DE LA OUIJA A LA TABLA PERIÓDICA Alumno: MICHOU, Agustín Escuela: Instituto Privado D – 167 Hernandarias, Paraná, Entre Ríos Profesor Guía: AUCH, Marcela INTRODUCCIÓN Hay un mundo que abarca lo llamado pagano y subjetivo, un universo completo de filosofías y expectativas básicas, creencias que son parte de nosotros y que nos unen con lo primitivo de nuestra lógica, intereses que logramos crear a base de la búsqueda de soluciones a problemas de los cuales no se tienen las herramientas necesarias para poder responder lógicamente. La Real Academia Española define a pseudociencia como “falsa ciencia” y este trabajo intentará explicar, contestando interrogantes como: ¿cuáles son las raíces de estas ideologías y hacia donde se dirigen?, ¿pueden causar daños en la sociedad contemporánea?; por último, ¿por qué alegóricamente hablando el hombre ha ido despegándose de su tabla de ouija para predecir el futuro y pasó a poner sobre su escritorio la tabla periódica de los elementos para estar al tanto y predecir el comportamiento de la materia? DESARROLLO CAPITULO I ¿De donde vienen las pseudociencias? ¿Por qué siguen entre las personas? Desde un principio la existencia del hombre tuvo el indiscutible deseo de comprender y dominar la naturaleza que lo rodea, por eso es simple decir que las teorías pseudocientíficas fueron creadas para saldar la necesidad básica de pretender soluciones a los enigmas de su vida, encontrando satisfacción y evitando sentirse carente de progreso. El hecho de que la persona debía llegar sin las herramientas lo suficientemente evolucionadas para investigar estas incógnitas, hace que opte por intentar razonar sin estos materiales y empieza a basarse en deducciones instintivas abarcando horizontes muy amplios sin hacer mérito a los detalles. Se constituyen cultos religiosos primitivos que pretenden explicar los orígenes del hombre, la tierra, el por qué de la existencia de ambos y su relación, pero el credo por más que se conserve no basta y obviamente sintiéndose cansados de esa monotonía, buscan en sí mismos una explicación ya que son ellos los únicos que podrían darla, empezando a sentirse dueños de la verdad. Así, en la precaria sociedad se eligen personas con el cargo de hechiceros y sabios, los cuales son humanos que sufren un cambio mental donde ellos pasan de ser simples mortales a ser seres superiores con afinidad a sus dioses, los cuales tienen el poder y las condiciones necesarias para justificar su vida en un mundo tan finito en conocimiento como las medidas de sus brazos extendidos. Obraron pretendiendo sanar personas de sus sufrimientos físicos (curanderos), buscaron la comunicación con los muertos para tenerlos a su servicio adivinando el futuro y modificar la realidad (chamanes), querían ver el futuro entre las estrellas de su cielo y así mismo que estuvieran predeterminados a tener tal comportamiento en el resto de sus vidas (astrólogos) o bajaron la cabeza para jugar entre los muertos creando sesiones donde el futuro es algo previsible (nigromantes), conseguir la vida eterna a través del “Elixir de la vida”, transmutar metales innobles a oro y plata mediante “La piedra filosofal” (alquimistas). De la tribu, pasando por Babilonia y llegando a Roma donde el auge de la civilización occidental siguió con estos métodos, cuando este último se está dividiendo por los cambios sociales y políticos, se asienta el cristianismo impuesto por Flavius Theodosius1 emperador que dominó lo que 1 Flavius Theodosius (347 – 395): Último emperador romano. Tomó la decisión en Constantinopla de hacer del catolicismo la religión del imperio. fue la más influyente civilización en este lado del meridiano. Esta emergente religión tiene un libro a seguir para ser eternamente libres al postulado dios, el cuál dictaría ciertos mandamientos y pecados. En este momento toda práctica inusual se convirtió en pagana y es castigada, transformando en ocultistas a los ideológicos y soñadores reprimidos seguidores de diferentes opiniones. Los años fueron pasando y el pensamiento se modificó tratando de sustituir la fe ciega por la duda metódica y la iluminación de la razón. Es en el renacimiento cuando la ciencia se fue emancipando de la represiva religión y de las ideas simples de la magia que prevalecieron hasta el momento, gracias a esa cualidad en las personas de preguntarse –“¿Es ésta la verdad?”- creándose un espíritu crítico y un juicio más elevado. Sin duda la iniciativa perfecta es la de querer distinguirse y buscar el refinamiento más allá de las propias ideologías y creencias. A los ojos de los nuevos y mejorados hombres se dió comienzo a la larga separación entre la ciencia y pseudociencia, y sin ninguna objeción se puede decir que de la fabulosa alquimia surgió principalmente la química; luego hace aportes a la astrología, la metalurgia, la física, y la medicina. De una forma u otra las personas que dedicaron su vida al desarrollo de las pseudociencias, son al paso del tiempo un ejemplo claro de la ansiedad del hombre al no poder saber cómo será el futuro de su propia vida o de la tierra sin él, que actualmente es uno de las razones por las cuáles se sustentan las pseudociencias. Además, la credulidad de las personas, siguen esas necesidades básicas, incomprensión de las bases científicas, falta de investigación personal, falta de perspicacia, carencia de educación académica, intolerancia a lo racional, la ciencia no se ha expandido lo suficiente en el globo. CAPITULO II Saber qué camino se elige Aún no se vive en un mundo del todo sano, donde todo esté en armonía entre el conocimiento no científico y el poder sobre la naturaleza o sobre las demás personas receptoras de estos saberes. A todo ésto cuando se presenta una argumentación que se hace llamar científica y no lo es, perjudica a grandes grupos de personas, ya sea a través de comerciales televisivos, infomerciales, revistas o cualquier otro método de comunicación dirigidos a la población muchas veces vulnerable, debido a su carente conocimiento de los métodos científicos y la interpretación de los fundamentos, explicaciones y descripciones, donde detalles muchas veces se ven omitidos por conveniencias remunerativas. Estos modos de operar pueden darse tanto en las pseudociencias (ej.: pastillas adelgazantes) como en la mismísima ciencia (ej.: investigación con animales o gente de bajos recursos). Se tiene la libertad de creer lo que se quiera, consciente de la responsabilidad de lo que eso conlleva, cada individuo decide subjetivamente su creencia, pero no siempre se tiene conciencia de lo peligroso que puede ser creer en algo que se autodenomina científico siendo que es totalmente comercial. Por otro lado, la ciencia tiende a buscar suposiciones de la verdad a base de un método estricto. Así, hombres como Karl Popper2 (entre otros epistemólogos) han dedicado su obra, definiendo a pseudociencias como posturas que pretenden ser científicas pero que no lo son y pretendiendo cuidar del prestigio alcanzado por la ciencia y no permitir que ese prestigio sea utilizado para engañar a la gente. Las personas confían en la ciencia, y decir que algo es corroborado científicamente es muchas veces creer que es verdadero. Para poder distinguir entre ciencia y pseudociencia el hombre se basa en el recurso de la observación y la experimentación, pensar de esta manera, puede llevar al investigador a elegir solo las observaciones favorables para su teoría. Por esto Popper define además otro criterio, el de falsabilidad, la cual es una condición fundamental que toda hipótesis debe cumplir para que adquiera el status de científica. Mientras una hipótesis es más general es menos falsable porque no puede ser del todo desmentida, por ejemplo: este vehículo adquirirá una velocidad de 200km/h. Si el enunciado es más detallado: este automóvil 2 Karl Popper (1902-1994): Filósofo, sociólogo y teórico nacido en Austria. Fundó el principio de falsabilidad. adquirirá una velocidad de 200km/h en 25 segundos, es más falsable porque se podrá calcular dependiendo de la aerodinámica del automóvil si llega a tardar solo 25 segundos en llegar a 200km/h. Sería aún más preciso si se tiene conocimiento de la capacidad del motor y del ambiente en que será puesto a prueba, por lo tanto llega a ser más aceptado científicamente al soportar las pruebas que pueden contradecir la declaración dada. Una teoría es falsa cuando se descubre un hecho que la refuta. Por esto el científico en lugar de tratar de verificar una teoría tiene que hacer todo lo posible para destruirla; sólo cuando una teoría resiste a los esfuerzos que se realizan para falsarla podrá ser corroborada como científica. CAPITULO III ¿Puede la ciencia eximirse de creencias? La característica esencial de la ciencia (dentro de territorios espirituales) debería ser el agnosticismo, o sea no debe cuestionar ideologías religiosas o creencias pseudocientíficas ya que el hombre no tiene acceso a lo divino si es que existe. No se puede concebir una barrera hermética que separe por completo a estos modos de pensamiento considerados no científicos, y con esto la intención de que la ciencia puede resolver problemáticas dadas por las masas y para ellas, si estos derivan de algún tipo de creencia, o algo que perjudique o intrigue el insaciable afán de conocimiento del hombre contemporáneo. Aun así, los distintos modos de pensamiento deberían practicar la tolerancia hacia las investigaciones planteadas por científicos que muchas veces surgen de las mismas creencias metafísicas. A lo que se quiere llegar es que las investigaciones no deben ignorar de ninguna manera el postulado metafísico porque en éstos se han encontrado las incógnitas a las cuales se fueron respondiendo. Un ejemplo es cómo se manifiesta un “orden” en el cosmos, porque es este último el que ha guiado descubrimientos desde Pitágoras3 a Einstein4, pasando por Newton5 sobre la física de la naturaleza. En este caso la ciencia todavía seguiría siendo indiferente a atribuir este llamado “orden” a una inteligencia superior ordenadora. De cualquier modo la ciencia por más que no dé respuestas definitivas cumple con su trabajo de investigación pero está en el individuo optar por lo que más sienta que lo satisfaga o lo que considere válido. CAPITULO IV De los científicos a nosotros ¡Enseñando a aprender! Las instituciones educativas de todos los niveles deben interactuar de forma penetrante en la manera de ver el mundo por parte de los jóvenes. A medida que los alumnos, en situación de aprendizaje, van obteniendo una perspectiva más definida de lo que es conveniente en el mundo actual, se va dando a entender cómo es que las personas muchas veces pueden caer en situaciones de salud dificultosas o en el hecho de ser engañadas económicamente con productos engañosos con falsos resultados. Para poder prevenir esta situación, sería conveniente dar una formación que brinde calidad e intensidad educativa, incluyendo más trabajos de investigación sobre estos temas. Podría ser así que muchas personas, mediante la educación, lograrían esclarecerse sobre diferentes temas cuestionables para ellos. Se da a entender que en el mundo, uno debe ser perspicaz e ir en contra de la ignorancia que se da al no saber el medio y el fin de las investigaciones científicas o declaraciones pseudocientíficas. El trabajo también puede ser producido por noticieros, documentales, programas dirigidos al público infantil o adolescente. De este modo también sería posible concientizar a las personas de que nunca dejen de investigar sobre todo lo que el mundo ofrece desmedidamente. Porque a decir verdad toda acción que tenga fines “buenos”, podría haber sido realizada por medios crueles y hasta 3 Pitágoras (580 a. C.– 495 a. C.): Filósofo y matemático. Einstein (1879–1955): Físico alemán. Considerado el más importante del siglo XX. 5 Newton (1727–1727): Físico, filósofo, teólogo, inventor, alquimista y matemático inglés. 4 inhumanos. Comparándolos con una fuerza estos desenlaces crean en un sentido algo positivo pero al costo de algo negativo de igual intensidad. CONCLUSIÓN Las personas han ido adaptándose a los cambios del entorno en que viven, pero hoy en día los individuos se hacen dueños de la verdad, tratando que ésta siempre responda a su conveniencia; muchas veces olvidando su propia humanidad para lograr objetivos egoístas como son los que pueden atentar contra la salud o el bienestar de otros. El verdadero progreso de la sociedad está en ofrecerle con desinterés al mundo todo el conocimiento que se haya alcanzado, como en las investigaciones que se podrían llegar a realizar. También para lograr esto, no debe conformarse con las propias creencias; es importante estar dispuestos a aprender del otro, sin dejar de lado las opiniones personales y nunca olvidar el interés por ayudar a la humanidad a partir de valores y principios propios. Siempre se tendrán cuestionamientos a situaciones que la ciencia no ha podido responder hasta ahora, más allá de las hipótesis, y los hombres y mujeres serán cada vez más versátiles en las suposiciones que brinden esas respuestas que buscamos ansiosamente a lo largo de nuestras vidas. Es algo natural en las personas intentar encontrar la luz al final del camino sin saber al menos que camino ha tomado. Nunca se dejará de errar, pero estos deslices son parte de lo que hace bella a la vida y conducen al mismísimo progreso que tanto se anhela. BIBLIOGRAFÍA Kourganoff, Vladimir. “La Investigación Científica”. Editorial Universitaria de Buenos Aires. Primera Edición 1959. Houssay, Bernardo Alberto. “La Investigación Científica”. Editorial Columba. Primera Edición 1955. Saavedra, Annabella. “Epistemología”. Facultad de Humanidades, Artes y Cs. Sociales, Paraná 2008. Material de circulación interna. http://es.wikipedia.org/wiki/Astrolog%C3%ADa_y_alquimia www.rae.com/rae.html