“MAMÁ QUIERO SER PROFESOR DE FOL” Autor: Luis Losada Rodríguez. DNI: 14623840-A Todavía recuerdo el día que les dije a mis padres que quería prepararme las oposiciones de FOL. Al principio me miraron orgullosos pensando que, al haber estudiado Derecho, se trataría de un cargo “importante” (un FOL tendrá que ser algo similar a un Juez o un Notario debieron pensar en aquel momento). Pero cuando, a continuación, les especifiqué que FOL era una especialidad de enseñanza secundaria que se impartía en Formación Profesional, su rostro pasó de la euforia a la decepción y a la sorpresa: ¡FOL! ¡Después de todo lo que nos costó que se licenciara en Derecho va el niño y nos dice que quiere ser profesor! ¡Y encima de Formación Profesional! ¡Y para colmo de FOL, una asignatura que no sirve para nada! Lo que les acabo de contar con unas pinceladas de humor e ironía, aunque no es mi caso, desgraciadamente representa una realidad para los aspirantes a convertirse en profesores de FOL. Pero vayamos por partes. Si ser profesor de FOL a la gente le suena un poco a ser un “Don Nadie” es por tres razones: En primer lugar, porque hoy día el profesor, con independencia de su especialidad, ha pasado en nuestro país de ser un “Señor Don” a convertirse en el “pringao” (perdón por la expresión) sin derecho a nada y al que hay que putear (lo que importa es la libertad del alumnado). Y es que como dice Antonio Gómez Rijo en su artículo “La decencia de la docencia”, publicado en El País en 2005, la pérdida del respeto de la sociedad hacia la función docente se ha traducido en una falta de respeto del alumnado hacia el profesorado y ésta constituye una de las grandes causas del actual fracaso del sistema educativo, tal y como ha puesto de manifiesto el Informe PISA 2003. Y es que, como también se ha revelado en el susodicho informe, en Finlandia (país que cuenta con los mejores resultados, entre otros como Corea y Japón) la profesión docente está muy valorada, tanto por la sociedad en general como por los docentes en particular. No pretendo que volvamos a la regla y a los azotes, pero sí debemos recuperar la autoridad del profesor, autoridad que siempre debe estar por encima de la de los alumnos/as, al igual que la autoridad del juez está por encima de la de las personas que se encuentren en sala mientras se celebra un juicio (sería impensable que un abogado o un testigo no acatasen las órdenes de éste y pudiesen hacer lo que les viniera en gana). La segunda de las razones es que si ya de por sí el profesor es un cualquiera, todavía parece serlo más el profesor de Formación Profesional. Y es que la gran mayoría de los padres sigue con esa idea de que la FP no sirve para nada (más vale un hijo licenciado y en paro que uno que haya cursado FP, aunque esté trabajando y cobrando un buen sueldo). Seguimos pensando que la FP significa menos estatus social, menos salidas profesionales y menos salario y que, además, está pensada para los alumnos con menos capacidades o que no quieren estudiar (parece como si nos diera un poco de vergüenza decir que nuestro hijo está estudiando FP). Lo que no saben esos padres es que en países como Alemania o Gran Bretaña, supuestamente a años luz de España en desarrollo, el número de jóvenes que acceden a la Formación Profesional es infinitamente superior al de España. Además, está demostrado que los jóvenes que cursan FP encuentran trabajo mucho antes que los universitarios y a cambio, en muchas ocasiones, de mejores salarios. A continuación, les muestro un cuadro donde se refleja el porcentaje de jóvenes desempleados en función del nivel de estudios cursados. Podemos observar como la mayoría de los jóvenes que se encuentran en paro en nuestro país son aquellos que no tienen estudios medios o superiores, pero vemos también como los índices de desempleo de los universitarios y los técnicos (y técnicos superiores) de FP son prácticamente iguales. JÓVENES DESEMPLEADOS Y NIVEL DE ESTUDIOS NIVEL DE ESTUDIOS Varones Mujeres Estudios primarios, sin estudios 31,8 21,9 Primer nivel de enseñanza secundaria 39,0 32,2 Formación profesional de primer grado 5,7 8,8 Formación profesional superior 6,4 9,3 Segundo nivel de enseñanza secundaria 8,4 11,9 Estudios universitarios de ciclo corto 3,7 7,4 Estudios universitarios de ciclo largo 4,9 8,5 Fuente: Encuesta de Población Activa 2003. INE Queda claro, por tanto, que debemos cambiar el prisma a través del cual observamos la FP. Y debemos hacerlo por el bien del desarrollo económico de nuestro país y, también, por el futuro laboral y profesional de nuestros hijos. La tercera y última razón por la que dijimos que se consideraba al profesor de FOL como un Don Nadie, es la propia concepción que tiene el alumnado y, en general, la sociedad de nuestro módulo. Tendemos a pensar que la formación y orientación laborales sirven para bien poco. Para qué quiero conocer mis derechos si al final el empresario se va a aprovechar de mí igualmente, solemos decir. Si a esto unimos el hecho de que el contenido de FOL no está relacionado directamente con la materia sobre la que versan los Ciclos de FP, obtenemos un resultado: pasotismo puro y duro del alumnado hacia nuestro módulo. Así, por ejemplo, a los jóvenes que acceden a un ciclo de mecánica no les interesa saber cómo calcular una nómina, lo único que quieren es aprender cosas de su profesión. El problema es que muchos de estos alumnos/as que pasan de FOL al cursar un Ciclo de FP se arrepienten posteriormente de ello cuando, por ejemplo, quieren saber qué convenio se aplica en su empresa y no saben cómo buscarlo. Como ésta, se repiten muchas situaciones de este tipo y no sólo entre los alumnos de FP, sino a todos los niveles educativos. ¿Cuántos universitarios recién titulados hay que no saben qué hacer ni dónde acudir para buscar trabajo? ¿Cuántos desconocen las posibles salidas profesionales de su carrera? ¿O cómo hacer un currículum vitae o una carta de presentación? Todo esto provoca que muchos jóvenes no encuentren trabajo, no porque no lo hay sino porque no saben dónde está ni cómo buscarlo; o que muchos estén descontentos con la carrera que han estudiado o con la profesión que han elegido; o que no ejerzan muchos de sus derechos laborales por puro desconocimiento. Después de todo lo dicho, ¿creen ustedes que verdaderamente el profesor de FOL es un Don Nadie? REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS WEB: www.elpais.com/articulo/opinion/decencia/docencia/elpepiopi/20050328elpepiopi_6/Tes/ www.ine.es