Ficha lectura

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El mensajero
EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA
Lois Lowry
Lectores juveniles
Clave de
Lectura
Argumento
Mati y Veedor viven en Pueblo, una comunidad de buena gente, donde reina la alegría y la solidaridad, donde los defectos físicos
no lo son y donde la generosidad es espontánea y común. Mati ansía la llegada del día en que Líder le otorgará su verdadero
nombre, como hace siempre con todos. Él es el mensajero y uno de los pocos que atraviesa el Bosque que les separa del exterior,
para conectar Pueblo con el mundo que todos dejaron atrás.
Pero las personas están cambiando, igual que el Bosque.
La antigua generosidad está dando paso al egoísmo y en Pueblo, antaño siempre dispuesto a recibir a gente nueva, ya hay un grupo, cada vez más numeroso, que quiere cerrar su frontera. Paralelamente, el Bosque se está haciendo más tupido y ya ha matado
a alguna persona. ¿Qué pasa en el Bosque?
Antes, nadie ambicionaba otra cosa que estar a gusto y ser amable con todos, sintiéndose útil y estimado. Sin embargo, ahora
hay un mercado para canjear hasta el yo más profundo, por el amor de otra persona. Y por cada canje realizado, quienes lo hacen
se vuelven menos bondadosos y pierden paulatinamente la capacidad de pensar en el otro. Así que un grupo creciente de ciudadanos exigen cerrar las fronteras de Pueblo, para que nadie más se refugie allí.
Mati ha descubierto que posee un don. Puede curar imponiendo sus manos. Pero no es el único con un don.
Veedor tiene a una hija en el otro lado y desea que venga, antes de que sea imposible, si finalmente crean una frontera. Por eso
pide a Mati que cruce el Bosque y la vaya a buscar.
El Bosque les dificultará tanto el camino, que la muerte planeará sobre ellos.
Personajes
• Bosque: generalmente un bosque es, todo lo más, un elemento decorativo en que transcurre la vida de los protagonistas de
una historia. En El Mensajero, el Bosque es un ser, un elemento al que la autora da vida y coloca en estrechísima relación con
los demás personajes, hasta el punto de que su vida se ve cambiada por la presencia y acción del Bosque. El Bosque advierte y, si
no se le escucha, mata. Solo al final se convierte en lo que suele entenderse por un bosque.
“A veces el Bosque se cerraba y atrapaba a la gente que trataba de cruzarlo”. (pág. 13)
Tanto es así que, en todas las menciones al mismo, aparece escrito en mayúscula. Es un detalle que puede pasar inadvertido, pero
con el que Lois Lowry quiere resaltar algo más que un rol en su novela. Probablemente es un guiño a la desatención generalizada
que sufre nuestro mundo vegetal, sin el cual nuestra vida sería inviable.
• Mati: podría haber sido uno más de esos chicos conflictivos, que empiezan robando algo poco valioso y terminan un día en
la cárcel con un crimen a sus espaldas. Pero en su vida se cruza Pueblo y sus habitantes. El trato amable y afectuoso cambia a
este pendenciero y mentiroso truhán en un muchacho sincero, noble y trabajador. Hay más. Él, como cada ser humano, tiene al
menos un don. Y en este pueblo descubre cuál es el suyo. Y, como suele pasarnos cuando nos conocemos poco, Mati desea tener
por nombre “mensajero”. Sin embargo será su don el que le dé nombre.
• Veedor: Pueblo está formado por almas heridas, por gente rechazada fuera, que se refugia y hace de lo que en el mundo es una
tara, una cualidad de la que sacar partido. Veedor está ciego, pero a cambio sus otros sentidos le permiten apreciar la realidad
con una exactitud y finura que Mati se sorprende a menudo de ello. Además, se llama Veedor porque ve en el alma de los demás.
“Mati sabía que era capaz de oír una araña deslizándose de una punta a otra de su tela”. (pág. 9)
Él no es familia de Mati, pero es su tutor y se comporta como padre. Viven juntos, dando cada uno al otro una ayuda esencial.
Mati ayuda materialmente. Veedor emocional y espiritualmente. Es además músico y buen cocinero.
• Líder: su papel es parecido al de un alcalde. Pero no tiene concejales. Es un hombre sabio que dirige sin mandar, sin imponerse,
respetando la voluntad de aquellos que habitan Pueblo. Una de sus curiosas “obligaciones” es poner su nombre verdadero a los
que alcanzan la mayoría de edad. Mati siente una gran admiración por él. También, como Mati, tiene un don, que utiliza para el
bien común. Él “ve más allá”, no más allá de la vida, sino que puede ver cosas que están lejos y por ello invisibles para el resto.
Para Pueblo es también un héroe vivo, por la forma en que llegó a la población.
• Mentor: antiguo maestro de grandes y pequeños, Mentor está cambiando. Su asistencia al mercado del canje ha cambiado su
amabilidad y buen carácter por una rudeza y mal tono inusuales en él. Su hija Jean se lo cuenta a Mati:
“¿Puedo contarte algo que me preocupa? Es algo sobre mi padre. Ha cambiado… Ha canjeado su yo más profundo”. (pág. 73)
Pero no es solo su yo profundo lo que se está modificando. Mentor tenía una mancha que ocupaba la mitad de su rostro. Sin
embargo, Mati observa: “Qué raro. La marca de Mentor parecía más clara”. Mentor quiere conquistar a una viuda y para ello ha
hecho su canje. Últimamente Mentor quiere algo más. Se ha unido, como cabecilla, a los que quieren “cerrar” Pueblo a nuevos
habitantes.
• Nora: Nora es hija de Veedor. Es una mujer serena, cojea de una pierna que “no quiso” crecer. Pero su deformidad la tiene
tan acoplada a su vida, que no desea perderla. Es una tejedora de tapices. Pero sus tapices no son cualquier cosa. Cuando los teje
entra en trance y su mano cobra una velocidad desmedida. Ellos reflejan realidades que, o están sucediendo ya o van a suceder de
inmediato y conservan la virtud de cambiar para reflejar la realidad. Ahora que Pueblo se va a cerrar, vuelve con su padre como
le prometió. La vuelta, con Mati, está a punto de costarle la vida.
• Jean y Ramon: aunque juegan papeles distintos, para la historia son similares. Ambos sirven a la autora para dar idea de los
cambios que se están produciendo. Ninguno de los dos son personajes claramente definidos. Jean es la chica que le gusta a Mati,
aunque nada o casi nada ha ocurrido entre ellos y son amigos. Por medio de ella, veremos cómo un buen hombre varía tanto que
ya no parece el mismo. Es la hija de Mentor.
En cuanto a Ramón, que es un amigo íntimo de Mati, conoceremos cómo sus padres están cambiando, pues sus padres han canjeado “algo” por una máquina de juegos. Y Ramón tiene tos ahora, está cansado… Ramón es un muchacho nacido en Pueblo y
hasta hace poco un ser feliz, como todos los que habitan aquí.
• Canjeador: este es el único personaje siniestro de la obra. Cuando llegó al pueblo, instauró el mercado del canje. En un principio se canjeaban objetos, cosas que habían perdido su valor para su dueño, pero no carecían de él para otros. Ahora, lo que
se canjea se le cuenta al oído a Canjeador. No se ve. Solo se intuye. Y lo peor del canje es su consecuencia: quien canjea algo
oculto pierde su bondad natural. Del canje dice Veedor en la página 29: “Podría ser doloroso”. Canjeador tiene “un pase” para
entrar en todas las casas donde ha habido un canje. Disfruta de un poder inusual y turbio al tener oportunidad de manipular a
la gente y controlar los canjes.
Aparte de los ya mencionados, hay otros personajes episódicos, cuyos nombres aluden a su don y a la función que desarrollan:
Recolector, Herborista, Suministrador…, y alguno de los “nuevos” que llegan al pueblo. Estos personajes tienen menciones
más o menos significativas en la novela, colaboran en la descripción y desarrollo de la acción, pero no tienen personalidades lo
suficientemente definidas.
Comentario de orientación
Tema
La obra trata de cómo el afecto y la alegría son las mejores terapias para curar un corazón enfermo y de que nada que nos distinga
de los demás es una amenaza, si sabemos integrar las diferencias. Todos los que llegan a Pueblo son almas maltratadas por la vida
en busca de la paz.
La autora presenta el mundo en que la mayoría vive como un caldo de cultivo para generar sufrimiento, fundamentalmente por
el rechazo que nos separa de nuestros semejantes. Pueblo es un refugio para quienes en el mundo normal han sucumbido. Pero
hay otros temas también.
El Bosque de Lois Lowry puede expresar odio y sabe hacer daño hasta matar. Pero lo realmente sorprendente es que el Bosque
parece estar en simbiosis con la gente, ya que, al tiempo que los habitantes de Pueblo pierden su carácter amable, Bosque se torna hostil. Esto puede representar una forma de llamar nuestra atención sobre la mutua relación del hombre y su medio natural.
Nada de lo que hacemos deja de afectar al planeta en que vivimos y, aunque expresado de otra forma, el temido cambio climático
que hemos acelerado según confirma la ciencia no deja de ser una forma de interrelación entre la humanidad y la Tierra. Con
tantos desastres naturales ocurridos en los últimos tiempos, podríamos establecer una comparación entre la vida real y lo que
sucede entre Pueblo y su Bosque.
Queda aún una tercera línea temática. Están muy de moda los poderes paranormales. Lois Lowry plantea aquí la existencia de
poderes. Da a entender que cada ser humano tiene el suyo y que tenemos que descubrirlos y ponerlos al servicio de la comunidad.
Tal vez no sean esotéricos, pero descubrirlos y hacerlos dar fruto es importante.
Sabemos que de nuestro cerebro solo algunos usan un 10% y la mayoría ni siquiera ese diez. ¿Tenemos capacidades que desconocemos y que podrían sernos de gran utilidad y ayuda?
Análisis del tiempo y el espacio
La narración se desarrolla en el presente, un presente que evoluciona ante nuestros ojos, mientras la trama, cada vez más misteriosa e interesante, se muestra al lector.
Los hechos ocurren durante un verano. Apenas una o dos referencias “perdidas” en el texto sitúan el tiempo real, que podría ser
cualquier época del año que no fuese invierno.
Para el desarrollo de la acción no es importante en qué época se desarrolle la misma. Lo trascendente aquí es que un proyecto
humano, que recupera para el hombre una forma de vida amorosa y feliz, se está escapando de las manos de esta gente que llevaba
ya mucho tiempo viviendo así, porque las personas no valoran lo que tienen y desean otras cosas y cualidades que no poseen.
Veedor quiere hacérselo ver a Mati: “-No canjees nada”. Y unas líneas más abajo dice: “¡Ay Mati! Tienes más de lo que crees.
Y la gente puede desear lo que posees” (pág. 58). Cuando se inicia el relato, empezamos a asistir en directo a la materialización
del egoísmo que se ha ido instalando en Pueblo, en forma de necesidad, para un gran grupo, de cerrar su pueblo. Ante la llegada
de un grupo más numeroso de lo habitual (seguramente informados del próximo cierre de la frontera), la otrora ceremonia de
bienvenida, se torna un acto de protesta.
“ La gente de Pueblo se enorgullecía de sí misma en las bienvenidas; muchos dejaban incluso sus trabajos habituales para acercarse y tomar parte en ellas…Todos eran bienvenidos”. (pág.52)
El texto va dejando caer en esta acción presente pequeños toques, aun sin drama, que denotan una situación amenazadora y
cambiante. Uno no percibe al leer ni el cuándo, ni el cómo. Pero el aire se va haciendo más y más espeso. La autora logra admirablemente y sin aspavientos literarios dar una unidad al texto y acentuar el paso del tiempo como si el lector estuviese dentro
del libro en tiempo real.
Punto de vista del narrador
El narrador es impersonal. El texto se ofrece en tercera persona. Es más bien como una cámara que observa y devuelve lo observado en palabras. En otras obras, el/la autor/a se permite volcar sus puntos de vista, sus pensamientos y sus juicios. Este no es para
nada el caso de Lois Lowry en El mensajero.
Le gusta presentarnos tanto la escena, o el paisaje, como el mundo interior de los protagonistas, de modo que el lector ve, a través
de sus análisis, dónde están, cómo son y qué les ocurre a los personajes.
Por ejemplo, en la página de inicio, nos presenta a Mati en una escena cotidiana y en seguida empieza a escapar al pasado del
muchacho, de forma que conozcamos sus orígenes y cómo era y es. No sabremos su color de pelo, o de ojos, pero sí que ha crecido
mucho, que ya es un muchacho y no el niño que llegó a Pueblo.
Otro ejemplo lo tenemos en la pág. 82, aproximadamente en mitad del relato. Hay una próxima reunión de gran significado
para todos los habitantes del pueblo:
“ En Pueblo se hablaba sin cesar de la inminente reunión. Mati escuchaba discusiones sobre la petición por todas partes.” (pág. 82)
¿Discutir? ¿Petición? Lowry describe con pocas palabras el clima que se está creando entre una gente antes pacífica.
A la manera impersonal de relato del narrador siempre le resta frialdad la introducción de Mati, lo que ve, lo que siente… La
palabra más repetida en la obra es sin duda “Mati”. Y no es porque sea el protagonista, sino porque sus ojos son el punto de vista
del narrador.
En esta obra el narrador es un mero observador, que refleja con detalle aquello que le interesa resaltar a la autora, pero que no
forma parte de la acción en todas las ocasiones, puesto que de vez en cuando se trata de pinceladas ilustrativas que apoyan la
acción. Este carácter de filmación, con un cierto distanciamiento, no significa que el relato sea frío, o que pueda resultar aburrido
y no despierte el interés. De ninguna manera. Esta forma de narración cumple excelentemente con el objetivo de la obra.
No hacen falta divagaciones morales, opiniones más o menos acertadas. El propio relato está acertadamente construido para ir
dirigiendo la atención de la historia hacia donde debe estar, que es en la propia sucesión de acontecimientos y, todo lo más, en
hacernos saber qué sienten sus personajes, cuyos hechos nos desgranan lo que está ocurriendo o va a ocurrir.
Organización del relato
Podría decirse que, del planteamiento y del nudo, la autora ha hecho una unidad y que el desenlace llega por sorpresa, súbitamente en las dos últimas hojas del libro, porque no existen grandes cortes, ni a través de la acción, ni por la división establecida
por los capítulos. La progresión en el argumento está presentada en suaves toques que van complicando la trama, dirigiendo
paulatinamente la acción desde un mundo feliz a uno amenazador y tenebroso.
La autora ha hecho un planteamiento que de algún modo está repartido a lo largo de casi todo el texto, presentando a los personajes, y haciendo escapadas a su pasado, en tanto nos vamos enterando de cuál es el nudo de la obra. Se siente una escalada
de tensión, que capta la atención del lector, casi desde el comienzo, hacia no sabemos muy bien qué, relacionado con el Bosque,
pero también con los actos de los personajes. Sin embargo, esta es una conclusión posterior a la lectura, ya que durante la misma
es difícil percibir la separación entre planteamiento y nudo.
La narración se divide en capítulos, pero entre capítulo y capítulo hay una estrecha conexión.
El hilo conductor es siempre Mati, sus recuerdos, sus experiencias, sus propósitos y su relación con los personajes que van apareciendo y la opinión que él se había formado de ellos.
La trama tiene un tono que va amplificándose y la amenaza de un futuro muy alejado de las características del presente se va
cerniendo sobre los personajes, al tiempo que aumenta el suspense y atrapa al lector. No hay nada predecible en esta narración.
El lector se mueve entre sorpresa y sorpresa, no siempre agradable, pues se va adivinando una perversidad oculta, de la que desconocemos las causas. No sabemos a ciencia cierta qué hay tan grave, ni exactamente dónde se origina.
El argumento se tiñe apenas con discretos toques que alertan e informan de un cambio progresivo para la vida de todos.
Algo siniestro acecha y se está extendiendo por Pueblo. Mati, junto con algunos de sus íntimos, no desconoce que todo ello
tiene un fiel reflejo en su Bosque, al cual la autora se refiere siempre con mayúscula. Bosque es en esta obra un personaje, como
veremos, y no un elemento del paisaje en que se mueve Mati. De hecho, a lo largo de la narración, el Bosque va cobrando vida,
como si de un coprotagonista se tratara, alguien con capacidad de acción y reacción.
El final no se acompaña de moralejas, o de frases resumen, con un fondo sintetizador y moralista.
La historia se corta en un momento puntual, pero la vida de sus protagonistas sigue. La autora no pretende ser moralista y no se
permite opinar. Simplemente describe un pueblo y unos hechos que lo transforman.
La lengua de la narración
No estamos ante una novela de difícil lectura. Por el contrario, el lenguaje es sencillo y, al estar presentado con profusión de
diálogos, permite una lectura ágil y atenta.
Los diálogos y los pensamientos de Mati están cercanos a la forma común de expresarse, si bien no es un vocabulario como el que
la juventud española suele usar actualmente, ya que no hay pobreza en el vocabulario, ni profusión de expresiones coloquiales
al uso. Mati no es un chico de hoy, sino un personaje intemporal, y no conviene dotarle de signos que le sitúen en un tiempo
determinado. No obstante, las expresiones son directas y claras.
Nuestra gente joven abusa del taco, de modismos que se ponen de moda y no perduran pasados unos años, ya que son sustituidos
por otros nuevos. Además, el texto original es anglosajón y se supone que Mati vive en un mundo apartado y cuidado, por lo
que su lenguaje no es borde, con vulgarismos, ni si quiera cuando se dirige a Ramón o a Jean, que son de su misma edad. La tra-
ducción de Alberto Jiménez Rioja ha respetado la forma de comunicación que llega del inglés, sin adaptarlo a la manera actual
de expresión de nuestra juventud. El estilo comunicativo es pues monocorde, ya que Mati habla igual con su tutor que con sus
iguales.
Del mismo modo que al hablar del espacio y el tiempo llamábamos la atención sobre la importancia de los sentimientos y sensaciones y así no hay descripciones de los lugares, la lengua en este texto hace la misma función: no es un dato que se cuestione,
pasa desapercibida, porque una vez más el punto donde la autora quiere engancharnos es la acción en sí, para que esta nos arrastre sin distracciones. El estilo literario es sobrio, sin metáforas, ni retórica. El lenguaje no puede oscurecer en ningún momento
lo que de verdad importa: una acción en curso que nos habla de miedo.
Abunda en descripciones del carácter de los personajes, ya que es importante conocerlos cuanto antes. Pero no son descripciones
físicas, salvo por algún detalle que pone de relieve que este es otro mundo: “Pero aquí en Pueblo, las marcas y los defectos no se
consideraban imperfecciones. Tenían valor”. (pág. 10). Estas descripciones pasan por el tamiz de la mente de Mati, pues él es el
objetivo desde el que contemplaremos toda la historia. A veces en algún diálogo se vuelca alguna nota para redondear lo que
Mati sabe o piensa de alguien, por ejemplo cuando Líder habla en su casa con Mati:
“ Hasta entonces siempre había tenido miedo; pensaba que aun me estarían buscando”. (pág 34)
Del Líder uno no creería que sufrió miedos como el resto.
Los tiempos verbales que abundan son los del indicativo. En especial el pretérito indefinido. Las referencias a ese pasado ya acabado, del que todos proceden y debe quedar atrás, piden el uso de ese tiempo. En los diálogos se maneja mucho más el presente
y a veces surgen el subjuntivo o el condicional. Hay que situar la acción en el ahora.
Autora
Lois Lowry nació en Honolulu, Hawai, (EE. UU.), pero ha vivido por todo el mundo. Después de trabajar como periodista
freelance y fotógrafa, publicó su primera novela juvenil en 1977. Desde entonces, ha escrito más de veinte novelas para jóvenes
y ha recibido los premios literarios más prestigiosos de su país, entre ellos el Premio Newbery, otorgado por su obra The giver (El
dador), publicada tambien por Editorial Everest.
Propuestas de actividades por competencias
Taller de vídeo
Como ya hemos repetido y sabéis, en esta novela se habla de un bosque, uno, que cambia ante nuestros ojos. En la vida real
ninguna planta tiene esa velocidad de movimiento y, sin embargo, a veces hemos visto filmaciones acelerando la velocidad, en
las que vemos a una flor abrirse, por ejemplo. Se trataría de que la clase entera participase en la filmación de dos o tres plantas
que llevaseis a vuestra aula. Mejor aún si ya tenéis plantas.
Solo necesitáis una cámara de video (la del centro tal vez) y un plan de filmación, en que cada alumno/a se ocupase de filmar
de dos a cinco minutos cada día. La idea es filmar tres veces por día, desde donde lo dejamos la vez anterior. Si no dispusieseis
de plantas que llevar, podéis comprarlas. Entonces escoged plantas cuya reacción a la luz es más inmediata, como el coleum o
colio, o el potos.
Pasado un mes, organizad una sesión de video para proyectar lo filmado y contemplar a vuestras plantas moverse. ¡Ah! Y que
alguien se ocupe durante y después de la experiencia de ellas. Hay que comprar un abono para mezclarlo con agua en las proporciones que se indica, regarlas una vez por semana con el abono y cada dos o tres días hay que regarlas sin más. Organizad también
para esto turnos. Luego, acabada la experiencia, buscad un hogar para esas plantas.
Realmente una planta es poco o nada con respecto a la manera de ocuparse de la Tierra de los hombres, pero por algo hay que
empezar para comprender el lugar tan esencial que tiene el mundo vegetal en la vida humana.
En la novela, podemos ver cómo el Bosque reacciona a los cambios de carácter que se producen en los habitantes del pueblo.
¿Creéis que las plantas pueden tener una relación parecida a la que se muestra en el relato de Lois Lowry? Contadlo por escrito.
Por último, cada uno puede reflejar además, sus impresiones sobre lo que habéis visto, y señalar de qué modo podemos (a nivel
individual) hacer algo por el mundo vegetal, explicando cómo influiría en la protección del medio y en la vida del ser humano.
Taller de ocultismo
Actualmente, tanto en la televisión como en círculos ya no tan lejanos a nosotros podemos encontrar pesonas que saben de
poderes ocultos, como el de Líder, o el de Mati. La palabra ocultismo asusta o desconcierta un tanto. Sin embargo, lo oculto es
lo que no todos pueden ver o saber, no necesariamente algo negativo o perjudicial.
El cine sabe del poder de las llamadas películas de miedo, y ha contribuido a avivar la sensación de que lo oculto es dañino.
Es también cierto que son muchos los que se apuntan a ganar dinero fácil abusando de gente desesperada. ¿Pero es posible curar
con las manos? Eso podéis intentar averiguarlo vosotros mediante esta propuesta de actividades.
La sanación por imposición de manos es algo muy antiguo. Incluso en medios para nada sobrenaturales, como la prensa escrita,
o la medicina, se dice que la caricia de la mano aminora el dolor. ¿Investigamos un poco sobre la verdad y la falsedad de la sanación por contacto? Haced cuatro o cinco grupos de trabajo en clase y repartíos los temas. Meteos en Internet, en la biblioteca y
si alguien conociese a un sanador, id a visitadle y entrevistadle. Los temas posibles de trabajo podrían ser:
1. Historia de la sanación. China, Egipto, Grecia y Roma, etc. 2. Sanadores actuales. 3. Qué opinaba la ciencia y la medicina en
particular. ¿Hay otras opiniones autorizadas? 4. ¿Son todos unos charlatanes?
Al terminar vuestra investigación, deberéis hacer una puesta en común en una o más sesiones, y podéis abrir un debate, exponiendo vuestra opinión personal.
Taller de lengua
Los tiempos verbales determinan el significado de las oraciones. Pero darse cuenta de hasta qué punto es así, cuando nos dan un
texto acabado, no es fácil. La lengua es sobre todo hablada y reflexionar sobre ella no es un acto cotidiano. Para hacer hoy una
reflexión, cada uno/a va a escoger tres capítulos y de cada uno, dos párrafos largos por capítulo.
En el capítulo primero, cambiaremos todos los verbos de las oraciones principales que estén en presente por el pretérito pluscuamperfecto, en los dos párrafos. En el segundo, haremos lo mismo pero, en vez del pluscuamperfecto, cambiaremos todos los
tiempos que estén en presente por el pretérito indefinido. También los dos párrafos. Y por último, en el tercer capítulo, y en los
dos párrafos, cambiaremos los verbos que estén en cualquier forma de pasado por el futuro simple.
A continuación, vais a leer algunos el texto en voz alta, y vamos a comparar el texto original y lo que sugiere con el texto que
hemos manipulado, a ver qué sugiere ahora. ¿Cambia el sentido de la oración? ¿En que forma cambia? ¿Ha perdido tal vez el
sentido?
Cada tiempo verbal tiene un matiz. Otros idiomas tienen menos formas verbales y a los extranjeros les resulta bastantedifícil
saber en qué momento usar una u otra forma verbal. ¿Puedes reflexionar sobre un ejemplo, en una oración compuesta que tenga
un verbo en pretérito imperfecto y otro en indefinido, explicando por escrito qué sugiere cada uno en cuanto a la acción que
describe?
Taller de los sentidos
Conocéis muy bien vuestra aula. ¿No es cierto? Veremos qué tal la conocéis.
Veedor es ciego. El se mueve incluso por el pueblo y a decir de Mati es sorprendente cómo domina todos los espacios que conoce
incluida la calle. Se atreve incluso a cortar, a pesar de no ver. Propongo que hagáis un sorteo para elegir a tres de vosotros. Se
trata de que los demás se queden quietos, mientras uno de los elegidos, con los ojos debidamente tapados, se mueve por la clase.
Primero debe sentir bien el espacio dos o tres minutos, recorriéndolo, aún con los ojos destapados. Luego se le tapan los ojos y
procede a moverse por la clase. Se vuelve a destapar y se le permite mirar de nuevo. Una vez más recorrerá el espacio de la clase.
¿Ha habido mucha diferencia entre la primera y la segunda vez en su destreza? ¿Podéis poneros en la piel de un ciego?
Ahora vamos a implicarnos todos en la experiencia. Cada uno se colocará, sentado, frente al compañero o compañera que tengáis cerca, y deberéis dejar preparada una hoja en blanco y un bolígrafo a mano.
Vais ha cerrar los ojos. Sentados y sin abrirlos, vais a tocar la cara de vuestro compañero/a. Hay que hacerlo al menos durante
dos minutos. Alguien debe vigilar el tiempo. Terminados los dos minutos, dejad de recorrer la cara de vuestro compañero. Permaneced un minuto más en silencio, y a ser posible con los ojos aún cerrados. Es importante examinar sin hablar las impresiones
que nuestras manos han percibido. Ahora, en la hoja que tenéis lista, escribid lo que habéis sentido.
Que el profesor saque a la pizarra a seis alumnos/as: los tres que caminaron por la clase y tres más, para que lean los textos con
las sensaciones que han protagonizado, en voz alta, tras tocar la cara del compañero/a. Luego podéis hacer una puesta en común.
Hemos hecho un ejercicio que requería el uso del sentido del tacto. Probemos con otro sentido. Esta vez será el oído, sentido que
los ciegos tienen exhaustivamente desarrollado, como reconoce Mati en diferentes momentos de la obra:
“¡Mira! Ya se sienta si se lo digo- Entonces Mati gimió y agregó-: ¡Ay, lo siento!
¿ Aprendería alguna vez a no decirle”mira” a un hombre ciego ?
Pero el ciego se rió.
-No necesito mirar. Puedo escuchar que se sienta. El sonido de sus patas cesa y no noto sus dientes en mis zapatos”.
(págs. 75-76).
No es probable que seáis capaces de “escuchar a un perro sentarse”. Sin embargo, dependemos más de lo que creemos de nuestro
oído, que aporta una información preciosa a lo largo de cada día.
De nuevo escogeremos a tres personas. Otra vez taparemos sucesivamente sus ojos. Y produciremos sonidos de acciones o hechos
cotidianos, pidiéndoles que identifiquen de qué ruido o sonido se trata.
Bastará que alguien los produzca. Por ejemplo, el sonido de la tiza en la pizarra, el de la puerta al cerrarse, los pasos de alguien
que camina y que luego corre, arrugar un papel… No es difícil elegir sonidos como estos y otros que se os ocurran. Lo importante
aquí será que, sin mirar, puedan determinar qué han oído.
Incluso, podéis tomar con una casette de grabación, otros sonidos comunes, como: freír un huevo, abrir un grifo, etc. y reproducir
la grabación en clase, para este ejercicio.
Taller de teatro
¿Os habéis fijado en lo que Mati hace cada noche para Veedor? Lee para él.
Hay una forma de teatro que no lleva parafernalia ninguna.
Tan solo cada actor tiene ante sí colocado el nombre del personaje que interpreta. Cada uno de ellos se sienta o en un pupitre (se
colocan varios juntos en línea) o tras una larga mesa. Deben ensayar como para cualquier obra de teatro. ¡Eso sí! Han de buscar
la correcta expresión del texto y poner alma en ello, como hace un actor. Solo que no hay decorados y pueden leer, por lo que la
memoria no nos va a jugar malas pasadas. ¿Os atrevéis?
Escoged una obra no muy larga. Pedid consejo al profesor/a de lengua o literatura. Yo os propongo El cartero del rey, de Ruyard
Kipling. No debería ser una obra muy compleja, ya que el escuchar impide retener tanta información como el ver y oír. Exige
del público mucha más concentración.
Preparad las escenas, con un director que os aconseje sobre cómo debéis hacerlo y os corrija. Tal vez el tutor/a. Y convocad con
invitaciones a vuestros compañeros. No solo los de curso, a los de otros cursos también podéis invitarlos.
Para realizar las invitaciones, usad cartulina de colores y elegid una cenefa que enmarque los datos:
Día, hora, lugar…, todo ello presidido por el nombre del grupo de teatro que deberéis elegir.
Dos o tres compañeros deben escoger uno o varios fondos musicales para la lectura teatral y estar al tanto de subir y bajar el
volumen, según decidáis, así como de cambiar la melodía cuando sea preciso.
También podéis jugar con la luz, oscureciendo el sitio escogido para la obra e iluminando a los que leen con potentes linternas
o focos.
Y ahora, a disfrutar del placer de la lectura.
Temáticas
Paz (No violencia).
No discriminación (raza, sexo, credo, edad, clase social).
Materias
VALORES-ENTORNO SOCIAL.
Contenidos y propuestas elaborados por Amparo Cruz Méndez
Esta Ficha, en su totalidad, es material reproducible por cualquier medio técnico, para su
uso por parte del profesorado en la realización de actividades con sus alumnos, exclusivamente en el ámbito del aula, por autorización expresa del
Grupo Editorial Everest.
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