¿qué busca brasil con el reconocimiento del estado de palestina

¿QUÉ BUSCA BRASIL CON EL RECONOCIMIENTO DEL
ESTADO DE PALESTINA?
Por Rocío Robayo León (*)
A comienzos de este mes, el gobierno brasileño reconoció oficialmente al Estado de
Palestina dentro de las fronteras establecidas en 1967. Aunque este reconocimiento no
altera sustancialmente las dinámicas del conflicto en el Medio Oriente, es utilizado por
Brasil para seguir figurando en la arena internacional a través del apoyo a asuntos
altamente polémicos.
Como todos sabemos, el conflicto entre Palestina e Israel se convirtió en el escenario
en el que las grandes potencias desplegaron sus intereses y –sin tener mucho éxitohan ejercido el rol de mediadoras. Sin embargo, el siglo XXI ha traído consigo la
participación cada vez mayor de actores que tradicionalmente habían estado aislados
de las relaciones de poder en el orden internacional, y que también quieren aprovechar
la tensión en el Medio Oriente para darse un baño de popularidad al opinar y tomar
una posición frente al conflicto.
Es así que un país como Brasil, cuya relevancia global se hace cada vez más notoria,
ha roto su tradicional neutralidad en asuntos internacionales y al apoyar a Palestina,
más allá de mostrarse como mediador ha decidido involucrarse como parte. La
mayoría de los Estados votan por el reconocimiento de Palestina, sin embargo, es
indispensable que se dé una previa negociación
entre
ambas partes para el
establecimiento de las fronteras. De lo contrario, cualquier acción proveniente de un
tercero podría ser prematura, tal como lo han expresado diferentes miembros de la
Comunidad Internacional.
En este orden de ideas, vale preguntarse a qué le está apostando Brasil al adoptar una
decisión que ni los Estados Unidos, ni la Unión Europea se han atrevido a tomar con
respecto a una zona geográfica distante que no representa una amenaza directa a sus
intereses nacionales.
Las actuaciones recientes de Brasil en el campo diplomático dan muestra de un
creciente interés en ser reconocido como uno de los grandes. Manifestar públicamente
su posición frente a asuntos críticos de la agenda política internacional, tales como el
apoyo al programa nuclear iraní o la crítica a la liberación de los presos políticos
cubanos, ha sido una estrategia que Brasil ha emprendido para figurar como un líder
global.
En este sentido, la mayor prioridad de la política exterior brasileña es garantizar un
asiento permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante una eventual
reforma. Para esto, es indispensable establecer múltiples alianzas estratégicas que lo
secunden en este propósito. Por lo tanto, su apoyo a Palestina, le da el respaldo de la
mayoría de países árabes que ven a Brasil como una especie de adalid dentro de la
cooperación sur –sur.
Sin embargo, a pesar de que hoy Brasil es cada vez un país menos dependiente, que
sus socios comerciales y políticos están diversificados, rompe con la tradición neutral
de Brasil y lo pone en la escena en temas difíciles que ni las mismas grandes potencias
han podido manejar a pesar de su experiencia. El conflicto en el Medio Oriente es
altamente complejo y representa un alto riesgo para quien se involucre directamente
en él.
El reconocimiento de Palestina por parte de Brasil es muestra de su incapacidad de
ejercer como un mediador neutral. Siempre que entra a un conflicto lo hace como
parte y eso le ha resultado negativo en muchos casos. Aunque ésta no es una acción
que va más allá de lo político y lo mediático y que realmente no va a comprometer un
rol más activo de Brasil en el conflicto, sí rompe con la tradicional visión pacífica y
moderada que se tenía de él, generando desconfianza tanto en el ámbito nacional
como en el global.
Empero, es un avance para Brasil ser oído, entrar a tomar posición en los grandes
temas de la agenda y tener un rol significativo en un sistema internacional del que
había estado aislado la mayor parte del tiempo. Pero esto tiene que ser hecho con
maestría sin despertar mayores recelos.
(*) Joven investigadora del CEPI de las Facultades de Ciencia Política y Gobierno y de
Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario.