Publicado en Intereconomía (http://www.intereconomia.com) LA GACETA Malí recupera el antiguo orden constitucional mientras los tuaregs controlan el norte RAQUEL CÉSPEDES http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/internacional/mali-recupera-ordenconstitucional-mientras-los-tuaregs-controlan-nort Cuando sólo quedaban 24 horas para que se cumpliera el ultimátum anunciado por los países vecinos de Malí para que la Junta militar golpista devolviera el poder, el capitán Amadou Haya Sanogo, anunció la vuelta al antiguo orden constitucional. El bloque de países de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) amenazó con aplicar un embargo diplomático y económico, que hubiera sumido en el caos a uno de los países más pobres del mundo. "Teniendo en cuenta la crisis multidimensional de nuestro país y a fin de permitir una transición en buenas condiciones y preservar la cohesión nacional, hemos decidido comenzar consultas con todas las fuerzas del país", dijo Sonogo. Se inicia así el establecimiento de un periodo de transición que será seguido por unas elecciones generales, aunque el militar no ofreció fechas. Antes de la rebelión militar, las elecciones presidenciales estaban prevista el 29 de abril. El jefe golpista no ha hecho ninguna referencia sobre un eventual regreso de Touré o del anterior gobierno.El pasado 22 de marzo un grupo de soldados desertores tomaron el gobierno y disolvieron las instituciones, ante la incapacidad de las autoridades para detener el avance de los rebeldes tuaregs. Lo que en un principio se interpretó como una expresión de frustración al atacar con piedras al ministro de Defensa, Sadio Gassama, durante su visita el pasado 21 de marzo al cuartel de la ciudad de Kati, horas más tardes esa expresión de descontento se convirtió en una auténtica rebelión militar que acabó atacando el palacio presidencial, de donde el presidente Amadou Toumani Touré tuvo que salir precipitadamente hacia un lugar hasta ahora no revelado. El jefe golpista no ha hecho ninguna referencia sobre un eventual regreso de Touré o del anterior gobierno. Los militares golpistas se constituyeron en una junta militar, el Comité Nacional para el Restablecimiento de la Democracia y la Restauración del Estado (CNRDRE). Según el líder de la junta militar, el capitán Amadou Sanogo, devolverían el poder a los civiles en cuanto llevara a cabo “su misión”, dotar de más medios al Ejército –armamento y provisiones- para hacer frente a la rebelión tuareg. Sin haber conseguido su objetivo, puesto que el Ejército adolece a día de hoy de armamento y provisiones para hacer frente a la imparable ofensiva rebelde, el CNRDRE ha considerado que el vacío de poder imperante en el país en los últimos diez días estaba poniendo en peligro la integridad territorial. “El objetivo de los golpistas era hacer frente a los rebeldes y ver que se están haciendo cada día más fuertes, es algo a tener en cuenta”, señala a Gaceta.es Manuel Manrique, Investigador de FRIDE. La ausencia de gobierno en Malí unida a la precaria situación del Ejército explica la exitosa ofensiva de las agrupaciones guerrilleras tuaregs, que provistas de un mayor armamento desde el pasado mes de enero han logrado controlar importantes ciudades del norte, como Tombuctú, Kidal y Gao, las capitales de las tres regiones norteñas del país. Los enfrentamientos han provocado decenas de muertos y más de 200.000 personas han abandonado sus hogares, según la ONU, huyendo del fuego cruzado hacia los países vecinos, lo que ha desatado una grave crisis humanitaria.La ausencia de gobierno en Malí unida a la precaria situación del Ejército explica la exitosa ofensiva de las agrupaciones guerrilleras tuaregs Las reivindicaciones de los rebeldes se remontan a los años 70, cuando se independizaron los países de la zona. Las guerrillas tuareg persiguen la independencia de la parte septentrional de Malí, la región de Azawad. Los enfrentamientos entre el ejército maliense y los rebeldes se han sucedido a lo largo de las últimas décadas. Pero este año el conflicto se ha visto reanudado por el regreso de miles de combatientes tuaregs que trabajaban como milicianos para el depuesto líder de Libia, Muamar Gadafi. Durante la primavera árabe, el ejército libio contó con varios batallones integrados exclusivamente por tuaregs. Tras la caída del sátrapa, los militares tuaregs se desplazaron a los países vecinos pertrechados de armamento y municiones, desatando una nueva ofensiva el pasado 17 de enero. Desde entonces, los rebeldes amplían su control en aldeas y poblados del norte ante la incapacidad de respuesta del ejército. El temor de una invasión territorial, reavivó el descontento popular y miles de mujeres e hijos de soldados se manifestaron contra el Gobierno por su mala gestión de la crisis. “Este descontento va a facilitar que ciertos sectores de la población se posicionen a favor de un cambio de régimen y legitimen el golpe militar”, apunta Manrique. Las negociaciones con los rebeldes es una posibilidad bastante remota. Teniendo en cuenta que el Movimiento Nacional para la Liberación de L’Azawad (MLNA) y el Movimiento Islámico para la Liberación de L’Azawad (MILA, antes llamados Ansar Dine) avanzan con éxito en el norte, su único diálogo es el de las armas. Asimismo, la división entre estas dos agrupaciones guerrilleras también podría agravar el conflicto. El MNLA y el MILA rompieron relaciones, después de que los otrora Ansar Dine reconocieran que su objetivo es implantar la sharia, ley islámica. El terrorismo de Al QaedaAdemás, el Ejército de Bamako se enfrenta a otro problema en el territorio desértico del norte de Malí, las agrupaciones de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), con bases en el norte del país y Mauritania, que también se han beneficiado del flujo de armamento y milicianos procedentes de Libia. “Si la rebelión tuareg se extiende y el ejército de Malí sigue perdiendo control sobre el terreno se crearía un vacío de poder estatal que podría ser aprovechado por AQMI”, señala el experto en África de FRIDE. AQMI se ha beneficiado del flujo de armamento y milicianos procedentes de Libia La comunidad internacional teme que la actual situación de inestabilidad eche por tierra los avances conseguidos en la lucha antiterrorista gracias a la cooperación de los gobierno de Malí, Mauritania y Argelia. “Si la Junta permanece en el poder en los próximos meses, lo más probable es que se inicien contactos con los golpista, porque Malí es una aliado muy importante en la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico”, indica Manrique. La relación de algunos líderes tuareg con estos yihadistas ha sido clave en el fortalecimiento de la ofensiva rebelde, que han visto en el negocio de los secuestros, el tráfico de armas y el narcotráfico una fuente inagotable de financiación. Otra de las consecuencias que podrían derivarse del reciente Golpe de Estado en Malí es que esta franja de inseguridad se extienda a países vecinos, como Burkina Faso, Níger, Argelia y Libia, donde el MNLA reivindica la soberanía de algunas zonas limítrofes con Malí. Asimismo, al igual que ocurrió con la primavera árabe, que desencadenó una oleada de movimientos opositores contra los regímenes dictatoriales en el norte de África, el levantamiento rebelde en Malí podría ser el detonante del estallido de otros movimientos separatistas en los países del Sahel. La falta de medios de los ejércitos nacionales para hacer frente a las guerrillas separatistas, los terroristas de AQMI y otras fuerzas islamistas desencadenaría un caos de consecuencias impredecibles. Malí sería sólo el primer eslabón. © Grupo Intereconomía. Paseo de la Castellana 36-38 Madrid 28046 España. Teléfono: 902 996 556