Los etruscos: un breve análisis de su evolución histórica y social Autor: Mikel Herrán Subiñas . Reciben el nombre de pueblos etruscos aquellos que se desarrollaron en la región de Etruria, que va desde el Tiber al Arno, en la Antigüedad, desde la ruptura de la unidad de la cultura apenínica alrededor de los siglos XII-X a.C. hasta la conquista de las ciudades etruscas por los romanos, finalizada en el 265 a.C. con la conquista de Volsinii. Ilustración 1 Etruria y las áreas de máxima expansión etrusca Los historiadores no coinciden a la hora de darle un origen al pueblo etrusco, discutiendo si su origen es oriental, autóctono o septentrional. Fuera como fuere, su desarrollo se llevó a cabo en Etruria, con fuertes influencias externas: la riqueza metalífera de la región les llevó a establecer contactos tempranos con los micénicos durante los siglos XIV-XII y a incorporarse más tarde a los circuitos de comercio mediterráneos. Al igual que los griegos, los etruscos nunca establecieron un poder estatal central, sino que se desarrollaron en ciudades autónomas, si bien parece ser que en la zona de Etruria establecieron una especie de confederación en la segunda mitad del siglo VI a.C. En esta zona tenían doce ciudades, con una sede central en Fanum Voltumnae, santuario del dios Vertumno en Volsinii, donde se celebraban unos juegos en los que se elegía un líder al que cada ciudad entregaba un lictor en señal de que reconocían su autoridad. Esta confederación parecía sin embargo más limitada al ámbito religioso, pues no podía evitar los enfrentamientos entre ciudades. También es cierto que había alianzas entre ciudades para un fin determinado, pero éstas se disolvían al alcanzar dicho fin. Aun así los etruscos sí tenían una identidad cultural común. Ilustración 2 Ciudades etruscas y sus límites (en Bonfante, Larissa, xxi) En el ámbito político y social, las ciudades etruscas eran lideradas por un monarca, que parece haber estado controlado por la aristocracia. Esta aristocracia tenía una gran importancia: su riqueza se basaba en la posesión de los medios de producción, especialmente de la tierra, principal medio de prestigio. Además complementaban esto con el desarrollo de actividades comerciales. El desarrollo de la aristocracia se ve en la aparición de grandes tumbas de cámara y ricos ajuares desde el s. VIII a.C. y estuvo especialmente ligado al comercio durante el periodo orientalizante, en el cual asumieron la carga ideológica de los elementos extranjeros (por ejemplo el banquete o la escritura). Este periodo monárquico fue sucedido a partir del siglo V en algunas ciudades por un periodo republicano, en el cual el puesto antes ocupado por el rey pasaba a ser ocupado por un magistrado electo y no vitalicio. En la transición pudo tener importancia una figura parecida a los tiranos griegos, apoyados por las nuevas clases surgidas del desarrollo económico. Durante estos períodos se da una mayor igualdad en las tumbas. Sin embargo se volverá de forma generalizada a una situación oligárquica en el siglo IV como consecuencia de la crisis económica por el avance comercial de Siracusa. Estos cambios, como consecuencia de la falta de unidad política dentro del mundo etrusco, no afectaron igual a las distintas regiones, sino que, por lo general, afectaron más a la Etruria meridional y de forma más tardía a la Etruria interior. La sociedad etrusca estaba fuertemente estratificada: el poder estaba totalmente monopolizado por la aristocracia, creando una división entre aristócratas y gobernados. Sin embargo, económicamente, el comercio y la artesanía habían dado lugar a una clase media que no tenía ningún poder. Las posibilidades de promoción social eran muy escasas. Por otro lado la mujer tenía la misma capacidad jurídica que el hombre y no estaba totalmente sometida al marido. Los etruscos no solo se limitaron a la zona conocida como Etruria, sino que también se asentaron en Campania y en la llanura Padana, donde imitaron el sistema de Etruria, si bien las ciudades siguieron sus propios desarrollos. Por ejemplo, en Campania las ciudades estaban sujetas a un contacto más directo con los griegos, lo cual a veces dio lugar a hostilidades. Las ciudades no eran de una única población, sino que estaban formadas por diversas aldeas con cierta autonomía dirigidas por sus respectivas aristocracias. Dentro de éstas, unas irán ganando más importancia respecto a las otras. Por otra parte, entre las distintas ciudades etruscas la hegemonía pasará de una a otra, sin haber un centro concreto de carácter permanente, salvo en en el caso de Volsinii, debido a su carácter religioso. Las ciudades etruscas lograrán establecer una talasocracia desde finales del villanoviano (s.VIII a.C). Ésta logrará un equilibrio con sus rivales, los griegos, que se verá roto con el establecimiento de piratas griegos en Córcega en el siglo VI a.C. Los cartagineses y etruscos se aliarán para acabar con esta amenaza y llevar a cabo un comercio sin grandes conflictos. Sin embargo la talasocracia etrusca desaparecerá en la primera mitad del siglo V a.C. debido a los nuevos piratas griegos y el poder de Siracusa, sobre todo tras la derrota naval frente a Cumas en el 474 a.C., tras la cual se dio una caída de la producción y del nivel de vida. Las zonas colonizadas (la llanura padana y Campania) continuaron su desarrollo aun así. Durante esta etapa la aristocracia recuperó su poder y se fue cerrando como casta, recurriendo a la endogamia, si bien su ideología se adapta al ideal ciudadano. Se produjeron rebeliones armadas de las clases medias, sometidas cada vez más por las oligarquías, que fueron apoyadas por Roma. La principal riqueza de la región etrusca eran los metales, que comerciaba al principio en bruto. Sin embargo, con el contacto con las nuevas tecnologías griegas, desarrollaron una serie de manufacturas metalúrgicas (sobre todo bronces) y cerámicas (los bucchero etruscos) que daban cuenta de una producción propia. Los bucchero son cerámicas caracterizadas por el método de cocción, que las vuelve negras y les hace adquirir un brillo metálico al quemarlas cuidadosamente tras la cocción. Los modelos de bucchero se parecen en muchos casos a vasijas griegas, imitando sus estilos. Sin embargo los artesanos no sólo copiaban los estilos griegos u orientales, sino que crearon también piezas propias. Además, también comerciaban el cereal y el vino. Habían desarrollado grandes conocimientos agrícolas y técnicas hidráulicas. Cultivaban sobre todo trigo y vid. El olivo, aunque lo conocían, no tuvo gran extensión pues el aceite estaba limitado a la aristocracia. A cambio de estos productos obtenían bienes de prestigio griegos y orientales que casi siempre permanecían limitados a las clases aristocráticas. El comercio se llevaba a cabo en puntos concretos alejados de los centros urbanos, a modo de los emporion griegos. Estos puestos comerciales tenían además una función de aculturación, pues era desde aquí desde donde llegaban las influencias orientales y griegas. Bibliografía: -Bonfante, Larissa, Etruscan life and afterlife, a handbook of Etruscan Studies, Aris and Phillips, 1986 -Martínez-Pinna, Jorge, Akal, Historia del Mundo Antiguo, Vol. 36: El pueblo etrusco, Akal, 1989 This work is licensed under the Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported License. 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