subir al Pichincha, e inmediatamente comenzaron los preparativos necesarios para llevar a efecto este propósito. Como se trata de la jornada más memorable (sobre todo para Espada) de cuantas acometieron, durante la presente odisea, nuestros viajeros, Vamos a recoger cuidadosamente los detalles relativos al caso, que aparecen consignados en los diarios de aquéllos, adelantando algunas noticias históricas que por su interés merecen figurar aquí. E s a s noticias constan en un curioso folleto publicado hace ya muy cerca de treinta años, por D . Marcos Jiménez de la Espada, con el título de «Una ascensión a el Pichincha en 1582» ( 1 ) . E s t á basado en documentos inéditos de la Biblioteca de Palacio, de la cual extractó aquél tantas noticias interesantes ( 2 ) . Dice Ortigueira ( 3 ) que siendo él alcalde ordinario de Quito por los años de 1582 «acaeció que a los 14 de Junio día Jueves por la mañana, amaneció quemándose con grandísima furia este Volcán más de lo que otras veces solía hacer e echaba de sí tanta cantidad de fuego revuelto en una espantosa negrura de negro humo, con tanto ruido y estruendo de acelerados truenos que salían a vueltas dello de lo profundo y cavernoso del propio Volcán que a todos nos ponía mayor temor y afligción, entendiendo que Venía a ser verdadero el falso pronóstico, pues en las Vísperas del había tantas y tan extrañas señales». No tuvo lugar la catástrofe que para el siguiente día temían Ortigueira y sus convecinos, pero el 11 del citado (1) Madrid.—Imprenta de Fortanet. Sin fecha de impresión.—Es un trabajo breve escrito con singular gracejo, y saturado de humorismo con ribetes volterianos. Espada toma en él a broma sus aventuras en el Pichincha, las que, por un milagro, no le costaron la vida, y por una genialidad inexplicable se niega a relatarlas, mortificando así la curiosidad de los lectores. Felizmente disponemos de su «Diario» donde es más explícito, como lo son también los de sus compañeros. (2) El principal lleva este título: Jornada del río Marañan con todo lo acaescido en ella y otras cosas notables dignas de ser sabidas, acaescidas en las Indias Occidentales del Perú, dirigida al felicísimo D.Felipe III, Príncipe Nuestro Señor, por Toribio de Ortigueira, montañés.— Sevilla. —1585. (3) Capítulo 62.