«La Responsabilidad De Predicar La Palabra de Dios» (Ezequiel 3

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«La Responsabilidad De Predicar La Palabra de Dios» (Ezequiel 3:18–21)
INTRODUCCIÓN
Estamos en tiempos difíciles. Donde la inmortalidad y el libertinaje están tomando
control de las vidas de las personas. Pero lo más triste es que muchos que se dicen ser
cristianos están siendo arrastrados también.
Es por ello que los verdaderos creyentes en Jesucristo tenemos la responsabilidad de
hacer una diferencia, y la mejor manera de hacerlos es; viviendo un cristiana conforme a
la voluntad de Dios, y segundo, predicando la Palabra de Dios a todos, tanto pecadores,
como creyentes que se están desviando.
Es por ello que en esta ocasión vamos a estar considerando el tema: «La
Responsabilidad De Predicar La Palabra de Dios»
I. NUESTRA RESPONSABILIDAD DE PREDICAR A LOS PECADORES (3:18-19)
A. Para que Sean Librados de la Condenación Eterna (v.18)
«Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que
el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero
su sangre demandaré de tu mano»
1. Hoy en día el pecado es un estilo de vida para muchos. Lo cual está generando
consecuencias eternas, sino no hay un arrepentimiento y alejamiento de él.
2. Dios ya ha determinado una sentencia para el que muere en sus pecados, aunque
también hay consecuencia en esta vida. Esa consecuencia futura es el castigo eterno
separados de la presencia de Dios en el lago de fuego (2Tes.1:6-6; Apoc.20:15)
3. Si lo redimidos por la Sangre de Jesucristo no cumplimos con predicar el
Evangelio de Salvación, seremos en cierta manera culpables. No significa que
perderemos nuestra salvación, pero habrá vergüenza y intranquilidad cuando
muere alguien y se pierde por no cumplir nosotros con predicarles.
4. Pablo era que se sentía constreñido por dentro a predicar el evangelio
espontáneamente. «¡Ay de mí si no anunciare el evangelio! … ¡El amor de Cristo me
constriñe!» (1 Co 9:16; 2 Co 5:14).
¡Este debe ser nuestro también nuestro sentir!
B. Para ser Librados Nosotros de la Culpa (v.19)
«Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él
morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma»
1. Nuestro deber es predicar el Evangelio «a tiempo y fuera de tiempo» como lo dice
Pablo en 2 Timoteo 4:2.
2. Nuestro deber es predicarles a los pecadores. Con esto cumplimos con Dios, y si el
pecador se convierte gloria a Dios, pero si no, él es responsable ante Dios y nos nosotros.
3. Por ello cuando cumplimos nuestra parte, quedamos libres de juicio y tenemos
la paz por haber obedecido.
II. NUESTRA RESPONSABILIDAD DE EXHORTAR A LOS CREYENTES (3:20–21)
A. Para que No Peque y Se Consagre a Dios (v.20)
«Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él
morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no
vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano»
1. Algunas personas creen que los justo no pueden caer, sino que aquí se refiere a los
que parecen justo pero no lo son. Que en mi opinión este argumento es erróneo.
2. …Hiciere maldad… Se refiere cuando practica el pecado de una manera
consciente y con malicia. O sea cuando ya hay caído o esta punto de caer.
3. Por ello nuestra responsabilidad es exhortarle a que deje de pecar y vuelve a
reconciliarse a Dios, para la salvación de su alma. Si no lo hacemos seremos
culpables de su perdición.
B. Para Librar Las Almas y la Nuestra (v.21)
«Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue
amonestado; y tú habrás librado tu alma»
1. El justo es todo aquí anda en Justicia, y aplicando a nuestros tiempo es todo
creyente en Dios, que en un tiempo no era pecador, pero ahora ha sido redimido.
2. Debemos entre creyentes animarnos a seguir en el camino de Dios y no volver atrás.
a. Orando los unos por los otros.
b. Animándonos.
c. Conviviendo para darnos mutuamente fuerzas.
Por ello es tan importan el nivel espiritual de aquellos con los convivimos. Los maduros deben
buscar maduros, pero también a los inmaduros para ayudarles en su crecimiento espiritual.
3. En Santiago 5:19-20. Se nos dice: «19 Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha
extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, 20 sepa que el que haga volver al pecador
del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados»
a. Aquí se refiere a creyentes que se han extraviado de la verdad.
b. Nuestro deber es hacerlo volver a la verdad.
c. Cuando alguien que se ha extraviado vuelve a la verdad se salva su alma y sus
pecados son perdonados.
CONCLUSIÓN
Para concluir. Es importante considerar lo siguiente:
1. El hecho de ser el hombre creado a la imagen de Dios cambia toda nuestra
perspectiva en cuanto a otros hombres.
2. Puesto que creemos que el hombre como hombre es creado a la imagen de Dios,
somos impulsados por los motivos más fuertes a ganarlos para que acepten la
oferta de la gracia de Dios y sean así regenerados a la imagen de Cristo.
3. Nos afligimos profundamente, y esto es una necesidad lógica, por la impiedad
dondequiera que exista en la raza humana.
4. No importa cuán degradado esté el individuo o la cultura, tenemos que pensar del
hombre como hombre a la luz de los propósitos de Dios para la humanidad.
5. No sabemos quiénes son ni dónde están los que Dios va a salvar. Es nuestro deber
buscarlos dondequiera que estén.
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