan en mayor proporción las transnacionales graneleras
que sus personeros en la operación del cultivo, empresarios por lo general
ajenos al campo que buscando la mayor ganancia en el plazo más corto, se
asientan temporalmente en la tierra para establecer una agricultura predadora y sin agricultores. Ejemplo de esto son los “desiertos verdes” soyeros
que invaden el cono sur del continente americano.
Dada su relevancia alimentaria, su importancia laboral y la trascendencia de sus aportes ambientales y culturales, el buen manejo de los bienes
comunes y patrimonios colectivos del mundo rural es socialmente prioritario. Interés primario que en un contexto de crisis energético-alimentaria
deviene asunto de seguridad nacional y global donde los requerimientos
de los mexicanos todos y de la humanidad entera, están por encima de la
“mano invisible” del mercado y la no tan invisible de las transnacionales y
sus protectores imperiales. En su entreverada e integral multidimensionalidad, el campo es ámbito de interés público cuya conducción debe ser
compartida por el Estado y la sociedad organizada: comunidades rurales,
pobladores, productores agropecuarios, consumidores, creadores de cultura, expertos...
La dependencia alimentaria mexicana se disparó en los tiempos del
TLCAN. En los últimos 15 años, México incrementó 400 por ciento las importaciones de alimentos, para lo cual se erogaron alrededor de 180 mil millones
de dólares. En 1980, antes de la conversión neoliberal, el país importaba 27
ciento del consumo nacional de arroz, en 2010 adquirimos en el exterior
75 por ciento; en cuanto al maíz, importábamos 17 por ciento y hoy importamos 25 por ciento; del trigo traíamos de fuera 10 por ciento y ahora
114
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
importamos 42 por ciento. De 1990 a 2010, la importación de carne de bovino en canal se incrementó 281 por ciento; la de huevo, 185 por ciento; la
de ave, 1 035 por ciento.
Para México, como para muchos otros países severamente deficitarios
en alimentos, restaurar la autosuficiencia en básicos supone incrementar sostenidamente los rendimientos pero también recuperar la superficie antes
sembrada y aun ampliarla. Expansión de la frontera agrícola que para que no
sea predadora sino sostenible debe incorporar criterios ecológicos, es decir,
un manejo múltiple y flexible de los recursos naturales y sociales adecuado
a su frágil condición. De lo contrario, si la expansión de los cultivos se rige
por la maximización de las ganancias en el tiempo más corto, la nueva producción alimentaria adoptará la forma de monocultivos “extractivos” que ya
tiene en buena parte del planeta, con saldos ambientalmente catastróficos.
Ha llegado el día en que los productores de escala modesta alimenten
de nuevo al mundo. La alternativa local, nacional y global es la pequeña y
mediana producción familiar o colectiva, operando en un marco institucional
que, en vez de inhibirlas o suplantarlas, potencie sus virtudes sociales, ambientales, tecnológicas y económicas. El cultivo doméstico y asociativo, por
lo general multiactivo y diversificado, puede incrementar su oferta directamente agropecuaria y su aportación de bienes sociales, ambientales y culturales, como ya lo hizo en el pasado. Pero si no tiene apoyo público y no se
regula su entorno económico, acabará vendiendo a precios de costo y consumiendo sus recursos naturales y productivos en vez de conservarlos e incrementarlos. Porque si el agronegocio cobra rentas a la sociedad, la agricultura
campesina por lo general las paga y con ello, a la larga, deja de ser viable.
Necesitamos, entonces, un nuevo entendimiento entre el surco y la
banqueta, donde la ciudad reconozca y retribuya las reales aportaciones de
un campo socialmente justo, ambientalmente sostenible y económicamente eficiente. Y esto se deberá materializar en políticas públicas orientadas
a darle viabilidad técnico-económica a lo que es social y ambientalmente
necesario, en acciones que revitalicen el mundo rural interviniendo decididamente el mercado agropecuario de alimentos mediante regulaciones y
políticas compensatorias. Hoy sabemos que solo la diversidad tecnológica
y productiva es agroecológicamente sustentable y socialmente incluyente,
pero el mercado (aun el de la “libre concurrencia” y no digamos el realmente existente, jineteado por las transnacionales) hace tabla rasa de la diversidad virtuosa pues no entiende de costos legítimos pero desiguales y es
sordo y ciego para “externalidades” socioambientales, decisivas como
Campo y soberanía alimentaria
115
preservar la naturaleza, generar empleo e ingreso, propiciar la equidad
social, sustentar la diversidad cultural...
Hacia un nuevo pacto entre el campo y la ciudad
Durante el siglo XX, la relación agricultura-industria siempre fue asimétrica
y desfavorable al campo, pero en los ochenta el viraje neoliberal rompió
totalmente la complementariedad entre el México urbano y el México rural,
al emprender una integración económica con Estados Unidos donde el gran
perdedor fue nuestro sector agropecuario, y en particular los campesinos
que producen para el mercado interno. Este es el origen de la prolongada
degradación rural que nos conmueve.
Para sentar las bases del debate, es necesario reconocer que el agrocidio
en curso fue premeditado y alevoso. La destrucción de la agricultura mexicana −particularmente la campesina y de mercado interno− fue premeditada, no resultado de torpezas o circunstancias. Las políticas desreguladoras
de los años ochenta del pasado siglo dejaron saldos comerciales negativos
y a principios de los noventa todos los estudios anunciaban una catástrofe
rural por el TLCAN . Entonces, no dejar fuera cuando menos maíz y frijol
−como sí lo hizo Canadá con lácteos y aves− fue intencional; y junto con los
cambios al artículo 27 de la Constitución, la reducción y reorientación del
gasto público y la cancelación de políticas de fomento, buscaba minimizar
al campo en términos de producción, empleo y demografía. También pretendía acabar con la comunidad agraria y la cultura campesina e indígena,
como parte de un cambio de identidad que nos haría modernos por la vía
de integrarnos con el norte. Pero el acelerado crecimiento de la industria y
los servicios que daría empleo a los desplazados del campo no ocurrió, de
modo que el deterioro económico se transformó en deterioro social y la
crisis rural devino crisis nacional.
Para recuperar el proyecto de país es indispensable rectificar la ruta
antiagraria, anticampesina y antinacional impuesta por los gobiernos neoliberales. Cambiar el curso suicida en que nos metieron las últimas administraciones priistas y en el que perseveraron los gobiernos del PAN ,
significa reconocer que el agrocidio fue premeditado y romper expresamente con esa línea. Porque no bastan ajustes menores y darle aún más tiempo
a las políticas neoliberales que ya llevan dos décadas de estropicios. Hace
falta un nuevo modelo de desarrollo que rescate al campo y a los campesinos
116
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
en términos de economía, sociedad, medio ambiente y cultura. No se trata
de volver atrás, a las políticas clientelares y la corrupción. Es necesario un
nuevo pacto entre el México urbano y el rural, y en este contexto, un nuevo
trato entre el Estado y los campesinos.
Para restaurar el México rural, habrá que
Desarrollar programas sustentareconocer,
ponderar y retribuir la multifunbles de cobertura universal para el
desarrollo económico y social del cionalidad de los campesinos. La base de los
sector rural. (Movimiento Progre- cambios que se demandan está en reconocer
las múltiples y decisivas funciones del campo
sista, Plan de Gobierno, p. 43)
en las tareas del desarrollo, lo que algunos
llaman externalidades positivas en forma de servicios sociales, ambientales
y culturales. Porque los campesinos no quieren compasión ni piden limosnas.
Los campesinos tienen compromisos económicos, sociales, ambientales y
culturales con la nación y quieren cumplirlos. Pero para hacerlo necesitan
condiciones adecuadas que hoy no existen.
Para reactivar e integrar las cadenas productivas es necesario fomentar
la pequeña y mediana producción campesina y las agroindustrias y comercializadoras asociativas. Las funciones económicas del campo no se pueden
medir solo por el peso del sector agropecuario en el PIB. Si este es pequeño
y disminuye, no es tanto porque caigan los volúmenes de la producción
agropecuaria, como porque decrecen sus precios relativos.
Los campesinos cada vez dan más y cada vez reciben menos. Y el sesgo antiagrícola de la economía se profundiza al devaluarse los cereales
básicos por importaciones dumping y depreciarse las materias primas de
exportación por sobreoferta inducida y prácticas comerciales monopólicas
y especulativas. Pero al caer los precios, se desalienta el cultivo y disminuye
físicamente la producción. El círculo vicioso se origina en un mercado
agropecuario mundial asimétrico, politizado y controlado por las transnacionales, la especulación financiera y las grandes potencias, que no tiene
nada que ver con el “libre comercio”; y romperlo supone decisiones de
Estado en el sentido de proteger del comercio desleal y abusivo un sector
de la producción que aun en términos económicos pesa más de lo que
parece, si tomamos en cuenta los valores reales de las cosechas y su efecto multiplicador, horizontal y vertical, sobre la industria de insumos y
maquinaria, la transformación, los servicios y el comercio.
Para recuperar la soberanía alimentaria hay que fomentar la producción
campesina de granos y otros básicos. El valor de la producción agropecuaria no se mide solo en volúmenes y precios, pues se trata en gran medida
Campo y soberanía alimentaria
117
de alimentos de los que depende la subsistencia de la población. Si es malo
no producir máquinas, energía o materias primas, no cosechar los alimentos básicos nos pone en riesgo como nación. Garantizar la autosuficiencia
en básicos y la seguridad alimentaria −como lo hacen las economías más
poderosas− es indispensable para países pobres y dependientes que, de
otra manera, estaremos sometidos a las eventualidades del mercado y de rodillas ante los dictados del imperio. Y esta capacidad se perdió cuando los
tecnócratas sacrificaron la agricultura en nombre de la globalización. Entonces, recuperar para el pueblo y el Estado mexicanos la soberanía alimentaria −entendida como capacidad de garantizar la producción nacional y el
acceso de la población a los bienes básicos de consumo− es componente
fundamental del nuevo modelo de desarrollo que necesitamos.
Para frenar el éxodo rural y recuperar la soberanía laboral, se debe
impulsar una agricultura doméstica y asociativa intensiva en trabajo. En el
campo vive uno de cada cuatro mexicanos y en la agricultura trabaja uno
de cada cinco, de modo que continuar desmantelándolos significa descobijar
a una cuarta parte de los connacionales que el resto de la economía, estancada por lustros, no puede absorber. Reactivar la agricultura campesina es
cuestión de soberanía y seguridad laborales, pues un país incapaz de emplear
dignamente a la mayoría de sus ciudadanos y atenido a las circunstancias
económicas y políticas de quien recibe a sus migrantes, es una nación minusválida. Queremos una economía que no solo le produzca utilidades al
capital, sino que también le genere empleo e ingresos al trabajador. Y eso
es lo que ha hecho y puede seguir haciendo nuestra agricultura si no se
empeñan en destruirla. Porque la mayor parte de los cultivadores mexicanos son pequeños campesinos impuestos a sobrevivir en condiciones
hostiles, que además aportan materias primas y alimentos al mercado y
sustentan la mano de obra que la agricultura de riego y de plantación solo
emplea por temporadas.
Para contrarrestar la crisis ambiental habrá que impulsar una producción campesina amigable con la naturaleza. Rico en recursos naturales, hoy
degradados, y diversidad biológica que se pierde aceleradamente, México
está al borde de una enorme crisis ambiental. El modelo de urbanizaciónindustrialización es culpable, y también una estrategia agrícola depredadora que dañó severamente tierra, agua, aire, flora y fauna. Pero si en sus
etapas de expansión dicha estrategia destruyó ecosistemas, es aún más
ecocida cuando la actividad rural retrocede. Despoblar el campo no es
conservar la naturaleza, pues los ecosistemas se reproducen socialmente.
118
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Para restaurar los recursos y equilibrios perdidos hace falta restaurar también
una economía campesina sustentable capaz de aprovechar sin destruir.
Para recuperar la convivencia, es indispensable devolver a los campesinos la confianza en un futuro digno. La descomposición del tejido social
es el saldo más doloroso de la crisis rural. La migración compulsiva, la tolerancia con un narconegocio que activa las economías locales y, ocasionalmente, las estrategias de sobrevivencia delincuenciales, la agudización de
los conflictos, la proliferación de grupos guerrilleros, el descreimiento en
las instituciones, la ingobernabilidad hormiga, son procesos perversos que
no remitirán mientras el campo siga siendo cárcel y condena para las nuevas
generaciones rurales. Hay que restaurar la economía y la naturaleza, pero
también la esperanza. Y el desprecio a lo campesino, no solo en las políticas
sino en el discurso público, es parte del problema.
Para retomar las raíces de nuestra identidad, es indispensable darle
viabilidad económica a la comunidad agraria, sustento mayor de nuestras
culturas autóctonas y mestizas. En el campo están nuestras raíces culturales.
El México urbano perderá irremisiblemente su identidad si no se reconcilia
con el México profundo, que es en gran medida el México rural. Pero no se
trata de preservar reliquias arqueológicas sino de restaurar la vitalidad
socioeconómica del campo como sustento de su vitalidad cultural. No caben
aquí nostalgias reaccionarias, que los jóvenes rurales son los primeros en
rechazar. Queremos un México moderno, plural y abierto al mundo, pero
que sea también un México indígena y campesino.
Para impulsar la democracia participativa es necesario reconocer los
derechos autonómicos de los pueblos indios. Si al país le falta tradición democrática, el campo ha sido territorio privilegiado del autoritarismo nacional.
El México rural ha sido y es el México bronco; un ámbito donde por norma
general no se respetan las libertades civiles ni los derechos ciudadanos. El
clientelismo corporativo es tradición acendrada de nuestras organizaciones
sociales y el caciquismo autoritario sigue predominando en los gobiernos
locales. Si bien los ejércitos campesinos forjaron nuestra historia como país,
en tiempos de paz se restablecen en el agro los autoritarismos. La democracia es una gran asignatura pendiente del México rural. Desde hace tiempo
los hombres del campo están empeñados en transformar profundamente
nuestros sistemas de convivencia gremial y ciudadana. En particular los
pueblos indios han puesto la muestra de lo que puede ser una nueva socialidad democrática, participante y autogestiva. Pero el Estado se ha negado
a reconocer constitucionalmente sus derechos autonómicos. Los campesinos
Campo y soberanía alimentaria
119
reivindican la Ley Cocopa, como garante de los derechos de nuestra porción
indígena, pero también como modelo de las autonomías cívicas, sociales y
económicas que todos, indios y mestizos, estamos empeñados en construir.
Otro campo y otro mundo
son posibles
Víctimas directas de la crisis energética que dispara sus costos y, en la opción
de los agrocombustibles, compite por tierras y aguas; protagonistas destacados de la debacle alimentaria y opuestos a falsas soluciones como los
transgénicos, que no solo atentan contra productores y consumidores sino
contra la diversidad biológica; torrente fundacional y aun caudal importante del éxodo transfronterizo; damnificados mayores de un sistema político
que si en general está en deuda con la verdadera democracia, en el campo
sigue repitiendo las fórmulas clientelares del viejo “ogro filantrópico”; víctimas mayores de todos los males, los campesinos persisten y los que están
organizados para resistir vislumbran otro campo posible como parte de otro
mundo posible.
Rescatar el campo es oponerse a la desruralización que el capitalismo
emprendió desde sus años mozos. Porque plantear una nueva y más justa
relación entre agricultura e industria y entre el campo y las ciudades, es
marchar a contracorriente de la ancestral tendencia del sistema a desarrollar
al mundo urbano-industrial a costa del rural-agrario. Porque proponer e
impulsar en la práctica una conversión agroecológica orientada a la sustentabilidad social y natural, es confrontarse con los patrones científico-tecnológicos depredadores del hombre y la naturaleza impuestos desde la
primera revolución industrial. Porque reivindicar tierras, aguas, biodiversidad, saberes y cultura como bienes colectivos es hacerle frente a la compulsión capitalista de mercantilizarlo todo.
Porque reclamar el derecho a la alimentación y a un trabajo digno, pues
comida y empleo no pueden ser dejados a los designios del mercado, es
atentar contra el sagrado principio de la libre concurrencia. Porque concebir y edificar el “mercado justo” entendido como una relación no solo económica sino principalmente social donde productores y consumidores
acuerdan cara a cara, es un contrasentido, en un orden donde el mercado
es, por definición, ciego y desalmado. Porque levantar las banderas de la
autogestión económico-social y la autodeterminación política dentro de un
120
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
sistema donde se pretende que todos nos sometamos a los dictados del
mercado y del Estado, es un atentado a los principios del liberalismo individualista acuñados desde la Ilustración.
Porque proclamar el buen vivir como opción a un progreso y un desarrollo siempre discutibles como conceptos y que además incumplieron sus
promesas, es poco menos que una herejía.
Estas alternativas campesinas y muchas más permiten avizorar algunos
de los rasgos que deberá tener una modernidad otra. Altermundismo que en
algunos es pura elucubración de cubículo, en el mundo rural es realidad en
construcción, es utopía hecha a mano.
Incluir el desarrollo rural sustenCompromisos
table del sector agropecuario,
forestal y pesquero en un sisteReconocer el aporte de pequeños
ma nacional de planeación dey medianos productores
mocrática y desarrollo regional
y jornaleros agrícolas
(Movimiento Progresista, Plan de
Gobierno, p. 43)
Los trabajadores del campo no solo producen
comida y vestido en forma de maíz, frijol, carne, leche, fibras; los trabajadores del campo también cosechan aire puro, agua limpia, tierra fértil y
diversidad biológica. Además, su modo de vivir y trabajar genera cultura:
infinidad de lenguajes, vestimentas, peinados, juegos, cantos, bailes, sabores
y decires. Por si fuera poco, durante muchas décadas ofrecieron alimentos y
mano de obra barata al servicio del crecimiento de la industria, y en las crisis
eran el mejor seguro de desempleo, pues proporcionaban trabajo, autoabasto e ingresos, cuando el resto de la economía se estancaba o caía. Por eso
demandan que se reconozca la multifuncionalidad campesina: las numerosas y decisivas aportaciones del agro a la vida humana. Los productores
rurales tienen compromisos económicos, sociales, ambientales y culturales
con sus pueblos, con sus países, con sus regiones, pero para poder cumplirlos necesitan condiciones adecuadas, condiciones que hoy no existen.
Salvar al campo para salvar a México
Para restaurar al campo y reanimar a México hay que cambiar radicalmente el curso antiagrario y anticampesino donde nos metieron los gobiernos
neoliberales. De nada sirven los ajustes menores. No se puede dar más
Campo y soberanía alimentaria
121
tiempo a las políticas antinacionales que llevan más de dos décadas destruyendo nuestros países.
Esta visión no es nostálgica. No es una vuelta atrás, a las prácticas clientelares y la corrupción, que por lo demás persisten. Es una exigencia de futuro establecer un modelo de desarrollo nuevo e incluyente que rescate al
campo y a los campesinos; que los revalore como sector viable de la producción, pero también como garante de la autosuficiencia alimentaria y la
seguridad laboral; como base de una socialidad solidaria e incluyente; como
sustento de los recursos naturales y la biodiversidad; como laboratorio
cultural; como matriz de nuestra identidad; como condición de la gobernabilidad democrática.
Por un nuevo pacto entre el México
urbano y el México rural
O revitalizamos al campo o seguiremos destruyendo la naturaleza, importando comida, perdiendo nuestra
identidad, expulsando mexicanos a
Estados Unidos y sometidos al narco
que aprovecha la pobreza rural para
controlar regiones enteras (Proyecto
de Nación, p. 22)
Como todo el planeta, México marcha hacia
una gran catástrofe civilizatoria: ciudades
atestadas donde no hay empleo ni servicios
suficientes, saldo del agrocidio neoliberal
y el éxodo campesino; aire sucio, agua escasa y turbia, tierra estéril, bosques talados, especies en extinción, clima
errático, comida contaminada, producto todo de un modelo industrial y
agropecuario insostenible; pueblos fantasma y megaurbes inhóspitas, testimonios de una irracional vía de poblamiento.
Y para revertir esta catástrofe en curso, es necesario que los mexicanos
del campo y los mexicanos de las ciudades pactemos una relación distinta de
la que tenemos. Sin duda, también hace falta un nuevo trato de los gobiernos
hacia el campo, pero estas nuevas políticas solo serán viables si son expresión de un renovado equilibrio entre agricultura e industria, de una inédita
armonía entre lo urbano y lo rural, de un nuevo entendimiento entre campesinos y citadinos.
Hacia una nueva reforma agraria
La tierra no es una mercancía. La tierra, con todos sus atributos superficiales y profundos, es la que hace posible el trabajo productivo en el campo.
La tierra es el territorio de las autonomías indias y los autogobiernos negros
y mestizos. Pero ante todo, la tierra es raíz, es vida, es cultura.
122
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
El suelo, junto con el agua, los bosques y la biodiversidad toda, así como
los saberes agrícolas, la medicina tradicional y la cultura indígena, son bienes
colectivos, son patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad.
La tierra es bien natural y medio para producir, pero también el lugar
donde los pueblos tenemos nuestra historia y nuestra cultura. Entonces la
reforma agraria del tercer milenio no solo reivindica parcelas para los campesinos como productores, demanda también el derecho al usufructo sostenible de recursos naturales y el reconocimiento de sus territorios. Ámbitos
de gestión y gobierno, que en el caso de los pueblos indios son ancestrales
y anteriores al establecimiento de los estados nacionales y de su derecho.
Por la defensa y reactivación del mercado interno
Ante el fracaso del modelo agroexportador y maquilador, que no ve más
que al mercado externo, es necesario −sin darle la espalda− atender de
nuevo los mercados locales, regionales y nacionales. Y en lo rural, reactivar
e integrar las cadenas productivas, donde la producción se vuelve mercado
de la producción, significa impulsar la agricultura pequeña y mediana, así
como las agroindustrias, comercializadoras y financieras, asociativas.
Porque las funciones económicas del campo no se miden solo por el
peso del sector agropecuario en el PIB. Si éste es pequeño y disminuye, no
es tanto porque caigan los volúmenes de la producción, como porque decrecen sus precios relativos. En perspectiva histórica, los campesinos cada
vez dan más y cada vez reciben menos. Y el sesgo antiagrícola de la economía se profundizó después de la firma del TLCAN, al devaluarse los cereales
básicos por importaciones dumping y depreciarse las materias primas de
exportación por sobreoferta inducida y prácticas comerciales monopólicas
y especulativas. Pero al caer los precios se desalentó el cultivo, y la producción creció menos que la demanda. Paradójicamente, cuando los precios
internacionales de los granos suben sucede lo mismo: las corporaciones
globales y los grandes compradores especulan y el alza perjudica a los
consumidores y no beneficia a los productores. El círculo vicioso tiene su
origen en un mercado agropecuario mundial asimétrico, politizado y controlado por transnacionales y grandes potencias, que no tiene nada que
ver con el “libre comercio”, y cuya ruptura supone decisiones de Estado en
el sentido de proteger del comercio desleal y abusivo a un sector de la producción que aun en términos económicos pesa más de lo que parece, si tomamos en cuenta los valores reales de las cosechas y su efecto multiplicador
Campo y soberanía alimentaria
123
horizontal y vertical sobre la industria de insumos y maquinaria, las actividades de transformación, y los servicios y el comercio.
Recuperar la soberanía y seguridad alimentarias
Un pueblo que no tiene asegurada su alimentación es un pueblo sometido.
Es por eso que mediante tratados de libre comercio, exportaciones a precios
de dumping y programas de “ayuda alimentaria”, los países poderosos y sus
transnacionales se empeñaron en una guerra por desmantelar las agriculturas de los países económicamente débiles. Así, la comida se transformó
en arma de los imperios; potencias que protegen y subsidian sus agriculturas, mientras a nosotros nos imponen la apertura comercial, arrasando
cultivos, arruinando campesinos y poniendo de rodillas a naciones incapaces de emplear a su población y producir sus alimentos.
Por eso luchamos por la soberanía alimentaria, entendida como el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias de producción, distribución y consumo de bienes básicos; pero también como el
derecho a un trabajo y un ingreso que nos permitan acceder con dignidad
a una alimentación adecuada y suficiente. En nuestros países, el derecho a
la alimentación solo se garantiza fomentando la agricultura destinada al
mercado interno y, en particular, respetando y promoviendo los modos
campesinos e indígenas de producción agropecuaria, forestal, pesquera y
artesanal, así como sus sistemas de comercialización y de gestión de los
espacios rurales.
Rechazamos, entonces, la introducción y el uso de organismos genéticamente modificados, tanto por sus impactos en nuestras reservas biológicas
y en la salud de los consumidores, como porque remachan la dependencia
de los agricultores respecto de las transnacionales productoras de semillas
y agroquímicos. Como pueblo de maíz nos agravia particularmente la contaminación de los maíces nativos con transgénicos.
Restablecer la seguridad y soberanía en el empleo
Para frenar el éxodo es necesario que el gobierno desarrolle políticas de
fomento económico comprometidas con el empleo y no solo con la presunta competitividad. Y para contener el éxodo rural hay que impulsar una
agricultura familiar y asociativa intensiva en trabajo. En el campo vive uno
de cada tres mexicanos, de modo que continuar desmantelando nuestra
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Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
agricultura significa descobijar a un tercio de la población, que el resto de
la economía no puede absorber. Reactivar la agricultura campesina es, entonces, cuestión de seguridad nacional, pues países incapaces de emplear
dignamente a la mayoría de sus ciudadanos y atenidos a las circunstancias
económicas y políticas de quien recibe a sus migrantes, son naciones minusválidas.
Por los derechos del que migra, pero también
por el derecho a no migrar
El campo mexicano se está vaciando. Sin trabajo, sin ingresos y sin futuro,
muchos campesinos emprenden el camino de la migración, un peregrinar
que ya no es solo estacional y relativamente cercano, sino distante y con
frecuencia definitivo. Algunos gobiernos piensan que es buen negocio exportar ciudadanos a cambio de las remesas en dólares que los migrados
envían. Esto es una vergüenza.
Para nosotros la emigración forzada por la miseria es un cáncer que
deber ser combatido y erradicado antes de que nos destruya como nación.
Pero, entretanto, el éxodo campesino y de otros sectores es un hecho y
debemos reivindicar los derechos humanos y laborales de los migrantes.
Derechos sistemáticamente violados, no solo por gobiernos como el de
Estados Unidos, sino también por el gobierno mexicano, que se comporta
frente a los migrantes centroamericanos como policía y cancerbero de los
yanquis.
Los asalariados estacionales, migrantes o no, son el sector más numeroso, pobre y desamparado de nuestra muy pobre y desamparada población
rural, pues por lo general se emplean por temporadas, y no solo no se respetan sus derechos laborales y carecen de seguridad social, sino que tampoco se respetan sus derechos humanos. Es indispensable, entonces
defender los derechos del trabajo rural y en particular de los trabajadores
migratorios y jornaleros.
Pero no podemos conformarnos con pelear por una migración con
rostro humano. Así como luchamos por el derecho a la alimentación y por
la soberanía alimentaria, luchamos también por el derecho al trabajo y por la
soberanía laboral. Porque un país que no puede garantizarle a sus ciudadanos un empleo digno y bien remunerado, un país que para sostenerse debe
exportar a sus jóvenes, un país que vive de los ahorros que su población
transterrada envía de regreso a sus familiares, es un país sin soberanía.
Campo y soberanía alimentaria
125
Sabemos que los flujos migratorios solo van a disminuir, y a perder su
carácter compulsivo, cuando en México existan condiciones de vida dignas
y expectativas de progreso. Crear estas condiciones supone impulsar un
desarrollo hacia adentro y no solo hacia fuera, un desarrollo comprometido
con la creación de empleo y con la distribución más justa del ingreso. En
particular, un desarrollo que reactive la agricultura campesina y la producción alimentaria.
Por una economía rural popular y solidaria
La economía popular es el modo en que los productores por cuenta propia
y los consumidores pobres se organizan de manera autogestiva para sobrevivir en el mundo deshumanizado del capital. En la economía popular lo que
cuenta no es la ganancia sino la producción de bienes para la satisfacción
de necesidades. Acorralada y agredida por las políticas neoliberales y la
competencia desleal de los monopolios y de los productos agrícolas subsidiados de los países centrales, la economía autogestiva, popular y campesina resiste, y en su resistencia prefigura el orden justo y solidario por el
que luchamos.
Los campesinos parcelarios o asociativos, que son el núcleo de la
economía popular, padecen una guerra de exterminio impulsada por las
transnacionales y los gobiernos imperiales, pues doblegada la agricultura
mediana y pequeña que produce alimentos, estaremos por completo a merced
del capital. Entonces, defender la economía popular es defender el presente y el futuro de México, porque en un país estragado donde hasta la burguesía es, en general, torpe y mezquina, atenerse a la otra economía, a la
economía empresarial, es apostar a la exclusión y al desempleo, y en el
mejor de los casos, a una explotación asalariada maquiladora y finquera,
propia del régimen fabril y las plantaciones esclavistas del siglo XIX.
Mientras que la lógica del capital es rapaz y depredadora, la pequeña
producción agropecuaria es, cuando la dejan, amable con el medio ambiente
y con los trabajadores. Una producción respetuosa de la naturaleza, pero
también socialmente justiciera. No es verdad que la economía campesina por
definición no sea competitiva. Quizá los pequeños y medianos productores
no tienen los rendimientos físicos y económicos de los grandes, pero pueden
ser mucho más eficientes que los empresarios en la generación de empleo e
ingreso dignos, en la producción de comida y seguridad alimentaria, en la
preservación y reproducción de los recursos naturales y la biodiversidad.
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Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Pero la economía popular no está solo en la producción primaria, se
encuentra también en los servicios técnicos, el financiamiento, la industrialización y el mercadeo, actividades de las que los productores directos
tienen que apropiarse colectivamente si no quieren estar siempre en desventaja frente al capital privado.
La integración horizontal entre productores diversos y consumidores
locales y la integración vertical en cadenas productivas, operada por empresas asociativas, es una opción irrenunciable de los pequeños y medianos productores del campo. Como lo es la búsqueda de acuerdos con los
consumidores, tanto los nacionales como los solidarios de los países desarrollados, que sustentan las redes internacionales del comercio justo:
un intercambio basado en la conciencia y no en el lucro, que demuestra
que aun en el terreno del mercado puede prevalecer la solidaridad.
Contra la privatización de la vida
La diversidad biológica, pródiga en México, es nuestra principal herencia y
patrimonio. Preservarla y restaurarla, pero también aprovecharla productivamente, es responsabilidad mayor de todos los mexicanos. Por eso rechazamos la privatización de códigos genéticos y saberes comunitarios.
Patentes inaceptables, pues privatizan la vida, que pasa a ser una mercancía
más, y nulifican el derecho de las comunidades rurales y campesinas al
usufructo de los recursos genéticos y la biodiversidad. Por eso defendemos
los saberes tradicionales que son patrimonio de las comunidades: conocimientos de creación colectiva y disfrute compartido que no deben caer en
manos de corporaciones que trafican y especulan con ellos. Por eso repudiamos, también, la privatización del agua dulce, recurso cada vez más
contaminado y escaso que es base de todas las formas de vida.
Por una producción ambientalmente sostenible
Rico en recursos naturales, hoy degradados, y en diversidad biológica que
se pierde aceleradamente, México está al borde de una enorme crisis ambiental. El modelo de urbanización-industrialización es culpable, pero también
una estrategia agrícola depredadora que dañó severamente tierra, agua,
aire, flora y fauna; una tecnología intensiva en el uso de agroquímicos, que
envenena la tierra, el aire y el agua; pero igualmente envenena al trabajador
y envenena al consumidor.
Campo y soberanía alimentaria
127
Y si en sus etapas de expansión, dicha estrategia destruyó ecosistemas, es
aún más ecocida cuando la actividad rural retrocede. Despoblar el campo no
es conservar la naturaleza, pues los ecosistemas se reproducen socialmente.
Para restaurar los recursos y equilibrios perdidos, hace falta restaurar también
una economía agrícola sustentable capaz de aprovechar sin destruir.
Por los derechos de la mujer campesina
Las mujeres del campo tienen derechos, no México enfrenta un deterioro ecolósolo reproductivos, también económicos, lagico y ambiental de grandes proporborales, sociales, políticos, agrarios... Dereciones. (Programa PRD, p. 63)
chos disminuidos o de plano negados, tanto
por la sociedad nacional, como por las comunidades agrarias, las organizaciones sociales y en el ámbito familiar. La labor de las mujeres campesinas
no ha sido reconocida, de modo que el valor de su trabajo no se refleja en el
precio de los productos; y tampoco se reconoce su aportación primordial a
la conservación de las semillas y de los saberes agrícolas. Defendemos el
derecho de las mujeres del campo a ser vistas, escuchadas y tomadas en
cuenta, porque queremos que la democracia, la justicia y la equidad empiecen por el hogar pero se extiendan a la comunidad, la organización, el país.
Restablecer la esperanza en el campo
y recuperar a los jóvenes
La necrosis del tejido social es el saldo más doloroso de la crisis rural. La
migración compulsiva, las estrategias de sobrevivencia delincuenciales, la
agudización de los conflictos, el descreimiento en las instituciones y la ingobernabilidad hormiga son procesos perversos que no remitirán mientras
el campo siga siendo cárcel y condena para las nuevas generaciones. Porque
cada vez más jóvenes rurales ya no creen en la agricultura ni encuentran su
destino en el campo, hay que restaurar la economía y la naturaleza, pero
también la esperanza, pues sin sangre nueva el campo no tiene futuro.
Revitalizar nuestra cultura y nuestra identidad
Para recuperar las raíces de nuestra identidad debemos darle viabilidad económica a la comunidad agraria, sustento mayor de nuestras culturas autóctonas, afroamericanas y mestizas.
128
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
En el campo están nuestras raíces, y el México urbano perderá irremisiblemente su identidad si no se reconcilia con el México rural. Se trata de
restaurar la vitalidad socioeconómica del campo como sustento de su vitalidad cultural. Proponemos un México moderno, plural y abierto al mundo,
pero que sea también indígena y campesino.
Por el reconocimiento de los derechos autonómicos
de los pueblos indios
Durante más de cinco siglos, los pueblos originarios del continente fueron
oprimidos y humillados casi hasta la extinción. Hoy los indios americanos,
el corazón étnico de nuestros países, están de pie reclamando todos sus
derechos: políticos, socioeconómicos y culturales.
El alzamiento zapatista de Chiapas colocó en primer plano la urgente
necesidad de reconocer los derechos autonómicos de los pueblos autóctonos, lo que significa reconocer su territorio, normas políticas y jurídicas,
saberes y prácticas productivas, lenguas y culturas.
Defender la democracia representativa
y profundizar la participativa
La lucha por las libertades políticas es vieja en los pueblos agrarios, pero
en el campo, la democracia como forma de gobierno sigue pendiente y, por
el contrario, existe una larga historia de autoritarismo y represión. Historia
negra que no ha terminado. El campo ha sido territorio privilegiado de la
prepotencia y la arbitrariedad; un ámbito donde por norma no se respetan
las libertades civiles ni los derechos ciudadanos. Pero, además, el clientelismo corporativo es hábito acendrado de muchas de nuestras organizaciones sociales y el caciquismo sigue dominando en los gobiernos locales.
Por eso, desde hace tiempo, los hombres y las mujeres de la tierra están
empeñados en transformar profundamente sus sistemas de convivencia gremial
y ciudadana. En particular, los pueblos indios han puesto la muestra de que los
vicios más acendrados pueden erradicarse, de que las cosas pueden cambiar,
de que en el campo puede crearse una nueva socialidad democrática, participante y autogestiva. Pero el Estado se ha negado a reconocer y respetar esos
derechos. Los derechos autonómicos competen directamente a nuestra porción indígena, pero también son modelo de las autonomías cívicas, sociales y
económicas que todos, indios y mestizos, estamos empeñados en construir.
Campo y soberanía alimentaria
129
Los pequeños y medianos productores del campo quieren seguir cosechando alimentos sanos para todos; quieren seguir generando empleo e
ingreso para millones; quieren seguir cuidando los recursos naturales que
nos dan aire puro, agua limpia, tierra fértil y diversidad biológica; quieren
mantener y desarrollar nuestra cultura y nuestros usos y costumbres indios,
afroamericanos y mestizos, que son orgullo nuestro y patrimonio de todos;
quieren impulsar nuevas formas de convivencia democrática.
Diez acciones estratégicas
1. Moratoria a la siembra de maíz transgénico y al uso de tierras agrícolas y de alimentos para la elaboración de agrocombustibles.
2. Renegociación del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y de los acuerdos sobre agricultura y
propiedad intelectual de la Organización Mundial de Comercio, a fin de Para construir esta economía prorescatar la soberanía alimentaria, ductiva y un desarrollo sustentaproteger los derechos de los campesi- ble, justo e igualitario, se requiere
nos, trabajadores agrícolas y migran- la movilización y la participación
tes, así como el derecho a no migrar de la sociedad y la definición y la
y los modos de vida rurales.
ejecución de políticas públicas
3. Exclusión del maíz, el frijol y demás
encaminadas hacia este objetivo.
cultivos estratégicos del TLCAN. Esta(Plataforma, 2009-12, PRD, p. 23)
blecimiento, con base en el artículo
131 constitucional, de un sistema permanente de administración de
las importaciones y exportaciones de maíz y otros alimentos estratégicos, a efecto de que únicamente se autoricen importaciones o
exportaciones en casos comprobados de desabasto o excedentes.
4. Aprobación por el Senado de la República de las minutas por las
cuales se eleva a rango constitucional el derecho a la alimentación
y se aprueba la Ley de Planeación para la Soberanía y la Seguridad
Agroalimentaria y Nutricional, aprobadas en la Cámara de Diputados
en la LXI y LIX legislaturas, respectivamente.
5. Reformas legales para el restablecimiento del papel rector del Estado en la estabilización de los mercados agroalimentarios, incluyendo precios mínimos garantizados y la constitución de una
reserva estratégica de alimentos, con funciones de regulación de
130
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
6.
7.
8.
9.
10.
los precios al productor y al consumidor y para garantizar la seguridad alimentaria del país.
Reforma al artículo 27 constitucional a efecto de garantizar y fortalecer la propiedad social de la tierra y los recursos territoriales
de pueblos indios, ejidos y comunidades. Creación de la Secretaría de
Reforma Agraria y Desarrollo Campesino y establecimiento de un
programa especial de fomento a la producción campesina y sustentable de alimentos que incluya: inversiones públicas estratégicas para
el desarrollo productivo, precios justos para el productor, control de
precios a los insumas, subsidios a la capitalización de las unidades
de producción, acceso universal a créditos y servicios financieros,
asistencia técnica, desarrollo tecnológico, infraestructura de almacenamiento y transporte, etcétera. Programa especial que deberá incluir
acciones afirmativas para abatir la desigualdad, la exclusión y la discriminación en contra de pueblos indios, mujeres y jóvenes rurales.
Programa para la creación de empleos rurales por medio de inversiones públicas estratégicas para el desarrollo productivo y social
en el sector rural (caminos, tramos ferroviarios, electrificación,
infraestructura hidroagrícola, tecnificación del riego, conservación
del agua y suelo, reforestación comunitaria, manejo sustentable de
la cubierta forestal, hospitales, centros de salud, escuelas, espacios
deportivos y culturales, etcétera).
Programa especial para eliminar la desnutrición y anemia infantil y
materna en 2015.
Programa de acciones contra la concentración oligopólica y las
prácticas anticompetitivas en el mercado agroalimentario.
Ciudadanía plena y democracia en el medio rural. Combate frontal
al clientelismo y al corporativismo. Apoyo y fomento (productores,
campesinos, mujeres, jóvenes, jornaleros agrícolas, pobladores
rurales, etcétera) al asociacionismo autónomo y autogestivo, productivo y social, en el nivel local, en redes regionales, estatales y
nacionales. Nueva relación con organizaciones rurales: autonomía
y respeto a la pluralidad; no al clientelismo y corporativismo como
en el viejo régimen.
Neoliberalismo y pobreza
María Alejandra Hernández
E
l neoliberalismo, corriente de pensamiento económico sustentado en la
premisa de que la única manera viable de administrar los recursos de
la economía es el libre mercado, y que por lo tanto se opone a la regulación
por parte del Estado, es una fórmula impulsada por Estados Unidos y organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
Esta fórmula tuvo una amplia promoción desde la década de los ochenta,
cuando los gobiernos de Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Thatcher en Inglaterra la instituyen y extienden al resto de los países, tanto desarrollados como en vías de desarrollo. Entre sus características destaca que:
» Se sustenta en el principio del dejar hacer (laissez faire) a las grandes empresas, es decir, comerciar sin rendir cuentas a ningún ente
superior (en este caso, a las instituciones estatales).
» Se opone a la intervención del Estado como ente regulador de la
economía, reduciendo su papel al de garante de la competencia
monopolista y su impulso, así como a la venta de sus empresas a los
hombres de negocios, tanto nacionales como extranjeros.
» Busca evitar el proteccionismo y, en contraste, promueve la libre
circulación de mercancías, donde la apertura del comercio, definida como la libertad de comerciar entre los diferentes países sin
restricción alguna, y las nuevas inversiones, son la prioridad.
» Da prioridad al mercado mundial, dejando en un segundo plano al
mercado interno de cada país.
Los problemas que el neoliberalismo atribuye a la intervención estatal:
déficit fiscal producto de las regulaciones de la economía y la existencia de
programas sociales; corrupción en el control de los medios de producción;
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Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
recesión e inflación del capitalismo industrial; desequilibrio económico y de
productividad, traducidos en problemas de subsistencia para los ciudadanos, bajo crecimiento económico, desempleo, desequilibrio en la balanza
de pagos, así como caída y estancamiento de la productividad, se endosan
a la erosión que sufrieron las condiciones de estabilidad política internacional y crecimiento económico rentable, sobre las que se apoyaban todos los
Estados de bienestar.
Estos desequilibrios se tradujeron en escasez de recursos disponibles
por los Estados para cumplir con todos los programas sociales planteados y
retraimiento de la inversión privada, lo que a su vez produjo fenómenos
como: la hiperburocracia estatal, programas sociales sin recursos para
operarlos, inversión privada sin tasas de ganancia acostumbradas y movimientos sociales que cuestionan la estructura estatal (Guillén, 2010).
De ello se desprendió un cambio en las prioridades de los factores
reales de poder: se impuso que fuera el mercado y las empresas las encargadas de la asignación económica, optimizar los procesos de producción
para incrementar las ganancias pero, al mismo tiempo, diluyendo el gasto
en rubros como el social, trasladando a los agentes privados las funciones
que antes eran competencia exclusiva de los estados (Calva, 2000:22).
A pesar de la aparente bonanza para los grandes consorcios empresariales, las contradicciones entre la población con amplio acceso al consumo
y la cada vez mayor proporción de la población que no alcanza a satisfacer
sus necesidades básicas, generó señales de alarma desde mediados de los
años noventa, en virtud de que la concepción dominante según la cual todo
lo relacionado con la vida humana (la educación, la atención a la salud, el
trabajo remunerado, la posibilidad del descanso, el esparcimiento y el acceso a la cultura, la investigación científica, la creación artística) está determinado por la rentabilidad y no por el logro del bienestar de los seres
humanos, incrementó los niveles de pobreza.
Pero la pobreza no es solo asunto de los países en desarrollo o de desarrollo medio. También en los países altamente desarrollados, la brecha
entre ricos y pobres no deja de ampliarse. Por el contrario, la privatización
de servicios públicos crea nuevas y mayores exclusiones en materia de
salud, educación, servicios públicos; un consumismo exacerbado incrementa
el deterioro del medio ambiente y agota los recursos naturales; la constante
amenaza de perder el empleo (que de suyo, ya no cuenta con prestaciones
sociales) y la ampliación de los empleos precarios contribuyen a disminuir la
calidad de vida de la fuerza laboral, tanto en los trabajos no calificados como
Neoliberalismo y pobreza
133
en los de alta especialización, debido a la extenEs fundamental la intervención
sión de los horarios de trabajo, la falta de condiciones de salubridad o de seguridad laboral. pública –de sociedad y gobierEs decir, a pesar de todo, en los países de- no– para reactivar la economía
sarrollados el neoliberalismo tampoco ha lo- y generar empleos, sobre todo
grado reducir los niveles de desempleo, ni ha en épocas de recesión. (Proyecaumentado la calidad de vida. Contrario a la idea to de Nación, p. 12)
de que aumentar los impuestos al consumo, desmantelar la seguridad social y reducir los costos salariales reanima a la
economía, la realidad da cuenta de la creciente falta de empleo, el nulo
crecimiento económico y el incremento de la pobreza. Esto, a su vez, ha
provocado fenómenos colaterales como el aumento de la violencia urbana,
el racismo y la generación de un caldo de cultivo para las ideas conservadoras y de extrema derecha (Teitelbaum, 2000:7).
Fracaso neoliberal para combatir la pobreza
En este escenario, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) estableció en el año 2000 los denominados “Objetivos de Desarrollo del
Milenio” (ODM), a concretarse en 2015, y cuyo primer propósito es “Erradicar la pobreza extrema y el hambre”. Al respecto, tanto el Banco Mundial
como el Fondo Monetario Internacional y los ideólogos neoliberales han
hecho suyo el combate a la pobreza extrema. Es decir, de acuerdo con los
objetivos fijados por la ONU, tratar de combatir los niveles extremadamente
altos de pobreza, producto del mismo sistema económico neoliberal que
promueven, se ha convertido en una prioridad (PNUD, 2008).
Esta poco común unanimidad en torno a la necesidad de combatir la
pobreza extrema es producto del hecho de que a pesar de que el modelo
neoliberal ha generado riquezas, las consecuencias estructurales de un
sistema que genera y desarrolla desigualdades sociales han ido en aumento, sin que se prevean cambios en el mediano y largo plazos. Es por ello que
en la actualidad, en el discurso dominante ya no se habla de “satisfacer las
necesidades de los individuos”, sino de “satisfacer las necesidades mínimas”.
Es decir, los empresarios neoliberales insisten en la negativa de mejorar
los bienes materiales y espirituales de la humanidad, en tanto que se ha
ampliado la brecha de los núcleos sociales, entre los que tienen acceso al
consumo y los que no.
134
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Así planteado, el combate a la pobreza intenta remplazar a la lucha
contra las desigualdades sociales y ocultar la cuestión de la redistribución
de la riqueza y de las causas estructurales de dichas desigualdades.
De acuerdo con Gordon (2004:13), el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional promueven como estrategias para combatir la pobreza:
el crecimiento económico, la instrumentación de sistemas o redes sociales
de apoyo o protección para los pobres, así como el impulso de estrategias de
desarrollo del capital humano.
Sin embargo, las mismas no han tenido éxito en la medida en que se
sustentan en la privatización (traducida en el aumento de los precios de
bienes y servicios para consumo de los pobres); la liberalización de los
mercados de capitales (lo que alienta la actividad de especuladores, quienes
fijan los precios y desequilibran cualquier plan económico); la instauración
de mecanismos de libre mercado para fijar precios (lo que aumenta el costo de bienes básicos, como alimentos y energéticos); y el libre comercio
regido por la Organización Mundial de Comercio (Gordon, 2004:46).
La agenda internacional de combate a la pobreza “se limita a la promoción de más crecimiento y deja de lado las políticas encaminadas en concreto a reducir la pobreza”. Una de las principales consecuencias de estas
estrategias es la reducción progresiva de los estándares laborales y la
anulación de las políticas de cobertura social (Toye, 2004:78-79),
Siguiendo a Gordon (2004:70-71), las políticas neoliberales del denominado “consenso de Washington”, impulsadas por el BM y el FMI, han fracasado en su tarea de erradicar la pobreza. En principio, por su enfoque del
problema: no es su interés que los seres humanos tengan el mismo acceso a
niveles de bienestar, sino evitar revoluciones, atentados contra el statu quo
o la propagación de epidemias que llegaran a tocar a la población élite.
El verdadero interés de las élites en reducir la pobreza se explica por
la permanente y potencial amenaza que representa para el statu quo la
presencia de los pobres, traducida en posibilidad de rebelión, transmisión
de enfermedades por pandemias o el incremento de la criminalidad.
El neoliberalismo en México
La discusión sobre el neoliberalismo en México y sus repercusiones ha
sido abordada por diversos autores (Brachet-Márquez, 2004; Boltvinik,
1994, 2004; Calva, 2002, 2007; Cordera, 2008; Hernández Laos, 2008; Huerta,
Neoliberalismo y pobreza
135
2006; Méndez, 1998; Tello, 2009). La mayoría coincide en señalar que en
nuestro país, este modelo, inducido entre 1981-1983 al escenario mexicano,
puede identificarse en tres grandes reformas estructurales de la economía,
a saber:
» En las finanzas públicas: eliminación del déficit público; reducción de
inversión fija y en gasto social; eliminación de subsidios para los
ciudadanos, no para las grandes empresas; incremento en precios de
bienes y servicios; privatización de la banca y apertura al capital externo; eliminación de gravámenes y controles al comercio exterior.
» Venta o cierre de empresas del sector público; eliminación del control de cambios; ausencia de regulaciones por parte del Estado para
los bienes bancarios.
» Desregulación de las actividades económicas y sociales del sector
privado; ingreso al Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y
Comercio (GATT), Organización Mundial de Comercio (OMC) y Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE);
eliminación de la banca de desarrollo; apertura a la inversión extranjera directa.
Los costos de este cambio estructural han sido sumamente elevados:
» De 1983 a 1999 los salarios perdieron 63.9 por ciento de su poder
adquisitivo; en la industria manufacturera, además de la caída en
las remuneraciones, más de 90 por ciento de las pequeñas y medianas empresas desaparecieron o fueron absorbidas por los grandes
consorcios. En el campo, el ingreso real de los maiceros se redujo
52.7 por ciento y más de 20 millones de mexicanos se ubicaron en
la pobreza y la marginación (Calva, 2000:7-8).
» Y en la fase de globalización, de 1990 a 2009 se registra un estancamiento económico severo: si bien entre los periodos 1991-1994 y
1996-2000 se registró cierto crecimiento, la crisis de 1994-1995 generó la necesidad de instrumentar programas de ajuste, presentes
también de 2001 a 2003, donde el PIB por persona no ha superado
la tasa de crecimiento de 0.5 por ciento en promedio, por debajo
de la tasa de 3 por ciento anual que se registraba en el periodo 19331982 (Tello, 2009:249).
136
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Al analizar la evolución de la deuda externa total del país, advertimos que al concluir 1982 era de 84 800 millones de dólares
(mdd) y llegó a más de 212 500 mdd el 31 de diciembre de 2010.
Cuadro 1. Tasa media anual de crecimiento
(porcentaje)
Periodo
PIB por persona
Precios
1983-1988
-2.1
90.5
1989-1994
1.9
16.7
1995-2000
1.6
21.6
2001-2006
1.0
4.8
2007-2009
-2.1
5.5
Fuente: Carlos Tello (2010), con datos del Inegi, Banxico, BM, FMI y reportes de SHCP.
Cuadro 2. Deuda externa,
2003-2011
Año
Monto
(millones de dólares)
Posición
mundial
2003
150 000
6
2004
159 800
9
6.53
2003e
2005
149 900
13
-6.20
2004e
2006
137 200
25
-8.47
2005e
2007
178 300
26
29.96
30/6/2006e
2008
179 800
26
0.84
31/12/2007
2009
200 400
31
11.46
31/12/2008
2010
204 500
28
2.05
31/12/2009e
2011
212 500
28
3.91
31/12/2010e
Cambio
porcentual
Fecha
de la información
2000e
Fuente: CIA World Factbook ofrece la posición mundial de México, tomando como base un listado de 201
países y los datos de su deuda externa. También datos del Banco de México y Secretaría de Economía,
2011.
e valor estimado.
» Como consecuencia de la reprivatización, de manera colateral se
incrementaron dos fenómenos: el desempleo y el subempleo. Este
último disparó la presencia de comercio informal o en vía pública,
lo que es considerado el indicador más perceptible de la llamada
Neoliberalismo y pobreza
137
“economía informal”. De acuerdo con indicadores del Inegi, se estima que más de 50 por ciento de la población en edad productiva
tiene que refugiarse en la informalidad para sobrevivir. Según la
información provista por la misma fuente, el desempleo hasta enero de 2011 fue de 5.43 por ciento del total de la población económicamente activa (PEA).
De esta forma, la instrumentación del modelo económico neoliberal en
nuestro país ha impedido un desarrollo socioeconómico equitativo, limitando las ganancias en unas cuantas manos y en detrimento del mayor número
de personas. Esto provoca un debate, destinado a redefinir las políticas
asistenciales e impulsar el desarrollo de lo
que se denominó “acciones compensato- La solución de fondo, la más eficaz,
rias”, donde el concepto de focalización la más humana y probablemente la
ocupó un espacio relevante y se convirtió en menos cara, pasa por combatir el
una herramienta cada vez más ponderada desempleo, la pobreza, la desintepara racionalizar el gasto social. Y aunque gración familiar, la pérdida de vatales acciones han sido útiles para atacar los lores y la ausencia de alternativas.
aspectos más básicos de la pobreza, no han (Movimiento Progresista, Plan de
logrado una incorporación social masiva, Gobierno, p. 12)
debido, por un lado, al escaso crecimiento
económico y, por el otro, a las nuevas condiciones del mercado de trabajo
(Cordera, 2008).
Sobre todo, las políticas focalizadas dividen a las comunidades, fragmentando el tejido social, lo que a su vez limita la organización de protestas.
En el seno de la comunidad, se establecen diferencias entre quienes reciben
el subsidio o la asistencia y quienes no. Se sustituye la idea del acceso universal y se desecha también la función redistributiva del ingreso que, al
margen del mercado, tenían las antiguas políticas sociales.
Modelos para la medición de la pobreza
en México
En la historia contemporánea de México, la pobreza ha sido un problema
permanente, aunque sus dimensiones y características han variado con el
estilo de desarrollo y las condiciones macroeconómicas vigentes en diferentes momentos. Durante el periodo en que rigió el modelo de sustitución
de importaciones, dos grandes procesos incidieron en distintas direcciones
138
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Cuadro 3. Pobreza multidimensional, dimensiones
e indicadores asociados, México, 2008
Indicadores de pobreza, dimensiones e indicadores asociados
Porcentaje
Millones
de personas
Pobreza multidimensional
Población en situación de pobreza multidimensional
Población en situación de pobreza multidimensional moderada
Población en situación de pobreza multidimensional extrema
Población vulnerable por carencias sociales
44.2
47.19
33.7
35.99
10.5
11.20
33.0
35.18
Población vulnerable por ingresos
4.5
4.78
Población no pobre y no vulnerable
18.3
19.53
21.7
23.16
Indicadores de carencias sociales1
Rezago educativo
Acceso a los servicios de salud
40.7
43.38
Acceso a la seguridad social
64.7
68.99
Calidad y espacios de la vivienda
17.5
18.62
Acceso a los servicios básicos en la vivienda
18.9
20.13
Acceso a la alimentación
21.6
23.06
Población con al menos una carencia social
77.2
82.37
Población con al menos tres carencias sociales
30.7
32.77
Privación social
Bienestar económico
Población con un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo
16.5
17.64
Población con un ingreso inferior a la línea de bienestar
48.7
51.97
Fuente: Estimaciones del Coneval con base en el Módulo de Condiciones Socioeconómicas-ENIGH 2008.
1
Se reporta el porcentaje de la población con cada carencia social.
Cuadro 4. Pobreza multidimensional y vulnerabilidad, México, 2008
Grupo de población
Porcentaje
Población en situación de pobreza multidimensional
44.2
Millones de personas
47.19
Población vulnerable por carencias sociales
33.0
35.18
Población vulnerable por ingresos
4.5
4.78
Población no pobre y no vulnerable
18.3
19.53
Fuente: Estimaciones del Coneval con base en el Módulo de Condiciones Socioeconómicas-ENIGH 2008.
Neoliberalismo y pobreza
139
sobre la pobreza. Por un lado, el sesgo urbano del crecimiento contribuyó
al aumento de la pobreza; por otro, la interacción de tasas de crecimiento,
relativamente altas y sostenidas, y la aplicación de las políticas sociales
universales, no solo contrarrestó un posible aumento de la misma, sino que
logró una disminución significativa entre 1960 y 1981-1982. Y pese a los
progresos del desarrollo social, la pobreza persistió.
Con todo, es a partir de los gobiernos de Acción Nacional, atentos a los
designios de Estados Unidos y los organismos financieros internacionales,
que se asume el compromiso de combatir la pobreza extrema. Es pertinente señalar que en las administraciones de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo
también se instrumentaron programas para paliar la pobreza, pero esta aún
no estaba conceptualizada como extrema.
Los datos que ahora se conocen sobre la pobreza evidencian el aumento en el deterioro de vida de la población, por los efectos de la crisis económica de 2009.
La caída del ingreso por la crisis económica
entre 2008 y 2010
Durante la crisis iniciada en 2008 y continuada en 2010, se registraron caídas
del ingreso que van de alrededor de 6 a 13 por ciento, y un aumento en la
pobreza de 1.7 por ciento; aunque esto habría que revisarlo, porque el país
ha pasado por una crisis de empleo y de ingreso muy fuerte, y lo que el
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval)
denomina como “población no pobre” más la “no vulnerable” aumentó 1.3
por ciento, es decir, pareciera ser que una gran crisis no nos afecta tanto…
Esto puede dar lugar a una lectura equivocada en el sentido de que
la economía no es tan relevante en la política social, cuando en realidad es
estratégica. La pobreza ha tenido un comportamiento claramente procíclico
en México, y en este caso hay una gran diferencia entre la intensidad del
ciclo económico y la tendencia de la pobreza, pues la economía presentó
una caída muy importante y pareciera ser, según las mediciones, que la
pobreza no tuvo un incremento tan significativo.
El gobierno federal optó por una política muy ortodoxa frente a la crisis.
Mientras en el mundo se estaban haciendo intervenciones públicas muy
importantes de estímulo a la demanda y de inversión pública en montos
muy significativos, en México prácticamente no se tuvo un diseño de política anticíclica de gran alcance.
140
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Considerando los datos del Inegi, en el plano nacional, de 2006 a 2008
el incremento de personas en algún tipo de pobreza pasó de 44.7 a 50.6
millones.
Con los datos comparativos del Consejo de Evaluación del Desarrollo
Social del Distrito Federal (Evalúa-D.F.) respecto a la situación nacional, la
pobreza de necesidades básicas insatisfechas (educación, salud, vivienda, agua
y drenaje) que se mantuvo sin cambios en el escenario nacional entre 2008 y
2010, en el Distrito Federal se incrementó en más de uno por ciento. Respecto a la pobreza de ingresos, el aumento fue de cerca de seis puntos en las
ciudades, cuatro en el país y poco más de dos en la capital. Estas cifras sustentan la afirmación de que la pobreza de ingresos fue la de mayor impacto para incrementar los índices generales de pobreza (Evalúa-D.F., 2010).
Otros datos sobre la pobreza
» De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, el desempleo entre la población joven mexicana casi se duplicó en la década anterior, al pasar de 5.3 a 10.3 por ciento; además,
seis de cada 10 jóvenes no estudian la preparatoria ni la universidad,
y cerca de 15 millones de mexicanos, de entre 12 y 29 años, subsisten en la pobreza multidimensional.
No es posible eliminar el trabajo »Con cifras proporcionadas por el Consejo
precario e informal mientras el Nacional para Prevenir la Discriminación
patrón de acumulación vigente (Conapred) y la UNAM, compiladas en la Enactúe como una gran fábrica de cuesta Nacional sobre Discriminación en
desempleados y pobres. (Un Méxi- México (Enadis) 2010, se obtuvieron los siguientes indicadores:
co para Todos, p. 27)
» De la población que tiene entre 25 y 29
años, una tercera parte nunca ha obtenido un empleo; y tampoco más de la mitad de los jóvenes de 18 a 24 años.
» De la población de jóvenes de 12 a 14 años, 6 por ciento no estudian ni tienen empleo. De la franja de 15 a 17 años, uno de cada
10 tampoco estudia ni trabaja, mientras 5.2 por ciento de ellos
se dedican a labores domésticas sin recibir salario alguno.
» De los jóvenes entre 18 y 24 años, 13 por ciento afirmaron no
estar estudiando ni laborando. De esa franja, uno de cada 10
realiza labores en casa, sin remuneración.
Neoliberalismo y pobreza
141
» De los jóvenes de 25 a 29 años, 8 por ciento no realizan estudios
ni tienen empleo. De ellos, 17 por ciento realiza trabajos domésticos, sin remuneración.
» Siete de cada 10 jóvenes de nivel socioeconómico muy bajo
afirmaron ser discriminados por su apariencia física al acudir a
solicitar empleo.
» Las siguientes cifras son las más preocupantes: “en cuanto a los
que abandonaron sus estudios, la tercera parte lo hizo entre los
16 y los 18 años y uno de cada cuatro, entre los 13 y los 15 años;
del total, cuatro de cada 10 dejaron la escuela por razones económicas. El 36 por ciento (en un nivel de edad de 12 a 60 años)
considera que los jóvenes que no estudian ni trabajan no quieren
hacerlo, mientras 18.1 por ciento piensa que es porque no pueden hacerlo, 19.4 piensa que no lo hacen por ambas razones y
12.6 por ciento opina que no pudieron estudiar o no les dan trabajo” (Conapred, 2010).
» Otras cifras, dramáticas también, las ofrecen los organismos vinculados con las corrientes neoliberales. En el reporte Divididos resistimos: ¿Por qué sigue aumentando la desigualdad?, la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos apunta que:
» En promedio, el ingreso salarial de 10 por ciento de las familias
mexicanas con los más altos ingresos alcanzó los 228 900 pesos
en 2008, es decir, 26 veces el ingreso de 10 por ciento de las familias que únicamente captaron 8 700 pesos por mes.
» Mientras, en los países integrantes de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos el promedio en el ingreso de 10 por ciento de la población con más ingresos fue casi
nueve veces el ingreso de 10 por ciento en comparación con los
más pobres.
» Los ingresos reales de las familias, en los últimos 25 años, se
incrementaron en 1.7 por ciento para la población más rica y solo
0.8 por ciento para los de menores ingresos.
» Para la OCDE, “las persistentes pérdidas económicas que sufren
los grupos de bajos ingresos por las recesiones ponen de
manifiesto la importancia de las transferencias gubernamentales
y las políticas bien concebidas de ayuda a los ingresos” (El Universal, 6/12/2011).
142
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Propuestas alternativas
al neoliberalismo
A pesar de las cifras descritas, resulta interesante el hecho de que, a casi
30 años de la puesta en práctica del modelo neoliberal, los esfuerzos por
revertir este modelo económico no han fructificado. De hecho, la mayoría
de las propuestas formuladas por los principales actores políticos versan sobre
la posibilidad de modificar, enriquecer o mejorar lo que genera impactos
negativos, pero en su mayoría, ninguna propuesta arriesga la posibilidad de
transformar el estado de cosas.
Un somero análisis de las propuestas de las actuales fuerzas partidistas
vigentes permite advertir cuáles son sus orientaciones sobre el tema de la
pobreza. En su Declaración de Principios, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) manifiesta su rechazo al neoliberalismo y a la visión del desarrollo social limitado a las acciones asistenciales focalizadas. El Partido
del Trabajo (PT) coincide con el rechazo al neoliberalismo, al tiempo de
plantear la necesidad de un cambio en el modelo económico. El Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) puntualiza como una de sus banderas
la lucha por un salario justo, creación de fuentes de empleo y entrenar a la
mano de obra mexicana para el empleo de nuevas tecnologías. En contraste, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional
(PAN ), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM ) y el Partido Nueva
Alianza no mencionan el tema, ni en sus declaraciones de principios ni en
sus plataformas electorales (Rodríguez, 2011).
Propuestas para revertir los saldos negativos
del neoliberalismo formuladas por partidos
políticos de izquierda
PRD
» Modificar el modelo de desarrollo económico
» Revertir la política de contención salarial y recuperación vía aumentos
superiores a la inflación
» Regulación de mercados de capital, de monopolios, del ámbito financiero
» Desarrollo agrícola y pesquero sustentable
» Recuperación de nivel salarial, como incentivo de la productividad;
rescate del ingreso popular y financiamiento productivo
» Política económica y social alternativa, basada en el desarrollo sostenido,
sustentable e incluyente
Neoliberalismo y pobreza
143
PT
» Cambio radical al modelo económico vigente, donde el Estado debe dirigir
los sectores estratégicos y de infraestructura básica
» Renegociación y quitas de pasivos públicos para la recuperación
de la economía
» Auditoría a la deuda externa e interna
» Políticas focalizadas: transformarlas en proyectos productivos de impacto
en la producción y la demanda interna
» Instrumentación de una política que regule los monopolios y oligopolios
» Política de redistribución del ingreso a través de una reforma hacendaria
integral
Movimiento
Ciudadano
» Instrumentar un modelo económico participativo, donde el Estado
promueva el desarrollo social
» El mercado debe ser regulado, al servicio del desarrollo social
» Economía de mercado como espacio para el fomento de la competencia,
con reducción de precios para beneficiar a los consumidores
» Ampliación y consolidación del mercado interno
Fuente: Taller “Los grandes problemas de la nación”, Instituto Nacional de Investigación, Formación Política
y Capacitación en Políticas Públicas y Gobierno, octubre-noviembre 2011.
Sin embargo, en los hechos, estos partidos siguen representando una
minoría en el Congreso de la Unión, por lo que todo intento por traducir en
el marco normativo estas propuestas queda diluido.
En paralelo, los movimientos políticos alternativos buscan ampliar la
discusión y plantean otras posibilidades para hacer frente al diseño económico neoliberal, con propuestas ricas en matices y que intentan abordar
todas las aristas que el problema de la pobreza acarrea a la población:
Propuestas de los movimientos
políticos alternativos
Un México para Todos
(proyecto encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas, 2004)
» Tesis: Ante la gravedad del rezago social y sus implicaciones de inestabilidad política,
el Estado se ha visto obligado a poner en marcha programas asistenciales de salud,
nutrición, vivienda, y apoyos a la familia, para la población pobre no asegurada
En los hechos, y apoyándose en las contrarreformas realizadas, los gobiernos
neoliberales están culminando el abandono del proyecto constitucional normativo
de bienestar social, sustituyéndolo con programas asistenciales
» Cambiar la orientación de los programas asistencia de “combate a la pobreza”
para la población en condiciones de marginación social e indigencia
144
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
» Los programas asistenciales deben ser únicamente complemento temporal de las
políticas económicas rediseñadas para promover el bienestar y elevar la calidad de vida,
de los individuos, así como ser elemento compensador de las desventajas económicas
y sociales, mientras los cambios estructurales aseguran transformaciones equitativas
definitivas
» La asistencia social debe dejar de ser objeto de manipulación política y de humillación
para quienes la necesitan, y pasar a ser un derecho de quienes la reciben, y por lo tanto,
una obligación del Estado prestarla con calidad y oportunidad
Proyecto Alternativo de Nación (encabezado
por Andrés Manuel López Obrador, 2006)
» Tesis: La “mafia en el poder” ha secuestrado a las instituciones, atropellado las garantías
constitucionales, entregado los bienes nacionales a extranjeros y devastado el medio
ambiente
» Acabaremos con el sistema de focalización que es discriminatorio y que condiciona
el ingreso a él y la permanencia
» Estableceremos mecanismos que garanticen efectivamente la defensa, exigibilidad
y cumplimiento de cada derecho
Coalición Diálogo para la Reconstrucción de México (Día)
(proyecto de gobierno 2012)
» Tesis: Es urgente promover la construcción de las condiciones que permitan satisfacer
las necesidades fundamentales de todos los mexicanos, bajo la conducción de un Estado
social y democrático de derecho; para lograrlo se requiere que el Estado y la sociedad
emprendan corresponsablemente un conjunto integral de políticas y acciones en
diversos campos de la vida económica y social, para reducir la desigualdad y superar
la pobreza, generando bienestar para todos
» El Estado deberá alentar con decisión el desarrollo social en dos vertientes:
- una, impulsar el crecimiento económico y la creación de empleos para mejorar
los ingresos de la gente; ello redundará en mejor educación, salud y calidad de vida
en general
- dos, en tanto se logra alcanzar ese nivel de desarrollo y, dada la situación de pobreza
en que vive la mayoría de los mexicanos, el Estado debe garantizar satisfactores
básicos de bienestar
La propuesta consiste en auspiciar un Estado igualitario y fraterno en el que los pobres,
los débiles y los olvidados encuentren protección ante incertidumbres económicas,
desigualdades sociales, desventajas y otras calamidades, y donde se pueda vivir sin
angustias ni temores
» Una nueva política social debe comprender la completa transformación del sistema
de salud nacional para que toda persona ejerza su derecho constitucional a la misma
Neoliberalismo y pobreza
145
...Coalición Diálogo para la Reconstrucción de México (Día)
(proyecto de gobierno 2012)
» La salud no solo implica curar enfermedades; las transformaciones y los avances en
materia de salud comienzan con un cambio en la forma de vida, que solo puede
conseguirse mediante la solución de problemas de desinformación y de falta de
conciencia social, así como mediante el mejoramiento del medio ambiente y el desarrollo
económico; por ello, el sistema de salud abarcará también medidas de prevención,
educación sanitaria, ecológica y reproductiva, y se habrá de avanzar hacia un Servicio
Único de Salud (SUS)
» Establecer políticas públicas específicas en el tema de la alimentación, vinculándolas
directamente con el tema de la soberanía y seguridad alimentaria, con la aplicación de un
programa nacional cuyo objetivo prioritario consista en garantizar la alimentación básica
de la población, particularmente la de los sectores económicos más desprotegidos
» En la lucha frontal contra la pobreza, hacer frente a la desigualdad y combatir la pobreza
constituye un compromiso esencial en un Estado social y democrático de derecho,
e imperativo en todos sus órganos, niveles e instancias
» Mantener los subsidios generalizados a través de la tasa exenta al IVA en alimentos
y medicinas
» Incrementar sustancialmente las partidas dedicadas a combatir la feminización de la
pobreza, ya que esta ocasiona que las personas que habitan en las regiones marginadas
del campo y de la ciudad hagan un uso acelerado e ineficiente de los recursos naturales
» Acompañar el incremento de los recursos y programas asistenciales para combatir
la pobreza, con la asignación creciente de recursos y programas que generen proyectos
productivos, empleos e ingresos estables derivados del trabajo de los sectores
directamente involucrados
» Elaborar un Programa Nacional de Desarrollo Social que sea el eje articulador de la
erradicación de la pobreza, el cual abarque la focalización territorial, identificando
las áreas del país más afectadas por las políticas neoliberales
Fuente: Tomado de las propuestas políticas de Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador y la
Coalición Día, discutidas en el Taller “Los grandes problemas de la nación”, Instituto Nacional de Investigación,
Formación Política y Capacitación en Políticas Públicas y Gobierno, octubre-noviembre 2011.
Las contradicciones que día a día presenta el modelo neoliberal, manifestadas principalmente en la pauperización de la calidad de vida de un cada vez
mayor número de mexicanos, también han alimentado la discusión en espacios
académicos e intelectuales, sobre la necesidad de instrumentar cambios.
Modelos económicos alternativos al neoliberalismo
La propuesta de Arturo Guillén enfatiza el fomento a las exportaciones como
opción para generar divisas a fin de soportar el proceso de desarrollo. La
146
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
restricción externa ha sido la limitante fundamental del modelo agrarioexportador agotado desde los años treinta del siglo XX, así como del modelo de sustitución de importaciones y la actual estrategia neoliberal.
La construcción de un sistema productivo desde dentro no implica la autarquía
ni la construcción forzada de una industria de base ineficiente (como ocurrió
en el socialismo real), sino seleccionar las actividades productivas (agropecuarias, industriales o de servicios), orientadas sea al mercado interno o al mercado
externo, donde sea factible competir eficientemente (Guillén, 1998).
Superar la restricción externa es una de las claves para que la política
industrial y productiva permita el impulso a las exportaciones y disminuir
la dependencia de las importaciones.
Modelo alternativo de desarrollo
Arturo Guillén
A. Reconstrucción
del sistema
productivo
» Fomento de las exportaciones y búsqueda de nichos en el comercio exterior
» Reconquista, rearticulación y desarrollo del mercado interno
» Creación de un sistema productivo coherente e integrado, capaz de superar
la restricción externa
» Política industrial que establezca mecanismos adecuados de fomento y estímulo
B. Nueva política
industrial y
agropecuaria
» Política industrial que oriente las decisiones de la inversión privada
C. Papel del Estado
y de la inversión
extranjera
»
»
»
»
»
y acciones del sector público
Mecanismos de fomento y estímulo, fiscales y crediticios.
Rediseño de la política agropecuaria
Recuperación de la soberanía nacional
Política comercial y de inversión extranjera al servicio de la política industrial
y de fomento agropecuario
» Protección de actividades mediante mecanismos arancelarios,
establecimiento de normas estrictas de calidad y programas articulados
de fomento
»
»
»
»
Desarrollo de los sectores básicos de la economía
Modernización y expansión de la infraestructura física
Atención de las necesidades sociales de la población y de la fuerza de trabajo
Detonación de proyectos en actividades de punta
Crecimiento del ahorro interno, sustentado en la inversión productiva,
la expansión del empleo y el crecimiento de ingresos y salarios reales
» Inversión extranjera directa, una vez que la economía interna sea sólida, para
no depender de tasas de interés altas que lesionan la planta productiva
Neoliberalismo y pobreza
147
La economía solidaria
La Confederación Latinoamericana de Cooperativas y Mutuales de Trabajadores (Colacot) ha propuesto un modelo de desarrollo económico, social,
político y cultural alternativo al sistema capitalista. Una primera propuesta
se formuló en 1989 bajo el título de La Economía del Trabajo y la segunda
en 1998, denominada Modelo de economía solidaria.
Su objetivo es que la solidaridad se introduzca desde el inicio del proceso económico; es decir que opere y actúe en todas las etapas del ciclo
económico: producción, circulación, consumo y acumulación. Ello se traduce
en prácticas autogestivas de producción, intercambio, distribución, consumo, acumulación y desarrollo con solidaridad, entendida como una práctica sin ánimo de lucro, enfocada al desarrollo del ser humano como sujeto,
actor y receptor de los beneficios de la economía.
Adicionalmente, se busca impulsar proyectos de pequeña escala, orientados al desarrollo de comunidades pequeñas y de bajos recursos, con carácter sustentable tanto en materia económica como ambiental. Se busca
el impulso de un comercio justo, donde el ánimo por obtener una ganancia
se cambia por la intención de lograr el desarrollo de las comunidades en
general. La base de este modelo son las cooperativas, sociedades laborales,
asociaciones, mutuales, empresas participativas y organizaciones económicas populares.
Modelo de economía solidaria
A. Comercio
justo
» Remuneración de la producción que permita a los productores y a sus
»
»
»
»
»
consumidores conseguir un nivel de vida adecuado. Esto conlleva un precio justo,
pagos por adelantado cuando sea necesario y una relación comercial a largo plazo
Condiciones de trabajo para los productores que no perjudiquen su bienestar
físico, psicológico y social
Producción económica y ecológicamente sustentable, que cubra las necesidades
actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras
Utilizar los caminos más eficaces para trasladar un producto desde el productor
hasta el consumidor, evitando especuladores e intermediarios
Condiciones de producción y comercialización que reserven un tratamiento
preferencial a la participación de los productores en las decisiones; una
producción indígena; pequeñas y medianas empresas, así como la distribución
igualatoria a los ingresos generados
Campañas de sensibilización sobre la relación entre la elección de los
consumidores y la vida de los productores y sus condiciones laborales
148
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
...Modelo de economía solidaria
» Trabajo de campañas, dirigido a cambiar las injustas estructuras de comercio
internacional para facilitar a las empresas que comienzan y no ser eclipsadas por
otras de mayor poder
B. Auditoría
social
» Perspectiva múltiple: implica incluir el punto de vista de todos aquellos
comprometidos con la actividad de la empresa
» Intenta cubrir todos los aspectos del resultado social y ambiental de la empresa
» Herramientas de comparación de un periodo al otro en relación con
organizaciones similares
» Regular los procesos de largo alcance y no solo los de operación puntual
» Controladores externos sin implicaciones en la actividad de la empresa
» Publicación de informes regulares referidos al desenvolvimiento de la auditoría
social, comunicados a todas las personas comprometidas (externas e internas)
C. Funcionamiento
» Cada componente (nodo), sea empresa social o consumidor individual,
»
»
»
»
»
»
procura consumir al máximo bienes y servicios producidos por el resto
de los componentes del mercado social
Los bienes y servicios que circulan en el mercado social cumplen tres criterios:
ser socialmente útiles, ser ecológicamente sostenibles y haber sido producidos
con equidad y democracia
Cada componente contribuye a crear nuevas empresas sociales vinculadas al
mercado social, a fin de ir completando y cerrando ciclos productivos
El mercado social, además de bienes y servicios, genera aprendizaje colectivo,
innovación tecnológica, cultura, relaciones sociales, proyectos, valores
El mercado social deberá ser impulsado desde las organizaciones representativas
de los sectores cooperativos, de la economía social y del consumo responsable
El comercio justo intenta facilitar la entrada al mercado de productores más
desfavorecidos y cambiar las reglas injustas
El comercio justo contribuye a un desarrollo sostenible ofreciendo mejores
condiciones comerciales y asegurando los derechos de productores y
trabajadores marginados
Estrategia de desarrollo sostenido
con equidad
Reconocido como uno de los especialistas más connotados en el ámbito
económico, José Luis Calva ha formulado una de las propuestas más acabadas para la transformación del actual modelo económico, presentando sugerencias concretas para orientar la economía mexicana en la búsqueda de
desarrollo sostenido con equidad.
Neoliberalismo y pobreza
149
Modelo de desarrollo sostenido con equidad
A. Política
cambiaria
activa
» Contribuir al equilibrio sostenible de las cuentas externas para evitar
sobrevaluaciones del peso
» El Banco de México debe evitar que el precio del dólar baje del piso cambiario;
con ello, se reduce sensiblemente los espacios de especulación monetaria, se
otorga certidumbre a las inversiones y permanece el proceso de estabilización de
precios, como factor de equilibrio de las cuentas externas y crecimiento sostenido
de la economía interna
B. Política
comercial
pragmática
» Aplicar aranceles, normas técnicas, salvaguardas y disposiciones contra
prácticas desleales de comercio
» Aplicar órdenes de mercadeo y restricciones cuantitativas, como las que aplican
los países desarrollados
» Racionalizar la apertura comercial, subordinándola a una política industrial que
estimule el desarrollo armónico del aparato productivo
» Renegociar el TLCAN: México es un país en desarrollo, por lo que deben
ampliarse sus márgenes de maniobra en política comercial y de inversión,
introducir fondos compensatorios y establecer el libre flujo de mano de obra
C. Saneamiento de las
bases de
financiamiento
»
»
»
»
D. Estabilidad
de precios
sostenible
» Liberar la política cambiaria de los objetivos antiinflacionarios
» Vincular a la política cambiaria con la competitividad de la planta productiva
Elevar de manera sostenida el ahorro interno
Reducir la dependencia financiera externa
Prevenir y enfrentar con eficiencia los choques externos
Revisar las políticas cambiaria y de comercio exterior, para eliminar el déficit
comercial y reducir el déficit de cuenta corriente, haciendo descender los
requerimientos de ahorro externo
» Incentivar la inversión física se convierte en la palanca fundamental para elevar
el ahorro interno, subordinando con ello la esfera financiera a los intereses
de la economía real
» Regular y supervisar el sistema financiero, a fin de incrementar la asignación
del crédito hacia las prioridades del desarrollo
y el equilibrio externo
» Vincular al banco central con los objetivos de crecimiento sostenido con equidad,
sirviendo a los intereses de la planta productiva, el empleo y el poder adquisitivo
» La estrategia antiinflacionaria debe dejar de utilizar la política salarial como ancla
de la inflación
» Concertación de las expectativas inflacionarias, promoción de la oferta interna
de productos, regulación monetaria y crediticia interna
E. Reforma
fiscal
» Eliminar regímenes simplificados y el régimen de consolidación fiscal, que facilita
la evasión a las grandes corporaciones
» Incrementar las tasas de ISR para los estratos de altos ingresos
» Incrementar las tasas de IVA para artículos suntuarios
150
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
...Modelo de desarrollo sostenido con equidad
» Gravar las transacciones financieras, las ganancias bursátiles y los dividendos
»
»
»
»
F. Reformas
institucionales
de accionistas, así como los flujos financieros externos y las exportaciones de
empresas transnacionales
Recaudar directamente en empresas productoras, para elevar la eficiencia
en recaudación del IVA
Reformar el Servicio de Administración Tributaria mediante la instauración
del servicio civil de carrera
Combatir la evasión fiscal, con aumento de penas a grandes evasores
Estados y municipios encargados de la recaudación
» Introducción del servicio civil de carrera para favorecer la competencia y reducir
la corrupción
» Separación y contrapesos entre poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial)
» Fortalecimiento del federalismo, soberanía de los estados y municipios
» Rendición de cuentas y transparencia
G. Redefinición de
la política
industrial
» Impulso a las micro, pequeña y mediana industrias, como elemento central
H. Impulso
a la industria
energética
con criterios
de política
industrial
» Generar tecnologías propias en la industria petrolera
» Restructuración fiscal de Pemex
» Industria eléctrica estatal: pasar a un esquema tarifario que permita su
I. Economía
agrícola
dinámica
» Política de precios que estimule la producción, vía el incremento de subsidios
»
»
»
»
de la nueva estrategia de industrialización
Créditos preferenciales a través de la banca de desarrollo o de la banca comercial
Construcción de infraestructura
Uso de subsidios directos
Capacitación laboral y empresarial
ampliación y modernización
» Plan Nacional Energético: orientado a la racionalidad energética y al uso
de fuentes renovables de energía
y renegociación del TLCAN
» Incremento de la inversión pública en infraestructura rural, con énfasis
en la rehabilitación de zonas de riego
» Ampliación de fondos públicos para investigación agropecuaria y extensionismo rural
» Reformulación de los sistemas de crédito rural
» Fomento de los pequeños productores vía el impulso de cultivos con potencial
elevado
J. Reducción
de desigualdades
regionales
» Descentralización de las políticas públicas, de recursos y de tareas de promoción
económica y social
» Impulso de un proyecto endógeno de inserción en la economía mundial
» Desarrollo de habilidades regionales: desarrollos tecnológicos, capacidades
empresariales
» Institución de fondos estructurales destinados a acelerar el desarrollo
de las regiones más rezagadas
Neoliberalismo y pobreza
151
Modelo de desarrollo sostenido con equidad
K. Estrategia
tecnológica
alternativa
» Construcción de encadenamientos productivos y formación de recursos humanos
» El Estado como promotor de una especialización eficiente, cooperación entre
empresas y asimilación de tecnologías
» La política fiscal y el poder de compra del Estado deben estimular e inducir
los esfuerzos del desarrollo tecnológico
» Desarrollo de un sistema de formación y capacitación para la asimilación
de nuevas tecnologías
» Reorientación del gasto público hacia la formación de recursos humanos como
prioridad
L. Nueva
política
económica
» El ser humano en el centro de las decisiones
» Generación de empleos dignos en el sector formal de la economía
» Una política que eleve la productividad y rentabilidad en las actividades
agropecuarias y de la economía popular
» Política industrial que impulse la articulación interna de las cadenas productivas
» Mejoramiento y ampliación de la cobertura de los servicios educativos, de salud
y seguridad social
» Vigorización de programas de atención a grupos vulnerables
» Reformulación del diseño y operación de las estrategias para el combate
de la pobreza extrema, transformando la asistencia social en un derecho social
Comentarios finales
Es urgente promover la construcción de las condiciones que permitan satisfacer las necesidades
fundamentales de todos los mexicanos, bajo la conducción de un
Estado social y democrático de
derecho. (Movimiento Progresista, Plan de Gobierno, p. 27)
Los diseños de la política económica de las
últimas cinco administraciones gubernamentales en el país han sido por demás insuficientes y de nula eficacia para atender el problema
de la pobreza y la desigualdad, toda vez que
giran en torno al juego del libre mercado y a
los intereses de los empresarios extranjeros,
aun por encima de los nacionales. Ello ha generado un fenómeno de doble
vía: por un lado se disparan los niveles de individuos en situación de pobreza (en cualquiera de los niveles que señala Julio Boltvinik), sin que en el
corto y mediano plazos se observen alternativas para reducirlos; en tanto
que la riqueza se sigue concentrando cada día en menos manos, con la
particular complacencia de los “gobiernos de la alternancia”.
En este punto es factible preguntarnos: ¿es posible reducir la pobreza
y el constante incremento que registra desde los años ochenta en nuestro
país?
152
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Luego de la revisión de las aportaciones teóricas de expertos en el tema
y de las ofertas de algunos actores del ámbito político y académico, es posible formular las siguientes rutas:
» Un diseño institucional basado en un programa general de desarrollo, donde la prioridad sea empatar los intereses de la economía
con los sociales. En dicho programa, consensuado con los principales actores del escenario nacional, habría que poner atención a
los siguientes rubros:
» Dar prioridad al desarrollo interno. El objetivo es reorientar las
bases del empobrecimiento, a través de la promoción de la producción interna:
- Ello pasa por volver la mirada al desarrollo de la industria
nacional, la cual deberá estar orientada a la creación de bienes
básicos de consumo de calidad.
- Esto, a su vez, requiere aumentar la productividad, situación
que permitiría fortalecer el mercado interno.
- El ingreso debe ser redistribuido y orientado a fortalecer los
salarios reales para, con ello, incrementar el consumo de las
familias pobres
» Fomentar la exportación de manufacturas. Esto supone fortalecer
los sectores de bienes de capital y bienes intermedios.
» Reorientar la política fiscal y monetaria hacia la estabilidad económica y el crecimiento. Este rubro implica la reorganización del
sistema bancario; la baja de las tasas de interés de las instituciones financieras, ampliando la base de interés fiscal; así como la
reorientación del gasto público a la inversión pública y al desarrollo social.
» Reorganizar las instituciones de protección social. Cambiar la idea
de la ganancia mercantil como único fin del sistema económico,
sustituyendo dicha noción por la de la búsqueda del reparto y
un verdadero espíritu de ayuda solidaria. Ello, para recuperar la
mística del servicio a la sociedad buscando satisfacer las necesidades de los individuos y grupos desprotegidos.
» Recuperar la soberanía del país, frente al resto de los países. En
especial respecto a Estados Unidos, lo que se traduciría en la
renegociación de los acuerdos y tratados comerciales.
Neoliberalismo y pobreza
153
» Redefinir el objetivo de las relaciones internacionales de México en
términos comerciales podría facilitar la renegociación de la deuda
externa y la disminución de su servicio. Los recursos ahorrados
deberían destinarse a la inversión productiva para relanzar la economía del país.
» México requiere diversificarse en la economía mundial para reducir
su dependencia frente a Estados Unidos.
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El bajo crecimiento económico y las políticas públicas
Gustavo Aguilar Micceli
N
adie imaginó en la década de los ochenta del siglo pasado que la supuesta modernización del país promovida por toda una generación de
políticos priistas, condujese a la debacle en que el día de hoy se encuentra
la nación.
El discurso neoliberal en boga desde los sexenios de los presidentes
Miguel de la Madrid Hurtado y Carlos Salinas de Gortari no solo significó el
retiro de la presencia estatal en áreas fundamentales de la actividad económica, sino que también produjo la paulatina disminución de mucha de su
presencia social.
Drástica reducción del crecimiento económico
Resulta importante considerar que en los análisis sociales que se han producido en las décadas de impulso de las políticas neoliberales en el país, un
elemento que quizá no ha recibido la suficiente atención es que su aplicación
se dio en el marco de bajo o nulo crecimiento económico. Cuestión nodal,
ya que ello condiciona las situaciones sociales fundamentales de los ciudadanos.
Las generaciones que se desarrollaron en los años de crecimiento de la
economía, del llamado “desarrollo estabilizador”, e incluso en las décadas
de los sesenta y parte de los setenta, tuvieron el disfrute de encontrar empleos formales en número importante, servicios de seguridad social, educativos e incluso recreativos que formaban parte de políticas públicas que
en un contexto de crecimiento tenían fuentes de financiamiento estables.
La cultura, la educación y el contexto socioeconómico en su conjunto
permitían el desarrollo de una ciudadanía cada vez más informada, crítica,
160
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
comprometida con su presente y futuro y cada vez más participativa. Aparentemente el principal escollo que debía superarse era una estructura
política permeada por el autoritarismo y la falta de democracia.
La respuesta de la derecha
A partir de los ochenta, de manera gradual pero sostenida, se fueron reduciendo las estructuras administrativas gubernamentales. Los mecanismos
empleados por el priismo fueron múltiples: desaparición de áreas completas,
reorganización administrativa que dejaba en el limbo a otras, programas
de retiro voluntario o de prejubilaciones que perseguían el objetivo primordial de adelgazar de manera importante las nóminas, entre otros.
El principal problema de dicho proceso fue que no se dio en el marco
de un estudio serio de reorganización, sino en el de un conjunto de negociaciones políticas en las que la continuidad o desaparición de un área tenía
más que ver con el peso político del secretario del ramo o del director general en turno.
Otro factor que resultó crucial fue la importancia política de un sindicato público o de su dirigente, de tal manera que aquellos que concentraban
más poder comprometieron toda su fuerza de negociación para cargar el
peso del proceso de recorte de personal sobre los más débiles, obviamente
sin que mediara ningún criterio de racionalidad administrativa o de necesidad social.
Un elemento adicional fue la carga ideológica intrínseca en el retiro de
la participación pública de algunas actividades estatales, áreas que fueron
desincorporadas o que se dejaron en manos de la iniciativa privada, local
o internacional.
El proceso de retiro de la participación gubernamental avanzó a diferentes ritmos, dependiendo del sector o de la región geográfica. Hace treinta
años casi nadie hubiera creído posible que muchos logros y conquistas
sociales alcanzados en los años de crecimiento económico, como la seguridad social, con los servicios médicos emanados de ella, sumados a una infraestructura de guarderías, centros sociales, deportivos y recreativos, o la
oferta educativa proporcionada por el Estado, pudieran ser deteriorados
por políticas que, poco a poco pero de manera consistente, fueron minando
el financiamiento e incluso desincorporando del ámbito estatal parte de dichos servicios sociales.
El bajo crecimiento económico y las políticas públicas
161
Al retroceso de la presencia pública en la vida de la sociedad, lo acompañó el impulso de políticas que han redistribuido el ingreso, claramente
orientadas a que la participación de los salarios represente cada vez una
menor proporción del valor agregado nacional. Políticas compartidas por
dirigentes partidistas del ala derecha del espectro político, que redistribuyen
la riqueza en claro beneficio del gran capital y de los empresarios más poderosos y que merman fuertemente las posibilidades de desarrollo de una
gobernabilidad democrática.
Las acciones así desarrolladas desde las altas esferas de la administración
pública federal atentan contra la convivencia civilizada de los mexicanos.
Las estadísticas oficiales con las que se cuenta así lo demuestran. Los
trabajos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo
Social (Coneval) elaborados con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y
Gastos de los Hogares 2006-2008 son elocuentes (Coneval, 2009). Las políticas públicas, en Vincular la política social y el emlugar de que contribuyesen a generar condi- pleo en zonas críticas para canaciones de crecimiento y estabilidad para todos lizar recursos a educación, salud,
los habitantes del país, tendieron a profundi- desarrollo comunitario, empleo,
zar la desigualdad y, en consecuencia, acre- prevención y erradicación de la
centaron la falta de estabilidad de la sociedad violencia de género y trabajo somexicana e incrementaron los conflictos.
cial con jóvenes en situación de
Estos procesos se han dado a diferentes riesgo, acorde a una política interitmos, pero sus consecuencia en la vida cogral y progresista de la prevención
tidiana de los mexicanos son evidentes, así
que tenga como ejes la seguridad
como es innegable que ha crecido la pobreza
humana, la convivencia y la coy la violencia de todo tipo, y que la desintehesión social. (Movimiento Progración social avanza.
gresista, Plan de Gobierno, p. 14)
Los peligros reales para la gobernabilidad democrática
En el transcurso de las pasadas tres décadas, muchos mexicanos han reflexionado en torno al hecho de que la creciente desigualdad y la baja en la
calidad y niveles de vida de muy importantes sectores de la población traerían aparejados estallidos sociales que eventualmente desembocasen en
una nueva revolución.
Lo que no se ha alcanzado a advertir, es que el proceso por el que ha
transitado el país ha sido tan cruento o más que un estallido violento. Sin
162
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
embargo, como las expresiones más notorias se han dado en diferentes
momentos, sin conexión entre sí, localizadas regionalmente, en muchas
ocasiones prácticamente inadvertidas para los grandes medios de comunicación o incluso acalladas y negadas, el registro de ellas en el imaginario
colectivo de los mexicanos es de una magnitud mucho menor a la importancia real que tuvieron en su momento.
El terrible desgaste en el tejido social que conlleva lo antes expuesto ha
infundido en importantes sectores sociales una apatía y un desánimo enormes, que permite prever no una revolución sino una mucho mayor y profunda desintegración social.
Crecen los sectores ensimismados en su cotidianidad, que viven soportando sobre sus espaldas un miedo cuasipatológico en su existencia, al ver a
otros conciudadanos como peligrosos por el hecho de que no viven en su
colonia, no los conocen o, en fin, porque simplemente son ajenos a ellos.
Después de largos años de descomposición social, su reflejo en el ámbito gubernamental es evidente; los gobernantes son a final de cuentas
ciudadanos, con las virtudes y defectos que producen tanto la personalidad
como el entorno en el que viven.
La alternancia no modificó el régimen político
Nadie se imaginó que con la llegada de la alternancia, los graves problemas
de crisis del régimen que se vivían, no solo no se resolviesen, sino que se
profundizaran y aumentara la descomposición, a tal grado que los poderes
formales fueran rebasados ampliamente por los poderes fácticos.
Muchos mexicanos mantenían una idea, que se reveló errónea, consistente en que con la salida del priismo de Los Pinos todos los demás problemas se resolverían como por arte de magia y que, a partir de ahí, los
ciudadanos vivirían en una prosperidad inagotable. Poco a poco resultó
evidente que las insuficiencias y las malas prácticas de ejercicio del poder
no eran patrimonio único de alguna formación política específica.
Descomposición social y políticas públicas
Lo que incrementa la gravedad de tal situación es la dificultad para reconocer que mucho de lo que acontece en el país es consecuencia de una
El bajo crecimiento económico y las políticas públicas
163
profunda descomposición social que involucra a las diversas administraciones públicas.
Se requiere desarrollar políticas públicas que contribuyan a fortalecer
la estabilidad social y la gobernabilidad democrática.
La mayoría de los analistas poco han advertido que millones de ciudadanos padecen cotidianamente la incapacidad y los excesos burocráticos,
hecho que pone de manifiesto que el descontrol está presente en muchas
otras áreas del ámbito de acción de las instituciones públicas del país.
Admitir que para alcanzar niveles de gobernabilidad que provean la
esperanza de que existe un futuro es necesario revertir la falta de condiciones de trabajo, de estudio, de recreación y, en general, las muy difíciles
condiciones de existencia de la mayoría de los ciudadanos, mismas que se
traducen en descomposición y desintegración social, es un elemento indispensable para detener la debacle del país y alcanzar a modificar la raíz de
los conflictos.
Los espacios vacíos que se produjeron por la falta de crecimiento de la
economía, junto con la incapacidad de proporcionar oportunidades de
trabajo a quienes lo requieren para sobrevivir y sacar adelante a sus familias,
han llevado a que sean los circuitos informales los que den un respiro a
muchos ciudadanos para obtener un ingreso que les permita subsistir.
La administración pública del país, en las diversas regiones que lo
componen, para ser eficiente y eficaz requiere reconocer lo anterior.
Aunque la economía informal tiene otra cara muy diferente, que poco
se ha reconocido, ha funcionado como un espacio de acción para cientos
de miles de ciudadanos que gracias a ella han podido sobrevivir, mantener
a sus familias, educar −cuando ha sido posible− a sus hijos, en medio de una
fuerte incertidumbre sobre su futuro, pero de manera digna, ganándose día
a día el pan con el sudor de su frente.
Las políticas que se impulsen por parte de una administración pública
que ponga en el centro de su atención resolver los problemas de la población,
tienen que tomar en cuenta lo anterior, y seguramente acrecentarán los
niveles de gobernabilidad democrática.
Es necesario, para un gobierno democrático, retomar su participación
en áreas hoy abandonadas por la administración, repensar las políticas que
se impulsan, comprender que la eficacia y eficiencia con que se debe servir
a los ciudadanos solo formarán parte de la realidad si se desideologiza la
praxis administrativa y se profundiza en el conocimiento de lo que se pretende transformar.
164
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Las políticas de alianzas de aquellas formaciones políticas que busquen
transformar al Estado ante las condiciones imperantes, para acumular la
fuerza necesaria a fin de desplazar a los beneficiarios actuales, tienen que
tomar en cuenta qué es lo que va a hacerse al otro día de un posible triunfo
electoral.
El no anticipar cuáles son las tareas prácticas cotidianas que se tendrán
que llevar a cabo y la viabilidad de emprenderlas con algún aliado específico, es garantía de nuevos fracasos y del ahondamiento de la frustración de
las aspiraciones de los ciudadanos.
Pensar en el futuro inmediato, sin mezquindad, con amplitud de miras,
pero sin ingenuidad y con un énfasis que trascienda los intereses de sobrevivencia en tanto clase política de las formaciones partidarias de avanzada,
es algo fundamental para que el país realmente avance a una convivencia
asentada en una gobernabilidad democrática.
En la búsqueda de una gobernabilidad democrática, antes que el ejercicio de grandes recursos presupuestales, la imaginación y la creatividad
aunadas a un diagnóstico preciso, que permita desentrañar y resolver problemas de la gente común y corriente, son elementos fundamentales para
la acción de gobierno y la disminución de los conflictos.
Bibliografía
Coneval, Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social
(2009), Informe de evaluación de la política de desarrollo social en México 2008. Disponible en: <http://www.coneval.gob.mx/contenido/home/
2509.pdf>
Desarrollo económico alternativo
Andrés Peñaloza Méndez
Decrecimiento y buen vivir
E
n los siguientes lineamientos y criterios para una heterodoxa dinámica
económica de decrecimiento y de políticas económicas justas y sustentables se pretende ofrecer alternativas desde la contraposición: decrecimiento y buen vivir versus crecimiento económico. La perspectiva
heterodoxa enlaza las urgencias de corto plazo con el horizonte de mediano y largo plazos. Esto es, no se piensa solo en ofrecer otro modelo de
crecimiento sino otro desarrollo. Si bien se repara en aspectos y elementos
del modelo neoliberal dominante, el imperativo es alzar la mira y aportar
reflexiones, criterios y propuestas alternativas globales, sistémicas y civilizatorias.
Un primer escollo es convencer de abandonar el paradigma del crecimiento. En este punto se asientan tanto derechas como izquierdas convencionales. Por supuesto, la orientación y el plano (re)distributivo de dicho
crecimiento parapeta a los actores en trincheras diferentes. Empero, el mito
del crecimiento permanece.
El paradigma imperante de crecer-crecer es una locura en un mundo
con recursos finitos.1 En lugar de que se atisbe una humanización de la
1
Los estudios en los que se advierten los riesgos del crecimiento ilimitado son vastos. Desde
1962, Rachel Carson en su texto La primavera silenciosa; diez años después (1972), con la
publicación del informe del Club de Roma Los límites del crecimiento, y un número cuantioso
de ulteriores estudios revelan la inviabilidad del paradigma de crecimiento. El mismo Club de
Roma, treinta años después refrenda su sentencia de que: “no puede haber un crecimiento
poblacional, económico e industrial ilimitado en un planeta de recursos limitados”. Fidel
Castro, en su discurso de hace veinte años en la Cumbre Mundial sobre Medio Ambiente y
166
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
naturaleza a partir de un sano metabolismo con la madre tierra y el universo, el ser humano se sustrae de la misma. Alienado y subsumido por un
sistema de explotación clasista extrema, el ser humano atraviesa por una
etapa en que la sobrevivencia humana se coloca en primer plano. El agotamiento y contaminación de recursos vitales y el cambio climático −entre
otros signos de la crisis ambiental− nos conduce, recordando a Rosa Luxemburgo, hacia la barbarie. El presidente venezolano Hugo Chávez escandalizó
al mundo el 22 de marzo de 2011 cuando declaró: “No sería extraño que en
Marte haya habido civilización, pero a lo mejor llegó allá el capitalismo,
llegó el imperialismo y acabó con ese planeta”. No obstante, aún son pocos
los que se escandalizan por la pretensión que involucra ya cuantiosas inversiones para asentarse en otros planetas y llevar el capitalismo a Marte.
Crecer-crecer, ¿el tiempo es suficiente? Para 99 por ciento de la humanidad pareciera que no y, sin embargo, uno por ciento de la población se
empeña en la locura.
Desde luego, aproximarse a las formas y modos que emplea ese uno por
ciento de la humanidad para imponer sus reglas y poderío, es una tarea
imprescindible para conocer la realidad que se pretende transformar.
En el empeño por cambiar el statu quo es fundamental enlazar las perspectivas utópicas con el caminar diario y el trayecto de mediano plazo. En
las siguientes páginas se exhorta al lector(a) a involucrarse en el armado
del rompecabezas que nos permita avanzar por los senderos de la dignidad
y la democracia.
En la visión heterodoxa por la que se ha optado para analizar el estado de
la nación y sus alternativas democráticas de solución, el lector(a) encontrará la sugerencia de pensar desde paradigmas ajenos a los convencionales.
En primer lugar, el decrecimiento como recurso heurístico2 que nos permita pensar alternativas más allá del paradigma del crecimiento. Por supuesto, el decrecimiento no apunta al estancamiento o al retroceso económico.
Desarrollo (Río de Janeiro, Brasil, 1992) sentenciaba: “Una importante especie biológica está
en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales
de vida: el hombre [...] Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que
distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte
de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo
que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden
económico internacional justo […] Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre”.
Desarrollo económico alternativo
167
El decrecimiento más bien es una invitación para pensar desde otra
plataforma y paradigma: despojarse de la idea tradicional del crecimientodesarrollo (desarrollismo, extractivismo, etcétera) para atisbar “alternativas
al desarrollo” y no meros “modelos alternativos de desarrollo”.
Serge Latouche, uno de los principales decrecionistas, ha ilustrado con
ocho “R” lo que es el decrecimiento: revaluar, reconceptualizar, restructurar,
redistribuir, relocalizar, reducir, reutilizar y reciclar. A dichas “R” habría que
añadir otras “R” desde la perspectiva del Sur con objeto de propiciar un
genuino círculo virtuoso: romper, con la dependencia económica; recobrar
y reapropiarse, de una identidad cultural propia; reintroducir, los productos
específicos desechados y los valores “antieconómicos” ligados al pasado;
y recuperar, las técnicas y oficios tradicionales. Así, el decrecimiento puede
propiciar un círculo virtuoso sereno, amable y sostenible dirigido a establecer el contorno de una política de posdesarrollo en la que se viva mejor,
laborando y consumiendo menos en un ambiente de felicidad ya desintoxicado del imperativo del crecer-crecer (Latouche, 2009).
Para ello es imprescindible pensar desde el acumulado civilizatorio de
los pueblos originarios de nuestra América: el buen vivir;3 así como recuperar, crítica y creativamente, cuatro aportaciones que desde la Patria Grande
se han desplegado en los esfuerzos de pensar con cabeza propia: a) las
teorías de la dependencia, b) las teologías y filosofías de la liberación, c) la
educación popular liberadora, y d) la tradición utopista.
Con estas referencias podemos situar planos: de lo local a lo nacional
e internacional; y tiempos, que van de la inmediatez al meso y largo plazos.
Planos y tiempos entretejidos en horizontes utópicos que permitan destrabar nudos o contradicciones y pensar en recuperar a los Estados (sentido
imperativo en el contexto del desmantelamiento del Estado de bienestar y
en el sentir de la soberanía nacional y popular), pero que a su vez no nos
Entendemos la heurística como el arte y la ciencia del descubrimiento y de la invención o de
resolución de problemas mediante la creatividad y el pensamiento lateral o pensamiento
divergente.
3 Esteban Krotz (2012) refiere que “La teoría del buen vivir o del ‘vivir en plenitud’ (sumak
kawsay, suma qamaña, etcétera) se está haciendo cada vez más presente a escala mundial.
Estas formulaciones generadas por diversos pueblos andinos también tienen sus expresiones
mexicanas, por ejemplo, cuando al principio de ‘competencia’ se le opone el de ‘compartencia’, o cuando se critica la idea de la ‘sociedad de mercado’ y de la ‘comunidad imaginada’
del Estado-nación mediante el modelo contrapuesto de la ‘organización comunal’ y la máxima del ‘mandar obedeciendo’”.
2
168
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
conduzca a la trampa de naturalizar al Estado y al mercado o asirse a fórmulas atractivas pero circulares: “tanto Estado como sea necesario y tanto
mercado como sea deseable”. ¿Acaso el Estado y el mercado no son constructos histórico-sociales? Disolver instituciones clasistas y de dominación
y construir instituciones que respondan a prácticas de nuevo cuño de carácter comunitario, solidario y de libertad individual es ineludible para
encarar con seriedad la crisis civilizatoria y no solo global, cíclica, financiera o económica en curso.
México y nuestra América cuentan con una reserva democrática y de
resistencia popular y comunitaria que alienta los caminos alternativos de convivencia y desarrollo. En este texto se piensa desde una perspectiva nuestromericanista a partir de los planteamientos martianos expuestos en el
ensayo “Nuestra América” (José Martí, 1891). Particularmente de los siguientes componentes:
» Un nosotros latinoamericano y caribeño que se abre paso repeliendo
la visión aldeana de corte imperialista y que a su vez muestra la experiencia particular de apropiación y resistencia a la modernidad desde
el territorio de nuestra América (del río Bravo a la Patagonia).
» La idea comprometida. Decía Martí: “Trincheras de ideas, valen más
que trincheras de piedras”. La idea martiana como conexión íntima
entre teoría y práctica. La idea debe ser “enérgica”, es decir, comprometida; expuesta con oportunidad y en el ámbito de lo público.
Ubicada en el “deleite del alba” y no en el “deleite del crepúsculo”.
No a toro pasado sino abierta “a estos tiempos reales”. Una crítica a
la visión hegeliana expresada en la imagen: “vuelo de la lechuza de
Minerva inicia su vuelo al caer el crepúsculo”.4
4
En la segunda mitad del siglo XX, Augusto Salazar Bondy, Arturo Andrés Roig y Horacio
Cerutti, filósofos nuestroamericanistas, evocaron críticamente la metáfora hegeliana. Cerutti,
por ejemplo, anota: “Nosotros creemos en la necesidad de incorporar a esta filosofía matinal
profética, que es auténtica filosofía de la liberación latinoamericana, un nivel ligado al éxtasis presente de la temporalidad. Será el nivel de la filosofía práctica o práxica, filosofía política, si se nos permite seguir con la metáfora: filosofía cenital cuyo símbolo no será ya el
búho ni la calandria sino el colibrí. Ave americana que vive en zonas tórridas, donde las
flores se abren todo el año con el calor. Rompe con su pico la clausura de la flor. Así también
el filósofo político debe romper la clausura del ente en la praxis misma donde adquiere su
sentido y debe dejar oír su voz comprometida en el proceso histórico presente. Debe pensar
el proceso mismo de quiebra, apertura y cierre de las totalidades dialécticas en el alumbramiento de una nueva etapa antropológica” (Cerutti, 1975:58).
Desarrollo económico alternativo
169
» El componente de resistencia martiano frente al expansionismo
imperialista que se revela en un proceso subjetivo, el cual da paso
a un sujeto vigilante que se resiste y pone diques a la modernidad
aldeana.
» La “vuelta a lo propio”; fundamental para el nosotros latinoamericano y caribeño. Por eso Martí enfatizaba que “no hay patria en que
pueda tener el hombre más orgullo que en nuestras dolorosas repúblicas americanas”. El retrotraerse a nuestras raíces es un acto ético
y de dignidad; conciencia del propio valer, como valioso para sí.
Impronta en la recuperación del propio origen histórico-cultural.
Ideas martianas seminales en muchos de los fundamentos de los procesos de emancipación de finales del siglo XX e inicios del XXI en nuestra
América, empeñada en descolonizarse y construir mundos diversos y posibles afianzados en el acumulado de resistencia y de utopía.
Pero la perspectiva nuestromericanista también recupera las herejías
y aportes del marxismo latinoamericano y caribeño. Particularmente, se
toma en cuenta la hazaña intelectual de José Carlos Mariátegui, quien, entre
otros méritos, como incorporar la cuestión indígena en el análisis concreto
de la realidad concreta, rebate la creencia del determinismo marxiano.
En su texto “El determinismo marxista” (1926) escribe Mariátegui:
A Lenin se le atribuye una frase que enaltece Unamuno en su La agonía del Cristianismo; la que pronunciara una vez, contradiciendo a alguien que le observaba
que su esfuerzo iba contra la realidad: “¡Tanto peor para la realidad!”. El marxismo, donde se ha mostrado revolucionario –vale decir, donde ha sido marxismo–, no ha obedecido nunca un determinismo pasivo y rígido (2010:262).
El otro autor, implícitamente presente en este texto, es Ernesto Che
Guevara. Particularmente subyace en estos lineamientos de políticas económicas la idea, verdadera espina dorsal del aporte económico guevarista, del
ser humano como actor conciente de la economía y en rigor de su historia.
El factor subjetivo, de conciencia −dimensión ontológica del ser social−, es
fundamental en la construcción de una nueva sociedad y economía.5
5
En fragmentos de la carta que el Che le dirige a Fidel Castro en abril de 1965, en vísperas de
su labor internacionalista en el Congo, decanta a manera de “últimas consideraciones” sobre
170
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Asumimos como referentes las visiones
basadas en el “buen vivir” y las valiosas innovaciones culturales, morales, políticas
e ideológicas nutridas en la vida de nuestros pueblos originarios y afroamericanos.
En consonancia, la transformación que
proponemos representa un cambio democrático del poder político y la reconstrucción del poder social. (Proyecto Alternativo
de Nación, 2006, p. 4)
Es el momento del “deleite del
alba” que deje atrás la larga noche neoliberal que en México lleva más de
treinta años. Vayan estas notas que
tocan el crepúsculo neoliberal y el
asomo al amanecer esperanzador.
Notas sobre el Estado en el marco
de la reforma económica
neoliberal y sus perspectivas
Probablemente el núcleo duro y paradójico del neoliberalismo es el nuevo
rol que se le confiere al Estado: impulsor de la privatización; la mercantilización de la vida pública; la desregulación; la apertura comercial y de inversiones; el desmantelamiento del llamado Estado de bienestar (contracción
del gasto social, focalización en lugar de universalización de los servicios y
programas sociales, individualización y bursatilización de los fondos de
pensiones, etcétera).
Desde el Estado, y no desde fuera, las oligarquías nacionales −y la mexicana fue ejemplar al respecto− emprenden el debilitamiento estatal a través
de las privatizaciones y sustrayéndolo de sus funciones sociales, productivas, regulatorias y geoestratégicas en términos de bienestar, desarrollo y
seguridad nacional.
El repliegue del Estado en la actividad económica y social ha generado
y fortalecido estructuras monopolistas y privilegios fiscales inaceptables,
como se puede apreciar en el sector de las comunicaciones y transportes,
bienes de capital y energía, agricultura, banca, etcétera; áreas abandonadas
por el Estado, por lo que se revela la connivencia entre intereses privados
y de funcionarios públicos. Un problema no secundario y que propicia un
política y economía aspectos caros de su pensamiento económico, de plena actualidad, como:
“El comunismo es un fenómeno de conciencia, no se llega a él mediante un salto en el vacío,
un cambio de la calidad productiva, o el choque simple entre las fuerzas productivas y las
relaciones de producción. El comunismo es un fenómeno de conciencia y hay que desarrollar
esa conciencia en el hombre, de donde la educación individual y colectiva para el comunismo es una parte consustancial a él”. Cfr. Guevara, 2006:12 y ss.
Desarrollo económico alternativo
171
régimen de privilegio (altos precios, mala calidad, etcétera) y preferencias
fiscales (escasa o nula tributación).
Adicionalmente, esta retirada del Estado de la vida pública menoscaba
severamente la defensa y promoción de los derechos humanos, particularmente de los derechos económicos, sociales y culturales (DESC). México,
pionero mundial en la inclusión de los DESC en su Constitución de 1917, tras
la adopción del neoliberalismo en las tres últimas décadas se ha colocado
entre los países con mayor rezago social y deterioro e insatisfacción creciente de los DESC no solo en América Latina y el Caribe sino en el orbe.
Sin duda, uno de los retos torales para solucionar los grandes problemas
de la nación es recuperar el rol positivo del Estado en la vida social, política,
cultural y económica. Y a nuestro juicio eso pasa por una reforma fiscal que
incremente la carga y las contribuciones fiscales, solo así tendríamos un
Estado fiscalmente robusto capaz de redistribuir la riqueza y alentar la inversión productiva.
Se trata de simplificar (estamos en el lugar 106 en un listado de 181
países en cuanto a las facilidades del pago de impuestos) y dotar de progresividad al sistema tributario: que paguen más lo que más tienen y los que
más ingresos perciben.
Desde hace más de cincuenta años el coeficiente tributario en México
equivale a 10 por ciento del producto interno bruto (PIB). Un porcentaje
pronunciadamente bajo. Muy inferior al promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de 25 por
ciento; y de países como Dinamarca, 46 por ciento; Suecia, Francia, España
y Nueva Zelanda, con 34 por ciento. Incluso Brasil y Argentina triplican y
doblan, respectivamente, el porcentaje nuestro.
Son muchos factores los que inciden en la baja tributación: la evasión
se estima entre 27 y 40 por ciento de la recaudación potencial; la elusión
también es otro problema que exhibe las debilidades del sistema fiscal, así
como los excesivos privilegios (regímenes especiales y condonaciones, entre
otros, hacia los grandes contribuyentes, lo que en la práctica los exime del
pago de impuestos). Igualmente, la estructura informalizada de la economía
y el desempleo merman el pago de impuestos.
Podrían añadirse innumerables problemáticas más pero acaso lo central
sea el hecho de que hay, desde hace más de cincuenta años, la decisión
política de la oligarquía mexicana de no pagar impuestos. A ello obedece la
engorrosa, opaca, ineficaz e ineficiente estructura del sistema de administración tributaria.
172
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
De no materializarse una reforma fiscal profunda que nos coloque en el
corto plazo con los índices promedio de la OCDE, difícilmente podrá tener
éxito una política redistributiva de la riqueza tan necesaria para la equidad.
El índice de Gini, empleado para el estudio de la distribución de desigualdad y particularmente para identificar la desigualdad de los ingresos,
muestra el positivo efecto que tienen las medidas redistributivas: la desigualdad promedio entre los países de la OCDE es de 47.6 por ciento, la cual
se contrae a 28.2 por ciento después de impuestos y transferencias. En
México el coeficiente de desigualdad se mantiene por encima de 50 por
ciento.
Una mayor recaudación tributaria debe estar relacionada con el crecimiento económico. El Estado debe contar con los recursos presupuestales
para financiar el desarrollo nacional, regional y local. Para que la inversión
pública tenga resultados debe producirse en forma transparente, planearse
estratégicamente, ser altamente participativa y auditarse. Solo así podrá
arribarse a tasas de crecimiento de 6 a 8 por ciento anual de manera sostenida y con efectos multiplicadores para hacer frente a las necesidades sociales en el corto plazo.
Cabe indicar que el planteamiento de un crecimiento robusto de 6 a 8
por ciento anual no solo es posible sino del todo aconsejable en el corto
plazo. Empero, no será con un mayor crecimiento como se resolverán los
grandes problemas nacionales: ya durante décadas del llamado desarrollo
estabilizador se alcanzaron este tipo de tasas, y los rezagos sociales y la
polarización social también se presentaban. Esa estrategia de crecimiento
deberá imbricarse con una lógica de decrecimiento que permita la reconversión productiva y los cambios en el consumo y la distribución pertinentes para ajustar la evolución económica con los imperativos del desarrollo
justo y sustentable.
Los ingresos no tributarios (que representan 38 por ciento del presupuesto federal), particularmente los derivados de la renta petrolera, deben
dejar de ser canalizados para cubrir gasto corriente y destinarse a la inversión productiva en áreas de refinación y petroquímica, al restablecimiento
del transporte ferroviario y a otras actividades de alta rentabilidad.
Estas inversiones pueden ser complementadas con las reservas actuariales y los fondos de pensiones, manejados sin costo alguno para el trabajador, con el propósito de garantizar que las pensiones estén invertidas en
áreas que les aseguren rendimientos por encima de los ofrecidos en los
mercados privados y también una pensión digna por cesantía, invalidez o
Desarrollo económico alternativo
173
vejez. De producirse esta situación, se estaría generando un dinamismo
virtuoso y sostenido.
Más adelante se detallarán muchas de las medidas propuestas que
hacen factible la orientación productiva y el sentido social y ambientalmente
justo de nuestro planteamiento sobre el nuevo papel del Estado.
Ahora cabe advertir sobre el riesgo de pensar que es a través del Estado −mejorado y ampliado− la única forma en que se resolverán los grandes
problemas nacionales. Más aún, si esta coordenada arrastra la visión eurocéntrica de que la democracia política implica un Estado que esté corrigiendo e interviniendo sistemáticamente en los mercados privados.
El concepto de Estado debe necesariamente plantearse como parte de
las múltiples formas de democracias representativas y participativas y
de convivencia social que se recrean desde nuestros orígenes hasta hoy en
día, y que a través de procesos territorializados y sectorizados de carácter
comunitario, autónomo y autogestivo, preservan el tejido social y los recursos naturales, con mayor fuerza que la producida por intervenciones estatales o privadas. Por eso mantener la perspectiva utópica de disolución del
Estado tiene posibilidades prácticas para las salidas democráticas a los
grandes problemas nacionales.
Las respuestas neoliberales a las crisis
Precedida de alrededor de 124 crisis registradas en el mundo entre 1970 y
2007, la crisis actual −eclosionada en agosto de 2007− desborda en mucho
sus expresiones fenoménicas de carácter cíclico, financiero o de liquidez:
tiene en realidad un alcance sistémico y civilizatorio.6
6
Para que el lector(a) pondere el impacto financiero de la crisis global, vale la pena recurrir
a los datos que ofrece Susan George en su libro Sus crisis, nuestras soluciones (2010): “La
crisis financiera ha hecho aparecer cifras enormes, prácticamente incomprensibles, en las
primeras planas, y hace falta alguna escala alternativa para tener una idea aproximada de lo
que representan. Pensemos en el número de veces que nuestro reloj hace tictac para marcar
los segundos; si cada segundo equivale a un dólar (euro, libra, etc.), la relación es la siguiente:
Un día = 86.400 $, un año = 31.536.000 $; 10 años = 315.536.000 $; 100 años = 3.153.600.000 $. O
digámoslo al revés: Mil millones (la unidad seguida de nueve ceros) es algo menos de 32
años. Cien mil millones es casi 3.200 años. Un billón (la unidad seguida de doce ceros) es
casi 32.000 años. Las estimaciones más bajas del total de los rescates financieros rondan los
cinco billones (160.000 años); las más altas que he visto, a partir de finales de 2009, están en
torno a los dieciocho billones de dólares (576,000 años)”.
174
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Cabe insistir en que, por sus fundamentos, peculiaridades y consecuencias, esta crisis tiene un carácter civilizatorio y sistémico, lo que exige el
desmontaje del modelo neoliberal que ha conducido al precario e inestable
comportamiento de la economía mundial y mexicana observado en los últimos treinta años de noche neoliberal y que ha modificado la estructura
económica, política y social del planeta y del país en términos regresivos.
Las políticas de ajuste estructural y los paquetes de medidas contraccionistas con las que los gobiernos neoliberales del PRI y del PAN han pretendido enfrentar y superar las diversas crisis acaecidas en los últimos
cinco sexenios son un contrasentido, por lo que poner fin a la repetición de
las mismas políticas que generaron la crisis se convierte en un imperativo.
A continuación ofrezco una versión libre sobre un documento de alternativas, en el que participé activamente, que sirvió en 1995 de base para un
ejercicio de consulta ciudadana sobre política económica, inédito en su
momento, llamado Referéndum de la Libertad, que después de ser discutido
en asambleas y talleres populares suscitó el apoyo de casi medio millón de
ciudadan@s que se oponían al paquetazo neoliberal Zedillo-Clinton y en
cuyas redes aún estamos presos.
El paquete de rescate a banqueros y especuladores aplicado en 1995 y
los convenios financieros y monetarios entre el gobierno de Estados Unidos
y los gobiernos del PRI y del PAN para enfrentar el problema de insolvencia y
deuda pública de corto plazo y para salvaguardar los intereses de acreedores y especuladores los seguimos padeciendo. El paquete de rescate financiero de 1995 y sus sucedáneos conllevaron una pérdida de soberanía al
imponer una condicionalidad gravosa en materia de política económica;
colocaron groseramente en la jurisdicción de un tribunal ubicado en el extranjero las posibles controversias; comprometieron los activos financieros
del gobierno federal y del Banco de México, depositados en instituciones
financieras de Estados Unidos, especialmente los ingresos provenientes de
exportaciones de petróleo y derivados −sometiendo a Pemex a una intervención gerencial desde el extranjero−, así como otros activos, hechos que
provocaron penosas cargas fiscales que aún hoy en día repercuten en las
finanzas públicas. Se estima que el costo fiscal del rescate bancario superó
el equivalente de 15 por ciento del producto interno bruto.
El programa económico instrumentado como parte de la condicionalidad
del paquete financiero de 1995 agravó los efectos de la crisis, empobreciendo
y desempleando a millones de mexican@s, provocó la quiebra de miles de
empresas, agudizó el problema de carteras vencidas, condujo al colapso del
Desarrollo económico alternativo
175
mercado interno y profundizó el deterioro ambiental en niveles alarmantes;
el ajuste y la condicionalidad del paquete financiero precipitaron la desintegración nacional y de su base material de producción, cancelando opciones que permitan encaminar al país por la vía de un genuino desarrollo
sustentable.
El pueblo mexicano ha sido víctima de fraudes electorales, particularmente los producidos en 1988 y 2006, momentos en los que la gran mayoría
del pueblo mexicano rechaza los términos del programa neoliberal, y los
diferentes sectores productivos del país reclaman por múltiples vías la
puesta en práctica de una política económica alternativa que tenga como
prioridad hacer frente a las necesidades de la economía nacional y al desarrollo justo y sustentable.
Existen alternativas realistas, técnicamente fundadas, que pueden hacer
frente a la crisis económica y financiera atacando de raíz los problemas que
la generaron y la agravan. Se proponen los siguientes lineamientos y criterios
para un plan de decrecimiento y políticas económicas justas y sustentables.
Diagnóstico
El modelo neoliberal que se impuso en México a partir de 1982 se fincó en
dos premisas falaces. La primera es que el libre comercio, lo que se tradujo
en una apertura indiscriminada y abrupta, conduciría al país al paraíso del
crecimiento sostenido.7 La segunda premisa es que la minoración estatal en
la regulación y participación directa en la actividad económica favorece que
las fuerzas del mercado asignen recursos eficientemente y se sitúen en nichos de competitividad para la economía nacional.8 La aplicación de ambas
Años después en que crecía la opinión pública respecto a los efectos negativos del crecimiento económico sobre el medio ambiente, los apologistas del crecimiento como panacea
para resolver todos nuestros problemas se expresaban de la siguiente manera: Baby Bush
solía decir: “El crecimiento es la llave del progreso ambiental, en la medida en que proporciona los recursos que permiten invertir en las tecnologías apropiadas: es la solución, no el
problema”. Gao Feng, responsable del gobierno chino en las negociaciones sobre cambio
climático, afirmaba que “un crecimiento y un desarrollo […] no deben verse sometidos a
trabas” (citado por Taibo, 2010:1 y ss.).
8 El achicamiento del Estado se tradujo en una creciente concentración y centralización de
capital. Una manera popular de expresarlo es ubicando a la oncena de mexicanos más ricos
que poseen al menos mil millones de dólares y más que eso como lo reporta la revista Forbes.
7
176
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
políticas no desembocó en una economía
robusta, capaz de generar las divisas que
toda economía abierta necesita, sino en una
economía desarticulada y vulnerable.
El modelo neoliberal ha fracasado en
todos y cada uno de sus objetivos. Incluso
sus signos de éxito son muy cuestionables.
Se dice que se ha establecido una poderosa
plataforma exportadora. En 2011 las exportaciones manufactureras ascendieron a 350
mil millones de dólares, monto mayor a las
exportaciones de todos los países de América Latina, incluyendo Brasil. Pero de qué
sirve que las exportaciones hayan crecido
exponencialmente si son incapaces de imprimir dinamismo al resto de la economía.9 Fue imposible mantener un ritmo
de crecimiento adecuado y el promedio de crecimiento del PIB durante los
últimos treinta años está por debajo de la tasa de crecimiento de la población. El salario real decreció, el empleo precario aumentó, y se amplió la
desigualdad económica y social. Los rezagos en materia de salud, alimentación, vivienda, transporte e infraestructura también se profundizaron de
manera alarmante.
La obsesión por la estabilidad ha congelado la economía, hecho que
revierte el empeño también obsesivo por el crecimiento. En rigor, lo que se
ha registrado en la larga noche neoliberal en México es un decrecimiento
en el nivel de vida de la población. La definición rígida de la estabilización
…ya sabemos que los neoliberales
gustan de recortar los rubros sociales y aumentar el gasto corriente
(sueldos y gastos suntuarios de los
funcionarios) y el de la seguridad
pública (fuerzas armadas y policía),
porque su ideología y su “inteligencia” les dicta que el autoritarismo y
la represión es la forma correcta de
enfrentar el descontento que generan
los problemas económicos y sociales
entre la población mayoritaria. (Plataforma PT, p. 5)
En 2012 el conjunto de estos oligarcas reunieron una fortuna de 129 700 millones de dólares,
es decir, 4 600 millones más que en 2011, cuando juntaban 125 100 millones, lo que representa un crecimiento de 3.67 por ciento. Más de la mitad de los ricachones aludidos son o fueron
accionistas de ex paraestatales. Y el resto, de uno u otro modo se han beneficiado del retraimiento de la actividad económica del Estado, incluyendo a Joaquín El Chapo Guzmán −líder
del cartel de Sinaloa−, quien es responsable de 25% de las drogas ilegales que entran a Estados Unidos provenientes de México y cuya fortuna es estimada en mil millones de dólares.
9 En 2011, la balanza comercial de México presentó un déficit de 1 166 millones de dólares, dato
menor al saldo deficitario de 3 009 millones de dólares registrado un año antes, según reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). El organismo explica que este
déficit comercial fue resultado de exportaciones totales por 349 677 millones de dólares
en 2011, con un aumento de 17.2% anual, y de importaciones totales por 350 843 millones de
dólares, con un avance anual de 16.4 por ciento.
Desarrollo económico alternativo
177
conduce inevitablemente a un congelamiento o estancamiento de la dinámica económica. Ni los indicadores convencionales, como el ingreso per
capita y el crecimiento del PIB nominal, pueden encubrir esa realidad depresiva, pues incluso el mediocre crecimiento registrado, inferior al crecimiento poblacional, se ha producido en forma tersa y continua.
La baja de la tasa de inflación presentada como uno de los éxitos más
notables de la política de estabilización, en realidad fue un logro temporal
y frágil. Al recurrirse a la estabilización de la paridad cambiaria y a la apertura indiscriminada como puntales de la lucha para controlar y abatir la
inflación, se generaron contradicciones que agravaron el desequilibrio externo. La devaluación del peso frente al dólar no es más que la expresión de
estas contradicciones. Por su magnitud, este desequilibrio debió ser cubierto con recursos financieros atraídos solamente por altas tasas de interés y
no por las posibilidades que podría ofrecer una inversión productiva en una
economía saludable. El capital especulativo vino a ser, en última instancia,
la pieza clave en este esquema, y al retirarse, la inflación recupera su virulencia y peligrosidad. La presente crisis confirma que los logros macroeconómicos de los últimos seis años descansaban sobre bases muy endebles
y esencialmente sobre la permanencia de los capitales especulativos en el
espacio económico de México y el ingreso extraordinario por concepto
de renta petrolera.
Durante los años noventa, la política de apertura fue acompañada de
una política de estabilización del tipo de cambio que condujo inevitablemente a la sobrevaluación del peso frente al dólar. Una de las consecuencias
de ello fue el extraordinario aumento del déficit en la balanza comercial. Las
altas tasas de interés que buscaban atraer recursos financieros del exterior
para financiar el desequilibrio externo, terminaron asfixiando a la planta
productiva interna que, simultáneamente, se vio sujeta a la presión de la
competencia de las importaciones por la apertura indiscriminada de nuestra economía, iniciada en 1986 con el ingreso de México al GATT (Acuerdo
General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio).
La crisis de 1994 reveló que no es posible superar la restricción externa con el modelo de apertura indiscriminada y abrupta. La crisis del modelo neoliberal también hace necesario redefinir el papel del Estado en la
economía mexicana en una dirección que posibilite alcanzar un Estado
democrático con mecanismos que obliguen a la transparencia y a la rendición de cuentas del funcionariado, particularmente de los encargados de
la política económica. Estos mecanismos son indispensables para mantener
178
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
una orientación responsable de la economía que impida la vulnerabilidad
recurrente en que está presa la nación.
Igualmente se debe buscar un Estado que abra los espacios necesarios
para identificar prioridades y directrices para la actividad productiva, y
negociar de manera responsable nuevos acuerdos comerciales y financieros
con el exterior. En particular, los nuevos acuerdos deben ser producto de
procesos de consulta realmente abiertos, en los que se excluya de entrada
la posibilidad de las connivencias cupulares y no representativas de los
diferentes sectores sociales y productivos.
Para construir una economía abierta y saludable no se puede partir de
la idea de que el Estado debe abstenerse de participar en los procesos económicos. No existe experiencia histórica alguna de una economía con un
sector exportador dinámico y exitoso, en la que el Estado no hubiera desempeñado un papel fundamental. Tanto Estados Unidos como los países
europeos, y las exitosas economías exportadoras asiáticas, lograron establecer una base industrial exportadora a través de la intervención activa
del Estado. Dicha participación ha adoptado fórmulas de diversa índole,
regulando la apertura comercial y la inversión extranjera directa y en cartera, instrumentando una política coherente y de largo plazo en materia de
ciencia y tecnología, o adoptando medidas decisivas en materia de promoción de sectores estratégicos y de integración de cadenas productivas,
promoción de exportaciones con un alto contenido nacional, etcétera.
Las respuestas de los gobiernos priistas y panistas a las crisis de 19941995 y 2008-2010 y sus ulteriores desenvolvimientos fueron totalmente erradas.
El diagnóstico que formularon y mantienen desde la élite político-económica
es que la crisis no es del modelo, sino simplemente financiera. De ahí que su
respuesta equivale a acentuar todos los rasgos negativos inherentes a este
modelo económico y a profundizar los efectos de la crisis. La política de
restricción monetaria y crediticia, aunada al drástico ajuste fiscal, no representa una solución a los problemas actuales de la economía mexicana. El
paquete de medidas contraccionistas está intensificando los efectos negativos
de la crisis y, por lo tanto, es urgente frenarlo y cambiar de rumbo.
La gravedad de la situación social hace necesario redefinir la estrategia
económica en un sentido de decrecimiento, el cual deberá sustentarse en
el equilibrio entre un sector exportador articulado y subordinado a las necesidades del país, de forma que dinamice equilibradamente las actividades
productivas y comerciales del resto de la economía. La atención de las necesidades del mercado interno debe volverse una prioridad, y puede lograrse
Desarrollo económico alternativo
179
su compatibilidad en el inmediato y mediano plazos con el objetivo de reorientar y mantener una fuerte capacidad exportadora. Los ejes dinamizadores del desarrollo estable y sostenido deben ser un mercado nacional y
regionalizado en lo interno con creciente poder de compra, un sector público de la economía como instrumento de conducción del proyecto y un
sector exportador restructurado, de alto contenido nacional, de forma que
su comportamiento impulse al conjunto de la economía.
Objetivos
Lo que sigue son trazos programáticos de corto plazo (de un mínimo de
tres años a un sexenio) que aun centrándose en lo económico tienen una
clara perspectiva de justicia y sustentabilidad, al asegurar el desarrollo
para la población mexicana de hoy y de mañana. No fue posible ahora
tratar en toda su magnitud otros aspectos de la sustentabilidad. Sin embargo, sienta las bases para un desarrollo equilibrado que preserve el medio
ambiente, así como elementos políticos para alentar los cambios democráticos indispensables para su correcta aplicación y para la consecución de
sus objetivos. Es una propuesta macroeconómica que deberá ser aplicada
en los ámbitos nacional y regional y creará un entorno más favorable a las
iniciativas de autogestión de los agentes populares organizados local y
sectorialmente.
Los objetivos más generales son los de sentar las bases de un nuevo modelo que permita el desarrollo económico sostenido y sustentable, el mejoramiento de los niveles de vida de la población y la preservación del medio
ambiente.
Medidas como las aquí sugeridas reducirían los efectos negativos de la
crisis y del errático desempeño económico, establecerían las bases para
superar el modelo neoliberal y minimizarían los costos que deberán enfrentarse. Las medidas habrán de reducir los tradicionales sacrificios, por lo
demás inútiles, que acompañan a los programas de estabilización y ajuste
estructural. La lucha contra la inflación se mantiene, pero dejará de ser el
absoluto ante el que se sacrifican dinamismo y bienestar.
El desafío de estos trazos de estrategia económica es la articulación de
los horizontes temporales de corto, mediano y largo plazos que prepare
a la economía y a la sociedad mexicanas para una verdadera fase de desarrollo. En lo inmediato busca rescatar y conservar la planta productiva y
180
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
el empleo. También permite integrar el mercado doméstico a la dinámica
económica, restituyendo las necesidades de consumo (no de consumismo
destructivo) del pueblo mexicano en el nivel prioritario que le corresponde.
Este elemento es fundamental tanto para alcanzar escalas de producción
competitivas, como para generar empleo productivo y estable en beneficio
de la creciente fuerza de trabajo de México.
La premisa básica es el manejo productivo, social, honrado y transparente de las finanzas públicas. Sin embargo, en la medida en que los objetivos del mismo son los de recuperación y decrecimiento sustentable, el
manejo adecuado de las finanzas públicas se convierte en un instrumento
y no en un fin. Las finanzas públicas sanas no necesariamente se expresan
en el equilibrio o el superávit. Entre otras cosas, el buen manejo de las finanzas públicas se logrará reduciendo la carga del servicio de la deuda
pública (externa e interna) y eliminando la corrupción y el manejo discrecional de los recursos del erario público.10 La supervisión del manejo de
los fondos públicos por parte del Congreso de la Unión y de la ciudadanía,
a través de figuras y mecanismos como las contralorías y auditorías ciudadanas, así como los presupuestos participativos sectorizados y territorializados, serán dos de las formas de control más importantes en este
renglón.
Democratizar el proceso de gestión y de toma de decisiones en materia
de política económica es un imperativo. Los cambios democráticos, demanda urgente de la mayoría de la sociedad mexicana, no se reducen a lo
electoral y la independencia y equilibrio de los poderes de la Unión, sino
que abarcan también la democracia directa y participativa, social y económica. Es indispensable que se deje de usar facciosamente al Estado y se
favorezca la independencia y democratización de las organizaciones sociales de obreros, campesinos y empresarios. Es necesaria la intervención y
control de la sociedad sobre la gestión y conducción de la economía. Esta
necesidad es compatible con el reclamo democrático nacional y de un
10
Andrés Manuel López Obrador ha proyectado en su propuesta económica para 2012-2018
obtener 300 000 millones de pesos en ahorros a través de ajustes gubernamentales que
consisten en recortes a los privilegios de la alta burocracia. Una suma similar se conseguiría
mediante el combate a la corrupción. Con esos 600 000 millones se financiarían por lo menos
10 proyectos de alto impacto en generación de empleos; entre esos proyectos se encuentra
un tren bala que una a Cancún con Palenque, el desarrollo del istmo de Tehuantepec, una
mayor vinculación del Atlántico con el Pacífico e inversión en el sector agropecuario.
Desarrollo económico alternativo
181
verdadero Estado de derecho. El diálogo entre los sectores productivos debe
asegurar una genuina representatividad.
Por último, la puesta en práctica de un programa coherente de recuperación económica también necesita un marco de estabilidad política e institucional, por lo que es indispensable lograr una solución negociada de los
conflictos políticos, sociales, sindicales, agrarios, comunales y los concernientes a la consecución de la paz con justicia y dignidad.
Los ejes del dinamismo
económico
Para sustentar una dinámica autosostenible son imprescindibles tres elementos:
En primer lugar, conferir a la estructura económica interna su papel
estratégico en el desarrollo. Suscitar un círculo virtuoso implica la ampliación del mercado interno y enlazamientos locales e intrarregionales concomitantes a la mejora del poder de compra de los salarios e ingresos de la
mayoría de la población. El dinamismo del mercado interno permitiría a
la mayoría de las unidades económicas tener salida mercantil a una producción de nuevo tipo, propiciaría escalas adecuadas de producción y a su vez
ayudaría a la generación de mayores oportunidades de empleo, lo que repercutiría en el fortalecimiento de la dinámica interna. De esta forma la
política social se convertirá en complemento de una política económica que
tiende a mejorar la situación de la mayoría de los mexicanos y no constituirá solo un paliativo ante los estragos de una mala política económica. Una
economía centrada en el mercado interno permite reducir la polarización y
distribuir el ingreso.
En segundo lugar, reorientar y restructurar el sector externo (sector
exportador e importador). En la actualidad, el sector exportador representa un tercio del PIB; los cambios que se proponen deben permitir financiar
las importaciones necesarias y una adecuada modernización de la planta
productiva nacional. El sector exportador no solo debe dejar de ser causante de gran parte del déficit comercial, sino que debe estimular a la industria
nacional, permitir escalas adecuadas de producción, multiplicar los empleos
y transformarse en una fuente que aporte divisas. Para ello se necesita
integrarlo al resto de la economía a fin de propiciar que las exportaciones
tengan un creciente contenido nacional. De igual manera es necesario ampliar
182
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
la base exportadora ya que en la actualidad alrededor de 300 empresas
son las responsables de la mayoría de las exportaciones. En una primera
etapa la ampliación de la planta exportadora se hará indirectamente en la
medida en que se vaya aumentando, con programas y políticas de fomento
definidas, el contenido nacional de dichas exportaciones.
Para enfrentar la globalización hegemonizada por las grandes corporaciones y potencias debe emprenderse una genuina diversificación de nuestras relaciones con el exterior, penetrando nuevos mercados, lo cual
evitará la concentración en el bloque norteamericano y europeo. Un elemento decisivo y de carácter histórico es la integración con América Latina
y el Caribe. Es preciso afianzar en primera instancia la integración mesoamericana y caribeña. Simultáneamente integrarse a mecanismos como el Mercado Común del Sur y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
América (Mercosur y Alba) y a partir de ahí proponer una integración que
abarque a toda la Patria Grande. El estrechamiento de relaciones estratégicas con China, India, Sudáfrica y Rusia es fundamental para reinstalar a
México como jugador global independiente. México debe fungir de puente
de diálogo verdadero entre el Norte y el Sur. Una política de carácter intercontinental: América Latina y el Caribe-África-Oceanía-Asia será fundamental para cimentar un nuevo orden económico y político mundial.
El tercer eje dinamizador de la economía es el sector público. La empresa pública, y particularmente su sector energético, debe volver a ser una
palanca del desarrollo nacional. No se trata solo de una fuente de recursos para el presupuesto gubernamental, sino de un sector estratégico de la
economía que impulse al conjunto. No solo es cuestión de soberanía sobre
los estratégicos recursos naturales que constitucionalmente son propiedad
de la nación, sino de hacer jugar dichos recursos como palanca del desarrollo. La inversión y compras gubernamentales se convertirán en dinamizadores y orientadores de un plan de desarrollo de largo plazo, sin que ello
minimice el peso de la inversión privada. Hay que promover, pero también
orientar la iniciativa de los particulares. La modernización y construcción
de nuevas refinerías11 y plantas petroquímicas son centrales para abandonar
11
Andrés Manuel López Obrador propone construir para el periodo 2012-2018 cinco grandes
refinerías: Tula, Hidalgo; Salamanca, Guanajuato; una más como ampliación de la instalada
en Salina Cruz, Oaxaca; otra en Dos Bocas, de Paraíso, Tabasco; y una más en Atasta, estado
de Campeche.
Desarrollo económico alternativo
183
la lesiva e irracional prioridad de privilegiar la explotación primaria de hidrocarburos, cuyas reservas por lo demás han entrado a una fase de agotamiento que se antoja irreversible. Por esta razón, las inversiones públicas
y privadas deberán dirigirse a la generación de valor añadido y al encadenamiento del sector energético e industrial.
El financiamiento del desarrollo debe basarse fundamentalmente en
recursos internos, pero ello no excluye la atracción de inversión extranjera directa y regulada para que se integre y colabore en un definido y realista proyecto de desarrollo de largo plazo, que no puede dejarse en exclusiva
a las llamadas fuerzas del mercado, es decir, a los monopolios nacionales y
extranjeros.
Ajuste del sector externo
Las principales variables macroeconómicas deben estabilizarse, pero no a
costa de ahogar a la economía ni de contribuir al desmantelamiento de la
planta productiva. La única manera de flexibilizar el uso de los instrumentos
de la política monetaria, fiscal y crediticia para ponerlos al servicio de una
estrategia económica, es aliviando la presión que actualmente existe sobre
el sector externo. En la medida en que el déficit externo se reduzca, disminuirá la presión sobre el tipo de cambio y sobre la tasa de interés. La reducción de la presión sobre el sector externo permitirá mantener un tipo de
cambio competitivo sin llegar a la secuencia de macrodevaluaciones características de los ajustes contraccionistas de los últimos sexenios. De esta
forma se podrá escapar de la espiral devaluación-inflación.
Un paso imprescindible es abandonar los condicionamientos impuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) a
través de paquetes de rescate y de los acuerdos anuales que imponen la
obligación de instrumentar una rígida política contraccionista en momentos
de crisis y de estancamiento que mina la planta productiva y el dinamismo
económico.
Las obligaciones de rendir cuentas a las autoridades económicas externas, hipotecar la factura petrolera de exportación y profundizar el proceso de privatización y desregulación representan una pérdida de control
sobre las principales decisiones estratégicas en materia de desarrollo económico, y no constituyen una respuesta a los problemas económicos del
país.
184
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Renegociación de la deuda externa
Durante la crisis de 1994-1995, era evidente que el alivio de la presión sobre
el sector externo suponía, como un primer paso, renegociar la deuda externa pública y privada en términos de autonomía, y no como se hizo, cediendo en aspectos torales de soberanía nacional y socavando las posibilidades
de una renegociación internacional desde el Sur que evitara lo que ulteriormente aconteció, el encadenamiento sistémico: crisis en Brasil, Argentina,
Rusia, Indonesia, Malasia, Corea del Sur, etcétera.
Muchas voces sensatas, y no solo planteos encasillados en radicalismos ideológicos, ofrecieron soluciones duraderas. Se trataba de un requisito indispensable para poder reorientar todo el modelo económico. La deuda
externa total mexicana (pública y privada, incluyendo los bonos de deuda “interna” gubernamental en manos de extranjeros) equivalía en marzo de
1995 a 73 por ciento del PIB, y sus obligaciones a lo largo de 1995, según
el Departamento del Tesoro estadounidense, eran de 81 mil millones de
dólares.
Diecisiete años después, y no obstante haber pagado cuantiosos montos
que sobrepasan en mucho las “quitas” y reducciones derivadas de las renegociaciones, la deuda externa total mexicana ascendía a 281 050.9 millones
de pesos (al cierre de 2011), es decir, representaba alrededor de un tercio del
producto interno bruto.
El desendeudamiento registrado en la administración Fox se ciñó a los
parámetros impuestos por la banca internacional en la renegociación salinista, basados en una estrategia que pospone los costos de su servicio, convirtiendo deuda externa en interna, con el pretexto de aminorar la presión por
riesgos cambiarios y de obtener mejores condiciones de plazo y pago, realizar
pagos adelantados del principal y/o de los intereses, reprogramar el pago por
amortizaciones y pago de intereses para evitar su excesiva acumulación en
un año determinado, así como mantenimiento de un coeficiente no escandaloso deuda/PIB que dé la apariencia de un manejo adecuado de las finanzas
públicas y cuentas con el exterior. Lo cierto es que los millonarios recursos
de la renta petrolera aplicados al desendeudamiento se desvanecieron con el
crecimiento exponencial de la deuda en la siguiente administración panista.
Tarde que temprano el problema de la deuda (problema que engloba
las deudas internas y externas, públicas y privadas, y con acreedores nacionales e internacionales) resurgirá con virulencia. De manera que más vale
tener presente algunos principios torales, como los siguientes:
Desarrollo económico alternativo
185
En primer lugar, el objetivo de mantener el servicio de la deuda externa
e interna en su tendencia actual (montos y estructura) es incompatible con
el de un sano dinamismo económico y, de seguir su curso, en el medianolargo plazo resultará impagable.
En segundo lugar, por su magnitud y por las repercusiones que la fragilidad financiera y monetaria actual puede acarrear, la renegociación de la
deuda externa de México y de otras naciones endeudadas es un imperativo
para asegurar la estabilidad y creación de un nuevo sistema financiero internacional.
En tercer lugar, la renegociación o renegociaciones flexibilizando la
perspectiva política deben enmarcarse en el principio de corresponsabilidad.
Desde la renegociación de 1989, este principio ya fue reconocido por la
comunidad financiera internacional. De nuevo los acreedores deben asumir
su responsabilidad y procurar, de manera constructiva, contribuir a salir
del atolladero en el que se encuentra el sistema financiero internacional.
Los acreedores no deben olvidar que, mientras mantienen sus colocaciones
en los llamados mercados emergentes, sus niveles de rentabilidad han sido
extraordinariamente altos.
La banca internacional europea ha anunciado quitas a la deuda griega
(primer trimestre de 2012), las cuales se hacen, empero, en situaciones
extremas y condicionadas a la autoritaria aplicación de paquetes neoliberales de ajuste y estabilización de graves consecuencias sociales. Tal como
ha ocurrido en la larga noche neoliberal en los países sometidos a los dictámenes del Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y de otras instituciones financieras internacionales.
El manejo de la crisis griega que se presentó como verdadera tragedia,
ahora se devela como la gran farsa, tal como aconteció con México.
La quita de la deuda griega pospone y canjea-transfiere deudas de banqueros a la esfera pública para restablecer condiciones de tributación dificultando ulteriores renegociaciones. Se pretende reducir la deuda, ubicada
en la actualidad en más de 160 por ciento del PIB (curiosamente, tres años
antes, en 2009, la deuda en relación con el PIB representaba 115 por ciento,
de manera que con todo y rescate financiero se registró el mayor incremento histórico de la deuda en Grecia), hasta 120.5 por ciento en 2020, siempre
y cuando la economía helénica crezca a más de 2 por ciento anual y se genere superávit fiscal. En los últimos veinte años, Grecia ha pagado por la
deuda el doble del importe de la deuda en su nivel actual y, sin embargo,
sigue en ascenso y desviando recursos públicos a los banqueros. En 2012,
186
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
de los 212 000 millones de euros del presupuesto griego, 87 000 millones
están destinados a los servicios de deuda (vencimientos, intereses, mantenimiento), mientras que partidas como la relativa a educación reciben solo
5 000 millones de euros.
El plan de quitas −conocido como Participación del Sector Privado− lo
aprobó en febrero de 2012 un parlamento griego dividido. Si bien esa participación contempla el canje de títulos de valor depreciado por 107 000
millones de euros tenidos en su mayoría por inversores privados, los beneficios para Grecia son dudosos. El economista Leonidas Vatikiotis lo pone
en duda al sostener que el nuevo préstamo de la Unión Europea (UE) y el
Fondo Monetario Internacional supondrá 130 000 millones de euros (este
préstamo está dirigido a financiar el proceso de quita y el remanente retenido
en una cuenta bloqueada y supervisada por la UE para cubrir el pago de la
deuda), lo que, no obstante la quita de 107 000 millones, deja un saldo de
23 000 millones de euros adicionales, que se sumará al actual monto de la
deuda griega estimada en unos 360 000 millones de euros.
De los 130 000 millones del nuevo crédito, 30 000 millones de euros en
dinero líquido serán utilizados como “incentivo” para la banca privada extranjera, y al menos otros 35 000 millones se destinarán a recapitalizar los
bancos griegos, a pesar de que según los cálculos del Centro de Planeamiento e Investigaciones Económicas (KEPE), las pérdidas de estas instituciones
no serán mucho mayores a 17 600 millones de euros. La mayor carga la
soportarán los fondos de pensiones públicos de Grecia, que poseen unos
30 000 millones de euros y perderán unos 12 000 millones de euros. Aunque
se ha prometido una indemnización, transfiriendo recursos públicos a estos
fondos, se cree que será insuficiente pues se trata de propiedades cuyo
valor inmobiliario decrece cada día.
Otro de los problemas es que los nuevos bonos se emitirán bajo jurisdicción británica. Esto permitirá a los tenedores de la deuda reclamar propiedades del Estado griego en caso de impago de los bonos. El acuerdo
daría derecho a los acreedores a confiscar las reservas de oro del Banco
Central de Grecia.12
Por eso en un proceso de renegociación genuino se deben buscar sistemas de garantías que no estén acompañados de restricciones a la política
12
Información proporcionada por el economista Leonidas Vatikiotis y el ministro de Finanzas,
Evangelos Venizelos, a la agencia EFE/Andrés Mourenza, 3/3/2012.
Desarrollo económico alternativo
187
económica, derivadas de una condicionalidad y pérdida de soberanía sobre
las decisiones de estrategia económica.
Las renegociaciones anteriores han desembocado, en el mejor de los
casos, en paliativos, y en el peor, en esquemas de mayor endeudamiento
para pagar adeudos anteriores. Los esquemas de mayores préstamos no
deben desecharse, pero, tomando en cuenta que la actual crisis no es una
simple crisis de liquidez (en cuyo caso tendría sentido pensar en nuevos
préstamos) sino de insolvencia generada por el fracaso del modelo neoliberal, los esquemas de nuevos préstamos (dinero fresco) no deben ser priorizados en la estrategia de renegociación.
La renegociación de la deuda debe buscar llevar a cabo reducciones
significativas en el saldo de la deuda con el fin de reducir la carga por pago
de intereses y, en el mediano plazo, por amortizaciones. Las reducciones en
el principal pueden realizarse en momentos favorables, como es la práctica
internacional, tomando como punto de referencia el valor de la deuda en
los mercados secundarios internacionales. De este modo, la economía mexicana en su conjunto se beneficia con el monto del descuento que se registra
en los mercados.
El monto eliminado del saldo principal debe ser lo suficientemente
importante para asegurar que se reduzca la presión derivada de la carga
por servicio de deuda y se puedan lograr los objetivos económicos de protección de la planta productiva y generación de empleo. Esto puede lograrse incluso al determinar el monto de las quitas sobre una parte del saldo de
la deuda existente en la actualidad. Así, el peso de las reducciones en el
saldo de la deuda debe descansar sobre lo que técnicamente se conoce
como deuda nueva, es decir, aquella pactada a partir de 1989.
La futura revisión de la deuda debe someterse a una auditoría independiente que permita, en primer lugar, liberar las decisiones de política
económica de los condicionamientos impuestos, más aún los que sean
violatorios de nuestra Constitución en sus artículos 25, 26, 41, 73 y 74, mismos que son nulos de pleno derecho.
Los acreedores deben reconocer, como se ha demostrado en la literatura técnica y en diversas experiencias concretas, que la reducción del
principal implica ventajas para todas las partes involucradas, ya que a
través de quitas al principal utilizando un sistema adecuado de garantías
se reduce la incertidumbre para los acreedores.
La renegociación de la deuda también debe abocarse a modificar el
perfil de los vencimientos de la deuda externa. Entre otras medidas, se debe
188
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
buscar establecer periodos de gracia lo suficientemente largos para permitir a la economía nacional un sostenido dinamismo.
Además, la renegociación debe buscar reducciones en las tasas de interés. Este objetivo es particularmente importante en el contexto actual en que
las tasas de interés están a la baja en los mercados financieros internacionales. En la medida de lo posible, la renegociación deberá lograr en el caso
de tasas de interés móviles que la tasa de interés permanezca por debajo de
las tasas de interés de referencia (o de una combinación o canasta de tasas
de interés). En el caso de tasas fijas, que estas sean lo suficientemente bajas
como para reducir de manera significativa la carga del servicio de la deuda.
La primera medida en el proceso de renegociación de la deuda consistirá en convocar a los acreedores internacionales (banca multilateral, bancos
centrales, bancos comerciales) con el fin de establecer un mecanismo preventivo de renegociación de la deuda antes de llegar a situaciones extremas.
De no atenderse este llamado de inmediato, se debe recurrir a una suspensión
de pagos que haga perentorio el llamado a la renegociación de la deuda. El
llamado a los acreedores debe incluir una referencia clara a la necesidad de
redefinir las relaciones económico-financieras para resolver los problemas
que encara el sistema financiero internacional.
Se debe mantener una estrategia de renegociación diferenciada según
el tipo de acreedores. En el caso de los fondos que administran recursos de
miles de particulares y que se han dedicado a colocar capitales en instrumentos de corto plazo, se puede proceder a organizar comités similares a
los que permitieron la renegociación con la banca comercial en el pasado.
Estos nuevos comités pueden definir reglas de procedimiento ya sea por
consenso o por mayoría, o de manera más casuística; pero la multiplicidad
de acreedores no debe constituir un obstáculo para la renegociación.
La exigencia de renegociación de la deuda en el corto plazo puede agudizar la inestabilidad financiera. Para hacerle frente, temporalmente se establecerá un control de cambios y restricciones a la circulación del capital.
El control de cambios tiene una eficiencia limitada en términos de evitar la
fuga de capitales y no deja de tener riesgos, pero los costos de seguir con
la actual política de endeudamiento son mucho mayores.
El tipo de cambio
La estabilidad del tipo de cambio debe concebirse como un instrumento,
no como un fin al que se subordina toda la política económica. La estabilidad
Desarrollo económico alternativo
189
se logra a través de las diferentes medidas que reducirán la presión sobre
el mercado cambiario. En cualquier caso, se instrumentará una política de
tipo de cambio real y se evitará la sobrevaluación del peso, excluyendo así
bruscas devaluaciones y desincentivando la fuga de capitales.
Las reservas internacionales del Banco de México deben redimensionarse a un nivel adecuado (pueden estimarse en un monto equivalente a
seis meses de importaciones). Este nivel será la consecuencia directa de la
renegociación de la deuda externa e interna y de la revisión de la apertura
del sector externo. Una vez alcanzada, la estabilidad cambiaria puede mantenerse sin demasiados desajustes.
El mantenimiento de la estabilidad cambiaria podrá seguir políticas de
tipos de cambio dual o diferenciados (con niveles de fluctuación en determinadas bandas) con el fin de garantizar el funcionamiento adecuado de
actividades estratégicas.
La devaluación ha tenido un impacto inflacionario, por lo que debe evitarse este fenómeno. La lucha contra las presiones inflacionarias debe
sustentarse en bases más sólidas que las utilizadas durante los últimos años
(apertura comercial, tipo de cambio sobrevaluado y caída salarial).
El manejo del tipo de cambio que proponemos supone revisar la seudoautonomía del Banco de México, independiente del pueblo pero dependiente de la élite financiera.
Redefinición de la apertura comercial
Se propone esta medida como un elemento para disminuir la presión sobre
el sector externo, atacando el desequilibrio que implica el déficit comercial.
En este rubro se distinguen, en primer término, objetivos de mediano y
largo plazos, así como los lineamientos e instrumentos para llevarlos a
cabo; en segundo término se plantean una serie de medidas de emergencia
para enfrentar la ralentización de la economía.
Para reducir el déficit de cuenta corriente no solo hay que atacar el lado
comercial, sino todos sus componentes. La renegociación de la deuda externa e interna en manos de extranjeros tendrá efecto directo en la disminución de transferencias al exterior, lo cual incidirá en la disminución del
déficit de cuenta corriente. En cuanto al aspecto comercial, hay que enfrentar la raíz del problema, que es el tipo y la forma de apertura comercial que
ha seguido nuestro país, y tener una política industrial que propicie la integración de las cadenas productivas para aumentar el contenido nacional de
190
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
nuestras exportaciones. A la vez, en el corto plazo, deberá aplicarse una
serie de medidas inmediatas para reducir las importaciones y mantener al
mismo tiempo las de carácter indispensable para la actividad productiva.
Los presentes criterios no se sostienen en una postura proteccionista
tradicional, ni pretenden un país de economía cerrada, pero tampoco descansan sobre la falsa premisa de que el libre comercio es capaz de provocar
por sí solo los equilibrios económicos necesarios ni mucho menos el desarrollo sustentable de nuestro país. El comercio internacional y la apertura no son un objetivo, sino un medio o palanca al servicio de un proyecto
nacional de desarrollo. Debe abandonarse la errónea idea de dejar a las
fuerzas del mercado nuestra ubicación en la división internacional del trabajo y en el comercio mundial. Nuestra ubicación debe definirse en el marco de una estrategia de largo plazo, con base en las potencialidades de
nuestro país para ir logrando un sector exportador con alto contenido nacional, que sea competitivo y, al mismo tiempo, capaz de atender las necesidades del mercado interno. El propósito es ofrecer el marco de referencia
para organizar y regular nuestra apertura comercial con objetivos y plazos
que reorienten, redimensionen y desmonten la actual base y lógica de la
plataforma exportadora-importadora dependiente, monopolista y transnacionalizada.
El proyecto neoliberal seguido por nuestro país en los últimos 30 años
plantea que el motor del crecimiento estaría en la industria exportadoraimportadora, pero en la realidad, aun cuando ésta ha crecido, no es motor
del resto de la economía. El déficit comercial mexicano se debe fundamentalmente al alto grado de importaciones que requieren nuestras exportaciones. Por ello, el crecimiento de las exportaciones no jala al resto de la
economía. Ello ha implicado que al crecer nuestras exportaciones, también
crecen nuestras importaciones.
Unos cuantos datos revelan las limitaciones y efectos nocivos de la
apertura indiscriminada llevada a cabo por los gobiernos neoliberales del
PRI y del PAN. El gobierno afirma que las crecientes importaciones se deben
al proceso de modernización de la planta productiva, pero esto no es así.
En promedio solo una quinta parte de nuestras importaciones son de bienes
de capital, cuando en 1982 eran una tercera parte. Más de 70 por ciento de
nuestras importaciones son materias primas, muchas de las cuales fueron
alguna vez producidas en el país. La apertura indiscriminada ha fortalecido
una tendencia desindustrializadora y maquilizadora de nuestra economía,
como lo indica el hecho que las importaciones como porcentaje del PIB
Desarrollo económico alternativo
191
pasaron de 12.88 a 19.4 por ciento entre 1989 y 1994, y que en 2011 ascendieron a un tercio del producto interno bruto.
En 1994, 83 por ciento de nuestras exportaciones eran manufacturas,
pero más de la mitad de ellas provenían de la industria maquiladora, que
cada vez incide menos en el resto de la economía: en 1989 esta industria se
surtió de insumos nacionales solo en 1.55 por ciento y en 1995 lo hizo en
1.39 por ciento, situación que se mantiene prácticamente igual. Por otro
lado, también las exportaciones manufactureras que no son maquila tienen
cada vez menos contenido nacional, y por ello, excepto la de minerales no
metálicos, todas las ramas de la manufactura registran déficit comerciales
por largos periodos. La manufactura tiene un déficit comercial en el que
colaboran de manera fundamental las ramas altamente exportadoras, como
la química y petroquímica, y la de maquinaria y equipo, que incluye la automotriz. La apertura debe replantearse radicalmente para propiciar la integración de las cadenas productivas y aumentar sustancialmente el
contenido nacional de nuestras exportaciones.
Nuestra propuesta pretende enfrentar, en el mediano plazo, las causas
de fondo del desequilibrio comercial. A la vez, avanza en un proyecto de desarrollo sostenido y sustentable viable en el actual contexto internacional.
Sin embargo, ello implica redefinir nuestros compromisos internacionales.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y sus clones
(los 14 TLC suscritos a la fecha) imponen una serie de limitaciones muy
severas a la política económica del gobierno de México.
Por tal razón es imprescindible iniciar un proceso de renegociaciones
comerciales y de inversiones, particularmente del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y del Tratado de Libre Comercio con la Unión
Europea (TLCUE). Algunos de los elementos fundamentales y de más urgente revisión son los siguientes.
Es indispensable modificar el capítulo de reglas de origen, ya que en él
se pactaron reglas que tienden a agudizar el problema al plantear únicamente el requisito de contenido de la región norteamericana y no exigir ningún
contenido nacional. Si el comercio internacional ha de convertirse en una
palanca de un proyecto nacional de desarrollo sustentable, hay que fijar
reglas de origen que estipulen porcentajes de contenido nacional.
También es indispensable modificar lo pactado en el capítulo de inversiones. Necesitamos inversión extranjera pero orientada por un proyecto
nacional de desarrollo, y el TLCAN nos deja prácticamente sin instrumentos
para canalizarla al ámbito productivo y ponerle requisitos de desempeño
192
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
que tiendan a integrarla y convertirla en dinamizadora del resto de la economía. Por supuesto, esta renegociación implica también replantear otros
elementos del capítulo que tienen que ver con regulaciones del capital especulativo o golondrino para tener instrumentos que eviten situaciones como
las que estuvieron en la base de la crisis que explota en diciembre de 1994.
Por supuesto, los tratados o acuerdos internacionales deben incluir
facilidades para la transferencia de tecnología, lo que no es el caso del capítulo de propiedad intelectual del TLCAN, que solo penaliza la piratería sin
ningún pacto sobre transferencia tecnológica.
En esta revisión se excluirá del TLCAN y demás TLC el grupo de granos
básicos (principalmente maíz y frijol), por razones sociales, de estabilidad
política y de seguridad alimentaria.
Hay que redefinir los sectores y plazos de nuestra apertura comercial
en un plan maestro concertado con los sectores productivos que tenga como
objetivo lograr un sector exportador de alto contenido nacional, competitivo internacionalmente, a la vez que una planta industrial que pueda competir también en su propio mercado interno con los productos importados.
Ello no quiere decir protección indiscriminada; simplemente no hay que
dejarle a las fuerzas del mercado nuestro proyecto de país, sino definirlo
realistamente y usar todos los instrumentos económicos disponibles para
ir avanzando en su consecución. Todo ello supone una política industrial
como base de nuestra política de comercio exterior.
La revisión y redefinición deben incluir otro aspecto fundamental, que
es la eliminación de las restricciones que los capítulos de Energía y Petroquímica Básica (VI), Compras del Sector Público (X), Inversión (XI), Política
en Materia de Competencia, Monopolios y Empresas del Estado (XV) y
Propiedad Intelectual (XVII) imponen a la intervención del Estado en la
conducción de un proyecto de desarrollo nacional. No se propone un Estado inhibidor de la iniciativa de los particulares ni omnipresente, pero sí uno
que conserve la posibilidad de conducir y regular la economía en función
de un proyecto nacional.
Es indispensable quitar las severas condiciones y restricciones inconstitucionales en el manejo de nuestros recursos estratégicos, como el sector
energético.
Esta revisión se completará incluyendo los aspectos sociales, laborales
y ambientales que aseguren y eleven los derechos de trabajador@s, migrantes y consumidores, y en general protejan los derechos humanos y sociales
de la población. En este ámbito, la base debe ser una legislación internacional
Desarrollo económico alternativo
193
ratificada por todas las partes. Ello implica la ratificación por todos de una
serie de convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la
Convención Interamericana de Derechos Humanos y otros sobre asuntos
ambientales.
Para poder enfrentar eventuales situaciones de emergencia con medidas
excepcionales que reduzcan las importaciones, lo que puede hacerse con
base en salvaguardas y medidas de excepción acordes con las prácticas
internacionales y permitidas por la Organización Mundial del Comercio, es
necesario replantear otro aspecto del TLCAN: Medidas de Emergencia (VIII)
y Excepciones (XXI), que no dejan margen de maniobra al Estado para enfrentar la emergencia y crisis de la balanza de pagos. El artículo 2104 del
TLCAN no solo condiciona la aplicación de medidas a que sean aprobadas
por el FMI, sino que en el párrafo 5 (d) expresamente afirma que las medidas
“no podrán tomar la forma de sobretasas arancelarias, cuotas, licencias o
medidas similares”, es decir, ni siquiera en una crisis de la balanza de pagos
se puede regular la apertura.
Si el gobierno no ha atendido el reclamo de varios sectores empresariales de aplicar las salvaguardas y excepciones pactadas en el TLCAN no es
solo por falta de voluntad política, sino debido a que no quiere reconocer
que el tratado no cuenta con instrumentos de fondo para enfrentar la emergencia. Se reconocen en principio, pero el cuerpo del artículo 2104 en sus
párrafos 2 a 7 las limita hasta prácticamente anularlas.
Las crisis y el magro desempeño de la economía en la larga noche neoliberal imponen la necesidad de revisar la política comercial de apertura
indiscriminada que anima el actual modelo. En caso de recibir respuestas
desfavorables, el país debe notificar a todos nuestros socios comerciales (y
no solo a los que están fuera de los TLC ya firmados) que México se ve en
la imperiosa necesidad de adoptar, temporalmente, medidas de excepción.
En consulta con los sectores productivos, se procederá a establecer una
sobretasa arancelaria en las fracciones de la nomenclatura arancelaria que
así lo ameriten. También se establecerá el sistema de cuotas y régimen de
permiso previo para bienes de consumo, se incrementarán los impuestos y
se restringirá la importación de bienes de consumo de carácter suntuario.
En segundo lugar, se trabajará de manera conjunta con las organizaciones
empresariales con el fin de identificar sectores productivos en los que sea
posible establecer de inmediato el régimen de permiso previo a la importación para clases y grupos de insumos intermedios sin que se presenten
problemas de desabasto.
194
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Ajuste para el decrecimiento, el empleo y la mejora
en las condiciones de vida
Financiamiento del desarrollo
La viabilidad de cualquier proyecto de desarrollo depende, entre otros
elementos, de la posibilidad de financiarlo. En la actual situación de la economía mexicana, ello tiene especial complejidad.
La estrategia económica seguida durante los últimos treinta años ha
privilegiado la atracción de capitales extranjeros, pero en los hechos ha captado principalmente capital de naturaleza especulativa. No puede decirse
que haya existido una política de financiamiento del desarrollo por la vía de
la inversión extranjera, dado que solo 27.15 por ciento de los 98 301 millones
de dólares de inversión extranjera que ingresó al país durante el sexenio de
Carlos Salinas de Gortari fue directo a la planta productiva; el resto fue altamente especulativa (72.85 por ciento). Hay que reconocer que una parte de
dicha inversión especulativa tuvo un efecto indirecto en la planta productiva,
la que corresponde a acciones de empresas, pero otra fue en bonos de deuda gubernamental, cuyo exclusivo atractivo son los altos rendimientos y
prácticamente no tienen conexión con el aparato productivo del país ni generan empleos (44.5 por ciento). Durante el sexenio salinista, en el mejor de
los casos, de la inversión extranjera solo la mitad (55.5 por ciento), es decir,
54 600 millones de dólares (9 100 millones de dólares en promedio anual),
constituyó propiamente financiamiento de la planta productiva, con el agravante de que más de la mitad de dicha inversión productiva no dejaba de ser
especulativa. Por supuesto, apenas una fracción ínfima de estos recursos fue
destinada al desarrollo social. Tras la crisis económica desatada en diciembre de 1994, dichos flujos se detuvieron. Súbitamente México tuvo acreedores, no inversionistas.
Tampoco la antigua estrategia de financiamiento por la vía de contratación de deuda externa es plausible. Además de que el financiamiento por la
vía de la deuda externa está restringido por el mismo mercado, no es conveniente para el país porque estamos en una situación en que el sobrendeudamiento se convierte en presión y ya tenemos dramáticas experiencias de
insolvencia. Como ocurrió en 1994, cuando la deuda pública y privada con
acreedores extranjeros llegó a 69.3 por ciento, y en marzo de 1995, a 73 por
ciento del PIB. Lo más grave es que, según fuentes del Departamento del
Tesoro estadounidense y del Banco de México, los vencimientos para 1995
Desarrollo económico alternativo
195
ascendían a 81 000 millones de dólares. El endeudamiento externo en la
actualidad no puede ser una fuente sana de financiamiento salvo que su
contratación se dé en montos razonables y aprovechando las bajas tasas
de interés de algunos mercados.
México necesita de manera urgente una estrategia de financiamiento
del desarrollo acorde con la situación real. Es imperativo plantear nuevos
mecanismos de financiamiento que nos alejen de la dependencia de fuentes
externas, para movernos hacia una utilización de los recursos internos que
siga prioridades distintas de las actuales.
La consigna de incrementar el ahorro interno neto (el cual pasó de 12.8
por ciento del PIB en 1981 a 5.8 por ciento en 1994, y que en la actualidad
no supera sus montos históricos) es la única opción, pero no podrá instrumentarse si continúa la política de represión salarial y de restricción de la
demanda interna que sucesivos gobiernos de la República han llevado a
cabo desde 1982. La drástica caída de la participación de los salarios en el
ingreso nacional debe ser revertida para que la mayoría de la población
tenga posibilidades de asignar al menos parte de sus ingresos al ahorro.
En este contexto, proponemos los siguientes principios para estructurar un programa de financiamiento del desarrollo acorde con la situación
del país:
» El primer paso para posibilitar el financiamiento del desarrollo es
una renegociación ahora, no cuando sobrevenga la insolvencia o la
falta de liquidez, del total de la deuda, tanto interna como externa
y tanto pública como privada. Respecto a la deuda externa ya hemos
hecho propuestas y más adelante trataremos la deuda interna. No
se puede financiar programa de desarrollo alguno si las transferencias externas netas vuelven a ubicarse por encima de 6 por ciento
del PIB y una proporción tan alta del presupuesto gubernamental
se dedica al servicio de su deuda, menos aún cuando dicha deuda
está en manos de extranjeros y gran parte de los recursos destinados a este servicio salen del país.
» Incentivar el ahorro interno no es cuestión solo de instrumentos
financieros, sino fundamentalmente de condiciones macroeconómicas. Supone un contexto de dinamismo económico y elevación de
la productividad, además de una población con creciente poder
de compra, lo que implica una política de redistribución del ingreso.
Una población pobre no puede ahorrar; empresas ineficientes y
196
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
estancadas, tampoco. Se necesita el ahorro interno para financiar la
economía, y a la vez la dinámica económica posibilitará un mayor
ahorro interno. En este nuevo contexto económico tendrán efecto los
incentivos fiscales que premien el ahorro a largo plazo, así como nuevos instrumentos en el sistema financiero que premien ese ahorro.
Sin embargo, no basta incrementar el ahorro interno, hay que crear
instrumentos para orientarlo principalmente al área productiva y
según las prioridades definidas en un plan nacional de desarrollo de
largo plazo concertado participativa y democráticamente.
Crear bonos con propósitos específicos, tales como bonos de
infraestructura, ecológicos, de salud, etcétera. Promover el ahorro
implica también potenciar a la vez que proteger todas las formas
de ahorro popular, muchas veces informales, como las cajas de
ahorro y crédito, las tandas; así como extender el sistema bancario
y de microfinanzas hacia las zonas rurales.
» Otra fuente de recursos para el desarrollo es eliminar la corrupción.
El volumen de recursos presupuestales que se desvían en corrupción
es sumamente alto. Un elemento clave contra la corrupción es
acabar con la discrecionalidad en el uso de grandes partidas presupuestales. Se estima que aproximadamente 30 por ciento del
gasto público es usado en forma altamente discrecional, lo que
posibilita financiar al partido de gobierno. La reasignación de estos
recursos presupuestales poniendo como prioridad el desarrollo,
que incluye no solo crecimiento sino desarrollo social, permitirá
impulsar el financiamiento productivo. Hay que acabar con los
sobornos en todos los niveles, para lo que se requieren sistemas
de supervisión no solo separados del Poder Ejecutivo y en manos de
la Auditoría Superior de la Federación sino mecanismos de supervisión social como las figuras de contralorías y auditorías ciudadanas.
También hay que tender a desmantelar la doble estructura administrativa del gobierno federal, que tiene delegaciones federales
paralelas a las unidades administrativas de los estados.
» Es necesaria una reforma fiscal integral, de la que hablaremos en
un apartado especial. Se pretende aumentar los recursos públicos
sin aumentar la carga fiscal global vía la ampliación del universo de
contribuyentes, no con base en el hostigamiento sino en una profunda simplificación. Además, en la medida que la implementación
de esta propuesta incentive la economía, el empleo y los ingresos de
Desarrollo económico alternativo
197
la población, la recaudación será mayor sin incrementar la carga
sobre los agentes económicos. Pero, sobre todo, como veremos, la
reforma fiscal implica una redistribución más justa de las cargas
fiscales y un paquete de incentivos a la inversión productiva y a la
creación de empleos.
» Un manejo más eficiente de las empresas públicas con dos objetivos:
aumentar los recursos y utilizar tales empresas como palanca del
desarrollo. La política de privatizaciones no ha sido exitosa en
términos de fuente de financiamiento del desarrollo, ya que en los
hechos los recursos recabados se han usado para pagar deuda
gubernamental tanto interna en manos de extranjeros como externa. Se enajenó el patrimonio nacional y los recursos provenientes
de ello salieron del país en una gran proporción.
» Es preciso diseñar mecanismos para una utilización más ágil y más
transparente del ahorro manejado a través del Sistema de Ahorro
para el Retiro (SAR), del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS),
del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del
Estado (ISSSTE) y de los distintos institutos y fondos públicos que
canalizan el dinero de los asalariados, sin que ello implique desviar
su uso de los fines para los que fueron diseñados, pero sí liberar un
mayor monto de recursos para el desarrollo social. Dichos recursos
deben manejarse con transparencia y para ello hace falta crear
reales mecanismos de vigilancia, pero también deben canalizarse
a proyectos productivos del sector público de alta rentabilidad y
mínimo riesgo. Los dividendos generados por dichos recursos deben
recapitalizarse totalmente a favor de los trabajadores en los mismos
fondos de los que fueron tomados. De esta forma, a la vez que se
hacen crecer más rápidamente los fondos sociales de pensiones y
retiro, constituyen una fuente de financiamiento de empresas públicas estratégicas.
» Lo anterior supone reformas legislativas en diversos campos, entre
los cuales hay que incrementar las facultades del Congreso y dotar
a organismos ciudadanos de capacidades para monitorear y vigilar
el gasto público. El Congreso no solo debe dictaminar la cuenta
pública, sino fincar responsabilidades y reorientar el uso del presupuesto durante su ejercicio. Es incongruente que sea el propio
Ejecutivo, vía la Secretaría de la Función Pública, el que se vigile
a sí mismo. La Auditoría Superior de la Federación debe asumir
198
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
cabalmente dichas funciones. Hay que estudiar la posibilidad de
eliminar la Secretaría de la Función Pública, con lo que se liberarían
recursos para el desarrollo, aunque ello hay que hacerlo sin agudizar el desempleo; una posibilidad sería aumentar personal en secretarías directamente relacionadas con el impulso a la planta
productiva. Por supuesto, como ya hemos dicho, las reformas legislativas deben incluir el control del Congreso sobre el endeudamiento total del gobierno sin que se excluya el endeudamiento con
fines de regulación monetaria.
Política fiscal
La política fiscal ha sido utilizada por las últimas administraciones gubernamentales como un instrumento antinflacionario, atendiendo a la idea de
que la inflación se enfrenta deteniendo el crecimiento. La política fiscal alternativa de este programa tiene una orientación radicalmente diferente. En
su momento planteamos cómo enfrentar la inflación. La política fiscal debe
tener tres orientaciones básicas: la recaudación, inducir a una relación más
equilibrada en la distribución del ingreso, y la promoción y orientación de
la actividad económica.
Es necesario reactivar, reorientar e integrar la economía y para ello se
requiere una amplia política de incentivos con base en un proyecto de largo
plazo y siempre sujeta a evaluación contra metas concertadas con los diversos agentes y sectores económicos.
1. El incremento de la recaudación se logrará aumentando la base de
contribuyentes, no por la persecución u hostigamiento, sino por la
simplificación administrativa, que a su vez facilita la gradual incorporación de la llamada economía informal a pagar impuestos. Para
ello se debe eliminar la compleja administración tributaria que fomenta la evasión y elusión fiscal y deberá diseñar un sistema que
sea simple, transparente y tenga vigencia en el largo plazo. También
resulta preciso legalizar la economía informal, para lo cual hay que
otorgar a las micro y pequeñas empresas garantías y apoyos para
su formalización, lo que redundará a la larga en beneficios para ellas
y para el conjunto de la economía, mediante mecanismos como la
estipulación de cuotas fijas. La dinámica económica debe impulsar
el aumento de la recaudación.
Desarrollo económico alternativo
199
2. La redistribución del ingreso por la vía fiscal supone una reforma
fiscal integral para volverla más progresiva, tanto respecto a personas físicas como a las empresas, priorizando los impuestos directos sobre los indirectos por su carácter regresivo.
3. La política de fomento no busca proteger la ineficiencia, pero sí
fomentar la inversión productiva frente a la especulativa y orientarla hacia regiones y sectores que son prioritarios en un proyecto
de desarrollo de largo plazo. Estimula la integración de las cadenas
productivas para darle mucho más contenido nacional a las exportaciones, además de eliminar cuellos de botella y fortalecer el equilibrio sectorial. Pretende también fomentar la creación de empleos.
Las medidas de política de fomento deberán ser cuidadosamente
diseñadas, y otorgadas de manera selectiva contra compromisos
concertados medibles, por tiempo definido y prorrogable según
desempeño.
4. Para todo lo anterior es recomendable instrumentar las siguientes
reformas fiscales:
a) Disminuir el impuesto al valor agregado de 15 a 10 por ciento
por sus efectos nocivos para el consumo de la población. Sin
embargo, mantener el 15 por ciento en el caso de los bienes
suntuarios, y para los bienes satisfactores mínimos de bienestar social se mantendrá en 0 por ciento. Como parte de la federalización fiscal, el IVA pasará a ser recaudado por las entidades
federativas.
b) Suprimir el impuesto de 2 por ciento al activo. Ese impuesto nace
como una política antievasión de impuestos, pero desincentiva la inversión productiva y la modernización, principalmente
para las micro, pequeñas y medianas empresas. Dicha supresión es urgente dada la recesión económica y la situación por la
que están pasando la mayoría de estas empresas. En todo caso,
se puede evaluar posteriormente la conveniencia o no de restablecerlo. La evasión se puede atacar con otras medidas.
c) Revisar toda la estructura del impuesto sobre la renta para lograr
una verdadera gradualidad. Se estudian formas de impuesto
patrimonial para gravar la riqueza global de los sectores más
ricos de la población.
d) Desgravar del impuesto sobre la renta los ingresos de hasta
cuatro salarios mínimos.
200
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
e) Premiar fiscalmente la reinversión de utilidades o su ahorro
en el sistema financiero nacional en instrumentos de mediano
plazo.
f) Suprimir los impuestos sobre la nómina ya que inhiben la creación
de empleos.
g) Aplicar un impuesto sobre las inversiones especulativas, incluyendo las transacciones en la bolsa de valores. Favorecer la
aplicación de impuestos a las transacciones financieras internacionales en el plano regional y mundial.
h) Revisar el régimen especial de sociedades mercantiles como la
maquila.
i) Crear incentivos fiscales a la inversión en áreas y regiones prioritarias de acuerdo con un proyecto de desarrollo de largo plazo.
Dichos incentivos se sujetarán a metas concertadas con los
sectores productivos involucrados y su continuidad se condicionará al logro de dichas metas.
j) Incentivar la innovación técnica y la reconversión hacia tecnologías limpias y estimular proyectos productivos que recuperen
y preserven el equilibrio ecológico.
k) Imponer multas y castigos por la contaminación en la lógica de
que quien contamina paga, y no cargar al conjunto de la sociedad
el costo de la limpieza ambiental.
l) En el corto plazo, instrumentar medidas de apoyo temporal para
situaciones económicas extraordinarias y contingencias naturales, para micro, pequeñas y medianas empresas, que garanticen
su supervivencia, principalmente por su importancia en la generación de empleos.
5. Avanzar en la descentralización de la recaudación y el manejo de
los recursos fiscales. De manera gradual y paulatina se tenderá a
alcanzar en un mediano plazo una distribución de 50 por ciento
para la federación, 25 por ciento para los estados y 25 por ciento para los municipios. Esta federalización se iniciará con el cobro
del IVA por los estados y se obligará a las empresas públicas a pagar
impuesto predial en los municipios.
6. Concomitante a la política tributaria, se debe llevar a cabo una
completa reorientación y el aumento paulatino del gasto público
en el que se priorice el decrecimiento, el desarrollo de áreas y sectores estratégicos en un proyecto de largo plazo y el gasto social.
Desarrollo económico alternativo
201
En lo inmediato el gasto público se orientará:
a) Hacia actividades que generen empleo, tengan un bajo contenido
de importaciones y un efecto indirecto sobre otros sectores
económicos (como la construcción bioclimática de vivienda e
infraestructura básica sustentable);
b) A combatir los rezagos en materia de alimentación, salud, vivienda, educación y desarrollo social eliminando los esquemas
clientelares;
c) A establecer las bases científicas y tecnológicas alternativas
(principalmente las ecotecnias).
7. No se acepta el fetiche del equilibrio fiscal a toda costa y en cualquier
circunstancia. El papel anticíclico del gasto público es un instrumento de la política de desarrollo. En el contexto actual, donde imperan niveles muy altos de capacidad ociosa y de desplome de la
demanda efectiva agregada, es necesario operar con flexibilidad el
instrumento de gasto público. Un déficit moderado, compatible con
tasas adecuadas de dinamismo económico e inflación, es lo que
reclama el momento de crisis actual.
Deuda interna
Hay que distinguir dos ámbitos en este tema: la deuda interna gubernamental y la deuda de individuos y empresas con la banca comercial privada.
También deben lograrse simultáneamente dos propósitos: salvar la planta
industrial, comercial y de servicios en problemas por carteras vencidas, así
como el patrimonio familiar de miles de mexicanos, y no llevar al sistema
financiero nacional a situaciones que no pueda solventar.
La deuda gubernamental
En el primer lustro de los noventa, la deuda gubernamental contratada en
el país se tornó un problema explosivo. La crisis de diciembre de 1994 se
detonó por un problema de insolvencia gubernamental para hacer frente a
sus pasivos. El problema de la deuda es que se fue haciendo cada vez de
más corto plazo y se fue extranjerizando y dolarizando. Al terminar 1994,
el gobierno federal debía 167 854 millones de nuevos pesos, de los cuales,
98 583 millones de nuevos pesos, 58.73 por ciento (28 161 millones de dólares), eran tesobonos indizados al dólar.
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Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Un problema adicional fueron los plazos de vencimiento, tal como lo demuestra el caso de los tesobonos. En el primer trimestre de 1995, se pagaron
9 054 millones de dólares. Para el segundo semestre se habían pagado 13 696
millones de dólares y quedaban por pagar en el año 14 465 millones. Los meses cargados de pagos fueron julio y agosto, en que se acumularon 7 908
millones de dólares. Junto con otros pagos, el gobierno federal tenía obligaciones internas por 21 367.7 millones de dólares de abril a diciembre de 1995.
Ese episodio debe servir de acicate para que exista un control de fondo
por parte del Congreso de la Unión y una ley de deuda pública sobre la discrecionalidad del Ejecutivo para endeudarse. Aunque la ley de ingresos marca un
tope al endeudamiento público, el Ejecutivo Federal lo rebasaba debido a que
la ley no incluía el endeudamiento con fines de regulación monetaria.
Hay que reformar la Ley de Deuda Pública con objeto de ceñirla a lo que
dicta la Constitución en materia de deuda pública. Con ello, el Congreso
determinaría monto, naturaleza y destino del endeudamiento público. La
ley también debe establecer claramente los aspectos y condiciones a que
han de ceñirse los legisladores para autorizar financiamientos por concepto de deuda. Aunque se avanzó en el control del endeudamiento con propósitos de regulación monetaria, ya que bajo esta figura se amparaba el
gobierno para emitir, sin ningún control, títulos de endeudamiento público,
lo cierto es que la norma constitucional de contratar empréstitos para fines
productivos que garanticen el pago de los mismos aún está lejos de seguirse. La emisión de valores y la contratación de empréstitos para fines de
canje o refinanciamiento de obligaciones deberá autorizarse solo si significan
ahorros importantes que puedan ser utilizados en programas productivos
y sociales. La ley debe establecer un claro candado para que los financiamientos generados por deuda pública se destinen efectivamente a proyectos,
actividades y empresas productivas y de desarrollo social. Asimismo los
empréstitos deberán generar los ingresos suficientes para cumplir con las
obligaciones financieras contraídas.
La deuda de particulares o las carteras vencidas
Es importante hacer un breve repaso del problema de las carteras vencidas
acaecido en los años noventa, ya que en cualquier momento puede volver a
registrarse un problema similar. El problema de las carteras vencidas se
agudizó durante 1995 y puso en riesgo la sobrevivencia de miles de unidades
productivas y el patrimonio de muchas familias. De enero a mayo de 1995,
Desarrollo económico alternativo
203
se incrementó en 52 por ciento y llegó a un monto de 85 000 millones de
nuevos pesos; se estima que en agosto de ese año llegó a los 100 000 millones de nuevos pesos y superó el capital social de la banca, es decir, técnicamente los bancos estuvieron en quiebra. No se trataba de empresas no
viables, sino que la situación posterior a diciembre de 1994 se volvió triplemente adversa: tasas de interés que subieron estrepitosamente y abismal
diferencia entre las tasas activas y pasivas, recesión económica y contracción
del mercado interno. Muy pocos negocios en el mundo pueden resistir
costos financieros de más de 100 por ciento anual, sin créditos nuevos, en
un contexto de baja de sus ventas por contracción del mercado, y con aumento de los costos fijos al no poder usar toda su capacidad instalada.
Las carteras vencidas no fueron un problema de voluntad de pago, sino
de imposibilidad de él. Solucionar el problema como se hizo, a favor del
acreedor y no del deudor, minó el potencial del futuro del país. Lejos de
considerar que lo que estaba en juego era la sobrevivencia de una parte
importante de la planta productiva, comercial y de servicios, la oligarquía
mexicana orquestó un macrofraude para rescatar a los banqueros, cuyo
costo fiscal se estima equivalente a 15 por ciento del PIB, que por varios
años y hasta la fecha tenemos que seguir pagando l@s mexican@s.
Además, durante el gobierno foxista, como quedó documentado en las
pesquisas de la llamada comisión Fox instituida por la Cámara de Diputados
en su momento, la recompra de carteras vencidas fue el gran negocio de
unos pocos empresarios ligados al poder, como se ilustra con el escándalo
de los Bribiesca, hijos de Martha Sahagún de Fox. En diversos libros se da
cuenta de negocios que involucran a la familia Fox-Sahagún. Por ejemplo, la
supuesta apertura de una empresa de aerolíneas en términos poco claros
y los fraudes detectados en los contratos obtenidos por la empresa Oceanografía, que conducen a nexos con los hermanos Bribiesca y Juan Camilo Mouriño, quien fuera el secretario de Gobernación al inicio del sexenio
de Felipe Calderón.
Enfrentar el resurgimiento del problema de carteras vencidas supone
medidas estructurales macroeconómicas, y en el corto plazo medidas de
emergencia.
Medidas macroeconómicas para un entorno económico favorable a la
inversión productiva y la integración regional y nacional son fundamentales
para producir una baja consistente en las tasas de interés. Una empresa con
un entorno positivo de crecimiento o una persona física con ingresos crecientes podrá enfrentar mejor sus obligaciones financieras.
204
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Sin embargo, no basta un entorno económico más favorable, además se
necesitan medidas específicas y de emergencia.
En abril de 1995 se comienza a utilizar la unidad de inversión (UDI), que
inicia con un valor igual a un peso de ese momento. Desde entonces se le
han indexado las variaciones que ha sufrido el índice nacional de precios al
consumidor (INPC). Las UDI no representaron solución alguna ya que solo
aminoran el problema de las carteras vencidas durante un corto tiempo y
lo agudizan en el mediano y largo plazos. Comparando el sistema tradicional
y el de las UDI con supuestos de inflación y de tasas de interés iguales, se
tiene que durante los primeros tres años y medio el deudor paga servicios
menores que en el sistema tradicional, pero a partir de ese momento y
hasta el décimo años paga servicios mayores con las UDI. Nominalmente, el
deudor acaba pagando más del doble que en el sistema tradicional, aunque
en pesos constantes solo paga 19.28 por ciento más que en el sistema tradicional. Es pues una solución para la banca, no para el deudor.
En la última semana de agosto de 1995, se anunció el Acuerdo de Apoyo
Inmediato a los Deudores de la Banca (Ade), que consistió en un subsidio,
derivado del nivel de tasas de interés del Ade con respecto a las de mercado, para los deudores de cinco categorías de crédito en el periodo de septiembre de 1995 a septiembre de 1996.
Aunque el Ade significó algunos avances, no fue la solución de fondo.
Algunos aspectos que ese acuerdo tuvo que incluir por la presión social de
deudores y usuarios bancarios fueron los siguientes:
» El reconocimiento de que es un problema social y la corresponsabilidad del gobierno y la banca para asumir sus costos.
» El reconocimiento del carácter excesivo de las tasas de interés fijadas
por los bancos y la necesidad de ponerles un límite, lo que significa
una regulación para no dejar que ellos fijen un margen excesivo por
la intermediación bancaria.
» La no exigencia de garantías adicionales.
» La apertura de nuevos créditos (aunque solo en el sector agropecuario).
» La estipulación de tasas de interés a márgenes de mercado más
razonables, lo que aminoró el problema temporalmente (poco más
de un año y casi dos para el sector agropecuario).
Sin embargo, tuvo serias dificultades:
Desarrollo económico alternativo
205
» Es un plan unilateral, no negociado con los afectados, como los diez
anteriores planes gubernamentales.
» El gobierno politiza la solución, ya que se envuelve el anuncio del
plan en una campaña de deslegitimación de las organizaciones de
deudores, a las que acusa de politizar el problema. En realidad, el
gobierno politizó el problema al excluir toda negociación con los
afectados tratando de impedir el fortalecimiento de sus organizaciones. Son concesiones parciales a cambio de asegurar o amarrar
a los deudores a firmar una carta de intención y con ello reconocer
el monto del principal, ya que la suspensión de las acciones judiciales tiene un plazo de vencimiento muy corto (poco más de dos
meses).
» No modifica el modelo económico ni el plan de emergencia, por lo
que no favorece la creación de condiciones económicas que hagan
pagables las deudas.
» No toca el fondo de una de las demandas de los deudores organizados, ya que no implica legislar sobre la forma de contabilizar el
monto del principal, es decir, sobre la legalidad de los intereses moratorios y los intereses sobre intereses; tampoco sobre la asignación
de los pagos a capital o a intereses.
» No tiene fuerza de ley, solo da algunas concesiones parciales y deja
el fondo a la negociación individual de cada caso con su banco.
» No es claro respecto a la mayor de sus supuestas ventajas: las quitas de los intereses moratorios. Textualmente en el desplegado
oficial de anuncio del plan solo se habló de las quitas para el caso
de los tarjetahabientes. Se habla de condonar los intereses moratorios que aparezcan en el último estado de cuenta (¿los del último
mes?, ya que normalmente los anteriores ya se capitalizaron). Se
ha dicho posteriormente que se trata de todos los intereses moratorios y de todos los tipos de crédito.
» Otra de sus ventajas es la baja de las tasas de interés, pero es solo
temporal, pues no hay una política económica de largo plazo para
llevarlas sustentablemente a la baja. Además podrían bajarse aún
más. Incluso dos de ellas están por encima de la tasa máxima de
intermediación planteada por el mismo acuerdo. En agosto de 1995
se estimaba una tasa de inflación de 1.65 por ciento, la que anualizada es de 21.8 por ciento + 3 por ciento real al ahorrador + 6 por ciento para el banco (entre costo operativo y ganancia) da 30.8 por
206
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
ciento y hay dos tasas arriba de ella. Se trata pues, salvo el caso
de la industria, de tasas de mercado.
» Es muy costoso para la sociedad ya que el Estado asume parte de
su costo a pesar de que en general se mantienen tasas de mercado
y no implican pérdidas para la banca. El estado o la sociedad debería asumir parte del costo solo en el caso de quitas al principal o
de tasas realmente subsidiadas.
» Mantiene la obligatoriedad de renegociar en UDI para el caso de los
créditos hipotecarios.
Los programas de restructuración crediticia deben buscar, en diálogo
con los actores involucrados y sin dejar a los usuarios de bajos y medianos
ingresos sin el cobijo estatal, soluciones específicas y duraderas para los
diversos tipos de carteras vencidas, como elementos mínimos y fundamentales para todos.
Las medidas que habrán de instrumentarse para desactivar futuras
problemáticas financieras, más allá de las establecidas por el Comité de
Basilea, deben dirigirse, en primer lugar, a preservar el sistema financiero
mexicano, en la actualidad extranjerizado y altamente concentrado; y, en
segundo lugar, a salvar la planta productiva nacional y el patrimonio familiar
de miles de mexicanos.
Con la restructuración preventiva de pagos propuesta, de poner en
riesgo la sanidad financiera de algunos bancos, el Estado aportará nuevo
capital como compra temporal de acciones. Si es necesario destinar recursos fiscales para resolver el problema, resulta preferible inyectarlos en la
reactivación de la economía y elevación de los niveles de ingreso de la población para que tenga capacidad de pago y no, como se ha hecho desde
los años noventa, como recursos entregados a la banca.
De ser necesario, se puede promulgar una ley de restructuración de
deudas con las siguientes características:
1. Revisión del monto del principal a partir de regular la asignación
de los pagos hechos entre principal e intereses, y cancelación de
todos los intereses moratorios y los intereses sobre dichos intereses a partir de la fecha en que se haya caído involuntariamente en
cartera vencida.
2. Quitas al principal considerando su precio en el mercado secundario. De hecho, siempre ha existido un mercado secundario de
Desarrollo económico alternativo
3.
4.
5.
6.
7.
207
cartera vencida, pues los bancos recurren a despachos de cobranzas y fijan un precio según la posibilidad de que sea cobrada. Más
aún, el gobierno en los noventa adquirió de algunos bancos cartera
vencida en el marco del Programa de Capitalización (Procapte) en
niveles de hasta 30 por ciento de su valor nominal. Estas quitas al
principal pueden ser asumidas entre la banca y el gobierno.
Cancelar toda acción judicial y de embargos en todos los casos en
que incurrir en cartera vencida no sea un acto delictivo sino de
imposibilidad real de pagar.
En el caso de los sectores productivos, abrir nuevos flujos de crédito para crecer y poder pagar.
Restructurar plazos.
Fijar topes legales sobre el margen de intermediación bancaria.
Estipular tasas preferenciales, e incluso subsidiadas, dependiendo
del tipo de crédito y características del deudor.
a) En el caso de los sectores productivos, los adeudos hay que
restructurarlos con tasas de interés temporalmente subsidiadas,
es decir, abajo de las tasas de mercado. Una parte del subsidio
debe asumirlo el banco castigando su margen de intermediación
y otra parte debe ser con cargo al fisco, por la vía de deducirlos
de sus impuestos federales. Desde el punto de vista estatal, ello
se asume como una política de fomento o incentivo. El monto
del subsidio se fijará de acuerdo con el tamaño de la empresa y
sobre todo por el grado de prioridad del sector dentro de un
proyecto integral de desarrollo del país a largo plazo. Especial
atención debe tener en este subsidio el sector agropecuario y
silvícola, así como de los productores de insumos que actualmente se importan en grandes cantidades.
b) En el caso de los créditos hipotecarios habitacionales, también
habrá tasas de interés subsidiadas decrecientes según el nivel
de la vivienda El costo del subsidio sería, igual que en el caso
anterior, compartido por el banco y el presupuesto federal de
gasto social. Para la vivienda popular sustentable, se aplicarán
subsidios que cubran de 50 a 70 por ciento del costo.
c) En el caso de los tarjetahabientes, las tasas deben bajar sustancialmente debido a que el banco cobra una parte importante de
intereses al propio proveedor del bien; por ello la baja en la tasa
debe ser asumida totalmente por la banca.
208
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Hay que volver a modificar las leyes sobre instituciones financieras
para asegurar el control por mexicanos de la banca del país. Es preferible
volver temporalmente a una banca con participación estatal que el control
extranjero directo del sistema financiero nacional. Por tanto, se legislará
para imponer límites a las “asociaciones estratégicas” con bancos internacionales.
Priorizar la economía real y el mercado interno
El modelo de (anti)desarrollo en curso ha priorizado la esfera monetaria y
financiera buscando equilibrios en las grandes variables macroeconómicas.
Lo que toca ahora es poner el acento en la esfera productiva, en el desarrollo
e integración de la estructura económica del país. Si bien no es posible en
lo inmediato desmantelar la estructura de comercio exterior montada, esta
plataforma debe ser redimensionada y reorientada para la integración de
cadenas productivas con un alto contenido nacional y convertirla así en un
real motor de otros sectores de la economía para lograr una balanza comercial al menos equilibrada. El propósito es devolver al mercado interno un
papel estratégico en el desarrollo del país.
Bajar las tasas de interés
El primer gran reto para una política de dinamismo productivo y sustentable
en la situación actual, es lograr una tendencia duradera de las tasas de interés a la baja, lo que permitirá desactivar problemáticas de las carteras
vencidas y acceder a nuevos créditos para impulsar las políticas de decrecimiento.
La tendencia a la baja de las tasas de interés se logrará con las siguientes medidas:
1. La reducción de la presión del déficit de cuenta corriente por los
caminos que hemos propuesto permite reducir las tasas de interés
porque ya no será necesario atraer masas de capital especulativo
con objeto de financiar el déficit externo.
2. La restructuración de la deuda interna gubernamental también reduce la presión sobre las tasas de interés ya que actualmente los
bonos de deuda gubernamental son la tasa líder que impulsa en
general las tasas al alza.
Desarrollo económico alternativo
209
3. La profunda restructuración del sistema financiero nacional para
aumentar su eficiencia y con ello reducir los costos de intermediación,
lo que implica revisar y fortalecer el sistema de regulación y no
dejarlo a los mecanismos autorregulatorios.
4. La vinculación de las tasas de interés con la inflación esperada más
un margen de intermediación, por lo que la política antinflacionaria
debe incidir también en la tendencia a la baja de las tasas de interés.
Actualmente las tasas de interés están fuertemente determinadas
por la atracción de capital especulativo.
Reformar el sistema financiero y crediticio
y la política monetaria
La reducción de las tasas de interés no basta. Estas medidas deben acompañarse de una redefinición del papel de la banca central en el financiamiento
de la actividad productiva y en la política monetaria.
Para que la política monetaria vuelva a ser un instrumento de la política de desarrollo, se sujetará la emisión de moneda a una ley que fije montos
mínimos y máximos de circulante tomando en cuenta la evolución de las
reservas internacionales y otros agregados económicos. Se aumentará gradualmente la liquidez en la economía a niveles que permitan reactivarla. La
creación de crédito interno neto se destinará a programas de crédito de
largo plazo que apoyen las actividades productivas y tiendan a integrarla.
La banca central debe ser la garante en última instancia de las operaciones de la banca comercial. La banca central debe flexibilizar su política
crediticia y ayudar a la banca comercial a hacer lo mismo. El Banco de
México debe dejar de priorizar el objetivo de estabilidad monetaria y proceder a abrir ventanas de descuento a la banca comercial y sobre todo al
sector cooperativo de crédito para que esta última, a su vez, otorgue créditos en favor de sectores productivos que sean prioritarios desde dos puntos
de vista: por su contribución a la integración de cadenas productivas que
aumenten el contenido nacional de las exportaciones y colaboren en la reducción del déficit comercial externo; y porque satisfagan al mercado interno siendo competitivos frente a las importaciones potenciales.
Lo anterior supone revisar la autonomía del Banco de México para
recuperar la política monetaria y el crédito interno neto como una política
de desarrollo. No es posible que un instrumento clave de la política económica sea autónomo. Es verdad que hay que evitar la discrecionalidad del
210
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Ejecutivo en el manejo de la política monetaria y de tipo de cambio, pero
ello se puede lograr sometiendo al Banco de México a normas legales y a
una supervisión del Congreso de la Unión. Además, la autonomía del Banco
de México que actualmente establece la ley no es real. El Banco de México
aplica una política contraccionista que literalmente ha secado la economía
mexicana atendiendo a la condicionalidad del paquete de rescate financiero
del Departamento del Tesoro de Estados Unidos en 1995, lo cual exhibe que
el ejecutivo federal decidió lo que debía hacer el banco central durante la
devaluación y crisis de 1994-1995. De entonces a la fecha el Banco de México influye negativamente en el magro crecimiento económico.
Es necesario volver a fortalecer a la banca de desarrollo como agente
impulsor de la actividad económica y orientador hacia los sectores prioritarios. Dicha banca debe buscar captar fondos principalmente de los organismos multilaterales, promover coinversiones, aportar capital de riesgo en
actividades prioritarias, financiar con tasas de descuento actividades clave,
otorgar financiamiento de largo plazo y en general impulsar una cultura de
fondos de fomento.
La reforma del sistema financiero también incluirá la regulación de la
inversión extranjera en cartera de forma que permita reducir sus efectos
nocivos. En particular, al prohibir la inversión en el mercado bursátil por
periodos inferiores a los dos años, sin reducir la competitividad se reducirá
su volatilidad. Hay que estudiar las formas concretas de imponer impuestos
a las transacciones especulativas.
En cuanto a los instrumentos de inversión en el mercado de dinero, y particularmente los bonos de deuda gubernamental, el Congreso de la Unión
deberá legislar para evitar, tanto la discrecionalidad del Ejecutivo y las formas
actuales por las que sobrepasa los topes de endeudamiento −vía endeudamiento con fines de regulación monetaria−, como el endeudamiento excesivo de corto plazo. Dicha reforma interna del sistema y la regulación financiera
deben darse de manera simultánea a la participación activa de nuestro país
en la discusión sobre la transformación del sistema financiero internacional
que, entre otras cosas, busque evitar la excesiva volatilidad de las inversiones. No nos oponemos a la inversión extranjera, pero debe regularse para
que se integre y colabore en el proyecto de desarrollo nacional.
Es necesario fortalecer la regulación-autorregulación sobre el sistema financiero legislando para establecer márgenes máximos de intermediación
financiera, orientar el crédito hacia el ámbito productivo y proteger a los
trabajadores y usuarios de crédito contra abusos.
Desarrollo económico alternativo
211
Incentivar la inversión productiva
La política fiscal y crediticia propuesta de múltiples formas fomenta la inversión productiva y desalienta la especulativa. Pero ello no basta, es necesaria una política sectorial definida y en particular industrial y agraria. Se
debe diseñar un cuidadoso paquete de incentivos fiscales y crediticios de
forma que, minimizando el sacrificio fiscal, se oriente la producción a los
sectores estratégicos, a la integración nacional de las cadenas productivas y
a la optimización del uso de nuestros recursos naturales bajo estrictas
normas de sustentabilidad económica y ecológica.
La política de incentivos será selectiva, específica, transparente y sujeta a evaluación periódica contra objetivos y metas concertados con los
sectores beneficiarios. Ello supone reformular en nuestros acuerdos comerciales el principio de trato nacional que no permite discriminar a los inversionistas extranjeros, sino que obliga a tratar como iguales a los que no son
iguales.
Aumentar la integración nacional
de las cadenas productivas
En el concierto internacional, una economía no puede ser exitosa sin un
fuerte sector industrial y agrario. El modelo actual logró convertir a México
en un país secundario exportador, pero, a su vez, la industria de la transformación y particularmente la exportadora es la causante de gran parte del
déficit comercial. La prioridad de la política industrial debe ser aumentar la
integración nacional de las cadenas productivas de manera que disminuya
su contenido de importaciones. Solo de esta forma, el crecimiento del sector
exportador jalará al resto de la economía y multiplicará con empleos indirectos las inversiones en el sector moderno y
exportador de nuestra economía. Ello debe Mientras el mundo se mueve hacia una
ser incentivado fiscal y crediticiamente, reestructuración de la economía glopero también reformulando nuestros tra- bal, que demanda una mayor regulatados comerciales en materia de reglas de ción por parte del Estado, en México
origen para incluir un contenido nacional, la derecha y sus aliados se empecinan
en términos de requisitos de desempeño en creer y hacer creer a los mexicanos,
para la inversión extranjera, y en general
que el mercado puede solucionar todo.
recuperando la capacidad constitucional
(Plataforma, Convergencia, p. 4)
del Estado para orientar la economía.
212
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Desarrollar y asimilar tecnología
No hay desarrollo sustentable a largo plazo en un mundo tan competido sin
una política decidida de desarrollo tecnológico acompañada de incentivos
a la educación para asimilar tecnología. El modelo actual ha buscado la
modernización de la planta productiva a través de la inversión extranjera y
las importaciones. Proponemos dedicar recursos crecientes a la inversión
en educación, ciencia y desarrollo tecnológico, de modo tal que para ciencia
y tecnología se destine 2 por ciento del PIB, y a la educación, 8 por ciento
del producto.
Usar los recursos energéticos y en general el sector público
de la economía como palanca del desarrollo
No pretendemos un sector público enorme e ineficiente, pero sí mantener
el papel estratégico del sector público como una palanca del desarrollo y
uno de los sustentos de la soberanía nacional. Particularmente, los recursos
energéticos del país deben manejarse con una visión de largo plazo, como
palanca del desarrollo en una política de incentivos a sectores prioritarios
y como fuente de divisas, para lo cual hay que producir y exportar con
mucho más valor agregado. La industria petrolera no debe seguir siendo
castigada fiscalmente para convertirla en una fuente privilegiada de recursos
gubernamentales, sino que debe reinvertirse parte de sus ganancias en su
modernización, ampliación e integración.
En virtud de que la política de privatizaciones seguida en los últimos
años no ha traído ningún beneficio a la nación13 y, por el contrario, ha fortalecido las estructuras oligopólicas y de privilegio, lo inmediato es suspender los procesos actuales de privatizaciones y revisar el artículo 28
constitucional para redefinir el papel de la empresa pública en el desarrollo
nacional y recuperar el papel rector del Estado en la economía.
13
Los 21 mil millones de dólares de las privatizaciones realizadas de 1989 a 1992 se usaron en
el pago de deuda interna y externa y en su gran mayoría salieron del país. Es decir, se enajenó el patrimonio nacional y sin embargo, la deuda y la crisis provocada fue mayor que la que
pretendió resolver. Además, las privatizaciones que se plantearon en el peor momento de la
crisis de 1994-1995 respondieron a compromisos pactados en el contexto de la negociación
del llamado paquete de rescate financiero con la administración Clinton y el Fondo Monetario
Internacional.
Desarrollo económico alternativo
213
En cuanto a las compras gubernamentales, hay que hacer las reformas
legales y de nuestros acuerdos comerciales a fin de establecer la obligación
para las empresas públicas de un contenido nacional. No se trata de un
proteccionismo favorecedor de ineficiencias, sino de que uno de los criterios
de licitación de compras y obras públicas sea el contenido nacional; se debe
dar prioridad a proveedores nacionales sin que ello excluya la competencia
y los criterios comerciales de precio y calidad. Lo anterior supone redefinir
el capítulo X, “Compras del sector público”, así como el capítulo XV, “Políticas en materia de competencia, monopolios y empresas del Estado”, del
TLCAN. Derivado de ese tratado, en la actualidad solo una quinta parte de
las adquisiciones de Petróleos Mexicanos provienen de empresas nacionales y el resto es de entidades extranjeras.
Restablecer el papel estratégico del mercado interno
Ciertamente en el corto y mediano plazos la plataforma de comercio exterior
instalada y que no se desmontará ni reorientará en breve plazo, es una
fuente estratégica de financiamiento del desarrollo. Por supuesto, siempre
y cuando este sea competitivo y el sector exportador se conecte de manera
estratégica con el mercado interno y se constituya en motor del resto de
la economía. La planeación del desarrollo debe incluir la producción para
satisfacer las necesidades de consumo nacional. Ello implica proponerse
avanzar en la autosuficiencia y soberanía alimentarias. Un desarrollo que conserva el papel del mercado interno conlleva la necesidad de elevar los niveles de ingreso y bienestar de las mayorías de la población como una salida
para la producción ampliada; y con ello, las políticas de mejora salarial y de
combate a la pobreza se convierten no
en un apéndice sino en un elemento in- Promover con políticas públicas eficientes el desarrollo económico, mediante
dispensable del crecimiento económico.
Políticas sectoriales
Las políticas sectoriales son fundamentales para un nuevo proyecto de nación,
y deben ser consistentes con el marco
de política macroeconómica y el sector
externo arriba definido. Además, las políticas sectoriales deben descansar en
fomento a la inversión y reestructuración de los esquemas de financiamiento
para las actividades productivas, pero
respetando la iniciativa de los particulares, y haciendo énfasis en el aumento
de la productividad nacional que nos
permita ser competitivos. (Movimiento
Progresista, Plan de Gobierno, p. 50)
214
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
una nueva definición del papel del Estado, de la que también hemos hablado. El esquema proteccionista no pudo superar las restricciones impuestas
por el desequilibrio externo; tampoco fue complementado por un paquete
de políticas sectoriales que hiciera posible pasar a la apertura gradual y
ordenada de la economía. Al pasar de un proteccionismo lleno de grandes
contradicciones a una apertura indiscriminada y marcada por la contradicción de la estabilidad cambiaria, el resultado fue la extraordinaria vulnerabilidad de la economía. Pero, encima de todo, las políticas sectoriales se
abandonaron por una dogmática reverencia a la idea de que las fuerzas del
mercado asignarían eficientemente los recursos. Como corolario, la intervención del Estado en las políticas de fomento sectorial debía reducirse e
incluso eliminarse completamente. Esta visión contradice la experiencia
histórica de todos los países que hoy en día tienen economías industrializadas eficientes y con una fuerte capacidad competitiva en el exterior.
Es necesario poner en pie e instrumentar políticas sectoriales que fortalezcan la planta productiva y la hagan competitiva, tanto en el mercado
doméstico como en el internacional. Las políticas sectoriales solamente
tienen sentido cuando se acompañan de medidas consistentes en los capítulos de formación de recursos humanos, desarrollo científico y tecnológico,
asimilación de tecnología extranjera y su orientación a las necesidades
nacionales y de decrecimiento, así como de una inversión adecuada en infraestructura y comunicaciones.
Los ejes básicos de la política industrial ya han sido tratados en diversos momentos y sus objetivos son: apoyar la asimilación de capacidades
tecnológicas que hagan competitiva a nuestra industria nacional, integrar
cadenas productivas para aumentar el contenido nacional de nuestra producción y exportaciones, y vincular la política comercial con una política
industrial y agraria. Para ello se incentivará y fomentará fiscal y crediticiamente sectores específicos (entre ellos los de bienes de capital) en el marco
de programas concertados de largo plazo que incluyan metas con tiempos definidos. Todos los incentivos serán supeditados a revisiones periódicas para
examinar el cumplimiento de las metas acordadas entre el gobierno y los
sectores involucrados, y su permanencia dependerá de la consecución de
dichas metas. Se revisarán los aranceles y condiciones de la apertura para
lograr la viabilidad de sectores industriales actualmente en dificultades de
sobrevivencia. Se establecerán condiciones de desempeño en lo tocante al
grado de integración nacional. Todo ello supone renegociar diversos aspectos del TLCAN y demás tratados de libre comercio.
Desarrollo económico alternativo
215
En el sector agropecuario, se revisará el esquema de subsidios y apoyos
financieros, técnicos y fiscales para asegurar su rentabilidad a mediano
plazo. Se revisarán las reformas al artículo 27 constitucional. Se excluirá,
por razones sociales y de seguridad alimentaria, el maíz y frijol de cualquier
acuerdo comercial.
Política salarial y de empleo
Una de las prioridades fundamentales debe ser la preservación y generación
de empleo productivo y estable. No se puede revertir el efecto negativo de
las crisis y el atraso que provoca, con un programa contraccionista y de contención salarial. La caída en el salario real es ya insoportable y debe detenerse toda vez que esta tendencia trae como consecuencia el desplome del
mercado interno, la profundización de la desigualdad social y un acelerado
empobrecimiento.
El modelo económico ha implicado una enorme caída del poder de
compra de los salarios desde 1977, cuando se inicia la transición al modelo
actual. El salario mínimo promedio nacional ponderado perdió de diciembre
de 1976 a agosto de 1995 72.62 por ciento de su poder de compra (según
datos del XI Censo General de Población de 1990, 26.5 por ciento ganaba
hasta un salario mínimo). Actualmente, su poder de compra es menos de la
mitad del de 1939. Es indispensable iniciar su recuperación.
El aumento del salario real es una pieza importante para el desarrollo
ya que significa un fortalecimiento del mercado interno para darle salida a
la producción y al crecimiento. La política salarial debe dejar de ser una
pieza de la lucha antinflacionaria y de atracción de la inversión extranjera para convertirse en una palanca del crecimiento.
Los aumentos salariales no son necesariamente inflacionarios. El aumento en el costo de la mano de obra puede ser compensado por el aumento de la productividad. Sin embargo, el aumento salarial por productividad
debe ser bilateralmente pactado entre empresa y sindicato (lo que supone
la democratización y ampliación de membresía activa de las organizaciones
empresariales y gremiales). Dichos pactos deben incluir no solo las metas,
sino la creación de las condiciones para poder lograrlas y los mecanismos
de reparto de sus beneficios.
El salario mínimo debe tender a adecuarse a lo que marca nuestra
Constitución: ser suficiente para satisfacer las necesidades globales de una
familia. En un breve plazo debe recuperar el poder de compra de 1976, que
216
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
ha sido su punto más alto, aunque ni en aquel momento correspondía a lo
que marca la Constitución. En el programa propuesto, ello será un potenciador del dinamismo, ya que los trabajadores mexicanos seremos consumidores estratégicos responsables y conscientes, y nuestro bienestar
beneficiará al conjunto de la economía.
Se otorgará un aumento salarial de emergencia generalizado, no solo
como un acto de elemental justicia, sino como un impulso para el desarrollo.
Para las pequeñas y medianas empresas en reales dificultades, dicho aumento podrá parcialmente ser asumido con sacrificios fiscales del gobierno
federal vía créditos fiscales. Por lo demás, hay que tener en cuenta que la
baja de las tasas de interés y la resolución de problemas crediticios e incluso de carteras vencidas pondrán a las empresas en mejores condiciones
para enfrentar un aumento salarial.
Deben liberarse las negociaciones salariales entre empresas y sindicatos,
acabando con los forzados topes salariales. En la medida en que los salarios
sean una palanca para el desarrollo, habrá condiciones para negociarlos a
través de mecanismos no cupulares y corporativos de diálogo entre los
sectores productivos. Se impulsará el desmantelamiento del sistema de
control sobre las organizaciones de los trabajadores.
El modelo que ha hecho crisis no mostró capacidad de generar empleos
estables y bien remunerados, aun en aquellos años en que la economía logró
crecer. Gran parte de la inversión fue especulativa y no incidió en la creación
de empleos. La inversión productiva se ha concentrado en sectores con uso
intensivo de capital, los que tampoco provocan la generación de empleo indirecto ya que se surten con insumos de importación. De hecho, de 1989 a
1994 −administración de Carlos Salinas de Gortari−, se crearon solo 1’827 847
empleos −nuevos asalariados registrados en el IMSS− frente a una población
en edad de trabajar que creció en 7.2 millones. Esta situación prevaleció en
los gobiernos panistas, con todo y el ofrecimiento electoral de Felipe Calderón de ser el “presidente del empleo”.
Las medidas propuestas en este plan incidirán en la generación de empleo, sobre todo porque implican un proceso de crecimiento generalizado
de la economía. Se pretende integrar las cadenas productivas, por lo que
los sectores punta, que normalmente son intensivos en capital, generarán
empleo indirecto al proveerse de insumos nacionales.
No debe caber duda: es necesario incentivar fiscal y crediticiamente la
inversión productiva y la generación de empleo. También se propone la utilización del poder de compra del sector público como un motor de crecimiento
Desarrollo económico alternativo
217
para la industria nacional, y estas medidas tendrán un efecto positivo sobre
la generación de empleo. Ello incidirá realmente en una tendencia a la disminución de las tasas de interés, lo que también contribuye de manera decisiva al crecimiento y la generación de nuevos puestos de trabajo.
Los impuestos sobre la nómina encarecen la creación de empleo y
deberán ser abolidos. Además se crearán empleos de emergencia destinados
a la reconstrucción y ampliación de la infraestructura local con fondos de
la Secretaría de Desarrollo Social, y se cancelarán todos los programas no
prioritarios en el marco de esta propuesta.
Política antinflacionaria
La lucha contra la inflación no debe desatenderse, pero habrá de considerarse como una variable coherente con el resto de las medidas alternativas
y de ningún modo continuará descansando sobre las espaldas de la mayoría
de la población. Se enfrenta la inflación desde sus raíces profundas, que
están en la esfera de la producción o de los costos, y no, como se ha hecho
hasta ahora, deprimiendo la demanda, lo cual implica el empobrecimiento
de la población por la vía de la caída de los salarios.
Las medidas propuestas anteriormente tienen, a la vez, efectos antinflacionarios:
1. Al disminuir las tasas de interés, reducirse la necesidad de atraer
capital extranjero y aligerar el problema de la deuda gubernamental,
se disminuye la presión sobre los escasos fondos prestables. Esto
reduce las presiones antinflacionarias.
2. Se trata de generar una dinámica que conlleve el impulso a la productividad y ambos factores inciden en el abaratamiento de los
costos. Una mejor escala de la producción permitirá a las empresas
tender a utilizar toda su capacidad instalada, abatiendo sus costos fijos y, con ello, el precio final. La mejora de la productividad
encontrará un contexto más adecuado en un ambiente dinámico.
3. En los últimos años se ha usado la importación de insumos y bienes de consumo baratos como parte de la lucha contra la inflación,
pero después de la devaluación el contenido importado es una
fuerte presión inflacionaria. Además, dicha forma de incidir en los
precios puso en serias dificultades a la industria nacional y está en
la base de la poca capacidad de generar empleo de los últimos años.
218
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
4.
5.
6.
7.
La disminución del contenido de importaciones en la producción
nacional que la misma devaluación tiende a forzar y que en este
plan se fortalece con la modificación de las reglas de origen en los
tratados comerciales, tendrá fuertes efectos antinflacionarios.
La recuperación de la soberanía y autosuficiencia alimentarias reducirá las presiones derivadas de la especulación y financiarización
de los alimentos.
Por el lado de la demanda, en nuestra perspectiva, los aumentos
salariales no operarán en contra de la lucha antinflacionaria.
En primer lugar, se ha magnificado la incidencia de los aumentos salariales en la inflación. El costo salarial es una mínima parte
del costo total de gran parte de la producción nacional. Además,
los aumentos de los salarios pueden ser compensados por el aumento de la productividad.
En segundo lugar, al proponer un dinamismo fuerte del mercado interno, los aumentos salariales se convertirán en una pieza
clave para darle salida mercantil al aumento de los volúmenes
producidos y, por ello, son consistentes con la estrategia global.
Los trabajadores se deben convertir en este plan en consumidores
estratégicos y, por ello, el capital también se verá beneficiado con
la mejora de sus niveles de vida. El caso de Brasil bajo los gobiernos
de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff es ilustrativo del buen
rumbo que siguen orientaciones como las aquí planteadas.
Las medidas y criterios propuestos atacan la inflación a la vez que
aminoran y tienden a anular sus costos sociales sobre la mayoría
de la población. La carrera precios-salarios debe ser ganada por los
salarios, no solo por elemental justicia, sino para darle salida a la
producción ampliada.
El superávit fiscal en el presupuesto gubernamental es concebido
por los neoliberales como una forma de atacar la inflación. No obstante, además de mantenerse en la esfera de la demanda, en donde
no se encuentra la raíz de la inflación, este enfoque tiene profundos
efectos recesivos. Aquí se proponen finanzas públicas sanas, pero
ello no necesariamente implica superávit, ni utilizarlo como un
mecanismo para inhibir la dinámica económica. Por presupuesto
gubernamental sano entendemos uno que se financie de formas no
inflacionarias, pero que a la vez fomente el desarrollo y la distribución
de sus beneficios. Las reformas fiscales que forman parte de este
Desarrollo económico alternativo
219
plan no implican disminuir los recursos gubernamentales para fomentar el crecimiento y apoyar el gasto social.
Colofón: Cinco prioridades, cinco amenazas globales
y 99 por ciento de razones para cambiar el sistema
El 13 de diciembre de 2011 en la ciudad de México, Felipe Calderón Hinojosa (el presidente espurio de México) estableció las cinco prioridades del G-20 bajo su Para construir esta economía propresidencia.14 Veamos rápidamente cada una ductiva y un desarrollo sustentade ellas y luego detengámonos a hacer algu- ble, justo e igualitario, se requiere
nos comentarios.
la movilización y la participación
Primera prioridad: “promover la estabili- de la sociedad en la definición y la
zación económica y las reformas estructurales ejecución de políticas públicas
para el crecimiento y el empleo”; segunda:
encaminadas hacia este objetivo.
“promover el fortalecimiento de los sistemas
(Programa PRD, p. 24)
financieros y fomentar la inclusión financiera
para impulsar el crecimiento económico”; tercera: “mejorar la arquitectura financiera internacional”; cuarta: “el tema de seguridad alimentaria”; y
quinta: “alentar el desarrollo sustentable, incluyendo un diseño integral, una
agenda de infraestructura, de eficiencia energética, de crecimiento verde y
de financiamiento del desarrollo sustentable”.
Ahora reparemos en las justificaciones ofrecidas acerca de esas prioridades, contrargumentemos para mostrar la manera en que estas se constituyen en amenazas globales para los intereses de 99 por ciento de la
población mundial y reafirmemos las razones para cambiar el sistema de
barbarie a que estamos sometidos.
Veamos:
Estabilización económica y reformas estructurales
Se afirma que la estabilidad económica y las reformas estructurales generan
crecimiento y empleo. Además se dice que la vulnerabilidad económica
14
Se trataba del acto de clausura del Seminario de los Retos Actuales para el Crecimiento
Económico Mundial, clasificado como el primer evento organizado bajo la presidencia del
G-20, que arrancó formalmente el 1º de diciembre de 2011.
220
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
global que vivimos es ocasionada por dos profundos desequilibrios macroeconómicos.
El primero, de carácter interno, vinculado a las finanzas públicas a
consecuencia de gasto excesivo y del endeudamiento gubernamental. Así
de genéricas se formulan las afirmaciones. No hay espacio para “rascar” en
las causas del déficit fiscal y del porqué del gasto excesivo y del endeudamiento. En el caso de los Estados Unidos, visiblemente vinculado al creciente gasto militar15 y al carácter regresivo de los impuestos, lo que reduce el
potencial de recaudación.
Ya entrados en afirmaciones pontificiales, se asienta que “lo primero
que hay que hacer es reactivar el crecimiento” y para ello resulta imprescindible, aunque no sea una condición suficiente, enmendar dichos desequilibrios.
La prescripción es que Europa y Estados Unidos apliquen las “restricciones” políticas y sociales que, dice Felipe Calderón: “sabemos, son extraordinariamente complejas”. Los eufemismos son indecentemente prolijos:
“restricciones” en lugar de “brutales y draconianos recortes al gasto social
y canalización de recursos al rescate de banqueros y especuladores”; “complejas” por las “dramáticas y funestas consecuencias sociales”.
En México, dichas “restricciones” nos llevaron de una década a un siglo
perdido y a una pobreza inocultable por su magnitud, que han situado el
alcance de la pauperización, aun admitiendo metodologías light, entre 65 y
50 por ciento de la población.
El cuento: en el mediano plazo (pues saben de la divisa keynesiana de
que a largo plazo “todos estaremos muertos”), se logra la “certidumbre
de los agentes económicos”, concebida como llave del motor del crecimiento, aunque este crecimiento sea magro y muy inferior al desempeño registrado en los detestados periodos populistas. La realidad mexicana lo
15
El 26 de enero de 2012, según reporta la agencia Reuters, el Pentágono anunció un recorte
presupuestario, como parte de las medidas para detener el déficit presupuestario de un billón
de dólares. Se trata de reducir el gasto de más de 487 000 millones de dólares durante la
última década. El secretario de Defensa, Leon Panetta, en una rueda de prensa en el Pentágono, afirmó: “Esta será una prueba sobre si la reducción del déficit es para hablar o para
actuar”. Añadió que iba a solicitar un presupuesto base de 525 000 millones de dólares para el
año fiscal 2013 (es la primera vez desde el 11 de septiembre de 2001 que el Pentágono pide
una cifra menor que el año anterior). El tamaño del Ejército en servicio activo se recortará
a 490 000 efectivos en 5 años desde su punto máximo de 570 000 en 2010, y el tamaño de
la Infantería de Marina se reduciría a 182 000 militares desde su máximo de unos 202 000.
Desarrollo económico alternativo
221
atestigua: absoluta certidumbre a los inversionistas, otorgándoles plenas
garantías y derechos así como nulas obligaciones; sin embargo, desde hace
treinta años el desempeño económico es inferior a la evolución poblacional
no obstante el auge petrolero registrado y que supera en mucho al vivido
en la época populista, cuando la economía crecía seis por ciento anual en
promedio.
El segundo desequilibrio, más bien de carácter global, se registra en la
cuenta corriente de la balanza de pagos. Para Calderón, esto es –particularmente del lado del superávit de cuenta corriente– “no necesariamente […]
causado por efecto natural del mercado, sino a cierta intervención”.
Apela Calderón a la visión naturalista y teológica del mercado: “tenemos
que […] explorar medidas para que podamos encontrar, nuevamente, rutas
de equilibrio, en el cual, las variables de mercado a nivel global puedan
cumplir […] su tarea en la asignación de decisiones entre actores económicos”. Ignora que el desequilibrio recurrente es el signo del capital.
Pero, ¿en qué medidas estará pensando Felipe Calderón? ¿Estará pensado en medidas extraterritoriales como la disposición senatorial estadounidense para presionar a China a devaluar su moneda y obligar a aumentar
la compra de mercancías gringas?
Ni el tono docto de su discurso logra obnubilar su pobre relato sobre
el defenestrado periodo populista durante los años setenta y ochenta, al que
se atribuye la causa de las crisis, cuidándose claro está de mencionar los
estragos que provocó el medicamento aplicado que nos condujo a la larga
noche neoliberal en América Latina y el Caribe en los últimos treinta años.16
Pueden fallar los mercados financieros autorregulados, se puede incurrir
en déficits fiscales por razones pragmáticas, pero de ningún modo se debe
volver al proteccionismo. El libre comercio se constituye en un sacro principio; cualquier desviación es pecado17 y evadirse del mismo es visto como
Felipe Calderón: “Yo les puedo hablar de una crisis de países cuyos gobiernos no guardaron
la debida proporción en sus equilibrios fiscales, que gastaron mucho más de lo que recibieron durante muchos años, que generaron déficit públicos cada vez más grandes de números
crecientes de su producto interno bruto, que obtuvieron endeudamientos extraordinarios,
que un buen día, esos endeudamientos se exacerbaron cuando vieron que los tipos de interés comenzaron a elevarse y amenazaban con hacer impagables sus deudas […] De hecho,
las deudas de muchos de esos países se volvieron impagables, también, y eso generó una
crisis que colapsó a toda la región y que impactó a todo el mundo”.
17 Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa admite el carácter teológico de su
cruzada contra el proteccionismo: “Yo suelo contar esta anécdota, que en las reuniones del
16
222
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
un delito. Desde la reunión en Cannes, Francia, el G-20 lanzó su cruzada
contra el proteccionismo. El mismo libreto siguieron las potencias librecambistas en la Octava Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de
Comercio, celebrada entre el 15 y 17 de diciembre de 2011 en Ginebra, Suiza,
donde se dio a conocer un documento intitulado “Compromiso contra el
proteccionismo”, impulsado por Australia, Canadá, Estados Unidos, Japón
y la Unión Europea y firmado por otros 18 países, entre ellos México, Perú,
Chile y Costa Rica.
El comercio es visto por Calderón como “motor de crecimiento para
toda la economía global”. Por ende, hace un llamado para “rechazar medidas
proteccionistas como respuesta a la crisis. La importancia de derrotar, otra
vez, esos nacionalismos, esos proteccionismos, que más allá de los discursos, lo que terminan defendiendo son intereses específicos”. Como si el libre
mercado no respondiera a los intereses de las empresas transnacionales y
de los inversionistas globales, particularmente los especulativos.
Siguiendo el canon de lanzar la afirmación, luego la justificación pontificial y finalizar con la condena, Calderón establece:
...se requiere una estrategia
macroeconómica anticíclica
que promueva el crecimiento
del mercado interno como motor fundamental de la economía
mexicana. (Movimiento Progresista, Plan de Gobierno, p. 50)
Las opciones, las alternativas, los congresos o los
partidos que le cierran las puertas al comercio internacional a sus consumidores y a sus productores, están
cerrándole la puerta a sus países al crecimiento […]
El cerrar alternativas de mercado internacional, particularmente de países que han alcanzado un alto nivel
de competitividad como, honestamente lo digo, es el
caso de México, implica cerrarle la puerta al progreso,
al empleo y a las oportunidades de los connacionales.
Como se habrá advertido, lo dicho por él tiene de todo menos honradez.
La ausencia de honestidad intelectual es evidente.
La cruzada contra el proteccionismo en realidad pretende, a fuerza de
comercio y más comercio, hacer que los países del Sur le compren sus mercancías al Norte en crisis. La alarma contra el proteccionismo es en realidad
G-20 hacemos esta frase sagrada que se reitera reunión tras reunión, de decirle no al proteccionismo, de continuar y terminar de inmediato la Ronda de Doha. Y acto seguido, al día
siguiente, 15 de los 20 protagonistas de la Reunión del G-20 imponían medidas proteccionistas a su comercio y a sus economías”.
Desarrollo económico alternativo
223
la pretensión de cancelar disposiciones contempladas en la misma OMC que
expresan el margen de maniobra política para que los Estados intervengan
en el mercado y atenúen las consecuencias no deseadas contra sus intereses.
Así, no solo inmediatamente después de Cannes sino de la Conferencia
Ministerial de la OMC se han anunciado medidas arancelarias para regular
la entrada de mercancías provenientes del hemisferio norte en crisis.
El 20 de diciembre de 2011, tan solo tres días después de ese encuentro
de la OMC, la unión aduanera Mercosur, conformada por Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay, autorizó a cada uno de sus miembros a elevar las tarifas de 100 posiciones arancelarias –por encima del arancel externo común
que alcanza un promedio de 14 por ciento– para evitar el ingreso masivo de
mercancías que no encuentran mercados en Europa y Estados Unidos.
Los cinco países del Mercosur podrán elevar las tarifas para algunos
artículos hasta 35 por ciento, el máximo permitido por la OMC. Es decir, no
hay ninguna condena ni mucho menos ilegalidad en esta medida, la cual
podrá tener vigencia de un año y ser renovada por periodos similares. Asimismo, estas disposiciones incluyen la eliminación de autorizaciones automáticas de importaciones y el aumento de impuestos para algunos bienes
producidos en el exterior.
La presidenta brasileña Dilma Rousseff fue explícita: “Este hecho es tal
vez la manifestación más clara de lo que está sucediendo en el mundo […]
Los países desarrollados tienen sus industrias manufactureras sin mercados
y por eso van a buscar aquellos mercados que desde su punto de vista
pueden absorber [sus productos]. Eso significa una avalancha de importaciones al mundo”.
Sistemas financieros:
hacia la bancarización obligatoria
Si bien se admiten las consecuencias catastróficas de la crisis, se dejan en
la duda o la ambigüedad sus causas.18 Lo más que se aventuran a sugerir es
“rediseñar todos esos mecanismos” que no alertaron ni desactivaron el estallido financiero. Es decir, se trata de mantener la liberalización financiera
18
Felipe Calderón: “Sabemos bien que la crisis se originó, en buena medida, por decisiones no
muy precisas, por la incursión desmedida en riesgos por parte de entidades financieras a
nivel global, por, quizá, deficiencias en el diseño que pudieran contener todas esas decisiones
de riesgos”.
224
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
y monetaria; si acaso, con algunas medidas de contención, pero que no
frenan la actividad especulativa.
Ya el mismo José Ángel Gurría, actual secretario de la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económicos, escribía en un artículo el 4 de
enero de 2011:
Nos gustaría creer que ya hemos pasado lo peor de la mayor crisis en 70 años.
Pero los derivados, uno de los principales culpables de la crisis financiera, siguen sumando 10 veces el PIB mundial, y continúan en aumento. Una gran
adquisición por valor de 8 500 millones de dólares hace que los analistas especulen sobre una nueva burbuja de Internet. Algunas economías emergentes
están mostrando síntomas típicos de recalentamiento, con un aumento sin
precedentes de los precios inmobiliarios, el crédito al consumo y los beneficios
de los bancos.
Susan George, en su libro Sus crisis, nuestras soluciones, recordaba que
a un año del septiembre negro de 2008 los banqueros lanzaban nuevos productos financieros al mercado:
Lo más macabro que he leído al respecto se refiere a la venta de pólizas de seguros de vida, a un precio considerablemente reducido, de personas ancianas o
gravemente enfermas, que empaquetan igual que hicieran con las hipotecas
subprime y venden como productos financieros. Su remuneración y sus primas
han vuelto a ser obscenas. Su sistema está diseñado para superarse continuamente a sí mismo, para ir más allá y más deprisa, para llegar más alto, para ser
más rico, hasta que se estrella. Y volverá a estrellarse.
Esas obscenas ganancias que se siguieron registrando en plena crisis y
que indignaron a la opinión pública, se mantienen a pesar de las reformas
a las regulaciones financieras en la Unión Europea y en Estados Unidos. No
podría ser de otra manera, pues quien recibe dinero de ellos, los financistas,
difícilmente querrá atarles las manos. Por eso las expresiones de indignación
de Barack Obama, quien en 2008 recibió de gerentes bancarios cuatro millones de dólares para su campaña electoral, no preocuparon en las esferas de
Wall Street. Tampoco preocupan las acusaciones de Sarkozy contra especuladores y sus paraísos fiscales o los amagos de imponer un impuesto a las
transacciones financieras internacionales y publicar listas negras, pues se
sabe que es mera inanidad verbal.
Desarrollo económico alternativo
225
Bancarizar el dinero de los pobres no es una iniciativa del bengalí Muhammad Yunus ni mucho menos se trata de fortalecer las cooperativas de
ahorro y crédito popular, sino de forzar el despojo y el sometimiento de la
sociedad a los banqueros a través de lo que eufemísticamente se llama inclusión financiera.19
Así como en los años noventa se transfirieron millonarias cantidades
de recursos a los bancos provenientes de las reservas actuariales de los
fondos de pensiones para su ulterior administración privada, ahora se canalizan los apoyos sociales de combate a la pobreza a través de la banca
privada y extranjerizada. Con total ligereza se habla de sus bondades:
Hace dos semanas, impulsamos que todas las transferencias en efectivo para
seis y medio millones de beneficiarios, reciban sus transferencias a través de
una tarjeta de débito, que está asociada a una cuenta bancaria, con lo cual ya
estamos haciendo, de un golpe, el mayor programa de inclusión financiera que
se tenga conocimiento, por lo menos, que nosotros tengamos conocimiento, y
que permitirá a esas personas tener acceso al ahorro, al crédito y a ciertos
mecanismos de seguros de vida.20
Con una asombrosa desfachatez, se habla de inclusión financiera ilustrándola con la medida
de canalizar los recursos públicos de combate a la pobreza a través de la banca de la siguiente manera: “En México, para las seis y medio millones de familias más pobres del país, a las
cuales apoyamos con transferencias condicionadas, este programa que […] nació en México
de dar un pago a una familia con la condición de que la familia lleve a los hijos a la escuela
y los lleve al médico, que luego fue Oportunidades aquí, en México, Bolsa Familia, en Brasil,
y otros programas en toda la región […] y que ha permitido reducir, de manera muy importante, la pobreza […]”. Cabe indicar que este programa surge en México en la época salinista y representó una regresión respecto al enfoque de las políticas sociales: se opta por la
focalización en lugar de la visión universalista. Además es llevado a cabo con un fuerte
componente clientelar y asistencial concomitante al desmantelamiento del llamado Estado
de bienestar. Es decir, nada de qué vanagloriarse. Y a propósito de honestidad intelectual,
cuando se habla de reducción de la pobreza gracias a este programa no se repara en que
estos “avances” penden de alfileres y al menor vaivén económico se retrocede. Basta mencionar que entre 2008 y 2010, la pobreza en México aumentó de 48.8 millones de personas a
52 millones, por lo que pasó de 44.5 a 46.2% del total de la población mexicana, de acuerdo
con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
20 Es curiosa la desfachatez y alienante manera en que se presentan las cosas. El 1º de diciembre de 2011, cuando Calderón anunció su política de inclusión financiera en la región rarámuri de Chihuahua y que pretende proyectar a escala planetaria bajo su presidencia en el
G20, se expresaba en términos ontológicos: “La gente pobre cuando necesita un préstamo
va al banco, a la caja popular, y le dicen: ‘¿Tú quién eres?, tú no eres nadie, no tienes ni cuenta en mi banco, no tienes cuenta en el sistema’. En cambio, la gente que tiene cuenta en el
19
226
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Desde luego que las tarjetas bancarias de los empobrecidos mexicanos
distan mucho de parecerse a las cuentas bancarias que mexicanos adinerados mantienen en el exterior por un monto superior a 80 mil millones de
dólares, lo que representa un aumento de 62 por ciento respecto al inicio
del gobierno calderonista. Cabe indicar que adicionalmente han salido del
país 83 188 millones de dólares por concepto de inversiones directas realizadas por capitalistas mexicanos en el exterior.
En esa línea de bancarizar el dinero de los pobres, el 9 de enero de 2012
Felipe Calderón anunció la puesta en marcha del Programa Nacional de Financiamiento a la Educación Superior, mediante el cual en 2012 se destinarán 2 500 millones de pesos en créditos educativos para 23 mil jóvenes.
El programa se puso en marcha con la participación de 21 instituciones privadas de educación superior, la banca comercial y el gobierno federal, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y Nacional
Financiera.21
Para el nivel licenciatura se otorgarán créditos por hasta 215 mil pesos,
en tanto que para posgrado serán de 280 mil pesos. El financiamiento consiste en un crédito a 15 años y medio, con una tasa de interés fija de 10 por
ciento; una vez concluidos los estudios, el egresado tendrá un periodo de
gracia adicional de seis meses para ingresar al mercado laboral y comenzar
banco va a pedir un dinerito para una emergencia, que porque se casa la hija o va a poner
el nixtamal y le dicen, ‘ah, tú tienes cuenta en el banco’, y le prestan”. A Felipe Calderón no
le importó que en Batopilas, población situada en la sierra Tarahumara, donde no hay un
solo banco y lugar en que naciera Manuel Gómez Morín −fundador del Partido Acción Nacional y especialista en derecho bancario−, anunciara la bancarización del programa Oportunidades, con la entrega de millones de tarjetas bancarias a los más pobres para recibir las
transferencias federales. Los 6.5 millones de beneficiarios del programa Oportunidades
contarán con una tarjeta de débito, la cual, previo pago de 10 pesos, permitirá que obtengan
un seguro de vida, y si se llegan a morir, dice Calderón, “…la gente pobre, cuando se muere,
que Dios no lo quiera, ni quien se acuerde de ella y no tiene su familia ni para enterrarla. La
gente que está en el banco tiene un seguro de vida si se muere, Dios no lo quiera, le dan dinero (hasta 40 mil pesos) a su familia”.
21 Los bancos participantes en una primera fase son Santander, Bancomer, HSBC, Banorte,
Afirme y Financiera Educativa de México. Los negocios educativos privados son: el Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y las universidades de Monterrey,
Regiomontana, Anáhuac México, Latinoamericana, Panamericana, Tecnológica, Popular
Autónoma del Estado de Puebla y Jesuita de Guadalajara. También las universidades del
Claustro de Sor Juana, Justo Sierra, Latina, Intercontinental, del Valle de Atemajac, Tangamanga y Contemporánea, además del Centro de Enseñanza Técnica y Superior (CETYS Universidad).
Desarrollo económico alternativo
227
a pagar el financiamiento. Mientras en Chile el movimiento estudiantil pone
en crisis este modelo privatizador de la educación pública impuesto por la
dictadura pinochetista, el gobierno espurio de México lo adopta bajo el
eufemismo de la inclusión financiera.
Arquitectura financiera internacional
Las discusiones sobre una nueva arquitectura financiera internacional se
han desplazado del ámbito de las Naciones Unidas al informal pero cada vez
más influyente foro del G-20.
A pesar del prolongado deterioro y el aún vivo desprestigio de las instituciones financieras internacionales, particularmente del FMI, Felipe Calderón se propone revivir un difunto y apalancarlo como prioridad del G-20.
Para ello, y haciendo gala una vez más de deshonestidad intelectual,
Calderón reivindica con total impunidad al FMI en los siguientes términos:
“esta institución ayudó a una gran cantidad de países en América Latina, en
nuestras crisis, y [...] se volvió, ciertamente, presa de todos los rencores y
todos los odios [...], finalmente, yo creo que era parte de su función”.
Calderón pretende conferir al FMI un papel relevante en la actual crisis,
con actuaciones “oportunas y eficaces” y una mayor supervisión que vaya
más allá de las políticas de tipo de cambio y abarque aspectos relacionados
con flujos de capital, reservas internacionales, regulación de mercados financieros, repercusiones externas, etcétera. Se trata de replicar la intervención del FMI en las economías nacionales, “algo que fue muy habitual en las
economías de América Latina en los ochenta y que ahora tendrá que ser,
también, habitual en ciertas economías en problemas de Europa”.
Se promueve el reforzamiento financiero del FMI, y el gobierno mexicano, muy obediente a la solicitud para duplicar la cuota de aportación a este
organismo multilateral, realiza una nueva aportación, con el pretexto de que
se tendrá mayor poder de votación para las nuevas resoluciones mundiales.
Cosa que difícilmente ocurrirá, toda vez que México estará subiendo su voto
de 0.50 por ciento a 1.80 por ciento dentro del FMI, con la reciente aportación de 7 500 millones de dólares, lo cual representa cinco mil DEGS (Derechos
Especiales de Giro). Los 7 500 millones de dólares forman parte de un préstamo temporal al FMI, el llamado NAB (New Arrangements to Borrow).
Al 19 de diciembre de 2011, por información del ministro alemán de
Finanzas, Wolfgang Schäuble, se sabía que no se contaba con la aportación
de Estados Unidos a la nueva línea de crédito del FMI para socorrer a los
228
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
países de la zona euro en apuros. Entre los resultados de la cumbre de la UE
del pasado 8 y 9 de diciembre, en Bruselas, se planteó la creación de la
nueva línea de crédito del FMI para los países con problemas, para la que
se prevén hasta 200 000 millones de euros. La contribución de Alemania se
estima en 45 000 millones de euros, a pesar de las resistencias del Bundesbank (banco central), que ha manifestado su disposición a aportar esa
cantidad, pero bajo severas condiciones y observando la restricción establecida por el Tratado de Maastricht al Banco Central Europeo (BCE) de financiar directamente a los Estados. El objetivo es acelerar los preparativos
del fondo permanente de rescate (Mecanismo Europeo de Estabilidad, MEDE),
previsto para julio de 2012, de manera que se combinaría durante un año
con el fondo de estabilización temporal (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, FEEF). El FEEF dispone de una capacidad de intervención de 250 000
millones de euros, si se descuentan los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal, mientras que el MEDE mantendrá de momento un límite de 500 000
millones de euros en su dotación.
No hay nada nuevo en este aspecto. Ya desde noviembre de 2008, el
G-20 ha estado ampliando los recursos del FMI, y en abril de 2009 se convino
en “triplicar la capacidad regular de préstamos del FMI a 750 000 millones
[de dólares]” y “duplicar como mínimo los recursos concesionarios a favor
de los países de bajos ingresos e incrementar en 250 000 millones la liquidez
mundial a través de una emisión general de derechos especiales de giro”
(FMI: 2009:10)
Desde el estallido de la crisis, los líderes del G-20 que se han arrogado
el mérito de conformar un nuevo orden mundial, en realidad se siguen valiendo de las viejas y desprestigiadas instituciones como el FMI, a las que
usan, a pesar de su papel negativo para provocar la actual crisis, a fin de
seguir inyectando recursos a los mercados en crisis pero sobre todo para
imponer severos programas de ajuste estructural y supervisar su fiel cumplimiento.
Todavía el 18 de enero de 2012, en un comunicado el FMI insistía en la
necesidad de ampliar su capital en 500 mil millones de dólares para socorrer
a los países con problemas por la crisis de deuda de la zona euro y otros
100 mil millones de dólares se necesitarían como “colchón de protección”.
Las naciones de la zona euro ya se han comprometido a inyectar 150 mil
millones de euros adicionales (200 mil millones de dólares) al FMI, lo que
está incluido dentro de la estimación total. Sin embargo, Estados Unidos,
Canadá, Japón y Corea del Sur han estado presionando por discutir primero
Desarrollo económico alternativo
229
sobre la contribución de Europa a la crisis para acordar medidas adicionales.
Mientras que los países europeos plantean que ya han hecho lo suficiente y
piden más recursos para el FMI, por su parte, países como China y Brasil han
dicho que están dispuestos a contribuir con más recursos para el organismo
multilateral de crédito a cambio de un mayor poder de voto.
Actualmente, el FMI posee una capacidad de préstamo de unos 380 mil
millones de dólares, pero para algunos especialistas se estima una brecha
de financiamiento global de un billón de dólares durante los próximos dos
años si las condiciones económicas globales empeoran.
Seguridad alimentaria
Mientras que el FMI afirmaba, en contra de la ortodoxia, que “El FMI alentó
a las economías avanzadas y en desarrollo con suficiente espacio fiscal a
utilizarlo para estimular la demanda. La crisis puso de relieve la importancia
del espacio fiscal para que pueda entrar en juego una política fiscal anticíclica durante las desaceleraciones económicas. La mayor parte de los países
lanzaron programas de estímulo fiscal en 2009, que deberían continuar en
2010” (2009:10), estas políticas anticíclicas, que ciertamente se salían del
canon neoliberal duro, exhibían el pragmatismo con que los líderes del G-20
se plantearon la salida de la crisis de manera inmediata. Lo cierto es que la
actual crisis es de tal profundidad que por supuesto hicieron inoperantes
dichas medidas para evitar una recaída. Más aún cuando se siguió con el
libertinaje financiero y los rescates a favor de los banqueros.
Lo curioso del caso es que Felipe Calderón desliza la duda sobre la
eficacia de tales medidas anticíclicas, a las que en algún momento acogió
retóricamente para dar la imagen de su desmarcaje neoliberal, justo en el
tema de los commodities (entre ellos los alimentos). Recomienda “medir
el impacto real que han tenido políticas monetarias expansivas antirecesivas,
que más que traducirse, realmente, en un aumento de la demanda agregada
en los países al que va destinado, tienen un efecto que traslada ese poder
de compra, más bien, a los mercados de commodities en todo el mundo” y
añade: “Una política monetaria destinada a ser contracíclica en una recesión
termina elevando precios de cosas básicas, como el petróleo, con lo cual se
vuelve en una política monetaria, precisamente, recesiva”.
Felipe Calderón no logra explicarse el incremento de los precios de los
commodities en un escenario recesivo. Aunque en algún momento piensa
que “la explicación es obvia”, la atribuye a “la demanda creciente de las
230
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
economías emergentes con mayor poder adquisitivo”, y no deja de mencionar otros factores, “como es el manejo financiero, la estructura financiera,
especulación financiera, no quisiera llamarle así, pero puede serlo”, nos dice
quien no puede ocultar la creciente financiarización de los alimentos y otros
commodities.
El tema de la seguridad alimentaria, a lo que reduce el reclamo de soberanía y autosuficiencia alimentaria, se ha abordado en el G-20 en menoscabo de otros foros, como la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO).
Aunque el titubeante diagnóstico de la crisis alimentaria es obvio, no
se acierta a proponer medidas audaces para encararla, y no puede ser de
otra manera estando preso del fundamentalismo del libre mercado.22
Medio ambiente
Finalmente se nos dice que la prioridad será “alentar el desarrollo sustentable, incluyendo un diseño integral, una agenda de infraestructura, de eficiencia energética, de crecimiento verde y de financiamiento del desarrollo
sustentable”.
La prelación de prioridades y sobre todo el contenido neoliberal de cada
una de estas, indica que para el G-20 la economía y las finanzas están en
primer lugar, por lo que a ellas han de subordinarse el resto de las esferas
sociales, políticas y ambientales.23
Felipe Calderón: “El aumento no sólo de los commodities en general, petróleo y minerales,
desde luego, sino especialmente, el aumento de los precios de los alimentos en los dos últimos años, han generado que para los seres humanos más pobres se cuentan por miles de
millones […] las familias más pobres, se calcula, destinan la mitad de su ingreso para la
compra de alimentos, y los alimentos han aumentado 25 por ciento en promedio, quiere esto
decir que es un impacto directo en el nivel de ingreso y un aumento en el nivel de pobreza,
ceteris paribus, en todos los países […] estamos en crisis verdaderamente dramáticas como
es la hambruna que hay ahora en el Cuerno de África […] el rol relevante jugado en la primavera del norte de África y del Medio Oriente.”
23 Hay frases en el discurso de Felipe Calderón que develan sus prioridades: “Es cierto, el
mundo tiene demasiados problemas para pensar ahora en el medio ambiente” o “si lo quieren ver pragmáticamente, es un asunto económico, es un asunto de pesos y centavos; es
decir, lo que hagamos hoy para evitar las consecuencias del cambio climático, por muy caro
que sea, será varias veces mucho más barato, que lo que tendremos que hacer en el futuro para pagar los costos de adaptación a las consecuencias del cambio climático. Eso tenemos
que hacerlo. Y hay maneras de hacerlo. Hay maneras de generar alternativas de crecimiento
vinculadas al combate al calentamiento global.” Añade: “En México, tuvimos una muy buena
22
Desarrollo económico alternativo
231
Para Susan George, las esferas deben revertirse y acomodarse de la siguiente manera: el planeta y su biosfera debe ser la esfera más externa dentro
de la cual está la sociedad humana, libre de optar democráticamente por su
organización social; luego estaría la economía y finalmente las finanzas.
Este nuevo acomodo reduciría la lógica del
crecimiento económico-financiero y desmoro- La nueva política económica debe
naría la creencia de que se pueden pensar y basarse en la planeación del deresolver nuestros problemas desde ese hori- sarrollo de acuerdo con el interés
zonte. Nada más errado. De seguir en esa lógi- nacional y el ejercicio democrática, no solo nos encontraremos en el escenario co. (Proyecto Alternativo, p. 12)
visualizado por Rosa Luxemburgo: “capitalismo o barbarie”, sino en el de “capitalismo o extinción humana”.
No hay espacio para abordar con detalle la crítica al concepto de economía y crecimiento verde que desde el G-20 se estará difundiendo para
imponerse en la semántica, ideología y en las políticas públicas en las que
subyacen los negocios lucrativos y rapaces de los capitales transnacionales,
pero, como bien dice Silvia Ribeiro (2012):
[…lo más verde de las propuestas de economía verde […] es el color de los
billetes que esperan ganar con ella las empresas transnacionales que han
causado las crisis económicas, alimentarias, ambientales y climáticas. Esta
es una de las conclusiones que se derivan al comprobar que son las mismas
compañías que controlan las tecnologías, las patentes, los productos y los
mercados de la economía verde.24
Bibliografía
Cerutti Guldberg, Horacio (1975), “Propuesta para una filosofía política latinoamericana”, en Revista de Filosofía Latinoamericana: Liberación y
Cultura, t. I, enero-junio.
sesión de la Conferencia de las Partes, la COP-16. Acaba de concluir la COP-17, en Durban,
en Sudáfrica; que recoge un punto importante que propusimos en México, la creación del
Fondo Verde Climático”.
24 Se recomienda ampliamente consultar dos textos críticos sobre economía verde: el reciente
informe: Quién controlará la economía verde, del Grupo ETC, disponible en: <http://www.
etcgroup.org/es/node/5298>; y el texto de Edgardo Lander, La economía verde: el lobo se
viste con piel de cordero, del grupo TNI, disponible en: <http://www.tni.org/sites/www.tni.
org/files/download/green-economy_es.pdf>.
232
Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
FMI, Fondo Monetario Internacional (2009), Informe anual 2009. La lucha
contra la crisis mundial. Disponible en: <http://www.imf.org/external/
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Latouche, Serge (2009), Pequeño tratado del decrecimiento sereno, Barcelona,
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Ribeiro, Silvia (2012), “Los dueños de la economía verde”, en La Jornada, 14
de enero. Disponible en: <http://www.jornada.unam.mx/2012/01/14/
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Vasco.
Autores/as
Aguilar Micceli, Gustavo. Licenciado en Sociología por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Tiene experiencia como servidor público en órganos de control interno de nivel local. Fue contralor interno en la
Delegación Iztacalco y asesor en la Contraloría General de Gobierno del
Distrito Federal. Responsable del enlace legislativo local y federal. En el ámbito legislativo asesoró a la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa),
creada por la ley encaminada a buscar una solución al conflicto surgido en
Chiapas en 1994, en la LVII Legislatura de la Cámara de Diputados. En la
administración pública federal efectuó investigaciones de coyuntura en
la Subdirección del Área de Información Regional de la Secretaría de Desarrollo Social; desempeñó tareas de capacitación como subdirector en la
Dirección General de Enlace Regional de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y de organización social como subdirector del Área de Organización en la Coordinación de Evaluación y Enlace Regional de la Secretaría
de Programación y Presupuesto.
Alcalde Luján, Bertha María. Integrante de la Coordinación Nacional del
Movimiento Regeneración Nacional, Jóvenes y Estudiantes (Morenaje).
Arnaut Estrada, Alberto. Integrante de la Coordinación Nacional del Movimiento Regeneración Nacional, Jóvenes y Estudiantes (Morenaje).
Barbosa Cano, Fabio. Cursó la licenciatura en Economía y realizó estudios
de maestría en Historia de México en la UNAM. Laboró como asesor de la
Comisión de Historia de Petróleos Mexicanos, entre 1983 y 1988. Esta Comisión inició la construcción del archivo histórico de Pemex. Entre sus publicaciones se encuentra el capítulo “Technical and Economics Problems of the
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Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Newly Nationalized Industry”, en: The Mexican Petroleum Industry in the
Twentieth Century, Austin, University of Texas Press. Asimismo ha publicado
más de 150 artículos en revistas especializadas, entre ellas Oil & Gas Journal.
Sus trabajos han sido citados en el debate parlamentario en varias ocasiones
en el Diario de los Debates de la Cámara de Diputados y en la Gaceta del
Senado de la República. La revista Petróleo y Energía, editada por el Grupo
Ferraez, decidió incorporar al profesor Barbosa en la lista de las 100 personalidades más influyentes en el sector de la energía en México en los años
2010 y 2011.
Bartra, Armando. Profesor-investigador, titular C, UAM-Xochimilco. Coordinador del suplemento La Jornada del Campo de La Jornada. Autor de
numerosas obras, entre las más recientes: La utopía posible. México en
vilo: de la crisis de autoritarismo a la crisis de la democracia (2000-2008)
(2011), La Jornada Ediciones; Tiempo de mitos y carnaval: indios, campesinos, revoluciones. De Felipe Carrillo Puerto a Evo Morales (2011), Ítaca;
Tomarse la libertad. La dialéctica en cuestión, México (2010), Ítaca; y El
hombre de hierro. Los límites sociales y naturales del capital (2008), UACM /
UAM / Ítaca.
De la Rosa Rodríguez, José Javier. Doctor en Ciencias Políticas y Sociales
por la Universitat Pompeu Fabra; maestro en Políticas Públicas y licenciado
en Economía por la UAM-Xochimilco; y diplomado en Legislación Nacional
y Derechos Humanos por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Ha trabajado en organizaciones civiles y académicas en temas de derechos
humanos y políticas públicas. Actualmente es profesor-investigador adscrito al Centro de Estudios sobre la Ciudad de la Universidad Autónoma de la
Ciudad de México.
Escobar Toledo, Saúl. Licenciado en Economía por la Facultad de Economía
de la UNAM. Actualmente, es profesor-investigador de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia. En dicha
institución imparte el Diplomado de Historia de México en el siglo XX y
forma parte del Seminario sobre la Transición en México con el Proyecto
“Trabajo y trabajadores en el México Contemporáneo”. Forma parte del
Grupo Nuevo Curso de Desarrollo con sede en la UNAM. Cargos recientes en
el PRD: secretario de Relaciones Internacionales 2006-2011 y miembro del
Departamento de Relaciones Internacionales 2011-2012. Publicó, entre otros,
Neoliberalismo y pobreza
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“La crisis mundial: de autonomías y velocidades”, en De la crisis mundial
hacia una nueva política económica, FES, 2011; “2012: Construir una salida progresista” en La Zurda, núm. 3, 2011; “El G20 y el año que viviremos
en peligro”, en La presidencia mexicana del G20, FES, 2012; y “Los últimos
años posrevolucionarios y el sindicalismo” en El XX. Lecturas de un siglo,
Ítaca, 2012.
Espinoza, Víctor Jorge. Doctor en Educación por el codoctorado integrado
por la UNAM, UAM y UPN. Coordinó la licenciatura en Administración Educativa de la Universidad Pedagógica Nacional. Docente de la UNAM y de posgrado en varias universidades del país.
Franco López, Jorge. Licenciado en Economía por la UNAM. Autor de Producir para nosotros (1990), Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM;
Banco de México. El enemigo en casa (2006), BUAP ; y numerosas publicaciones más, varias de ellas disponibles en: <http://producirparanosotros.
blogspot.com/>.
González Chávez, Gerardo. Doctor en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. Coordinador del proyecto de investigación
“El desarrollo tecnológico y la competitividad en la industria manufacturera” (Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación
Tecnológica-PAPIIT IN305610). Correo electrónico: gerardog@servidor.
unam.mx
Hernández, María Alejandra. Realizó estudios de maestría en Estudios
Políticos y Sociales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Consultora política. Especialista en temas de seguridad pública, comunicación política y gobernabilidad.
Krotz Heberle, Esteban. Licenciado y doctor en Filosofía (Munich) y maestro en Antropología Social (Universidad Iberoamericana). Profesor-investigador en la Unidad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de
Yucatán y docente en la Facultad de Ciencias Antropológicas de la misma
universidad. Coordinador de la región Sur-Sureste del Consejo Mexicano de
Ciencias Sociales (Comecso) y participante en el proyecto de investigación
“Ciencias sociales en México: un enfoque regional”.
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Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
Medina Ortiz, Makieze. Maestra en Estudios Políticos y Sociales por la
UNAM. Vocal y activista de Ingreso Ciudadano Universal-México A.C. Correo
electrónico: makiezemedina@gmail.com
Oliva Ríos, Mónica. Licenciada en Derecho por la UNAM. Cuenta con diplomados en Antropología Jurídica, Derecho Agrario, Derecho Procesal, y
Análisis de la Cultura. Área de especialización jurídica: derechos humanos
y agraria-indígena. Funcionaria pública en las principales instituciones de
los sectores agrario, indígena y de relaciones exteriores. Integrante fundadora del Taller Universitario de Derechos Humanos, A.C. (1989). Encargada
del área jurídica del Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro
Juárez”, A.C. (1990-1991). Tallerista, ponente y docente en temas de derechos
humanos, cuestiones agrarias e indígenas, y promoción de la salud. De 2006
a la fecha, profesora investigadora de tiempo completo en la Universidad
Autónoma de la Ciudad de México, donde realiza trabajo docente y de investigación en las licenciaturas en Derecho y Promoción de la Salud. Líneas
de investigación: salud y derecho, derechos humanos.
Peñaloza Méndez, Andrés. Licenciado en Economía, maestro en Filosofía
y actualmente cursa el doctorado en Economía en la UNAM. Miembro fundador de la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio y de la Coalición
Mexicana frente al G20. Es presidente de Bia’lii, Asesoría e Investigación,
A. C. Se ha desempeñado como asesor en la Cámara de Diputados y en el
Senado de la República en temas de presupuesto público, políticas económicas y asuntos internacionales. Fue director ejecutivo de Contraloría
Ciudadana en el Gobierno del Distrito Federal.
Portos Pérez, Irma. Doctora en Estudios Latinoamericanos. Investigadora
titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
Ramírez Carrillo, Luis Alfonso. Doctor en Sociología. Profesor investigador de la Unidad de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Yucatán
(UADY). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores; se ha desempeñado como coordinador de la Unidad de Ciencias Sociales del CIR-UADY.
Entre sus últimas publicaciones figuran: Mérida. Una modernidad inacabada: un siglo de población y empleo urbano (2006). Coordinador de la obra
En la ruta del petróleo. Impactos de una eventual explotación petrolera en
Yucatán (2007), cuatro tomos. Ambos libros editados por la Fundación Plan
Neoliberalismo y pobreza
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Estratégico de Mérida, Yucatán. Coordinador de Perder el paraíso. Globalización, espacio urbano y empresariado de Mérida (2006), Miguel Ángel
Porrúa / UADY.
Sabido Méndez, Arcadio. Maestro en Ciencias Políticas. Académico de la
Unidad de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Yucatán (UADY). Ha
publicado, entre otros, Teoría de la hegemonía en Antonio Gramsci: fuerza
y consenso (2004). Coeditor de Democracia, procesos electorales y participación ciudadana: Yucatán 2001-2007 (2008), UADY. Es autor de “Referencias a
la vigilancia epistemológica para la investigación en Antonio Gramsci” en
Problemas emergentes en Ciencias Sociales: ¿Cómo estudiarlos? (2011), coordinado por Felipe de Alba (MIT ), Frédéric Lesemann (INRS -UCS ) y Carlos
Gallegos (FCPyS-UNAM).
Salinas Hernández, Héctor Miguel. Doctor en Ciencias Políticas y Sociales
por la Universidad Nacional Autónoma de México. Profesor investigador de
tiempo completo en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, donde coordina el Programa de Estudios en Disidencia Sexual. Autor de dos libros que abordan el tema de las políticas públicas sobre disidencia sexual,
uno sobre México y otro sobre América Latina. Miembro de la Academia
Mexicana de Estudios de Género de los Hombres (AMEGH, A.C.), y conferencista en diversos eventos académicos.
Suárez, Víctor. Ingeniero agrónomo. Miembro del Consejo Consultivo del
Movimiento Regeneración Nacional (Morena), A.C. Entre sus publicaciones se cuenta: Políticas públicas para la agricultura mexicana con base en el
consenso y la certidumbre. El caso de la ley de planeación para la soberanía y
la seguridad agroalimentaria y nutricional (2011), Ítaca; y ¿Tiene futuro la agricultura campesina en México? Políticas públicas para la soberanía alimentaria
y el desarrollo rural con campesinos (2005), Porrúa / Cámara de Diputados.
Torres Góngora, Beatriz. Doctora en Estudios Sociales. Profesora-investigadora de la Unidad de Ciencias Sociales (UCS) del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” de la Universidad Autónoma de
Yucatán. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Coordinó la UCS
y presidió la Asociación Mexicana de Estudios del Trabajo (AMET). Docente de la Facultad de Ciencias Antropológicas y de la Facultad de Economía
de la UADY. Entre sus publicaciones de 2010 destacan: “Los trabajadores de
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Miradas alternativas al neoliberalismo / II. Dimensiones económicas de la crisis
un fraccionamiento y su adjetivación del trabajo”, en Enrique de la Garza
Toledo y Julio César Neffa (coords.), Trabajo e identidad y acción colectiva,
CLACSO / UAM-I / Plaza y Valdés Editores; “De qué modernización hablamos.
Trayectorias productivas en la industria de alimentos y bebidas en Yucatán”,
en Diez años de estudios laborales, UAM / Plaza y Valdés Editores; “El trabajo femenino en las maquiladoras de exportación: rostro emergente de la
globalización en Yucatán”, en Género en la época de la globalización. Miradas desde el mundo maya, Plaza y Valdés Editores/ Universidad de Oriente/
UADY. Correo electrónico: tgongora@uady.mx y beatriztg4@hotmail.com
Tovar Alcázar, Rosario. Ingeniera arquitecta por la Escuela Superior de
Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional. Estudió la maestría y especialización en Diseño bajo la línea de Arquitectura Bioclimática
en la Universidad Autónoma Metropolitana. Diplomada en Estudios de Arte
por la Universidad Iberoamericana y Técnica en Construcción Arquitectónica por el CECyT Wilfrido Massieu del Instituto Politécnico Nacional. Ha
trabajado para el sector privado como asesora técnica en materia de construcción, así como en la generación de material técnico para la enseñanza
y aprendizaje de diversos tópicos relacionados con la arquitectura. En el
sector público fue coordinadora de los Contralor@s Ciudadan@s en Comités
y Subcomités de Obra en diversas dependencias y subdirectora de Estudios y Proyectos sobre Transparencia y Rendición de Cuentas.
Zermeño, Felipe. Maestro en Economía, egresado de la Universidad de
Guadalajara y del Posgrado de la Facultad de Economía de la UNAM. Profesor
titular en esa facultad. Autor de libros y ensayos sobre temas del desarrollo
económico, de la agricultura y de la política económica. Miembro del Consejo de Colaboradores de la revista Memoria. La editorial Plaza y Valdés
publicó recientemente sus libros Lecciones de desarrollo y Desarrollo económico y nuevo capitalismo financiero.
Miradas alternativas al neoliberalismo
II. Dimensiones económicas de la crisis
se imprimió en Gráficos efe, Diseños
y Producciones Editoriales y para las Artes Gráficas,
Callejón de la Barranca 43, Col. Tetelpan,
Del. Álvaro Obregón, 01700 México, D.F.
Tiraje: cuatro mil ejemplares
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