“La Iglesia contigo, con todos” Carta del Emmo. Cardenal-Arzobispo en el día de la Iglesia Diocesana Madrid, 13 de noviembre de 2011 Queridos diocesanos: El próximo 13 de noviembre, domingo, celebraremos la Jornada de la Iglesia Diocesana con el lema La Iglesia contigo, con todos. Desde los comienzos del Cristianismo la Iglesia ha vivido junto a los hombres, a quienes ha sido destinada. La palabra parroquia significa precisamente −casa junto a otras− porque la Iglesia se entendió a sí misma como la Casa de Dios situada junto a las casas de los hombres. En las asambleas litúrgicas todos tenían cabida, como atestigua la carta de Santiago, dando siempre predilección a los pobres y necesitados y evitando la acepción de personas. El apóstol san Pablo comprende su propio misterio como un hacerse “todo con todos para ganar a toda costa a algunos” (1 Cor 9,22). Y el precioso documento de la Carta a Diogneto presenta a los cristianos viviendo en las mismas ciudades que el resto de los hombres, asistiendo a las mismas escuelas, comprando en los mismos mercados, aunque −eso sí− llevando una vida muy distinta de los paganos en razón de su fe, nacida de la muerte y resurrección de Cristo. La Iglesia está siempre a favor del hombre, y es compañera de camino del hombre necesitado de Dios y del apoyo de sus hermanos. El lema de la Jornada insiste en que este vivir con el hombre no es de manera gregaria. Subraya el contigo, porque cada hombre es único ante Dios y ante la Iglesia. Dios nos ama de modo personal a cada uno de nosotros y la Iglesia extiende su amor a cada persona en particular por la que ha muerto y resucitado Cristo. Los problemas del hombre individual −ya sean de orden espiritual o material− afectan a la Iglesia porque lo considera un miembro de su cuerpo, según la enseñanza de san Pablo sobre la Iglesia, Cuerpo de Cristo. Por ello, la Iglesia Diocesana, al pedir oraciones y ayuda material para el mantenimiento de su misión apostólica en el mundo, piensa en el hombre concreto, y en el conjunto de sus miembros: La Iglesia contigo, con todos. Cualquiera que se acerque a una comunidad cristiana experimentará que para la Iglesia los hombres no son números, sino personas concretas que son tratadas en particular atendiendo a sus problemas, situaciones vitales, necesidades concretas. Este trato individual es, al mismo tiempo colectivo: velar por las necesidades de cada uno supone organizar la vida de la Iglesia con instituciones que promuevan la vida de cada persona: parroquias, colegios, universidades, seminarios, organizaciones caritativas. Todas estas realidades se dirigen ciertamente al bien común que es el conjunto del bien individual. Cuando se tiene sentido de Iglesia y se vive la Iglesia como una comunión de fe y de amor, se despierta espontánea la necesidad de ayudar y de compartir nuestros bienes −espirituales y materiales− con los demás para hacer posible el bien de todos. Como obispo diocesano quiero agradecer a tantos y tantos cristianos que viven la caridad cristiana con delicada generosidad, especialmente en estos tiempos en que la crisis económica sacude violentamente a tantas personas y familias. Lo que hacéis con los más pobres lo hacéis con Cristo y Él os premiará con generosidad. Os premia ya aquí, si sabéis verlo, con la alegría de la caridad. Os animo, pues, a toda la comunidad diocesana a que esta Jornada no pase desapercibida, como una más, sino que sea la ocasión de vivir la comunión de bienes que identifica a la Iglesia desde sus orígenes, como dice el libro de los Hechos de los Apóstoles. Sed generosos y ayudad a la Iglesia en todas sus necesidades, de modo que el testimonio de vuestra caridad estimule a los demás a imitar vuestro ejemplo y la Iglesia muestre su condición materna, acompañando al hombre en el camino de la vida, contigo, con todos. Con mi afecto y bendición, + Antonio Mª Rouco Varela Cardenal-Arzobispo de Madrid