6. Carlos V y Yuste

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CARLOS V Y YUSTE
-Abstract:
En este tema se habla de su abdicación en Bruselas, su espera por la llegada
del oro americano, el viaje a Yuste, el número de su servidumbre, el tipo de
vida que llevó en Yuste, su aportación para la guerra contra Enrique II, las
enfermedades que sufrió en su estancia en Yuste y su deseo de ser enterrado
en este lugar.
-Esquema:
Carlos V y Yuste
•
Abdicación:
- Viaje a Yuste
•
Vida en Yuste:
- Servidumbre
- Dedicación
- Cortes de Europa
- Enfermedades
- Muerte
•
Aportaciones:
- Consejos
- Influencias
- Económicas
-Desarrollo del tema:
Carlos V pronunció un discurso de abdicación en una ceremonia
celebrada en Bruselas, en 1555.
Carlos V dividió su herencia entre su hijo y su hermano, Felipe y
Fernando respectivamente. Carlos V abdicó dejando en realidad a su
hijo Felipe la herencia de su poder, y decidió retirarse al monasterio
de Yuste.
Después de su abdicación, esperó un año entero a la llegada del oro
Americano, para sufragar los gastos de la disolución de su
numerosísima Corte.
Posiblemete, la decisión de alojarse en Yuste como refugio final de
su vida se deba a dos aspectos bien diferentes: uno, la tradición de
los reyes de la corona de Castilla de devoción hacia la Virgen de
Guadalupe, lo que les llevó a conocer las tierras de la Vera y las
Villuercas en su camino de llegada al Santuario -Fernando el
Católico murió en Jaraicejo, muy cerca de estos lugares, en
peregrinación a Guadalupe-. Por contra, es posible que uno de los
principales consejeros del monarca, el Conde de Oropesa y septimo
marqués de Jarandilla, Álvarez de Toledo aconsejara el retiro del
Emperador en esta zona de la Vera, donde el tenía morada para
acomodar dignamente el rey mientras se le preparaba y
acondicionaba el monasterio de Yuste, más austero y del gusto de
Carlos.
Partiendo de Ostende en navios de la flota, llegó a Castilla por la
marina de Santander.
Posteriormente, al llegar a Laredo la comitiva recorrió Castilla y tras
franquear la sierra de Gredos por Garganta de la Olla, llega a
Jarandilla, donde recibe a muchas personalidades. Tiempo después
se trasladó a Yuste.
En Yuste su servidumbre quedó reducida a cincuenta personas.
En su estancia en este lugar, Carlos V, se dedicó a oír misas, a
contemplar los espléndidos paisajes, a la lectura, a su afición por los
relojes y a sus copiosas comidas.
Se negó a participar en una guerra con su hijo contra Francia,
aunque aportó dinero para pagar a las tropas imperiales, que
vencieron a Enrique II en la batalla de San Quintín, recaudando
impuestos de Toledo, Córdoba y Sevilla.
La gota y la diabetes, que eran sus históricos males, se agudizaron
pero su muerte fue causada por la fiebre palúdica contraída por
picaduras de mosquitos.
El emperador fue enterrado bajo su expreso deseo, debajo del altar
mayor de la iglesia del Monasterio. Años más tarde los restos fuero
trasladados, por Felipe II, al Monasterio del Escorial.
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