Instalación de Linux y Windows.

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Instalación de Linux y Windows.
Pablo Sanz Mercado.
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1.
Gestor de arranque.
La instalación de los dos sistemas operativos se puede llevar a cabo sin ningún
problema. Para ello Linux dispone de GRUB, que es un gestor de arranque que nos
va a permitir, mediante un menú que nos aparecerá en el arranque del ordenador,
elegir la carga de Windows o de Linux.
GRUB se cargará en el Master Boot Record (MBR) de nuestro disco duro, que
será cargado en memoria por la BIOS en el arranque.
En este MBR habitualmente se encuentran los cargadores de los diferentes sistemas operativos, que una vez cargados en memoria por la BIOS permiten cargar,
también en memoria, la parte del sistema operativo que se necesite.
En el MBR vamos a tener un cargador, por lo tanto es conveniente elegir bien
cuál queremos para poder realizar la carga del sistema operativo o de los sistemas
operativos que queramos tener instalados en nuestro ordenador.
La idea, para tener los mı́nimos problemas, es instalar primero Windows en
nuestro ordenador y luego Linux. ¿Por qué? Bien, porque si instalamos primero
Linux, GRUB se cargará en el MBR y luego Windows se encargará de borrarlo
para grabar su propio cargador, que no nos permitirá elegir la carga de Windows o
Linux, sino que simplemente nos cargará Windows sin más.
Si instalamos Windows primero, al instalar acto seguido Linux, en el MBR se
quedará el GRUB, que sı́ que nos permitirá elegir entre cargar Windows y Linux.
A la hora de instalar Windows, crearemos una partición con la capacidad que
creamos oportuna, y el resto del disco duro lo dejaremos sin utilizar. A continuación
instalaremos Linux creando para ello las particiones que consideremos oportunas,
prestando atención a la parte en la que se nos da la opción de instalar GRUB o
no. Obviamente elegiremos que queremos instalarlo, y lo configuraremos a nuestro
gusto. Habitualmente lo que más se suele modificar en este punto es el nombre que
queremos que aparezca en el menú de arranque para identificar la carga de cada
uno de los operativos.
En este punto cabe destacar que serı́a interesante utilizar una contraseña para
GRUB, para evitar que fácilmente se pueda modificar la carga de los operativos y
por lo tanto incluso poder entrar a ellos.
2.
Particionamiento.
Cuando instalemos Linux, es un truco interesante no utilizar todo el disco duro
restante, sino dejar un espacio libre en disco para poder realizar una partición nueva
desde Windows (también la podrı́amos crear desde Linux por supuesto). El truco
consiste en tener una partición en la que, escribamos lo que escribamos, pueda ser
leı́da y modificada por ambos sistemas operativos.
Actualmente Windows NO lee las particiones Linux, salvo que compremos software adicional que sı́ puede hacerlo, pero Linux es capaz de leer particiones
formateadas como vfat o como NTFS. El problema es que Linux no es capaz de
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modificar completamente datos existentes en particiones NTFS (actualmente a nivel
de kernel se puede modificar archivos siempre que el tamaño final sea igual o inferior
al previo, o utilizando el driver ntfs-3g, en fase beta, podremos modificar sin problema cualquier archivo sin modificación alguna), por lo tanto el truco interesante
en este punto es tener una particion vfat, que en Windows será reconocida como d:,
y en Linux la montaremos en el directorio que creamos oportuno, y ası́ podremos
utilizar los datos existentes en estas particiones sin mayor problema.
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