ESPERANZA Vs. DESESPERANZA Estos dos últimos años, todas las noticias se centran en un solo tema: LA CRISIS, la necesidad, el hambre, la angustia, la desesperación... Si nos remontamos a los orígenes de la civilización, la historia siempre se repite. El Imperio Romano se vino abajo en siglo V por su forma de gobierno autocrática. Es patente la figura del emperador, el recaudador de impuestos y la plebe, sometida a un control exhaustivo y también sus constantes guerras civiles por la hegemonía de sus ambiciosos gobernantes, cuyo único objeto era el ejercicio del poder. Es en la Edad Media, período de la historia comprendido entre el siglo V el siglo XV, cuando se instauran las bases que más tarde darán lugar al surgimiento de la actual Europa, con la división del territorio en Feudos. De ahí el llamado Feudalismo o sistema político basado en el esclavismo y capitalismo. De nuevo las guerras entre culturas y civilizaciones y la opresión sufrida por los campesinos a manos de los señores feudales, dieron fin a este período de la historia. Durante varios siglos hay una transformación a todos los niveles de las diferentes formas políticas y sociales, pasando del concepto de sociedad agraria a la sociedad urbana, el nacimiento de la burguesía y las diferentes clases sociales, hasta llegar al siglo XIX, caracterizado por la Revolución Social y Revolución Industrial, dónde aparentemente se instauran las bases de la actual democracia. El hombre ha conseguido llegar a la Luna y ha explorado Marte, ha habido grandes avances tecnológicos y científicos, se han controlado epidemias y se ha dado solución a muchas enfermedades, se ha planificado la forma de controlar los riesgos derivados de accidentes, tanto naturales como provocados por el hombre… Aún así, seguimos enzarzados en guerras civiles y guerras entre diferentes países, con el agravante de que el avance tecnológico ha desarrollado nuevas armas de destrucción masiva. Este breve resumen de la historia nos sitúa en el contexto actual, donde el ser humano, en toda su extensión, no ha sido capaz hasta hoy, de resolver los problemas derivados de la avaricia, la ambición y el poder…muchos son los que piensan que no hay superpoblación mundial sino mala gestión en el reparto de los recursos naturales. Recordemos la famosa frase del filósofo Thomas Hobbes (siglo XVI) “el hombre es lobo para el hombre”. Por otra parte, en el bicentenario del gran escritor Charles Dickens, su obra se basa en una aguda crítica social a finales de siglo XIX. Una de sus mejores obras, “Oliver Twist” es el claro reflejo de la sociedad actual y la situación de los niños abocados a vivir de la mendicidad y la picaresca. También he repasado varias obras llevadas al cine en dónde se denuncia la precariedad, el desempleo y la desesperanza con final dramático. “Arcadia” es el título de una película francesa del año 2005, en el que un trabajador despedido por reajuste de su empresa, no duda en eliminar a cinco candidatos que suponen un obstáculo para conseguir un nuevo trabajo. Esta historia pone de relieve un nuevo tipo social, sin escrúpulos, capaz de cualquier cosa para mantener su nivel social y su dignidad a toda costa. Lo vemos a diario en las noticias. “Un día de Furia”, película americana de 1992, nos muestra a otro personaje que acaba de perder su trabajo, creándole un problema familiar y siendo finalmente abandonado por su esposa. Un día sale a la calle con un rifle y mata a todo el que se pone por delante. También lo estamos viendo muy a menudo en los medios de comunicación. Hay una gran carga de frustración y agresividad generalizada en la mayor parte de la población. “Los juegos del hambre”, película americana de 2012, basada en una novela de ciencia ficción, muestra a un pueblo vencido y dominado por un estricto Capitolio que anualmente elige a 12 jóvenes de sus diferentes distritos para que se maten entre sí, como medio de supervivencia para el vencedor y para los ciudadanos de su distrito. Estremecedor. Es una metáfora de la lucha por la supervivencia, una nueva forma de esclavitud y opresión en manos de los poderosos. Cuando en 1974, se estrenó “el coloso en llamas”, nadie pensó que aquello pudiera suceder de verdad. Sin embargo, la realidad siempre supera la ficción, como sucedió con las torres gemelas de Nueva York en 2001. Es evidente que algo está mal en la sociedad que hemos construido. Los expertos en salud mental y la Organización Mundial de la Salud alertan de que la gran epidemia del siglo XXI, por encima de los accidentes cardiovasculares, accidentes de tráfico y otras enfermedades, son las enfermedades mentales. Tenemos una sociedad enferma y en algunos casos, como los revisados anteriormente, podemos hablar de verdaderos sociópatas. Lo preocupante es que los responsables de la gestión socioeconómica, están más centrados en resolver problemas económicos que problemas del orden ético y moral. ¿A quién debemos pues pedir responsabilidades? La respuesta es compleja y difícil de responder. Tal vez un poco a nosotros mismos y otro mucho a los gestores de la administración pública. Muchas son las familias que sufren por la negligencia e ineficacia del actual sistema social, pero también cabe recordar que en los anteriores años a la crisis mundial, nos hemos dejado seducir por el estado del bienestar y por las promesas de los que nos gobiernan, hipotecando nuestra vida y las de nuestros hijos ante los reclamos de una sociedad de consumo que nos ofreció todo lo que ahora nos quita. Como integrante del Grupo de Emergencias durante muchos años, he visto como se ha incrementado en los últimos dos años el índice de atención psicológica por tentativa de suicidio y suicidio consumado, como consecuencia de perder el trabajo y la familia. De hecho, este tipo de noticias no sale en prensa, tal vez por respeto, pero también porque minaría aún más la moral y la maltrecha situación a la que estamos sometidos. También hay que destacar el alarmante índice de delincuencia, homicidio y violencia de género como parte de la crispación y frustración generalizada. Todo ello debería ser motivo de reflexión profunda para TODOS, de que no vamos por buen camino. LOLA PUJADAS SÁNCHEZ Psicóloga y Psicoterapeuta acreditada por EFPA Agosto de 2012