‘Hablar con desconocidos’, repensar els llenguatges de l’educació “Once pájaros conforman un paisaje, pero cuando emigran no queda ningún número. Lo mismo sucede cuando las ventanas se cierran: la tierra se evapora, ya no hay nadie. Lo peor ocurre cuando se deja de amar: una parte de uno desaparece. Por suerte la mirada no se resume en cifras ni en espejos, sino en vaivenes, contorsiones y rarísimas zozobras.” (Hablar con desconocidos, p.49, Carlos Skliar, 2014) Quan estava fent la tesi doctoral descobrir a Carlos Skliar va ser una entrada d’aire fresc i de profunditat a la vegada. En intentar posar paraules a tot el que havia viscut estant amb els infants m’adonava de la dificultat i del repte que suposa trobar un llenguatge sensible a l’experiència de l’educació. La tesi va prendre per títol “L’escola com una conversa entre desconeguts: recercar amb infants a través de llenguatges artístics” (Duran, 2012). Anys més tard he tingut l’enorme sort de conèixer el Carlos en persona, i de comprovar que l’escriptura que neix del cor es tradueix també en gestos. No és coincidència que plegats haguem realitzat seminaris sobre la poètica del cos i del gest en l’educació. Enguany, Carlos Skliar, investigador i filòsof de l’educació, amb grans aportacions en la qüestió de ‘l’alteritat’, ens regala “Hablar con desconocidos” (Skliar, 2014), un llibre que recomano plenament com a invitació a la sorpresa de la trobada amb l’altre. - Carlos, què té a veure l’educació amb parlar amb desconeguts? - Dentro del sinnúmero de definiciones sobre el educar, más o menos efectistas, más o menos conmovedoras, me gusta aquella de pensar que se trata de una conversación entre desconocidos: conversación acerca de la duración del mundo, del tiempo y de la existencia; desconocidos nuevos, anónimos o con nombre propio, seres porvenir que llegarán a un espacio que habrá que hacerlo común, público, en igualdad inicial, para destituir la idea del “orden natural de las cosas” y provocar nuevos desórdenes en el pensamiento y la sensibilidad. Lo que ponemos en juego en el educar, lo que ofrecemos, lo que donamos, lo que intentamos poner en común, debería dirigirse a cualquiera, a esos otros que nunca pierden su carácter de desconocidos y a quienes quisiéramos tratar en su generalidad y en su singularidad. Desconocer no es ignorar ni pretender, más tarde, conocer al dedillo: se trata más bien de una posición desde la cual poder mirar a cada quien como si mirásemos a quienquiera sea, sin juzgar, sin adelantar prejuicios, sosteniéndolo en su vitalidad por ser y estar entre nosotros, escuchándolo y estando atento en cualquiera de las direcciones desde las cuales alguien toma la palabra o el silencio, la percepción, el movimiento, la escritura, la lectura. - Cada fragment del teu llibre m’ha permès sentir la profunditat de l’experiència humana en la detenció en un rostre, la trobada entre pells, el vaivé de les mirades… altres mestres a part del deixar-se passejar? - He tomado la figura de los desconocidos en mi reciente libro a partir de fuentes literarias y filosóficas: la de Elías Canetti (que sugiere que hablar con desconocidos es como retrasar la muerte); la de Witold Gombrowicz (dirigida más a la figura del extraño y su ascendiente en nuestras vidas) y la de Cees Nooteboom (las historias de amor entre desconocidos son las más bellas y las más desconcertantes). “Un gesto sencillo: intentar acordarse de todos los recuerdos que olvidan los ancianos” (Hablar con desconocidos, p.51, Carlos Skliar, 2014) “Hablar con desconocidos” ens dóna pistes molt valuoses sobre els camins que ens obre l’escriptura poètica per deixar de pensar i nombrar la relació amb l’altre de forma predeterminada; gran repte que se’ns planteja als educadors contemporanis que hem estat ensenyats des d’ un llegat acadèmic amb llenguatges picologicistes i científics més propers a la categorització del ser humà que al respecte per a la llibertat de ser. Noemí Duran Salvadó Doctora en Art i Educació Especialista en Moviment i Expressió del ser