SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales Secuencia (1998), 42, septiembre-diciembre, 212-216 ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464 DOI: http://dx.doi.org/10.18234/secuencia.v0i42.632 con otros mercados regionales, espe­ cialmen te los de Veracruz y pueblos de la Tierra Caliente, las cuales ofre­ cen nuevas pistas para futuras investi­ gaeiones sobre la densidad y extensi6n de los intercambios interregionales en Mexico en las ultimas decadas del siglo XVIII. Par ultimo, quisiera hacer un testi­ monio de ambos autores coma seres humanos calidos e imaginativos y co­ mo maestros de primera calidad. Per­ sonalmente conoci, primero a Juan Carlos Garavaglia,quien vino a Mexico en 1980 a trabajar en la Universidad Aut6noma Metropolitana­Iztapalapa donde yo entonces ensefiaba. Fue a partir de esa vinculaci6n que llegarfa a conocer a Juan Carlos Grosso, gran colaborador quien tan lamentable­ mente falleci6 hace un afio y media. Juan Carlos Grosso habia llegado a Mexico hace 20 afios y todos los que hemos trabajado en el terreno de la historia colonial novohispana pode­ mos dejar constancia de que hemos perdido un colega entraiiable, un profesor inspirado, un critico inteli­ gente y mesurado, un calldo amigo. Su formaci6n academlca fue produc­ to en buena medida del clima eferves­ cente pero riguroso de la Universidad de Buenos Aires a principios de los afios de 1960, con profesores desta­ cados de la Facultad de Filosofia y Letras, coma Jose Luis Romero, Tulio Halperin Donghi y Ruggiero Romano. Posteriormente sigui6 una carrera docente constante y fructffera, la que conocemos aqui en Mexico sobre todo por sus casi dos decenios de en­ sefianza en la Universidad Aut6noma de Puebla donde form6 varias genera­ 212 ciones de historiadores hoy en activo y productivos. Desde 1981 comenz6 un proyecto de investigaci6n de largo aliento con Juan Carlos Garavaglia, con el fin de reconstruir las bases cuantitativas del estudio de las merca­ dos internos en el virreinato de Nueva Espana en el siglo XVIII. Sin menos­ cabo de haber sido pioneros en el pals del estudio sistcmatico de las alca­ balas, ahondaron en las campos para­ lelos de la historia agraria y dernogra­ flea, produciendo una impresionante cantidad de monografias. Entre sus ultimas obras se cuenta Puebla desde una perspectiua microbistorica. La villa de Tepeaca y su entorno agra­ rio: poblacion, produccion e inter­ cambio (1740­1870) publicada por Claves Latinoamericanas en 1994, ade­ mas del volumen de ensayos que han editado el Instituto Mora y la Univer­ sidad Aut6noma de Puebla y quc hoy resefiamos. Este libro es en efccto un excelcnte testimoruo del fervor y el amor con el que Juan Carlos Grosso se dedic6 a la historta de Mexico y que transmiti6 a incontables alumnos y colegas. Carlos Marichal El Colegio de Mexico Angel Munoz Fernandez, Jose Maria Lacunza. Los muchachos de Letran. Estudio y recopilacion, Pactoria Edi­ ciones, Mexico, 1997, 402 pp. A partir de la lucha de indepcndencia, lentamente se va a manifestar en el RESENAS SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales ambiente cultural de Mexico un sen­ Asimismo, el autor examin6 una ex­ timiento nacionalista, el cual irnpreg­ tensa bibllografia de primera y segun­ naria a la poesia lirtca, al teatro y a la da mano. Cabe resaltar que la labor incipiente novela y se convertirfa, escrupulosa de Mufioz, al recoger en junta con el romanticismo, en fuerza un solo tomo los materiales, pcrmitc encaminada a dar a la producci6n Ii­ a las personas interesadas en ellos, teraria de Mexico una inconfundible localizarlos facilmente. fisonomfa, a lo largo de la primera El autor explica que gracias al libro Cancilleres de Mexico, obra de dos mitad de la centuria. El romanticismo, adernas de pre­ tomos, editada por la Secretarfa de sentarse en la literatura, trascendio a Relaciones Exteriores y que contiene todas las artes, a la pintura, a la escul­ coma su titulo lo indica, una breve tura, a la musica. Se infiltr6 en las COS· biografia de los 78 cancillercs que tumbres y condicion6 en cierto grado Mexico ha tenido desde 1821 hasta los modos de ver, de vestir, de hablar 1988, fue que se reencontr6 con Jose y de pensar de la sociedad. Sabre este Maria Lacunza, personaje al que ha­ ambiente cultural existe una gran bia conocido al leer la obra de Gui­ escasez de estudios, ya que son los llermo Prieto, Memoria de mis tiem­ aspectos politicos las que han acapa­ pos, quien Se refiere a el y a SU impor­ rado el interes de los investigadores. tante y decisiva contribuci6n en la De ahl qu e el libro que resefi.amos fundaci6n de la Academia de Letran. cubra una pequefia parte de esta la­ En el pr6logo, Mufioz Fernandez guna, pues rescata la obra de uno de presenta un breve estudio biografico los literatos mas importantes de las sabre el literato, el cual aunque cum­ primeras decadas del siglo pasado, ple con la funci6n de recoger la ac­ poco conocido, pero que representa tuaci6n de Lacunza, deja interrogan­ a esa inicial generaci6n de escritores tes en el tintero, de las que se hablara mexicanos interesados en desarrollar mas adelante. una literatura nacional y que entran Desp ues de darnos a conoccr la de lleno a este nuevo movimiento, el manera en que se produjo su acerca­ romanticismo, que ks perrnitira echar miento a Lacunza, Munoz nos relata, a volar la imaginaci6n y dar rienda apoyandose, casi exclusivamente en la suelta al sentimiento, en contraste obra de Prieto, debido a la escasez de con el racionalismo y la frialdad de la ensayos c6mo alrededor de Jose Maria literatura clasica, se form6 un p equefio grupo de li­ El libro al que nos estamos refirien­ teratos incipientes: su hermano Juan do, es un estudio y recopilaci6n de Nepomuceno, Manuel Tossiat y el mis­ los textos que el literato y poeta Jose mo Prieto, los cuales se reunian se­ Marfa Lacunza (1809­1869), escribio manalmente en el Colegio de Sanjuan entre 1837 y 1848 y que se encontra­ de Letran, donde aq ue l irnp art ia ban dispersos. Para ello Munoz Fer­ SU catedra, Tai fue el exito de estas nandez rastre6 y consult6 60 tomos reuniones que se fue ampliando el nu­ de revistas y periodicos de la epoca. mero de participantes, quiencs cran RESENAS 213 SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales tanto [ovenes que buscaban un lugar donde presentar sus nuevas cornpo­ siciones, como las figuras consagra­ das de la epoca, de tal forma, queen 1836, decidieron <lades un caracter mas formal, fundandose propiamente la Academia de Letran, en honor al lugar que los habia albergado. Este centro llegarfa a ser "el ruicleo cultu­ ral de la epoca".' Uno de los meritos del libro de Angel Munoz, es que ade­ mas de ofrecernos a Lacunza, nos per­ mite conocer el ambiente cultural de la epoca. Munoz, como muchos de los inves­ tigadores que se han referido a la fun­ daci6n y a los primeros ands de la Aca­ demia de Letran, utiliza, como semen­ cion6, la obra de Guillermo Prieto. Sin embargo, era necesaria una inves­ tigaci6n mas profunda, a fin de apor­ tar nuevos datos. Como sefialabamos, quedan en el tintero, sin respuesta, algunas interrogantes. icua.I fue la pro­ duccion literaria de Lacunza despues de 1848, cuando entr6 de Ueno a la vida politica nacional? y eque activida­ des siguio realizando en la Academia despues de ese afio? Un libro sobre Jose Maria Lacunza que podria haberle sido de gran utili­ dad a Munoz Fernandez para la reali­ zaci6n de su estudio biografico, es la tesis de Tullia Valencia sabre la pole­ mica Lacunza­Cortina, enfocado es­ peciflcamente a la labor del personaje como historiador. Asimismo, el autor no .recuper6 la inforrnacion, ni la bi­ bliografia proporcionada por Antonia 1 Alicia Perales Ojeda, Asociaciones Iitera­ rias mexicanas, siglo XIX. Imprenta Universi­ taria, Mexico, 1957, p. 47. 214 Pi­Sufier, en la biografia incluida en el libro Cancilleresde Mexico, en la quc profundiza sobre la actuaci6n de La­ cunza como canciller de Mexico en el extranjero. Sin embargo, dado que el autor no es historiador ni crittco Iiterario, sino ingeniero civil, y cuyo gusto por la creaci6n literaria lo llev6 a escribir va­ rios libros: uno de cuentos intitulado Serpientesy escaleras y el uttl Fichera Biobibliografico de la literatura me­ xicana de! siglo XIX, en el que reali­ za un inventario de escritores y libros del siglo XIX nacional, se le disculpa que no haya realizado una mas pro­ funda y rigurosa investigaci6n sobre el tema. u no de las meritos del au tor cs el de poner a nuestro alcance un per­ sonaje, dejado en el olvido por la his­ toriografia nacional, debido tal vez a su filiaci6n conservadora o a que no se le considero un autor importante y por otra parte, a un mayor int.er es por rescatar a autores liberales. Para acercarnos al quehacer de ta­ cunza, Mufioz dividi6 la obra en cua­ tro secciones: poesia, novela, prosa e historia, cada una de ellas antecedida por un pequefio analtsis del autor sobre los textos compilados. La ternatica de la poesia se reficre a la patria, a la soledad, a la noche; des­ taca el toque de humor, la sonrisa bur­ lona, y la exaltaci6n del sentimiento, caracteristicos del romanticismo. En un apartado Munoz se refiere a la critlca que don Jose Gomez de la Cortina hace a uno de los poemas de Lacunza en el escrito Examen crf tico de algunas de las piezas literarias contenidas en el libro intitulado El RESENAS SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales Ano Nuevo, Ilbrito en que se recogi6 parte de la obra de los integrantes de la Academia de Letran. De esta ma­ nera, gracias al trabajo de Mufi.ozFer­ nandez se rescata tarnbien otro aspec­ to importante, la crftica literaria. El conde de la Cortina, creador de la cri­ tica literaria en Mexico, tarnbien reac­ cionaria fuertemente ante las lecciones de historia que el literato decimon6­ n ico elabor6 para SU catedra en el Colegio de San Juan de Letran. Estos dos hombres, Lacunza y Cortina, te­ nian en cormin una brillante intelt­ gencia, una s6lida cultura, ambos sen­ tian afici6n por las ciencias que com­ partian con su amor a las letras y los dos incursionaron en la politica en su afan por servir al pais. Tai como la poesia, el genero no­ velesco de la primera mitad del siglo pasado es romantico, con raras excep­ ciones. Todo lo idealizany casino hay figura que en sus manos conserve tra­ za de barro terrenal, ya que esta de moda la sensibilidad lacrimosa. Este geriero es representado por Netzula (1832), narraci6n corta realizada por Lacunza, de caracter indigenista, ro­ mantico e hist6rico. Mufi.ozreline articulos de Lacunza publicados en los diarios de la epoca, princlpalmente en las decadas de los afios cuarenta y cincuenta. Tratan so­ bre temas de j urisprudencia, el tiem­ po, las ciencias, los terremotos, el len­ guaje de las flores, las estrellas, las sa­ cerdotisas aztecas. Esta gran variedad de asuntos nos permiten vislumbrar a una persona de conoctmlentos muy amplios y preocupada por dar a co­ nocer aspectos de diversa indole de nuestro pals. Este afan por rescatar lo RESENAS nuestro se dio desde la decada de los afios treinta, sin embargo a partir de 1848, tras la experiencia de la guerra con Estados Unidos, las elites politica e intelectual se ocuparon de llcvar a cabo una seria reflexion acerca de la realidad mexicana. El apartado sobre historia incluye el discurso pronunciado por Jose Ma­ ria Lacunza en la apertura de la cate­ dra de Humanidades del Colegio de San Juan de Letran, donde expone el plan de trabajo que utilizara en una serie de lecciones de Historta Univer­ sal y dos de las 3 7 lecciones que so­ bre historia localiz6 Mufiozy. que son una gran aportaci6n al estudio de la Historia Universal. S6lo incluye dos, la primera, porque en ella Lacunza explica los criterios a seguir en el cur­ so completo, y la ultima, porque es un buen ejemplo de este criteria apli­ cado a la historia de Mexico, concre­ tarnente a la consumaci6n de la Inde­ pendencia. Como senate, estas lecciones oca­ s ionaron una fuerte reacci6n por parte de Jose Justo Gomez de la Cor­ tina, conde de la Cortina; Tullia Va­ lencia Funatsu, quien escribi6 sobre la controversianos dice: "Es esta poleml­ ca uno de los rasgos mas nobles que los antagonistas tienen para expresar su discrepancia pedag6gica, metodo­ 16 gica y politica, en la cual toman como medio a la historia y por causa la ensefianza de la misma, que por primera vez en Mexico se impartia en los establecimientos educativos". 2 La 2 TuUia Valencia Funatsu, "Una polernica hist6rica en el siglo XIX, Lacunza­Cortina", te­ sis, 1963, p. 2. 215 SECOENClfi Revistadehistorjaycienciassociales discrepancia entre ambas figuras dio lugar a seis cartas que se publicaron en El Siglo XIX, mismas que Munoz reline en este apartado. Gracias a la lectura de estas leccio­ nes y a la controversia que suscitan, surge el interes de seguirle la pista al conde de la Cortina, personaje al que se percibe polerntco y hrillante. A fin de que los investigadores in­ teresados en conocer cada una de las lecciones, las puedan localizar facil­ mente, Munoz incluye una lista de los titulos tal y como se publicaron en El Museo Mexicano. Una mlrada a los escritos histori­ cos de Lacunza nos perrnite ver que este confiere a la historia una validez redentorista necesaria para el pals. Para el, la historia era un reclpiente cuyos ejemplos contenidos tendrian como misi6n demostrar al estudiante mexicano una manera sana, digna y sobre todo, benefactora para gober­ nar a la naci6n. Su metodo consistia en la exposici6n de extensos discur­ sos histortcos, formadas con una se­ lecci6n de acontecimientos, llevada a cabo cuidadosamente por el. Es importante Hamar la atenci6n sobre la participaci6n de Lacunza en el Diccionario Universal de Historia y de Geografia publicado entre 1853 y 1856 y a la que Munoz Fernandez no hace alusi6n. En un libro reciente­ men te publicado,3 Antonia Pi­Sufier 3 Antonia Pi­Sutler Llorens, "Estudio preli­ minar", en Catalogo de los articulos sobre Me­ xico en el Diccionario Universal de Historia y de Geografia, Facultad de Filosofia y Letras, Direccion Genera! de Asuntos del Persona! Aca­ demtco­uxoa, Mexico, 1998. 216 nos dice "en la realizaci6n de dicha obra enciclopedica colabor6 la flor y nata de nuestros hombres de letras de mediados del siglo pasado",4 entre ellos estaba Jose Marfa, y fue, segun Pi­Sufier, la empresa editorial mas ambiciosa realizada hasta el momento en nuestro pals "ya que reunio, por primera vez, la mayor cantidad posi­ ble de informaci6n sobre su hlstorla y geografia, asf como acerca de sus tradiciones culturales, lo que signific6 una invaluable aportaci6n al corio­ cimiento cientffico y hurnanistico de los mexicanos al mediar el siglo. 5 El Iibro de Angel Mufioz Fernan­ dez nos invita a conocer, no solo los escritos de Jose Marla Lacunza, sino de toda la generaci6n de Letran, base de la Iiteratura nacional. Lilia Guiot de la Garza Instituto Mora Salvador E. Morales, Espacios en dispu­ ta. Mexico y la independencia de Cuba, Centro de Investigaciones Ta­ mayo/SRE, Mexico, 1997, 524 pp.* Con material abundante para futuras investigaciones y con una vision am­ plia de un proceso de trascendencia para la historia regional, este trabajo viene a contribuir de manera signi­ .( Ibid.' p. s Ibid. VII. * Texto leldo en el Instituto de Investiga­ ciones Hist6ricas en la presentaci6n de! libro organizada por la Universidad Michoacana de San Nicolis de Hidalgo. RESENAS