EFECTOS ADVERSOS DE LOS MEDICAMENTOS Alteraciones del sueño Los inductores de pesadillas Una curiosa revisión revela los posibles mecanismos que justifican la aparición de pesadillas inducidas por fármacos. La supresión del sueño REM o el agonismo dopaminérgico se encuentran entre los mecanismos más plausibles. Las pesadillas pueden definirse como episodios nocturnos ansiedad intensa y miedo asociado a una experiencia onírica con una elevada carga emocional. El ochenta por cien de los adultos sufre pesadillas ocasionales como respuesta normal al estrés. Pero este fenómeno puede llegar a ser muy perturbador para el sujeto y requerir tratamiento o asesoramiento. Según la Clasificación Internacional de alteraciones del sueño, las pesadillas se consideran parasomnias asociadas a la fase REM. Las pesadillas suelen tener lugar durante la última etapa de la fase REM. La supresión de eta fase puede dar lugar a una mayor intensidad de esta etapa que se manifiesta en forma de pesadillas. Por lo tanto los fármacos que suprimen la fase REM deberían considerarse como potenciales inductores de pesadillas. Dos profesores de la Universidad de Oklahoma han llevado a cabo una interesante revisión bibliográfica acerca de las pesadillas inducidas por fármacos. Dada la elevada incidencia de pesadillas en la población general resulta muy difícil establecer una relación de causalidad en este caso. Aplicando un algoritmo a los casos descritos en la literatura han intentado establecer una adecuada relación de causalidad entre la ingestión de un fármaco y la incidencia de pesadillas para así intentar deducir los mecanismos farmacológicos que puedan relacionarse con este efecto adverso. El sueño comparte muchas características de una enfermedad cerebral orgánica: visualización de imágenes de forma similar a las alucinaciones, inconsecuencia temporal, incapacidad de recordar sucesos, de forma similar a la amnesia. La susceptibilidad a las pesadillas está relacionada con las características personales y la salud mental clínica del individuo. No se conoce cual es el mecanismo farmacológico por el cual un fármaco puede provocar pesadillas. Sin embargo, el estudio de la literatura existente sobre el tema muestra como grupos de fármacos con mecanismos de acción similares comparten este efecto adverso. Así pues, estos mecanismo comunes podrían orientarnos sobre los mecanismos farmacológicos de las pesadillas. Muchos de los fármacos que suprimen el sueño REM se asocian con la aparición de pesadillas. Este es probablemente el mecanismo común a las pesadillas inducidas por beta-bloqueantes. La incidencia de pesadillas con este grupo de fármacos es tanto mayor cuanto mayor es la lipofilia del compuesto, lo que sugiere la implicación de receptores adrenérgicos centrales, pero también se ha observado que los beta-bloquentes bloquean la secreción de melatonina en los pacientes que sufren pesadillas. Curiosamente se ha descrito que la reserpina induce pesadillas a pesar de aumentar el sueño REM. En este caso, la inducción de pesadillas podría estar mediada por la liberación lenta y la depleción de neurotransmisores como la dopamina. La estimulación de receptores de dopamina puede ser otro mecanismo farmacológico para la inducción de pesadillas. este sería elo mecanismo común a los agonistas de dopamina o las anfetaminas. la levodopa, el prototipo de agonista dopaminérgico se asocia a un amplio rango de alteraciones psiquiátricas: alucinaciones, ilusiones, paranoia, etc, además de pesadillas. Sin embargo, los agonistas dopaminérgicos constituyen el tratamiento más usual para los pacientes con Parkinson y dado que las pesadillas son frecuentes en estos pacientes resulta difícil discernir cuando estas se deben a la enfermedad y cuando al tratamiento. También algunos agentes antiinfecciosos se asocian con la aparición de pesadillas (fleroxacina, ciprofloxacina, eritromicina). Algunos estudios en animales y humanos relacionan el ciclo de sueño cerebral con el sistema inmune. la pérdida de sueño parece tener una notable influencia sobre las funciones de defensa, en particular sobre la inmunidad celular, por lo que estos datos sugieren que las pesadillas en este caso pudieran tener más que ver con las alteraciones del sistema inmune inducidas por el agente infeccioso y su efecto resultante sobre el sistema neuroendocrino responsable del sueño, que a un efecto directo del fármaco. Thompson DF, Reid Pierce D. Drug induces nightmares. Ann Pharmacother 1999; 33: 93-98.