MESA DEL PAN Y DEL VINO Oración sobre las ofrendas El grano de trigo muerto da vida al pan. La uva exprimida, pisada y derramada se recoge para dar vida a este vino que ofrecemos. Que este proceso nos recuerde siempre que también entregarte nuestras vidas dará el fruto de unas vidas más plenas. Pascua de Resurrección ¡El Señor ha resucitado! ¡ALELUYA! Resucitar es… En el silencio de la comunión (La Gloria de Dios es que el ser humano viva) * Éste es el tiempo del Dios de la vida. De la vida dada y de la vida realizada. De la gloria de Dios y de nuestra dignidad. Es tiempo de presencias y encuentros, de paz, comidas y abrazos, de corazones encendidos y trajes blancos, de envío a rincones lejanos. Es tiempo de experiencia, del paso del Señor por todas las tierras por todas las personas. Tiempo de flores, sueños y utopías, de gritos, cantos y aleluyas. ¡Tiempo de Dios para el ser humano en camino! Es tiempo de liberación profunda y definitiva de cadenas, de amuletos y de miedos, de señores antiguos y nuevos, para sentir y vivir la vida. ¡CRISTO HA RESUCITADO! Por eso tiene sentido nuestra fe. Que nada ni nadie pueda ya enturbiar nuestra vivencia profunda de la muerte y resurrección del Señor. Por la resurrección empezamos a vivir resucitados, que es vivir alegres, confiados, en libertad y amor. Esta vida será, sin duda, un fermento de renovación en la sociedad. Una vida así, vivida a tope, no puede dejar de ser contagiosa, como lo fue la vida de las primeras comunidades cristianas. La fuerza de este fermento residía en la caridad practicada y en la libertad ofrecida. Aquellos cristianos brillaban con luz poderosa en un mundo marcado por la crueldad, la esclavitud y la corrupción. Hoy la Iglesia resucitada tiene que seguir siendo fermento de resurrección. Las circunstancias sociales y culturales son distintas, pero el mundo sigue hambriento de verdad, de libertad y de amor. ¿Qué respuesta damos los cristianos? Oración de acción de gracias Señor Jesucristo, que enviaste a los tuyos a anunciar por el mundo el inmenso amor que Dios nos tiene, danos fuerzas y capacidad para seguir los caminos de tantos cristianos que te han anunciado y han hecho de su entorno vital un lugar más humano y más fraterno. Que anunciemos y practiquemos la fraternidad, la justicia, la libertad y la solidaridad. Amén. Aleluya. Oración de la comunidad Señor Dios nuestro, con la luz de la Resurrección de tu Hijo, vencedor del mal y de la muerte, nos has iluminado el camino de regreso hacia Ti, * Haz que nazcamos con El a una nueva vida, una vida de amor fiel con obras; y que llevados por su Espíritu gocemos un día de la gloria eterna. MESA DE LA PALABRA un signo que exige la fe, y nos recuerda las palabras y promesas de Jesús que los apóstoles no habían acabado de comprender. La muerte ha sido destronada; la vida ha vencido para siempre. Ambientación de las lecturas Renovación de las promesas y fe bautismal Hechos 10, 34. 37-43. En la primera lectura, durante este tiempo pascual, escucharemos las diferentes experiencias de la primera comunidad cristiana en torno al Señor resucitado. Hoy, Pedro expone, en síntesis, los datos esenciales de la historia de Jesús. El núcleo del discurso se centra en su muerte y en su resurrección. Los apóstoles dan testimonio de su experiencia. La fe de la Iglesia se cimienta en la resurrección de Cristo. Sin la resurrección no hay fe ni hay Iglesia. * Estamos dispuestos a luchar contra el egoísmo, a dejar la comodidad, a dominar la ambición, a superar la violencia y la mentira. Salmo (basado en 1ª de Juan 4, 8.16) * Dios es Amor. Eternamente. Dios no se cansa de amar. Dejaría de existir. Dios consiste en amar. En la plenitud de los tiempos el Amor se vistió de carne, se hizo humano y entrañable, nos enseñó a amar, que Dios es Padre, nos capacitó para amar divinamente. Y ya sabemos: Lo último será el amor; todo pasa, el amor permanece, más allá del tiempo y de la muerte, inmortal, porque Dios es Amor. COLOSENSES 3, 1- 4. Pablo, en su carta, pone en evidencia que nuestra incorporación a la muerte y resurrección de Jesucristo por el bautismo nos exige un cambio radical en nuestras vidas, en nuestro comportamiento y en nuestras actitudes. Resucitar es… Queremos poner a Dios y su justicia por encima de todo; a reconocer como hermanos a cada ser humano, hombre o mujer; a trabajar por los demás, a perdonar siempre y no guardar rencor y a vivir con alegría e ilusión. * Creemos que Dios es para nosotros, un Padre, una Madre, que hizo un mundo nuevo para todas las personas, y que quiere la dignidad y la igualdad de todos. Creemos en Cristo que compartió en todo nuestra vida, que en él tenemos la mejor imagen de Dios; que vivió, murió y resucitó para mostrarnos el camino de la justicia. Creemos en el Santo Espíritu, fuerza de Dios en nosotros, que nos empuja a dar testimonio de fe, de esperanza y de solidaridad, y a vivir junto a otros en comunidad. Oración universal de intercesión Hoy, alumbrados por la luz de su Resurrección, nos cuesta menos tener confianza en Dios. Por eso, presentamos nuestra oración. - Queremos una iglesia que viva pendiente de Ti más que de sus méritos, * que se olvide de si misma para poner los ojos en Ti y en la gente, que no se sienta ni superior, ni privilegiada y que dé gratis lo que tiene. - Queremos profetas para un mundo lleno de soledad y tristeza; bastante in-humano * que den la vida por los amigos, que beben del cáliz del que va a morir, que se enamoran del prójimo y de la vida. JUAN 20,1-9. Juan nos narra la fe de los primeros testigos al encontrar vacío el sepulcro en el que había sido depositado el cuerpo muerto de Jesús. Es - Te pedimos por todos los que están empeñados en construir un mundo nuevo, * que no se hundan en sus fracasos. que no se detengan en las conquistas logradas, y tengan humildad para empezar de nuevo. - Por las comunidades en las que nos reunimos, * que esta comunidad ame como Tú, a todos. Perdone siempre. Acoja siempre. Esté siempre cerca. No cobre por el bien. Celebre fiesta, con alegría y evangelio vivo. Que descubra lo que es tu amor gratuito.