Intususcepción intestinal en el adulto ¡Échale invaginación, busca la cabeza! Poster no.: S-1062 Congreso: SERAM 2014 Tipo del póster: Presentación Electrónica Educativa Autores: 1 2 3 A. Villalba Gutiérrez , N. Alegre Bernal , J. Marin Ocampo , P. 1 1 1 Borrego Jimenez , A. Velarde Pedraza , J. Cubero Carralero ; 1 2 3 Leganés/ES, Leganés - Madrid/ES, Madrid/ES Palabras clave: Metástasis, Motilidad, Neoplasia, Educación, TC, Colon, Intestino delgado, Abdomen DOI: 10.1594/seram2014/S-1062 Cualquier información contenida en este archivo PDF se genera automáticamente a partir del material digital presentado a EPOS por parte de terceros en forma de presentaciones científicas. Referencias a nombres, marcas, productos o servicios de terceros o enlaces de hipertexto a sitios de terceros o información se proveen solo como una conveniencia a usted y no constituye o implica respaldo por parte de SERAM, patrocinio o recomendación del tercero, la información, el producto o servicio. 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Página 1 de 11 Objetivo docente Aportar claves radiológicas útiles para la identificación de patología intestinal subyacente que actúe como "cabeza" de invaginación intestinal cuando se valora esta entidad mediante tomografía computerizada (TC). Revisión del tema La presencia de una invaginación intestinal en el paciente adulto se ha asociado tradicionalmente a la presencia de una lesión estructural subyacente, que se creía presente en hasta en el 90% de los casos. Sin embargo, esta creencia se sustentaba en datos quirúrgicos obtenidos en pacientes con un cuadro obstructivo intestinal que eran atendidos en servicios de urgencias. Actualmente el diagnóstico de la invaginación intestinal se establece de forma prácticamente generalizada mediante TC abdominal. La amplia difusión de esta técnica ha conllevado que con frecuencia se identifiquen de forma casual en pacientes adultos invaginaciones intestinales sin significación clínica y de resolución espontánea (condición que se creyó exclusiva de la población pediátrica). Esta situación es significativamente mas frecuente que el cuadro clínico clásico de invaginación intestinal condicionante de abdomen agudo con obstrucción intestinal mecánica. De esta manera, en la actualidad los datos reflejados en la literatura indican que solo en aproximadamente 17% de las invaginaciones intestinales existe una lesión estructural subyacente actuando como cabeza de invaginación. Asimismo, resulta destacable que en la mayoría de los casos, pese a existir una lesión estructural subyacente en la invaginación, los pacientes se encuentran asintomáticos o con clínica leve, y que la presentación como cuadro obstructivo mecánico es minoritaria (10%). Podemos dividir las invaginaciones intestinales en: entero-entéricas, cuando sólo el intestino delgado se encuentra implicado, íleo-cólicas, cuando el íleon terminal se invagina en la luz del ciego (pudiendo encontrarse la lesión subyacente si existiera en el íleon, en el ciego o en el apéndice cecal) y colo-cólicas, cuando es el colón el que se invagina dentro del propio colon. Radiológicamente la invaginación intestinal tiene una expresividad alta cuando se evalúa con TC, donde la imagen típica de "intestino dentro de intestino" se detecta con facilidad. No es el objeto de este trabajo describir la apariencia radiológica de Página 2 de 11 la invaginación intestinal propiamente dicha. Nos centraremos por el contrario en las características concretas útiles que permiten sospechar la presencia de una lesión estructural subyacente y en los posibles signos radiológicos inespecíficos acompañantes que alerten de posibles complicaciones derivadas. Invaginación intestinal transitoria sin lesión estructural subyacente Estas representan hasta el 70% de las invaginaciones entero-entéricas y no serán meritorias de tratamiento quirúrgico. También son de carácter transitorio un pequeño porcentaje de las invaginaciones íleo-cólicas, encontrándose en estos casos la lesión causante en el íleon terminal. Típicamente no se acompañan de expresión clínica y si existe clínica abdominal suele encontrarse otra causa que la explique. No obstante, aunque no exista una lesión estructural que actué como cabeza de la invaginación, en la mayoría de los casos si existe una enfermedad intestinal subyacente (Enfermedad de Crohn, Enfermedad Celiaca, síndromes malabsortivos). Radiológicamente se caracterizan por tener una longitud corta y un diámetro axial pequeño (Figura 1), con una sensibilidad descrita en la literatura del 100% para invaginación transitoria cuando la longitud es inferior a 35 mm y el diámetro en plano axial es menor de 30mm. No se acompañan de obstrucción intestinal ni de signos locorregionales inespecíficos como alteraciones en los vasos o de la grasa mesentéricos. Tampoco existen signos de alarma como líquido libre ni gas ectópico. Invaginación intestinal causada por una lesión estructural subyacente Representan una minoría dentro las invaginaciones entero-entéricas (15-20%), la mayoría de las invaginaciones íleo-cólicas y la práctica totalidad de las invaginaciones colo-cólicas en las series publicadas en la literatura. Además, dado que los procesos neoformativos malignos son más frecuentes que los benignos en el colon, las invaginaciones colo-cólicas e íleo-cólicas están mayoritariamente causadas por una lesión maligna (hasta el 70%) (Figura 2). Por el contrario, en el intestino delgado las alteraciones estructurales causantes de invaginación son frecuentemente lesiones benignas (entre el 70-96% de los casos según las series), siendo las malignas menos frecuentes (figura 3). Página 3 de 11 Además de la localización, son de nuevo la longitud del segmento invaginado y el diámetro axial los que harán que sospechemos la presencia de una lesión estructural actuando como cabeza de invaginación. De esta manera, longitudes mayores de 45mm (con longitudes medias descritas en la literatura en torno a los 80-100mm) y diámetros mayores de 40 mm son sugerentes de la presencia de una lesión que actua como cabeza de la invaginación Se ha sugerido además que el producto de estas dos medidas se correlaciona aún mejor con la presencia de lesión estructural que la longitud o el diámetro por separado. Por otro lado, la presencia de obstrucción intestinal y de alteraciones locorregionales asociadas apoyan fuertemente la hipótesis de una lesión subyacente (Figura 4). Además, la ausencia o presencia de estos hallazgos asociados definirá el manejo inmediato o diferido del enfermo. De esta manera, una invaginación sospechosa de estar causada por una lesión estructural pero en ausencia de los mismos, pese a ser en la practica totalidad de los casos meritoria de tratamiento quirúrgico, este podrá ser diferido con seguridad. Por el contrario, será necesario un manejo quirúrgico urgente del enfermo cuando existan signos de obstrucción, de perforación o compromiso vascular de asas intestinales. Entre estos últimos podemos encontrar signos de edema de pared intestinal o alteraciones en el realce mural tras administración de contraste intravenoso, ingurgitación vascular en los vasos mesentéricos o alteraciones en la disposición de los mismos como el signo del remolino, alteraciones en la densidad de la grasa mesentérica o la presencia de líquido, ya sea libre adyacente o atrapado entre las capas del segmento invaginado. La sensibilidad de la TC para detectar la presencia de lesión estructural subyacente en la invaginación intestinal mediante estos signos es aceptablemente alta (en torno al 70%). Sin embargo, la capacidad de la misma para identificar la lesión causante es limitada. Solo en algunos casos se podrá sugerir el diagnóstico de sospecha, siendo el ejemplo típico el lipoma intestinal, donde su densidad característica ayuda a su identificación (Figura 5). Images for this section: Página 4 de 11 Fig. 1: Invaginación transitoria entero-entérica de asa de yeyuno proximal. En la fotocomposición se puede observar la imagen axial típica de invaginación intestial de "intestino dentro de intestino" (Flecha blanca). Como se puede observar en las mediciones visibles, tanto el diámetro axial como la longitud del segmento invaginado eran inferiores a 30 y 35 mm respectivamente. Este fue un hallazgo casual en una paciente asintomática que no requirió tratamiento alguno. Página 5 de 11 Fig. 2: Invaginación ileo-cólica secundaria a adenocarcinoma de colon. Se evidencia la imagen típica de "intestino dentro de intestino", en este caso íleon terminal dentro del ciego. Como se puede observar, la longitud y el diámetro axial de la invaginación son claramente superiores a 35 y 30 mm respectivamente, lo que sugiere la presencia de una lesión estructural causante. No se observan signos radiológicos acompañantes que indiquen sufrimiento de asas, obstrucción ni perforación, por lo que el tratamiento quirúrgico fue diferido. Página 6 de 11 Fig. 3: Invaginación entero-entérica secundaria a lesión intestinal subyacente. Las flechas blancas señalan una invaginación intestinal de aproximadamente 110 mm de longitud y diámetro en torno a 30 mm en asas de ileon, no acompañada de otros hallazgos, sospechosa de estar causada por una lesión estructural. La paciente presentaba clínica abdominal inespecífica leve, por lo que se indicó tratamiento quirúrgico no urgente. La anatomía patológica reveló tres tumores del estroma gastrointestinal (GIST) en el segmento resecado de ileon medio, el de mayor tamaño de 4 cm de diámetro. Página 7 de 11 Fig. 4: Invaginación entero-entérica secundaria a lesión intestinal subyacente. Se observa una invaginación intestinal de gran longitud y diámetro mayor de 30mm en asas de ileon (flechas), que condiciona dilatación retrógrada generalizada de asas (estrellas), hallazgos que sugeren la presencia de una lesión estructural subyacente. La paciente presentaba clínica de obstrucción intestinal y fue intervenida de urgencia. De forma retrospectiva se identifica en el extremo distal de la invaginación una lesión redondeada de 30 mm de diámetro y densidad de partes blandas (asteriscos), congruente con el hallazgo quirúrgico de masa submucosa de 30 mm dependiente de asa de ileon proximal y anatomopatologicamente compatible con tumor del estroma gastrointestinal (GIST). Página 8 de 11 Fig. 5: Invaginación colo-cólica secundaria lipoma. Las flechas blancas señalan una invaginación colo-cólica a nivel de colon descencente. En el extremo distal del segmento invaginado se observa una lesión intraluminal de baja densidad de aproximadamente 60 mm de diámetro maximo (estrellas). Se puede observar tambien la presencia de liquido libre adyacente en gotiera parabólica izquierda (asterisco). Ante estos hallazgos se sugiere el diagnóstico de invaginación colocólica causada por probable lipoma colónico, diagnóstico que se confirmo anatopatologicamente tras resección del segmento invaginado. Página 9 de 11 Conclusiones La invaginación intestinal del adulto es un hallazgo radiológico no infrecuente en TC abdominal, en ocasiones condicionado por la presencia de una lesión subyacente. Tradicionalmente, esta lesión subyacente se creía presente en hasta el 90% de los casos. Sin embargo, los datos reflejados en la literatura actual indican que solo en aproximadamente el 17% de las ocasiones existe una lesión estructural actuando como cabeza de invaginación. Los signos radiológicos mas útiles para sospechar la presencia de una lesión subyacente son la longitud y el diámetro del segmento intestinal invaginado. Signos acompañantes sugerentes de compromiso vascular de asas, la presencia de gas ectópico o signos de obstrucción mecánica definen la gravedad del cuadro y condicionan el manejo del enfermo. La TC es un excelente método diagnóstico para la detección de la invaginación intestinal y resulta una técnica muy útil para identificar la presencia de una lesión subyacente, con una sensibilidad para su detección en torno al 70%. Sin embargo, la caracterización de la lesión causante es limitada, sólo en ocasiones y ante determinadas entidades se podrá sugerir un diagnóstico etiológico preciso. Bibliografía Young H. Kim, Michael A. Blake, Mukesh G. 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