Wal Mart sepultó altares en Teotihuacan

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PASAJE CULTURAL
Ricardo Ibarra y Juan Carrillo
ria@lapalabra.com
juafracarrillo@hotmail.com
E
l director del Museo Nacional de
Antropología e Historia, Felipe Solís
Olguín, reveló para Gaceta Universitaria
que debajo de la construcción del Wal Mart,
ubicada en el perímetro “C” de Teotihuacan,
existe un “pequeño altar”, investigado por
arqueólogos antes de quedar bajo el edificio
comercial.
A pesar de que las indagaciones
arqueológicas revelaron que en el sitio, los
antiguos habitantes del valle de México
practicaban ahí ceremonias religiosas,
ninguna autoridad local o federal impidió
la expansión de la empresa transnacional
en la zona sagrada de los antiguos
teotihuacanos.
–¿Sufrieron los mexicanos algún daño
patrimonial con la construcción de Wal
Mart Teotihuacan?
–Fue hecho un estudio, en que claramente
no había ningún testimonio de carácter
importante: solo restos de un pequeño altar,
pero no hubo daños al mismo. Le voy a
dar mi comentario como observador de la
situación: me parece que un problema de
carácter local se lleva al ámbito nacional
e internacional y se lo hace un problema
político, no de índole patrimonial.
–¿Qué tipo de “pequeño altar” había debajo
del centro comercial?
–Había una alineación de piedras que
anuncian que ahí hubo un pequeño altar,
como lo ha testimoniado la investigación
arqueológica, pero nada más una cosa
pequeña.
–¿Tenían investigaciones respecto a ese
altar?
– Claro. Se hicieron investigaciones antes de
la construcción de la tienda.
–¿Y qué función tenían dichos restos?
–Es un pequeño altar. Le llamamos altar a
un monumento donde hacían algún tipo de
celebración religiosa.
EL OTRO DIRECTOR
Sergio Raúl Arroyo, director del INAH,
puntualizó: “Mi punto de vista es muy
claro. El INAH no tiene competencia para
clausurar una tienda en un área que está
señalada perfectamente por el plan parcial de
desarrollo local del Estado de México. Según
el plan, es legal crear obra de infraestructura
en dicha zona”.
Aseveró que el instituto “hizo todo lo
posible” para menguar el efecto de la tienda
en términos visuales, pues está fuera de la
zona arqueológica.
Dijo que en todo caso, corresponde a
las autoridades del Estado de México y
del municipio de Teotihuacan intervenir
en el asunto, quienes tienen la autoridad
para responder ante el hecho. Ellos
dieron el permiso de construcción y
INTERNET
EL DIRECTOR DEL MUSEO
Ninguna autoridad local o federal impidió la expansión de la empresa en la zona sagrada de los antiguos teotihuacanos
Wal Mart sepultó
altares en Teotihuacan
La invasión comercial en la Ciudad de los dioses, síndrome de la
neocolonización mundial.
promovieron la inversión de la empresa
extranjera.
EL ARQUEÓLOGO
Quien fuera jefe del proyecto Teotihuacan,
el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma,
se negó a hacer comentario alguno sobre el
tema, a pesar de que ha realizado diversos
estudios en el altiplano mexicano. Participó
en excavaciones y restauración en lugares
como el mismo Teotihuacan, Tepeaculco,
Tlatelolco, y en especial la zona del Templo
mayor. También en Comalcalco y Bonampak.
Además ha escrito innumerables artículos y
libros al respecto.
EL FILÓSOFO
Teotihuacan fue creada por hombres con
una sensibilidad e inteligencia de la cual los
mexicanos son herederos, aseveró el filósofo
egresado de la Universidad de Guadalajara,
Paulo César Pardo.
Ironizó: “El futuro éxito de la globalización
radica en la destrucción de las identidades
nacionales, basadas, a su vez, en la historia.
No extrañe, por lo tanto, que la memoria
nacional fuera caricaturizada por Walt
Disney, pues nada mejor para el capitalismo
que trivializar el pasado. Es decir, que
los explotados vean su antiguo dolor y
sufrimiento, no como un incentivo para
luchar por su libertad, sino en imágenes
a todo color, entre alegres risas y ricas
palomitas que les provean de momentos de
feliz entretenimiento”.
Historial de errores
El primero que intervino en
el rescate de la pirámide de
la Luna, que entonces era un
monumento cubierto por miles
de toneladas de tierra, fue don
Carlos de Sigüenza y Góngora,
en 1665.
En el siglo XIX, el arqueólogo Humboldt visitó Teotihuacan
y se refirió al sitio como un lugar
con grandes hacinamientos de
tierra, sin forma arquitectónica
determinada.
El arqueólogo oficial del
porfirismo, Leopoldo Batres,
desarrolló entre 1905 y 1910, la
excavación principal de la pirámide del Sol. Los motivos fueron
políticos, ya que el gobierno de
Porfirio Díaz quería realizar una
magna obra que destacara el
pasado mexicano.
Sin embargo, las prisas por
culminar la obra que conmemoraría el centenario de la independencia, llevó a Batres a realizar
una inadecuada excavación.
Remi Bastien, en 1946,
demostró el alto grado de error
que hubo en las excavaciones
de Batres, pues en el tercer
cuerpo de la pirámide del Sol
colocaron elementos falsos
para que fuesen tenidos como
originales.
Algunas fuentes aseguran
que por las carreras tuvo que
utilizar dinamita para remover
la tierra de la parte trasera de
la pirámide. Las detonaciones
destruyeron piezas imprescindibles.
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