EUROS El polémico adiós a las 48 horas semanales el consejo europeo pretende poner en marcha la aplicación de la jornada semanal de 65 horas. no será obligatoria ni general, pero, por ahora, españa se opone 29.06.08 NUEVA DIRECTIVA DEL TIEMPO DE TRABAJO cristina m. frutos El Consejo de Ministros de Trabajo de la Unión Europea se tomó al pie de la letra su propuesta y por ello el pasado 9 de junio dedicó algo más de 12 horas a discutir sobre la nueva Directiva de Tiempo de Trabajo. Ese tiempo, 12 horas, sería el que podría llegar a estar un trabajador en su puesto diariamente, siempre que el Parlamento Europeo dé su visto bueno a la normativa. Tras arduas negociaciones, los ministros de Trabajo de los 27 aprobaron, por mayoría cualificada con la abstención de España, Bélgica, Chipre, Grecia y Hungría , la ampliación de la jornada laboral semanal, pasando del máximo de 48 horas a un tope de 65 horas. La nueva directiva, aprobada después de seis intentos y cerca de cuatro años de debates, fue presentada por Eslovenia, que ocupa actualmente la presidencia del Consejo, ya que, en palabras de su ministra de Trabajo, Marjeta Cotman, "ofrece protección para los trabajadores y flexibilidad en la ordenación del tiempo de trabajo". Opinión bien distinta le ha merecido la disposición a su homólogo español, Celestino Corbacho, que la ha tachado de "regresión en la agenda social. Nos acercamos más al sigo XIX que al XXI". Opinar con conocimiento Superado el cruce de declaraciones, son muchos los que apuestan por estudiar con detalle la normativa e ir más allá de los flashes informativos. Salvador del Rey, catedrático de Derecho del trabajo y de la Seguridad Social y socio director del área laboral de Cuatrecasas, insiste en que hay que dar la bienvenida a la propuesta "con reservas". "El contenido es enormemente complejo y, además, esto es una directiva, no un reglamento, por lo que ofrece enorme libertad de aplicación, y de mejora. No impone la nueva semana sino que la permite", añade. Actitud similar ha tomado la Comisión para la Racionalización de Horarios, entidad que pretende concienciar a la sociedad sobre el valor del tiempo y la importancia de su gestión, que, tras expresar su preocupación por el tema, ha solicitado la documentación completa para estudiar a fondo el tema, como indica su presidente Ignacio Buqueras. La modificación en la Directiva del Tiempo de Trabajo establece que, si bien, como regla general la semana laboral debe mantenerse en las 48 horas máximas, se podrá llegar a trabajar hasta 60 horas semanales en momentos puntuales, e incluso hasta 65 horas en el caso de guardias médicas y otros colectivos considerados especiales. De este modo, el llamado opt-out (excepciones a la normativa) al que se acogía desde 1993 Reino Unido y que permitía alargar la jornada de 48 horas, se generaliza y se regula bajo legislación europea. Garantías en entredicho Para evitar posibles abusos, se especifica que la ampliación de las horas se haga a través de acuerdos individuales entre empresario y trabajador "en ningún caso a través de convenio", apunta Salvador del Rey y, como media, durante un periodo de tres meses. El socio del despacho de abogados Cuatrecasas lo explica: "Ante circunstancias difíciles de controlar para una empresa, ésta podrá optar entre contratar empleados temporalmente u ofrecer a su plantilla cubrir ese pico de trabajo". Las garantías para el trabajador parecen salvaguardadas ya que, además, la normativa contempla que el empresario debe contar con el consentimiento por escrito de su empleado y que nunca se llevará a cabo durante las cuatro primeras semanas de la relación laboral. Sin embargo, las reticencias son evidentes desde el gobierno español, los sindicatos y otros agentes sociales, ya que evitar los abusos sería prácticamente incontrolable. Por otro lado, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera que las jornadas de más de 48 horas, a las que se acogen más de 600 millones de personas en el mundo, "son excesivas" e inciden en el riesgo de accidente y enfermedad laboral. Por el contrario, la productividad no se ve afectada: Polonia, que tiene la jornada laboral más prolongada de la UE (40,1 horas por semana), presenta el menor nivel de producción. La decisión está en manos del Parlamento Europeo aunque no será definitiva ya que, en caso de ser aprobada, tendría que ser revisada pasados cuatro años. ACCESO AL TEXTO ONLINE