FICHA Nº 7: CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPIRITU SANTO La Anunciación a María inaugura "la plenitud de los tiempos"(Ga 4, 4), es decir, el cumplimiento de las promesas y de los preparativos. María es invitada a concebir a aquel en quien habitará "corporalmente la plenitud de la divinidad" (Col 2, 9). La respuesta divina a su "¿cómo será esto, puesto que no conozco varón?" (Lc 1, 34) se dio mediante el poder del Espíritu: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti" (Lc 1, 35). El origen último de Jesucristo, cuyo despliegue histórico confiesa el Credo, se hunde en Dios. Es el Hijo eterno de Dios el que se reviste de la carne humana, entrando en el linaje de David (Rom 1,3) La misión del Espíritu Santo está siempre unida y ordenada a la del HIJO. El Espíritu Santo fue enviado para santificar el seno de la Virgen María y fecundarla por obra divina, él que es “el señor que da la vida”, haciendo que ella conciba al HIJO eterno del padre en una humanidad tomada de la suya. El HIJO UNICO del PADRE, al ser concebido como hombre en el seno de la Virgen María, es CRISTO, es decir: el ungido por el Espíritu Santo, desde el principio de su existencia humana, aunque su manifestación no tuviera lugar sino progresivamente: a los pastores, a los magos, a Juan Bautista, a los Discípulos. Por tanto toda la vida de Jesucristo manifestará “como Dios lo ungió con el Espíritu Santo y con Poder” (Hch10,38). En el momento establecido por Dios, el HIJO único del Padre, la Palabra Eterna, es decir, el Verbo e imagen substancial del Padre, se hizo carne: sin perder la naturaleza Divina asumió la naturaleza Humana. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero Hombre en la unidad de su persona Divina; por esta razón él es el único mediador entre Dios y los Hombres. Jesucristo posee dos naturalezas, la divina y la humana,no confundidas, sino unidas en la única persona del HIJO DE DIOS. Cristo, siendo verdadero Dios y verdadero Hombre, tiene una inteligencia y una voluntad Humana, perfectamente de acuerdo y sometidas a su inteligencia y voluntad Divina que tiene en común con el Padre y el Espíritu Santo. La encarnación, es pues, el misterio de la admirable unión de la naturaleza Divina y de la naturaleza humana en la única persona del verbo: JESUCRISTO. El tercer artículo del Credo nos enseña que el Hijo de Dios tomó cuerpo y alma, como tenemos nosotros, en las purísimas entrañas de María Virgen, por obra del Espíritu Santo, y que nació de esta Virgen. FICHA Nº 7: CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPIRITU SANTO La Anunciación a María inaugura "la plenitud de los tiempos"(Ga 4, 4), es decir, el cumplimiento de las promesas y de los preparativos. María es invitada a concebir a aquel en quien habitará "corporalmente la plenitud de la divinidad" (Col 2, 9). La respuesta divina a su "¿cómo será esto, puesto que no conozco varón?" (Lc 1, 34) se dio mediante el poder del Espíritu: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti" (Lc 1, 35). En el momento establecido por Dios, el HIJO único del Padre, la Palabra Eterna, es decir, el Verbo e imagen substancial del Padre, se hizo carne: sin perder la naturaleza Divina asumió la naturaleza Humana. El origen último de Jesucristo, cuyo despliegue histórico confiesa el Credo, se hunde en Dios. Es el Hijo eterno de Dios el que se reviste de la carne humana, entrando en el linaje de David (Rom 1,3) Jesucristo posee dos naturalezas, la divina y la humana,no confundidas, sino unidas en la única persona del HIJO DE DIOS. La misión del Espíritu Santo está siempre unida y ordenada a la del HIJO. El Espíritu Santo fue enviado para santificar el seno de la Virgen María y fecundarla por obra divina, él que es “el señor que da la vida”, haciendo que ella conciba al HIJO eterno del padre en una humanidad tomada de la suya. El HIJO UNICO del PADRE, al ser concebido como hombre en el seno de la Virgen María, es CRISTO, es decir: el ungido por el Espíritu Santo, desde el principio de su existencia humana, aunque su manifestación no tuviera lugar sino progresivamente: a los pastores, a los magos, a Juan Bautista, a los Discípulos. Por tanto toda la vida de Jesucristo manifestará “como Dios lo ungió con el Espíritu Santo y con Poder” (Hch10,38). Jesucristo es verdadero Dios y verdadero Hombre en la unidad de su persona Divina; por esta razón él es el único mediador entre Dios y los Hombres. Cristo, siendo verdadero Dios y verdadero Hombre, tiene una inteligencia y una voluntad Humana, perfectamente de acuerdo y sometidas a su inteligencia y voluntad Divina que tiene en común con el Padre y el Espíritu Santo. La encarnación, es pues, el misterio de la admirable unión de la naturaleza Divina y de la naturaleza humana en la única persona del verbo: JESUCRISTO. El tercer artículo del Credo nos enseña que el Hijo de Dios tomó cuerpo y alma, como tenemos nosotros, en las purísimas entrañas de María Virgen, por obra del Espíritu Santo, y que nació de esta Virgen. PROFESIÓN DE FE. CREDO Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, Padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucito entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el Perdón de los pecados, la Resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. EXPLICACIÓN DEL LOGO Sobre un campo cuadrado, enmarcado, se representa simbólicamente una barca –imagen de la Iglesia- en navegación sobre olas apenas insinuadas gráficamente cuyo árbol maestro es una cruz que iza las velas con signos dinámicos que realizan el monograma de Cristo; el fondo de las velas es un sol que asociado al monograma hace referencia también a la Eucaristía. FICHA Nº 7. CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPIRITU SANTO. PROFESIÓN DE FE. CREDO Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, Padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucito entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el Perdón de los pecados, la Resurrección de la carne y la vida eterna. Amén EXPLICACIÓN DEL LOGO Sobre un campo cuadrado, enmarcado, se representa simbólicamente una barca –imagen de la Iglesia- en navegación sobre olas apenas insinuadas gráficamente cuyo árbol maestro es una cruz que iza las velas con signos dinámicos que realizan el monograma de Cristo; el fondo de las velas es un sol que asociado al monograma hace referencia también a la Eucaristía. FICHA Nº 7. CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPIRITU SANTO.